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Violência Contra Mulheres na América Latina

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PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINAPANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
à
En América Latina la violencia contra 
las mujeres es muy alta, pero tiende 
a invisibilizarse porque ocurre sobre 
todo en la esfera privada y hay bajos 
niveles de denuncia, en parte porque 
las políticas públicas no son adecua-
das para atender el problema.
à
Algunos factores que explican el fe-
nómeno son la persistencia de una 
cultura patriarcal y xenófoba, la des-
igualdad económica y de género y 
las deficiencias en los sistemas de 
seguridad y justicia. 
à
Muchos países de la región han he-
cho cambios de políticas y legislati-
vos, promulgando leyes especiales 
para enfrentar el feminicidio o in-
corporando factores agravantes en 
los códigos penales.
ANÁLISIS
PAZ Y SEGURIDAD
PANORAMA 
Y DESAFÍOS 
DE LA VIOLENCIA 
CONTRA LAS MUJERES 
EN TRES PAÍSES 
DE AMÉRICA LATINA: 
BRASIL, URUGUAY 
Y ARGENTINA
Denisse Legrand / Sidonie Porterie / Stephanie Morin
Marzo 2020
PANORAMA 
Y DESAFÍOS 
DE LA VIOLENCIA 
CONTRA LAS MUJERES 
EN TRES PAÍSES 
DE AMÉRICA LATINA: 
BRASIL, URUGUAY 
Y ARGENTINA
PAZ Y SEGURIDAD
1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................4
2 CARACTERÍSTICAS DEL PROBLEMA .................................................................................................5
2.1 Brasil .........................................................................................................................................................5
2.2 Argentina .................................................................................................................................................6
2.3 Uruguay ....................................................................................................................................................7
3 FACTORES ESTRUCTURALES Y DE RIESGO .....................................................................................8
3.1 Relaciones de género en un sistema patriarcal y la dependencia económica ............................................8
3.2 Historial de agresiones y fallas en el sistema de seguridad y justicia ..........................................................8
4 POLÍTICAS ENSAYADAS Y PROPUESTAS ........................................................................................10
4.1 Sistemas de atención a las mujeres en situación de violencia de género ..................................................10
4.2 Juzgados y comisarías especializados en violencia basada en género, doméstica, 
sexual y medidas de protección a las víctimas .........................................................................................10
4.3 Observatorios sobre violencias basadas en género ..................................................................................11
4.4 Desarrollo de protocolos o guías para la investigación de delitos sexuales, feminicidios ............................. 
y otras violencias de género ....................................................................................................................11
4.5 Capacitación ..........................................................................................................................................11
4.6 Accionar policial y coordinación con equipos sociales .............................................................................12
CONTENIDO
4
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
1
INTRODUCCIÓN 
La magnitud de la violencia letal en América Latina es 
alarmante. A pesar de concentrar solo 8% de la pobla-
ción mundial, 33% de los homicidios de todo el mundo 
ocurren en el subcontinente1. La región también tiene 
altos niveles de feminicidio, encontrándose en Brasil la 
quinta tasa más alta de asesinatos de mujeres por ser 
mujeres. El hecho de que los varones sean víctimas con 
mayor frecuencia hace que los feminicidios sean a me-
nudo invisibles, vistos como un problema menor y con 
un impacto limitado en las políticas públicas.
Muchos feminicidios resultan de la violencia doméstica, 
como último escalón de una serie de agresiones en el 
contexto de las relaciones afectivas. De hecho, en la re-
gión son crímenes que no solo terminan con la vida de 
las mujeres, sino que indirectamente también producen 
muchas víctimas. Estas son muertes violentas que resul-
tan de años de violencia perpetrada en presencia de los/
as niños/as o adolescentes hijos/as de las víctimas, que a 
menudo quedan huérfanos de madres y con sus padres 
encarcelados o huyendo.
Entre los factores que explican las graves violaciones de 
la integridad física y psicológica de las mujeres latinas, 
llama la atención la persistencia de una cultura patriar-
cal y xenófoba, la desigualdad económica y de género 
y las graves deficiencias en los sistemas de seguridad y 
justicia, que subyacen a la baja notificación de casos, 
así como a la negligencia en la atención a las víctimas. 
Varios estudios de victimización señalan como un sello 
distintivo de la violencia de género en América Latina la 
estrecha relación del autor con la víctima. Este aspecto 
está relacionado con la tendencia característica de vio-
1 Instituto Igarapé. “Observatório de Homicídios”. Disponible 
en <https://homicide.igarape.org.br/>
lencia contra la mujer, que se expresa en las relaciones 
maritales o de pareja íntimas por medio de la dependen-
cia patrimonial y de la violencia psicológica. Estas son 
características desafiantes de las políticas de prevención 
y protección, ya que ocurren dentro de las relaciones en 
las que se espera confiar, y que comúnmente se con-
vierten en tabúes por referirse a la esfera doméstica y 
familiar.
Entre 2007 y 2013, en catorce países de la región hubo 
cambios de políticas y de legislación para abordar espe-
cíficamente la impunidad en casos de muertes violentas 
de mujeres en cualquier contexto, promulgando leyes 
especiales para abordar el feminicidio o incorporando 
factores agravantes en los códigos penales2. Nombrar 
las muertes violentas de mujeres como feminicidios fue 
parte de la estrategia para sensibilizar a las instituciones 
y a la sociedad sobre su ocurrencia y para estimular la 
adopción de políticas de prevención de la violencia de 
género.
Este artículo analiza las características del feminicidio 
en América Latina a partir de la dinámica criminal en 
Brasil, Argentina y Uruguay, y arroja luz sobre algunos 
de los factores estructurales y de riesgo que contribuyen 
a la violencia letal contra las mujeres. Lejos de agotar 
el análisis, destacamos algunos factores que se repiten 
en muchos países de la región. Finalmente, buscamos 
resaltar políticas públicas fundamentales para prevenir 
y erradicar los feminicidios en estos países, a fin de pro-
poner formas de fortalecer la seguridad de las mujeres.
2 ONU Mulheres. 2016. “Diretrizes nacionais feminicídio: inves-
tigar, processar e julgar com perspectiva de gênero as mortes 
violentas de mulheres”. Disponible en: <http://www.onumul-
heres.org.br/wp-content/uploads/2016/04/diretrizes_feminici-
dio.pdf>
https://homicide.igarape.org.br/
https://homicide.igarape.org.br/
https://homicide.igarape.org.br/
5
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA: BRASIL, URUGUAY Y ARGENTINA
2
CARACTERÍSTICAS DEL PROBLEMA
2.1 BRASIL3
Los homicidios de mujeres en Brasil son paradigmáticos 
de la violencia de género y del machismo que impregnan 
las relaciones personales y profesionales. Entre 1996 y 
2017, los homicidios intencionales con víctimas muje-
res aumentaron 34%, llegando a 90.966 mujeres (8% 
del total), según datos oficiales. La mayor partede este 
crecimiento tuvo lugar entre 2008 y 2017, cuando Brasil 
pasó de 4.023 asesinatos de mujeres a 4.928 víctimas en 
un año, un salto de 22,5% en una década.
Cabe señalar que 52% de las asesinadas en la última 
década en Brasil tenían entre 20 y 39 años y la mitad 
eran negras, mientras que las víctimas blancas repre-
sentaban 35,6% del total. Sin embargo, la tasa de ho-
micidios de mujeres negras creció 30% entre 2007 y 
2017, en comparación con un aumento de 1,6% en la 
tasa de homicidios no negros. De acuerdo con el Atlas 
de la violencia 2019, la tasa de homicidios de mujeres 
no negras fue de 3,2 por 100.000 mujeres, mientras 
que entre las mujeres negras fue de 5,6 por 100.000. 
Esto pone de relieve los desafíos del Estado brasileño 
para garantizar el acceso equitativo a diversas políticas 
públicas fundamentales.
Cabe destacar el porcentaje significativo de muertes de 
mujeres en sus hogares mediante el uso de armas cuerpo 
a cuerpo u otros medios como estrangulamiento, poner 
fuego y fuerza corporal. Si bien la mayoría de los homi-
cidios que victimizan a los hombres en Brasil ocurren en 
el espacio público, las muertes de mujeres a menudo se 
3 Todos los datos aportados fueron brindados por el Ministerio 
de la Salud de Brasil o el Anuario de seguridad pública del 
Foro de Seguridad Pública de Brasil.
producen en el ámbito de la violencia privada y se desen-
cadenan por relaciones personales. De hecho, solo 10% 
de las víctimas masculinas son asesinadas dentro de su 
hogar, mientras que un tercio de las víctimas de asesina-
tos femeninos ocurren en el espacio privado de la casa. 
El instrumento utilizado en la agresión es otro indicador 
de que las mujeres son asesinadas con mayor frecuencia 
por conocidos y en entornos domésticos. Mientras que 
entre 1996 y 2017 las armas de fuego fueron usadas 
en 71% de los asesinatos de hombres, en el caso de las 
mujeres este instrumento fue utilizado apenas en 52% 
de los casos. Estos datos corroboran estudios recientes 
sobre la proporción significativa de asesinadas por hom-
bres con quienes tenían relaciones afectivas.
La información sobre violencia sexual del Sistema de 
Información de Salud y Notificación del Ministerio de 
Salud también refleja la preponderancia de los perpetra-
dores conocidos de las víctimas. La base de datos revela 
que una de cada tres víctimas de violencia sexual es una 
niña de 12 a 17 años. Las agresiones ocurren más en el 
hogar (68%) y tienen como abusador al padre (12%), al 
padrastro (12%) o a otra persona conocida (26%). 
2.1.1 Feminicidios
A partir de marzo de 2015, la ley 13.104 / 2015 modificó 
el Código procesal penal de Brasil e incluyó el feminicidio 
como una de las formas calificadas de homicidio, enten-
dido así cuando la muerte de una mujer es resultado de 
violencia doméstica y familiar o cuando es causada por 
desprecio o discriminación de la condición femenina. Los 
feminicidios representan actualmente alrededor de 30% 
de los homicidios intencionales de mujeres, según datos 
del Anuario de seguridad pública de Brasil. Hubo 1.151 
casos en 2017 y 1.206 en 2018, un crecimiento de 4%. 
6
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
Es importante señalar que si bien las tasas más altas de 
homicidio de mujeres se concentran en los estados del 
norte del país, cuando se comparan con las tasas de fe-
minicidio, las unidades federales del medio oeste son las 
que se destacan negativamente.
2.2 ARGENTINA
En Argentina las violencias contra las mujeres han toma-
do gran relevancia pública en los últimos cuatro años, 
luego de manifestaciones masivas convocadas bajo la 
consigna “NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS”.
Argentina es un país con tasas de homicidio intenciona-
les relativamente bajas para los estándares de la región 
latinoamericana (17,2 en 2017 según ONUDD), con osci-
laciones leves que rondan la tasa promedio mundial: 6,1 
en 2017 según ONUDD. En 2018, dicha tasa fue de 5,3 
cada 100.000 habitantes: 2.362 homicidios. Sin embar-
go, la distribución territorial tiene un nivel de variación 
importante4. 
Los feminicidios son la principal causa de las muertes 
dolosas de mujeres en Argentina5. La proporción de mu-
jeres víctimas respecto del total de víctimas de homici-
dios dolosos en el país ha venido creciendo en los últi-
mos años: 11,6% en 2015, 12,5% en 2016 y 13,6% en 
2017. En este sentido, la relativa estabilidad de los homi-
cidios dolosos contrasta con el crecimiento de la tasa de 
feminicidios. Tomando el último decenio, entre 2008 y 
2017 estos crecieron 41%. El aumento sostenido arroja 
un total de 2.677 feminicidios para todo el periodo6.
4 Datos del Ministerio de Seguridad de la Nación.
5 Plan nacional de seguridad para la reducción de feminicidios. 
Disponible en <https://www.argentina.gob.ar/sites/default/
files/plan_nacional_de_seguridad_para_la_reduccion_de_fe-
minicidios.pdf> 
6 Plan nacional de seguridad para la reducción de feminicidios. 
Disponible en <https://www.argentina.gob.ar/sites/default/
files/plan_nacional_de_seguridad_para_la_reduccion_de_fe-
minicidios.pdf> 
Para describir el fenómeno hay que recurrir al registro 
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)7. 
La mayoría de los feminicidios ocurre en la vivienda de 
la víctima: 71% en 2017; 66% en 2018. En cuanto a 
los medios utilizados para perpetrarlos, se destacan las 
armas blancas y las armas de fuego, así como también 
la fuerza física8. 
La mayoría de los feminicidios en Argentina fueron oca-
sionados por un varón con quien la víctima tenía un vín-
culo sentimental (pasado o presente). Sin embargo, si se 
agregan los vínculos familiares y conocidos, se corrobora 
que tres de cada cuatro fueron cometidos por una per-
sona del entorno de la víctima. De estas mujeres, 58% 
se encontraba en situación de convivencia con el agresor 
al momento del hecho (datos del 2018). 
En 39% de los casos de feminicidios de 2018 se corro-
boraron antecedentes de violencias previos entre víctima 
y agresor. Pero solo en 41% de esos casos las víctimas 
efectuaron una denuncia y únicamente 9% tenía medi-
das de protección vigentes al momento de su asesinato.
En la mayoría de los casos, las víctimas de feminicidios 
estaban en el rango etario de 18 a 44 años. En 2017-
2018 un total de veintidós víctimas eran migrantes, vein-
tiuna eran trabajadoras sexuales, diecisiete se encontra-
ban en embarazo, once tenían una discapacidad y tres 
pertenecían a los pueblos originarios. Asimismo, nueve 
víctimas pertenecían a la población travesti/trans.
En cuanto a los agresores, se repite la prevalencia del 
rango etario de 18-44 años (2017-2018). En estos años, 
un total de treinta y cinco autores (6,5%) eran miembros 
de las fuerzas de seguridad o pertenecían a una agencia 
de seguridad privada. Es de subrayar que la incidencia 
puede ser mayor, ya que en muchos de los casos se des-
conoce la ocupación del agresor.
7 Los datos corresponden al Registro nacional de feminicidios 
de la justicia Argentina, de la Corte Suprema de Justicia de la 
Nación. 
8 2017 y 2018 son los únicos años en que el registro de la CSJN 
discrimina el medio empleado para la comisión del feminici-
dio.
https://homicide.igarape.org.br/
https://homicide.igarape.org.br/
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/plan_nacional_de_seguridad_para_la_reduccion_de_femicidios.pdf
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/plan_nacional_de_seguridad_para_la_reduccion_de_femicidios.pdf
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/plan_nacional_de_seguridad_para_la_reduccion_de_femicidios.pdf
7
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA: BRASIL, URUGUAY Y ARGENTINA
2.3 URUGUAY9
En Uruguay hubo un aumento significativo de la letali-
dad en 2018. Sin discriminar por género, los homicidios 
aumentaron 46%. En 2017 hubo 284 homicidios;en 
2018 la cantidad escaló a 414. La tasa es de 11,8.
El aumento principal (38,5%) fue en el interior del país, 
mientras en Montevideo se registró un aumento de 
38%. Poco más de la mitad (51,4%) de los casos son 
aclarados, mientras 48,6% quedan sin aclarar. 46% de 
los homicidios fueron cometidos con arma de fuego.
Solo 11% de los homicidios se derivaron de hurtos, ra-
piñas u otro tipo de delitos contra la propiedad. El resto, 
89%, se originaron de conflictos entre personas que se 
conocen, asociación a actividades delictivas, entre otras 
causas.
Cabe destacar que los homicidios no son la mayor causa 
de letalidad en Uruguay. En 2018 hubo 668 suicidios, 526 
accidentes de tránsito y 414 homicidios. La letalidad pro-
vocada fue de 1.608 personas: 0,05% de la población. 
Respecto a la distribución por género, 358 (86%) de las 
personas asesinadas eran varones y 56 (14%) mujeres.
Producto de los roles de género, los hombres se exponen 
más –como víctimas y como victimarios– a la violencia. 
De los homicidios a varones, 60% fueron catalogados 
como “ajuste de cuentas”, una figura no jurídica para 
definir un homicidio sucedido por un conflicto asocia-
do a la actividad delictiva; 24% fueron conflictos entre 
personas que se conocen y otro tipo de conflictos, 11% 
derivado de hurtos y rapiñas y 5% fueron asesinados 
dentro de las cárceles. 
En el caso de los homicidios a mujeres, 64% fueron 
feminicidios u homicidios domésticos, en manos de su 
pareja, expareja u otro familiar; 9% fueron asesinadas 
en agresiones sexuales; 16% no tenían ninguna relación 
con su homicida, dentro de lo que se incluyen los delitos 
de hurtos y rapiñas: 12%.
9 Todos los datos aportados fueron brindados por el Ministerio 
del Interior de Uruguay.
En 2018 hubo treinta y cinco homicidios domésticos de 
mujeres. Veintiséis fueron tipificados como feminicidio. 
Dieciséis de ellas fueron asesinadas por sus parejas, siete 
por sus exparejas, una por alguien con quien tuvo un 
vínculo sexoafectivo eventual y cuatro mujeres fueron 
asesinadas por familiares: tío, hijo, exyerno, padrastro. 
En los restantes siete casos se desconoce el vínculo o no 
hay imputados.
Las mujeres asesinadas en 2018 tenían entre 2 y 86 
años. La edad promedio –sin considerar a una niña de 
dos años que forma parte de esta lista– es de 41 años. 
Los femicidas tienen entre 38 y 50 años promedio.
Once de las mujeres fueron asesinadas con armas de 
fuego, once con arma blanca, seis fueron asfixiadas, a 
cuatro las mataron a golpes, otra fue asesinada por in-
toxicación con gas, otra se presume que fue por ahoga-
miento y otra se cree que murió carbonizada. 
Respecto de los treinta y cinco femicidas, diez de los 
hombres se mataron luego del delito de género come-
tido. Hubo un alto nivel de imputación penal: veinte 
fueron procesados. Cuatro de esos veinte intentaron 
autoeliminarse pero no lo lograron. En los cinco casos 
restantes no hay datos sobre los homicidas.
Cincuenta y tres niñas y niños son hijas e hijos de mu-
jeres asesinadas durante 2018 en casos de violencia de 
género. Ese año se sumó una particularidad: dos fun-
cionarios policiales que fueron asesinados cumpliendo 
funciones en casos asociados a violencia de género.
Las cifras de homicidios a mujeres asociados a delitos de 
género se han mantenido estables en la última década, 
oscilando entre treinta y dos y cuarenta y dos casos por 
año. En 2018 se recibieron más de 32.000 denuncias 
policiales. De 2005 a 2018 las denuncias aumentaron 
581%. 
8
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
3
FACTORES ESTRUCTURALES Y DE RIESGO 
El principal factor explicativo de la violencia contra las 
mujeres en América Latina son las relaciones de género 
en un sistema patriarcal, y contribuyen a ello la depen-
dencia económica de las mujeres de su cónyuge, fallas 
en las medidas de protección y la impunidad de los per-
petradores.
3.1 RELACIONES DE GÉNERO 
EN UN SISTEMA PATRIARCAL 
Y LA DEPENDENCIA ECONÓMICA
Los expertos señalan que los rasgos de las sociedades 
machistas y patriarcales en la región contribuyen a los 
patrones de agresión contra las mujeres. A menudo, los 
casos reportados de feminicidio involucran a autores que 
informaron no aceptar la ruptura de un vínculo afectivo 
o el hecho de que su expareja tuvo una nueva relación. 
A las figuras del hombre y de la mujer siempre se les atri-
buyeron espacios y roles socialmente establecidos. Por 
un lado, el lugar del hombre es el espacio público, del 
sujeto que desempeña los roles de proveedor, protec-
tor y poseedor. Por otro, la mujer quedó históricamente 
confinada a la esfera privada, de las relaciones íntimas y 
familiares, tradicionalmente limitadas a las funciones de 
reproductora, cuidadora y responsable del hogar. En ese 
contexto, los atributos que de ella se esperan son pasivi-
dad, docilidad, sumisión y servicialidad. 
La inserción creciente de las mujeres en el mercado de 
trabajo tensó esa división de roles y los estereotipos aso-
ciados, al tiempo que la ampliación de la autonomía y 
del poder de elección femenino se extendió a otras es-
feras de su vida. También contribuyeron a eso, en un 
primer momento, los mayores índices de escolarización 
de las mujeres, y, posteriormente, el hecho de que el 
empoderamiento femenino haya ganado espacio en el 
debate público.
Cabe destacar que la dependencia económica de la mu-
jer en relación con su pareja puede ser determinante 
para que no se denuncien agresiones constantes. Mu-
chas veces, la alternativa para una mujer que depende 
de los recursos financieros del agresor para sobrevivir es 
recurrir a un refugio, pero esa medida tiene consecuen-
cias drásticas, como el abandono del hogar y la pérdida 
de los lazos afectivos. Cuando la víctima tiene hijos, el 
quiebre del ciclo de la violencia es más urgente, pero 
también más difícil.
A pesar de los avances observados en los últimos años, 
caracterizados por el crecimiento del movimiento femi-
nista y por la intensificación de las discusiones sobre las 
relaciones de género y la violencia que las atraviesa, las 
bases del sistema patriarcal son muy resistentes. La idea 
de que el hombre puede y debe ejercer control sobre el 
cuerpo y las elecciones femeninas aún encuentra eco, 
por más que su expresión pública sea condenable. Por 
eso, aún vemos actos extremos de violencia contra las 
mujeres, justificados por argumentos que remontan a 
tesis como la defensa del honor.
3.2 HISTORIAL DE AGRESIONES 
Y FALLAS EN EL SISTEMA 
DE SEGURIDAD Y JUSTICIA
Frecuentemente, el homicidio de una mujer por su 
compañero o excompañero es precedido por años de 
agresiones verbales y físicas. Ese tipo de violencia suele 
caracterizarse por ir escalando con el paso del tiempo. Y 
si bien algunas de las víctimas buscan ayuda del sistema 
9
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA: BRASIL, URUGUAY Y ARGENTINA
de justicia criminal, no siempre la encuentran. Gran par-
te de las mujeres asesinadas por sus compañeros tenían 
historias repetidas de violencia y agresiones, lo que indi-
ca la necesidad de una red de protección estructurada, 
lista para atender a mujeres víctimas de agresiones, que 
las ayude a romper ese ciclo de violencia. Cuando las 
agresiones ocurren y no hay ninguna respuesta, la ten-
dencia es a que crezcan en intensidad, pudiendo culmi-
nar en la muerte de la mujer.
De hecho, la mujer víctima de violencia física y/o sexual 
necesita superar el constreñimiento asociado a esa con-
dición para que pueda buscar a la policía y denunciar 
a su agresor. En ese sentido, policías preparadas para 
acoger a la víctima de ese tipo de crimen son esenciales 
para que, por un lado, las agresiones sean notificadas y 
tengamos la real dimensión del problema y, por otro, los 
autores sean identificadosy castigados10. Desafortuna-
damente, hay casos recurrentes de víctimas de violencia 
de género en América Latina que no tienen acceso a 
organismos públicos especializados para denunciar abu-
sos, así como ejemplos de víctimas que no reciben un re-
fugio adecuado o se les niegan medidas de protección. 
En Brasil, por ejemplo, los casos de feminicidio tienden 
a ir más rápido en los tribunales, pero solo el 6% llegan 
a juicio y el 5% de los sospechosos son condenados. En 
Argentina, luego de cinco años de sancionada la ley de 
feminicidios, llegaron a condena solamente cincuenta y 
cuatro casos ocurridos entre 2013 y 201511, periodo en 
el que fueron asesinadas 766 mujeres por razones de 
género. 
10 “Monitor da Violência: dois anos depois, quase metade dos 
casos de morte violenta continua em aberto na polícia”, G1. 
Disponible en <encurtador.com.br/agnGP>
11 Datos de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las 
Mujeres del Ministerio Público Fiscal de Argentina. 
https://homicide.igarape.org.br/
10
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
establezcan mecanismos de evaluación de políticas que 
contemplen la participación activa de los diferentes co-
lectivos de mujeres, trans y travestis. 
Para concluir, una puesta en común de algunas líneas 
de acción en las que la mayoría de nuestros países han 
dirigido esfuerzos (con diferentes resultados) y un seña-
lamiento de algunos ejes que permanecen vacantes y 
podrían abrir nuevos lineamientos de políticas públicas. 
4.1 SISTEMAS DE ATENCIÓN 
A LAS MUJERES EN SITUACIÓN 
DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Nuestros países han creado organismos y mecanismos 
para atender y cuidar a las víctimas de violencia de gé-
nero. Esa atención comprende la disponibilidad de re-
fugios, no siempre disponibles, y la posibilidad de aten-
der necesidades de salud, educación, trabajo e inclusive 
asistencia legal, entre otras cuestiones. En la mayoría de 
los casos la solución habitacional o de vivienda de las 
víctimas suele ser un asunto crítico, los refugios general-
mente son una solución temporal, pero superada deter-
minada etapa hacen falta soluciones de largo plazo, que 
muchas veces no llegan.
4.2 JUZGADOS Y COMISARÍAS 
ESPECIALIZADOS EN VIOLENCIA 
BASADA EN GÉNERO, DOMÉSTICA, 
SEXUAL Y MEDIDAS DE 
PROTECCIÓN A LAS VÍCTIMAS
En Uruguay, por ejemplo, existen juzgados especializa-
dos en violencia de género, pero su implementación es 
4
POLÍTICAS ENSAYADAS Y PROPUESTAS
El reconocimiento de la magnitud y la diversidad de ma-
nifestaciones de la violencia contra las mujeres ha dado 
lugar a que en todos los países de la región se ensayaran 
distintas respuestas institucionales dirigidas a prevenir, 
erradicar y sancionar estas violencias, así como también 
a asistir a las mujeres.
Es importante destacar que nuestros países han dado 
importantes pasos normativos12, pero la implementación 
de esos marcos legales ha sido en buena medida defi-
ciente, y uno de los problemas más graves para resol-
ver es que la mayoría de los programas no cuentan con 
los recursos financieros necesarios para lograr mejores 
resultados. Todo esto, con la complejidad que implica 
que se traduzca en prácticas y decisiones instituciona-
les el reconocimiento de las múltiples expresiones de las 
desigualdades y discriminaciones fundadas en el género, 
sabiendo que las instituciones que integran el sistema de 
justicia y seguridad son también productoras –cuando 
no amplificadoras– de estas violencias.
En este sentido, hay un desafío transversal a las deman-
das de los movimientos feministas: evitar que sus recla-
mos se conviertan en justificación de la ampliación in-
discriminada del poder punitivo del Estado. Eso refuerza 
la necesidad de producir información y análisis criminal 
con perspectiva de género de una manera que permi-
ta dilucidar en qué momento y con qué instrumentos 
debe intervenir el Estado. Al tiempo que exige dar una 
discusión seria respecto de la eficacia de las diferentes 
intervenciones. Es preciso que se mejore la rendición 
de cuentas de las instituciones intervinientes y que se 
12 Brasil: ley nº 11.340 (“Lei Maria da Penha”); Uruguay: ley 
19.580; Argentina: ley 26.485 (ley de protección integral a 
las mujeres).
11
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA: BRASIL, URUGUAY Y ARGENTINA
tan reciente que sus resultados no pueden evaluarse. 
En Argentina esa es una de las discusiones recurrentes. 
Hasta el momento la violencia doméstica en particular 
entrecruza las intervenciones de juzgados de familia y 
juzgados penales, lo que representa problemas serios 
para lograr ciertas medidas de protección a las víctimas. 
En Brasil, la creación de comisarías de la mujer fue una 
conquista muy importante del movimiento feminista. Sin 
embargo, en la ciudad de São Paulo, por ejemplo, esas 
comisarías no funcionan veinticuatro horas al día ni los 
fines de semana, cuando los casos de agresión son más 
frecuentes. En otras capitales hay apenas una comisaría 
especializada, lo que dificulta el acceso a ese servicio. 
Por esa razón, muchas víctimas acaban buscando comi-
sarías comunes, donde son mayores las posibilidades de 
que no reciban la atención adecuada. No obstante, aun 
en las comisarías de la mujer hay situaciones de flagran-
te falta de respeto. 
4.3 OBSERVATORIOS SOBRE VIOLENCIAS 
BASADAS EN GÉNERO
El establecimiento de mecanismos institucionales desti-
nados al monitoreo, recolección, producción, registro y 
sistematización permanente de datos e información so-
bre las violencias de género es un desafío compartido 
por los tres países. La ausencia de información útil para 
la toma de decisiones dificulta el diseño de estrategias 
de prevención e impide evaluar la efectividad de las me-
didas adoptadas.
En Argentina se ha avanzado en la producción de datos 
sobre violencia doméstica, feminicidios y transfemini-
cidios. Sin embargo, es necesario avanzar en estudios 
tendentes a dar cuenta de la prevalencia e incidencia de 
las violencias de género no letales y en los diferentes ám-
bitos en donde las mujeres desarrollan sus trayectorias 
vitales. Asimismo, una fuerte demanda del movimiento 
LGBTT, pendiente, es la necesidad de avanzar en la visi-
bilización de las violencias en razón de identidades de 
género y orientaciones sexuales no normativas.
4.4 DESARROLLO DE PROTOCOLOS 
O GUÍAS PARA LA INVESTIGACIÓN 
DE DELITOS SEXUALES, FEMINICIDIOS 
Y OTRAS VIOLENCIAS DE GÉNERO
En los últimos años, nuestros países también avanzaron 
en la aprobación de guías o protocolos de actuación 
para la investigación de las muertes violentas de mujeres 
y los casos de violencia doméstica. En menor medida, 
también se trabaja en el establecimiento de pautas para 
la investigación de agresiones sexuales. Sin embargo, 
hay que destacar que la aplicación efectiva de estos ins-
trumentos depende de que su implementación se inscri-
ba en un proceso de seguimiento, acompañamiento, ca-
pacitación y evaluación de los resultados. En Brasil, por 
ejemplo, ONU Mujeres Brasil y el gobierno federal lanza-
ron las “Directrices nacionales para investigar, procesar 
y juzgar con perspectiva de género las muertes violentas 
de mujeres - feminicidios” en 2016, pero solo cinco es-
tados adhirieron a su implementación: Maranhão, Mato 
Grosso do Sul, Piauí, Río de Janeiro y Santa Catarina.
Se trata de una acción importante para estandarizar los 
abordajes, evitar procesos re-victimizantes y asegurar la 
sanción de los agresores. Pero no es un trabajo de única 
vez, las intervenciones forenses, la forma de investigar 
estos delitos y la construcción de evidencia válida para 
un juicio es un terreno de disputa, por lo que es necesa-
rio que estos instrumentos se vayan evaluando confor-
me se hace una revisión crítica de la experiencia.
4.5 CAPACITACIÓN 
Laformación especial en género de todo el personal de 
organismos públicos intervinientes en casos de violencia 
de género (desde las áreas de salud, pasando por las de 
asistencia social y fundamentalmente por las policías y 
los funcionarios judiciales) es también un eje presente en 
casi todos los países. Sin embargo, en general, muchas 
veces no son actividades permanentes ni obligatorias, ni 
condición para el acceso al cargo. 
También hay que señalar que estas capacitaciones en-
cuentran un límite claro en la forma que las propias ins-
tituciones abordan las violencias que se producen en su 
12
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
interior. La capacitación en género debe acompañarse 
con políticas que promuevan los derechos de las mujeres 
y trabajen en remover y sancionar las prácticas sexistas, 
un aspecto a considerar especialmente en las fuerzas de 
seguridad y los organismos judiciales.
4.6 ACCIONAR POLICIAL Y 
COORDINACIÓN CON EQUIPOS SOCIALES
El rol de la policía y su capacitación para abordar casos 
de violencia intrafamiliar es fundamental. La coordina-
ción con los equipos sociales se debe mejorar. Es preciso 
generar protocolos para el accionar policial que contem-
plen la recepción de denuncias, el abordaje de situacio-
nes de crisis y otro tipo de emergencias asociadas a esta 
problemática. La coordinación entre la policía y los equi-
pos sociales es fundamental. Además, se debe valorar la 
incorporación de la tecnología para la investigación y el 
monitoreo de situaciones de violencia basada en género.
ACERCA DE LAS AUTORAS
Denisse Legrand. Licenciada en gestión cultural; comu-
nicadora. Diplomada en intervenciones pedagógicas en 
contextos de encierro en la Universidad Nacional de San 
Martín, Buenos Aires, y en penalidad juvenil en la Facul-
tad de Ciencias Sociales de la de la República. Coordina 
NADA CRECE A LA SOMBRA, programa socioeducativo en 
cárceles. Docente del Centro de Formación Penitenciaria 
(Cefopen). Editora de Feminismos en la diaria (prensa 
escrita). 
Stephanie Morin. Maestra en derecho de la Facultad 
de Derecho de la Universidad de Nueva York y licenciada 
en relaciones internacionales de la de Brown. Gerente 
de Gestión del Conocimiento en el Instituto Sou da Paz 
en São Paulo.
Sidonie Porterie. Licenciada en ciencias políticas por la 
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional 
de Buenos Aires. Directora del Instituto Latinoamericano 
de Seguridad y Democracia (Ilsed), integra de la junta di-
rectiva del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias 
Penales y Sociales (Inecip) y es asesora legislativa. Miem-
bro fundadora e integrante de la Red Argentina para el 
Desarme y la Iniciativa Ciudadana de Control del Sistema 
de Inteligencia (ICCSI). 
PIE DE IMPRENTA
Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) 
Calle 71 nº 11-90 | Bogotá-Colombia
Responsable
Kristina Birke Daniels
Directora del Proyecto Regional de Seguridad 
y representante de la FES Colombia 
Catalina Niño 
Coordinadora de proyecto 
catalina.nino@fescol.org.co
Bogotá, marzo de 2020
El uso comercial de los materiales editados y publicados por 
la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) está prohibido sin autorización 
previa escrita de la FES.
SOBRE ESTE PROYECTO
pactos sobre la democracia en la región. Para alimentar 
esas discusiones, la Red organizó el primer Congreso de 
seguridad incluyente y sostenible, el 18 y 19 de octubre 
de 2019. Los autores de este documento son miembros 
de la Red y participaron en el Congreso. 
Para más información, consulte 
https://www.fes-colombia.org/fes-seguridad/ 
Este documento es un producto del proyecto de la Frie-
drich-Ebert-Stiftung (FES), Red Latinoamericana de Segu-
ridad Incluyente y Sostenible, formada por expertos in-
ternacionales provenientes de los ámbitos de la política, 
la academia, la diplomacia, el sector de seguridad y las 
organizaciones de sociedad civil. La Red se creó como un 
espacio permanente de discusión sobre los desafíos a la 
paz y la seguridad que enfrenta América Latina y sus im-
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES DE AMÉRICA LATINA
PANORAMA Y DESAFÍOS DE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN TRES PAÍSES 
DE AMÉRICA LATINA: BRASIL, URUGUAY Y ARGENTINA
Entre 2007 y 2013, muchos países 
de la región hicieron cambios de 
políticas y legislativos para abordar 
la impunidad en casos de muertes 
violentas de mujeres, promulgando 
leyes especiales para enfrentar el 
feminicidio o incorporando factores 
agravantes en los códigos penales. 
El artículo analiza las características 
del feminicidio en América Latina a 
partir de los casos de Brasil, Argen-
tina y Uruguay, y algunos factores 
que contribuyen a la violencia letal 
contra las mujeres y que se repi-
ten en muchos países de la región. 
Además, resalta algunas políticas 
públicas fundamentales para preve-
nir y enfrentar el problema.
América Latina es la región más vio-
lenta del mundo: con 8% de la po-
blación mundial, concentra 33% de 
los homicidios. En este contexto la 
violencia contra las mujeres es muy 
alta, aun si la mayoría de las vícti-
mas de homicidio son varones. En 
parte por eso los feminicidios tien-
den a invisibilizarse y a verse como 
un problema menor, por lo que las 
políticas públicas con frecuencia no 
los atienden de manera adecuada.
Muchos feminicidios resultan de la 
violencia doméstica, como último 
escalón de una serie de agresio-
nes en el contexto de las relaciones 
afectivas. Son crímenes que además 
tienen muchas víctimas indirectas, 
dado que los/as hijos/as de las mu-
jeres asesinadas quedan huérfanos 
de madre y con sus padres encarce-
lados o huyendo.
Algunos factores que explican este 
fenómeno son la persistencia de 
una cultura patriarcal y xenófoba, 
la desigualdad económica y de 
género y las graves deficiencias en 
los sistemas de seguridad y justicia, 
que se relacionan con la baja tasa 
de denuncia y con la negligencia en 
la atención a las víctimas. 
Un sello distintivo de la violencia 
de género en América Latina es la 
estrecha relación del autor con la 
víctima, lo que se relaciona con la 
tendencia característica de violencia 
contra la mujer, que se expresa en 
las relaciones íntimas de pareja por 
medio de la dependencia patrimo-
nial y la violencia psicológica. Estas 
características desafían las políticas 
de prevención y protección porque 
ocurren dentro de relaciones en las 
que se espera confiar y que se con-
vierten en tabúes por referirse a la 
esfera doméstica y familiar.
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