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PANCREATITIS EN PERROS Y GATOS: Parte I
Publicado el 31 julio, 2010 por M. Emparanza
GENERALIDADES
El páncreas es un órgano situado en el abdomen craneal, 
en estrecho contacto con el estomago, hígado y duodeno. Presenta dos lóbulos: 
izquierdo y derecho, que se encuentran unidos por un cuerpo. El lóbulo 
pancreático izquierdo se encuentra caudal a la curvatura mayor del estomago, 
mientras que el derecho se sitúa medial y a lo largo del duodeno descendente. El
cuerpo del páncreas se encuentra en el área más craneal del duodeno, cerca del 
píloro, caudal a la vena porta. En el perro, el páncreas desemboca en el duodeno
por medio del conducto pancreático que se abre en la papila duodenal mayor y 
el conducto pancreático accesorio que se abre en la papila duodenal menor. En 
algunos perros puede presentarse solo el ducto pancreático accesorio, que es el 
más grande de los dos. El páncreas en los gatos desemboca en el duodeno por 
un conducto único, el pancreático, el cual se une al conducto biliar antes de 
llegar a la papila duodenal mayor. Alrededor del 20% de los gatos presentan un 
ducto pancreático accesorio.
Cada lóbulo pancreático está compuesto principalmente por células acinares, 
que sintetizan enzimas digestivas y las almacenas como gránulos de cimógenos, 
y un pequeño número de células que forman parte del sistema ductal 
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(intralobular, interlobal y ducto pancreático principal), estas células son las que 
proveen la secreción de bicarbonato y fluido al jugo pancreático. Finalmente, el 
páncreas también posee células pertenecientes al sistema endocrino, los 
llamados islotes de Langerhans, que representan alrededor del 1 a 2% de la 
glándula. El páncreas recibe la sangre desde ramas de la arteria celiaca y 
mesentérica craneal. El drenaje venoso se hace a través de vasos que llegan a la 
vena porta. Tanto en perros como en gatos existe un sistema de comunicación 
portal entre los islotes endocrinos y el tejido acinar exocrino, por lo tanto se cree
que las hormonas secretadas por el páncreas endocrino poseen un rol regulador 
en el páncreas exocrino. La glándula está inervada por nervios simpáticos y 
parasimpáticos, por medio de fibras nerviosas derivadas del nervio esplénico y 
vago. Los neurotransmisores colinérgicos y adrenérgicos tradicionales, 
serotonina y dopamina, y una variedad de otros péptidos reguladores juegan un 
rol en la regulación de la función pancreática.
Las células acinares pancreáticas secretan un fluido rico en enzimas que 
degradan proteínas, lípidos y polisacáridos. Este fluido se transporta a través del
sistema ductal, junto con la secreción rica en bicarbonato y agua proveniente de 
las células centroacinares y células ductales. Esta secreción contribuye a la 
neutralización del acido gástrico dentro del duodeno. El páncreas debe 
defenderse de la autodigestión, esto se logra mediante varios mecanismos. Uno 
de ellos es que las enzimas proteolíticas y fosfolipolíticas se sintetizan, se 
almacenan y se secretan en forma de cimógenos catalíticamente inactivos, a 
excepción de la lipasa y amilasa. Estos cimógenos son activados por ensambles 
enzimáticos de pequeños péptidos. Enzimas de diferentes orígenes, incluidas las
proteasas lisosomales, son capaces de activar los cimógenos pancreáticos, pero 
normalmente esta activación no ocurre antes que éstos sean secretados dentro 
del duodeno. La enzima enteropeptidasa, la cual es sintetizada y expresada en 
el borde en cepillo de las células duodenales, es particularmente efectiva en la 
activación del tripsinogeno pancreático y juega un papel crucial en la activación 
de las enzimas digestivas. La tripsina ya activa subsecuentemente activa los 
otros cimógenos digestivos.
Durante la síntesis, procesamiento, 
almacenamiento y secreción, las enzimas digestivas están estrictamente 
segregadas de otras enzimas potencialmente dañinas como las enzimas 
lisosomales. Si llegase a activarse el tripsinogeno dentro del páncreas, hay, al 
menos, dos mecanismos que ayudan a limitar la activación de los otros 
cimógenos pancreáticos. Primero, la tripsina puede autohidrolizarse de manera 
muy efectiva, así la activación de pequeñas cantidades de tripsinogeno no llegan
a ser catastróficas. En segundo lugar, existe dentro de las células acinares un 
factor inhibidor de tripsina pancreática (PSTI, sigla en ingles), el cual se 
sintetiza, almacena y secreta junto con las enzimas digestivas. Este inhibidor 
actúa cuando hay una cantidad significativa de activación de tripsina dentro de 
las células acinares o sistema ductal. Todas las enzimas pancreáticas necesitan 
un medio alcalino para poder funcionar, si el quimo no es neutralizado en su 
acidez, la lipasa se inactiva de forma irreversible, mientras que las otras enzimas
lo hacen de una forma reversible.
El páncreas exocrino secreta su fluido dentro del duodeno de forma basal o 
interdigestiva y en respuesta a la presencia de alimento. La secreción 
pancreática en respuesta a la alimentación ocurre como respuesta a la 
estimulación de la fase cefálica, gástrica e intestinal. La respuesta a este 
estimulo es mediado por mecanismos hormonales y nerviosos. La fase cefálica 
involucra el ver, oler y probar la comida, lo que estimula la secreción del 
páncreas vía nervio vago, liberando acetilcolina en la membrana basal de las 
células acinares. El nervio vago también estimula la secreción de gastrina desde 
la mucosa del estomago, que estimula la secreción de acido gástrico y de 
secreción pancreática. La fase gástrica estimula la secreción pancreática por dos 
vías: la distención gástrica por un lado produce liberación de gastrina y por otro 
lado estimula directamente el nervio vago, que a su vez va a estimular el 
páncreas. La fase intestinal involucra solo estimulación hormonal. La presencia 
del quimo, ácido, en el intestino estimula la liberación de secretina desde la 
mucosa duodenal, resultando en producción de secreción pancreática rica en 
bicarbonato, que neutralizara el ácido. Por otro lado, la presencia de proteínas y 
grasas estimulan la liberación de colecistoquinina que estimula al páncreas a 
producir una secreción rica en enzimas. Existe otra hormona gastrointestinal 
que interactúa en este mecanismo, pero su función real aun no es clara. El calcio
es importante como un cofactor de la secreción pancreática, es importante en la 
activación de proteasas y lipasas y está involucrado en la actividad de la 
acetilcolina, gastrina y colecistoquinina.
En animales sanos se pueden encontrar rastros de enzimas pancreáticas en 
sangre, estas concentraciones bajas pueden aumentar transitoriamente dentro 
de las 4 horas posteriores a la ingesta de alimento. El volumen de secreción 
pancreática es de 70 ml/Kg/día en el perro. Estas enzimas son útiles para el 
diagnostico de patologías pancreáticas.
El páncreas se ve afectado mayormente por patologías de origen inflamatorio. 
Desde un punto de vista clínico, la pancreatitis puede dividirse en aguda (PA), 
aguda recurrente o crónica. La PA se refiere a un comienzo repentino de la 
patología y con pequeñas o ninguna secuela luego de la recuperación. La 
pancreatitis crónica se refiere a una inflamación continua de la glándula con 
cambios morfológicos (fibrosis y atrofia) y puede llevar a una disfunción del 
páncreas. Una mejor clasificación es la que tiene relación con el efecto que tiene 
sobre los pacientes como leve o severo. También las pancreatitis se pueden 
clasificar según etiología, pero por lo general ésta es difícil de encontrar. Las 
posibles secuelas de la pancreatitis (aguda o crónica) pueden ser: acumulación 
de fluido alrededor del páncreas, seudoquistes (colecta estéril de fluido 
pancreático rodeado de tejido fibroso o de granulación), abscesos pancreáticos 
(colecta circunscrita de pus generalmentemuy cerca del páncreas, el cual puede 
o no contener tejido pancreático necrosado) o necrosis infecciosa (muy raro).
 Histológicamente, la PA se caracteriza por la presencia de edema o necrosis 
pancreática, infiltración variable de células mononucleares y 
polimorfonucleares y cambios locales como necrosis o trombosis de la grasa 
peripancreática. La pancreatitis crónica se caracteriza por fibrosis e infiltración 
mononuclear de bajo grado y sus secuelas pueden ser pancreatitis aguda 
recurrente o un proceso subclínico que puede presentarse como diabetes 
mellitus o insuficiencia pancreática exocrina.
Recientemente se ha descrito un tipo de pancreatitis aguda necrotizante en 
gatos, similar a la vista en perros, pero histológicamente presenta una forma 
supurativa. Sin embargo, el tipo de pancreatitis más común vista en gatos es la 
caracterizada por inflamación del tejido intersticial con compromiso de los 
conductos, generalmente asociada a colangiohepatitis, enfermedad inflamatoria
intestinal o nefritis, cualquiera de las cuales puede tener más significancia 
clínica que la pancreatitis en gatos.
ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
Para que se presente una pancreatitis es necesario que ocurra una de las 
siguientes situaciones: una hiperestimulación de la glándula, obstrucción del 
conducto pancreático o degeneración de membranas plasmáticas con activación 
de enzimas. Generalmente es muy difícil saber la etiología de una pancreatitis, 
pero se han identificado los factores o las posibles causas a las que podría estar 
asociada. Entre ellos podemos encontrar:
 Factores nutricionales: obesidad, indiscreción alimentaria, dietas bajas 
en proteínas y altas en grasas. Una dieta alta en grasas puede causar una 
hiperestimulación pancreática por un aumento en la secreción de CCK. Se ha
visto que la malnutrición puede causar inflamación y atrofia pancreática en 
humanos, como también en pacientes que vuelven a alimentarse luego de un 
ayuno prolongado. La etionina (aminoácido) puede causar pancreatitis en 
muchas especies, entre ellas perros y gatos. Como dato anecdótico, la 
mayoría de las veces se ha visto que en perros, el desarrollo de la pancreatitis
posterior a una comida alta en grasas. La hiperestimulación pancreática está 
directamente relacionada a la ocurrencia de pancreatitis en los perros y 
gatos.
 Hiperlipidemia: puede estar presente en pacientes con pancreatitis como 
una causa o como una consecuencia de la necrosis de la grasa abdominal que
se produce. Se cree que el Schnauser mini tiene una mayor prevalencia de 
pancreatitis relacionada con una hipertrigliceridemia idiopática. Los niveles 
de lípidos circulantes pueden causar embolismos grasos que pueden 
desencadenar isquemia del tejido pancreático.
 Obstrucción del conducto, reflujo biliar o duodenal: algunas condiciones 
que pueden desarrollar una obstrucción completa o parcial del conducto 
pancreático pueden ser cálculos biliares (raro en perros porque tienen 2 
conductos), espasmos del esfínter, edema de los conductos o de la pared del 
duodeno, neoplasias, parásitos o interferencia por un trauma o cirugía. En 
gatos puede darse por una enfermedad biliar concomitante. El reflujo del 
jugo pancreático desde duodeno es muy poco probable, ya que la apertura 
del conducto está rodeado por mucosa y un esfínter muscular, sin embargo, 
este mecanismo antirreflujo puede fallar debido a una presión 
anormalmente alta dentro del duodeno como ocurre durante el vomito o 
luego de un trauma en la cavidad abdominal.
 Trauma pancreático, isquemia/reperfusión (post dilatación y torsión 
gástrica): una manipulación quirúrgica o un trauma en abdomen pueden 
gatillar una pancreatitis, pero es raro. La presentación de pancreatitis luego 
de realizar biopsias es extremadamente raro, como también lo es luego de la 
resección de tumores pancreáticos. Reportes indican que la isquemia es 
importante en la patogénesis de la PA, tanto como causa primaria como 
exacerbarte. La isquemia pancreática puede desarrollarse durante un shock 
o anemia aguda severa, durante una oclusión temporal del drenaje venoso, 
manipulación quirúrgica del abdomen craneal o secundaria a una 
hipotensión durante la anestesia general. Esto puede explicar el desarrollo 
de pancreatitis posquirúrgica de órganos lejanos al páncreas.
 Hipercalcemia: Calcio sérico mayor a 15mg/dl. Tanto la hipercalcemia 
iatrogénica (infusión con Ca) como espontánea (hiperparatiroidismo, 
limfosarcoma, toxicosis por vitamina D, cáncer de huesos) puede ser causa 
de pancreatitis. Esto se puede deber porque el calcio en exceso causa 
vasculitis en la microcirculación pancreática, precipitación de proteínas 
dentro del ducto pancreático y porque coayuda a la activación de las 
enzimas.
 Corticoides: recientemente se eliminaron los corticoides de la lista de 
drogas inductoras de pancreatitis en humanos. En veterinaria también hay 
poca evidencia creíble de que los corticoides causen pancreatitis, con la 
posible excepción del uso de altas dosis. Sin embargo, es recomendable 
suspender la administración de drogas en un paciente con pancreatitis sin 
causa determinada, excepto cuando existe alguna indicación especifica de 
continuar la administración o no hay otra alternativa.
 Drogas: organofosforados, L-asparginasa, azatioprina, estrógenos, 
clorpromazina, furosemida, salicilatos, bromuro de potasio, sulfonamidas, 
tetraciclinas (gatos), diuréticos tiazidicos y alcaloides de vinca son algunos 
de las drogas que se han visto relacionadas a la presentación de pancreatitis 
en perros y gatos. Se ha asociado el uso de insecticidas con inhibidores de 
colinesterasa y agonistas colinérgicos a la presentación de pancreatitis, 
probablemente a causa de una hiperestimulación. La toxicosis por zinc 
también puede causar pancreatitis.
 Predisposición hereditaria: se piensa que puede existir una 
predisposición en los Schnauzer mini por una hipertrigliceridemia idiopática
y en los Poodle Toys, Dachshund y Terriers, pero nada de esto ha sido 
comprobado.
 Agentes infecciosos: infecciones virales (parvovirus), mycoplasma o 
parásitos han podido asociarse a la presentación de pancreatitis, aunque, 
estas generalmente se reconocen como parte de una enfermedad más 
generalizada. El parvovirus puede causar pancreatitis de forma directa o por 
estasis duodenal, lo que permite un reflujo duodenal por el conducto 
pancreático. No se conoce cuales bacterias juegan un rol en el desarrollo de 
la pancreatitis, pero las infecciones bacterianas concomitantes pueden 
aumentar la severidad de una PA. Las infecciones secundarias pueden surgir
de una traslocación bacteriana desde el intestino. En gatos se ha asociado a 
la presentación de toxoplasma y el virus del PIF.
 Patologías concomitantes: se puede ver la presentación de pancreatitis en
los estados finales de una falla renal, pero es raro. Es más probable que la 
falla renal sea secundaria a una PA. Se ha visto pancreatitis en pacientes con 
enfermedades hepáticas, quizás reflejando el compromiso vascular 
secundario a anormalidades en la coagulación y acumulo de toxinas (ácidos 
biliares, endotoxinas). Se pude ver asociado a hiperadrenocorticismo por el 
aumento en la ingesta y la indiscreción alimentaria. Se han asociado 
también, particularmente en gatos, a un mecanismo autoinmune que 
responde a la terapia con glucocorticoides, en humanos pasa algo parecido. 
En gatos existiría también una relación entre la presentación de 
colangiohepatitis y pancreatitis. La PA, solo recientemente se ha considerado
como una patología significativa en gatos. Algunos autores aprecian que la 
pancreatitis en gatos parece ser mas crónicamente activa y más severa que 
en la mayoría de los perros, sin embrago la mayoría de las pancreatitis en 
felinos se han diagnosticado en necropsias, donde se han visto asociadas a 
enfermedades en otros órganos como en hígado (colestasis, 
colangiohepatitis,cambios hidrópicos, lipidosis severa), en riñón (nefritis 
moderada a severa), páncreas endocrino (diabetes mellitus), pulmones 
(trombosis pulmonar) e intestinos (enfermedad inflamatoria intestinal y 
ulceras), también se ven efusiones pleurales y pericárdicas. No está claro aún
si estas anormalidades extra pancreáticas son una consecuencia de la 
pancreatitis o están asociadas al proceso que causa la pancreatitis o por el 
contrario, no tienen relación alguna con ella.
Independiente de la causa inicial, la pancreatitis ocurre cuando las enzimas 
digestivas se activan de forma prematura dentro del parénquima pancreático, 
provocando de esta manera una autodigestión.
En muchos modelos experimentales de pancreatitis se ha visto que se produce 
una fusión anormal entre los gránulos lisosomales y los cimógenos durante el 
proceso secretorio normal. Las proteasas lisosomales activan al tripsinogeno, ya 
que el PSTI es inefectivo en el pH acido presente en los lisosomas. Posterior a 
este fenómeno se produce un aumento en la permeabilidad capilar debido al 
daño de la membrana celular endotelial, produciéndose un edema pancreático. 
En las células ductales también hay un cambio de permeabilidad, lo cual gatilla 
otros mecanismo fisiopatológicos que exacerban la pancreatitis. A menudo, la 
inflamación pancreática es un proceso autolimitante, pero en algunos pacientes 
la disminución del flujo sanguíneo pancreático y la leucocitosis y migración 
plaquetaria al foco inflamatorio del páncreas puede causar progresión a necrosis
pancreática. El tripsinogeno puede ser activado también (de forma anormal 
dentro de la glándula) por calcio, sales biliares o enteroquinasas. Una vez que se
ha activado la tripsina intracelular e intraductal, puede activar más tripsina o 
puede activar otras dos enzimas: elastasa y fosfolipasa. La elastasa digiere las 
fibras elásticas de los vasos sanguíneos produciéndose hemorragias, trombosis e
isquemia, adicionalmente digiere tejido conectivo intersticial. La fosfolipasa A 
digiere la membrana celular de las células acinares permitiendo la liberación de 
las enzimas, esto hace que el edema inflamatorio pancreático moderado se 
transforme en una pancreatitis necrótica hemorrágica con compromiso 
multisistémico y consumo de inhibidores de proteasas plasmáticos. La tripsina 
también activa el calicreinogeno (precursor inactivo de la calicreina) y este 
activa al bradiquininogeno (precursor de bradiquidinas), los cuales causan una 
vasodilatación marcada, caída en la presión sanguínea y bajo retorno venoso. 
Adicional a esto, la perdida hídrica por vomito y diarrea y la deshidratación e 
hipovolemia pueden desencadenar un shock. Las bradiquidinas también causan 
dolor y aumentan la migración de las células blancas dentro del páncreas. La 
vasodilatación causa una exudación pancreática que se traduce en mayor 
liberación de enzimas y bradiquidinas, perpetuando el círculo vicioso. Este 
proceso también se acompaña de una disminución en el output cardiaco 
producto de la presencia del factor depresor miocárdico producido por el 
páncreas. Esto resulta en un colapso circulatorio y un rapido progreso a un 
shock irreversible
.
Los mediadores de la inflamación y los radicales libres también son importantes
en la progresión de la pancreatitis. La mayoría de los mediadores son liberados 
por neutrofilos y macrófagos e incluyen al factor de necrosis tumoral α (α-FNT),
Interleuquina 1 (IL1), IL2,IL6, IL8, IL10, Interferon α (INFα), INF1, oxido 
nítrico (ON) y factor activador de plaquetas (FAP). ) Las enzimas liberadas y los 
mediadores de la inflamación amplifican la severidad de la pancreatitis y 
producen una respuesta adversa en muchos órganos (respuesta inflamatoria 
sistémica o SIRS) como también pueden producir un trastorno de fluidos, 
electrolitos y balance acido-base.
La α-macroglobulina plasmática y el inhibidor α-proteinasa plasmático son 
protectores vitales contra los efectos fatales de las enzimas proteolíticas en el 
espacio vascular. Las α-macroglobulinas son particularmente importantes en 
este respecto. Los perros pueden tolerar una cierta cantidad de tripsina en 
sangre sin mostrar efectos adversos mientras exista α-macroglobulina para 
unirse a la proteasa activa. La proteasa unida a la α-macroglobulina es 
reconocida por el sistema monocito macrófago y es rápidamente removida del 
plasma. Una vez que α-macroglobulina se utiliza, incluso si hay inhibidor α-
proteinasa, el animal puede presentar rápidamente una coagulación 
intravascular diseminada y shock. Esto es debido a que se activan los 
mecanismos intrínsecos de coagulación junto con una gran liberación de 
tromboplastina tisular (presente en páncreas en altas cantidades) y la tripsina 
activa a la protrombina y el sistema fibrinolitico, promoviendo la coagulación y 
la fibrinólisis al mismo tiempo. La activación del complemento activa la vía 
intrínseca, todo esto se suma al efecto de las bradiquidinas sobre la fragilidad y 
la permeabilidad vascular. El resultado final es una cadena compleja de eventos 
que llevan a un shock irreversible y CID. Si el paciente sobrevive, puede 
continuar con una pancreatitis subclínica o crónica donde se va perdiendo 
progresivamente la función exocrina y ocasionalmente la endocrina.
El estado subclínico de la enfermedad puede verse interrumpido por brotes 
agudos o mejor dicho manifestaciones clínicas del estado subclínico, pero son 
eventos aislados. Se cree que esto es poco común en perros o esta 
subdiagnosticado como una gastritis aguda. En gatos es más común de 
encontrar, y muchas veces es un hallazgo posmortem.
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