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Revolução na Arqueologia

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INTRODUCCI6N  
l..Queha pasado con 1a Arqueo10gia? l..Que ha pasado, en los 61-
timos treinta aiios en Arqueo10gia, como para que hab1emos hoyde 
Arqueologfa antropol6gica? 
.Para e1 que haya estado atento, 10 que ha pasado en Arqueolo-
gia, es algo parecido a 10 que ha pasado en Fisica, Sociologia, Geo-
grafia, 0 cualquier otra disciplina cientifica: una verdadera revolu-
ci6n.No es extraiio que se oiga hablar 0 se lean expresiones tales 
como: «nueva Fisica», «nueva Sociologia», «nueva Geografia» y tam-
bien «nueva. Arqueologia», pese a 10  deplorable de estos terminos 
(Litvak, 1974: 458).· Pero tam bien otras expresiones como: «Arqueo-
logia de segunda generaci6m>, «Arqueologia cientifica» 0 «Arqueo-
logia explicitamente cientifica» (W atson­LeBlanc­Redman, 1971  y 
1974), «Arqueologia analitica» (Clarke, 1968) 0 «Arqueologia siste-
mica», estim circulando estos 6ltimos afios, tratando de designar una 
reorientaci6n fundamental en los estudios arqueol6gicos. 
Una persona atenta al  fluir  del cambio profundo en el  pensa-
mientodirector en arqueologia ha sido, por ejemplo, Paul S. Mar-
tin, quien en un articulo que es una verdadera «confesi6m>, nos dice: 
«Desde 1960, mis metas e inteteses han sillo modificados por la 
tendencia, que se esta extendiendo a traves de todo el pais, una ten-
dencia que significa el cambio que va de un enfasis en los particula-
rismos, a una era imaginativa, en la cual construimos una estrategia 
de investigaci6n materialista­cultural,que puede tratar con cuestio-
nes de causalidad y origenes y leyes. La tendencia bacia un reexamen 
de los fines, metodos de investigaci6n y paradigmas, parece evidente 
en otros campos: sociologia, lingllistica, geologia, bioquimica y an-
tropologia biol6gica, para mencionar solamente unos pocos. 
»Como resultado de todo ello, yo be alterado sustancialmente las 
bases, enfasis y procedimientos de mi  propia investigaci6n. De ese 
modo, una transformaci6n conceptual, una revoluci6n, ba tenido lu-
gar enml. 
5 
, 
: 
))Describiendo esta adaptaci6n ami propio ambiente fisico, social 
e intelectuai, intento explicar como ha tenido lugar est a revoluci6n. 
Hago esto, no porque mi  metamorfosis sea import ante para nadie 
mas sino para mt mismo, sino porque los cambios que describo son 
el producto de las insatisfacciones compartidas por muchos arqueo­
logos. Este ensayo puede ser de ayuda a los mas j6venes y creativos 
que reconocen que algo falta en sus estrategias de investigacion, pero 
que no saben como remediarlm, (Martin, 1911: 1)." 
Los efectos de esta verdadera «revoluci6m> se manifiestan en mUl­
tiples lug ares y contextos. Uno de los mas explicitos ha sido la re­
vista Antiquity, en la que, a partir de un articulo de J acqueta Haw­
kes (1968), se ha desatado una importante polemica en la que son 
interesantes algunos de sus aspectos y consecuencias. «En primer lu­
gar, la publicaci6n de los articulos ha polarizadQ en gran medida la 
opini6n de los arque610gos en todo el mundo. Si bien antes se ha­
blaba ya de Nueva Arqueologia, de Arqueologla de segunda gene-
racion 0 de Arqueologia ciemifica, los trabajos y la correspondencia 
entre investigadoresque resulta de eUos han mostrado claramente 
que el movimiento a que se refieren todos esos nombres absurdos 
es mundial y no limitado a unos pocos en Inglaterra, Estados Uni­
dos y algunos atros paises, reafirmaruio BU conciencia de ser, no ex­
cepciones sospechosas sino parte de una tendencia de gran enverga­
dura, Por otro lado, los tradicionalistas han podido notar que el 。」・セ@
cho a su arqueologia se ha extendido, que no se limita a algunos j6­
venes simpaticos e inquietos, sino que parece ser un fen6meno ge­
neral y por 10 tanto alarmante» (Litvak, 1974: 458 y Litvak, 1971). 
No es posible que entremos aqui y ahora en el detalle de esta po­
lemica, aunque sus planteamientos estan en la base' misma de este 
libro. En definitiva, esa: polemica 0 la polemica entre una Arqueo­
logia «tradicional» y una «nueva Arqueologia» es la disyuntiva entre 
que la Arqueologia sea nna ciencia «de 10 (mico, de 10 ex6tico y de 
los fen6menos particulares no recurrentes» (Steward, 1949 y 1972: 
25) dentro de una orientaci6n claramente hist6rica 0 hist6rico-cul­
tural como es la de Glyn Daniel por ejempl0 (Daniel, 1968 y 1974), 
ode 1a propia Jacquetta Hawkes, iniciadorade la discusi6n; 0 bien, 
que pueda Uegar a ser una verdadera ciencia, en el sentido de tener 
como objetivos, el estab1ecimiento de regularidades, 1a generaliza­
ci6ny el razonamiento hipotetico-deductivo como instrumento fun­
damental para estab1ecer leyes de comportamiento humano, sobre 
la base que proporciona el registro arqueol6gico. 
. Desde que en 1962 セ・キゥウ@ R. Binford publica un breve articulo 
titulado: «Arqueologia como Antropologia» (Binford, 1962 yI971), 
quepodemos tomar para nuestroprop6sito actual como simbol0 de 
.uncambio radical en.la orrentaci6n interpretativa de La Arqueolo­
gia, han .sido muchas y muy importantes las contribuciones de esa 
nueva Arqueologia: en 1967, los libros de iniciaci6n de Deetz y 
Chang (Deetz, 1967 yChang, 1967 y 1975); e1 ano siguiente, e1 sim­
posio sobre «Nuevas Perspectivas en Arqueologia» (Binford y Bin­
6 
ford, 1968) y ellibro de David L. Clark 
de Dunnell y Patty J 0 Watson, Steven 
man (Dunnell, 1971 y w。エウッョMlセbャ。ョセN@
el fen6meno es general, como dlCe Lr 
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Sabloff (1974). Para estos autores, el 
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mostrar al lector de habla espanola c( 
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Los ensayos que constituyen ・ウセ・@
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Arque%gia en nuestro pais: laapari( 
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ticulos de autores diversosen )Ina sen 
tense de Madrid, . apuntan directamen 
de este libro. 
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parecer todavia «(revolucionario» セL@ si 
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ford, 1968) y ellibro de David L. Clarke (1968), y en 1971 los libros 
de Dunnell y Patty Jo Watson, Steven A.  LeBlanc y Charles Red­
man (Dunnell, 1971 y Watson-LeBlanc-Redman, 1971 y 1974). Que 
el fen6meno es general, como dice Litvak, 10 prueba el reconoci­
miento en libros de caracter manual como la ya cUlsica dntroduc­
ci6n a la arqueologia prehistoric a» de Hole y Heizer (3.a edici6n: 
1973), 0 en la «Historia de la arqueologfa americana» de Willey y 
Sabloff (1974). Para estos autores, el movimiento generalizado al 
que est amos llamando provisionalmente «nueva Arqueologia» inicia 
un nuevo perlodo 0 etapa en la historia de esta ciencia: el periodo 
explicativo. 
l.Quiere decirse, por consiguiente, que la Arqueologia «tradicio­
nalista» 0 las demas Arqueologias sobran? Como dicen Watson, Le­
Blanc y Redman: <mo creemos que exist a un abismo infranqueable 
entre la vieja arqueologia y la nueva» (W atson-LeBlanc-Redman, 
1974: 21), 0, como afirma Litvak: pensamos que «hay una serie de 
puntosde contacto entre la arqueologia nueva y la tradicional» (Lit­
vak, 1974: 459), aunque es evidente que la tendencia debe set a un 
progresivo cambio de objetivos y metodos en el conjunto de la cien­
cia arqueologica, en la direccion que apuntan los que hoy llamamos 
«nuevos» arqueologos. Hacer una divisi6n tajante y dramatica pue­
de ser en algim momenta y lugar «(Operativa», pero hablando en ter­
minos generales no la creemos ni realista, ni positiva en cuanto a re­
sultados. . 
El libro, al que estas paginas sirven de introduccion, pretende 
mostrar al lector de habla espanola como se ha llegado a esto que 
estamos llamando «nueva Arqueologia», y cuM es el papel que la An­
tropologia ha desempenado para que esta evoluci6n de nuestra cien­
cia se produjese asi. . 
En nuestra opinion, 10 que hace diferente a la Arqueologia de 
que vamos a tratar en este libro de «otras» arqueologias es su ads­
cripcion como un metodo mas dentro del campo general de la An­
tropologia, raz6n por la cual hemos querido calificar a esta Arqueo-
/ogia, con el adjetivo· de «antropologica», para diferenciarla expre­
samente de la «Arqueologia clasica», de la «Arqueologia prehistori­
ca» 0 de la «Arqueologia» simplemente. 
Los ensayos que constituyen este libro no son, por otra parte, 
una novedad en Espana, ya que, recientemente se han publicado va­
rios libros y articulos que venian a «levantar la liebre» de esta nueva 
Arqueologia en nuestro pais: la aparicion de los libros de Watson, 
LeBlanc y Redman HャYWTセ@ y Chang (1975), junto con varios articu­
los mios (Alcina, 1973 y 1975) y la edicion de numerosos otros ar­
tfculos de autores diversos en '.una serie de la Universidad Complu­
tense de Madrid, apuntan directamente a los objetivos principales 
de este libro. 
Hablar de «Arqueologia antropologica» en Espana hoy, puede 
parecer todavia «revolucionario» 0, si se quiere, «escandaloso». Es 
algo as! como empezar a echar piedras en un estanque tranquilo. 
7 
' 
Pero en realidad, como espero demostrar a traves de las paginas de 
este libro, ello no es mas que el reflejo, evidentemente tardio, de la 
tempestad que viene agitando las aguas de otros estanques arqueo­
16gicos mas aHa de nuestras fronteras, desde hace bastantes anos. 
La primera intenci6n de estos ensayos puede ser, pues, la de in-
quietar a la Arqueologia nacional y no precisamente con cuestiones 
mas 0 menos banales 0 de «tecnicas», sino con cuestiones que afec­
tan a los fundamentos de la propia ciencia. En otras palabras: re­
plantear cuestiones importantes como: (,que es laArqueologia?,l.que 
deben hacer los arque610gos?, l,cuates deben ser sus metodos?, l.para 
que sirve la Arqueologia?, etc. Estas son cuestiones importantes para 
el profesio:nal de este quehacer cientifico al que llamamos «Arqueo­
logla», pero son tambien importantes paraquienes, desde fuera de 
la profesi6n, pueden y deben juzgar de la utilidad y sustantividad de 
este quehacer. Si resultase ser la Arqueologfa un pasatiempo trivial, 
mal podriamosjustificar los arque610gos los cuantiosos gastos que 
se requieren parael desarrollo de esta actividad, pero si 10 que in­
vestigamos resulta ser no s610 importante, sino quizas fundamental 
para entender que es el hombre y c6mose comporta en sociedad, 
de d6nde viene y hacia d6nde se encamina, entonces, no s610 justi­
ficaremos nuestra actividad, sino que tomaremos pie en ello para re­
damar una atenci6n pUblica yprivada que hasta ahora no se ha con­
cedido ala Arqueologia en nuestro pals. 
Una segunda intenci6n de este libro debe ser la de que, de algu­
na manera, la Arqueologia espanola se perc ate del desfase en que se 
encuentra respecto del desarrollo actual de esta ciencia en otros par­
ses. Ese desfase, como he dicho en otro lugar (Alcina, 1973) no es 
. algo que venga de hace poco, sino que se remonta ya a un pasado 
relativamenteantiguo y no es un hecho casual, sino que tiene unas 
causas concretas que sepueden definir ydenunciar y, por consiguien­
te, corregir en la medida en que los errores humanos son corregi­
bles. EI cara.cteranacronico de nuestra Arqueologia, por otra parte, 
no debe entenderse como un mal «hispanicQ», 10 que si por una par­
te nos puede reconfortar maliciosamente, nos debe aguijonear asi­
mismo para ser deJos primeros en percatarnos de cual es nuestra po­
sici6n «cronoI6gica» real y cuat es el camino que debemos recorrer 
y ensefiara recorrer, para encontrar el tiempo perdido. 
La tercera intenci6n de estos ensayos va dirigida, en particular, 
a todos cuantos se acercan, quizas por primera vez, a la Antropolo­
gia y yen en ella una ciencia. del hombre y de la sociedad con una 
perspectiva exclusivamente sincr6nica. Si la teo ria evolucionista, tan­
to en Biologiacomo en Antropologia, es una teoria importante y fe­
cunda, 10 esporque plantea un anatisis diacr6nico de la realidad. La 
aportaci6n de Carlos Darwin fue sustantiva, entre otras. cosas por­
que introdujola medida hist6rica en la Ciencia Natural (Carr, 1972: 
76). De igual manera, el evolucionismo cultural se asienta en una 
perspectiva diacr6nicaque Ie proporciona principalmente la Arqueo­
logia. 
8 
Ello es importante que sea entendi4 
que la Antropologia ー。イ・」・Nゥョエイセ、オ」ゥイウ@
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traten de los aspectos te6ricos y de la 
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No dud amos un momento en 1a difi 
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Los problemas de la supuesta 0 real 
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que exponer las grandes Hneas del pem 
sus.· origenes. hasta nuestros dias, para 
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campo del de otras arqueologias, cuya 
traves de esa exposici6n, podra compn 
la situaci6n en que se encuentra actualr 
yque podemos esperar del futu!o. Los: 
sintetizar 10 que podemos considerar es 
los aspectos fundamentales de: tipolog 
tura1, ambientalismo, patrones de asenl 
ca, ecologia cultural, etcetera. 
. Debemos· advertir fmalmente que e: 
de vados· cursos desarrollados en la 1 
Madrid, en los que he tratado de. ウゥョエセQ@
gente masa de bib1iografia y 1a dISCUSI! 
tica. No cabe duda de que esta tarea es 
nos haHamos en la mitad de un'proces( 
de analizar y comprender. Este libro es 
provisional que debera completarse cor 
recera, sin duda, muypronto, オョセ@ pro 
to sirve, en alguna medida, a los mtere 
エッセ@ quedara cumplido. 
Ello es importante que sea entendido asi en un momento en el 
que la Antropologia parece introducirse con pie firme en la Univer­
sidad espanola y en la conciencia del pais, ya que un desenfoque en 
este sentido, podda hacer peligrar el futuro inmediato de este cam­
po cientifico entre nosotros. 
Lo que no pretende este libro es ser un manual ni del trabajo de 
campo ni de la labor analitica 0 tecnica de laboratorio. Aunque no 
hay muchos libros en castellano sobre esta materia, los que existen 
cubren suficientemente esos intereses (Vease: A1magro, 1960; Bernal, 
1952 y Wheeler, 1961); por el contrario hay pocos, 0 ninguno que 
traten de los aspectos te6ricos y de la metodologia, dentro de una 
linea antropol6gica, cua1 es la de estas paginas. 
No dud amos un momento en la dificultad de enfrentar una pro­
blematica como la apuntada en los parrafos anteriores, en el mo­
mento presente en que 1a Arqueo10gia se halla en plena crisis de cre­
cimiento y de reflexi6n. 
Los problemas de la supuesta 0 real teor{a arqueol6gica, han sido 
abordados en nuestra exposici6n de una manera hist6rica (Capitu­
los I a VII). Nadamas efectivo, en este punto, a nuestro entender, 
que exponer las grandes Hneas del pensamiento arqueol6gico desdesus origenes hasta nuestros dias, para comprender cullles han sido 
los aportes del pasadoque se han incorporado parasiempre a1 cuer­
po doctrinal de la Arqueologia, y para deslindar nuestro especifico 
campo del de otras arqueologias, cuya historia no interesa aqui. A 
traves de esa exposici6n, podra comprenderse mejor quizas, cuM es 
la situaci6n en que se. encuentra actua1mente la ciencia arqueol6gica 
yque podemos esperar del futuro. Los siguientes capitulos tratan de 
sintetizar 10 que podemos considerar estado actual de la cuesti6n en 
. los aspectos fundamentales de: tipologia, perspectiva hist6rico-cul­
tural, ambientalismo, patrones de asentamiento, analogia etnogrMi­
ca, ecologia cultural, etcetera. 
Debemos advertir fmalmente que estos ensayos son el resu1tado 
de varios cursosdesarrollados en 1a Universidad Complutense de 
Madrid, en los que he tratado de sintetizar para mis alumnos 1a in­
gente masa de bibliografia y 1a discusi6n mas viva sobre esta tema­
tica. No cabe duda de que esta tarea es impracticable aun, dado que 
nos hallam os en la mitad de un'proceso de cambio, a1 cual tni.tamos 
de analizar y comprender. Este libro es, por consiguiente, un esbozo 
provisional que debera completarse con multiples lecturas y que me­
recera, sin duda, muy pronto, una profunda revisi6n. Si, entre tan­
to, sirve, en alguna medida, a los interesesantes mencionados, el au-
tor quedara cumplido. . 
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