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Características dos Ultrassons

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U N I V E R S I D A D D E C O N C E P C I O N C H I L E 
Principales Características y Propiedades 
Fundamentales de los Ultrasonidos 
Dr. Leopoldo Muzzioli ADirector 
Instituto de Fisica. Escuela de 
Ingeniería Química. 
Perspectivas Biológicas 
Dr. Bruno GüntherDirector Instituto 
de Fisiología. Escuela de Medicina. 
Publicado por la Federación de Estudiantes de Concepción 
( 1953) 
Principales Características y Propiedades 
Fundamentales de los Ultrasonidos 
Dr. Leopoldo Muzzioli ADirector 
Instituto de Física. Escuelo de 
Ingeniería Química. 
Publicado por la Federación de Estudiantes de Concepción 
( 1 9 5 3 ) 
PRINCIPALES CARACTERISTICAS Y PROPIEDADES 
FUNDAMENTALES DE LOS ULTRASONIDOS 
Antes del desarrollo de las prin-
cipales características y propieda-
des fundamentales de los ultraso-
nidos, nos parece conveniente ex-
poner en una visión panorámica 
algunas consideraciones sobre los 
sonidos en general, con el objeto 
de tener desde el principio una pri-
mera idea de las características de 
los sonidos mismos. 
La gama de los sonidos captados 
generalmente por el oído humano 
se extiende de 16 Hz a 16.000 Hz. 
Nota 1. 
Los sonidos de frecuencia infe-
rior al límite inferior tienen el 
nombre de infrasonidos; los de fre-
cuencia superior al límite superior, 
se llaman ultrasonidos. Así que en 
base a la frecuencia se puede ha-
cer una primera clasificación de 
los sonidos que, en verdad, debe 
considerarse convencional y has-
ta cierto punto arbitraria y de ca-
rácter puramente cualitativo y de 
orientación, porque (como es cono-
cido) el pasaje de la audibilidad 
a la no audibilidad tiene un carác-
ter puramente subjetivo, debido a 
que algunos individuos oyen toda-
Dr. Leopoldo Muzzioli A., Director 
del Instituto de Física. Escuela de 
Ingeniería Química. 
vía sonidos muy agudos que otros 
no perciben más; además la audi-
bilidad depende también notable-
mente de la edad. 
Como se ve en la Tabla 1, los 
infrasonidos corresponden a vi-
braciones elásticas, cuya frecuen-
cia es inferior a 16 Hz y que el 
oído humano es incapaz de per-
cibir. 
Los infrasonidos proviene de un 
gran número de circunstancias de 
la vida cotidiana: abertura y cie-
rre de ventanas y puertas; des-
plazamiento de un cuerpo pesado 
sobre un piso; desplazamiento rá-
pido de un cuerpo en el aire, etc. 
En estos casos se provocan en 
los puntos del medio donde se pro-
paga el infrasonido (por ejemplo, 
aire) oscilaciones (variaciones) de 
presión bastante débiles. 
Sin embargo, se producen a 
veces infrasonidos de desarrollo 
lento pero intensísimo» 
Puede ser interesante señalar 
que, por ejemplo, la erupción de 
¡un volcán puede (en algunos ca-
sos) producir infrasonidos (inau-
dibles) que pueden dar la vuelta 
T A B L A 1 
FRECUENCIA DENOMINACION CARACTERISTICA 
inferior a 16 Hz INFRASONIDOS: NO AUDIBLES 
de 16 Hz a 160 Hz 
de 160 Hz a 1.600 Hz 
de 1.600 Hz a 16.000 Hz 
SONIDOS: 
sonidos bajos 
sonidos medios 
sonidos agudos 
AUDIBLES 
de 16.000 Hz a 160.000 Hz 
de 160.000 Hz a 1.600.000 Hz 
superior a 1.600.000 Hz 
ULTRASONIDOS: 
de baja frecuencia 
de media frecuencia 
de alta frecuencia 
NO AUDIBLES 
al mundo en los dos sentidos, y 
provocar a miles de kilómetros de 
distancia variaciones de la presión 
atmosférica de algunos milímetros 
de mercurio. 
Los ultrasonidos corresponden a 
vibraciones elásticas inaudibles, 
cuya frecuencia es superior a 
16 К Hz. 
Según la frecuencia, los ultra-
sonidos pueden gubdividirse, como 
indica la Tabla 1, en ultrasonidos 
de baja, de media y alta frecuencia. 
Los sonidos audibles correspon-
den a vibraciones elásticas, cuya 
frecuencia se considera conven-
pondiente; además para cada fre-
cuencia se tiene Un valor límite 
máximo para la intensidad, supe-
rando. el cual se tiene una sensa-
ción dolorosa. 
En la Fig. 1, tenemos dos cur-
vas: la curva a representa el lími-
te inferior de la audibilidad en 
.función de la frecuencia y la curva 
b el límite superior que produce 
una sensación dolorosa, también 
en función de la frecuencia. El 
área comprendida entre estas dos 
curvas representa, por lo tanto, la 
zona de audibilidad sin dolor de 
los sonidos de la acústica ordinaria. 
4
 ч t>- Stntacióñ Dofot c>o 
ю г s 2 s ю* г $ н/> * s * / í * " ' ) 
FIG. 1 
cionalmente, comprendida entre 
16 Hz y 16 К Hz. Como se ve en la 
Tabla 1, los sonidos, en relación a 
la frecuencia pueden subdividirse 
en sonidos bajos, medios y agudos. 
Sin embargo, para que un soni-
do sea audible, no es suficiente que 
tenga una frecuencia aproximada-
mente comprendida entre estos lí-
mites; debe tener también una in-
tensidad suficiente. 
En efecto, para cada frecuencia 
se tiene un valor mínimo de inten-
sidad por debajo del cual el oído 
no puede captar el sonido corres-
Es interesante señalar cuan pe-
queño es el "dominio" de la pala-
bra, representado por la zona achu-
rada. 
Los sonidos audibles o no au-
dibles se propagan en los gases y 
en los líquidos bajo forma de on-
das elásticas longitudinales; en los 
sólidos se tienen también ondas 
transversales. 
La velocidad de propagación de-
pende del medio donde los soni-
dos se popagan: 
a) Para los gases depende de la 
presión del gas, de su densidad 
y de la relación entre el calor 
específico a presión constante y 
, a volumen constante. Nota 2; 
b) Para los líquidos depende de 
la densidad y de su coeficiente 
de compresibilidad. Nota 3; 
c) Para los sólidos depende del 
módulo de elasticidad y de la 
densidad. Nota 4. 
La velocidad de propagación 
depende en general, también de 
la temperatura y de varias otras 
magnitudes físicas características 
del medio. 
Como datos de orientación, cree-
mos oportuno exponer los valores 
aproximados de la velocidad de 
propagación de los sonidos en al-
gunos gases, líquidos y sólidos in-
dicados en la Tabla 2. 
Después de estas premisas, re-
ferente a los sonidos en general, 
entremos ahora en el mundo de los 
ultrasonidos. Como hemos dicho, 
los ultrasonidos corresponden a 
ondas elásticas de frecuencia su-
perior a 16 К "Hz; o mejor dicho, 
a frecuencia comprendidas entre 
16 К Hz y 500 M Hz. 
Sin embargo, es necesario notar 
que el pasaje de la gama audible 
a aquella ultrasonora no se veri-
fica evidentemente en forma neta 
y brusca; y la frecuencia de 16 
К Hz, no representa de ninguna 
manera un límite neto, por cuan-
to se tiene en este caso algo seme-
jante al pasaje de la luz visible 
a la ultravioleta. 
Es lógico, por lo tanto, pensar 
que no se tendrá una diferencia 
substancial de propiedades entre 
los sonidos y los ultrasonidos, 
mientras no se consideren ultra-
sonidos de frecuencias bastante su-
periores a las de la acústica ordi-
naria. 
Como en todas las categorías de 
fenómenos físicos del mismo tipo, 
es necesario cambiar radicalmente 
los órdenes de magnitud para al-
terar profundamente los aspectos 
del fenómeno. 
Las aplicaciones de los ultraso-
nidos son una consecuencia de las 
propiedades particulares de estas 
ondas. Vamos a exponer en forma 
sintética estas propiedades, para 
tener una idea del mundo ultra-
sonoro que corresponde a uno de 
los más fascinantes campos explo-
T A B L A 2 
VELOCIDAD DE PROPAGACION 
•1 •1 MEDIO DE PROPAGACION 
m. вед. Km. hora 
GAS (209C. 7 760 mm de Hg.) 
1 30S 4696 hidrógeno 
343 1235 aire 
338 1217 nitrógeno 
671 3496 bello 
LIQUIDO 
1 440 6184 agua (109C.) 
1 484 Б342 agua (219C.) 
1 200 3320 alcohol metílico 
1 530 5508 cloruro de sodio (solución 15%) 
SOLIDO 
5 000 18000 fierro 
5 105 18378 aluminio 
3 480 12528 latón 
2 700 8720 plata 
1 300 4680 plomo 
40 144 goma 
rados Npor la 'ciencia y la técnica 
moderna. 
19—Con las altas frecuencias, es 
decir con las frecuencias muy ele-
vadas con respecto a las de la acús-
tica ordinaria, se tienen longitu-
des de 'onda bastante pequeñas, 
debido a la conocida relación se-
gún la cual la longitud de onda 
es igual a la velocidad de propa-
gación partida por la frecuencia. 
Nota 5. 
Por ejemplo, un sonido audiblede frecuencia de 343 Hz, tiene en 
el aire una longitud de onda de 1 
metro; en cambio un ultrasonido 
de 343 M Hz tiene una longitud 
de onda de 1/1000 de milímetro. 
En el agua, con las mismas fre-
cuencias, los valores aproximados 
de las longitudes de onda serían 
respectivamente 4 metros y 4/1000 
de milímetro. 
Consecuencia importantísima de 
las pequeñas longitudes de onda es 
la dirigibilidad en la .propagación 
de los ultrasonidos, dirigibilidad 
que no tienen los sonidos de la 
acústica ordinaria, debido a su 
gran longitud de onda, y que para 
los ultrasonidos se realiza en for-
ma tanto más notable cuanto más 
pequeña es la longitud de onda 
con respecto a las dimensiones de 
la fuente ultrasonora. 
Con los ultrasonidos se tiene, por 
lo tanto, la posibilidad de concen-
trar la energía ultrasonora en un 
cono de abertura muy pequeña, 
es decir, en un haz prácticamente 
cilindrico. Por otra parte, si un 
dispositivo receptor de los ultra-
sonidos, de dimensiones relativa-
mente grandes en relación a la 
longitud de onda, es oblicuo con 
respecto a la dirección de propa-
gación, los diferentes puntos de 
su ^superficie no captarán en el 
mismo instante vibraciones idén-
ticas y, restándose el efecto pro-
ducido en un punto con el efecto 
producido en otro, el receptor re-
cibirá un efecto total hulo. 
Por consiguiente, debido a la di-
rigibilidad en la propagación de 
los ultrasonidos de onda corta, se-
rá posible determinar la dirección 
exacta desde la cual proviene el 
haz ultrasonoro orientando opor-
tunamente el receptor, ésto es, po-
niendo su superficie en dirección 
perpendicular al haz ultrasonoro. 
Los generadores ultrasonoros 
realizables, en el estado actual de 
la ciencia y de la técnica, pueden 
tener una frecuencia elevadísima 
y una notable potencia; es posi-
ble, por lo tanto, dirigir en una 
dirección determinada una enor-
me energía que puede provocar 
fenómenos y efectos que con los 
generadores de la acústica ordina-
ria ni podían preveerse. 
Además, se puede notar que con 
los ultrasonidos de alta frecuen-
cia, debido a sus pequeñas longi-
tudes de onda se tiene la posibi-
lidad de experimentar en condi-
ciones muy próximas a las de la 
óptica, sea geométrica o física; pu-
diéndose con un haz ultrasonoro 
obtener, por ejemplo, los fenóme-
nos de reflexión, refracción y di-
fracción guiados por leyes del mis-
mo tipo de las correspondientes a 
la luz. 
A pesar de tratarse de fenóme-
nos de naturaleza completamente 
diferentes, nos parece que se pue-
de decir que para los ultrasonidos 
se /verifica alg*o semejante a ',1a 
propagación de las ondas radio 
cortas en comparación con las me-
dias y largas. En efecto, se sabe 
muy bien que solamente con las 
ondas cortas es posible transmitir 
a grandes distancias (por ejemplo 
de Europa a América o vice-versa). 
Las antenas reflectoras de las on-
das de radio a haz deben tener di-
mensiones de orden de magnitud 
de las longitudes de onda; y sola-
mente con las ondas cortas es po-
sible satisfacer esta condición. 
20—La intensidad de la radia-
ción, correspondiente a las altas 
frecuencias (a paridad de ampli-
tud de vibración) es mucho mayor 
que la intensidad correspondiente 
a las bajas frecuencias, es decir, 
a las frecuencias de los sonidos de 
la acústica ordinaria. 
En efecto, dado que se puede 
demostrar que \la (intensidad de 
una radiación es proporcional al 
cuadrado de la frecuencia; se pue-
den obtener radiaciones de nota-
ble intensidad aun con pequeñísi-
mas amplitudes de vibración, 
siempre que se aumente conve-
nientemente la frecuencia. Nota 6. 
Para dar una idea de las nota-
bles energías que se pueden des-
arrollar con los ultrasonidos de 
alta frecuencia, nos parece intere-
sante exponer los datos siguien-
tes: en el estado actual de la cien-
cia y de la técnica, se pueden rea-
lizar fácilmente generadores ul-
trasonoros capaces de emitir po-
tencia de 20 W/cm2; en cambio 
un cañón de calibre mediano emi-
te una potencia sonora que es del 
orden de 1/1000 de W/cm2. 
En otros términos, la potencia 
ultrasonora por unidad de super-
ficie, en este caso, es 20.000 
veces más grande que una de las 
FIG 2 
mayores potencias sonoras cono-
cidas. 
Puede ser interesante añadir 
que, por ejemplo, un violín tocado 
despacio emite una potencia total 
de 4/1.000.000 de W, un piano to-
cado muy fuerte, 4W y una or-
questa de 75 ejecutores que tocan 
un "fortísimo" emite (como má-
ximo) una potencia total de 70W. 
¿No es asombroso que un pe-
queño generador de ultrasonidos 
a cuarzo de 10 cm2 de superficie 
pueda emitir en cambio una po-
tencia total de 200 W? 
39—En correspondencia a una 
determinada amplitud de vibra-
ción el valor máximo de la velo-
cidad de dicha vibración aumenta 
muy rápidamente con la frecuen-
cia. Nota 7. 
40—Con el aumento de la fre-
cuencia aumenta también nota-
blemente el valor máximo de la 
aceleración de vibración. Nota 8. 
A título de información pode-
mos notar que las partículas de 
un medio donde se propagan ul-
trasonidos adquieren, en general, 
aceleraciones de vibración enorme, 
que pueden alcanzar muy a me-
nudo valores 100.000 veces el va-
lor de la aceleración de gravedad. 
59—Si una onda ultrosonora de 
alta frecuencia se propaga en un 
líquido, la presión en un punto del 
líquido puede subir notablemente, 
mientras que en otro punto a la 
distancia de algunos milésimos de 
milímetro del primero la presión 
disminuye en igual medida; y lo 
que es дйп más interesante se-
ñalar es que estas variaciones de 
presión en puntos tan cercanos se 
verifican en un tiempo que puede 
ser cientos de veces menor que un 
millonésimo de segundo. 
Las consideraciones generales 
sintetizadas en las cinco caracte-
rísticas anteriormente expuestas, 
y que a nuestro juicio pueden con-
siderarse fundamentales para ,1a 
interpretación del comportamien-
to y de los efectos de los ultra-
sonidos, pueden sintetizarse en la 
siguiente forma: 
19. Dirigibilidad de los ultra-
sonidos debida a su pequeña lon-
gitud de onda en relación a las 
dimensiones de las fuentes ultra-
sonoras. 
29. Elevado valor de la energía 
emitida por una fuente ultrasono-
ra debido a su alta frecuencia. 
3<?. Valores máximos de la velo-
cidad de vibración muy notables. 
49. Valores máximos de la ace-
leración de vibración enormes. 
59. Grandes variaciones de pre-
sión entre puntos muy vecinos del 
medio donde se propagan los ul-
trasonidos y que se verifican en 
un intervalo de tiempo extrema-
damente pequeño. 
Estas consideraciones tienen sin 
embargo un carácter evidentemen-
te cualitativo y de simple orienta-
ción. 
En efecto, las ondas ultrasono-
ras pueden tener frecuencias muy 
diferentes en el campo de la ex-
tendida gama de las bajas, medias 
y altas frecuencias exploradas al 
estado actual de la ciencia y de 
la técnica, así que caso por caso 
deberá precisarse y calcularse 
cuantitativamente lo que simple-
mente hemos señalado en forma 
cualitativa. 
Como ejemplo de estas precisa-
ciones tenemos en Fig. 2 un grá-
fico donde se pueden apreciar los 
valores de las longitudes de onda 
en función de las frecuencias pa-
ra diferentes medios de propaga-
ción. 
N O T A S : 
Nota 1: l H z = l Hertz es la unidad de frecuencia, por ejemplo de 
una vibración elástica, es decir un período en un segundo: 
1 KHz t= 1.000 Hz; 1 MHz = 1.000.000 Hz. 
Nota 2: С i= V? donde: С == velocidad de propagación. V? 
n = relación entre los calores específicos 
a presión y volumen constante, 
p <= presión del gas. 
2 — densidad 
Nota 3: H U donde: К = coeficiente de compresibilidad. 
Nota 4: К-Г donde: E = módulo de elasticidad. 
Nota 5: x = с 
f donde: x = longitud de onda. с 
f 
f «= frecuencia. 
Nota 6: I = = 2пЗ? С РА2 donde: I = intensidad de la radiación. 
A = amplitud de vibración. 
Nota 7: U 2-я fA donde: U = amplitud de velocidad. 
Nota 8: G «= 4л -fJA donde: G «= amplitud de aceleración. 
BIBLIOGRAFIA 
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Editore Garzanti. 
(1950). 
G- A. Uglietti.—Gli Ultrasuoni. 
Editore Hoepli. 
(1952). 
L. Bergmann.—Der Ultraschali. 
Hirzel Yerlag. 
Zürich. (1949). 
Perspectivas Biológicas 
Dr. Bruno Güniher., Director Insfífulo 
de Fisiología. Escuela de Medicina 
Publicado por la Federación de Estudiantes de Concepción 
(1 9 5 3) 
PERSPECTIVAS BIOLOGICAS 
Dr. B. Günther, Director del Instituto de 
Fisiología, Universidad de Concepción. 
Con frecuencia nos hemos he-
cho las siguientes preguntas: 
19) ¿Por qué razón es tan es-
caso el interés del público por los 
problemas biológicos, 2<?) ¿Por qué 
las Sociedades de Biología llevan 
— en la mayoría de los casos — 
una vida lánguida?, 3<?) ¿Por qué 
no se estimula la difusión de los 
conocimiento biológicos, creando 
Museos de Ciencias Naturales, ex-
hibiendo películas educativas so-
bre estos temas, organizando ci-
clos de conferencias y creando la-
boratorios de Biología bien dota-
dos? Será acaso, que los problemas 
biológicos son por lo general de 
escaso interés. A lo mejor no exis-
te ni siquiera curiosidad por sa-
ber algo más sobre la naturaleza 
del hombre. Las respuestas a es-
tas interrogantes es que en reali-
dad sucede todo lo contrario. Hay 
en latencia un enorme afán ¡de 
conocimiento, que sólo se satisfa-
ce en 'parte por la lectura de ar-
tículos de revistas, de libros, y oca-
sionalmente asistiendo a una pe-
lícula documental referente a un 
tema de orden biológico. De vez en 
cuando el más osado aún asiste a 
una conferencia de alguna Socie-
dad de Biología y de la cual sal-
drá seguramente decepcionado, 
porque el especialista empleó un 
lenguaje lleno de términos técni-
cos, de tal manera que el infortu-
nado asistente sólo pensará en es-
capar cuanto antes; sin embargo, 
se queda como petrificado, senci-
llamente por respeto al conferen-
ciante. Difícilmente lo convence-
rán por una segunda vez a inten-
tar de nuevo esta vía de asimila-
ción de conocimientos. 
Si en potencia existe verdadera-
mente el deseo de perfeccionamien-
to, en la práctica se interpone una 
serie de obstáculos a la satisfac-
ción de este anhelo. Por un lado 
no hay facilidades para adquirir 
conocimientos biológicos y por el 
otro existe un grado mayor o me-
nor de inercia mental para vencer 
los obstáculos que inevitablemen-
te se presentan. 
Analicemos el primer punto. Los 
textos de estudio, los libros de di-
vulgación — amén de ser anticua-
dos — simplifican a veces en ex-
ceso, deforman la realidad a fuer-
za de querer ser didácticos y pre-
sentan los hechos en una forma 
tan dogmática, que el lector no es 
estimulado en lo más mínimo a 
pensar por su cuenta, a vislumbrar 
los problemas que no están resuel-
tos y a separar los hechos experi-
mentales bien fundados de las hi-
pótesis y de las teorías. Esta mez-
cla de suposiciones teóricas, de he-
chos aparentemente demostrados, 
con aquellas verdades seguramen-
te establecidas, produce una con-
fusión terrible en el lector. Supo-
niendo ahora, que el lector qui-
siera repetir algunos de los tra-
bajos señalados, porque ellos han 
despertado su interés, nada podrá 
lograr si los experimentos no es-
tán claramente explicados y si la 
bibliografía sobre el tema no es 
completa. Sólo así el lector podrá 
iniciar pequeñas investigaciones 
— muy sencillas por cierto — pero 
que le proporcionarán una enor-
me satisfacción, por cuanto se sien-
te capaz de observar hechos nuevos 
gracias a su propia iniciativa. 
Ustedes objetarán que para ha-
cer investigación original se nece-
sitan grandes laboratorios, costo-
so equipo, numeroso personal es-
pecializado y bibliotecas comple-
tas. Si bien es cierto, que para los 
trabajos muy especiales se requie-
ren todas estas condiciones, tal co-
mo las hay en algunas Universi-
dades, hay innumerables pequeños 
problemas para cuya resolución no 
se necesitan grandes aparatos ni 
superespecialistas, sino que pue-
den realizarse en cualquier lugar 
y a un costo relativamente bajo. 
Así como se pueden hacer intere-
santísimos experimentos de Física 
y de Química con aparatos de cons-
trucción casera, así también es po-
sible hacer observaciones de posi-
tivo valor en los seres vivos, co-
menzando con los organismos de 
estructura aparentemente más 
sencilla, hasta llegar a las formas 
más complejas. Los objetos a es-
tudiar son tan variados y los pro-
blemas que plantea cada caso par-
ticular son tan numerosos, que una 
vida se hace poca para encontrar 
la solución adecuada a cualquiera 
de ellos. 
En nuestro ambiente hace falta 
el aficionado a la Biología, el 
"amateur", aquel cuyo "hobby" es 
esta Ciencia en el más amplio sen-
tido de la palabra. Este aficionado 
no debe perseguir fines de lucro 
ni trabajar para que a corto pla-
zo sea un hombre célebre. Si es-
tas son sus intenciones y no logra 
satisfacerlas en el transcurso de su 
vida, se transformará de un "afi-
cionado" en un "amargado". No, 
el único incentivo debería ser el 
afán de perfeccionamiento y la 
satisfacción espiritual de hacer al-
go por propia iniciativa y de ha-
cerlo bien. 
Es posible materializar este de-
seo de estudiar algunos problemas 
biológicos, dando ejemplos acerca 
de cómo se puede hacer experi-
mentación Biológica con escasos 
recursos. Una Asociación para el 
Fomento de la Biología puede pro-
porcionar a sus socios materiales 
de laboratorio a precios muy ba-
jos; puede ofrecer instrucción 
práctica en el manejo de los ins-
trumentos de investigación; pue-
de distribuir y divulgar artículos 
y libros sobre diversos temas bio-
lógicos; puede organizar sesiones 
con conferencias de los propios so-
cios y de biólogos invitados <ie 
otras instituciones, incluso de la 
Universidad; y finalmente puede 
obtener periódicamente películas 
documentales sobre algún tema re-
lacionado con las ciencias bioló-
gicas. Aquéllos que prefieren los 
aspectos morfológicos y sistemáti-
cos de la Biología, podrán intere-
sarse en la organización de un vas-
to insectario, de un herbario o de 
cualquier otro tipo de colecciones. 
Cuando estas asociaciones se ha-
yan organizado adecuadamente, 
bien pronto encontrarán el medio 
de publicar los resultados más in-
teresantes en una revista propia 
que, además de interesar a sectores 
cada vez más amplios, dará a co-
nocer los propios aportes en fel 
campo de la Biología, que serán 
modestos en un comienzo, pero 
que con el transcurso del tiempo 
llegarán a ser cada vez más va-
liosos. 
La importancia que los llamados 
"aficionados" han tenido en el 
avance de la Ciencia ha sido con-
siderable; por una parte ellos han 
mantenido vivo el interés por las 
investigaciones científicas en el pú-
blico en general; por otra, han he-
cho contribuciones originales de 
extraordinario valor; finalmente 
ellos han ayudado — en una u 
otra forma — a la mantención de 
los Museos de Ciencias Naturales, 
de los Jardines Botánicos, de los 
Zoológicos, de los Planetarios y de 
los Museos de Ciencias e Indus-
trias. Los aficionados constituyen 
también el gran público que regu-
larmente asiste a todas las orga-
nizaciones mencionadas y que son 
a fin de cuentas manifestaciones 
de la inquietud espiritual de un 
pueblo. El aporte más notable de 
los aficionados será su influencia 
en la educación de la nueva gene-
ración en un ambiente lleno de cu-
riosidad por lo biológico y por las 
Ciencias en general. 
Así, ejemplo de los padres 
será el mayor aliciente para que 
los hijos no sólo se interesen por 
estos temas, sino que losinducirá 
en muchos casos a estudiar una 
profesión vinculada en una u otra 
forma con la Biología. A este res-
pecto es un error pensar que el 
joven que se interesa por la Bio-
logía debe necesariamente ingre-
sar a las Escuelas de Medicina y 
de Veterinaria, o al Instituto Pe-
dagójgico para seguir la asignatura 
de Biología. Esta restricción de po-
sibilidades que existe entre nos-
otros, esta limitación de las pers-
pectivas biológicas a tres carre-
ras profesionales, la de médico, la 
de veterinario, o la de profesor de 
Biología, deberá necesariamente 
desaparecer en el futuro, como ha 
desaparecido en los países más 
avanzados. 
Por estas razones anotadas, es 
necesaria la creación de una Fa-
cultad de Ciencias que comprenda 
a la Biología, a las Matemáticas, 
a la Física y a la Química; todas 
ellas como ramas independientes. 
El doctorado en Biología por ejem-
plo podrá hacerse en cualquier es-
pecialidad, como ser: Botánica, 
Zoología, Biología General, Biolo-
gía Marina, Ecología, Fisiología 
Comparada, Fisiología General, 
Bioquímica, Bacteriología, etc. El 
plan de estudio de esta nueva Fa-
cultad debería ser tan elástico que 
pudiera adaptarse a las múltiples 
necesidades de biólogos que hay en 
el país, a saber, para la ensañanza 
primaria, secundaria y superior, 
para los laboratorios particulares, 
estatales y universitarios, así co-
mo para las estaciones biológicas 
de la más diversa índole. Sólo así 
se llegaría a resolver el grave pro-
blema actual, o sea la falta de per-
sonal adecuadamente entrenado en 
los múltiples aspectos de la Biolo-
gía. Esta falta de preparación se 
refiere especialmente a los ramos 
básicos que cada día van adqui-
riendo mayor importancia en las 
investigaciones en el amplio cam-
po de las Ciencias Biológicas; las 
Matemáticas, la Física y la Quími-
ca. El biólogo moderno debe tener 
profundos conocimientos teóricos 
y un adecuado entrenamiento 
práctico en Física y Química, para 
poder resolver con éxito muchos 
problemas que se presentan a dia-
rio en los laboratorios de investi-
gación. 
Volviendo ahora al segundo pun-
to de la discusión, o sea acerca de 
la inercia mental que existe entre 
nosotros respecto a la Biología en 
especial, y a las Ciencias en gene-
ral, cabe señalar que esta apatía 
tiene muchas causas. Por una par-
te se debe a la falta de estímulo en 
la enseñanza primaria y secunda-
ria, donde el dogmatismo y el 
aprendizaje de memoria prevale-
ce sobre el razonamiento personal 
y sobre el esfuerzo por encontrar 
una solución original por los pro-
pios medios. A esto debemos agre-
gar que los textos de estudio dan 
la impresión que todo — pero ab-
solutamente todo — está resuelto 
por los grandes genios del pasado. 
Por otra parte, es evidente que el 
ambiente es hostil a todo aquello 
que se aparta de lo convencional y 
por lo tanto el estudiante se siente 
inhibido cuando desea hacer su 
propio camino; ésto no vale para 
aquél que tenga una personalidad 
extraordinariamente fuerte, pero 
ésto por desgracia es la excepción. 
Si en vez de seguir la ruta del 
menor esfuerzo (cinematógrafo 
rotativo, deambulación domini-
cal por la Plaza, "cantinfleo" cró-
nico con amigos y compañeros), 
dedicara algunas de las horas li-
bres al estudio de cierto problema 
que vivamente le pueda interesar, 
a recolectar el material que nece-
sita, a construir su equipo de tra-
bajo y a analizar los resultados 
obtenidos, habrá invertido mejor 
su tiempo y a la larga experimen-
tará las satisfacciones que sólo pue-
de proporcionar el ejercicio de las 
facultades intelectuales, que con 
razón han sido consideradas como 
superiores. 
En realidad esta apatía existe 
aún en aquellos que dicen intere-
sarse por los problemas biológicos, 
como lo son los aspirantes a ingre-
sar a la Escuela de Medicina. De 
las respuestas que los candidatos 
dan a las preguntas del cuestio-
nario se desprende el hecho des-
consolador que, salvo raras excep-
ciones, ninguno de ellos se ha ocu-
pado alguna vez de estudiar por 
sus propios medios algún proble-
ma biológico (confección de un 
herbario, insectario o acuario, pa-
ra mencionar sólo lo más elemen-
tal). No existe entre ellos la más 
elemental curiosidad por la Bio-
logía como Ciencia. Estudian Me-
dicina para "servir a la Humani-
dad" o para lograr una posición 
social"; los más osados afirman, 
que eligen esta carrera porque es 
una profesión "lucrativa". Frente 
a este estado de cosas no se pue-
den abrigar grandes esperanzas, 
ni se puede ser muy optimista, por 
cuanto los llamados a ser los por-
tadores de los conocimientos Dio-
lógicos sólo se interesan por lo 
meramente profesional. 
La solución está, en el incre-
mento de la cultura biológica en 
general, y su fomento por todos los 
medios; o sea, en el cultivo de estas 
Ciencias por un número grande 
de aficionados serios y conscientes 
de la labor de vanguardia que es-
tán realizando.. Esto no vale sólo 
para el fomento de las Ciencias, 
sino que también para el Arte. Si 
por ejemplo la cultura musical no 
está asentada en una amplia base 
humana, es imposible esperar que 
tengamos público para los con-
ciertos, ejecutantes para las or-
questas y los coros, solistas dis-
tinguidos y finalmente composi-
tores originales. Se necesita de la 
cooperación de todos y del esfuer-
zo de cada uno para que el deli-
cado árbol de la Ciencia crezca en 
nuestra tierra y para que dé los 
espléndidos frutos que sólo reco-
gen aquellos que tienen méritos.