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Testigos de lo insólito
Miguel Ángel Segura
©Derechos de edición reservados.
©Editorial Segurama.
Maquetación: ©Miguel Ángel Segura
Diseño de cubiertas: ©Miguel Ángel Segura.
©Miguel Ángel Segura.
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada
o trasmitida de manera alguna y por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de
grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o de los autores. Todos los
derechos reservados.
 
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar, me gustaría dar las gracias de todo corazón a los testigos
que aparecen en el libro y que un día decidieron contarme su historia. Sin
ellos esta obra jamás se habría publicado.
 
También me gustaría agradecer de forma muy especial el interés de
todas aquellas personas que han decidido leer el libro.
 
Por último, a todas las personas que me apoyan y creen en mí.
 
NOTA DE AUTOR
La práctica totalidad de las personas que de algún modo han colaborado con
sus testimonios y experiencias para la confección de este libro aparecen con
otro nombre, a petición expresa, para salvaguardar sus identidades y
privacidad. También han sido cambiados, en algunos casos, los nombres de
ciertos lugares con tal de no dejar en evidencia la identidad de dichas
personas. El resto, como siempre, es tan real como la vida misma…
 
PRÓLOGO
El misterio es algo tan grande y poderoso que genera en el ser humano todo
tipo de emociones, algunas positiva y otras negativas; pero todas dejan en
nosotros un gran impacto. Es por consiguiente normal que alguien que haya
sido testigo de lo insólito quede marcado por la gran huella del misterio.
Algunas personas han vivido sus experiencias con lo inexplicable de forma
cordial, como veremos en este libro; y otras han sufrido en su propia piel la
cara más escalofriante de lo extraño, como también comprobaremos en las
próximas páginas.
Es importante dejar claro este asunto porque parece que hay personas
detractoras o ultra escépticas que se dedican a mofarse de aquellos que han
sido víctimas de lo insólito, sin saber que todos estos testigos están
sufriendo mucho porque nadie puede darles una explicación convincente
sobre el origen y la causa de su propia experiencia, la cual no tiene ninguna
explicación racional para ellos.
He entrevistado a multitud de testigos de lo insólito durante los años
que llevo dedicados al misterio. La mayoría son personas normales; con sus
estudios, su trabajo, su familia y sus aficiones. Muchas de ellas, incluso, ni
siquiera sienten pasión por estos temas y se han topado con lo absurdo sin
buscarlo. Nadie está a salvo de poder caer en las garras del misterio; ni
tampoco los detractores, aunque dudo mucho que contaran sus experiencias
insólitas por muy impactantes que fueran. Eso sería ir en contra de su
posicionamiento escéptico y, sobre todo, en contra de su feroz ego.
Por todo esto que estoy comentando y por muchas otras cuestiones
similares, creo que era necesario escribir un libro como éste en el cual el
objetivo es dar a conocer testimonios de personas que se han enfrentado a lo
insólito, a la vez que se brinda un homenaje a todas esas personas que se
han topado con el misterio y viven desde entonces ocultando a los demás su
experiencia por temor al qué dirán y por miedo a las burlas de aquellas
personas que creen que todo es blanco o negro. Por eso, este libro va
dedicado a esas miles y miles de personas de nuestro país que saben que en
esta vida extraña existen tonos grises y misteriosos.
Debido a todas esas burlas que comento hemos preferido mantener el
anonimato de la mayoría de los testigos que aparecen en el libro, porque
sabemos que antes o después pueden ser causa de burlas por personas de su
entorno o desconocidos.
Otro de los tópicos que han quedado sellados a fuego en la mente de las
personas es que todo lo que tiene que ver con experiencias de este tipo es
terrorífico; sin embargo, esto no es así. En el libro vamos a conocer varias
historias sorprendentes de personas que tras enfrentarse a lo insólito han
salido muy beneficiadas, sobre todo a nivel emocional y espiritual. Y es que
como digo siempre, en ese otro lado hay entidades buenas, malas y
regulares, igual que en nuestro mundo.
Normalmente, todas las personas que se dedican profesionalmente al
misterio les invitarán a que cuenten su experiencia de forma pública y sin
permanecer en el anonimato. Les dirán que es importante que lo hagan
porque así aliviarán el sufrimiento de otras personas que se encuentran en
su misma situación y que no son capaces de explicar por lo que están
pasando debido al miedo que tienen por el qué dirán los demás.
Yo les aconsejo que no hagan caso de estos profesionales, puesto que su
único objetivo es conseguir un testimonio jugoso, con nombre y apellidos,
para realizar un buen reportaje en audio, vídeo o escrito. Si realmente
miraran por ustedes les dirían lo que yo les estoy diciendo ahora; y es que
cuenten sus experiencias, pero mantengan su anonimato, para evitar caer en
burlas y desprestigio por parte de otras personas. Desgraciadamente,
vivimos en una sociedad así de asquerosa, y por mucho que nos disguste, la
gente es así de malévola en ocasiones; por lo cual, ¿qué vamos a conseguir
si damos nuestra identidad? Nada, sólo que algunos descerebrados nos
señalen con el dedo y se mofen de nosotros. Lo importante es contar la
experiencia, indiferentemente de quién la firme.
 
APARICIÓN EN CARRETERA
Existe una leyenda popular por encima de todas dentro del mundo del
misterio; ésa es, sin duda, la famosa historia de la chica de la curva. Se
cuentan cientos, quizá miles de relatos diferentes en todo el mundo donde
aparece la figura de esta mujer extraña en medio de la carretera. Podría
creerse que estamos ante una simple leyenda. De hecho, yo así lo creía
hasta que me topé con varios testimonios realmente sorprendentes y de una
fiabilidad absoluta. Tras verme obligado a lidiar con estas experiencias
relatadas por otras personas me planteé una cuestión crucial: ¿qué demonios
significaría esta escenografía de la chica de la curva?
Intentaré resolver la cuestión al final de este capítulo con una pequeña
reflexión. Ahora, vamos a conocer de primera mano uno de estos casos
relacionados con apariciones en la carretera donde una extraña mujer se
convierte en la protagonista del momento.
Jonathan circulaba en su coche por la autopista AP7, dirección
Barcelona-Tarragona a la altura del kilómetro 226,5; iba acompañado de su
esposa. Era el día de San Valentín del año 2007; por eso recuerda
perfectamente la fecha en que lo imposible se plasmó ante él en forma de…
¿fantasma?
Todo sucedió aproximadamente entre las diez y las once de la noche.
Circulaban tranquilamente cuando, de repente, algo extraño se apoderó del
ambiente. El entorno se silenció; no había más vehículos en la carretera.
Incluso una fábrica que se encuentra al lado de la autopista, y que siempre
tiene las luces encendidas, ese día las tenía apagadas.
Jonathan describe la experiencia como muy rara. La sensación del
testigo es como si ellos fuesen solos por el mundo en ese momento.
Nuestro testigo estaba poniendo un CD en el aparato reproductor del
coche y, cuando volvió a mirar a la carretera, vio a una mujer tendida en el
suelo que se encontraba a unos 50 metros del vehículo. La chica estaba
tumbada, y se incorporó un poco. Se sentó en el suelo, con las manos
apoyadas en la calzada y observando fijamente a los ocupantes del
automóvil. Acto seguido se levantó… pero lo extraño es que todo esto
sucedió muy despacio, como a cámara lenta. Los testigos no consiguen
explicarse cómo, en milésimas de segundo, sucedió todo esto.
Al levantarse del todo la mujer se desplazó hacia el arcén. Entonces, el
conductor pegó un volantazo para evitar atropellar a la chica. Al mirar por
el retrovisor, ésta había desaparecido. La esposa de Jonathan no dudó en
llamar a los Mossos d’Esquadra para informar de lo que acababa de
suceder. Al día siguiente, Jonathanpasó de nuevo por la zona y vio a una
patrulla de la Policía en el lugar de los hechos.
Al llegar a casa, la pareja tomó asiento en el salón para hablar acerca de
lo que había sucedido e intentar, así, sacar conclusiones racionales. Lo
primero que pensaron es que quizá todo lo sucedido no fuese más que una
artimaña de unos maleantes para obligarles a detener la marcha y robarles;
pero lo descartaron con rapidez. La mujer estaba 50 metros por delante la
salida del área de servicio. Lo más lógico habría sido que, si querían que el
vehículo se detuviese para poder consumar el robo, lo hubiesen hecho 50
metros antes de llegar al área de descanso, con tal de que el automóvil
quedase detenido en aquel punto.
La segunda opción que valoraron es que podía tratarse de una mujer con
problemas mentales que quizá quisiera suicidarse; pero también lo
descartaron. La forma de vestir de la chica no era normal. Llevaba una
blusa de tirantes y un pantalón corto, y había que tener en cuenta que los
hechos sucedieron un 14 de febrero por la noche. Además, el viento soplaba
con fuerza. Tenía el pelo largo, y debía lucir pendientes, a juzgar por el
brillo de las orejas. Pero lo que más les sorprendió fue que parecía no tener
rasgos en el rostro… tenía la cara como difuminada.
 
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Jonathan me parece una persona sensata y muy racional. Para darse
cuenta de esto sólo hay que leer la parte final de su experiencia. Al llegar a
casa intenta buscar una explicación lógica a lo vivido minutos antes junto a
su esposa. Tan sólo cuando descarta todas las posibilidades racionales opta
por la hipótesis de lo inexplicable.
Hay detalles muy interesantes en esta experiencia, empezando por algo
muy común en estos casos. La mayoría de los testigos de lo insólito que han
experimentado situaciones misteriosas similares a ésta, afirman que el
entorno se silenció y que la vida a su alrededor pareció desaparecer por un
momento, siendo ellos los únicos protagonistas del mundo en esos
instantes. Jonathan y su esposa vivieron exactamente lo mismo en el
momento de la aparición, lo cual aporta un dato muy importante a esta
historia.
Otra cosa curiosa y frecuente en estos casos de aparición, aunque quizá
no tanto como lo comentado anteriormente, es que todo transcurre a modo
de cámara lenta, pero en realidad apenas han pasado uno o dos segundos. Al
contrario de lo que sucede en las experiencias con ovnis o visitantes de
dormitorio, en las que el testigo cree que el suceso duró pocos segundos
cuando en realidad fueron horas, en el tema de las apariciones fantasmales
sucede lo contrario; al menos en experiencias en carretera.
Me sorprende un dato que quizá a ustedes se les puede haber pasado por
alto, y es la presencia, al día siguiente, de los Mossos d’Esquadra en el
lugar de los acontecimientos.
Lo normal es que la noche en que llamó la esposa de Jonathan la Policía
se personara en el lugar. Seguramente lo hizo. Pero lo que se sale de toda
lógica es que también lo hiciese al día siguiente; a no ser, claro está, que la
llamada de nuestra testigo no fuese la única que recibieron. En tal caso sí
sería lo más apropiado que la Policía frecuentase el lugar durante los días
posteriores. De hecho, yo estoy convencido de que recibieron más llamadas.
Hablé con un amigo que tengo en los Mossos d’Esquadra y me dijo que
las llamadas sólo se guardan durante un año, por lo que era imposible
acceder a aquella en el año 2012, cuando tuvimos conocimiento del caso.
Mi conclusión final es que la experiencia de este matrimonio ha sido
auténtica. Estamos ante una aparición en carretera en toda regla. El caso
presenta todos los patrones y evidencias de que aquella mujer no pertenecía
al mundo de los vivos… Jonathan y su esposa se toparon con un fantasma.
Lo tengo claro.
 
FANTASMA EN MI CASA
El misterio puede acecharnos en cualquier lugar y momento. Hay personas
como Isabel que han sido testigos de lo insólito en momentos inesperados
en los cuales no pretendían toparse con este mundo desconocido. A raíz de
su primera experiencia con lo inexplicable sus vidas han cambiado de forma
dramática y los acontecimientos se han disparado hacia lo paranormal.
Isabel vive en el municipio de Granollers, en la provincia de Barcelona;
junto a su hija Nerea y su hijo Joel. Todos han sido testigos de lo insólito, ni
siquiera el pequeño de la familia, con apenas cuatro años por aquel
entonces, se libró de las garras del misterio. Isabel me contó cosas tan
sorprendentes como las que voy a relatarles a continuación.
APARICIÓN DE UN HOMBRE: Muchas noches, a los pies de la cama
de nuestra protagonista sucedía algo espeluznante, y es que un extraño ser
con forma humana —ella le encontraba parecido a Lincoln, el ex presidente
de Estados Unidos— que tenía el rostro pálido, una cicatriz en la cara y
vestía sombrero de copa y ropajes oscuros, se manifestaba ante su mirada
atónita. Al contemplar esta escena tan asombrosa la mujer atormentada por
el miedo se tapaba la cara con la almohada durante unos segundos. Cuando
volvía a mirar, el hombre había desaparecido, aunque en algunas ocasiones
continuó estando allí… hay noches en las cuales tardó varios minutos en
desaparecer.
JUGUETES QUE FUNCIONAN SOLOS: Algo que creaba un
desconcierto total en la familia era la absurda pero real situación de
observar atónitos cómo los juguetes de Joel funcionaban solos. Esto dio
paso a que Isabel tomara medidas para erradicar aquella situación que tenía
desquiciados a todos los habitantes del inmueble. Para ello les quitó las
pilas y baterías a los aparatos; sin embargo, la causa paranormal no se
rindió tan fácilmente, puesto que hizo que los juguetes continuaran
funcionando. El piano seguía sonando de forma melódica a pesar de no
tener pilas, y los coches eléctricos continuaban escuchándose por la casa sin
tener batería. Nuestra testigo decidió tirar los aparatos al contenedor de
basuras.
PASOS, RUIDOS Y GOLPES EXTRAÑOS: En muchas ocasiones,
Aroa, sobrina de Isabel, acudía a su casa para presenciar todo lo que allí
acontecía. De hecho, ella misma fue la persona que me informó de este caso
y quien me puso en contacto con su tía Isabel.
La cuestión es que cuando todos estaban en el comedor escuchaban
pasos, ruidos y golpes que provenían del pasillo y de la habitación de Joel.
Los golpes incluso llegaban a interactuar con ellos, creando una situación
de pánico como todos ustedes pueden imaginar. Nunca hallaron una
explicación racional para explicar qué o quién producía estos fenómenos, y
mucho menos el porqué.
OTRAS APARICIONES: La propietaria del inmueble junto con sus
familiares cercanos nos explicaron otras apariciones que se habían
producido en el lugar. Nerea fue testigo de dos de ellas. La primera
situación extraña y escalofriante tuvo lugar en el pasillo de la vivienda,
donde pudo observar a un niño vestido de comunión que cruzaba el pasillo.
La segunda experiencia le sucedió en la cama; fue al mirar hacia el techo
cuando pudo ver a una mujer flotando encima de su cabeza. La describió
como una señora mayor que le puso los pelos de punta. Llegó a creer en la
posibilidad de que podía ser un familiar que había muerto hacía años, pero
la verdad es que el enigma quedó sin resolver.
Ahora vamos a reflexionar sobre este testimonio, del cual, por cierto,
hablé en diferentes medios de comunicación, aportando la voz de la propia
testigo. Algunos de estos programas fueron, por ejemplo, Milenio (Radio
Autonómica de Galicia) y Sexta Dimensión (Radio Nacional de España).
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
La reflexión que puedo hacer sobre nuestra testigo y su experiencia es
bastante objetiva puesto que hablé con ella en varias ocasiones y realicé una
investigación en el propio inmueble. No tengo ninguna duda: las
experiencias son reales y originadas por alguna causa ajena a los inquilinos
del inmueble. Yo mismo pude recoger una psicofonía que decía “Joel”.
Curiosamente, el niño aseguraba que escuchaba la voz de su osito que le
hablaba… ¿casualidad?
Con respecto ala aparición del hombre con sombrero de copa tengo que
decirles que es un arquetipo muy común dentro del mundo extraño de las
apariciones. Son miles los testigos que hablan de esta figura escalofriante.
Algunos lo asocian a los famosos mensajeros de la muerte de los que hablan
determinadas culturas. Mi opinión personal es que se trata de algún
holograma arquetípico plasmado por entidades oscuras que buscan
atormentar a las buenas personas. En ocasiones no hace falta nada más que
una simple aparición de estas características para convertir la vida del
testigo en un auténtico infierno.
Con respecto a los juguetes que funcionan solos me he encontrado
varios casos más donde sucede lo mismo. Parece ser otro fenómeno común
dentro de este tipo de entornos donde lo absurdo cobra vida de forma
inteligente. No tengo una teoría clara sobre por qué sucede esto ni qué
origen tiene, pero lo que sí tengo claro es que se trata de una manipulación
de nuestra tecnología con fines no demasiado buenos. Quizá atormentar a
los testigos sea el objetivo, o quién sabe si sólo es un efecto secundario a
consecuencia de la energía desconocida que habita el lugar. Tenemos que
tener claro que todo tipo de energía puede afectar al entorno y a lo que hay
en él.
Los pasos, ruidos y golpes extraños se manifiestan en todo tipo de
lugares donde acontece lo paranormal; incluso lo hacen de forma
supuestamente inteligente, como en el caso que nos ocupa. Detrás de todo
esto, por tanto, se halla una causa inteligente que lo provoca todo. El
motivo por el cual genera todo esto puede ser diferente dependiendo del
ángulo desde donde se mire. Hay quien opina que lo hacen para llamar
nuestra atención, otros creen que quieren dejarnos un mensaje, algunos
opinan que tras esto se esconden entidades malignas que pretenden
asustarnos. En definitiva, hay multitud de hipótesis de las cuales no sabría
con cuál quedarme.
Las apariciones que ha presenciado Nerea pueden ser debidas a muchas
cuestiones, aunque tras conocer de primera mano que en el lugar suceden
cosas extrañas, tengo que creer en un alto porcentaje que forman parte de lo
paranormal. Me explico: si sólo se hubiesen dado estas dos apariciones en
la casa y no se hubiesen producido otros fenómenos, seguramente creería
que la causa podría estar en la cabeza de la niña, al igual que si el único
suceso misterioso hubiese sido la aparición que atormenta a Isabel, hubiera
creído que quizá podría estar todo en su mente; pero la suerte que tenemos
en este caso es que hay varias personas que han sido testigos de fenómenos,
entre ellos yo mismo el día que visité la vivienda, por lo que creo con toda
firmeza en la autenticidad de estos testimonios y en la realidad de lo
paranormal.
 
EXTRAÑO VISITANTE
El caso que a continuación nos ocupa es, sencillamente, alucinante. Es uno
de esos episodios en los que uno, en su vertiente de investigador, no sabe
demasiado bien a qué atenerse.
Mónica tiene 26 años cuando se recoge el testimonio, y los hechos
sucedieron aproximadamente diez años antes, en la antigua finca de sus
abuelos, situada en una urbanización de la provincia de Barcelona. Se trata
de una pequeña población muy cercana a Terrassa que, como otros cientos
de lugares, fue visitada de improviso por el misterio. ¡Y de qué manera!
Era de noche, y ella ya se había acostado. Estaba en la habitación y su
fiel perro se encontraba tumbado junto a la cama, atado a una de las patas
de la misma. Todavía despierta, oyó unos pasos al otro lado de la puerta de
su habitación, que permanecía cerrada. Se trataba de su abuela; Mónica la
reconoció de inmediato, por el sonido y la cadencia de los pasos. Sin
embargo, cuando se cerró la puerta del cuarto de baño, continuó oyendo
otros pasos que, al parecer, se hallaban inmediatamente por detrás de los de
su abuela.
Su perro, un animal de buen tamaño, comenzó a ponerse nervioso y a
gruñir, lo cual puso en guardia a Mónica de inmediato. Aquellos
misteriosos pasos, que escuchaba con total claridad, no se detuvieron a la
altura del cuarto de baño, en el pasillo, sino que continuaron acercándose
hasta situarse justo por detrás de la puerta de su dormitorio. Y el perro
empezó a ladrar, gruñendo y mostrando sus afilados dientes…
De repente, los acontecimientos dan un giro inesperado. El animal,
ahora totalmente asustado y con el rabo entre las piernas, vuelve a posarse
sobre el suelo, aterrorizado. Mónica, atenta a la extraña reacción del can,
observa desde la cama cómo la puerta de la habitación se abre… y aparece
una silueta.
Lo describe como un ser muy extraño; alto, pelo rizado y rubio. Viste
por completo de negro, y se aproxima a los pies de la cama con la intención
de comprobar si Mónica duerme. El corazón de la testigo late como un
caballo desbocado mientras, muy asustada, observa los movimientos del
intruso nocturno.
Lentamente los detalles se van haciendo más claros, más evidentes;
según sus propias palabras, “…es bastante pálido, como si fuera el típico
vampiro que sale en la tele. Los labios amoratados y los ojos como
hundidos, como si tuviese unas “sombrillas”. Algo raro. ¿Tú has visto la
niña de El Exorcista? Pues la chica real a la que le hacen supuestamente el
exorcismo tenía los ojos así, oscuros, sobre la piel bastante clara. Me dio la
impresión como si fuese una especie de “vampiro”, pero no bien, bien del
todo. Yo tuve la sensación de que ese ser o esa persona no estaba viva…”
Debía medir un metro ochenta y cinco o un metro noventa. Mónica lo
observa de reojo, pero se da cuenta de que era alto y delgado; muy, muy
delgado, especifica. Mónica sabía que era un hombre, por la constitución y
los pasos. “Los pasos eran bastante pesados…”, declara al interrogarla;
“…era alguien delgado, pero aun así los pasos eran pesados…”.
Cuando todo vuelve a la normalidad, Mónica interroga a sus familiares.
Nadie vio nada; nadie oyó nada. Y una terrible sensación de angustia la
invade.
Finalmente, declara con la voz algo entrecortada al recordar el suceso:
“Algo hubo; mi perro jamás ha demostrado tanta agresividad. Y cuando vi
a mi perro en guardia y que no apartaba la vista de la puerta yo me dije:
¡madre mía, aquí pasa algo! No me suelo asustar, pero en ese momento me
dije: “vale más que te calles y date media vuelta. Mis abuelos ya no tienen
la torre, pero te aseguro que yo ya no volvería a dormir allí sola nunca más
ni, aunque me pagaran millones”.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Popularmente se cree que las apariciones sólo tienen dos tipos de
procedencia: fantasmas y extraterrestres. Sin embargo, siempre he
defendido que esto no es así. Es más, creo que todos los fenómenos
paranormales y todas las inteligencias que se comunican desde ese otro lado
no necesariamente tienen que ser lo mismo. Me explico. Igual que en
nuestro mundo hay multitud de seres: humanos, animales, peces, insectos,
etcétera. En ese otro lado puede ocurrir lo mismo. Pero, además, a esta
teoría añado que todo lo que nosotros llamamos “otro lado” quizá
deberíamos llamarlo “muchos otros lados” debido a que denominamos así a
todo aquello que procede de un lugar ajeno al nuestro, al racional, al
explicable. Es por eso que no podemos obviar que quizá las apariciones,
manifestaciones y otros fenómenos puedan proceder de diferentes lugares
que nada tienen que ver unos con otros. Creo que el caso de Mónica es un
ejemplo de ello.
Con respecto a la experiencia de la testigo tengo que decir en primer
lugar que para mí no miente, y que ni siquiera ha sido una mala
interpretación de su cabeza. Y lo tengo tan claro porque en este caso
interactúa además su perro, comportándose, como hemos leído, de forma
extraña, mostrando los patrones típicos de conducta que reflejan estos
animales en situaciones similares. Soy un gran amante de nuestros amigos
los animales, y muy especialmente de los perros. Sé cómo se comportan
normalmente y cómo suelen reaccionar ante situaciones donde se presenta
lo paranormal. Me dedico a investigar, así que me fijo mucho en esta
cuestión porque perros y misterioson para mí dos grandes pasiones.
El ser que se apareció ante nuestra testigo es extraño, muy extraño; por
eso tengo que creer que no se trata de una aparición común de un
“fantasma” típico, ni tampoco de una manifestación vinculada al tema
ufológico, puesto que este ser no tiene nada que ver con los típicos “grises”
con forma humanoide y cabeza alargada.
Se me hace sumamente complicado poder asociar a este ser dentro de
los parámetros conocidos en casos de apariciones, por lo que no puedo
catalogarlo dentro de ningún tipo de aparición concreta. Tampoco entiendo
cuál es el objetivo de la visita, porque la experiencia no nos hace intuir qué
intención tiene este ser al aparecerse en la alcoba de Mónica. Estamos ante
uno de los casos más extraños a los que me he enfrentado en estos once
años. Espero que usted, amigo lector, pueda sacar sus propias conclusiones
porque yo me veo incapaz de llegar al fondo de esta cuestión. Sólo puedo
decirles que nuestra protagonista en esta historia es una persona con los pies
en la tierra, la cual tiene toda mi confianza. Creo firmemente que su
experiencia es real.
 
VISITANTE DE DORMITORIO
Si existe un tipo de aparición que crea pánico en los testigos es aquella que
se produce en el domicilio de la propia persona y más concretamente a los
pies de la cama. Existen diferentes tipos de entidades; algunas son
fantasmales o espectrales, pero otras son bien distintas, como puede ser la
que nos ocupa en este caso, aunque hay más variedad todavía.
Siempre se ha asociado el conocido visitante de dormitorio al sector de
la ufología y los ovnis. También se asocia a experiencias negativas, terror y
experimentos humanos, incluso a abducciones terribles. Es por eso, que este
caso de visitante de dormitorio es completamente diferente a lo que siempre
escuchamos. La base de la experiencia podría ser la misma, al menos en
cuanto a la figura de estos seres antropomorfos y de cabezas alargadas.
Tengo que reconocer que este caso que nos ocupa es uno de los que más
me fascina de este libro y de todos los que conozco hasta la actualidad.
Espero que, para ustedes, amigos lectores, también sea igual de apasionante
que para mí.
Betsabé es una mujer que siempre ha sido un poco miedosa y tiene
algunas manías como taparse la cara para dormir, entre otras. La noche de la
aparición nuestra testigo se acostó algo asustada, sin motivo aparente. Cerró
la puerta del baño, de los armarios y de la habitación. Según explica, estaba
algo obsesionada esa noche debido a un incomprensible miedo interior que
sentía.
Tras acostarse y quedarse dormida, a media noche se despertó de golpe
y giró la cabeza. En ese momento notaba presencias, como si hubiese
alguien más en la habitación aparte de su marido y su hija. Al fijar la vista
pudo ver al lado de la puerta a dos seres muy altos y extremadamente
delgados. La cabeza sobrepasaba el marco de la puerta. El cráneo era muy
grande, como si tuvieran la frente muy alta. Tenían los ojos negros y
rasgados; eran muy grandes. A pesar de la extrañeza de la situación, la
testigo pudo percibir que no eran seres agresivos, ni malos. Betsabé se
impregnó de amor y paz al ver a aquellos extraños “hombres” de gran
cabeza.
Nuestra protagonista explicaba que al ver a los seres dijo, sin saber bien
por qué: “al fin están aquí, qué bien que hayan llegado”. Comparaba aquel
momento con el de un niño que tiene miedo y ve que entran sus padres en la
habitación. “En ese momento sientes mucho alivio”, explicó la testigo. Fue
tal el impacto positivo que Betsabé sintió al toparse con ambos seres que
cerró los ojos y volvió a dormirse sin necesidad de taparse la cara ni de
llevar a cabo sus rutinarias manías.
Estas figuras en ningún momento interactuaron con la testigo. Miraban
hacia la pared, pero de forma extraña, como si pudieran ver más allá de ella.
Esto hizo pensar a la mujer que a lo mejor no estaban allí por ella, ya que
los seres se encontraban al otro lado de la cama, justo en la parte donde
duerme su marido. Sea como fuere, no hubo ninguna interactuación entre
los visitantes y la familia.
Lo que más impresionó a la testigo no fue la visión de estas extrañas
figuras; fue la sensación que tuvo durante la experiencia y en días
posteriores. Lo relataba así: “Sentí un amor muy grande, una
despreocupación por todo, como si lo comprendiera absolutamente todo…
es que no sé describir bien la sensación. Una paz muy grande, una
tranquilidad… bueno, recuerdo perfectamente su mirada. A mí no me
contemplaban, pero es algo que se me ha quedado grabado. Era como de
tristeza, como diciendo: ¿qué habéis hecho?, ¿qué estáis haciendo? Era
una mirada muy expresiva, como de dolor.
La experiencia me ha servido para ver las cosas de otra manera.
Siempre he sido muy de ciencias y analítica con las cosas. Pensaba que
todo tenía una explicación racional, pero desde ese momento todo cambió.
Además, me puse a investigar como loca porque quería saber más. Esto me
llevó al budismo, el hinduismo y las filosofías que buscan el bienestar
personal. Quería seguir manteniendo esa paz y ese amor que aquellos seres
me trasmitieron”.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ANGEL SEGURA
Nos encontramos ante un caso digno de analizar puesto que rompe todas
las barreras “tradicionales” que caracterizan a lo que comenta la mayoría de
los testigos en situaciones similares a estas en las que se presenta ante ellos
el visitante de dormitorio que asociamos al tema ufológico.
Lo primero que despierta mi atención en este caso son las manías de
nuestra protagonista, ya que esto puede hacer pensar a los más escépticos
que la mujer quizá pueda estar influenciada por esta cuestión. A mí esta
hipótesis me parece absurda. Todos tenemos manías; es algo que acompaña
al hombre desde el inicio de su existencia.
La claridad con la que pudo ver a estos seres me demuestra que no se
trata de un sueño, además de la sensación que percibió al vivir la
experiencia, siendo todo lo contrario a lo que cualquiera de nosotros
sentiríamos en un sueño en el que se nos aparecen dos tipos tan extraños.
Yo, al menos, estoy seguro de que me despertaría sudando y muerto de
miedo. Tengo claro que no se trató de ningún sueño. Betsabé presenció una
aparición real. La sensación de amor, paz y despreocupación absoluta
(positiva) me demuestran con firmeza que aquella noche la testigo fue
visitada por seres diferentes a nosotros y, quizá, mucho más buenos y
bondadosos que la especie a la que pertenezco.
No puedo profundizar más en este caso porque se me abren diferentes
hipótesis con respecto al motivo por el cual estos seres estaban aquella
noche en la habitación. Incluso barajo la posibilidad de que ocurriera algo
totalmente diferente. Y es que en esos momentos dos mundos de
dimensiones diferentes se fusionasen por unos instantes y Betsabé pudiera
ver lo que hay al otro lado. Ella misma describe a los seres mirando hacia la
pared, pero con la vista puesta más allá, como si la mirada traspasara la
propia pared. Lo que me queda en duda, suponiendo que esta hipótesis
fuera la correcta, claro, es si estos seres podían ver nuestro plano
dimensional o no, puesto que la testigo comenta que a ella en ningún
momento la miraron.
Este caso me apasiona y es uno de mis preferidos. Ojalá algún día pueda
vivir esta sensación tan bonita. Quizá se parezca a la que sentí hace tiempo
en un lugar muy especial mientras un amigo me relataba una vivencia
también cargada de amor, paz y despreocupación.
 
LOS CUADROS MALDITOS
Hace varios años, la testigo adquirió en una tienda de barato una serie de
cuadros que, sin ella saberlo, estaban supuestamente malditos. A partir de
entonces, empezaron a sucederse en la vida de Noelia una serie de hechos
que no la iban a dejar indiferente. Y el primero de ellos, casualidad o no,
fue que la tienda donde los adquirió cerró al cabo de sólo un mes. A Noelia
ya no le fue posible contactar en ninguna otra ocasión con la antigua
propietaria del establecimiento, pero tuvo noticia de que ésta cayó muy
enferma.
Sea como fuere, la vida de Noeliacambió a partir del hecho de haber
adquirido unos cuadros en apariencia sin importancia.
Noelia tuvo conocimiento de la intrigante historia de la maldición a raíz
de una extraña llamada telefónica; su tía la llamó, efectivamente,
advirtiéndola de que sobre aquellos cuadros parecía haber recaído una
especie de maldición. La invitó a poner en marcha la televisión pues, en
aquel mismo momento, en el afamado programa de Iker Jiménez, Cuarto
Milenio, estaban hablando acerca del tema del mito o la posible realidad de
los cuadros malditos; y, lo más inquietante de todo, era que aquellos
cuadros a los que se refería el popular periodista del misterio fueron
identificados por la tía de Noelia, precisamente, como los mismos que tenía
su sobrina en casa.
Cuenta dicha leyenda que, el lugar en el que se encuentren esos cuadros
afectados por tan singular maldición será pasto de enigmáticas quemaduras,
llamas e incendios, y allí se producirán determinados hechos desagradables
e insólitos de naturaleza inexplicable quedando siempre intactos, sin
embargo, los cuadros. Lo peor de todo esto, para más enjundia, es que al
parecer dichos cuadros –según la mencionada leyenda no deben tirarse o
quemarse para deshacerse de ellos jamás.
Tal vez esta historia sólo sea un mito, o quizá no se trate más que de una
leyenda urbana. Pero lo cierto es que Noelia ha sido testigo, desde la
adquisición de estos cuadros, de literalmente decenas de episodios
inexplicables que han te
nido lugar en su domicilio y que han sido provocados, al parecer, por
determinadas fuerzas o manifestaciones ocultas e inexplicables íntimamente
relacionadas con estos misteriosos objetos.
En la fecha en que se recogió el testimonio de Noelia, ésta hacía ya diez
o doce años que los había adquirido. En ese período de tiempo, ha tenido la
oportunidad de detectar, en muchas ocasiones, un fuerte olor a humo; o
comprobar estupefacta, por ejemplo, cómo aparecían claras e inexplicables
quemaduras en el sofá de su casa que, asegura, no han sido provocadas por
nada conocido, como pueda ser un cigarrillo.
Noelia cuenta que jamás dio mayor importancia a esos extraños sucesos
hasta que, a raíz de conocer la historia, éstos empezaron de alguna forma a
intensificarse, a amplificarse. ¿Casualidad? Noelia aún los conserva en su
domicilio, y confiesa haberse acostumbrado ya a ellos. Ni cree ni deja de
creer, pero nos confiesa a micrófono cerrado, que aún mantiene la duda, la
curiosidad por saber si todo esto es cierto o puede tener alguna explicación
coherente. Y esa duda siempre está presente.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Imagino que esta historia les habrá sorprendido tanto como a mí me
sorprendió el día que tuve constancia de ella.
Noelia es una persona coherente y muy sensata, con la que pude hablar
en numerosas ocasiones; incluso, llegó a surgir una buena amistad entre
nosotros, por lo que hablamos de este caso en repetidas ocasiones, y les
puedo asegurar que todo lo que ella y su madre vivieron en el domicilio fue
de lo más extraño.
Recuerdo que, además de sucederse una y otra vez estos episodios
dantescos donde se producían pequeños incendios en la vivienda,
ocurrieron algunas manifestaciones de tipo paranormal que quizá estaban
ligadas a los cuadros, quién sabe. La cuestión es que nada de todo esto
había sucedido en la casa de Noelia antes de haber adquirido los cuadros.
¿Casualidad?
Personalmente, no creo demasiado en este tipo de leyendas, sin
embargo, en este caso concreto no puedo negar la evidencia, y existe una
relación directa entre los cuadros y los episodios extraños que se suceden en
el inmueble. Ahora bien, ¿creen que todas estas manifestaciones insólitas
podrían estar creadas por el subconsciente de sus inquilinos de una forma
inconsciente? Me explicaré mejor. ¿Creen que la sugestión de Noelia y su
madre es la que provoca los fenómenos? Dicen que nuestra mente es tan
poderosa que cuando está bajo los efectos de la sugestión o la obsesión
puede llegar a generar cosas sorprendentes en nuestro entorno o, incluso, en
nosotros mismos. ¿Qué opinan?
No cabe duda de que esta última hipótesis planteada es probable,
aunque hay un dato que no podemos obviar, y es que Noelia no sabía nada
de los cuadros malditos hasta que su tía le dio la noticia. Y antes de que esto
ocurriera, en el domicilio de la testigo ya se producían pequeños incendios
y fenómenos extraños. Por consiguiente, me decanto por otra teoría que no
sea la del subconsciente. Pero, claro, ¿qué teoría sería la correcta? ¿Quizá
los cuadros están realmente malditos? Sinceramente, no lo sé. De lo que sí
estoy convencido es de que las casualidades no existen.
 
TESTIGO OVNI
Aquella mañana David P. G., uno de los testigos del fenómeno, estaba
disfrutando de un partido de frontenis, deporte al que es muy aficionado.
Aún en la pista, situada en las instalaciones del Polideportivo de Can
Jofresa, en Terrassa, David y su compañero de juego se habían tomado unos
instantes de descanso, antes de dirigirse al vestuario de dichas instalaciones.
Ambos charlaban distendidamente cuando, de repente, observaron algo en
el cielo. Pero dejemos que sea David el que nos lo cuente:
“Estaba yo disputando un partido de frontón y, sobre las nueve y cuarto
o las nueve y media acabamos de jugar.
Estábamos sentados en la pista. Estábamos charlando, mientras
descansábamos un poco para reponer fuerzas. En eso que miro hacia
arriba y me encontré… me encontré… algo.
En casa somos muy aficionados a los aviones; incluso mi padre tiene
varios libros sobre el tema y una completa enciclopedia de aviación.
Conozco bastante bien los aviones, y lo que vi allá arriba en el aire no me
resultó ni familiar ni mucho menos algo comparable a la aviación de hoy
en día.
Tenía forma de triángulo, con tres luces en la parte de abajo. Y eran
blancas. Era una luz blanca, muy, muy potente. Me extrañó mucho, porque
normalmente a cualquier avión no se le ven las luces delanteras a las nueve
y media de la mañana; prácticamente a ningún avión se le ven las luces de
día. Y eran luces muy, muy potentes, porque se le veían bien.
Estaba parado en el aire; estaba parado encima nuestro, en nuestra
vertical. Muy lejos, muy alto, pero parado. Y no se movía… estaba ahí.
Estuvimos mirándolo; yo continuaba con mi compañero, con el compañero
con el que había estado jugando, y ambos nos preguntábamos cada vez con
más curiosidad acerca de lo que estábamos contemplando en el cielo.
Al cabo de aproximadamente dos minutos, aquello se puso en marcha.
Empezó a moverse, muy despacio, muy despacio, y se fue alejando.
Finalmente fue acelerando, cada vez más, hasta que al final lo perdimos de
vista.
No te puedo decir si el objeto era gris, azul marino… no lo sé, porque
la intensidad de las luces no nos dejaba apreciarlo con claridad ni
determinar el color que tenía. Sólo puedo decirte que era un objeto oscuro.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Tengo que decirles que este avistamiento ovni se produjo en un lugar
misterioso. ¿Conocen las historias que se cuentan sobre el Polideportivo
Can PaletCan Jofresa de Terrassa?
En varios de mis libros hablo de este lugar, y en el DVD Terrassa
paranormal y misterios del mundo dedicamos un reportaje al tema. Bueno,
la cuestión es que el lugar es de por sí un escenario acostumbrado a lidiar
con lo insólito.
Con respecto a la experiencia de David, tengo claro que se trata de un
objeto volante no identificado. No creo que sea ningún avión convencional.
Aunque claro, tampoco por eso podemos creer que estamos ante una nave
tripulada por seres de otros planetas. Lo más probable es que ese objeto sea
algún prototipo experimental de alguna marca aeronáutica, gobierno o
ejército. Sería más racional pensar esto que dejarse llevar por la teoría
extraterrestre. De todas formas,
mientras no se halle una explicación convincente al suceso, cualquier
hipótesis puede ser expuesta y valorada.
Lo que sí tengo claro es que David es un experto en el tema de los
aviones y conoce muy bien todos esos aparatos comunes que sobrevuelannuestro cielo. Por tanto, comparto firmemente su postura de que aquello no
era un avión convencional, sino algo totalmente diferente.
En la ciudad de Terrassa, y los que sean lectores de mis libros lo sabrán,
se han producido numerosos avistamientos ovnis que están documentados.
La mayoría de ellos han sido mencionados por la prensa local y comarcal.
De la hemeroteca del Diari de Terrassa pude rescatar varios artículos que
hacían mención de estos avistamientos extraños. En mis libros anteriores
pueden encontrar los recortes de prensa que menciono.
En definitiva, tenemos antecedentes en esta ciudad que nos hacen creer
que nos hallamos en un punto caliente de nuestra geografía en cuanto a
manifestaciones ovni se refiere. La experiencia de David es sólo una de las
muchas situaciones extrañas que se han producido en relación con objetos
insólitos que sobrevuelan el cielo egarense.
 
POSESIÓN DIABÓLICA
El episodio que me dispongo a relatar a continuación demuestra, a todas
luces, que el misterio puede presentare en todos los ámbitos, a cualquier
hora y en cualquier lugar. Esto es precisamente lo que le sucedió a Oscar,
Técnico Sanitario de los servicios de emergencias.
Pero creo conveniente, mejor quizá que relatarlo yo mismo, transcribir
la interesante entrevista que le hizo mi compañero de viaje en la redacción
de este libro. Creo que la entrevista ya es, de por sí, lo suficientemente
elocuente y explícita como para “adornarla” con más florituras. La
transcripción no tiene desperdicio y, a mi corto entender, es una muestra
contundente del alcance que pueden llegar a tener estos hechos en nuestro
“ahora” cotidiano.
 
MIGUEL ÁNGEL SEGURA: ¿Qué es lo que ocurrió? ¿Cómo
recibisteis esa llamada?
OSCAR: Bueno, recibimos la llamada por medio del 061 y nos
activaron por una “posesión diabólica”. Entonces acudimos al lugar con el
equipo sanitario, botiquín, oxígeno… y nos encontramos unos tipos que
estaban en la puerta del domicilio y nos dijeron que, la hermana, estaba
poseída por un ser… el diablo, un demonio… subimos al domicilio y nos
encontramos a una mujer, tumbada en el suelo, que pegaba unos brincos de
un palmo del suelo. Rodeándola, había muchas mujeres rezando; eran todos
marroquís. Hablaban en lenguas arábigas y… bueno, nos sorprendimos
bastante.
De repente, un varón de la familia saltó encima de la mujer y empezó a
darle bofetadas diciendo que saliera el demonio de su cuerpo. Y aun así la
mujer continuaba dando aquellos brincos de un palmo del suelo. Nosotros
procedimos a apartar al hombre, diciéndole que no continuase golpeando a
la mujer. Avisamos al servicio de emergencias para que activara a un
médico –que es quien puede administrar medicación y de que se trataba,
posiblemente, de una crisis epiléptica, aunque no estaba confirmada.
Bueno… la mujer giraba los ojos hacia atrás… o sea, los dejaba en
blanco, blanco… continuaba experimentando convulsiones de un palmo,
que no es normal en una crisis de este tipo…
 
MAS: Es decir, que la mujer estaba en el suelo, totalmente tumbada, y
daba brincos, totalmente estirada, ¡de un palmo!
OSCAR: De un palmo, que son unos veinte centímetros.
MAS: ¿Y eso te lo has encontrado alguna vez en una crisis epiléptica?
OSCAR: Jamás; jamás, porque durante una crisis epiléptica los
músculos permanecen rígidos y los movimientos son cortos; son de dos a
tres centímetros. Luego, en cuanto a la presión que ejerce la boca, todos los
músculos se contraen y el paciente puede morderse la lengua, etc… o sea,
que es una rigidez diferente a la que tenía la mujer que nosotros vimos en el
domicilio, porque ella iba más suelta, más relajada… No se trataba de una
crisis epiléptica.
MAS: Me comentabas también que incluso llegaba a echar espuma por
la boca…
OSCAR: Sí.
MAS: ¿Cómo actuasteis en ese momento? ¿Qué hicisteis?
OSCAR: Estábamos en contradicción porque no sabíamos si era una
crisis epiléptica o qué otra cosa podía pasar, porque era algo anormal.
 
MAS: Algo que jamás os habíais encontrado…
OSCAR: Jamás. Nunca.
MAS: ¿Y le disteis algún tipo de medicación o algo, en ese momento?
OSCAR: Bueno… primero valoramos la situación, y le pusimos una
cánula de Guedel a pesar de que no tenía contracción de la mandíbula. A
continuación, se le procedió a dar una medicación sedante, relajación
muscular… no hizo caso, no reaccionó.
MAS: Es decir, que le ponéis la medicación; le metéis, como se suele
decir coloquialmente, “chutes” para calmarla y, cuando a una persona
normal le administras esa medicación, es que queda prácticamente
adormecida, pero esta persona… ¿cómo reaccionaba?
OSCAR: Con el sedante, normalmente la medición es por talla; me
refiero a peso y estatura. Se le administra una medicación que es suficiente
como para dormirla, dependiendo del volumen de cada persona. A ti te
puedo dar una dosis y a otra persona le puedo administrar otra distinta, si es
de menor peso. Pues bien, con la dosis que le correspondía, no conseguimos
que esta persona se quedase dormida. Es decir, que con la dosis que le
correspondía, no tuvimos éxito.
MAS: ¿Y seguía convulsionando?
OSCAR: Si; convulsiones de un palmo.
MAS: ¿Un palmo?
OSCAR: un palmo; o sea, veinte o veinticinco centímetros de alto.
MAS: Algo físicamente imposible con la dosis que le habíais dado…
OSCAR: Sí, sí.
MAS: ¿Y cómo reaccionasteis en ese momento?
OSCAR: Bueno, volvimos a valorar la situación, esperamos unos
minutos para ver si el efecto del medicamento se retardaba a causa de
alguna medicación que ella tomara; vimos que continuaba con las
convulsiones, la volvimos a sedar con otra misma dosis, o sea, doblamos el
peso, y… continuaba igual.
MAS: ¿Qué diagnóstico dieron los médicos, una vez que la llevasteis al
hospital?
OSCAR: Hubo muchos diagnósticos. Uno de ellos fue el de trastorno
de la personalidad.
MAS: ¿Trastorno de la personalidad? Vale, es un posible diagnóstico,
pero, cuando uno tiene un trastorno de la personalidad, no echa espuma
por la boca, ¿verdad?
OSCAR: De verdad que no.
MAS: Entonces, ese diagnóstico, puede ser erróneo, según tú…
OSCAR: Y tanto que sí. Luego, dijeron que podía tratarse de un
problema neurológico, pero que contradice a la medicación que se le
administró para sedarla.
MAS: Claro, un problema neurológico con esa medicación que le
disteis, y encima por partida doble, debería reaccionar perfectamente y no
tendría que seguir dando esas convulsiones que provocaban que se
levantase un palmo del suelo, ¿no?
OSCAR: Exacto.
MAS: ¿Tú qué crees que pudo pasar ahí? ¿Tú crees que pudo haber
una auténtica posesión, no sé si diabólica, o espiritual? O quizá, a lo mejor,
¿pudo ser una sugestión extrema provocada por esos rezos? ¿Tú qué
conclusión sacaste?
OSCAR: Bueno… mi conclusión, de hecho, y según reflejo en el parte
laboral, que es totalmente médica, pues… yo creo que tuvo que haber una
complejidad de circunstancias inexplicables que dieron lugar a aquello.
 
Hasta aquí la inquietante entrevista; pero ¿qué puede desprenderse de
hechos así cuando ni siquiera la Ciencia es capaz de obtener una
explicación racional al fenómeno? ¿Se le ocurre al lector alguna respuesta?
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Voy a comenzar mi reflexión diciéndoles que no creo que un ser
demoníaco o espiritual pueda poseer a alguien, lo que sí puede es inducirlo
a un trastorno de locura, depresión o alteración emocional. Incluso, creo
que puede inducirlo a una profunda sugestión o estado de hipnosis en el
cual el individuo esté a merced de esta entidad maligna.
Sé que estas afirmaciones pueden parecer chocantes, sobre todo para
quienes vean este tema desde el prisma del escepticismo, pero es lo que
pienso tras analizar y reflexionar mucho a lo largo de más de una década de
investigaciones y entrevistas a testigos que han sufrido situaciones similares
o las han presenciado en primera persona.
Tengo claro que cuando las creencias religiosas, como parece ser en este
caso, se mezclan con lo insólito, siempre termina por suceder alguna cosa
desagradable. Y en este caso concreto, intuyo que todasaquellas personas
rezando alrededor de la mujer pueden darnos una pista evidente de que el
fanatismo religioso puede ser el que haya abierto la puerta a esta
“posesión”. Me explicaré de otra forma. Los excesos siempre son malos, y
si nos obsesionamos con algo, esto se puede volver en nuestra contra.
Imagínense que la mujer se sugestionó con temas demoníacos y el miedo se
apoderó de ella. Pues este temor ardiente, lo que hace es someterla a un
estado de debilidad que fuerzas oscuras pueden llegar a aprovechar para
sugestionarla aún más o, incluso, para hipnotizarla y manejarla a su merced.
En este caso concreto, creo que es evidente que la medicación no
funcionaba con la paciente y que los diagnósticos médicos son
contradictorios. Por lo tanto, creo que realmente estamos ante una hipnosis
demoníaca o, como se le conoce popularmente: posesión.
El famoso sacerdote y exorcista de la Iglesia Católica, José Antonio
Fortea, ha comentado en algunas de sus entrevistas en los medios que la
mayoría de las posesiones a las que se ha enfrentado, eran en realidad
problemas mentales de los “poseídos”. De todas formas, hay un porcentaje,
aunque muy bajo, de posesiones demoníacas reales.
Otra de las cuestiones sorprendentes, es que tras hablar con un Pastor
Cristiano que también realiza exorcismos, me comentó algo que me llamó
mucho la atención, y es que tras realizar un exorcismo y expulsar al
demonio del cuerpo de la víctima, el propio exorcista pasa varios días
complicados donde los miedos le acechan y sufre una serie de cambios
emocionales tremendos. Y es que, según me contó, cuando exorcizas a
alguien, lo que estás haciendo en realidad es mantener una lucha contra
fuerzas oscuras muy poderosas. Y las consecuencias, aunque ganes la
batalla, son nefastas.
Me gustaría escribir próximamente un libro sobre exorcismos,
recopilando testimonios de personas implicadas, tanto exorcistas como
exorcizados. Creo que puede ser un trabajo apasionante y, quizá, sólo quizá,
pueda aclarar alguna de las muchas dudas que tengo al respecto con este
tema tan escabroso y delicado.
 
PARADA CARDIACA
Como estamos comprobando en este libro no todas las experiencias con lo
insólito resultan negativas para los testigos. Otro claro ejemplo de ello lo
encontramos en este caso donde Pedro, vive una experiencia muy positiva
en su ciudad natal de Sabadell. Concretamente en su propio domicilio tras
sufrir una parada cardiaca. Esta historia no les va a dejar indiferentes.
Pronto entenderán por qué lo digo.
Sólo tenemos que remontarnos unos meses atrás para meternos de lleno
en la experiencia vivida por nuestro protagonista. Sucedió el sábado 22 de
junio del año 2013, sobre las cuatro de la tarde aproximadamente.
Pedro, tras comer, decidió tumbarse en la cama para descansar un poco.
Todo parecía normal, como cada sábado. Aunque a diferencia de otras
veces, esa tarde no había salido de casa para dar una vuelta con los amigos
o sacar a pasear a sus perros, pero por lo demás todo era como siempre y
nada hacía intuir lo que instantes después sucedería.
La madre de Pedro entró en la habitación a los pocos minutos de que su
hijo se tumbara; imaginaba que seguía despierto, pero cuál fue su sorpresa
al ver que no lo estaba. Sin embargo, tenía que preguntarle algo importante
y lo intentó despertar. Segundos después se dio cuenta de que a su hijo le
pasaba algo porque no respondía. Llamó a los servicios de emergencias que
en apenas tres o cuatro minutos se personaron en el domicilio.
No tardaron demasiado en reanimar a Pedro, que al abrir los ojos lo hizo
con una enorme sonrisa. Además, le dijo una serie de cosas a la doctora que
lo estaba atendiendo que dejó a todos los presentes a cuadros. Al parecer,
nuestro protagonista le dijo su nombre, su programa de televisión favorito y
le explicó todo lo que hacía cuando regresaba a casa después de una jornada
dura de trabajo. El compañero de la doctora se quedó perplejo,
asombrado… y la médica, con una sonrisa de sorpresa le preguntó que
cómo sabía todo eso de ella. Pedro le respondió que al dejar este mundo no
termina todo y que le daba mucha rabia haber vuelto del otro lado. La
doctora se quedó atónita, aunque reconoció que no era la primera vez que
reanimaba a alguien y le sucedía algo similar.
Ahora vamos a conocer lo que Pedro vivió durante esos minutos donde
estuvo supuestamente en ese otro lado al que, imagino, tendremos que ir
todos al dejar este mundo.
Pedro me relató su experiencia así: Me acosté en la cama para
descansar un rato y noté cómo el corazón se paraba. Fue extraño porque
no sentí dolor, ni miedo, ni ninguna sensación desagradable. Fue entonces
cuando lo vi todo oscuro… pasaron unos segundos y la oscuridad
desapareció. Entonces vi cómo salía de mi cuerpo y flotaba en la
habitación; podía verme tumbado en la cama. En ese momento, aun
sabiendo que la persona que estaba en la cama era yo, sentía como si ya no
me uniera nada a él; ni siquiera me importaba nada de lo que había vivido
en este mundo. Lo veía todo como superficial, como si en realidad nuestro
paso por el mundo fuese sólo un pequeño e insignificante recorrido dentro
de un largo trayecto. No me importaba ni me preocupaba absolutamente
nada ni nadie, porque tenía conciencia de que la vida terrenal era como un
sueño. La auténtica vida y la auténtica felicidad llegaban tras salir del
cuerpo físico.
A los pocos segundos de verme fuera del cuerpo sucedió algo
asombroso. Vi una luz muy intensa y muy brillante (no vi ningún túnel) y
alguien que se acercaba desde el otro lado. Yo también me acerqué hasta la
luz y entonces pude ver
a varios familiares que estaban muertos. Me dijeron que todavía me
quedaban muchas cosas que hacer en la tierra y que no era mi momento.
También me comentaron otras cosas, pero al regresar a mi cuerpo físico se
me olvidaron.
También me resultó muy gratificante el hecho de ver a mi perro, que
meses atrás había muerto. Se me acercó moviendo la colita y se puso a
jugar conmigo. En ese instante noté como si alguien me agarrara por la
espalda y me tirara hacia atrás. En ese momento entré en el cuerpo físico y
abrí los ojos. Allí estaban los miembros del servicio sanitario y mi madre.
Todos preocupados por mi estado de salud.
Con respecto a esta experiencia puedo decir que me aportó mucha paz,
tranquilidad, armonía y amor. Ese día comprendí muchas cosas que antes
obviaba y, desde entonces, veo la vida con otros ojos. No tengo miedo a la
muerte, ni a perder a seres queridos porque sé que una vez que dejamos
este mundo nos volvemos a reunir con ellos.
Pedro pasó varios días viviendo en una nube de amor, felicidad,
compasión y despreocupación por todo. Su experiencia cambió su vida y
también hizo que las personas cercanas a él reflexionaran sobre cuestiones
básicas como, por ejemplo, el propósito de la vida y de la muerte.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ANGEL SEGURA
Nos encontramos ante un caso realmente interesante donde hay cierta
información que no puede pasar por alto. Lo primero que me llama la
atención de esta historia es el hecho de que Pedro al volver a abrir los ojos
llame a la doctora por su nombre. Según le explicó su madre después, en
ningún momento se pronunció el nombre de la mujer en el rato que
estuvieron reanimando a su hijo. Por este motivo es imposible que Pedro
supiera cómo se llamaba. También me sorprende que nuestro testigo le
diese a la mujer datos tan concretos como detallar lo que hacía al llegar a
casa tras una jornada de trabajo duro o decirle cuál era su programa de
televisión favorito, entre otras cuestiones similares a ésta.
Toda la información que Pedro aportó aquella tarde y que él desconocía
por completo, hacen que la historia que viene detrás de ésta se convierta en
una auténtica realidad, al menos para mí. Creo que esa información
expuesta es una prueba de que lo que vivió en ese otro lado mientras sufría
la parada cardiaca es real. No tengo ningún tipo de dudas.
Con respecto a la experiencia que relata el testigo tiene puntos
característicos dentro del patrón comúnde experiencias cercanas a la
muerte, como el hecho de salir del cuerpo y verse flotando desde arriba. La
invasión de oscuridad en el entorno y la posterior luz blanca también es
algo que suelen explicar algunos testigos. El Doctor Raimond Muddy,
experto en este campo y autor de varios libros, ha investigado numerosos
casos donde se relatan situaciones similares.
El contacto con familiares fallecidos es también habitual dentro de este
tipo de experiencias insólitas. Aunque en la historia de Pedro hay un factor
añadido, y es que su querido perro fallecido también hace acto de presencia,
e incluso llega a poder jugar con él durante unos instantes. Creo que todo
apunta a pensar que la experiencia es cierta, sin embargo, es posible que a
los más escépticos pueda asaltarles la duda. Sería normal, puesto que las
personas nos regimos por nuestra propia experiencia para creer en
cuestiones como éstas o negarlas de forma rotunda. Al menos, la mayoría
de las personas se expresan según les dicta su propia experiencia.
Tengo que decirles que tras entrevistarme con Pedro al día siguiente de
su experiencia (es uno de mis mejores amigos) me ocurrió algo muy
extraño, pero a la vez muy gratificante. No sé cómo, ni por qué, pero
cuando mi amigo me contó su experiencia y me detalló sus sensaciones, esa
paz, amor y despreocupación que sentía las percibí yo también de forma
muy intensa. Jamás en la vida he sentido algo tan fuerte y tan positivo como
aquello. Sólo podía sentir un amor muy profundo por todo ser vivo, incluso
por aquellos que me han intentado arruinar la vida. Mi despreocupación por
los problemas era tan grande que mi sonrisa se quedó postrada en mi rostro
durante varias horas. Pasé una tarde que jamás olvidaré, en la que sentí en
mi interior lo que posiblemente percibiremos tras la muerte. Y si es eso, les
aseguro que no tengo ningún miedo a dejar este mundo. El día que lo haga
será un premio, puesto que la verdadera felicidad me espera tras la muerte.
Aunque hay que dejar claro que la muerte tiene que llegarnos de forma
natural o cuando lo marque el destino. Nunca viviremos esa paz y felicidad
si somos nosotros quienes voluntariamente nos precipitamos a la muerte
mediante el suicidio. Esto debe quedar muy claro. Además, debemos ser
buenas personas con nosotros y con los demás para hallar el camino hacia
ese lugar de amor que les relato.
 
EXTRAÑAS TELEPLASTIAS
En este libro estamos conociendo algunos casos realmente sorprendentes. Y
este que vamos a tratar ahora no es para menos. ¿Se imaginan por un
instante que en su vivienda empiezan a aparecer manos de niños en paredes,
techos y baldosas por todo el inmueble? Esto sucede en el piso de nuestra
protagonista.
He investigado casos de teleplastias, pero ninguno como éste. En el
cual, ya les adelanto, pude ver en directo cómo se formaba una de estas
manos en una cortina del domicilio de Montserrat, mientras la entrevistaba.
El caso me llegó a través de Óscar, quien me puso en situación
hablándome de todo lo que sucedía en casa de su tía. Me explicó que
paredes y techos se inundaban de pequeñas manos que aparecían y
desaparecían a su antojo. Me contó experiencias asombrosas relacionadas
con los aparatos electrónicos de la casa, como por ejemplo que el televisor
se encendiera o apagara solo; o que cambiara de canal y el volumen oscilara
de más a menos a su antojo. Otro de los sucesos estremecedores que
atormentó a su tía fue el hecho de escuchar voces en el comedor de la
vivienda cuando no había nadie en la casa. También notaban sensaciones
extrañas como el hecho de percibir presencias o ser testigos de que alguien
invisible se metía en la cama. Fueron muchas experiencias las que Óscar me
explicó, pero todas tenían un desencadenante, y es que se producían con
mayor o menor intensidad, dependiendo de la cantidad de manos que
hubiese en paredes y techos.
El domingo 16 de febrero de 2014, acudí a entrevistarme con
Montserrat, que me explicó lo siguiente: Las paredes y el techo de mi casa
se han llenado de extrañas manos pequeñas. Sobre todo, aparecen en mi
dormitorio y en el cuarto de baño. Hemos intentado imitarlas utilizando
pintura, agua, humedad… incluso quemando las paredes con la llama de
un mechero, pero es imposible reproducir esas manos. En el cuarto de baño
aparecen en las baldosas de la pared, como incrustadas en su interior. Es
algo muy extraño que nos tiene descolocados.
También se producen otro tipo de manifestaciones como notar frío en
esas estancias cuando las manos se encuentran en su estado más álgido. En
ocasiones, y esto ocurre en todo el piso, escucho voces de persona cuando
no hay nadie en la vivienda. Esto me ha pasado también en compañía de mi
pareja en alguna ocasión y ambos hemos sido testigos del suceso.
Algunas noches noto cómo alguien se mete en mi cama. Es una
sensación desagradable que me supera en muchos momentos. Estoy segura
de que no es una entidad mala, pero se hace complicado de digerir esta
situación tan asombrosa.
Nos gustaría saber por qué sucede esto y que todo terminara de una
vez, aunque dentro de poco dejamos esta vivienda y nos mudamos a otra.
Espero que las manos y los fenómenos no nos acompañen al otro piso.
Tanto Montserrat como su sobrino Óscar coinciden en los fenómenos
que acontecen en la vivienda de Sabadell. Es sin duda un caso muy
llamativo y poco frecuente dentro de las manifestaciones conocidas
técnicamente con el nombre de teleplastias.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Sobre el fenómeno de las teleplastias podríamos debatir mucho; un
claro ejemplo de ello son las Caras de Bélmez, sobre las cuales, casi
cuarenta años después de que aparecieran por primera vez, aún sigue sin
aclararse el tema. Los defensores del fenómeno tienen claro que estamos
ante un fenómeno paranormal auténtico, incluso dicen que es el fenómeno
paranormal más importante en la historia de Europa. Para los detractores de
este caso nos encontramos ante el fraude más grande que ha visto nuestro
país junto con el ya demostrado “timo” de las psicofonías del Palacio de
Linares. Me refiero a las grabaciones de aquella doctora, de la cual no
quiero recordar ni su nombre. Por lo tanto, es un tema muy escabroso éste
de las teleplastias.
Tuve la oportunidad de visitar el domicilio y hablar con la familia. A
título personal estoy convencido de la autenticidad del fenómeno. Es más,
una de estas manos se formó ante mi presencia y la de mi compañera de
trabajo Elisabeth. Además, pudimos comprobar cómo esas manos parecían
estar impregnadas en paredes y baldosas; parecían formar parte del dibujo
de la pared y de las baldosas, además de ser del mismo material que la
propia pared y que la propia baldosa, dependiendo de dónde estuviera la
mano. Sin embargo, la teleplastia que se formó en la cortina parecía ser de
ceniza, porque al pasar la mano se espolvoreó parte de ella.
Los otros fenómenos que comenta la familia son habituales en lugares
donde parecen habitar espíritus, entes o como queramos denominarlos. El
hecho de escuchar voces inexplicables sucede con frecuencia en estos
lugares, igual que el mal funcionamiento de los aparatos, como puede ser la
televisión, entre otros. He investigado pisos, casas, masías, peluquerías y
otros enclaves habitados donde sucedían este tipo de fenómenos. Algunos
de estos casos los he publicado en revistas especializadas y libros. Los he
comentado en numerosos programas de radio y televisión. Los que me
seguís sabréis a que casos me refiero; el resto podéis solicitarme
información a través de las redes sociales o mi email de contacto.
Quiero dejar claro que no considero que lo que se manifiesta en casa de
Montserrat sea algo negativo ni malvado. Mi visita al inmueble me dejó
sensaciones muy agradables y positivas. De hecho, la propia familia me
aseguró al final de la entrevista que ellos también percibían ese día una
sensación muy positiva por parte de la causa paranormal. Mi compañera
Elisabeth opinó exactamente igual que nosotros.
Por último, voy a aventurarme a decir lo que puede pasar cuandoesta
familia se cambie de domicilio. Estoy convencido de que el fenómeno
aparecerá en esa vivienda, aunque de forma diferente. Las manos
desaparecerán de paredes, techos y baldosas, pero otras manifestaciones
suplirán a estos fenómenos. Si digo esto no es porque sea vidente o adivino;
es porque he comprobado a lo largo de los años que los fenómenos no se
manifiestan igual en dos lugares diferentes, aun siendo los mismos
“espíritus” los que provocan las manifestaciones… Aunque en alguna
ocasión puede romperse esta “norma”, sin embargo, sucede en uno de cada
cien casos.
 
MI PISO SE LLENA DE SANGRE
Nuestro siguiente destino es la ciudad de Terrassa. Retrocedemos en el
tiempo hasta la década de los setenta. Concretamente nos ubicamos en el
barrio de San Pedro Norte, en la calle Manresa.
Si los casos que han conocido hasta el momento les han parecido
sorprendentes, y no son para menos, el que nos ocupa ahora les pondrá los
pelos de punta. Sólo puedo decirles que las personas implicadas en esta
historia son cercanas a mí (Miguel Ángel Segura). Y a pesar de que en estas
páginas aparezcan bajo pseudónimo, hay varios programas de radio donde
aparecen sus nombres e incluso sus voces relatando dichas experiencias.
Uno de estos programas, entre muchos otros, es Sexta Dimensión, de Radio
Nacional de España. El caso se emitió en la temporada 2008/2009, cuando
yo era colaborador habitual de este espacio con mi sección “La Bitácora
del Misterio”.
En la vivienda de los Martín, desde hacía años se producían fenómenos
insólitos difíciles de explicar. Sin embargo, los habitantes del inmueble
estaban acostumbrados a estos sucesos, los cuales se manifestaban de forma
intermitente, habiendo un espacio de tiempo entre ellos de días, semanas o
incluso meses. Aunque en algunas épocas se volvían un poco más
frecuentes y durante el mismo día se podían manifestar varios fenómenos
extraños.
Algunas de las manifestaciones que se producían tenían que ver con lo
que se conoce popularmente como mimofonías, que son la imitación de
ruidos y sonidos que en realidad no se han producido. Una noche, por
ejemplo, se escuchó cómo todos los cacharros de la cocina se caían al suelo,
formándose un jaleo tremendo que despertó a toda la familia. El padre
agarró su escopeta de caza y fue hasta el lugar de donde había procedido el
ruido. Al llegar pudo ver que todo estaba en orden y que en el piso no había
ningún extraño.
Una tarde vieron cómo una puerta se cerró sola ante la mirada atónita de
varios integrantes de la familia. No había ninguna ventana abierta y en el
interior del inmueble tampoco había ninguna corriente de aire que pudiera
provocar que la puerta se cerrara. Pero lo más extraño de todo es que varios
de los presentes escucharon un tremendo golpe cuando la puerta se cerró, a
pesar de que ésta lo hizo de forma lenta y suave. El resto de los presentes no
escuchó absolutamente nada.
Fueron innumerables los sucesos insólitos que tuvieron lugar en el piso
de los Martín, como otro realmente asombroso que podríamos catalogar
como el más impactante de todos junto con el que les comentaré a
continuación. Les explico.
Una noche fue al piso el novio de Carmen, como de costumbre. La
familia estaba reunida en el salón hablando de los fenómenos que habían
sucedido recientemente en la vivienda. El novio de la testigo, muy
escéptico, empezó a reírse de todo lo que comentaban. Fue entonces cuando
sucedió algo que dejó a la familia a cuadros. Una muñeca de porcelana; una
Dama del Paraguas, concretamente, que estaba encima del mueble que
había pegado al sofá comenzó a moverse sola. El novio de Carmen no se
creyó que fuese algo paranormal y acusó a la familia de haberlo movido
ellos desde el sofá. Entonces se levantaron todos para mover el sofá y
demostrarle que era imposible que la figura se moviera empujando el
mueble y ésta, antes de que la familia se acercara al mueble, comenzó a
oscilar de izquierda a derecha, una y otra vez, como si una mano invisible
estuviese jugando con ella… al ver esto, el novio de la testigo abandonó el
lugar a paso ligero diciendo que al día siguiente tenía que madrugar. Tardó
varios días en volver al hogar de los Martín y nunca más quiso saber nada
de este tema.
Con todos estos antecedentes, y muchos otros que no he relatado,
sucedió algo que es realmente estremecedor. Posiblemente sea la
manifestación más terrorífica a la que me haya enfrentado, y encima tengo
la certeza al cien por ciento de que es auténtica, puesto que la familia
Martín es de mi entorno más cercano. Voy a relatarles lo que sucedió.
Una mañana la abuela de la familia se levantó a primera hora como de
costumbre. Cuando se dispuso a ir al cuarto de baño se encontró con algo
espeluznante… el suelo estaba lleno de goterones de sangre, como el
tamaño de una moneda de cinco pesetas, que sería de grande como la de
cinco céntimos de euro, aproximadamente.
La sangre estaba fresca, y lo más sorprendente es que recorría todo el
pasillo de la vivienda desde la entrada al piso y hasta el final del inmueble;
pero, además, esas líneas de goterones de sangre se metían en todas las
habitaciones hasta llegar al centro de cada una. Incluso en los dormitorios,
la sangre llegaba hasta por debajo de las camas.
La abuela no hallaba una explicación racional al suceso y decidió
despertar al resto de la familia para que vieran aquella extrañeza. Los
presentes se quedaron aterrados ante tal situación. No es para menos.
Entonces, optaron por buscar alguna explicación coherente, aunque en
principio pudiera parecer descabellada. La primera hipótesis que volcaron
sobre la mesa fue que alguien hubiera entrado de la calle con carne de la
tienda y que la bolsa goteara. Pero nadie había ido a la carnicería el día
anterior. Además, la sangre recorría todo el piso, incluso se metía debajo de
las camas, por lo que esta hipótesis no se sostenía.
La segunda idea que les vino a la cabeza es que quizá algún animalito se
hubiese colado en el piso estando herido, y de ahí que hubiese sangre por
todo el domicilio. Buscaron indicios de que esto fuese así pero tampoco
encontraron nada que hiciese que la hipótesis se sostuviera, por lo que
intentaron hallar otras posibilidades, las cuales se desbarataron igual que
éstas. No encontraron ninguna explicación convincente ante tal suceso
estremecedor. Ni siquiera cuarenta años después saben qué sucedió aquella
noche en la que apareció la vivienda llena de gotas de sangre.
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Nos encontramos ante un caso evidente de lugar encantado o
poltergeist. Me decanto por enclave encantado, puesto que tras
entrevistarme con los testigos pude saber que estas manifestaciones se
producían indiferentemente de que en la vivienda hubiese una u otra
persona. Los casos de poltergeist, a diferencia de los lugares encantados,
tienen su mayor auge cuando en el lugar de los hechos está presente una
determinada persona que hace de foco emisor o receptor, dependiendo del
caso o la hipótesis que valoremos. Lo que está demostrado es que siempre
hay una persona asociada a las manifestaciones, siendo la actividad
paranormal mucho más intensa cuando ella está presente. En este caso los
fenómenos se producían con la misma intensidad indiferentemente de quién
estuviera presente. Por consiguiente, nos encontramos ante un
emplazamiento encantado.
Otro dato significativo es el hecho de que se produzcan situaciones
donde las mimofonías están presentes, como el suceso del sonido de
cacharros de cocina que se caen, sin que en realidad este acontecimiento se
haya producido. Esto es típico en los casos poltergeist y de casas
encantadas. Como también lo es lo que sucedió con la puerta que se cerró
sola y que provocó que algunas personas escucharan el tremendo golpe que
otras no llegaron a oír.
Con respecto a la figura que se movió sola tengo que decir que bien
podría reflejar una situación vivida tanto en casa encantada como en un
lugar donde se manifiesta un poltergeist.
Lo más extraño de todo es lo de la sangre. Nunca me he topadocon un
caso similar, por lo cual no puedo ubicarlo ni en casa encantada ni en
poltergeists, ya que no conozco antecedentes de primera mano que se
asemejen a esto, aunque sí he leído y escuchado relatos de casos en los que
de las paredes brotaba sangre; pero no puedo afirmar que sea algo veraz
puesto que no investigué esos casos.
Lo que sí puedo asegurar es que todas estas experiencias son reales. Les
aseguro que la familia Martín convivió durante muchos años en ese
inmueble con este tipo de actividad insólita. De hecho, han sido tres
décadas en las cuales lo misterioso se apoderó del piso para dejar muestras
de su grandeza. Recuerdo que, a los padres de la familia, en ocasiones, algo
invisible les quitaba las mantas por las noches. Han sido muchas las
ocasiones en que me han contado estas historias. Por suerte, aprendieron a
convivir con lo paranormal, que se manifestaba por épocas de forma más o
menos frecuente.
 
LA OUIJA ATORMENTA A UNA NIÑA
Aunque a día de hoy les parezca sorprendente, en los años ochenta la ouija
estaba de moda entre los más jóvenes. Recuerdo que se vendían tableros en
quioscos y librerías. Algunas ouijas venían de regalo con revistas y libros.
Se consideraba un juego inofensivo. Aunque discrepo con lo de “juego”. Yo
diría que es una herramienta de comunicación con otras inteligencias que
proceden de realidades diferentes a la nuestra. De todas formas, es una
opinión personal basada en mi propia experiencia y reflexión.
En los colegios se practicaba mucho la ouija y el espiritismo entre los
alumnos. No era extraño ver a pequeños grupos reunidos en el recreo
alrededor de una ouija de papel improvisada o que, tras finalizar la jornada
escolar, se reunieran para ir a casa de alguno a “jugar” con los espíritus. Sin
embargo, la mayoría desconocía el peligro al cual se estaba enfrentando,
que no era otro que el mismo al que se enfrentan a día de hoy todas las
personas que desconocen este “mundillo” tan apasionante. El hecho de
creer en las absurdas leyendas que se explican sobre el tablero, para lo
único que sirve es para sugestionar de forma atroz a la gente. Una persona
sugestionada y una ouija conforman una ecuación con un solo final:
tragedia. Por eso considero necesario dejar claro que este caso que vamos a
conocer a continuación es un reflejo de miles o quizá millones de casos
ocurridos en todo el mundo.
Tres niñas de doce años de edad estaban enganchadas a la ouija. Eran
compañeras de clase y amigas fuera del colegio, por lo que su adicción fue
cada vez a más. La practicaban en clase, en el recreo, en la calle, en casa de
una de ellas y en cualquier lugar donde coincidieran.
Todo transcurría fenomenal y entablaban comunicaciones con entidades
simpáticas y divertidas. Con el paso del tiempo una de estas supuestas
inteligencias (no sabemos qué o quién era en realidad) empezó a aparecer
con frecuencia en el tablero. A las pocas semanas ya se había ganado la
confianza de las niñas y pocos días después empezó a cambiar de actitud.
De ser un “espíritu” amable y generoso se fue convirtiendo en una entidad
borde y caprichosa.
Llegó un momento dado en el cual la entidad exigía a las niñas que
realizaran ciertas acciones y cometidos. Al principio eran cosas inofensivas
e insignificantes, como por ejemplo abrir o cerrar una puerta, o encender o
apagar la televisión; pero la cosa fue en aumento y sus peticiones eran cada
vez más malévolas. El espíritu quería que las niñas hicieran gamberradas
muy fuertes, e incluso cosas peores que prefiero no mencionar para evitar
que se estremezcan leyendo esto. La cuestión es que las niñas, muy
asustadas, decidieron no hacer más la ouija para ver si esta entidad las
dejaba tranquilas. Fue entonces cuando se produjeron una serie de
fenómenos paranormales de extrema violencia en el domicilio de Ana, que
era el lugar donde más habían experimentado con el tablero. Estas
manifestaciones se producían con mucha más intensidad cuando las tres
niñas estaban presentes, aunque con la presencia exclusiva de Ana también
se manifestaba de forma rotunda.
Los fenómenos más comunes eran luces que se encendían y apagaban
solas, puertas que se abrían y cerraban de forma violenta, cajones que se
abrían hasta caer al suelo, objetos que se movían solos e incluso salían
disparados de una punta a otra de la habitación.
Los padres de Ana fueron al colegio para hablar con el director del
centro y explicarle esta situación. En primera instancia el señor Pablo
(director de la escuela) les dijo que esto tenía que ser imaginación de las
niñas, pero cuando los padres de Ana le dijeron que ellos mismos habían
visto todos estos fenómenos el hombre se quedó blanco y los invitó a pasar
a otra sala privada.
No sé cómo transcurrió aquella charla, pero lo que sí sé es que las tres
niñas estuvieron varios meses sin acudir al colegio y fueron sometidas a
tratamiento psicológico. Según se rumoreaba en los pasillos de la escuela lo
estaban pasando francamente mal debido a todo lo que les había sucedido.
Los niños de ese curso jamás volvieron a experimentar con la ouija o el
espiritismo; al menos, no hasta terminar sus años como escolares. Luego no
sé si alguno “jugaría” a la ouija. Yo sí lo hice y hasta hace unos meses
nunca asocié una mala experiencia a este instrumento, aunque, claro, yo me
dedico al misterio de forma profesional y antes de adentrarme en esta parte
oscura de los enigmas he pasado por una faceta previa de investigación,
reflexión, análisis y preparación psicológica. De todas formas, mi visión
“alegre” sobre el tablero ha cambiado de forma radical, como les explicaré
en mi reflexión del caso.
Los fenómenos desaparecieron de casa de Ana cuando las niñas se
recuperaron psicológicamente de todo. A partir de ese momento no se
produjo ningún fenómeno más. Este dato es muy importante para
reflexionar sobre este caso y poder llegar al fondo de la cuestión.
 
REFLEXIÓN DE MIGUEL ÁNGEL SEGURA
Este caso es tremendo y común a la vez si lo ubicamos dentro de las
experiencias ouija que tienen como protagonistas a niños y adolescentes.
Hay mucho que analizar y destripar en esta historia.
Lo primero sería buscar el motivo que lleva a los más jóvenes a
practicar este tipo de experiencias. Creo que todos los que nos dedicamos a
esto, sin excepción, tenemos parte de responsabilidad, aunque no es menos
cierto que los chavales, ya de por sí, deben sentir atracción por estos temas
antes de “jugar” a la ouija. De todas formas, y sin evadir responsabilidades,
creo que el mundo del cine y la televisión son los máximos responsables de
este deseo creado de practicar ouija entre los más pequeños. Hay
innumerables películas y series donde se incita a los espectadores a “jugar”
a este “juego prohibido”.
Centrándonos en la experiencia nos encontramos con una característica
muy frecuente y un patrón de conducta que se repite una y otra vez en
diferentes casos. Si habláramos de fútbol podríamos decir que este
comportamiento entraría dentro del manual táctico de todo buen jugador. Y
es que la entidad que se comunica mediante la tabla utiliza diferentes
estrategias para ganar su partido particular. La técnica principal es la de
ganarse la confianza de los experimentadores. Para ello muestra una cara
amable y bonachona, con la que se va ganando la admiración y la confianza
de los participantes. La entidad aparece siempre con el mismo nombre y
mostrando unas características similares de conducta para que los miembros
del grupo puedan reconocerla perfectamente.
Hasta aquí todo parece normal, divertido y emocionante; pero cuando la
inteligencia considera que ya se ha ganado la confianza de las personas, es
cuando cambia de actitud de forma radical e intenta someterlas bajo su
dominio. Para ello utiliza las amenazas, los insultos, la intimidación, la
mentira, la manipulación, el miedo y en algunos casos las manifestaciones
físicas. Su propósito no sabemos a ciencia cierta cuál es, aunque yo tengo
mi propia teoría. Y es que estas entidades, procedentes de otra dimensión o
realidad, se

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