Importancia del Lóbulo Frontal en el Desarrollo del Control Emocional

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Importancia del Lóbulo Frontal en el Desarrollo del Control Emocional. 
 
Nayeli Muñoz Macias 
Ciencias Psicológicas, Universidad de Guayaquil 
Fundamentos de Psicobiología 
Dr. Eddie Chiang 
15 de agosto del 2022 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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La corteza cerebral se encuentra dividida en cuatro lóbulos, entre ellos tenemos 
el lóbulo frontal, el lóbulo Parietal, el lóbulo Temporal y el lóbulo occipital. Pero en 
este ensayo tomaremos únicamente al Lóbulo Frontal, su gran valor y desarrollo en el 
individuo, permitiendo asi una gran evolución del cerebro humano, diferenciándolo del 
resto de animales, por otra parte analizaremos cómo y de donde surgen las emociones 
del ser humano, estaremos recorriendo las funciones primordiales y funcionamiento de 
los lóbulos frontales, asi mismo, el papel de autor principal que recibe el sistema 
límbico junto a la corteza orbitofrontal en el afloramiento de las emociones. 
El cerebro contiene dos hemisferios, que están conectados por varios puentes, el 
mayor es el cuerpo calloso que contiene millones de fibras nerviosas que al mismo 
tiempo conecta ambos hemisferios, cada hemisferio tiene regiones las cuales se las 
define como lóbulos cerebrales limitados por grandes surcos, estos son: lóbulo frontal, 
lóbulo temporal, lóbulo parietal y lóbulo occipital. A pesar de que existen cuatro lóbulos 
en nuestro cerebro, cada uno tiene una estructura concreta y desempeñan diferentes 
funciones, sin embargo, existe un lóbulo que predomina sobre los demás, y es el lóbulo 
frontal; este lóbulo se erige como el más grande y está ubicado en la parte delantera del 
cerebro, es el encargado de: los procesos cognitivos complejos, el control de las 
actividades, el movimiento, la autoconciencia, la creatividad, el lenguaje, las funciones 
ejecutivas; estas funciones se encargan de las operaciones mentales con la finalidad de 
permitir el control conductual, en pocas palabras esto permite que podamos elegir, 
planificar y tomar decisiones voluntarias y conscientes, entre otras actividades, no 
obstante, a este lóbulo se le atribuye la residencia de nuestra personalidad y es donde 
también se manejan nuestras emociones. Goldberg (2001) considera, que los lóbulos 
frontales representan el “centro ejecutivo del cerebro”. Cabe destacar que los lóbulos 
frontales son los más vulnerables a sufrir lesiones, esto es como consecuencia de su 
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localización. Según Stuss & Levine, (2000) “La afectación funcional de los lóbulos 
frontales tienen consecuencias muy heterogéneas e importantes en las conductas más 
complejas del humano, desde alteraciones en la regulación de las emociones y la 
conducta social, hasta alteraciones en el pensamiento abstracto y la metacognición” 
(p.48). 
Los impulsos que llegan desde el sistema límbico (la fábrica de la producción de 
las emociones) están en una constante comunicación con la zona orbital del lóbulo 
frontal, aquella que queda cerca de las orbitas de los ojos. Es por ello que su función 
principal es mitigar los efectos de estos impulsos, para asi poder evitar aquellos 
arranques emocionales e impulsos deliberados y no ocurra un secuestro amigdalar, en 
definitiva, se necesitaría una hectárea de autocontrol para frenar la satisfacción del ello. 
Los diversos estudios que ha realizado la neurociencia han ayudado a la 
comprensión del funcionamiento del cerebro, es por ello que, según Manes (2011) 
afirma que “este enfoque multidisciplinario demuestra científicamente que somos menos 
racionales de lo que creemos y decreta el final de la fe decimonónica en la “astucia de la 
razón” (p. 54), gracias a esta ciencia se sabe que todos los procesos mentales están 
mezclados con las emociones. El sistema límbico es aquel encargado de la regulación de 
las emociones, Por ese motivo, varios autores han coincidido en denominarlo " el 
cerebro emocional", pero las emociones no son su único trabajo sino también tienen un 
papel importante que es el aprendizaje y la memoria, por otra parte todos los órganos 
del cuerpo están relacionados con el sistema nervioso quien a su vez, está relacionado 
con el sistema límbico, por ello podríamos ver este panorama y anotar la importancia 
que el "cerebro emocional" tiene sobre nuestro accionar. 
“La corteza orbitofrontal (COF) es parte del manto arquicortical que proviene de 
la corteza olfatoria caudal-orbital” (Stuss & Levine, 2000, p.50). Esta corteza se 
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encuentra relacionada con el sistema límbico, ya que es considerada un pase gratis de 
las ordenes emocionales hacia partes del lóbulo frontal, las cuales a su vez estarán 
encargadas de planificación y creación de estrategias 
Según científicos el cerebro se encuentra en una constante resolución de 
problemas, por consiguiente, quiere lograr una decisión rápida, aún si sus resultados 
sean o no favorables. A lo largo de los años este cerebro ha ido desarrollándose, y ha 
tomado aquellas experiencias y emociones para la toma de decisiones, sin importar el 
contexto en que se encuentre. Otro factor afectado por estas emociones situadas en el 
sistema límbico, es la memoria, ha habido una controversia en cómo logramos 
almacenar más información, llegando así a definirse que para recordar debemos olvidar, 
borrar y sintetizar, el cerebro para lograr almacenar más información debe borrar 
aquellas informaciones innecesarias, sin embargo, no están borradas por completo sino 
que están resumidas y guardadas en otros archivos para así lograr obtener más espacio, 
esta sinterización de información es formada gracias a las emociones, ya que creamos 
analogías con las situaciones de nuestro diario vivir, y lo que recordamos son aquellas 
versiones con bacterias de emociones. Aunque se haya sostenido que la memoria no 
puede ser borrada, científicos del laboratorio LeDoux, refutaron esta teoría, realizaron 
un experimento basándose en dos planteamientos; el primero, indicaba que la memoria 
surge por la síntesis de proteínas, y la segunda, la memoria puede ser borrada. Este 
experimento fue realizado usándose como objetos de estudios a animales pequeños, lo 
cual consistía en producir un ruido con una alarma del tipo "piiip", seguido de un 
masaje eléctrico. Los animales habían relacionado el sonido con el dolor, por 
consiguiente, cuando escuchaba aquella alarma comenzaban a estar ansiosos y con 
miedo. No obstante los científicos tomaron otro grupo de animales pequeños los cuales 
no habían recibido ningún tipo de estímulos e hicieron lo mismo solo que añadiendo 
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una nueva variante, después de realizar el mismo procedimiento del grupo 1, les 
inyectaban una droga que frenaba la síntesis de proteínas en las memorias, de manera 
que no se formaban memorias, al día siguiente comprobaron que después del “piip” 
aquellos animales no se asustaba, porque no tenían memoria, no lo habían aprendido, lo 
habían olvidado. Por otro lado un estudiante que se encontraba en el sitio quiso saber 
qué ocurriría con los sujetos de prueba del primer grupo al aplicarles aquella droga, el 
resultado fue impresionante, sin previo aviso este estudiante inyectó la droga y 
comprobó que después del "piiip" aquellos animales no reaccionaban con respuestas 
ansiosas, sino que se mantenían normal, la memoria había sido borrada. 
Para finalizar, se puede llegar a afirmar que la toma de decisiones está guiada 
por la emoción, no es lógica ni computacional, el gran desarrollo que ha tenido la 
neurociencia en el conocimiento de los lóbulos frontales permitirá avanzar los estudios 
y comprender las zonas del cerebro que están relacionadas con la conducta y la 
cognición humana, así mismo, diversos estudios han arrojado resultados los cuales 
demostraron que el lóbulo frontal se activa cuando una tarea es novedosa. 
 
 
 
 
 
 
 
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Referencias 
 
Cid, T. (2021, 6 agosto). Los Lóbulos Cerebrales: Cuáles Son y Qué Funciones Tienen. 
Gradior. https://www.gradior.es/lobulos-cerebrales/Geffner, D. (s. f.). EL CEREBRO ORGANIZACIÓN y FUNCIÓN. Svneurologia. 
https://www.svneurologia.org/libro%20ictus%20capitulos/cap2.pdf 
Goldberg, E. (2001). The executive brain, frontal lobes and the civilized mind. Nueva 
York: Oxford University Press. 
Stuss, D. T., & Levine, B. (2000). Adult clinical neuropsychology, lessons from studies 
of the frontal lobes. Annual Review of Psychology, 53, 401-403. 
Simón, M. D. M. D. (2022, 12 abril). La neuropsicología de los lóbulos frontales y las 
funciones ejecutivas. Canal Educación y Sociedad. 
https://www.inesem.es/revistadigital/educacion-sociedad/la-neuropsicologia-de-
los-lobulos-frontales-y-las-funciones-ejecutivas/ 
Manes, F. (2011). Emoción. Extraído desde: http://facundomanes. 
com/2011/04/02/emocion/. Consultado el, 27. 
 
 
 
 
 
 
 
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	Referencias