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Guía de Asistencia Práctica* Estudio y tratamiento de la esterilidad de origen uterino Study and treatment of infertility of uterine origin INTRODUCCIÓN El útero es el órgano muscular del aparato reproductor femenino que tiene un papel determinante no solo en el proceso de la concepción sino también en el manteni- miento de la gestación lograda. Las principales funciones fisiológicas del útero son: 1. Receptáculo de los espermatozoides, completando su capacitación y facilitando su transporte hacia los ostium tubáricos. 2. Proporcionar un endometrio apto para el fenómeno de implantación embrionaria mediante cambios de decidualización. 3. Modificar su estructura a través de la capacitación de sus fibras musculares, mayor vascularización y cam- bios bioquímicos, para mantener la gestación. El factor uterino forma parte de la infertilidad multifac- torial en un 50% de casos; pero, considerado como factor responsable único, su incidencia está entre 5% y 12%. MALFORMACIONES MULLERIANAS Y UTERO EN T INTRODUCCIÓN Las malformaciones uterinas fueron descritas en 1800 por Cruveilhier and Von Rokitansky. Son también llama- das anomalías mullerianas y constituyen un grupo varia- do y heterogéneo de anomalías congénitas del tracto genital femenino como resultado de un defecto en la formación, fusión o reabsorción del tabique de los con- ductos de Müller en los diferentes pasos del desarrollo embrionario. Se pueden encontrar como un defecto único o como anomalías complejas. PREVALENCIA Es difícil de establecer. Muchas mujeres no son diagnos- ticadas ya que son asintomáticas. El diagnóstico variará en función de la población estudiada o la clasificación utiliza- da. Representan una alteración común con una prevalen- cia entre 4-7% en la población general, sin encontrar dife- rencias significativas en mujeres con infertilidad primaria. Sin embargo, en aquellas con un resultado reproductivo adverso como fallo gestacional recurrente, la prevalen- cia se sitúa en 5-10%, llegando incluso hasta un 38% en alguna serie. CLÍNICA Las malformaciones congénitas son diagnosticadas a menudo durante una evaluación ginecológica rutinaria. Correspondencia: Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Paseo de la Habana, 190. 28036 Madrid e-mail: progresos@sego.es Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Estudio y tratamiento de la esterilidad de origen uterino. Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510. DOI: 10.20960/j.pog.00238 *Las Guías de Asistencia Práctica de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia pretenden contribuir al buen quehacer profesional de todos los ginecólogos, especialmente los más alejados de los grandes hospitales y clínicas universitarias. Presentan métodos y técnicas de atención clínica acep- tadas y utilizadas por especialistas en cada tema. Estas guías no deben interpretarse de forma rígida ni excluyente, sino que deben servir de guía para la atención individualizada a las pacientes. No agotan todas las posibilidades ni pretenden sustituir a los protocolos ya existentes en departamentos y servicios hospitalarios. Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia P R O G R E S O S D E O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a y Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510 498 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] Pueden cursar con un amplio abanico de síntomas, depen- diendo del tipo de anomalía y de la edad reproductiva: – Amenorrea primaria, en agenesias. – Dolor pélvico. Dismenorrea. Dolor vaginal. – Alteraciones menstruales: hipomenorrea, menome- trorragia. – Alteraciones obstructivas: hematocolpos, hematometra. – Endometriosis por flujo retrógrado en cuernos rudi- mentarios funcionantes. – Fallo gestacional recurrente. – Prematuridad. – Distocias del parto. Las malformaciones renales se encuentran en el 20-30% de las mujeres con defectos mullerianos, por lo que deben ser estudiadas mediante pielografía intrave- nosa (IV) o ecografía renal. CLASIFICACIÓN Son varias las clasificaciones existentes para su cate- gorización. En 1988 la Sociedad Americana de Fertilidad (AFS, actualmente ASRM) estableció la clasificación más utilizada hasta hoy, que se basa en la anatomía del aparato genital femenino, especialmente en la uterina. En 2004 Acien y cols. plantearon un nuevo sistema basado en la embriología del aparato genitourinario. En 2005 Oppelt publica una clasificación basada en la anatomía, órgano por órgano (Vagina Cervix Uterus Adnex-associated Mal- formation [VCUAM]). La última clasificación propuesta por la European Society of Human Reproduction and Embryo- logy (ESHRE)/European Society for Gynaecological Endos- copy (ESGE) también agrupa las malformaciones según el elemento anatómico afectado y establece medidas de referencia (Fig. 1 y 2). DIAGNÓSTICO Examen ginecológico La exploración vaginal y pélvica tiene muchas limitacio- nes, pero permitirá el diagnóstico de alteraciones del gru- Figura 1. 499ESTUDIO Y TRATAMIENTO DE LA ESTERILIDAD DE ORIGEN UTERINO [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] po I como agenesias vaginal, cervical o uterina. También permite diagnosticar la presencia de septos vaginales y doble cérvix. Histerosalpingografía Presenta buena sensibilidad y especificidad para el estudio de la cavidad uterina en ausencia de obstrucción cervical, pero su utilidad es limitada, ya que no puede informar sobre el contorno uterino ni de la existencia de cuernos uterinos no comunicados. Ecografía 2D Provee de información objetiva y medible de la ana- tomía cervical, la cavidad y pared uterina y el contorno externo del útero. También permite valorar patología pél- vica asociada (ovárica, hidrosálpinx, alteraciones renales). No invasiva, simple y de bajo coste. La línea endometrial debe ser bien visible para tener una imagen más precisa de la cavidad uterina. Sonohisterografía Mejora la visualización de la cavidad uterina y del con- torno interno. Ecografía 3D Provee de información precisa, objetiva y medible de la ana- tomía del cérvix, cavidad y paredes uterinas, contorno exter- no del útero y patología pélvica asociada. El plano coronal del útero da una imagen clara de la cavidad y del perfil del fondo uterino, imposibles con ecografía 2D. Además valora la exis- tencia de obstrucciones a distintos niveles del aparato genital. Resonancia magnética Da información objetiva de vagina, cérvix, cavidad y pare- des uterinas, contorno externo del útero y otras estructuras pélvicas a excepción de las trompas. No es invasiva ni emite radiación. De primera elección cuando la ecografía transva- ginal (ETV) no puede realizarse (adolescentes). Figura 2. 500 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] Histeroscopia Permite valorar la cavidad uterina, la vagina, el canal cervical y los ostium tubáricos. Laparoscopia Considerada como el gold standard para el diagnósti- co de estas anormalidades por la visualización directa del contorno uterino, lo que permite el diagnóstico diferencial entre útero septo, bicorne y didelfo. Actualmente, no se considera de primera línea por su invasividad y mayor coste. TRATAMIENTO Las malformaciones mullerianas se asocian a una gran variedad de alteraciones ginecológicas y obstétricas. El objetivo de su tratamiento es la restauración de la normal arquitectura uterina y la preservación de la fertilidad. Sin embargo, no siempre será suficiente, puesto que la vascu- larización y la función miometrial y endometrial pueden ser anormales. Las indicaciones más frecuentes son el dolor pélvico o abdominal crónico y el fallo gestacional recurrente, siem- pre que se hayan descartado otras causas posibles. La reparación quirúrgica de las malformaciones mulle- rianas está reservada principalmente para el útero septo, el útero bicorne y los hemiúteros obstructivos.La cirugía del útero arcuato y el unicorne no está indi- cada puesto que no mejora los resultados reproductivos y las pacientes son asintomáticas. Hipoplasia o agenesia El tratamiento de la agenesia vaginal puede ser quirúr- gico o no quirúrgico. El no quirúrgico se basa en la dila- tación progresiva con dilatadores o relaciones sexuales persistentes para crear una neovagina. El método quirúr- gico consiste en el uso de injertos, ya sea con piel o tejido intestinal, o en la reconstrucción simple de la vagina. Una vagina septada obstructiva puede resecarse mediante la vía vaginal, mientras que la no obstructiva puede no requerir tratamiento alguno, siempre y cuando no tenga efectos en la menstruación, en la actividad sexual, en la exploración física o los procedimientos obstétricos. Útero unicorne Puede ser aislado o con un cuerno rudimentario que contiene tejido endometrial funcional. El tratamiento del cuerno obstruido con endometrio funcional consiste en la extirpación laparoscópica o por laparotomía. Se recomien- da realizar salpingectomía ipsilateral para evitar la remota posibilidad de embarazo ectópico. Útero didelfo No se trata en la actualidad, aunque, en caso de ser necesario, se efectúa metroplastia de Strassmann. Si la vagina está septada se debe valorar la corrección quirúr- gica, pues en el 75% de los casos provoca un hematómetra o hematocolpos. Útero bicorne Los resultados obstétricos en estas mujeres son simi- lares a los de la población general. Sin embargo, algunas pacientes presentan abortos recurrentes o partos prema- turos, y la metroplastia por vía laparotómica de Strass- mann podría estar indicada. Útero arcuato Debido a que permite un embarazo normal en el 85% de los casos no existe indicación de tratamiento. Útero septo La metroplastia histeroscópica es el método de elección para el tratamiento de septos uterinos. Pueden utilizarse cualquier técnica e instrumento ya que todos tienen bue- na tasa de éxito y las complicaciones son infrecuentes. La utilización de electrodos bipolares o microtijeras disminu- yen el tiempo operatorio. El procedimiento puede realizarse con asistencia lapa- roscópica para valorar el contorno externo del útero y dis- minuir el riesgo de perforación, aunque no es imprescindi- ble. La histeroscopia permite una recuperación inmediata y posibilita el intento de gestación incluso en el siguiente ciclo normal. Algunos autores recomiendan tratamiento prequirúrgi- co con progestágenos, danazol o agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) para disminuir el gro- sor endometrial y mejorar la visualización. La aproximación abdominal como la metroplastia de Jones o Tompkins pue- de ser una opción cuando la histeroscopia no es posible. Útero en T Es una malformación mulleriana que se caracteriza por la presencia de una morfología de la cavidad endometrial 501ESTUDIO Y TRATAMIENTO DE LA ESTERILIDAD DE ORIGEN UTERINO [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] por amenorreas, dismenorreas, hipomenorreas. Tra- tamiento: cervicohisteroscopia recanalizadora. Las conizaciones cervicales y la incompetencia cervical no se consideran causas per se de infertilidad, aunque pueden requerir un manejo especifico en el contexto de pérdidas recurrentes de embarazo y prematuridad. MIOMAS UTERINOS Los miomas son los tumores benignos más frecuentes en la mujer en edad reproductiva. Son de origen mono- clonal y pueden desarrollarse en el miometrio bajo el estímulo de factores de crecimiento, citoquinas y hor- monas sexuales. Su prevalencia depende de la edad, raza y método diagnóstico, pero se estima que se presentan en el 20-50% de las mujeres en edad reproductiva. En la actualidad, con el uso amplio de ultrasonido, se estima que la prevalencia en mujeres > 50 años es de aproxima- damente un 80% en las de origen afroamericano y 70% en las de raza blanca. Frecuentemente los miomas son asintomáticos y su pre- sencia es detectada exclusivamente mediante el examen clínico o el ultrasonido ginecológico de rutina. CLASIFICACIÓN El sistema de clasificación de la Federación Internacio- nal de Ginecología y Obstetricia (FIGO) para localización de miomas es el siguiente (Fig. 3): Miomas intramurales (FIGO tipo 3, 4, 5): estos leiomio- mas se encuentran dentro de la pared uterina. Pueden agrandarse lo suficiente como para distorsionar la cavidad uterina o la superficie serosa. Algunos fibromas pueden ser transmurales y extenderse desde la serosa a la super- ficie de la mucosa. Miomas submucosos (FIGO tipo 0, 1, 2): sobresalen en la cavidad uterina. La extensión de esta protrusión está descrita por el sistema de clasificación FIGO / Sociedad Europea de Histeroscopia y es clínicamente relevante para predecir los resultados de la miomectomía histeroscópica – Tipo 0: completamente dentro de la cavidad endo- metrial. – Tipo 1: se extiende menos del 50 por ciento en el miometrio. – Tipo 2: se extiende el 50 por ciento o más dentro del miometrio. Miomas subserosos (FIGO tipo 6, 7): estos leiomiomas se originan en el miometrio en la superficie serosa del úte- ro. Pueden tener una base ancha o pedunculada y pueden ser intraligamentosos. Miomas cervicales (FIGO tipo 8): estos leiomiomas se encuentran en el cuello uterino en lugar de en el cuerpo uterino. en T, consecuencia de las constricciones uterinas en los segmentos medio e inferior, alterando su contractilidad. En muchos casos es asintomática, pero en otros se aso- cia a infertilidad, endometriosis (por menstruación retró- grada) fallo gestacional recurrente, gestación ectópica y prematuridad, entre otros. Clásicamente su origen se relaciona con el anteceden- te de ingesta de dietilestilbestrol (DEB) utilizado para el manejo de algunas complicaciones obstétricas en las madres de estas pacientes. Sin embargo, actualmente se han descrito casos sin este origen, lo que sugiere la exis- tencia de otras causas. El mal pronóstico reproductivo de estas pacientes viene determinado por la disminución de la cavidad endome- trial, la alteración en la vascularización y un mayor riesgo de incompetencia cervical. Su diagnóstico es difícil mediante ecografía conven- cional 2D. Tanto la resonancia magnética (RM) como la ecografía 3D permiten visualizar una cavidad tubular y las bandas de constricción características, siendo la ecografía 3D de elección. Su tratamiento se circunscribe a aquellos casos con una historia reproductiva desfavorable y se basa en la realiza- ción de una resección de las paredes laterales del útero mediante histeroscopia quirúrgica. Esta resección puede realizarse con electrodo bipolar o tijera fría. El efecto de la metroplastia histeroscópica permite aumentar la cavi- dad hasta su normalización. Se ha observado también un aumento del grosor endometrial, lo que favorecería la implantación, mejorando el pronóstico reproductivo. FACTOR CERVICAL El cérvix tiene una función capacitadora y mecánica. La incidencia estimada del factor cervical como causa de infertilidad se sitúa en torno al 5%. La función capacitadora permite aceptar, nutrir, selec- cionar y almacenar los espermatozoides, prolongando su supervivencia. El moco cervical y sus modificaciones a lo largo del ciclo desempeñan un papel fundamental. La función mecánica de transporte de los espermato- zoides se ve alterada en presencia de malformaciones, pólipos, adherencias, cicatrices, etc. Patología cervical relacionada con infertilidad: – Infecciones: por vía ascendente desde la vagina has- ta la cavidad uterina, la chlamydia trachomatis está involucrada en endometritis, salpingitis y enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Diagnóstico: cultivos vagi- nales y endocervicales. Tratamiento: ceftriaxona 250 mg IM + doxiciclina 100 mg/12 h durante 7 días en la infección concomitante con gonorrea. – Sinequias cervicales: en relación con intervenciones sobre o través del cuello uterino (legrados, coniza- ciones, polipectomias). Diagnóstico: sospechaclínica 502 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] CLÍNICA Dentro de los síntomas más frecuentes se incluye el sangrado uterino anormal (hipermenorrea, metrorragia y menometrorragia), dolor pélvico, disfunción vesical e intestinal por compresión extrínseca, infertilidad e incluso aborto de repetición. En mujeres embarazadas los miomas se relacionan con abortos, anomalías de placentación y posición fetal, rotu- ra prematura de membranas, restricción del crecimien- to fetal intrauterino, partos pretérmino y mayor tasa de cesáreas. El impacto de los miomas sobre la fertilidad es contro- vertido y la evidencia disponible proviene principalmen- te a partir de estudios observacionales, que señalan un aumento de las tasas de embarazo a continuación de la miomectomía. La infertilidad en la mujer es más frecuente después de los 35 años, período en el cual aumenta tam- bién la incidencia de miomas El papel de los miomas submucosos en la disminución de la fertilidad está claramente establecido, así como la poca o nula influencia de los miomas subserosos. Sin embargo, el impacto que puedan tener los miomas intra- murales que no deforman la cavidad es motivo de contro- versia y podría estar en relación con alteraciones de la per- fusión vascular uterina y de la receptividad endometrial. Figura 3. Sistema de subclasificación de leiomiomas. Submucoso (SM) 0 Pedunculado intracavitario 1 < 50% intramural 2 ≥ 50% intramura Otro (O) 3 Contacta con el endometrio 100% intramural 4 Intramural 5 Subseroso ≥ 50% intramural 6 Subseroso < 50% intramural 7 Subseroso pedunculado 8 Otro (especifique, p. ej. cervical, parasitario) Leiomiomas híbridos (afectan el endometrio y la serosa) Se enlistan dos números separados por un guión. Por acuerdo, el primero se refiere a la relación con el endometrio, mientras que el segundo se refiere a la relaciones con la serosa. Se muestra un ejemplo abajo. 2-5 Submucoso y subseroso, cada uno con menos de la mitad de diámetro en las cavidades endometrial y peritoneal. El tamaño de los miomas intramurales y su relación con los resultados de las técnicas de reproducción asisti- da (TRA) es motivo de debate. El estudio prospectivo de Somigliana y cols. (2011) concluye que los miomas intra- murales < 5 cm que no deforman la cavidad no tienen efecto negativo, con tasas de recién nacido vivo similares en los grupos del estudio; sugiere además que la proba- bilidad de concepción y parto se encontraría disminuida en un 70% en pacientes con miomas submucosos. Esta influencia negativa sobre el potencial reproductivo es reversible, y múltiples autores señalan que tras la mio- mectomía por histeroscopía se observa un aumento de la probabilidad de embarazo y una disminución de la probabilidad de aborto en pacientes con antecedente de aborto previo. Esta evidencia sugiere que en pacientes con miomas submucosos e intramurales que comprometen la cavidad uterina, la miomectomía mejora los resultados reproductivos. DIAGNÓSTICO El examen clínico constituye la primera aproximación para el diagnóstico de los miomas, sin embargo, su con- firmación se realiza por métodos de imagen, fundamen- talmente mediante ETV, histerosonografía (HSnG), ETV 3D y resonancia magnética nuclear (RNM). La ETV, que es el examen más utilizado, permite definir su número y localización, es de fácil acceso, económico y, además, permite evaluar los anexos. En el caso particular de los miomas que comprometen la cavidad endometrial, la HSnG y el ultrasonido 3D permiten estimar el porcen- taje de la superficie del mioma que penetra en el interior de la cavidad uterina, de particular interés en pacientes con deseo de fertilidad. Además la HSnG, posee una alta sensibilidad en el diagnóstico diferencial con pólipo endo- metrial y tiene buena correlación con la histeroscopia. La RNM presenta una muy buena sensibilidad y espe- cificidad en el diagnóstico de los miomas, tiene una baja variabilidad inter-observador, permite el diagnóstico dife- rencial con adenomiosis y puede ser de utilidad en la pla- nificación del tratamiento quirúrgico, particularmente en los casos de miomas múltiples. La histeroscopia diagnóstica permite la visualización de los miomas submucosos previamente resección. TRATAMIENTO Médico – Los anticonceptivos orales combinados y los proges- tágenos presentan escasa eficacia en el manejo de los miomas. 503ESTUDIO Y TRATAMIENTO DE LA ESTERILIDAD DE ORIGEN UTERINO [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] – Los agonistas de la GnRH están indicados en el tratamiento prequirúrgico de los miomas, dismi- nuyendo el sangrado, con lo que mejoran la ane- mia; disminuyen entre un 30-60% el tamaño de los mismos tras 3-6 meses de tratamiento, pero con un posible efecto rebote posterior. Asociado a esto, sus efectos secundarios producidos por el hipoestrogenismo y estudios de coste/beneficio desaconsejan su uso. – Moduladores selectivos de los receptores de pro- gesterona (SPMR). De todos los SPMR (mifepristona, telapristona, asoprisnil y acetato de ulipristal), solo el acetato de ulipristal (AUP) ha recibido autoriza- ción para el tratamiento médico de los miomas. El AUP bloquea de forma reversible el receptor de la progesterona en los miomas, que presentan un ele- vado número de los mismos. Como consecuencia se origina el rápido cese del sangrado, amenorrea y disminución del tamaño tumoral: el tratamiento con AUP durante 13 semanas controla la pérdida sanguínea excesiva debida a los miomas y reduce el tamaño de los mismos, debido a efectos antiprolife- rativos, antifibróticos y proapoptóticos en las célu- las de los miomas, pero no en el tejido endometrial normal. Así mismo, los SPMR presentan efectos farmacodinámicos en el endometrio, incluyendo efectos antiproliferativos que pueden contribuir a la amenorrea; también inducen cambios benignos en el endometrio, reversibles al cabo de 6 meses sin tratamiento y no asociados a displasias o neoplasias. En el momento de la realización de esta guía, el Comi- té para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC) ha iniciado una reevaluación del balance beneficio/riesgo de AUP, motivada por la notificación de varios casos de daño hepático grave, incluyendo algunos que condujeron al trasplante hepático en la paciente. Como medida de precaución se recomienda no iniciar nuevos tratamientos con AUP o nuevos ciclos de trata- miento en aquellas pacientes que hayan finalizado uno, así como monitorizar la función hepática al menos men- sualmente durante el tratamiento y entre 2 a 4 semanas después de finalizarlo en las pacientes actualmente en tratamiento. Quirúrgico El tratamiento quirúrgico del mioma (miomectomía) varía según el deseo reproductivo de la paciente y pue- de realizarse a través de diversas técnicas (histeroscopia, laparoscopia, robótica o laparotomía), dependiendo de la localización del mioma/s, de los recursos tecnológicos disponibles y de la experiencia del equipo. – En los miomas submucosos la miomectomía se rea- lizará mediante histeroscopia. La dificultad de este procedimiento depende del número y tamaño de los miomas, pero principalmente del grado de penetra- ción del mioma en el miometrio. Dentro de las com- plicaciones se incluyen hemorragia, desgarros cervi- cales, perforación uterina, infección, desarrollo de adherencias posquirúrgicas y el síndrome de intoxi- cación acuosa (hiponatremia dilucional). Los resulta- dos de esta técnica son excelentes, lográndose en la inmensa mayoría de los casos una cavidad normal al finalizar el procedimiento. – En el caso de los miomas intramurales y subserosos, la miomectomía puede ser realizada por laparosco- pia, laparotomía o robótica. La miomectomía por vía laparoscópica presentaría ventajas en relación a la miomectomía abdominal, ya que se asociaría a menor dolor posoperatorio, menor duración de la estancia hospitalaria y reincorporaciónlaboral más precoz; sin embargo, no existirían diferencias entre estas dos vías, en relación al tiempo operatorio y la pérdi- da hemática. El tiempo para intentar embarazo tras miomectomía no está bien establecido ya que no exis- ten estudios aleatorizados que determinen el tiempo óptimo de cicatrización, pero se estima que 6 meses es el tiempo mínimo recomendado, aunque en mio- mas con poco componente intramural 3 o 4 meses podría ser suficiente. – Otros procedimientos, como la embolización de arte- rias uterinas (EAU) y las técnicas de miolisis, carecen de evidencia científica suficiente en relación a su impacto sobre la fertilidad y evolución posterior del embarazo, de modo que no se recomienda su utili- zación en el tratamiento de pacientes con deseo de fertilidad. CONCLUSIONES Mujeres asintomáticas – Se recomienda manejo expectante en mujeres asin- tomáticas, excepto en el caso de mujeres con mode- rada o severa hidronefrosis o en mujeres con mioma submucoso resecable histeroscópicamente y que estén intentando embarazo (Grado 2C). – Se recomienda la miomectomía histeroscópica para mujeres con leiomiomas submucosos que son sin- tomáticos (Grado 1C). Este procedimiento permite la futura gestación, generalmente sin comprometer la integridad del miometrio, pero también es una opción apropiada en mujeres que han completado la procreación, ya que es mínimamente invasiva. La miomectomía abdominal se realiza en mujeres con síntomas significativos y leiomioma submucoso no apto para la resección histeroscópica. 504 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] Mujeres con deseo genésico – Debido a la falta de información sobre la seguridad del embarazo después de otros procedimientos inva- sivos, se recomienda la miomectomía laparotómica/ laparoscópica para el tratamiento de leiomiomas intramurales y subserosos sintomáticos en mujeres que desean preservar su potencial fértil y que no tienen mayores contraindicaciones para un abordaje quirúrgico (Grado 1B). La miomectomía histeroscópi- ca es el tratamiento de elección para los leiomiomas submucosos. – Sin embargo, para las mujeres con alto riesgo de conversión intraoperatoria a histerectomía o mujeres que están considerando un embarazo futuro pero que aceptarán una alteración de la fertilidad a cambio de una fase de recuperación acelerada, otras opciones como la EAU pueden ser consideradas opción de tra- tamiento apropiada. – Se sugiere la miomectomía laparoscópica en lugar de la abdominal para las mujeres con leiomiomas para quienes la extirpación laparoscópica es técnicamen- te posible (por tamaño, número y ubicación) y que tienen acceso a un cirujano con habilidades laparos- cópicas avanzadas (Grado 2B). – Se sugiere la miomectomía laparoscópica en lugar de oclusión laparoscópica de la arteria uterina o miólisis (Grado 2C). – Se sugiere la EAU en lugar de la oclusión laparoscó- pica de la arteria uterina (Grado 2B). ADENOMIOSIS La adenomiosis es un trastorno ginecológico frecuente que se caracteriza por la existencia de glándulas y estroma endometriales en el espesor del miometrio, junto con la hiperplasia y la hipertrofia de fibras musculares lisas de este último. La prevalencia de la adenomiosis como hallazgo ana- tomopatológico es muy variable, desde un 5 a un 70%, dependiendo del límite de profundidad que se considere en el hallazgo microscópico de focos en el espesor mio- metrial. La proporción de diagnóstico preoperatorio de la adenomiosis, según los hallazgos clínicos, es pobre, y oscila entre el 2,6 y el 26%. La adenomiosis es una enfermedad uterina relativamen- te frecuente, descubierta fundamentalmente en multípa- ras entre los 40 y los 50 años de edad; es un frecuente hallazgo anatomopatológico. Su diagnóstico clínico es difícil, porque los signos y los síntomas son inespecíficos, y con frecuencia coexisten con otras enfermedades pélvi- cas. El síntoma más frecuente es la dismenorrea secunda- ria con un aumento progresivo de la intensidad, en tanto que la menorragia y el dolor pélvico son menos constan- tes. Cuando la adenomiosis es el único trastorno pelviano, los síntomas más comunes son la menorragia (40-50%), la dismenorrea (15-30%) y la metrorragia (10-12%). También se asocia con infertilidad por disminución de la receptividad uterina por diferentes factores, como el aumento del peristaltismo uterino y la disminución de la receptividad endometrial. DIAGNÓSTICO El diagnóstico definitivo se lleva a cabo en el estudio histológico de las piezas de histerectomía. La ETV no solamente permite identificar claramente el endometrio, sino también el miometrio, y puede diagnos- ticar con gran precisión la enfermedad uterina benigna. En la adenomiosis, algunos autores consideran la ETV una modalidad diagnóstica razonablemente eficaz en su diagnóstico, con una sensibilidad del 80% y una especi- ficidad del 74% en la adenomiosis difusa, y del 87% y el 98%, respectivamente, para la forma focal. Además, la ETV ha demostrado ser un método eficaz en el diagnósti- co diferencial entre un mioma y una adenomiosis. Así, la adenomiosis focal afecta preferentemente al miometrio posterior; en cambio los miomas no tienen tal localiza- ción preferente. El límite entre la lesión y el miometrio subyacente no está bien definido, y la anatomía normal de la zona a menudo se ve interrumpida por la adenomio- sis; a diferencia de los miomas, que suelen tener bordes definidos, la adenomiosis es un proceso infiltrativo difuso. La presencia de calcificaciones que dejan sombra acús- tica. Nódulos ecogénicos (en caso de adenomiosis loca- lizada). Estriaciones lineales. Pseudoengrosamiento del endometrio. Agrandamiento uterino difuso. La presencia de endometrio intramiometrial, generalmente localizado en el área corporal, da al útero un aspecto globuloso, aumentando su volumen y reduciendo su reflectividad. Engrosamiento de la pared posterior. Cavidad excéntrica. Aunque los focos de adenomiosis no presentan varia- ciones cíclicas superponibles a las del endometrio, es posible observar, al final del ciclo, una corona ecogé- nica endometrial que, en ocasiones, puede rellenar las microcavidades. Resonancia magnética La exactitud en el diagnóstico de la adenomiosis es del 85 al 90%, con una sensibilidad y una especificidad entre el 86 y el 100%. Las secuencias en T2 y en cortes sagitales demuestran mejor la anatomía del útero y, en especial, de la zona de unión. Bazot y cols. compararon la ETV con la RM en el diagnós- tico de la adenomiosis y las correlacionaron con el estudio histopatológico, y llegaron a la conclusión de que la ETV 505ESTUDIO Y TRATAMIENTO DE LA ESTERILIDAD DE ORIGEN UTERINO [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] es tan eficiente como la RM en el diagnóstico de adeno- miosis en mujeres sin mioma asociado, al tiempo que la RM podría recomendarse para pacientes con leiomioma asociado. TRATAMIENTO Es muy importante la individualización del tratamien- to en función de la clínica y del deseo genésico de la paciente. – Tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para el control de los síntomas en los casos leves. – El dispositivo intrauterino (DIU) medicado con levono- gestrel reduce el sangrado y la dismenorrea. – En pacientes con infertilidad que se sometan a TRA se preconiza el tratamiento con análogos de la GnRH durante los tres meses previos para disminuir el com- ponente inflamatorio de la adenomiosis y restablecer la correcta receptividad endometrial. – La cirugía conservadora utilizando la ablación endo- miometrial ha sido descrita en algunas pacientes aun- que con seguimiento durante solo 3 años. – El tratamiento definitivo de la adenomiosis sintomáti- ca en pacientes sin deseo genésico es la histerectomía total. PATOLOGÍA ENDOMETRIAL ADQUIRIDA PÓLIPOS ENDOMETRIALES Los pólipos endometriales son formaciones hiperplá- sicas constituidas por glándulas, estromay vasos sanguí- neos unidos a la superficie endometrial por un pedículo y que protruyen en la cavidad endometrial. Cuando además presentan fibras musculares se denominan pólipos ade- nomatoides. Frecuencia Se estima que en la población general aumentan con la edad y también son más frecuentes en la población infér- til, estimándose en este grupo la prevalencia en un 6-8%. Los pólipos son una causa frecuente de sangrado uteri- no anormal (64-88%), tanto en mujeres pre como posme- nopáusicas, aunque también pueden ser asintomáticos. La mayoría de los pólipos son benignos, pero en un 1,7% de premenopaúsicas pueden presentar células atípicas o neoplásicas. En mujeres posmenopáusicas y con clínica de sangrado la posibilidad de malignización es mayor (5,42%). Diagnóstico El principal método diagnóstico es la ETV en fase prolife- rativa tardía; se observa una formación ovoidea hipereco- génica en el espesor de la triple línea endometrial de esta fase. El doppler color nos permite identificar el pedículo del pólipo y la ecografía 3D, aunque no es necesaria en el diagnóstico, aumenta el rendimiento del mismo. La HSnG permite distinguir con mayor precisión el póli- po y gracias a su fácil realización y a su alto poder diag- nóstico es el método más eficiente para el diagnóstico de pólipos endometriales. La histeroscopia diagnóstica (HD) es el método más pre- ciso y eficaz para el diagnóstico de pólipos endometriales aunque, dada su mayor dificultad técnica, el coste/bene- ficio es menos eficiente que en la HSnG. Permite la visua- lización de toda la cavidad uterina, la valoración de toda la superficie del pólipo y la realización de biopsias dirigidas con la obtención de una anatomía patológica (AP). La ecografía vaginal sola es suficiente para el diagnós- tico de aquellas pacientes premenopáusicas que tienen indicación de resección quirúrgica con histeroscopia qui- rúrgica (HQ). En todas las pacientes posmenopáusicas o en preme- nopaúsicas candidatas a tratamiento expectante o con hallazgos dudosos, es necesaria la realización de HSnG o HD previa a la realización de la HQ o de mantener con- ducta expectante. El diagnóstico definitivo de los pólipos endometriales es el estudio AP de la pieza de polipectomía. Actitud terapéutica ante los pólipos endometriales Premenopausicas: deben ser extirpados los pólipos sintomáticos y los asintomáticos en mujeres con factores de riesgo de hiperplasia o cáncer (Grado 2C). También parece razonable la exéresis de pólipos asintomáticos > de 1,5 cm, pólipos múltiples, y prolapsados. Posmenopáusicas: se recomienda la exéresis de todos los pólipos endometriales (Grado 1B). Pacientes infértiles: los datos reportados sobre el impacto de la polipectomía en las pacientes infértiles son limitados y son todavía motivo de discusión. La polipecto- mía puede mejorar la fertilidad en mujeres subfértiles con pólipos endometriales asintomáticos. En el estudio pros- pectivo y randomizado de Pérez Medina se objetiva que la polipectomía previa a ciclo de inseminación aumenta a más del doble las posibilidades de embarazo. La eviden- cia actual es insuficiente para hacer recomendaciones, aunque parece sensata la realización de polipectomía de pólipos > 0,5 cm previo a la realización de TRA. En el caso de descubrir un pólipo durante la estimu- lación de un ciclo de fecundación in vitro (FIV), es acon- sejable realizar la punción para la recuperación ovoci- 506 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] taria seguida de HQ con polipectomía aprovechando la sedación anestésica, vitrificar los embriones resultantes y hacer la transferencia en el siguiente ciclo menstrual. Los pólipos endometriales no parecen estar asociados con un mayor riesgo de aborto espontaneo o de malos resultados obstétricos. HIPERPLASIA ENDOMETRIAL La hiperplasia endometrial (HE) se produce como res- puesta a concentraciones estrogénicas elevadas o a la producción de estrógenos sin una correcta aposición de progesterona. Los factores de riesgo para padecer HE son las pacientes obesas y anovuladoras. En la perimenopausia también se puede dar este ambiente hormonal. El diagnóstico: en la ecografía 2D se visualiza un endo- metrio engrosado y la confirmación diagnóstica es por HD y biopsia de endometrio (diagnóstico de certeza). El tratamiento de la hiperplasia sin atipias en la paciente infértil es gestágeno en 2ª fase. En las hiperplasias con atipias y deseo genésico también se acepta el tratamiento conservador con progestágenos a altas dosis (40-80 mgr de acetato de megestrol) y seguimiento estrecho con HD de control y biopsia de endometrio para confirmar la regresión de la hiperplasia antes de intentar embarazo. En el metanálisis de Koskas se publica que a los 12 y 24 meses las posibilidades de remisión de la HE fue de un 78% y un 81,4% y que un 30% de las pacientes consiguieron al menos un embarazo después del tratamiento. ADHERENCIAS INTRAUTERINAS Las adherencias intrauterinas se originan por la des- trucción de la capa basal endometrial y la imposibilidad de regeneración cíclica de la misma. Como consecuencia, se generan bandas fibróticas reactivas entre las paredes de la cavidad uterina que ocasionan diferentes grados de sinequias uterinas. A la presencia de adherencias junto con clínica (ameno- rrea e infertilidad) se le denomina síndrome de Asherman. Etiología La causa más frecuente es el traumatismo en útero grávido (legrado por aborto, legrado puerperal y cesárea, 90,88%). Esto es debido a la vulnerabilidad de la capa basal del endometrio en el embarazo y a los bajos niveles de estrógenos en esta situación. Otras causas menos frecuentes son traumatismos en útero no grávido (legrado diagnóstico, miomectomía abdominal, HQ, DIU, radioterapia) y la endometritis. Prevalencia: es difícil de establecer porque puede ser asintomática. Se estima que va de un 1,5% como hallazgo casual en la histerosalpingografía (HSG) a un 21,5% en pacientes con historia de legrado puerperal. Clínica - Alteraciones menstruales (amenorrea e hipomeno- rrea). - Infertilidad. - Dolor cíclico por islotes menstruales atrapados entre las adherencias. - Complicaciones obstétricas: placentación anómala, aborto espontaneo, ectópico y parto prematuro. Diagnóstico Ecografía: endometrio fino que puede presentar áreas ecodensas irregulares. Histeroscopia: método de elección para el diagnóstico y tratamiento. El mejor tratamiento de un cuadro adherencial es pre- venirlo, evitando legrados en úteros grávidos y puerpe- rales, valorando el manejo médico de los abortos con misoprostol. La HSnG tiene menor capacidad diagnóstica y no exclu- ye las adherencias con seguridad. También se aconseja evitar infecciones posteriores a estos procedimientos con la utilización de profilaxis anti- biótica (Grado 1A). Tratamiento El tratamiento de elección es la adhesiolisis por HQ pre- feriblemente con tijera sin electricidad para no dañar más el endometrio colindante funcional que quede. Es acon- sejable realizar la histeroscopia con asistencia de control ecográfico abdominal para minimizar riesgo de complica- ciones (la más frecuente es la perforación uterina, 9%). La terapia celular regenerativa con células madre autó- logas de médula ósea y su trasplante a través de catete- rismo de las arterias uterinas es una opción prometedora actualmente en fase experimental. Prevención adherencias posadhesiolisis (20-65%) Tratamiento hormonal sustitutivo (THS) desde la ciru- gía; pretende regenerar el endometrio y promover la regeneración de las superficies afectadas (Grado 2C). El tratamiento con valerianato de estradiol desde el día siguiente a la HQ a dosis de 4-6 mg/día durante 30 días añadiendo progesterona natural micronizada los últimos 507ESTUDIO Y TRATAMIENTO DE LA ESTERILIDAD DE ORIGEN UTERINO [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] 12 días (600 mg/día vía vaginal) es el tratamiento más estandarizado.Sonda vesical pediátrica intrauterina pos HQ (nº 8 con 2-3 cc. o Malecot catheter) durante 7-10 días (Grado 2C). Los resultados con la sonda parecen ser mejores que con la inserción de un DIU. En este caso y en lo que la sonda vesical pediátrica permanece intraútero sería aconsejable doxiciclina 100 mgr/12 h vía oral. Ácido hialurónico en gel: el problema es que solo se mantiene en la cavidad uterina hasta 72 h después de la cirugía. Podría disminuir las adherencias posquirúrgicas del 31% al 14% (Grado 2C). Repetición de HD a los 3 meses de la HQ (Grado 2C). Resultados Los estudios reportados son pequeños y heterogéneos. En general se incrementa el flujo menstrual en el 80-100% de las pacientes y se reporta una tasa de embarazo del 40-80% y de nacido vivo del 30-70%. Sin embargo las tasas de recurrencias son del 33-66%. ISTMOCELE El istmocele es una complicación derivada de la cesárea que se define como una saculación localizada en la pared anterior del istmo uterino, en la zona de la cicatriz, de profundidad y extensión variable. Se diagnostica mediante ecografía 2D o HSnG y la con- firmación diagnóstica es por histeroscopia. En la ecogra- fía se identifica una imagen econegativa triangular con el vértice hacia la vejiga en la cara anterior del istmo uterino. A la hora de realizar el diagnóstico, es importante medir el tejido miometrial residual que queda por encima del vértice del istmocele, ya que su valor es relevante para decidir la técnica quirúrgica en caso de que sea necesaria su corrección. Los istmoceles pueden cursar de forma asintomática, constituyendo simplemente un hallazgo ecográfico, en cuyo caso no será necesario tratarlos. En caso de ser sinto- máticos la clínica parece estar relacionada con su tamaño, siendo los principales síntomas: sangrado posmenstrual, dolor suprapúbico y esterilidad secundaria. La presencia de un istmocele también puede suponer complicaciones a la hora de realizar determinados proce- dimientos ginecológicos, como legrados, histeroscopias, transferencias embrionarias o inserción de DIUs. En cuanto a la esterilidad, se cree que el istmocele actúa de forma similar a un hidrosálpinx, produciendo un ambiente tóxico en la cavidad uterina debido al acúmulo de sangre y la liberación de factores inflamatorios, difi- cultando el paso de los espermatozoides y la posterior implantación del embrión. La corrección quirúrgica del istmocele, ya sea por laparoscopia o histeroscopia, parece mejorar la tasa de gestación. A la hora de elegir la técnica quirúrgica para la correc- ción del defecto es importante tener en cuenta que el miometrio residual que queda por encima del istmoce- le se encuentra adelgazado. En pacientes que presen- tan esterilidad secundaria, que desean gestación y van a someterse a una istmoplastia, parece especialmente importante tener en cuenta el grosor del tejido miome- trial residual, ya que en estos casos el fin será conseguir un embarazo, por lo que habrá que evitar que el miometrio quede excesivamente adelgazado, reduciendo así el riesgo de rotura uterina posterior. En las últimas publicaciones, como línea general, se esta- blece que, si el miometrio residual es inferior a 2,5-3 mm, en pacientes con deseos genésicos se prefiere la istmo- plastia por laparoscopia, dado que parece que permite una mejor restauración del espesor miometrial. Mientras que, si el miometrio residual presenta un grosor superior a 3 mm, la corrección podría realizarse por vía histeroscópica, ya que es un procedimiento menos invasivo y ha demos- trado obtener muy buenos resultados en cuanto a tasa de gestación, sin complicaciones posteriores. No obstante, son necesarios más estudios para determinar adecuadamente los criterios que permitan seleccionar una técnica sobre otra. Aunque no existe evidencia científica, en aquellas pacien- tes que han sido intervenidas por vía histeroscópica se reco- mienda esperar al menos tres meses tras el procedimiento para buscar de nuevo gestación. En cuanto a la vía del parto, parece recomendable finalizar la gestación mediante cesá- rea programada no más tarde de la semana 38. ENDOMETRITIS Endometritis aguda La endometritis aguda es común en el ámbito de la EIP. Clínicamente presenta sangrado intermenstrual, dolor hipogástrico y en ambas fosas iliacas y fiebre. El antecedente de procedimientos ginecológicos trans- cervicales es una causa infrecuente de endometritis agu- da, motivo por el que no se recomienda de manera sis- temática la realización de test de chlamydias y gonorrea previa a procedimientos invasivos confinados a endome- trio (HSG, HSnG, HD, biopsia de endometrio) (Grado 2C). Se recomienda profilaxis antibiótica antes de termina- ción de gestación (legrados por aborto) (Grado 1A). Se recomienda profilaxis antes de HSG o HSnG en pacientes con historia de EIP, endometriosis y también en aquellas pacientes para las que en el resultado de estas pruebas se descubra hidrosálpinx (Grado 2C). 508 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Prog Obstet Ginecol 2019;62(4):497-510] Endometritis crónica La endometritis crónica (EC) consiste en la inflamación persistente del endometrio. Está definida por la presen- cia de células plasmáticas en el tejido endometrial y la detección de las mismas es considerada el gold standard para el diagnóstico. Clínica: generalmente cursa de forma asintomática, aunque en algunas pacientes se asocia con clínica de sangrado uterino anormal, dolor pélvico, leucorrea o esterilidad. Etiología: parece que se relaciona con infecciones del tracto genital, los principales microorganismos implica- dos que se describen en la literatura son Streptococcus, Enterococcus, E. Coli, K. pneumoniae y Staphylococcus. (Moreno, 2018). Sin embargo, en algunos casos de diag- nóstico anatomopatológico de EC no se detectan microor- ganismos en los cultivos (33% de las pacientes) y algunas pacientes no responden a tratamiento antibiótico empíri- co. En estos casos, algunos autores proponen un posible origen autoinmune. Aunque parece claro que existe una relación entre la EC y la esterilidad, no se conoce bien el mecanismo por el que se produce. Pinto y cols., en 2015, observaron que en pacientes diagnosticadas de EC existía una alteración en la cinética de la contractilidad uterina, lo que podría justificar la clínica de sangrado, leucorrea y dolor, así como los problemas de esterilidad. También se postula que la situación de inflamación endometrial que se produce en la EC da lugar a alteraciones de mediadores inflamatorios y de la inmunidad en el endometrio. Estos mediadores y citoquinas desempeñan importantes funciones, espe- cialmente a la hora de la implantación; por tanto, cuando su equilibrio se ve alterado, se dificulta la implantación. Diagnóstico: la EC es una entidad que no puede ser diagnosticada mediante ecografía ni HSnG, ya que no pro- duce alteraciones en la anatomía, aunque en ocasiones el endometrio puede estar adelgazado. El diagnóstico de EC se establece mediante la confirma- ción de la presencia de células plasmáticas en el endome- trio; para ello será imprescindible el estudio anatomopa- tológico de una muestra endometrial. La obtención de esta muestra se puede realizar a ciegas, empleando las cánulas habituales para toma de biopsias endometriales, o bien se puede extraer mediante histeroscopia. Clásicamente en el estudio anatomopatológico se ha empleado la tinción con hematoxilina-eosina para la detección de células plasmáticas en las biopsias endome- triales, sin embargo, en los últimos años se ha observado que el estudio inmunohistoquímico del marcador CD138 mejora la sensibilidad en la detección de las células plas- máticas, y por tanto, en el diagnóstico de EC. Tratamiento: la identificación del microorganismo cau- sante de la endometritis es la mejor manera de conseguir un tratamiento dirigido y eficaz. Para ello se pueden reali- zar cultivos tradicionales o emplear técnicas molecularescomo la prueba de proteína C reactiva (PCR). Sin embargo, en ocasiones no se detecta ningún pató- geno; en estos casos también se recomienda administrar tratamiento antibiótico empírico, ya que parece que las tasas de embarazo tras la antibioterapia también mejoran en estas pacientes. La pauta empírica empleada mayo- ritariamente en los principales estudios es doxicilina 100 mg/12 h durante 14 días (Grado 2C). Tras completar el tratamiento estaría indicada la repe- tición de la biopsia endometrial y, en caso de continuar presentando EC, algunos autores repiten la pauta de trata- miento añadiendo metronidazol 500 mg/12 h + ofloxacino 400 mg/12 h durante otros 14 días. Aunque son necesarios más estudios, en los resultados publicados en la literatura parece que el tratamiento anti- biótico en pacientes con EC, tanto con cultivo endometrial positivo como en aquellas con cultivos negativos, ayuda a resolver el cuadro de EC y mejora de forma significativa las tasas de gestación. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA Malformaciones mullerianas y útero en T 1. Cruveilhier DWJ, Rokitansky CV, Virchow R. Fundaments of patho- logy, thoughts on the 100th anniversary of Rokitansky’s death. Vir- chows Arch A Pathol Anat Histol 1978;378:1-16. 2. Grimbizis GF, Camus M, Tarlatzis BC, Bontis JN, Devroey P. Clinical implications of uterine malformations and hysteroscopic treatment results. Hum Reprod Update 2001;7:161-4. 3. Saravelos SH, Cocksedge KA, Li T-C. Prevalence and diagnosis of con- genital uterine anomalies in womwn with reproductive failure: A critical appraisal. Hum Reprod Update 2008;14:415-9. 4. 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