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UNIDAD 2 Archenti y Wallace “Raza y racismo”. I. ¿Cuándo y en qué contexto surge el concepto de raza? (S. XVIII y XIX) Desde que los europeos se alejan de sus costas, observan cómo, en distintas regiones, se encuentran humanos de características físicas diversas. Comienza a plantearse el problema de las clasificaciones raciales. Pretenden ser descripciones de los grupos geográficamente localizados sin rigor metodológico. En el S. XVIII, los Iluministas, tratan de replicar el método científico, creando los primeros intentos de clasificación rigurosa de los tipos raciales. Las diferencias son atribuidas al medioambiente, entendido como condicionante geográfico, social y natural, y a los efectos de una educación. El condicionamiento del medio geográfico, social y natural preponderaba sobre las diferencias hereditarias entre los hombres. Establecían correlación entre diferencias culturales y psicológicas con las raciales, pero éstas estaban condicionadas por el medio. En 1761, Linneo habla por primera vez del Homo Sapiens, nombrando a la especie del género humano, en oposición el Homo Trogloditis, al que diferencia por carecer de lenguaje y raciocinio. Blumenbach hace descripciones del hombre, su estructura anatómica, medidas craneanas, color de piel, ojos, cabello. Apoyó la “perfectibilidad” de los individuos pertenecientes a las razas de color. Buffon utiliza por primera vez la palabra “raza” con connotación científica: hace un listado de todas las variedades humanas conocidas por él, con un enfoque descriptivo, sin intentar clasificación. A fines del S. XVIII aparecen trabajos comparando al hombre blanco y al negro, presentando al último como un ser inferior por su incultura. El contexto es el del enfrentamiento esclavista-antiesclavista. En el S. XVIII parte del campo científico apoyaba la idea de que las diferencias raciales eran inconsistentes y dependían de los aspectos naturales y culturales del medio. Los poligenistas de la primera mitad del S. XIX, rechazaban la idea de la “creación”, consideraban las razas como divisiones permanentes con distintas capacidades hereditarias para acceder a la civilización. Los evolucionistas de fines de siglo consideraban las diferencias raciales como un factor en el estudio del comportamiento humano. Se buscaba establecer, en función del esquema evolutivo, las más primitivas a las más avanzadas manifestaciones humanas, buscando las claves en rasgos físicos promedio, comienzan a tener importancia, partiendo del evolucionismo, las clasificaciones raciales jerárquicas, por lo que los grupos depositaron sus prejuicios. El conde de Gobineau, compara los cráneos de los indios hurones y deduce que éstos no podían tener ni un espíritu equivalente al de un europeo. Sostenía que el mestizaje conducía a la Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M degeneración de la humanidad. En el S. XIX fueron sustentación científica del dogma de la superioridad de la raza aria proclamado por la Alemania nazi. En este contexto se desarrolla la antropometría, por medio de los trabajos de Brocca y otros, trataban de establecer correlaciones entre las dimensiones craneales y del cuerpo de las distintas razas y las aptitudes psicológicas y socioculturales. En el darwinismo social de Spencer, lo social se subsume en lo biológico mediante la selección natural y la supervivencia del más apto. Las desigualdades generadas por el capitalismo e imperialismo debían conciliarse con los principios igualitarios cristianos, y la atracción de modalidades de racismo “científico” ejerció influencia sobre los intelectuales. II. Las razas y su clasificación (S. XX) El conde Gobineau inició las clasificaciones raciales jerárquicas de manera sistemática, por lo que es considerado el fundador de la doctrina racista. Algunas de las conclusiones a la que llegaron investigadores sobre “la superioridad del tipo rubio dolicocéfalo”: 1. En países de razas mestizas, la riqueza varía en razón inversa al índice cefálico; los individuos de índice más bajo, son los más ricos. 2. Las ciudades son habitadas por los grupos más dolicocéfalos, mientras en las zonas rurales dominan los braquicéfalos. 3. La vida urbana ejerce influencia selectiva contra los braquicéfalos. 4. Clases sociales superiores son más dolicocéfalas que las anteriores; la competencia para alcanzar más altas situaciones sociales tiende a eliminar las cabezas redondas, frecuentes en obreros. Estas doctrinas toman auge entre la primera posguerra mundial hasta el final de la segunda. Los estereotipos, prejuicios y discriminación raciales gozaron amplio apoyo y difusión. II. 1 Las clasificaciones tradicionales En la delimitación de la raza, la noción clásica se apoya en una argumentación naturalista, considera que el Homo-Sapiens es una más entre el conjunto de las especies animales y que se deben aplica las mismas categorías vigentes para el estudio de otras especies. El concepto de especie califica a una entidad cerrada, el de raza a una entidad abierta. El hombre como especie presenta diferenciaciones internas, variabilidad intraespecifica, que constituye las denominadas subespecies o razas, definidas como grupos geográficamente localizados, cuyos individuos engendran productos fecundos por cruzamientos entre ellos. Las razas constituyen entidades abiertas biológicamente, puesto que razas diferentes pueden producir descendencia. Según Vallois, las razas humanas son agrupaciones naturales de hombres que presentan un conjunto de caracteres físicos hereditarios comunes, sean cuales fueren sus lenguas, costumbres o nacionalidades. La humanidad se dividía en cuatro grandes grupos raciales, cada una definida por la asociación de un conjunto reducido de caracteres físicos morfológicos: color de piel, forma y textura de los cabellos y forma de la nariz. Las 4 grandes razas son: australoides, negroides, mongoloides y europoides. Los negroides tienen la piel oscura, los cabellos crespos, la nariz ancha; Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M las razas blancas tienen piel clara o morena, cabellos rizados u ondulados, nariz delgada; las razas amarillas tienen la piel amarillenta, cabellos rectos o apenas rizados, nariz de anchura variable; las razas autroloides tienen disposiciones anatómicas poco especializadas con respecto al resto. De ello resultaba la construcción de un tipo físico ideal perteneciente a cada categoría racial, se conjugaban determinados caracteres morfológicos hereditarios. Para Vallois, esta división en grandes razas sería natural debido a que cada una de ellas estaba asociada con un espacio geográfico definido: Europa raza blanca; África, India y Oceanía para negros, etc. Cada grupo sería el resultado de una larga adaptación a determinada área del planeta. Esta concepción de razas dominó la Antropología física hasta los ’50. La raza constituye la única agrupación humana basada exclusivamente en criterios físicos. La argumentación clásica que sostiene la existencia de las grandes razas, conduce a una imagen separada en cuatro grandes grupos relativamente homogéneos y con marcadas diferencias. II. 2 Las discusiones actuales Raza es un concepto teórico, una construcción intelectual. Lo que observamos son individuos con distintas características físicas, pero no distintas razas ¿Cuál es el origen de esta dificultad para clasificar rigurosamente grupos que son tan distintos? Desde el principio de los tiempos, la historia del hombre es la historia de sus migraciones. La guerra y la conquista han implicado la mezcla entre los diversos pueblos. De ahí que haya una variabilidad en los tipos humanos. Es mayor la diversidad dentro de un mismo grupo que entre los grupos. Recientemente los antropólogos descubrieron que la correcta descripción de un grupo pasa por elanálisis y la descripción de las características de la variabilidad de los elementos en cuestión, dando cuenta que la falta estaba en las herramientas conceptuales con las que enfocaron su objeto de estudio. Lo que explica la relación entre los distintos grupos son las unidades aisladas, genes, fisiológicamente asociados con esos caracteres. No poder clasificar los grupos en función de esos caracteres se debe a que los mismos se comportan como la expresión de un número de unidades independientes, relacionadas o no, que entraron en su formación. Los materiales evolutivos están representados por “paquetes químicos” discontinuos y puede ser solo parcialmente responsable de algún rasgo. En la actualidad, muchos acuerdan con la postura según la cual las divisiones tipológicas de la humanidad en grupos raciales son arbitrarias y artificiales. Podemos identificar dos puntos de vista con respecto a la utilidad del concepto de raza en estudio de biología humana. Hay científicos que mantienen la utilidad del concepto, precisado como unidad definida estadísticamente. Por otro lado, hay especialistas que niegan toda capacidad explicativa al concepto y concluyen que el estudio de la variedad intraespecifica en humanos será más fructífera si prescindimos de dicho concepto. Los sistemáticos actuales tienden a considerar las múltiples combinaciones de todos los caracteres que varían geográficamente en discordancia, se multiplica el número de razas, haciéndose cada vez más “locales” (delimitadas geográficamente). La denominación de las razas se basa en su área geográfica de origen o en el nombre de una etnia. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M ¿Cuáles son los argumentos de aquellos científicos que consideran desechar el concepto de raza para mejor explicar las diferencias entre poblaciones? Las críticas al concepto clásico de raza tienen dos aspectos: 1) las “grandes razas” de los antropólogos, coinciden con las razas establecidas por el sentido común, no constituyen entidades naturales. Son categorías construidas conceptualmente y arbitrarias; 2) las diferencias biológicas entre poblaciones blancas, amarillas y negras son mínimas, no fundamentan la idea de subdivisiones de la especie humana. 1. El concepto de “gran raza” de Vallois, se apoya en un diagnóstico morfológico, dejando de lado la gran variabilidad de la mayoría de los caracteres morfológicos en las poblaciones. La noción de raza en el sentido común del término no es un concepto tan natural como parece a primera vista. Las poblaciones humanas son extremadamente diversas y una categoría como la de gran raza, que se basa en un número limitado de caracteres distintivos. Siempre hay poblaciones que no entran en estas categorías muy globalizantes. Por lo tanto, si se quiere abarcar la infinita variedad de la especie humana, hay que multiplicar las categorías raciales. El interés en grupos sanguíneos, tisulares y formas variables de proteínas radica en que su determinación genética es fácilmente identificable, dando herramientas para clasificar a las poblaciones por la frecuencia de los genes. Se construyen así mapas mundiales de la distribución de numerosos genes, comprobando que las distribuciones de genes en las poblaciones mundiales no se superponen. Las compartimentaciones de la especie humana logradas en base a los grupos sanguíneos tampoco coinciden con las divisiones en cuatro grandes razas geográficas. La elección de esos caracteres ha sido arbitraria y mal fundamentada. El precio es la pérdida de gran cantidad de información sobre la variación en el seno de la especie. 2. Al grado de diferencias real entre poblaciones blancas, negras y amarillas. ¿Cuáles son las conclusiones a las que se ha llegado? Coinciden con la mezcla entre los hombres dada por la migración, guerra y conquista. El interés principal del concepto y sus derivaciones, en el enfoque específico de la antropología social, está en la presencia o ausencia de relaciones entre raza y cultura, raza y sociedad, raza y cambio social. El rasgo característico de la opinión moderna acerca de la relación entre raza y cultura es que los contenidos y modificaciones de las diversas formas culturales en los diversos grupos de la especie Homo-Sapiens, no se ven afectados de modo importante por peculiaridades genéticas. III. La raza como concepto social. Pasaremos a analizar raza en tanto concepto social, los procesos sociales en los que individuos y grupos utilizan el concepto de raza para categorizar y ordenar el universo en el que interactúan. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M El estudio de la raza social es un aspecto fundamental del estudio de la estructura social, y raza biológica se basa en la frecuencia real de los genes. Diferenciar razas socialmente definidas se ha de atender tanto a las características biológicas comunes como a los rasgos socioculturales comunes. Las razas sociales están formadas por grupos de significación subjetiva, sin limitaciones de edad y sexo; viene dado desde el nacimiento hasta la muerte e implica determinados derechos y obligaciones de acuerdo al contexto sociocultural específico. El instrumento ideológico que mantiene la cohesión de estos grupos es la idea de descendencia. Existe una coincidencia con los grupos de parentesco, el criterio de identificación se basa en principios de descendencia comúnmente permitidos, unido a normas de comportamiento. Las sociedades racialmente heterogéneas no tienen que dividirse en razas sociales de significación estructural. La ausencia de reglas de descendencia claras hace que se produzcan discrepancias en relación a la identidad de los individuos, siendo ambigua y fluctuante. Según Robert Park, las relaciones raciales serían aquellas susceptibles de producir conflictos raciales o conciencia de raza y determinan el estatus relativo de los grupos dentro de la comunidad. Otros conceptos que se utilizan para referirse a distintas formas de relaciones entre grupos son los de relaciones étnicas y de mayoría-minoría. La primera no se limita solo en el análisis del comportamiento entre personas dotadas de características raciales diferentes. Aparte de raza, los caracteres pueden ser religión, nacionalidad, idioma, etc. Los grupos étnicos se diferencias de otros con los que conviven por características distintivas que los hacen conscientes a ellos y a los demás de esa diferencia. La identidad étnica se construye en situaciones de contacto interétnico, surge por oposición y contraste con otros. Las minorías serían grupos étnicos que ocupan una posición subordinada en las comunidades donde residen. La segregación de que son objeto por parte de otros grupos de la sociedad se combina con restricciones políticas. IV. ¿Por qué existen los prejuicios? El prejuicio racial es el argumento para justificar la separación, discriminación y explotación de un grupo se basa en las diferencias biológicas que dicho grupo presenta para el grupo acusador. Estos prejuicios son construcciones sociales dinámicas que se modifican al calor de relaciones complejas entre grupos humanos. El grupo humano, en su relación transformadora con la naturaleza, es el que hace posible la emergencia de este nuevo nivel que lo distingue y lo define. Este grupo crea en sus relaciones sociales su propio código, lenguaje, herramientas, mitos y creencias, su cultura, diferente de la de otros grupos humanos. Desde el origen de la humanidad hubo diferencias que fueron ampliándose y profundizándose, constituyendo el lugar donde germinaron los prejuicios entre los grupos. Los antropólogos lo conceptualizaron como etnocentrismo, o sociocentrismo, es considerar a ese otro cultural, desconocido y temido como inferior, bárbaro, no hombre, etc. Vincularon esta cuestión con la endoculturación,ese proceso humano mediante el cual el individuo incorpora los códigos culturales de la sociedad en que ha nacido, con los que interpreta etnocéntricamente su mundo social y el de los otros. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M ¿Por qué se afianzan, perduran, reaparecen o desaparecen determinados prejuicios en una sociedad? Las sociedades humanas, en su acción transformadora del medio, contaron con la organización del trabajo. Se establecieron, desde las sociedades más simples, reglas que normaban las relaciones entre los grupos. Ello constituyó una condición que posibilitó la vida social del hombre. La organización adquirió características diversas, esto se vincula a la escala de la sociedad, que depende del sistema productivo que sustenta a cada una: sociedad cazadora-recolectora, sociedad agrícola, sociedad industrial. Las relaciones entre los grupos humanos tienden a asumir caracteres de desigualdad crecientes en relación directa a la escala de las mismas. Esta visión amplía de la historia humana donde las relaciones de poder entre los grupos se han definido partiendo de relaciones asimétricas condicionadas por determinadas estructuras económicas, nos servirá para considerar los prejuicios en general y el prejuicio racial en particular como parte de las ideologías de grupo que interactúan en sociedades específicas. Las relaciones entre grupo implican relaciones político-económicas interpretadas en la cognición de los actores sociales de manera sociocéntrica, de acuerdo a la ideología de cada grupo. Supone la existencia de una variada gama de prejuicios de acuerdo a los tipos de relaciones sociales, prejuicios que, cobran existencia desde los orígenes de la condición humana. V. Racismo. Génesis y actualidad de los prejuicios raciales Para Eduardo Menéndez, la ambigüedad, contradicción y confusión respecto de los datos, información específica y básica respecto a la temática racial aportadas por la antropología física ha posibilitado la aparición de teorías y doctrinas que conducen a su instrumentalización racista. ¿Desde qué perspectiva teórica podemos aprehender la temática del racismo? Hay dos enfoques teóricos. Uno que lo fragmentara presentándolo como problema particular, racismo antinegro, antisemita, antiindigena; y lo analiza a partir de situaciones empíricas. Otro intenta partir de la totalidad que representa recuperar su historicidad, para lograr la comprensión de las problemáticas particulares. Para Menéndez tanto el problema del racismo en cuanto situación histórica social objetiva, como las interpretaciones teóricas que tratan de interpretarlo, debe ser encuadrado dentro del proceso de surgimiento, desarrollo, mantenimiento y crisis de una forma de organización socioeconómica; la establecida en Europa a partir del S. XVIII. Para nuestro problema puede arrancar en el período de conquista y expansión europea iniciado en el S. XV, adquiere en el S. XIX caracterizaciones sistemáticas que estructuran la emergencia del racismo como fenómeno inherente a ese tipo de estructura y organización social. Hasta este período, el problema del racismo, tal como se manifestó a partir del S. XVIII hasta la actualidad no había aparecido en la historia. Con anterioridad a ello, las diferencias estaban basadas en factores culturales. El presunto sentimiento de aversión y hostilidad hacia lo distinto o extraño pudo haber estado ligado a la generación de actitudes hostiles frente a grupos que afectaron la seguridad de los pequeños grupos “primitivos”. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M El racismo basado en factores biológicos, es productivo de un tipo particular de organización socioeconómica que lo genera a partir de las contradicciones objetivas que se expresan en su seno. Según Litle, las relaciones raciales son un fenómeno propio de una época determinada de la historia de la humanidad, que se remonta a las primeras tentativas llevadas a cabo por los europeos para explotar los territorios de ultramar, llegando a formar parte integrante de la doctrina económica e imperialista del colonialismo. Las actitudes y los antagonismos raciales dependen de la estructura social occidental considerada en su conjunto y resultan de movimientos sociales que han orientado la evolución de esta sociedad desde hace años. Desde la antropología, el reconocimiento de que la generación de la discriminación racial se opera a partir de las relaciones coloniales, ha sido expresado por autores, podría decirse que ello aconteció desde 1930, desde la segunda postguerra y ulterior proceso de descolonización. Según Bastide, relativizar la idea de que el racismo es una invención del S. XIX y que está vinculado con la Revolución Industrial. Ese racismo se desarrolló en esa etapa a partir de líneas previamente trazadas que ya aislaban a ciertos grupos humanos de otros. Para desentrañar la manera en que se operan las relaciones raciales en el mundo occidental, es necesario llegar al nacimiento mismo de la civilización occidental. El mundo occidental es cristiano. Las tres fronteras del mundo cristiano son el judaísmo, el islam y el paganismo de asiáticos y africanos. La oposición entre ellos es cultural antes que racial. Desde una perspectiva de corte psicosocial, una postura que agrega elementos para el tratamiento de la discriminación racial. Según Memmi, plantea que es frecuente que nuestras reacciones ante el contacto con seres diferentes estén cargadas de inquietud, desconfianza, rechazo agresivo. Son conductas que se basan en el miedo. Este rechazo agresivo del prójimo no es plenamente racismo. La elaboración del discurso racista parte de ahí en virtud de condiciones culturales y sociales preexistentes. Es la seudolegitimación de la agresión y del provecho en nombre de diferencias que, valorizan al acusador y desvalorizan a su víctima. El racismo, entendido como la supuesta superioridad racial basada en una supuesta pureza biológica que debe traducirse en ventajas, es un mecanismo ideológico, una coartada de la dominación y expoliación. Plantea que el racismo forma parte de un mecanismo más general, del que es un caso particular. Con el término heterofobia se designa el carácter general del comportamiento humano, consiste en el rechazo aterrorizado y agresivo del prójimo. El carácter singular del racismo designa la clase de heterofobia que utiliza el miedo a la diferencia biológica y racial para justificar agresiones y privilegios. El racismo es la valoración generalizada y definita de las diferencias biológicas, reales o imaginarias, en beneficio del acusador y en detrimento de su víctima, con el fin de justificar la agresión. Desde la colonización, ha existido el esfuerzo sistemático por justificar la agresión contra un grupo que se presenta como biológica y psicológicamente inferior. Memmi plantea que existe una correlación entre la trata de negros y los primeros argumentos de racismo biológico. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M La idea de Memmi es que sólo en épocas relativamente recientes surge el intento de explicar sistemáticamente el racismo en base a una supuesta ciencia. Es a fines del S. XIX que la Europa culta cree que el género humano se divide en razas inferiores y superiores. El racismo fue la ideología cómo de los inicios de la colonización, de la trata de negros y del antisemitismo. Los prejuicios raciales se constituyen en verdadera doctrina durante los S. XVIII y XIX. Sin embargo, hubo un período corto, coincidente con la difusión de los principios de las revoluciones americana y francesa y la campaña antiesclavista en Inglaterra, que podría haber atenuado los prejuicios raciales. La teoría de la evolución ejerció una influencia sobre la ideología racista. Los blancos acogieron el darwinismoque venía a afianzar y a confirmar su política de expansión y agresión, a expensas de pueblos inferiores; llegando a la época en que las naciones poderosas constituían su imperio colonial: el que los grupos humanos inferiores estuvieran reducidos a la esclavitud o cayeran bajo las balas, venía a confirmar la teoría según la cual un grupo humano inferior es sustituido por otro superior. El plano de la política internacional, el racismo excusa la agresión, porque el agresor no está sujeto a ninguna consideración hacia los extranjeros que, pertenecientes a razas inferiores, deben ser colocados al mismo nivel que las bestias. Acogieron con regocijo la tesis biológica darwiniana y sacaron de ella lo que se denomina darwinismo social, mediante el que pretendieron justificar sus privilegios sociales y económicos. Esto no tiene nada que ver con los principios biológicos de Darwin, ya que los progresos de la biología fueron explotados tendenciosamente y extrapolados a lo social para dar explicación. La naturaleza ha creado diferencias. Esas la sociedad las ha convertido en desigualdades. El hombre ha ido tejiendo una red de justificaciones que utilizaba para proteger contra la verdad de la naturaleza y de la cultura. La constante ha sido la evaluación del otro por su epidermis, la piel, de lo que cubre y oculta al ser, afirmando una jerarquía en la calidad de los seres. Aún suprimida aquella dominación del hombre por el hombre en el plano jurídico, persiste el desprecio por el otro en razón de su pertenencia a un grupo o religión, fundamente subjetivo del racismo: sentimiento que triunfa por la crisis económica, manteniendo y diversificando su acción. Entre un racismo virulento y otro larvado, ambos se complementan, se presentan superpuestos. El racismo cotidiano, el que milita en pro del odio con las palabras y con las armas adopta una postura de rechazo sistemático por el profundo malestar que suscita el Otro. Una visión paradójica: el racismo no ve al Otro, no quiere verle y menos mirarle, le niega en su humanidad, pero le otorga una presencia molesta que lo hace responsable de todos los males. Ausente o presente, el Otro será siempre sospechoso. El racismo se presenta a partir de la reacción de molestia y desagrado que en ciertas personas produce al verse en el espejo: el Otro, el extranjero, devuelve a la sociedad huésped una imagen en que ésta se reconoce pero que rechaza pues le muestra descarnadamente sus contradicciones y pone en primer plano sus miserias y malestar. El racismo es la expresión de la propia miseria que proyectamos sobre el Otro, el que no pertenece a nuestras propias categorías. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M Segato: “Aníbal Quijano y la perspectiva de la colonialidad del poder. La crítica de la colonialidad en ocho ensayos”. Ejes argumentales de la perspectiva de la colonialidad del poder El corpus de publicaciones en el que se desarrolla esta perspectiva es un intrincado entrelazamiento de un conjunto de formulaciones que constituyen el lenguaje en que el argumento se expresa. 1. Reordenamiento de la historia: Esta corriente de pensamiento se constela en torno de la categoría “Colonialidad del poder” formulada por Quijano, parte de un proposición, la idea de que América Latina inventa Europa. Importante es también percibir que antes de la llegada de los barcos, no existía Europa, mucho menos América, ni el indio, negro, ni el blanco, categorías étnicas que unificaron civilizaciones internamente muy diversas. En el momento en que se inicia el proceso de conquista y colonización, la modernidad y el capitalismo dan sus primeros pasos. La emergencia de América reconfigura el mundo. Aquí reside la gran diferencia entre su perspectiva y de los estudios postcoloniales asiáticos y africanos: América es el nuevo mundo en el sentido estricto que refunda el mundo, lo reorigina. América y su historia no son el punto de apoyo excéntrico para la construcción de un centro, sino la propia fuente de la que emana el mundo y las categorías que permiten pensarlo modernamente. 2. Colonial/moderno sistema mundo: Postulada por Quijano y Wallerstein, afirman que la creación de esta entidad geosocial, América, fue el acto constitutivo del moderno sistema mundial. Una economía mundo capitalista no hubiera tenido lugar sin América. La novedad americana significó colonialidad, como distancia en un ranking de estados y fronteras administrativas definidas por la autoridad colonial; etnicidad, la creación de categorías étnicas; racismo, como invento colonial para organizar la explotación en el moderno sistema mundo; y el concepto de novedad misma. Las independencias no deshicieron la colonialidad. 3. Heterogeneidad histórico/estructural de la existencia social: Que implica las dimensiones económica, social y civilizatoria. Para Quijano, la idea de que el capital es un sistema de homogenización y se apropia de formas de trabajo y explotación heterogéneas. Al lado del salario, las relaciones de trabajo serviles y esclavas no han desaparecido y se expanden hoy. Al mismo tiempo, formas productivas basadas en la solidaridad comunitaria y en la reciprocidad han persistido. Se reinventan en el margen no incluido, en formas de economía popular y solidaria. 4. Eurocentrismo, identidad y reoriginalización: el eurocentrismo es entendido como modo distorsionado y distorsionante de producir sentido, explicación y conocimiento. La razón del control eurocentrado del sistema tiene su raíz en la forma de explotación del trabajo. Desde el comienzo de América, los futuros europeos asociaron el trabajo no pagado con las razas dominadas, porque eran inferiores. La inferioridad racial de los colonizados implicaba que no eran dignos del paso del salario. Dicha articulación fue colonial, pues se fundó en la adscripción de todas las formas de trabajo no pagadas a las razas colonizadas. El pivote del sistema se encontró en la racialización, la invención de raza y la jerarquía colonial que se estableció y permitió a los blancos el control del trabajo. Para Quijano, es Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M allí donde se origina el eurocentrismo, esta jerarquía, organizando siempre en forma desigual. 5. Colonialidad del saber: Los propios saberes pasan a regirse por este escalafón de prestigio, y, el saber disciplinar sobre la sociedad se estructura a partir de la relación jerárquica del observador sobreaño sobre su objeto naturalizado. 6. Colonialidad y subjetividad: Quijano describe la subjetividad de los pueblos interferida continuamente por patrones y elementos ajenos y enemigos. Su autopercepción fue reducida y aprisionada en su variedad y complejidad en las categorías negro, indio, criollo, instrumentales al sistema de administración colonial y a la explotación del trabajo. El control colonial impide a las conciencias situarse en su paisaje y expresarse a partir del mismo; su discurso es capturado por un poder político que lo persuado u obliga a localizarse con referencia a centros geográficos impuestos a la subjetividad por la retórica administradora del mundo, es decir, la retórica colonial 7. Racismo: Es constitutivo e instrumental en este orden: eurocentrismo no es otra cosa que racismo en el campo de la jerarquización y atribución de valor desigual tanto a las personas, su trabajo, sus productos, los saberes, las normativas y pautas de existencia propios de las sociedades que se encuentran a un lado de la frontera entre norte y sur. Modalidades de discriminación étnica han sido un elemento frecuente del colonialismo en todas las épocas, pero es solo la modernidad colonialmente originada la que inventa raza con un conjunto de características y consecuencias para el control de la sociedad y de la producción originados en la mirada eurocéntrica propia del patrón decolonialidad. Racismo es eurocentrismo porque discrimina saberes y producciones, reduce civilizaciones, valores, capacidades, creaciones y creencias. 8. Raza: En el sentido histórico que Quijano le atribuye, raza es el eje gravitacional de toda la arquitectura de su teoría. La idea de raza es el más eficaz instrumento de dominación social. Para entender la definición de raza es importante percibir la distancia de su acepción aquí respecto de aquella construida para fundamentar las políticas de la identidad. Esta última, como programa global, crea una estereotipia de las identidades. 9. Colonialidad y patriarcado: Quijano aplica al género la misma lógica histórica que a la raza. Las relaciones sexuales de dominación, el lugar de las mujeres, quedó estereotipado junto con el resto de los cuerpos, y tanto más inferiores fueran sus razas, tanto más cerca de la naturaleza. Afirmo que las relaciones de género propias del patrón colonial capturan las formas del patriarcado precedentes que no obedecían a la misma estructura, y las transforman en una forma mucho más letal de patriarcado, como es el moderno. 10. Ambivalencia de la modernidad: racionalidad tecnocrático-instrumental y racionalidad histórica. Se distinguen dos vertientes conflictivas del movimiento moderno, la razón burguesa, instrumental y tecnocrática, focalizada en los medios, y su alternativa, la razón liberadora focalizada en los fines. La última se instala en una promesa de existencia social racional, en tanto que procesa de libertad, equidad, de solidaridad. Sólo la razón histórica, constituida por la conjunción de proyectos indígenas y modernos libertarios en el nudo arguediano de nuestra realidad será capaz de trascender este destino, consumado el giro descolonial. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M 11. Poder, estado y burocracia en el liberalismo y el materialismo histórico; razón de estado, y falencia democrática en América Latina. La crítica a los aspectos eurocéntricos tanto del estado liberal como de la tesis marxista, sirven de fundamento a lo que Quijano llama socialismo realmente existente. La raíz de esta postura es la crítica al Estado, a la razón de estado, y su anclaje etnocéntrico, en la racionalidad instrumental y tecnocrática, tanto en el liberalismo como en el socialismo. Para Quijano, en ningún país latinoamericano es posible encontrar una sociedad plenamente nacionalizada ni tampoco un genuino estado- nación, ya que la estructura de poder fue y aún sigue estando organizada sobre y alrededor del eje colonial. En suma, el Estado de las repúblicas latinoamericanas emergen, en este marco teórico, como permanente colonial y colonizador. 12. Descolonialidad o giro descolonial, el regreso del futuro. El giro descolonial es el viraje en la reubicación de la posición del sujeto en un nuevo plano histórico, emergente de una relectura del pasado, que reconfigura el presente y tiene como proyecto una producción democrática de una sociedad democrática. El giro descolonial evita el término descolonización, no se trata de un retorno ni de un movimiento nostálgico, sino de retomar un camino hasta el momento bloqueado por la razón tecnocrática de los estados neoliberales y real socialistas. El giro descolonial es una recuperación de las pistas abandonadas hacia una historia diferente un trabajo en las brechas y fracturas de la realidad social existente, de los restos de un naufragio general de pueblos apenas sobrevivientes de una masacre material y simbólica continua. 13. El indio, el movimiento indígena y el movimiento de la sociedad. El regreso del futuro. Quijano concluía que la persistencia del imaginario aborigen bajo las condiciones de la dominación había fundado la utopía de la reciprocidad, de la solidaridad social y de la democracia directa. Esta idea se conecta con su noción de un regreso del futuro, de un horizonte que vuelve a abrirse al camino de la historia de los pueblos después de la derrota del proyecto del estado liberal capitalista y del socialismo real. La reemergencia contemporánea del sujeto histórico indio o el retorno del campesino al indio es, para Quijano, una señal de que el patrón de colonialidad está empezando a desmoronarse. Queda claro que se abre el camino a la continuidad suprimida. Se posibilita así un ensamblaje entre formas de vida arcaicas, que se revitalizan, y proyectos históricos del presente. 14. La economía popular y el movimiento de la sociedad. Quijano explora las alternativas a las que la gente recurre cuando su marginalidad con relación al trabajo y al mercado se estabiliza como forma de existencia y se vuelve permanente. Esas estrategias de sobrevivencia experimentadas al lado y fuera del mercado de trabajo son las que el autor subdivide en dos tipos, economía solidaria, caracterizada por un proyecto ideológico compartido y una conciencia común a sus participantes; y una economía popular, que no presupone esa comunión de proyecto ideológico y se basa en prácticas de reciprocidad y en una organización social comunitaria. A partir de estos ejes se están establenciendo las bases de un nuevo debate que lleva al descubrimiento colonialidad/modernidad del poder. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M Anibal Quijano: “¡Qué tal raza!” La idea de raza es el más eficaz instrumento de dominación social. Producida en el comienzo de la formación de América y del capitalismo, en el tránsito del siglo XV al XVI, fue impuesta sobre toda la población como parte de la dominación colonial de Europa. Sobre ella se fundó el eurocentramiento del poder mundial capitalista y la distribución mundial del trabajo y del intercambio, y también se trazaron las diferencias y distancias en la configuración específica de poder, con sus implicaciones en el proceso de democratización de sociedades y Estados y de formación de Estados-nación modernos. “Racismo” y “raza”. El “racismo”, en tanto ideología, a mediados del siglo XIX se pretendió presentarla como toda una teoría científica. En eso se apoyó el proyecto Nazional-Sozialismus un siglo después. La derrota de ese proyecto en la segunda Guerra Mundial contribuyó a la deslegitimación del racismo, como ideología formal y explícita. Su práctica no dejó de ser extendida mundialmente. Para la mayoría de la población mundial, la idea misma de “raza”, es como un elemento de la “naturaleza” que tiene implicaciones en las relaciones sociales. En sociedades fundadas en la colonialidad del poder, las víctimas combaten por relaciones de igualdad entre las “razas”. Se trata de un constructo ideológico, que no tiene, literalmente, nada que ver con nada en la estructura biológica de la especie humana y todo que ver, con la historia de las relaciones de poder en el capitalismo mundial, colonial/moderno, eurocentrado. ¿Sexo- “género” y “color”- “raza”? Las relaciones de clasificación social de la población han combinado todas las formas de dominación social y de explotación del trabajo. A escala mundial su eje central fue (y es) la asociación entre la mercantilización de la fuerza de trabajo y la jerarquización de la población mundial en términos de “raza” y “género”. El mundo del capitalismo es histórico-estructuralmente heterogéneo y las relaciones entre sus partes y regiones no son necesariamente continuas. La crisis del patrón capitalista colonial/moderno de clasificación social de la población mundial tiene ritmos diferentes en cada área del mundo. La resistencia de las victimas del racismo avanza en ciertas regiones y en otras no. Esa discontinuidad entre la resitencia al racismo y su relegitimación hacen patente la mencionada crisis. Debido a ella, parece haber comenzado a ser puesta en cuestión la idea de “raza”. El debate sobre la cuestión de “género” y los movimientos feministas va logrando que una proporción de lapoblación tienda a admitir que “género” es un constructo mental fundado en las diferencias sexuales, que expresa las relaciones patriarcales de dominación y sirve para legitimarlas. Y algunos proponen que hay que pensar “raza” como otro constructo mental, fundado en las diferencias de “color”. Sexo es a “género”, como “color” a “raza”. Entre ambas existe una diferencia. La primera tiene lugar en la realidad. La segunda, en absoluto. En primer término, sexo y diferencias sexuales son realmente existente. En segundo término, son un subsistema dentro del sistema conjunto que conocemos como el organismo humano, hacen parte de la dimensión “biológica” de la persona global. Tercero, debido a eso implican un comportamiento “biológico” diferenciado entre sexos diferentes. Cuarto, ese comportamiento diferenciado está vinculado a la reproducción de la especie. La diferencia sexual implica un Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M comportamiento, un rol, biológico diferenciado. Hay, en realidad, un punto de partida “biológico” en la construcción intersubjetiva de la idea de “género”. Así no ocurre, en las relaciones entre “color” y “raza”. El término “color” referido a las características de las gentes, la idea de “color” en esa relación es un constructo mental. Existen indicios históricos para señalar que la asociación entre “raza” y “color” es tardía y tortuosa. La idea de “raza” es anterior y “color” no tiene originalmente una connotación “racial”. La idea de “raza” nace con “América” y originalmente se refiere a las diferencias fenotípicas entre “indios” y conquistadores. Sin embargo, las primeras gentes dominadas a las que los futuros europeos aplican la idea de “color” no fueron los “indios”. Fueron los esclavos secuestrados y negociados de las costas de África, a quienes se llamará “negros”. Durante la Conquista, los ibéricos aún no se identifican a sí mismos como “blancos”. Este “color” se construye un siglo después, entre los britano-americanos durante el siglo XVII, con la expansión de la esclavitud de los africanos en América del Norte y en las Antillas británicas. Allí “White” (blanco) es una construcción de identidad de los dominadores, contrapuesta a “black” (negro”) identidad de los dominados. Si “color” fuera a “raza”, tendría algo que ver, con la biología o algún comportamiento biológico diferenciado de parte alguna del organismo. Sin embargo, no existe indicio alguno, ya que no evidencia, de que algo, en alguno de los subsistemas o aparatos del organismo humano tenga funciones o roles diferente según el “color” de la piel, o la forma de ojos, cabellos, etc. Las características corporales externas están inscritas en el código genético de cada quien. Sólo en ese sentido se trata de fenómenos biológicos. Pero eso no está referido a la configuración biológica del organismo, a las funciones y comportamientos o roles del conjunto o de cada una de sus partes. Es tiempo de concluir que “color” no es a “raza” sino en términos de un constructo a otro. “Color” es un modo tardío y eufemístico de decir “raza” y no se impone mundialmente hasta fines del siglo XIX. El nuevo dualismo “occidental” y el “racismo”. Al comienzo de América, se establece la idea de que hay diferencias de naturaleza bilógica dentro de la población del planeta, asociadas a la capacidad de desarrollo cultural, mental. Esa es la cuestión central del debate de Valladolid. Su versión, la de Ginés de Sepúlveda, que niega a los “indios” la calidad de plenamente humanos. La prolongada práctica colonial de dominación/explotación fundada sobre tal supuesto, enraizó esa idea y la legitimó. Desde ahí, las viejas ideas de “superioridad”- “inferioridad” implicadas en toda relación de dominación fueron “naturalizadas” para toda la historia. Ese es el momento inicial de lo que, desde el siglo XVII, se constituye en el mito fundacional de la modernidad, la idea de que un original estado de naturaleza en el proceso de la especie y de una escala de desarrollo histórico que va desde lo “primitivo” hasta lo más “civilizado”. La asociación entre esa idea y la de “raza” era obvia desde la perspectiva europea. Estaba implicada en la ideología y la práctica de la dominación colonial desde América y fue reforzada y consolidada en el curso de la expansión mundial del colonialismo europeo. Será desde mediados del siglo XIX que se iniciará, con Gobineau, la elaboración sistemática, es decir teórica, de dicha asociación. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M Sobre la base de “América”, la cuenta del Atlántico se convirtió en el nuevo eje central del comercio mundial durante el siglo XVI. Los pueblos y grupos dominantes que participaban del control del eje tendieron a la formación de una nueva región histórica y allí se constituyó “Europa” como nueva identidad geocultural y centro hegemónico del naciente capitalismo mundial. Esa posición permitió a los europeos imponer la idea de “raza” en la base de la división mundial de trabajo y de intercambio y en la clasificación social y geocultural de la población mundial. Durante los tres siglos siguientes se configuró así el patrón de poder mundial del capitalismo y su experiencia intersubjetiva. Su condición de centro hegemónico de ese moderno sistema-mundo capitalista, permitió a Europa tener plena hegemonía en la elaboración intelectual de toda esa vasta experiencia histórica, y la llevó a mitificar su propio rol como productora autónoma de sí misma y de esa elaboración. La modernidad fue la expresión de la perspectiva eurocéntrica del conjunto de la experiencia del mundo colonial/moderno del capitalismo. Uno de los núcleos fundacionales de esa perspectiva fue la instauración de un nuevo dualismo, la radical separación entre “sujeto”- “razón” y “cuerpo”- “objeto”. A todas las “civilizaciones” conocidas les es común la diferenciación entre “espíritu” y “cuerpo”. Es con Descartes que “cuerpo” es percibido estrictamente como “objeto” y radicalmente separado de la actividad de la “razón”, que es la condición del “sujeto”. Este es el dualismo que domina el pensamiento eurocéntrico hasta nuestros días. Sin tener en cuenta ese dualismo, no habría modo de explicar la elaboración eurocéntrica de las ideas de “género” y de “raza”, Descartes es el punto de partida de su elaboración sistemática en el pensamiento europeo “occidental”. Aníbal Quijano “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. La globalización es la culminación de un proceso que comenzó con la constitución de América y del capitalismo colonial/moderno y eurocentrado. Uno de los ejes es la clasificación social de la población mundial sobre la idea de raza, tiene origen y carácter colonial, implica un elemento de colonialidad en el patrón de poder hoy mundialmente hegemónico. I. América y el nuevo patrón de poder mundial. América se constituyó como el primer espacio/tiempo de un nuevo patrón de poder, como la primera identidad de la modernidad. Los dos ejes fundamentales son: la codificación de las diferencias entre conquistadores y conquistados en la idea de raza, una supuesta diferente estructura biológica de inferioridad respecto de los otros. Idea asumida por los conquistadores como el elemento fundante de las relaciones de dominación. Sobre esa base fue clasificada la población. La articulación de las formas históricas de control del trabajo, sus recursos y productos, en torno del capital y del mercado mundial. Raza, una categoría mental de la modernidad La idea de raza fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos. La formación de relaciones sociales fundada en dicha idea, produjo en América identidades sociales nuevas: indios, negros y mestizos y redefinió otras. Así términos como español y portugués cobraron, en referencia a nuevas identidades,una connotación racial. En la medida en que las relaciones eran de dominación, tales identidades fueron asociadas a las Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M jerarquías, lugares y roles sociales, como constitutivas de ellas y al patrón de dominación colonial que se imponía. Raza e identidad racial fueron establecidas como instrumentos de clasificación social básica de la población. Los colonizadores codificaron como color los rasgos fenotípicos de los colonizaos y lo asumieron como la característica de la categoría racial, fue inicialmente establecida en el área britano-americana. Los dominantes se llamaron a sí mismos blancos. La constitución de Europa como nueva id-entidad después de América y la expansión del colonialismo sobre el mundo, llevó a la elaboración de la perspectiva eurocéntrica de conocimiento y la idea de raza como naturalización de esas relaciones de dominación. Eso significó una nueva manera de legitimar las ideas y prácticas de relaciones de superioridad/inferioridad. Ha demostrado ser el más eficaz instrumento de dominación social universal, de él pasó a depender el inter-sexual o de género. Raza se convirtió en el primer criterio fundamental para la distribución de la población en los rangos, lugares y roles en la estructura de poder. El capitalismo: la nueva estructura de control del trabajo En el proceso de constitución de América, todas las formas de control y de explotación fueron articuladas alrededor de la relación capital-salario y de mercado mundial. Incluidas la esclavitud, servidumbre, la pequeña producción mercantil, la reciprocidad y el salario. Dichas formas de control de trabajo eran históricas y sociológicamente nuevas por varios motivos: fueron deliberadamente establecidas y organizadas para producir mercaderías para el mercado mundial; porque existían de manera simultánea en el mismo espacio/tiempo, todas y cada una articuladas al capital y a su mercado, y por ese medio entre sí. Configuraron un nuevo patrón global de control del trabajo, un elemento fundamental de un nuevo patrón de poder, del cual eran dependientes histórico-estructuralmente. Para colmar las nuevas funciones cada una de ellas desarrolló nuevos rasgos y nuevas configuraciones histórico-estructurales. Se establecía, por primera vez, un patrón global de control del trabajo, sus recursos y productos. Se instauraba una nueva, original y singular estructura de relaciones de producción en la experiencia histórica del mundo: el capitalismo mundial. Colonialidad del poder y capitalismo mundial. Raza y división del trabajo quedaron estructuralmente asociados y reforzándose mutuamente. De ese modo se impuso una sistemática división racial del trabajo. La Corona de Castilla decidió el cese de la esclavitud de los indios. Fueron confinados a la servidumbre. A los que vivían en sus comunidades, les fue permitida la práctica de su reciprocidad, el intercambio de fuerza de trabajo y de trabajo sin mercado, como siervos. La nobleza india fue eximida de la servidumbre y recibió un trato especial, debido a que eran intermediarios con la raza dominante y pudieron participar de oficios en los cuales eran empleados los españoles que no pertenecían a la nobleza. Los negros fueron reducidos a la esclavitud. Españoles y portugueses podían recibir salario, ser comerciantes, artesanos o agricultores, productores independientes de mercancías. Sólo los nobles podían participar en los puestos altos y medios de la administración colonial, civil y militar. Desde el S. XVIII, en América hispana los mestizos de españoles y mujeres indias comenzaron a participar en los mismos oficios y actividades que ejercían los ibéricos que no eran nobles, como actividades de servicio o que requerían de talentos. En el curso de la expansión mundial de la dominación colonial fue impuesto el mismo criterio de clasificación social a toda la población a Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M escala global. Nuevas identidades históricas y sociales fueron producidas: amarillos y aceitunados fueron sumados a blancos, indios, negros y mestizos. Dicha distribución fue combinada con una distribución racista del trabajo y de las formas de explotación. Esto se expresó en una cuasi exclusiva asociación de la blanquitud social con el salario y los puestos de mando de la administración colonial. Una tecnología de dominación/explotación, en este caso raza/trabajo, se articuló de manera que apareciera como naturalmente asociada. Colonialidad y eurocentramiento del capitalismo mundial. La progresiva monetización del mercado mundial que los metales preciosos de América estimulaban y permitían, así como el control de los recursos, hizo que a tales blancos les fuera posible el control de la red de intercambio comercial que incluía China, India, Ceylán, Egipto, Siria, los futuros Lejano y Medio Oriente. Hizo posible concentrar el control del capital comercial, del trabajo y de los recursos de producción en el conjunto del mercado mundial. El control del tráfico comercial mundial impulsó un nuevo proceso de urbanización en esos lugares, la expansión del tráfico comercial entre ellos, la formación de un mercado regional crecientemente integrado y monetizado. Una región históricamente nueva se constituía como una nueva id-entidad geo cultural : Europa occidental, emergía como la sede central de control del mercado mundial. Todo el resto de las regiones y poblaciones colonizadas o en curso de, bajo dominio europeo, permanecían bajo relaciones no salariales de trabajo, aunque ese trabajo, sus recursos y sus productos, se articulaban en una cadena de transferencia de valor y beneficios cuyo control correspondía a Europa Occidental. En las regiones noeuropeas, el trabajo asalariado se concentraba entre los blancos. Desde el comienzo de América, los europeos asociaron el trabajo no asalariado con las razas dominadas, porque eran inferiores. El vasto genocidio de los indios en las primeras décadas de la colonización fue causado porque fueron usados como mano de obra desechable, forzados a trabajar hasta la muerte. La eliminación de esa práctica culmina con la derrota de los encomenderos, a mediados del S. XVI. La siguiente reorganización poblacional de los indios y de sus relaciones con los colonizadores. Los indios en adelante fueron adscritos a la servidumbre no pagada. Sobre todo antes de la Independencia, la reproducción de la fuerza de trabajo del siervo indio se hacía en las comunidades. Incluso después de la independencia, parte de la servidumbre india estaba obligada a reproducir su fuerza de trabajo por su propia cuenta. Y el trabajo esclavo fue adscrito a la población traída desde la futura África y llamada negra. La clasificación racial de la población y la asociación de las nuevas identidades raciales con formas de control no pagado, desarrolló entre blancos la específica percepción de que el trabajo pagado era privilegio de blancos. El control del trabajo en el nuevo patrón de poder mundial se constituyó articulando todas las formas históricas de control del trabajo en torno de la relación capital- trabajo asalariado. Esa colonialidad del control del trabajo decidió la geografía social del capitalismo: el capital era el eje en torno del cual se articulaban todas las demás formas de control del trabajo, sus recursos y productos. Dicha relación fue concentrada en Europa, y en esas medidas y de esa manera Europa y lo europeo se constituyeron en el centro del mundo capitalista. Prebisch acuñó la imagen de “Centro-Periferia”, para describir la configuración mundial del capitalismo después de la SGM, apuntó al núcleo del carácter histórico del patrón de control del Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M trabajo, recursos y productos, que formaba parte central del nuevo patrón mundialde poder constituido a partir de América. Nuevo patrón de poder mundial y nueva intersubjetividad mundial En su condición de centro del capitalismo mundial, Europa tenía el control del mercado mundial y pudo imponer su dominio colonial sobre todas las regiones y poblaciones del planeta. Para tales regiones eso implicó un proceso de re-identificación histórica, desde Europa les fueron atribuidas nuevas identidades geoculturales. Después de América y Europa, fueron establecidas África, Asia y Oceanía. La incorporación de diversas y heterogéneas historias culturales a un único mundo dominado por Europa, significó para ese mundo una configuración cultural, intelectual, intersubjetiva, equivalente a la articulación de todas las formas de control del trabajo en torno del capital, para establecer el capitalismo mundial. Europa también concentró bajo su hegemonía el control de todas las formas de control de la subjetividad, de la cultura y de la producción del conocimiento. En el proceso, los colonizadores ejercieron diversas operaciones: expropiaron a las poblaciones colonizadas, aquellos que resultaban más aptos para el desarrollo del capitalismo y en beneficio del centro europeo; reprimieron en variables medidas las formas de producción de conocimiento de los colonizados, sus patrones de producción de sentidos, su universo simbólico, sus patrones de expresión y de objetivación de la subjetividad. La represión en Asia fue menor, por lo tanto una parte de la historia y la herencia cultural pudo ser preservada. Y fue eso lo que dio origen a la categoría de Oriente. Forzaron a los colonizados a aprender parcialmente la cultura de los dominadores en todo lo que fuera útil para la reproducción de la dominación, sea en la actividad material, subjetiva y religiosa. El éxito de Europa Occidental en convertirse en el centro del moderno sistema-mundo, según Wallerstein, desarrolló en los europeos un rasgo común a todos los dominadores coloniales e imperiales de la historia, el etnocentrismo. Un fundamento y justificación: la clasificación racial de la población del mundo después de América. La asociación entre ambos fenómenos ayuda a explicar por qué los europeos fueron llevados a sentirse superiores a los demás y naturalmente superiores. Los pueblos colonizados eran razas inferiores y anteriores a los europeos. De acuerdo a esa perspectiva, la modernidad y la racionalidad fueron imaginadas como experiencias y productos exclusivamente europeos. Las relaciones intersubjetivas y culturales entre Europa Occidental y el resto del mundo, fueron codificadas en nuevas categorías: Oriente-Occidente, primitivo-civilizado, mágico-mítico-científico, en suma, Europa y noEuropa. La única categoría con el honor de ser reconocida como el Otro de Europa fue Oriente. Esa perspectiva dualista, peculiar del eurocentrismo, se impuso como mundialmente hegemónica. La cuestión de la modernidad El hecho de que los europeos imaginaran ser la culminación de una trayectoria civilizatoria desde un estado de naturaleza, les llevó a pensarse como los modernos de la humanidad, como lo nuevo y al mismo tiempo lo más avanzado de la especie. Al mismo tiempo atribuían al resto de la especie la pertenencia a una categoría inferior y por ende anterior, el pasado en el proceso de la especie, los europeos imaginaron ser portadores exclusivos de tal modernidad, sus exclusivos creadores y protagonistas. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M La resistencia intelectual a esa perspectiva histórica, en América Latina, se afirmó sobre todo durante el S. XX, en vinculación con el debate sobre la cuestión del desarrollo-subdesarrollo. El debate fue dominado por la teoría de la modernización, para sostener que la modernización no implica la occidentalización de las sociedades no-europeas, uno de los argumentos fue que la modernidad es un fenómeno de todas las culturas, no sólo de la europea u occidental. Si el concepto de modernidad es referido a las ideas de novedad, lo avanzado, lo racional- científico, laico, secular, es necesario admitir que es un fenómeno posible en todas las culturas y en todas las épocas históricas. Todas las llamadas altas culturas anteriores al actual sistema- mundo, muestran señales de modernidad. Lo que puede decirse es que, en el actual período, se ha ido más lejos en el desarrollo científico-tecnológico y se han hecho mayores descubrimientos y realizaciones, con el papel hegemónico de Europa y Occidente. Los defensores de la patente europea de la modernidad suelen apelar a la historia cultural del antiguo mundo heleno-románico y al mundo del Mediterráneo antes de América, para legitimar su reclamo a la exclusividad de esa patente. Sin embargo, ese argumento escamotea: el hecho de que la parte avanzada de ese mundo del Mediterráneo era islamo-judaica. Dentro de ese mundo se mantuvo la herencia cultural greco-romana, ciudades, comercio, agricultura comercial, minería, textilería, filosofía, historia, cuando la futura Europa Occidental estaba dominada por el feudalismo y su oscurantismo cultural. Probablemente, la mercantilización de la fuerza de trabajo, la relación capital-salario, emergió en esa área y en su desarrollo se expandió hacia la futura Europa. A partir de la derrota del Islam y del desplazamiento de la hegemonía sobre el mercado mundial al centro-norte de la futura Europa, gracias a América, comienza a desplazarse el centro de la actividad cultural a esa nueva región. La pretensión eurocéntrica de ser la exclusiva productora y protagonista de la modernidad, y de que toda modernización de poblaciones noeuropeas es una europeización, es una pretensión etnocentrista. Hay elementos que apuntan a un concepto de modernidad diferente, que da cuenta de un proceso histórico específico al actual sistema-mundo. En tanto y en cuanto forman parte de un universo de relaciones sociales, materiales e intersubjetivas, cuya cuestión es la liberación humana como interés histórico de la sociedad y, en consecuencia, su campo central de conflicto. El actual patrón de poder mundial es el primero efectivamente global de la historia conocida. En varios sentidos específicos: Es el primero donde en cada uno de los ámbitos de la existencia social están articuladas todas las formas históricamente conocidas de control de las relaciones sociales, configurando en cada área una sola estructura con relaciones sistemáticas entre sus componentes y del mismo modo en su conjunto. Dos, es el primero donde cada una de esas estructuras de cada ámbito de existencia social, está bajo la hegemonía de una institución producida dentro del proceso de formación y desarrollo de este mismo patrón de poder. En el control del trabajo, de sus recursos y de sus productos está la empresa capitalista. Tres, cada una de esas instituciones existe en relaciones de interdependencia con cada una de las otras. El patrón de poder está configurado como un sistema, este patrón de poder mundial es el primero que cubre a la totalidad de la población del planeta. La humanidad actual en su conjunto constituye el primer sistema-mundo global históricamente conocido. El actual, que comenzó a formarse con América, tiene en común tres elementos que afectan la vida cotidiana de la totalidad de la población mundial: la colonialidad del poder, el Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M capitalismo y el eurocentrismo. Lo que su globalidad implica es un piso básico de prácticas sociales comunes para todo el mundo, una esfera intersubjetiva que existe y actúa como central de orientación valórica del conjunto. Las instituciones hegemónicas de cada ámbito, son universales a la población del mundo como modelos intersubjetivos. El Estado-Nación, la familia burguesa, la empresa, la racionalidad eurocéntrica. El término modernidad hoy involucraal conjunto de la población mundial y a toda su historia de los últimos 500 años, a todos los mundos o ex-mundos articulados en el patrón global de poder, cada uno de sus segmentos diferenciados, se constituyó junto con la redefinición histórica de cada uno de ellos por su incorporación al nuevo y común patrón de poder mundial. La cuestión central: ¿Qué es lo realmente nuevo respecto de la modernidad? Dussel ha propuesto la categoría de transmodernidad como alternativa a la pretensión eurocéntrica de que Europa es la productora original de la modernidad. La constitución del Ego individual diferenciado es lo nuevo que ocurre con América y es la marca de la modernidad, pero tiene lugar en todo el mundo que se configura a partir de América. Hay una relación de la intersubjetividad de todos los pueblos que se van integrando en el nuevo patrón de poder mundial. Y esos cambios llevan a la constitución de una nueva subjetividad, colectiva, una nueva intersubjetividad. Ese es un fenómeno nuevo, hace parte de la modernidad. Pero cualesquiera que fuesen, esos cambios son la expresión subjetiva o intersubjetiva de lo que las gentes del mundo están haciendo en ese momento. América y sus consecuencias en el mercado mundial y en la formación de un nuevo patrón de poder mundial, son un cambio histórico enorme y que afecta al conjunto del mundo. Se trata del cambio del mundo como tal. Este es el elemento fundante de la nueva subjetividad: la percepción del cambio histórico. Es ese lo que desencadena el proceso de constitución de una nueva perspectiva sobre el tiempo y sobre la historia. La percepción del cambio lleva a la idea del futuro. Es un territorio temporal abierto, la historia puede ser percibida como algo que puede ser producido por la acción de las gentes, como algo que puede ser proyectado y tener sentido. Con América se inicia un entero universo de nuevas relaciones materiales e intersubjetivas. El concepto de modernidad da cuenta de los cambios en la dimensión material de las relaciones sociales. Los cambios ocurren en todos los ámbitos de la existencia social de los pueblos y, por tanto de sus miembros individuales, lo mismo en la dimensión material que en la dimensión subjetiva de esas relaciones. Se trata de todo un período histórico, a partir de América un nuevo espacio/tiempo se constituye, material y subjetivamente. Fue decisivo para el proceso de modernidad que el centro hegemónico estuviera localizado en las zonas centro-norte de Europa Occidental. Eso explica por qué el centro de elaboración intelectual se localizará allí, y por qué esa versión fue la que ganó hegemonía mundial. Explica por qué la colonialidad del poder jugará un papel de primer orden en esa elaboración eurocéntrica de la modernidad. Las nuevas prácticas sociales en el patrón de poder mundial, capitalista, la concentración del capital y del salariado, el mercado, todo asociado a la nueva perspectiva sobre el tiempo y la historia, la centralidad del cambio histórico, requieren la des-sacralización de jerarquías y autoridades, tanto en dimensión material de relaciones sociales como en su intersubjetividad; la Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M des-sacralización, el cambio o el desmantelamiento de las correspondientes estructuras e instituciones. Para los controladores del poder, el control del capital y del mercado eran y son los que deciden los fines, los medios y los límites del proceso. El mercado es el piso, pero también el límite de la posible igualdad social entre las gentes. Para los explotados del capital y dominados del patrón de poder, la modernidad generó un horizonte de liberación de las gentes de toda relación, estructura o institución vinculada a la dominación y explotación, pero también las condiciones sociales para avanzar en dirección a ese horizonte. La modernidad es una cuestión de conflicto de intereses sociales. En Europa Occidental, la concentración de la relación capital-salario es el eje de las tendencias de las relaciones de clasificación social y de la estructura de poder. En América Latina, las formas más extendidas de control del trabajo son no-salariales, aunque en beneficio global del capital, que implica que las relaciones de explotación y dominación tienen carácter colonial. El eurocentramiento del capitalismo colonial/moderno, fue decisivo para el destino del proceso de la modernidad entre Europa y el resto del mundo. II. Colonialidad del poder y eurocentrismo La elaboración intelectual del proceso de modernidad produjo una perspectiva de conocimiento y modo de producir que dan cuenta del carácter del patrón mundial de poder: colonial/moderno, capitalista y eurocentrado. Se reconocen como eurocentrismo. Eurocentrismo es el nombre de una perspectiva de conocimiento cuya elaboración sistemática en Europa Occidental a mediados del S. XVII. Su constitución ocurrió asociada a la secularización burguesa del pensamiento europeo a la experiencia y necesidades del patrón mundial de poder capitalista, colonial/moderno, eurocentrado, establecido a partir de América. En otros términos, se refiere a una específica racionalidad o perspectiva de conocimiento que se hace mundialmente hegemónica colonizando y sobreponiéndose a todas las demás, previas o diferentes, y a sus respectivos saberes concretos, tanto en Europa como en el resto del mundo. Capital y capitalismo Desde el punto de vista eurocéntrico, reciprocidad, esclavitud, servidumbre y producción mercantil independiente son pre-capital. Son consideradas diferentes, radicalmente incompatibles con el capital. El hecho es, que en América ella no emergieron en una secuencia histórica unilineal. En América la esclavitud fue establecida y organizada como mercancía para producir mercancías para el mercado mundial y servir a los propósitos y necesidades del capitalismo, así mismo la servidumbre y la producción mercantil independiente. Todas esas formas de trabajo y de control del trabajo en América actuaban simultáneamente, estuvieron articuladas alrededor del eje del capital y del mercado mundial. Fueron parte de un nuevo patrón de organización y de control del trabajo, juntas y alrededor del capital. Configuraron un nuevo sistema: el capitalismo. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M El capital, como relación social basada en la mercantilización de la fuerza de trabajo, nació cerca de los S. XI-XII, en la región meridional de las penínsulas ibérica y/o itálica y en el mundo islámico. Antes de la emergencia de América, no está estructuralmente articulado a todas las demás formas de organización y control de la fuerza de trabajo y del trabajo, ni era predominante. Sólo con América pudo el capital consolidarse y obtener predominancia mundial, deviniendo en el eje alrededor del cual todas las formas fueron articuladas para los fines del mercado mundial. Se convirtió en el modo de producción dominante. El capitalismo como sistema de relaciones de producción, de allí en adelante, consistió la economía mundial y su mercado, se constituyó en la historia sólo con la emergencia de América. Evolucionismo y dualismo El mito fundacional de la versión eurocéntrica de la modernidad es la idea del estado de naturaleza como punto de partida del curso civilizatorio cuya culminación es la civilización europea. De ese mito se origina la eurocéntrica perspectiva evolucionista, de movimiento y cambio unilineal y unidireccional de la historia humana, tal mito fue asociado con la clasificación racial de la población, que produjo una visión en la cual se amalgaman evolucionismo y dualismo. Esa visión adquiere sentido como expresión del exacerbado etnocentrismo de la recién constituida Europa, por su lugar central y dominante en el capitalismo, la vigencia de las ideas mitificadas de humanidady de progreso, productos de la Ilustración, y de la idea de raza como criterio de clasificación social universal de la población. En el momento en que los ibéricos conquistaron, nombraron y colonizaron América hallaron diferentes pueblos, cada uno con su propia historia, lenguaje, descubrimientos y productos culturales, memoria e identidad. Trescientos años más tarde todos quedaban reunidos en una sola identidad: indios. Era racial, colonial y negativa. Ese resultado de la historia del poder colonial tuvo dos implicaciones: todos aquellos pueblos fueron despojados de sus propias y singulares identidades históricas; su nueva identidad racial, colonial, y negativa, implicaba el despojo de su lugar en la historia de la producción cultural de la humanidad. En adelante eran razas inferiores, capaces de producir culturas inferiores. Implicaba también su reubicación en el nuevo tiempo histórico, eran el pasado. El patrón de poder fundado en la colonialidad implicaba un patrón cognitivo, una nueva perspectiva de conocimiento dentro de la cual lo no-europeo era el pasado, inferior, siempre primitivo. La primera identidad geocultural moderna mundial fue América. Europa fue la segunda y fue constituida como consecuencia de América. La constitución de Europa como nueva identidad/entidad se hizo posible con el trabajo de los indios, negros y mestizos de América, su tecnología en la minería y agricultura, y sus respectivos productos. Fue sobre esa base que se configuró como sede del control de las rutas atlánticas convertidas en las decisivas del mercado mundial. América y Europa se produjeron históricamente, así, mutuamente, como las dos primeras nuevas identidades geoculturales del mundo moderno. Sin embargo, los europeos se persuadieron a sí mismos, durante el S. XVIII, de que algún modo se habían autoproducido a sí mismos como civilización, al margen de América, culminando una línea independiente que empezaba con Grecia como fuente original. Concluyeron que eran naturalmente superiores a los demás, puesto que habían conquistado e impuesto su dominio. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M La confrontación entre la experiencia histórica y la perspectiva eurocéntrica de conocimiento permite señalas elementos del eurocentrismo: a) una articulación entre un dualismo y un evolucionismo lineal, unidireccional, desde algún estado de naturaleza a la sociedad moderna europea; b) la naturalización de las diferencias culturales entre grupos humanos por medio de su codificación con la idea de raza; c) la distorsionada reubicación temporal de todas esas diferencias, todo lo no-europeo es percibido como pasado. Todas estas operaciones intelectuales son interdependientes. Y no habrían podido ser cultivadas y desarrolladas sin la colonialidad del poder. Homogeneidad/continuidad y heterogeneidad/discontinuidad La perspectiva eurocéntrica de conocimiento, debido a su crisis, es un campo pletórico de cuestiones. Una idea del cambio histórico como proceso o momento en el cual una entidad o unidad se transforma de manera continua, homogénea y completa en otra cosa y abandona la escena histórica. Esto le permite a otra entidad ocupar el lugar, y esto continúa en una cadena secuencial. De allí se desprende que cada unidad diferenciada, es una entidad/identidad homogénea. Son estructuras de elementos homogéneos relacionados de manera continua y sistémica. Como lo demuestra América, el patrón de poder de poder mundial que se conoce como capitalismo es una estructura de elementos heterogéneos, tanto en términos de las formas de control del trabajo-recursosproductos o de los pueblos e historias articulados en él. Tales elementos se relacionan de manera heterogénea y discontinua, conflictiva. Y son ellos mismos, configurados del mismo modo. Cada una de esas relaciones de producción es una estructura heterogénea. El capital, desde que todos los estadios y formas históricas de producción de valor y de apropiación de plusvalor. Están simultáneamente en actividad y trabajan juntos en una malla de transferencia de valor y de plusvalor. Esta heterogeneidad no es simplemente estructural, basada en relaciones entre elementos coetáneos. Ya que historias diversas fueron articuladas en una sola estructura, es pertinente admitir el carácter históricoestructural de esa heterogeneidad. El cambio histórico no puede ser unilineal, unidireccional, secuencial o total. El sistema, podría ser desmantelado. Pero cada uno de sus elementos puede rearticularse en algún otro patrón estructural. El nuevo dualismo La cuestión de las relaciones entre el cuerpo y el no-cuerpo en la perspectiva eurocéntrica, tanto por su gravitación en el modo eurocéntrico de producir conocimiento, como debido a que en nuestra experiencia tiene una estrecha relación con las de raza y género. Este archivo fue descargado de https://filadd.com � FI LA DD .CO M La idea de la diferenciación entre el “cuerpo” y el “no-cuerpo” es común a todas las “culturas” o “civilizaciones” históricamente conocidas. Es común a todas, la permanente co-presencia de los dos elementos como dimensiones no separables del ser humano. El proceso de separación de estos elementos del ser humano es parte de una historia del mundo cristiano sobre la idea de la primacía del “alma” sobre el “cuerpo”. Pero muestra también ambivalencia de la teología cristiana sobre este punto. Es el “alma” el objeto privilegiado de salvación. Pero es el “cuerpo” el resurrecto, como culminación de la salvación. Fue durante la cultura represiva del cristianismo, entre los S. XV y XVI en la Inquisición, que la primacía del “alma” fue enfatizada. El “cuerpo” fue el objeto básico de la represión, el “alma” pudo aparecer separada de las relaciones intersubjetivas al interior del mundo cristiano. Esto no fue teorizado hasta Descartes, culminando el proceso de la secularización burguesa del pensamiento cristiano. Con Descartes, sucede la mutación del antiguo abordaje dualista sobre el “cuerpo” y el “no- cuerpo”. En Descartes se convierte en una radical separación entre “razón/sujeto” y “cuerpo”. La razón es una secularización de la idea de “alma” en el sentido teológico, es una mutación en una nueva id-entidad, la “razón/sujeto”, única entidad capaz de conocimiento “racional”, respecto del cual el “cuerpo” es y no puede ser otra cosa que “objeto” de conocimiento. El ser humano es un ser dotado de “razón”, y ese don se concibe como localizado exclusivamente en el alma. El “cuerpo” es incapaz de razonar, no tiene nada que ver con la razón/sujeto. Producida esa separación, las relaciones entre ambos deben ser vistas, como relaciones entre la razón/sujeto humana y el cuerpo/naturaleza humana. En la racionalidad eurocéntrica el “cuerpo” fue fijado como “objeto” de conocimiento, fuera del entorno del “sujeto/razón”. Sin esa “objetivización” del “cuerpo” como “naturaleza”, difícilmente hubiera sido posible intentar la teorización “científica” del problema de la raza. Desde esa perspectiva, ciertas razas son condenadas como “inferiores” por no ser sujetos “racionales”. Son objetos de estudio más próximos a la “naturaleza”. Los convierte en dominables y explotables. De acuerdo al mito del estado de naturaleza y de la cadena del proceso civilizatorio, algunas razas están más próximas a la “naturaleza” que los blancos. Sólo desde esa perspectiva fue posible que los pueblos no- europeos fueran considerados, hasta la SGM, como objeto de conocimiento y de dominación/explotación por los europeos. Ese nuevo dualismo afectó las relaciones raciales de dominación y las relaciones sexuales de dominación, el lugar de las mujeres quedó estereotipado junto con el resto de los cuerpos, y tanto más inferiores fueran sus razas, más cerca de la naturaleza o dentro de ella estarían. Durante el S. XVIII, ese dualismo radical
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