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Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible

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Educación Ambiental
y Desarrollo Sostenible
Tracey Tokuhama-Espinosa
y Daniela Bramwell
Instituto IDEA / Universidad San Francisco de Quitotracey.
tokuhama@gmail.com
La educación ambiental es un desarrollo de 
hábitos a lo largo de la vida que permiten 
contribuir a la sostenibilidad, a desarrollar una 
afinidad por el mundo natural, promover una 
mayor comprensión de los sistemas natura-
les, físicos y sociales de nuestro mundo, y 
tiene como propósito motivar a las personas 
a tomar acción para mejorar el ambiente. En 
este artículo ofrecemos evidencia acerca de 
cómo una buena formación sobre temas del 
ambiente en niños y jóvenes impacta la socie-
dad a largo plazo. Además, argumentamos 
que no son los reglamentos de un país los 
que mejoran los conocimientos ambientales, 
sino una buena educación de cada niño en 
su casa y la escuela. Finalmente, sugerimos 
qué acciones, concretamente, se pueden 
implementar en el Ecuador a fin de mejorar 
el nivel de conocimiento, el poder de acción, 
y la actitud necesaria para responsabilizarnos 
por el ambiente.
121
La educación ambiental no es Alianza Ecológica, ni Green-
peace, ni las Naciones Unidas, ni Fundación Natura o el 
gobierno. No son reglamentos, ni leyes, ni amenazas. La 
educación ambiental es la enseñanza de un conjunto de 
hábitos y acciones a individuos, principalmente a los niños.
En el Ecuador existe una comunidad llamada Puerto Ló-
pez en el área suroeste de la provincia de Manabí. Esta 
comunidad cuenta con una gran fuente de riqueza natural 
y biodiversidad. Se pueden observar ballenas, delfines, ti-
burones y tortugas marinas, además de una gran variedad 
de peces en las aguas alrededor de este pueblo. Adicional-
mente, la adjunta Isla de la Plata cuenta con un ecosistema 
muy similar al de las islas Galápagos. Estas maravillas no 
tienen comparación en el mundo y, aún así, sufren de la 
consecuencia del mal manejo de recursos, contaminación, 
y un cierto nivel de ignorancia que vienen acompañados de 
costumbres y malos hábitos no corregidos a lo largo de los 
años. No es raro ver que los animales se entremezclan con 
aceite en las playas, botes de pesca, ratas y basura, mucha 
basura. ¿Qué hacer para preservar estos hitos turísticos y 
ecológicos? ¿Cómo lograr que el país tenga más concien-
cia de la importancia del ambiente? Preguntas semejantes 
pueden ser aplicadas a la situación en la Amazonía ecuato-
riana, los Andes, las ciudades y el campo.
La educación ambiental existe a través de una variedad de 
acciones. Existen varias posibles soluciones, comprendi-
das entre políticas, leyes, campañas sociales, proyectos y 
más. Pero al considerar qué acción es más adecuada, es 
importante recordar que no son los países los que toman una 
conciencia ambiental. Un país no es conciente; cada uno 
de sus miembros, cada individuo, sí lo es. Son las acciones 
individuales, realizadas de manera colectiva, las que cam-
bian la sociedad. Por consecuente, este artículo concierne 
no solo a los grandes esquemas o leyes. Más bien pregun-
ta: ¿cómo lograr que los individuos tomen conciencia sobre 
temas ambientales? O sencillamente: ¿qué rol juego yo?.
¿Qué es la educación ambiental?
¿Salvar especies en peligro de extinción es tarea de los 
humanos? ¿Existe el calentamiento global, y los humanos 
son responsables de ello? ¿Se debería realizar clonaciones 
de animales (o humanos)? ¿La investigación sobre células 
madre es beneficiosa o perjudicial para la sociedad? ¿Qué 
problemas puede acarrear la sobrepoblación? ¿Qué fuentes 
de energía son las más apropiadas? ¿A quién le pertenece 
las fuentes naturales de agua? Las respuestas deberán ser 
consideradas a fondo por cada individuo, por cada ecuato-
riano. Para hacerlo, se requiere de un amplio conocimiento 
de los temas y de las mejores soluciones a nivel mundial. 
Por lo tanto, volvemos a la necesidad de una educación 
ambiental.
… es importante recordar que no 
son los países los que toman una 
conciencia ambiental. Un país no 
es conciente; cada uno de sus 
miembros, cada individuo, sí lo 
es. Son las acciones individuales, 
realizadas de manera colectiva, 
las que cambian la sociedad.
122
Educación ambiental puede referirse a una amplia gama 
de temas, la mayoría de los cuales extrañamente han sido 
estudiados solamente en las últimas décadas: ecología, 
desarrollo sustentable, biodiversidad, contaminación, de-
rechos sobre fuentes naturales de agua dulce, administra-
ción de desechos, minería, administración de recursos na-
turales, administración de alimentos, estudios poblacio-
nales, energía alternativa, cambios climáticos, ingeniería 
genética, ecoturismo… y más. Todos estos temas tienen 
aún grandes preguntas que exigen respuestas complejas. 
Con estos temas y preguntas en mente se podría decir que 
la educación ambiental se refiere a la educación en, sobre 
y para el ambiente. Educación en el ambiente ayuda a las 
personas a desarrollar una afinidad por el mundo natural. 
Educación sobre el ambiente promueve la mayor compren-
sión de los sistemas naturales, físicos y sociales de nues-
tro mundo. Finalmente, educación para el ambiente tiene 
como propósito motivar a las personas a tomar acción para 
mejorar el ambiente.
En una definición más concreta, la educación ambiental 
es un proceso que involucra un aprendizaje a lo largo de la 
vida, por medio del cual se llega a comprender la comple-
jidad del mundo natural y temas ambientales, utilizando 
varias estrategias para la toma de decisiones individuales 
y sociales basadas en conocimientos integrados de varias 
disciplinas, llevando a una variación en las actitudes y ac-
ciones para realizar un cambio en el mundo. Se observa 
esto en el niño que ha adoptado el hábito de no botar pa-
peles en el piso, o en el anciano que sabe elegir una bote-
lla retornable en lugar de una de plástico.
Una breve historia
Los seres humanos comenzamos con lo que es más obvio, 
y poco a poco refinamos nuestro entendimiento de temas 
menos aparentes. Por ejemplo, no es difícil entender por 
qué la conciencia sobre el ambiente comenzó con inicia-
tivas en torno a parques nacionales (algo tangible) y solo 
recién se están considerando temas como la clonación, los 
alimentos transgénicos, o las energías alternativas (que 
son relativamente menos tangibles). Por consiguiente, 
solo hace poco tiempo existe una conciencia, mayormente 
enfocada en lo tangible, sobre la importancia de manejar 
de mejor manera los recursos del planeta. 
Hace aproximadamente 140 años surgió el primer movi-
miento ambiental cuando John Muir ayudó a que Yellows-
tone se convirtiera en el primer parque nacional del mun-
do (1872). En el Ecuador, Galápagos fue el primer parque 
nacional, y éste se estableció en 1959. Hoy en día, existen 
más de 7.000 parques alrededor del mundo. Aunque hace 
más de un siglo comenzaron las “iniciativas ambientales” 
relevantes a un aspecto de la educación ambiental (par-
… la educación ambiental es un 
proceso que involucra un apren-
dizaje a lo largo de la vida, por 
medio del cual se llega a com-
prender la complejidad del mundo 
natural y temas ambientales, 
utilizando varias estrategias para 
la toma de decisiones individuales 
y sociales basadas en conoci-
mientos integrados de varias dis-
ciplinas, llevando a una variación 
en las actitudes y acciones para 
realizar un cambio en el mundo.
… pero muchos se despertaron 
cuando entendieron que “la Tierra 
no es un regalo de tus abuelos, 
sino algo que te prestan
tus hijos.”
123
ques nacionales y la naturaleza que contienen), todavía no 
se consideraba la educación ambiental de manera formal, 
y no llegaba a todos los aspectos del tema. Por ejemplo, 
en el transcurso del siglo XIX pocos imaginaron las posi-
bilidades de la manipulación de genes, especies en riesgo, 
o energías alternativas, y las controversias que se genera-
rían. A decir verdad, solo en la década pasada se empeza-
ron a desarrollar programas de educación ambiental. 
En los años 1960 empezaron a surgirambientalistas, quie-
nes señalaban cada vez más que el planeta se destruía para 
dar paso a las construcciones humanas. Los famosos “tree 
huggers”, ambientalistas que abrazaban y se amarraban a 
los árboles para llamar la atención frente a la necesidad de 
“amar” la biodiversidad, despertaron curiosidad, pero no 
impulsaron muchas políticas públicas respecto al ambien-
te. Libros como Silent Spring de Rachel Carlson explicaban 
el impacto de los químicos en el ambiente, y el mundo em-
pezó a entender que las acciones de los humanos, por más 
pequeñas e insignificativas que fueran, podrían afectar el 
ambiente. En el Ecuador, los movimientos indígenas lla-
maron la atención respecto al abuso de la tierra por algu-
nas empresas mineras y petroleras, y pidieron ayuda para 
regular estas intervenciones, mientras que la sobrepesca 
de las islas Galápagos empezó a ser noticia en los periódi-
cos. Todas estas acciones indicaron que poco a poco, las 
sociedades estaban comenzando a notar que no solo las 
cosas visibles (los parques nacionales), sino las menos ob-
vias pero igual de trascendentes (calidad de agua y cadena 
alimenticia, por ejemplo), tienen impacto. Aún así, llegó 
a ser evidente que los individuos carecían de información 
que les permitiera tomar mejores decisiones sobre sus 
ambientes. De ahí se observa la importancia de una mejor 
educación ambiental. 
En 1972, las Naciones Unidas realizó por primera vez una 
conferencia sobre el ambiente en donde se reconoció que 
…en la larga y tortuosa evolución de la raza humana 
en el planeta, se ha llegado a una etapa en donde, 
a causa de los avances en la ciencia y tecnología, 
el hombre ha adquirido el poder de transformar su 
ambiente de incontables maneras y en una escala 
sin precedentes…1 
Este evento intentó, a nivel de naciones, llamar la atención 
frente al hecho de que los humanos no solo tienen el de-
recho, sino también la obligación de manejar el ambiente. 
Sin embargo, no fue sino hasta que dejó de ser solo un 
mensaje y que empezó a ser asimilado a nivel individual, 
que éste tuvo impacto. Pocas personas conocieron o pres-
taron atención a la conferencia de las Naciones Unidas, 
pero muchas se despertaron cuando entendieron que “la 
Tierra no es un regalo de tus abuelos, sino algo que te pres-
tan tus hijos.”
1 Naciones Unidas. (1972). United Nations Conference on the Human Environment
Hace aproximadamente 20 años, las personas comenzaron 
a poner en práctica las tres Rs, reciclar, reducir y reutilizar, 
pero todavía sin una frecuencia regular a nivel mundial. 
Esto, hasta cierto punto, ha sido un progreso, pero la com-
plejidad de las preguntas está sobrepasando el ritmo de 
los avances;(estamos avanzando a un paso menos lento de 
lo que se necesita porque los problemas son más grandes 
que antes. 
Anteriormente, la discusión ambiental era más sencilla: 
nos preocupábamos por los árboles que estaban a nues-
tros alrededores. Ahora, estamos enfrentados a debates 
éticos sobre temas menos tangibles: causas de ciertos 
cánceres y el posible uso de células madre para tratar esta 
enfermedad; el choque de hábitos culturales, como es co-
mer pepino de mar o aletas de tiburón, versus el invisible 
manejo de la biodiversidad del mar; o saber si es legítimo 
modificar genéticamente algunos granos para poder abas-
tecer a sociedades en necesidad. Las soluciones a estos 
retos solo pueden venir con el ingenio de individuos pre-
parados, informados y educados. Si esto pretende ser un 
desafío en la educación ambiental, empezando por los más 
jóvenes de la sociedad, y un empoderamiento a través de 
información de calidad a nivel de cada persona, es necesa-
rio entonces mejorar la educación.
Sin embargo, si todos esperamos a que “alguien” decida 
cuáles deben ser las líneas de acción a tomar respecto a 
los problemas a los que nos enfrentamos, igual perdere-
mos. Cada persona tiene que tomar sus propias iniciativas 
para hacer una diferencia.
¿Por qué educación ambiental?
En el reporte de Environmental Literacy in America2 se indica 
que el 56% de los estadounidenses señalan que quisieran 
realizar más acciones en favor del ambiente, pero que des-
conocen cómo hacerlo. Es decir, que se les podría enseñar 
cómo hacerlo a través de la educación ambiental. Si hubie-
ra una encuesta similar en el Ecuador, ¿cuáles serían los 
resultados?
Muchas veces, los individuos solamente tienen una vaga 
idea acerca de temas ambientales en lugar de un conoci-
miento profundo de los principios y la evidencia científica 
existente que proveerían una educación ambiental. Así, es-
tos individuos basan sus acciones en estos conocimientos 
mínimos, a veces con resultados alarmantes. Lo cual con-
firma el lema en inglés “a little knowledge is a dangerous thing” 
(poco conocimiento es peligroso). ¿Por qué? Al tener infor-
mación incompleta, tomamos decisiones no informadas. 
Por ejemplo, al conocer que los pañales desechables son 
“malos para el ambiente,” podríamos tomar la decisión de 
2 Coyle, K. (2005). Environmental literacy in America. The National Environmental 
Education y Training Foundation: Washington, D. C.
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utilizar pañales de tela en lugar de los desechables. Pero 
esto sería un error, porque al analizar el impacto ambien-
tal, se encontrará que los pañales de tela causan más daño 
al ambiente ya que al lavarlos se utiliza agua, se introduce 
cloro en el sistema, se utiliza bastante electricidad (al ca-
lentar el agua o utilizar máquinas), etc., etc. Es necesario 
por lo tanto estar mejor informados para tomar mejores 
decisiones.
En un informe de los Estados Unidos del 20013 se conclu-
yó que las personas que tenían más conocimiento sobre 
temas ambientales eran más propensas a realizar acciones 
para cuidar el ambiente. Por ejemplo, 47% de ellos pen-
saban que solamente las grandes empresas industriales 
deben tomar acción y que los individuos no tienen mucho 
impacto. Al tener conciencia de que los individuos sí tie-
nen impacto, las personas cambian de actitud. Se detectó 
que, cuando las personas son más conocedoras en temas 
ambientales, tenían:
•	 10%	 más	 probabilidad	 de	 ahorrar	 energía	 en	 sus	
hogares
•	 50%	más	probabilidad	de	reciclar
•	 10%	más	probabilidad	de	comprar	artículos	favora-
bles al ambiente
•	 50%	más	probabilidad	de	evitar	el	uso	de	químicos	
en sus jardines
•	 31%	más	probabilidad	de	conservar	agua
•	 50%	más	probabilidad	de	donar	recursos	a	iniciati-
vas de conservación
En adición a la necesidad de la educación ambiental y los 
beneficios arriba explicados, existen otras consecuencias 
favorables. En Estados Unidos se observó por ejemplo 
que los niños y jóvenes que participaron en un excelente 
programa de educación ambiental tuvieron beneficios en 
otras áreas: mejores calificaciones (que el grupo control) 
en lectura, escritura y matemáticas en exámenes estan-
darizados del estado y mejorías en lenguaje, destrezas de 
pensamiento, motivación y comportamiento. Es difícil de-
terminar la razón exacta de estos beneficios, pero es pro-
bable que, al ser más reflexivo sobre su entorno, involucre 
más metacognición sobre las acciones: algo que tiene be-
neficios a lo largo del aprendizaje en todas las áreas.
Algunas teorías señalan que los mayores beneficios se 
observan al emprender la educación sobre temas ambien-
tales, de biodiversidad y desarrollo sustentable con niños 
3 Idem
Anteriormente, la discusión am-
biental era más sencilla: nos pre-
ocupábamos por los árboles que 
estaban a nuestros alrededores. 
Ahora, estamos enfrentados a 
debates éticos sobre temas me-
nos tangibles: causas de ciertos 
cánceres y el posible uso de cé-
lulas madre para tratar esta en-
fermedad; el choque de hábitos 
culturales, como es comer pepino 
de mar o aletas de tiburón, versus 
el invisible manejo de la biodiver-
sidad del mar; o saber si es legíti-
mo modificar genéticamente algu-
nos granos para poder abastecer 
a sociedades en necesidad.
… los individuos basan sus 
acciones en conocimientos mí-nimos, a veces con resultados 
alarmantes … ¿Por qué? Al tener 
información incompleta, tomamos 
decisiones no informadas. Por 
ejemplo, al conocer que los paña-
les desechables son “malos para 
el ambiente,” podríamos tomar 
la decisión de utilizar pañales de 
tela en lugar de los desechables. 
Pero esto sería un error, porque 
al analizar el impacto ambiental, 
se encontrará que los pañales 
de tela causan más daño al am-
biente ya que al lavarlos se utiliza 
agua, se introduce cloro en el 
sistema, se utiliza bastante elec-
tricidad.
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menores. Una razón es que los hábitos se desarrollan con 
el tiempo hasta convertirse en actos cuasi automáticos. Al 
practicar el reciclaje una y otra vez, estas acciones se con-
vierten en hábitos, y el reciclaje a su vez en una primera 
reacción. En cambio, cuando los adultos intentan reducir 
el uso del agua, reciclar, evitar el uso de químicos en su jar-
dín, etc., tienen que romper con hábitos ya existentes, lo-
grando así un aprendizaje más lento que con los niños. Lo 
cual lleva nuestra atención a un curso de acción muy claro: 
educar a niños pequeños sobre el ambiente es mejor inver-
sión que tratar de cambiar las costumbres de los adultos.
Prácticas apropiadas en la educación ambi-
ental
Los mejores programas de educación ambiental tratan de 
ir más allá del mero hecho de repartir información. Entre 
sus objetivos están: lograr que los alumnos tengan un 
profundo conocimiento práctico de temas ambientales, 
conocimientos específicos de cómo abordar estos temas, 
habilidad para tomar decisiones apropiadas y, finalmente, 
que haya una valoración y presten atención a temas am-
bientales. 
Prácticas apropiadas
Un extenso estudio sobre educación ambiental determinó 
las siguientes prácticas, donde se recomienda que la edu-
cación debería:
•	 Tener relación con temas ambientales. La educación 
ambiental debería mostrar una clara conexión con 
temas ambientales en el entorno del niño.
•	 Ser	interdisciplinaria.	La	educación	ambiental	debe-
ría poner énfasis en la integración de temas y disci-
plinas para poder considerar los temas en toda su 
magnitud y proveer soluciones eficaces.
•	 Tener	 relevancia	 frente	 a	 necesidades,	 intereses	 y	
motivaciones del estudiante. Los estudiantes debe-
rían sentir una conexión personal con los temas tra-
tados a fin de entender su relevancia e importancia.
•	 Proveer	educación	a	 lo	 largo	de	 la	vida.	La	educa-
ción ambiental debería proveer a los estudiantes de 
destrezas para que puedan continuar aprendiendo a 
lo largo de su vida.
•	 Estar	basada	en	información	objetiva.	La	enseñan-
za ambiental tiene que necesariamente basarse en 
información y evidencia precisa, objetiva, confiable, 
creíble y científica, a fin de no causar daño. 
•	 Mantener	información	con	un	balance	de	perspecti-
vas y sin prejuicios. Al momento que existen ideas, 
teorías o iniciativas en espera de evidencia científi-
ca, habrá que presentar la información de manera 
equilibrada y sin prejuicios, considerando toda la 
evidencia y teorías disponibles.
•	 Realizarse	al	aire	libre.	Cuando	sea	posible	y	apro-
piado, el ambiente de aprendizaje debería ser en ex-
teriores, al aire libre, en contacto con la naturaleza.
Objetivos específicos de la educación ambiental
Objetivos de educación ambiental en la etapa de educación inicial 
•	 Desarrollar una conciencia y apreciación por la be-
lleza y la maravilla del mundo natural
•	 Entender conceptos básicos tales como ciclos, di-
versidad y conectividad en la naturaleza
•	 Desarrollar un sentimiento de apreciación y respeto 
por la integridad del mundo natural
•	 Desarrollar un sentimiento de apreciación por el 
mundo y un entendimiento de cómo diferentes ti-
pos de contaminación podrían perjudicarlo
•	 Entender que las personas son parte del mundo na-
tural, no un elemento separado
•	 Saber cómo contribuir al bienestar del planeta
Objetivos de educación ambiental - Educación General Básica, Bachi-
llerato y Universitarios 
Lineamiento 1: cuestionamiento y destrezas de análisis
•	 Cuestionar
•	 Diseñar	investigaciones
•	 Recolectar	información
•	 Evaluar	confiabilidad	y	veracidad
•	 Organizar	información
•	 Trabajar	con	modelos	o	simulaciones
•	 Desarrollar	explicaciones
Lineamiento 2: conocimiento de procesos y sistemas am-
bientales
•	 El	planeta	como	un	sistema	físico
•	 Los	seres	y	ecosistemas	vivientes
•	 Los	humanos	y	la	sociedad
•	 El	ambiente	y	la	sociedad
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Lineamiento 3: destrezas para entender y abordar temas 
ambientales
•	 Destrezas	 necesarias	 para	 analizar	 e	 investigar	 te-
mas ambientales
•	 Destrezas	para	la	toma	de	decisiones	y	ciudadanía
Lineamiento 4: responsabilidad personal y cívica
•	 Entender	valores	y	principios	de	la	sociedad
•	 Reconocer	deberes	y	responsabilidades	de	los	ciu-
dadanos
•	 Poder	reconocer	la	eficacia
•	 Aceptar	la	responsabilidad	personal
Se puede y se debe tratar a la educación ambiental a ni-
vel de conocimiento del individuo. A nadie le gusta tareas 
demasiado “fáciles” porque se aburren; pero tampoco les 
gusta sentir que no entienden o no pueden cumplir. Por 
ende, un buen diagnóstico del nivel del conocimiento y 
destrezas de los niños es importante antes de estructurar 
un programa de educación ambiental.
Tres niveles de educación ambiental
Se pueden describir tres niveles básicos en la educación 
ambiental, que ayudan a determinar parámetros para eva-
luar a los alumnos, así como lineamientos generales para 
programas de educación ambiental.
Primer nivel
Las personas que están en este nivel saben que el tema 
existe y es importante, pero desconocen los pormenores y 
toman pocas acciones ambientales. 
Estas personas:
•	 Pueden reconocer y proveer definiciones rudimenta-
rias de términos básicos. 
•	 Poseen una conciencia y apreciación por el ambien-
te, respeto por los sistemas naturales y preocupación 
por la naturaleza y por los impactos que los humanos 
puedan tener en ella.
•	 Tienen un conocimiento básico sobre los sistemas 
naturales y cómo los humanos interactúan con ellos.
Segundo nivel
Las personas que se encuentran en este nivel tienen un 
conocimiento básico de temas ambientales fáciles 
de entender, y toman acciones que no requieren de 
una comprensión detallada del tema. 
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Las personas en este nivel:
•	 Poseen un conocimiento más avanzado de la inte-
racción de los humanos con los sistemas naturales, 
y conocen una o más interacciones negativas.
•	 Pueden analizar, sintetizar y evaluar información so-
bre temas ambientales utilizando fuentes primarias 
y secundarias.
•	 Comunican hallazgos a otros.
•	 Demuestran una motivación para trabajar hacia so-
luciones de problemas ambientales utilizando es-
trategias básicas para cambios sociales o tecnológi-
cos.
Tercer nivel
En este nivel, las personas tienen un conocimiento profun-
do del tema y destrezas refinadas, y logran tomar acciones 
significativas a favor del ambiente. 
Específicamente:
•	 Tienen conocimientos y destrezas avanzadas.
•	 Evalúan los impactos y las consecuencias de las ac-
ciones.
•	 Recogen y sintetizan información pertinente, eligen 
alternativas, abogan por posturas y acciones que fa-
vorecen al ambiente.
•	 Demuestran un gran sentimiento de responsabili-
dad al tomar acciones para prevenir o remediar la 
degradación ambiental.
•	 Actúan a varios niveles, de local a global, y frecuen-
temente tratan problemas a nivel mundial.
Después de un buen diagnóstico de lo que saben y no sa-
ben los niños, hay que desarrollar actividades apropiadas 
para ellos.
Actividades
Existe un sinnúmero de actividades que se pueden realizar, 
con variaciones para todas las edades, a fin de lograr una 
educación ambiental de calidad, en la casa o en la escuela. 
Algunos ejemplos:
•	 Recolección de información al aire libre
•	 Observación de animales o insectos
•	 Excursiones, viajes
•	 Mapeo y estudios de áreas
•	 Mapeo y estudio de especies en un área
•	 Estudio de factores que impactan la supervivenciade una especie de determinada área
•	 Diagnóstico del estado de contaminación de un 
área o elemento
•	 Iniciativas o campañas al aire libre, tales como reco-
lección de basura
•	 Entrevistas, encuestas o charlas con personas loca-
les o expertos en el área
•	 Creación de manualidades u objetos con elementos 
reciclados
•	 Clases informativas con profesores
•	 Conferencias, talleres y seminarios
•	 Exhibiciones
•	 Simulaciones y juegos de roles
•	 Estudio de casos
•	 Artículos u otros productos escritos informativos
•	 Páginas Web y programas interactivos
Guías pedagógicas
Un programa de educación ambiental, además de conside-
rar conocimientos, destrezas y actitudes que sus estudian-
tes deberían aprender desde el aspecto ambiental, tam-
bién debe tener sólidas bases pedagógicas a fin de tener 
éxito. El estudio mencionado anteriormente determinando 
mejores prácticas en educación ambiental4 también defi-
ne bases pedagógicas necesarias para la efectividad de las 
iniciativas. En el Ecuador se podría combinar los esfuerzos 
del Ministerio de Educación y el Ministerio del Ambiente 
para sustentar la educación ambiental con firmes bases 
pedagógicas. En cuanto a guías pedagógicas, se recomien-
da considerar los siguientes factores:
El conocimiento se construye de manera individual basado en conoci-
mientos previos. Es necesario considerar que los estudiantes 
deben construir su propio entendimiento haciendo co-
nexiones entre lo que anteriormente sabían con lo nuevo 
que están aprendiendo. Por lo tanto, es muy recomenda-
ble determinar de antemano cuáles son los conocimientos 
previos de los alumnos y trabajar en base a ellos, además 
de proveer varias oportunidades para que los estudiantes 
integren, apliquen y sinteticen lo que aprenden.
4 Meredith, J. (2000). Best practices for environmental education: Guidelines for suc-
cess. Ohio, EEUU.
128
El alumno aprende haciendo. Se recomienda que el estudiante 
sea activo en su aprendizaje, resolviendo problemas, to-
mando decisiones, razonando, creando y realizando acti-
vidades físicas.
El alumno no se puede distraer si él es el centro de atención. A medi-
da que el estudiante sea el que trabaja, que está involucra-
do y activo, estará más concentrado en su aprendizaje, que 
si se dedica a escuchar pasivamente. 
Además, se recomienda:
•	 Utilizar a estudiantes líderes como facilitadores y 
mentores.
•	 Promover el aprendizaje cooperativo y colaborativo 
cuando los estudiantes trabajen en grupos.
•	 Variar los grupos de aprendizaje, a manera de contar 
con actividades de todo el grupo, actividades con 
grupos pequeños e instancias de trabajo individual.
•	 Tener grupos con niños y jóvenes de varias edades 
trabajando juntos.
•	 Incluir una gran variedad de estrategias, metodolo-
gías y actividades.
•	 Considerar las necesidades de cada persona. 
•	 Asegurarse de tener procesos de evaluación apro-
piados para el programa, que pongan énfasis en la 
evaluación para mejorar el aprendizaje y la enseñan-
za, y no para premiar o castigar al alumno.
Ejemplos de iniciativas de educación ambien-
tal en el Ecuador y el mundo
En universidades
A nivel universitario, los programas normalmente se dedi-
can a investigar la biodiversidad del país, evaluar el impac-
to ambiental de industrias o ciudades, administrar recur-
sos naturales renovables, determinar estrategias efectivas 
de conservación, entre otros. Los programas universitarios 
suelen ser una gran fuente de información objetiva y cien-
tífica. Sin embargo, es necesario tener cuidado con pro-
gramas en los que se realizan acciones sin los apropiados 
fundamentos teóricos o científicos.
Iniciativas del estado
En algunos países, el estado toma liderazgo en la imple-
mentación de proyectos ambientales. Por ejemplo, en 
Toronto, Canadá, se proveen basureros con tres compar-
timientos separados para el reciclaje, y la municipalidad 
se encarga de recogerlos y reciclar su contenido5. Otros 
proyectos existen para educar a los ciudadanos a fin de 
crear estilos de vida más saludables y sustentables en tér-
minos ambientales, sociales y económicos6. Es de suma 
importancia que los proyectos del gobierno se basen en 
datos objetivos y confiables y sean parte de una estrategia 
integrada de mejora del país a fin de no tener consecuen-
cias indeseadas.
Organizaciones no gubernamentales
Es posible que las organizaciones no gubernamentales 
sean las mayores propagadoras de iniciativas relacionadas 
con la educación ambiental, la biodiversidad y el desa-
rrollo sostenible. Una institución líder en educación am-
biental es la Unión Internacional de Conservación de la 
Naturaleza (IUCN), que ha tenido grandes impactos a nivel 
mundial. Otra institución interesante es Rainforest Alliance, 
la cual realiza iniciativas para educar a las empresas pri-
vadas y al público en general sobre el desarrollo sustenta-
ble, la conservación de la biodiversidad y la habilidad de la 
naciones para progresar sin perjudicar el ambiente7. En el 
Ecuador existen varias, de las cuales se puede mencionar 
a Fundación Natura como líder en iniciativas de educación 
ambiental. 
Independientemente de si es una iniciativa del estado o 
no gubernamental, es vital que la educación ambiental se 
enfoque en un niño a la vez. Los grandes esquemas dirigi-
dos a audiencias dispersas no son tan eficientes como los 
proyectos dirigidos a cambiar los hábitos de los niños a lo 
largo de sus vidas.
Tecnología y medios de comunicación
Los medios de comunicación y la tecnología han tenido un 
gran impacto en la educación ambiental de la humanidad. 
Las personas alrededor del mundo obtienen información 
sobre el ambiente a través de medios de comunicación 
como televisión, radio, Internet y otros. Por ejemplo, Animal 
Planet™, producido por Discovery Networks desde 1996, se 
transmite a 70 países alrededor del mundo y enseña sobre 
animales únicos de diferentes regiones del planta. El im-
pacto de estos medios es grande. Incluso en Estados Uni-
dos en el año 2005, observaron que los niños obtienen 83% 
de sus conocimientos del tema a través de los medios, y 
que para la mayoría de los adultos los medios son su úni-
ca fuente de información8. Esto tiene grandes beneficios, 
5 http://www.google.com.ec/#hl=esylr=lang_esytbs=lr%3Alang_1esyq=recycling+proje
cts+around+the+worldyaq=oyaqi=yaql=yoq=ygs_rfai=yfp=3a95d9d30d581c4
6 http://www.greenmap.org/greenhouse/es/map/user
7 http://www.rainforest-alliance.org/
8 Coyle, K. (2005). Environmental literacy in America. The National Environmental 
Education y Training Foundation: Washington, D. C.
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ya que los medios han ayudado a crear una conciencia y 
una concientización acerca de la importancia de temas 
ambientales. Sin embargo, el mismo estudio señaló que 
80% de los estadounidenses se encuentran fuertemente 
influenciados por información antigua o incorrecta, hecho 
que tiene conexión con su fuente de información. Si los 
medios se utilizan para la educación ambiental, la infor-
mación y los programas deben ser de la más alta calidad, 
fundada científicamente y dirigida a la audiencia precisa, 
en este caso, los niños y jóvenes.
Para niños y jóvenes alrededor del mundo
Tristemente, en el Ecuador en general, no existe mucha 
educación sobre el ambiente desde la casa ni las escue-
las, y tampoco existen muchos modelos o ejemplos en 
la sociedad. Más grave aún, muchas veces las iniciativas 
de individuos se ven perjudicadas por leyes o normas o, 
simplemente, no existen los procesos necesarios. Para dar 
un ejemplo, en un conjunto habitacional cerca de Quito, 
varias familias empezaron a separar sus desechos a fin de 
reciclarlos, y una familia se encargaba de llevarlos a fin de 
que se realizara el proceso de reciclaje. Esta iniciativa co-
lapsó cuando el municipio cambió el horario de recolec-
ción de la basura: llegaba, recogía la basura y la mezclaba 
nuevamente. De esta manera empieza un círculo vicioso, 
dado que el individuo se ve afectado por el gobierno, y el 
gobiernopor el individuo. 
En varios países del mundo se empieza la educación re-
ferente a temas de desarrollo sustentable y biodiversidad 
cuando los niños son jóvenes y pueden adquirir rápida-
mente hábitos positivos. Por ejemplo, en Alemania, Esta-
dos Unidos y Japón se enseña a los niños la importancia 
de las tres “Rs”: reduce, recicla y reutiliza9. Estas enseñan-
zas no se quedan únicamente en la escuela, ya que toda 
la comunidad suele apoyar los esfuerzos para proteger el 
ambiente. Por ejemplo, en Japón, los niños llevan sus re-
frigerios a la escuela en loncheras obento, lavables y reutili-
zables, en lugar de utilizar fundas de papel o plástico, y en 
algunas escuelas crean su propio fertilizante orgánico con 
los desechos. 
Los niños del Ecuador no están solos en su búsqueda de 
información de calidad. Existen algunos programas escola-
res a nivel mundial10 que permiten a los estudiantes de di-
ferentes países intercambiar ideas acerca de cómo reducir 
el uso de papel, lograr que las personas conduzcan menos 
y cómo educar a sus padres en hábitos ecológicos. 
Por otro lado, sí surgen algunas iniciativas de calidad a 
nivel de país. En Puerto López, mencionado al inicio del 
9 http://www.youtube.com/watch?v=2XWXH0IqBPM
10 Por ejemplo “www.cleanuptheworld.org
artículo, se cuenta con un Club Ecológico para niños con 
edades de 7 a 14. Al comienzo, los niños, siguiendo el 
ejemplo de sus alrededores, botaban basura en sus jardi-
nes, las calles, los parques, la playa… no importa donde 
se encontraran en ese momento. Muchos de estos niños, 
nunca habían visitado la famosa playa “Los Frailes”, ni el 
Parque Nacional Machalilla. Nunca habían visto a las ba-
llenas que nadaban muy cerca de sus casas. Desde que 
ha empezado esta iniciativa, ha habido muchos cambios. 
Los niños realizan excursiones: ahora conocen el Parque 
Nacional Machalilla, han visto nadar a las ballenas y han 
apreciado varias riquezas más de sus alrededores que les 
hace sentir responsables, a cierto nivel, por el bienestar del 
ambiente en su entorno. Estos niños, por su propia inicia-
tiva, crearon carteles y marcharon en la playa, clamando la 
necesidad de cuidar de ella. Pero no pararon allí. Empeza-
ron a realizar un proyecto para hacer abono orgánico y tie-
nen un huerto. Han realizado billeteras con empaques de 
leche, lámparas con papel maché y arena teñida de colores 
y portalápices con tubos de papel higiénico. Cuando se van 
de paseo, no hace falta que los adultos digan una palabra. 
Los niños se organizan para crear un basurero común, ha-
cen mingas de recolecta de basura ajena que contamina su 
preciada playa o parque, y se la llevan consigo. Ahora, ellos 
son los que reclaman a sus padres cuando botan basura 
en las playas o calles. Los grandes cambios empiezan con 
acciones individuales. 
Los niños y jóvenes ecuatorianos tienen excelentes opor-
tunidades y grandes retos. Los ecosistemas y la biodiversi-
dad son únicos en el mundo, y aún así, existe poca instruc-
ción formal en cuanto a cómo preservar esta riqueza. Cada 
problema es una oportunidad, y en este caso, hoy por hoy, 
al vivir en una época de vital importancia de la historia hu-
mana, contamos con más intereses (y más recursos) dedi-
cados al mejoramiento de la educación ambiental dirigida 
a cada individuo.
El impacto de estos medios es 
grande. Incluso en Estados Uni-
dos en el año 2005, observaron 
que los niños obtienen 83% de 
sus conocimientos del tema a tra-
vés de los medios, y que para la 
mayoría de los adultos los medios 
son su única fuente de informa-
ción …. Sin embargo, el mismo 
estudio señaló que 80% de los 
estadounidenses se encuentran 
fuertemente influenciados por 
información antigua o incorrecta, 
hecho que tiene conexión con su 
fuente de información.

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