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COMUNICACIÓN, ETNIAS Y MULTICULTURALIDAD EN LA RADIO COMUNITARIA AUTORA TEODORA HURTADO SAA Socióloga Universidad del Valle, 1996 Maestra en Población de La FLACSO- México, 2005 MINISTERIO DE COMUNICACIONES DE COLOMBIA FRANCISCO JAVIER ROLDÁN Dirección de Acceso y Desarrollo Social JESÚS HERNÁN ZAMBRANO RUIZ Coordinador Grupo de Seguimiento y Control de Proyectos EQUIPO ACADÉMICO UNIVERSIDAD DEL VALLE MARITZA LÓPEZ DE LA ROCHE Maestra en Cine y Televisión para la Educación Universidad de Londres Licenciada en Literatura y lengua Española Universidad del Cauca ANABEL CORREA HERNÁNDEZ Comunicadora Social Universidad del Valle LUIS EDUARDO DOMÍNGUEZ Comunicador Social Universidad del Valle EDICIÓN DEL TEXTO SOMALY JARAMILLO MARITZA LÓPEZ DE LA ROCHE DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN ALEXANDER HINCAPIÉ FOTOGRAFÍAS PORTADA Y CONTRAPORTADA FERNANDO URREA CIDSE - Centro de Investigaciones y Documentación Socioeconómica Facultad de Ciencias Sociales y Económicas Universidad del Valle DERECHOS DE AUTOR Direccción de Acceso y Desarrollo Social Ministerio de Comunicaciones República de Colombia Santiago de Cali, julio 2007 5 11 13 14 17 21 25 27 TÉRMINOS ÚTILES CAPÍTULO 1 La necesidad y relevancia de hablar de etnicidad y mul- ticulturalidad en Colombia. Las diferencias étnicas y raciales. ¿Por qué y para qué hablar de “multiculturalidad” y de “grupos étnicos”? La diferenciación conceptual entre “raza” y “etnia”: una discusión no resuelta. ¿Qué significa “multiculturalidad”?¿Es lo mismo que “plu- rietnicidad”? Grupos étnicos en Colombia: ¿Cuáles son y dónde es- tán? Colombia un país multicultural y pluriétnico. Los derechos multiculturales y el tema étnico. La Constitución de 1991 y el tema étnico y multicultural: espacios de construcción de poder y de reivindicación de identidades étnicas ancestrales. La política multicultural y los antecedentes generales de los procesos organizativos y de transformación de pobla- ciones campesinas negras e indígenas colombianas en comunidades étnicas. ¿Qué somos: campesinos, ciudadanos o grupos étnicos? El mapa estadístico de los grupos étnicos en Colombia por departamentos. Los grupos étnicos y la visibilidad o invisibilidad estadís- tica. Etnicidad, historia, pobreza y vida cotidiana: el contexto social colombiano y la presencia indígena y negra. Indicadores de calidad de vida por regiones y comuni- dades indígenas y negras. CAPÍTULO 2 Las radios comunitarias y los temas de etnias y multi- culturalismo. Los medios masivos de comunicación y su reconocimiento de la multiculturalidad de la nación Propuesta contemporánea para abordaje de los temas ét- nicos / raciales en la radio comunitaria. BIBLIOGRAFÍA ANEXO 33 39 43 46 51 55 59 63 NOTA: La mayoría de las fotos que aparecen en este texto fueron tomadas durante las jornadas de capacitación de las radios comu- nitarias en el Valle, Cauca, Nariño, Caquetá y Putumayo. En los ca- sos de otras fotografías e ilustraciones incluidas se cita la fuente. Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial TÉRMINOS ÚTILES CULTURA Aunque el término designa todo lo que produce significados en una sociedad, se refiere al conjunto de instituciones, prácticas y objetos que constituyen el universo simbólico de una sociedad, en relación con los cuales se socializan los sujetos y grupos, y que rigen las creencias y el comportamiento de estos. DISCRIMACIÓN Consiste en dar tratamiento de inferioridad a una persona o grupo de personas por motivos étnicos, raciales, religioso, o de género, entre otros. ETNICIDAD Rasgos físicos y culturales comunes a un grupo de individuos, que se identifican con ellos y se consideran parte activa de una comunidad de iguales, como resultado de los sentimientos de afiliación. GRUPO ÉTNICO Conjunto de individuos con características socioculturales ‘ho- mogéneas’; es decir, con rasgos culturales compartidos entre sus miembros, pero que son diferentes con respecto a otros gru- pos e individuos. Los miembros del grupo étnico tienen creen- cias, valores, costumbres, normas y una lengua, religión, historia, geografía, parentesco y/o raza comunes. GRUPO DOMINANTE Grupo étnico y/o racial en una posición social, política y económi- camente privilegiada y preponderante, en relación a otros gru- pos, cuyos miembros tienen el control jerárquico en función de un orden ideológico reinante. 5 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial GRUPOS MINORITARIOS Grupos en condición de subordinación jerárquica, sometidos por un orden ideológico sociopolítico, económico y culturalmente dominante, que el cual los ubica en condiciones de menor poder y menor acceso a los recursos. MULTICULTURALISMO Reconocimiento y estudio de las sociedades en tanto incluyen tradiciones y prácticas culturales distintas. Concepto que habla de la diversidad cultural, lingüística y racial como una realidad de las sociedades contemporáneas, las cuales son cada vez más heterogéneas, constituidas por personas con origen o na- cionalidades diferentes, aunque residan en un mismo territorio, y sean gobernados por un mismo Estado. RACISMO Práctica discriminatoria contra un grupo étnico o racial, una comunidad, o un grupo sexual que es asumido erróneamente como inferior. 6 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial 7 COMUNICACIÓN, ETNIAS Y MULTICULTURALIDAD EN LA RADIO COMUNITARIA “Ser diferente y reclamar el derecho a serlo, pero alcanzando nive- les de igualdad social y económica. Es la pluralidad étnica que desde hace unos años se formula el mundo como un perfil de la democracia en las naciones contemporáneas... Los grupos étnicos están conformados por individuos que forman sociedades concre- tas y que comparten códigos comunes: un lenguaje, un modo de consumo donde se expresan actividades de trabajo, del hogar, del ritual religioso y festivo. Y una territorialidad que implica la posesión de un espacio real para la práctica de la cotidianidad y luego el sentimiento y la conciencia de un espacio simbólico para la viven- cia de las memorias históricas, que responda la pregunta de dónde venimos”. “La Saga del negro” Nina de Friedemann CAPÍTULO 1 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial LA NECESIDAD Y RELEVANCIA DE HABLAR DE ETNICIDAD Y MULTICULTURALIDAD EN COLOMBIA Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial LAS DIFERENCIAS ÉTNICAS Y RACIALES La diversidad biológica y cultural es parte constitutiva de los seres humanos. Sin embargo, muchas de estas diferencias han sido utilizadas como medio para establecer y mantener el dominio de algunos grupos sociales sobre otros, y justificar las injusticias y las desigualdades sociales1. En América Latina, el origen de estas diferencias se evidencia y explica con el descubrimiento de este continente, donde el encuentro y el contacto entre culturas, durante el período de la conquista, la colonización y la esclavización, dio inicio al proceso de mestizaje cultural y racial entre los indígenas americanos, blan- cos europeos y negros africanos2 No obstante, la historia de la conquista de América dejó como herencia, además del intercambio cultural y el mestizaje étnico / racial de la población, la persistencia de fenómenos como la po- breza, la discriminación, la marginalidad y la exclusión de grupos específicos de la población, indígenas y afrodescendientes, de los escenarios de participación política y de los espacios de desarrollo económico. Espacios donde la población de origen español repre- sentaba la clase social dominante, mientras negros e indígenas se encontraban en una condición de subordinación. En el caso de los indígenas y afrodescendientes, la exclusión y la discriminación se manifiestan en la carencia de servicios básicos como energía eléctrica, agua potable y alcantarillado, al igual que menos oportunidades laborales y educativas, e inequidad en la atención de su salud3.Por otro lado, las regiones habitadas por estos grupos minoritarios se encuentran aisladas del desarrollo social y económico y de los beneficios de los procesos de urbanización. Es por ello que las poblaciones indígenas y negras, sobre todo las rurales, afectadas por la pobreza extrema, presentan 1. Uno de los aspectos que se deben tomar en cuenta es que la diversidad de especies humanas, animales, vege- tales e incluso minerales es parte constitutiva de la natu- raleza. Sin embargo, cultural o biológicamente no existe un grupo humano superior al otro. Esta supuesta superioridad o inferioridad son construcciones sociales, es decir que dichas condiciones de inferioridad entre hombres y mujeres, blancos, indígenas y negros, de género, clase social, raza, religión, orientación sexual, etc., nacen en las relaciones de poder y de dominación de un grupo humano sobre el otro. 2. Wade (2000), Gros (2005), DANE (2006). 3. CEPAL (2001:9) 11 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial una esperanza de vida menor debido a los altos niveles de mor- talidad, en comparación con las personas pertenecientes al grupo dominante4. El reciente informe de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Humano, Libertad Cultural y Desarrollo Humano (2004), confirma que existe un estrecho vínculo entre las privaciones experimen- tadas por grupos étnicos / raciales y la pobreza económica, que se traduce en hambre y en carencias físicas. Lo cual ocasiona dificultades en estas personas para insertarse en la vida social en condiciones de igualdad, como resultado de la discriminación, vulnerándose los derechos de estas poblaciones. 4. Fernández (1995), Pebley et.al. (1996), CEPAL (2001), Williams (2002) Urrea y Barbary (2004). 5. Hurtado (2006). 12 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial ¿POR QUÉ Y PARA QUÉ HABLAR DE “MULTICULTURALIDAD” Y DE “GRUPOS ÉTNICOS”? La discusión alrededor de la definición y el uso de las categorías “raza” y “etnia” es un debate no acabado. En los últimos años toma fuerza con el multiculturalismo o las políticas multiculturales. De acuerdo con estas teorías, hablar de “etnia” y “raza” es importante para comprender los procesos de intercam- bio cultural, y motivar la aprobación e identificación positiva de las diversas manifestaciones culturales. Además, para promover la aceptación de las actuales políticas de inclusión social, que promueven la disminución de la desigualdad económica, política y social de grupos minoritarios, como los indígenas, negros, inmi- grantes, homosexuales y grupos religiosos5. Los conceptos de “etnia” y “raza” también sirven para entender aspectos fundamentales de las luchas por la igualdad, el respeto y la tolerancia, emprendidas por los grupos minoritarios, quienes han reclamado el reconocimiento de sus identidades, tradiciones y costumbres, exigiendo ante el Estado un trato equitativo e igualitario. Estos grupos solicitan que las políticas públicas es- tén dirigidas a reconocer la diversidad cultural de la nación. Lo cual implica identificar las diferencias sociales que se ocultan tras la idea de que todos los ciudadanos son iguales, haciéndose evi- dente la necesidad de transformar y corregir las consecuencias negativas de esta idea de “igualdad”. En Colombia desde los años 70 y 80 se inició una discusión sobre los temas étnicos / raciales. Fue liderada por indígenas y negros, apoyados por las organizaciones no gubernamentales, y por al- gunos académicos y líderes políticos, quienes encontraron en la Constituyente y en la Constitución Política de 1991 la oportunidad para que el Estado y la nación colombiana reconociera el carácter 5. Hurtado (2006). 13 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial pluriétnico y multicultural de la nación. Esto cuestionó la idea y el proyecto político de nación mestiza y homogénea, sustentados por la élite blanca criolla. LA DIFERENCIACIÓN CONCEPTUAL ENTRE “RAZA” Y “ETNIA”: UNA DISCUSIÓN NO RESUELTAT El término “raza” ha sido ampliamente utilizado por las ciencias naturales y adoptado por los científicos, para explicar la existencia de los diversos grupos humanos6. A través de la teoría de la evolu- ción de las especies, se difundió la idea de que la humanidad se encontraba constituida por “razas”, con patrones biológicos e información genética diferente, los cuales respondían a etapas desiguales del proceso de desarrollo evolutivo y civilizatorio, pasan- do por los “más primitivos” hasta llegar a los “más civilizados” o “avanzados”, destino final de todos los grupos humanos7. La construcción de esta ideología de las razas se inició entre los siglos XVI Y XVIII, durante el descubrimiento y conquista del con- tinente americano, cuando llegaron a este territorio personas de origen europeo como grupo dominante, y africanos como mano de obra esclava, quienes interactuaron con la población indígena nativa. Este encuentro entre culturas se convirtió en uno de los principales escenarios para la constitución y expansión de las ideologías racistas8. La idea de que hay razas superiores y razas inferiores, que fue validada por las ciencias naturales y por la religión católica, ha servido para justificar los supuestos “salvajismo”, “incivilización” y “falta de humanidad” de los pueblos esclavizados indoameri- canos y africanos. La creencia en la superioridad racial europea fue utilizada como medio para justificar procesos de conquista y esclavización, y para construir imágenes culturales que describen tanto a los conquistadores como a los conquistados. Dicha creen- cia operó como mecanismo de dominación ideológica y de ex- clusión, e hizo que hasta la actualidad indígenas y afrodescen- dientes sean considerados inferiores. La división en grupos raciales de los seres humanos procede del racismo científico que califica a las diferencias físicas externas y a la sangre como “negra”, ”indígena” o “blanca”, de acuerdo con el color de la piel o la descendencia9. 12 6. El concepto de raza aparece por primera vez en Europa a finales del siglo XV, para imponerse como categoría analítica a finales del siglo XIX (Wieviorka, 1992: 27). Es decir que la idea de razas se de- sarrolla con el capitalismo, de los mercados multinacionales y la expansión colonial, para lograr su conceptualización más acabada en las propues- tas racistas de la Ilustración y luego con el positivismo cientí- fico en el siglo XIX. 7. El concepto de raza aparece por primera vez en Europa a finales del siglo XV, para imponerse como categoría analítica a finales del siglo XIX (Wieviorka, 1992; Wade, 2000). Es decir que la idea de razas se desarrolla con el capitalismo, de los mercados multinacionales y la expansión colonial, para lograr su conceptualización más acabada en las propues- tas racistas de la Ilustración y luego con el positivismo cientí- fico en el siglo XIX. 8. Wade Op cit p. 5, CEPAL (2001,a y 2001, b) 9. Wade Op cit p. 5; Monteiro (2004); Fry (2004). Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial 15 Sin embargo, el descubrimiento del genoma humano demuestra que no existe la llamada “pureza de sangre, racial o cultural”, que los diferentes grupos humanos están cultural y racialmente mez- clados. Es decir, que la diferencia más importante entre personas negras, indígenas y blancas es la cultura y no la apariencia física o la sangre. Esto nos lleva a rebatir la noción de la “pureza racial”, ya que su uso fomenta la persistencia de la idea de grupos racial- mente superiores e inferiores, a la vez que promueve entre las per- sonas formas racistas10 de pensar y de actuar, que muchas veces no son percibidas como tales. Mientras que, para algunos la raza tiene un origen biológico, para otros sólo existe una especie, la humana, y afirman que “raza” es una construcción social: o sea, una noción que ha sido conce- bida en determinado momento histórico, y que se genera por losprocesos de dominación y el estatus social. Por lo tanto, los términos “etnia”, “etnicidad” y “étnico”, a diferencia de la noción de “raza”, permiten apreciar la importancia de la cul- tura, de las diferentes prácticas culturales, y de la interacción entre grupos sociales11, en vez de considerar que las diferencias entre seres humanos sean el producto de la herencia y de la transmisión genética de prácticas, creencias, actitudes, valores y cualidades humanas. Al contrario, dichos términos hacen posible pensar que las diferencias son el resultado de procesos que acontecen en las sociedades donde los individuos y grupos viven, y tienen qué ver con la adaptación de las personas a las variaciones geográficas, climáticas, culturales y otras12. Ambas categorías, “raza” y “etnia” se refieren a la identificación de unas personas con otras, a quienes se considera como su- jetos iguales o como diferentes, a través de ideas aprendidas e identificaciones establecidas en la interacción entre individuos y comunidades13. Aunque las identidades raciales se basan en las diferencias físi- cas como el color de piel, de los ojos, y la forma del cabello, como señales de pertenencia o de separación de un grupo o comuni- dad14, usar el término “raza”, sin tener en cuenta la cultura o la etnia, es marcar a las personas por sus rasgos físicos, desconociendo el espacio sociocultural en el cual nacen, crecen y comparten con personas de diferentes características físicas o raciales. Las identidades étnicas se refieren a la diversidad cultural entre personas y grupos humanos: las tradiciones, las costumbres, los ritos, las prácticas religiosas, la música, el lugar de nacimiento, etc., 10. Wade, Ibid p.5., Hurtado Op cit p. 7. 11. Wade, Op. cit. p.5. 12. Hurtado Op cit p. 7. 13. Wieviorka (1992), Wade (1997) 14. Wierviorka Ibíd. p. 10; Wade (1997, 2000) Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial las cuales se hacen visibles al relacionarse con otros individuos y comunidades en un territorio, en la economía, en la política y en la sociedad “Raza” y “etnia”, entonces, son categorías creadas por la so- ciedad, y están relacionadas la una con la otra: indican que un individuo pertenece a un conjunto de personas que tienen cuali- dades biológicas y formas de actuar comunes. Sus característi- cas los diferencian de otros grupos, considerados como pertene- cientes a otra raza u otra etnia. Por ello, en la medida en que los individuos asuman una identificación con un grupo de individuos y actúen con base en sus principios y valores, serán miembros de un grupo étnico / racial15. Con base en lo expuesto hasta aquí, se puede observar que en América Latina y específicamente en Colombia el proceso de mestizaje étnico / racial ha conducido a que los significados que la mayoría de las personas dan a “raza” y a “etnia” se fundamen- tan en la apariencia física, en la vestimenta y en las señales más evidentes que resaltan a la vista, como la pigmentación de la piel y el tipo de cabello. Estas categorías se apoyan en manifestaciones exteriores visibles: la apariencia física como en el caso de la gente negra y los símbolos culturales, como en el caso de los indíge- nas. Por tanto, la posible pertenencia a uno u otro grupo, ante los demás, está definida por la “acumulación de marcas distintivas” y por la intensidad con que éstas se hagan evidentes16: las per- sonas de tez oscura serán consideradas “negras”, las personas de tez clara “blancas”, y los que tienen determinada fisonomía y usan el vestuario y ornamentos de sus culturas, serán distinguidos como “indígenas”. Sin embargo, estamos equivocados cuando suponemos que “raza negra” y “cultura negra” significan lo mismo, y cuando confundi- mos a una persona de tez oscura con la pertenencia cultural a la cultura “afro”, como si el color de piel y la cultura significaran lo mismo. En el caso de las personas indígenas, se tiene en cuenta su vestimenta y forma de actuar, lo que permite que su apariencia física pase a un segundo lugar. Una persona fenotípicamente17 negra, indígena o blanca, en lo que respecta a su pertenencia cultural puede considerarse indígena, afrodescendiente, europeo, asiático, etc., es decir que puede po- seer una identidad racial y otra étnica o cultural. Lo cual es posi- ble, puesto que la cultura se adquiere y se construye a lo largo 15. Wieviorka, Op cit p. 10 16. Hurtado, Op cit p. 7. . 17. El “fenotipo” es el conjunto de todas las características ex- ternas de un individuo; también se define como el conjunto de propiedades manifiestas de un organismo, sean o no heredi- tarias. 16 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial de la vida, conlleva elementos con los que nos identificamos o no en un momento dado, y es algo que decidimos ser y practicar. La apariencia física no debería funcionar como una marca que nos etiqueta y nos impide reconocernos como pertenecientes a una o a varias culturas. En muchas ocasiones el aspecto externo se con- vierte en un obstáculo para que otros individuos nos identifiquen o no como pertenecientes a su cultura. Para terminar esta parte de la argumentación, hay que señalar que tanto los pueblos indígenas como las comunidades negras, además de poseer una cultura propia, también pertenecen a la cul- tura dominante en alguna medida; es decir, son participantes de dicha cultura. En contraste, es muy importante también reconocer que cada uno de estos grupos étnicos ha aportado valiosas expe- riencias y conocimientos a la cultura dominante18. ¿QUÉ SIGNIFICA “MULTICULTURALIDAD”? ¿ES LO MISMO QUE “PLURIETNICIDAD”?19 La mayoría de los países son culturalmente diversos: Los 184 estados independientes del mundo, entre los que se encuentra Colombia, contienen más de 600 grupos de lenguas vivas y 5.000 grupos étnicos. Son escasas las naciones cuyos ciudadanos comparten el mismo lenguaje o donde todos pertenecen al mismo grupo étnico – racial20. Esta diversidad plantea una serie de relaciones complejas e impor- tantes que pueden generan conflictos entre los diferentes grupos étnicos / raciales. Grupos dominantes y dominados se enfrentan cada vez más, respecto al tema de qué símbolos culturales repre- sentan una supuesta “identidad nacional”. También hay confronta- ciones acerca de los derechos lingüísticos de los grupos étnicos, la autonomía regional, la representación política, los programas educativos de carácter étnico para estos grupos, y los requerimien- tos de tierras para el desarrollo de las diferentes poblaciones. Otro de los temas que está en discusión, aparentemente trivial pero que no lo es, consiste en los modelos de belleza femenina y masculina que se consideran representativos de una pretendida “identidad nacional”. Los temas enumerados constituyen algunos de los de- safíos que afrontan los países democráticos en la actualidad21. De hecho, países que se consideraban socialmente homogéneos, democráticos e igualitarios, a pesar de que históricamente han sido pluriétnicos, plurilingües y multiculturales, han enfrentado conflictos etnoculturales y raciales que se convirtieron en focos de violencia política y militar; por ejemplo las luchas civiles de los afroestadounidenses y del grupo separacionista ETA en España. 18. Ibíd p. 12. 19. Tomado de Kymlicka Will, (1995), Multicultural Citizen- ship. A liberal Theory of Minority Rights, Clarendon Press, Oxford University Press, New York, (Capitulo 1. Introducción, versión en español). 20. Acerca de estas estima- ciones (y su imprecisión), véase Laczko, (1994); Gurr, (1993); Nelson, (1985). Suelen darse como ejemplos de países que son más o menos culturalmente homogéneos Islandia y las dos Coreas (Kymlicka Will, 1995) 21. Kymlicka, (1995) 17 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Para que un país sostuviera como vigente, a lo largo del tiempo, el ideal de sociedad y organización política con una culturaúnica, los gobiernos, en diversos momentos históricos, se han apoyado en mecanismos políticos e inclusive bélicos para eliminar o desa- parecer a los grupos culturales subalternos. En algunos casos los grupos subalternos fueron físicamente eliminados, ya fuera con el destierro o mediante el genocidio, denominado “limpieza étnica”. Otras minorías fueron asimiladas de forma represiva, forzándolas a adoptar el lenguaje, la religión y las costumbres de la clase domi- nante. Mientras que en otros casos, los grupos étnicos / raciales fueron sometidos a la segregación espacial, a la discriminación socioeconómica y a la privación de sus derechos22. En América Latina, aunque los países de la región presentan pre- dominio de los grupos étnicos / raciales negros e indígenas, al- gunos de estos han desaparecido o terminaron totalmente asimi- lados23. Es decir, adoptaron los hábitos y costumbres del grupo dominante. La población negra en México, Argentina, Bolivia y Chile representa menos del 1 por ciento; en Guatemala, El Sal- vador, Costa Rica, Perú, Paraguay y Uruguay entre el 2 y el 5 por ciento; en Honduras, Nicaragua, Cuba, Santo Domingo, Panamá y Ecuador se mantiene una minoría relativa de población negra de significativa proporción, entre el 6 y el 30 por ciento. En cuanto a Brasil, Colombia y Venezuela son los países con mayor presencia de población negra, y en Haití su población es totalmente afro. En el caso de la población indígena, 5 países agrupan casi el 90 por ciento de esta población: Perú con el 27 por ciento, México con el 26 por ciento, Guatemala con el 15 por ciento, Bolivia con el 12 por ciento y Ecuador con el 8 por ciento24. Aunque la situación de aniquilación o asimilación es grave, en las últimas décadas se han realizado intentos positivos de proteger a las minorías culturales y raciales, para regular los conflictos entre las culturas dominantes y las minoritarias o subordinadas. A prin- cipios del siglo XX, tratados bilaterales protegieron los derechos de sus conciudadanos inmigrantes en otros países. Asimismo, después de la Segunda Guerra Mundial, se trató de garantizar los derechos civiles y políticos más básicos, como la libertad de expresión, asociación y conciencia, a las personas pertenecientes a grupos étnicos y raciales discriminados25. En algunos momentos históricos la identidad étnica / racial y la re- ligiosa han sido aspectos que la gente ha podido expresar libre- mente, pero en el pasado se creía que no le correspondía al go- bierno garantizar tales derechos. Es decir, aunque el Estado no se 22. Kymlicka Op cit p. 13. 23. Hasembalg (1996:185) 24. CEPAL, (2001 a) 25. Kymlicka, Op cit p. 13. 18 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial oponga a la libertad de las personas para expresar su identidad cultural particular, el gobierno no garantiza tales expresiones26. En conclusión, el Estado no presta atención a las diferencias cultu- rales, raciales, de origen y sexuales, porque considera que todos son iguales ante él y ante la ley. Sin embargo, el Estado debe garantizar que los miembros de gru- pos étnicos y nacionales estén protegidos contra la discriminación y los prejuicios, otorgándoles la libertad para intentar mantener la identidad étnica que deseen, siempre que ello no entre en con- tradicción con los derechos de los demás. Antes estas libertades el Estado las percibía como privadas; asumía erróneamente que no le correspondía a los organismos públicos reconocer identi- dades específicas a las personas pertenecientes a grupos étnicos. Esta separación del Estado y la etnicidad imposibilitaba cualquier reconocimiento legal o gubernamental de los grupos étnicos, así como cualquier uso de criterios étnicos / raciales para otorgar derechos, recursos y deberes27 a los ciudadanos. Durante las décadas finales del siglo XX, la postura de muchos gobiernos estatales dio un giro significativo, al evidenciarse las condiciones de desventaja en la calidad de vida, en la representación política y en los derechos de ciudadanía en los que se encontra- ban los grupos étnicos / raciales, problemas que no podían ser resueltos mientras se mantuviera vigente la idea de ciudadanía igualitaria. En el caso de Colombia, luego de la independencia y con la con- formación de la nueva república, legislativamente desapareció la referencia a la cultura indígena y a la negra (en el ámbito político y constitucional, aunque no en el social). La élite criolla expresaba la ideología de la Constitución de 1886, la cual consideraba que la nación colombiana era cultural y racialmente mestiza, poseedora de una cultura “homogénea”, donde lo negro y lo indígena no fueron con- siderados como parte de esa identidad nacional mestiza, mientras cultural y racialmente lo “blanco” era considerado como lo más representativo de la identidad colombiana. Luego de más de un siglo, hasta 1991 con la nueva Constitución Política, se reconoció el hecho de que Colombia es pluriétnica y multicultural28. Muchos líderes de movimientos sociales étnicos, académicos y políticos, han manifestado las bondades de asumir una postura de Estado multicultural y la ejecución de políticas de acción positiva, para los grupos étnicos / raciales que se encuen- tran en una situación de desventaja. 26. kymlicka Op.cit p. 13. 27. Acerca de las adhesiones liberales a esta postura, véase Glazer, (1975), pág. 220; (1978), pág. 98; (1983), pág. 124; Gordon, (1975), pág. 105; Porter, (1975), pág. 295; Van den Berghe, (1981b), pág. 347; Ajzenstat, (1984), págs. 251-252; Rorty, (1991), pág. 209; Kukathas, (1991), pág. 22; Edwards, (1985); Brotz, (1980), pág. 44. Kymlicka (1995) 28. Rivas, (2002) 19 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial En el Estado multicultural, la “acción positiva” se define como una medida temporal que se orienta hacia el logro de una socie- dad igualitaria e integrada, que sea “ciega en materia de color” o pertenencia étnica. Pero que, mientras se llega a este ideal, con dicha medida se remedien años de discriminación, acercándose al tipo de sociedad que existiría sí se hubiera reconocido la plu- ralidad cultural de la nación, y garantizado la participación equitativa e igualitaria de los diferentes sectores sociales, culturales y raciales. Lo cual significa que no se imponga desde el Estado-nación una identidad cultural dominante, desconociendo la existencia de otras formas de expresión étnica y racial. La “acción positiva” es un método de carácter pluralista para lograr integrar a todos los diferentes grupos sociales a la identidad nacional de carácter pluralista29. Los derechos específicos de grupo son necesarios. Por tanto, se debe conceder a los diferentes grupos étnicos o nacionales subor- dinados una identidad política o un estatus constitucional30, que posibilitará la integración de su cultura, de su belleza física y de sus valores sociales a la identidad nacional. Lo expuesto permite entender que el multiculturalismo o la multi- culturalidad, la plurietnicidad y la etnoculturalidad, son términos a través de los cuales podemos describir, entender y explicar con- ceptualmente el hecho de que las sociedades están conformadas por grupos raciales, étnicos, lingüísticos y culturalmente diversos, e incluso con origen o nacionalidades distintas, aunque residan en un mismo territorio, y sean gobernados por un mismo Estado. El reconocimiento de esta realidad es lo que ha permitido que al- gunos Estados – nacionales de América Latina, y en otras regiones del mundo, se reconozcan como Estados multiculturales y pluriétni- cos: México, Brasil, Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador, Venezuela, Chile y Guatemala aprobaron y adoptaron nuevos textos constitucionales, en los que se reconocen el carácter pluriétnico y multicultural de la nación, y los derechos de los grupos indígenas y negros. En consecuencia, se asumen como grupos que, además de ser parte de la población, han contribuidoal crecimiento y desarrollo de la misma, son parte de la cultura, de la sociedad y de la belleza física de la identidad nacional, y como tales deben ser valorados.31 29. Kymlicka, (1995); Hurtado y Urrea, (2004); Hurtado, (2001); Hurtado y Urrea, (2004). 30. Para diversos ejemplos, véase Barsh y Henderson, (1980), págs. 241-248; (1982), págs. 69-70; Clinton, (1990); Gordon, (1975, 1978 y 1981); Glazer, (1975), pág. 220; Van Dyke, (1982), págs. 28-30; Svensson, (1979), págs. 430- 433; Adam, (1979); Deganaar, (1987); Knopff, (1982), págs. 29-39; Laforest, (1991); Ajzen- stat, (1988), cap. 8; F Morton, (1985), págs. 73-83; Schwartz, (1986), cap. 1; Brotz, (1980), págs. 44-45; Asch, (1984), págs. 75-88. 31. Las Constituciones Políticas de Panamá (1983), Guate- mala (1985), Nicaragua (1986), Colombia (1991), Paraguay (1992), México (1992), Perú (1993), Argentina, (1994), Bolivia (1994), Costa Rica (1997), Brasil (1998), Ecuador (1998) y Venezuela (2000) fuer- on reformadas con el ánimo de reconoce el carácter pluriét- nico y multicultural de sus na- ciones, como forma de incluir a las poblaciones negras e indí- genas como parte constitutiva de dicha identidad nacional y como manera de procurar el ejercicio de la ciudadanía con carácter incluyente, partici- pativo y diferenciado. Por su parte, Chile modificó su Ley Indígena en 1993, para mejorar las condiciones de acceso a la tierra, entre otros aspectos, a los grupos amerindios (Assies, 2000; Cott, 2000). Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial GRUPOS ÉTNICOS EN COLOMBIA: ¿CUÁLES SON Y DÓNDE ESTÁN? La Constitución de 1991 declara que Colombia es un país pluri- étnico y pluricultural, reconociendo la existencia de grupos étnicos: amerindios, conocidos actualmente como “Pueblos indígenas”; y poblaciones negras, denominadas “Comunidades negras”32. Como “Pueblos indígenas” se identifican a aquellas personas o pueblos pertenecientes a una comunidad caracterizada por poseer rasgos culturales de origen prehispánico, que desarrollan una economía de producción agrícola campesina, en áreas rurales conocidas como resguardos; donde además mantienen y conservan sus propias tradiciones y costumbres, poseen una conciencia e identidad de grupo étnico, que las distingue de otros grupos étnicos / raciales, por conservar prácticas culturales propias, entre las que se destacan la música, las danzas, los ritos religiosos, las vestimentas y ornamentos particulares, y la comida33. Las “Comunidades negras” fueron definidas como el conjunto de familias de ascendencia afrocolombiana que poseen una cultura propia, que comparten una historia y tienen sus propias tradi- ciones y costumbres dentro de la relación campo-poblado, que conservan una conciencia e identidad de grupo étnico / racial la cual las distingue de otros grupos étnicos, y tienen prácticas cultu- rales propias de los pueblos descendientes de africanos, entre las que se destacan la música, las danzas, las creencias religiosas y la comida (Ley 70 de 1993). Ninguna de las definiciones de comunidad negra o indígena se basa en las manifestaciones fìsicas externas. No se debe pensar que el color de la piel o los rasgos físicos de las personas34 son indicios suficientes para identificarlas como miembros de una comunidad negra o indígena, sin tomar en consideración su origen, su historia familiar, su cultura y su autoidentificación . En otras palabras, una persona puede ser físicamente negra, pero no identificarse o pertenecer a la cultura afrocolombiana. Y una persona puede tener rasgos faciales semejantes a los de los indígenas, e incluso vestirse con un traje indígena, sin pertenecer a una comunidad indígena. Hay que recalcar que cuando se habla de identidades étnicas se hace referencia a la identidad cultural; y cuando se trata de las identidades raciales se hace relación a la apariencia ex- terna y los rasgos físicos. También hay que enfatizar que el sustantivo “indígenas” se refiere a muchas poblaciones que son diversas culturalmente. A comienzos 32. Restrepo, (1998: 345-351). 33. DANE, (2006). 34. Es decir, el “fenotipo”. 21 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial de la década del noventa eran reconocidos en el país 84 pueblos indígenas, diseminados a lo largo del territorio nacional, que habla- ban 64 lenguas y una gran diversidad de dialectos, agrupados en trece familias lingüísticas35. Actualmente con el multiculturalismo y las política de afirmación, en Colombia se han identificado 87 grupos indígenas, 3 grupos diferenciados como población afrocolombiana y el pueblo ROM o gitano36 También, se reconocen 67 lenguas oficiales para los gru- pos étnicos, entre las cuales se encuentran 64 lenguas amerindias, el bandé como lengua de los raizales del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; el palenquero, como lengua criolla de las comunidades negras de San Basilio de Palenque; y el Ro- maní o Romanés como la lengua del pueblo gitano (op. cit.). Entre las comunidades indígenas residentes en el territorio nacional se encuentran los Nasa/Paeces, los Wayúus, lo Sikuanis, los Embera (agrupados en varias comunidades: Katío, Dobidá, Chamí y Eperara Siapidaara), los Tules, los Guambianos, los Tikunas, los Kankuamo, los Arhuaco, los Wiwa, los Perijá, los Yukpa, los Wounnan, los Zenú, los Inga, los Coconuco, los Kofán y los Quichua, etc., concentrados en regiones como la Sierra Nevada de Santa Marta, en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Chocó, Caldas, Risa- ralda, Valle del Cauca, Cauca, Caquetá, Putumayo y en el Amazo- nas (ver mapa 1). Por su parte, la población negra o afrocolombiana, no está consti- tuida por una amplia diversidad de grupos étnicos, como los pue- blos indígenas, pero tampoco se puede considerar un grupo homogéneo, porque además de las diferencias de color de piel, unos más claros otros más oscuros, está el hecho de que habitan en diferentes regiones geográficas del país, y viven mayoritariamente en los centros urbanos. Áreas como la región del norte del Cauca y el sur del Valle, el departamento de San Andrés y Providencia, las ciudades de Cali y Cartagena, y particularmente la Costa Pacífica, considerada como la tierra de comunidades negras, son los espacios donde más personas negras o afrocolombianas habitan (ver mapa 2). 22 35. http://www.onic.org. co/publicaciones.htm; DANE, (2000: 9) 36. DANE, (2006) Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Para el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) la población afro se clasifica en 3 grupos: • Los raizales del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina • Los palenqueros de las comunidades de San Basilio de Palenque37. • La población afro ubicada en la Costa Pacífica y en centros urbanos como Cali. 37. Primer pueblo libre de América, declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como obra maestra del patri- monio oral e inmaterial de la humanidad. Mapa 1. Participación de indí- genas, respecto a la población total departamental 23 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Mapa 2. Participación de afrocolombianos respecto a la población total departamental 24 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial COLOMBIA UN PAÍS MULTICULTURAL Y PLURIÉTNICO LOS DERECHOS MULTICULTURALES Y EL TEMA ÉTNICO El reconocimiento de la “Ciudadanía multicultural” hace notar que los grupos minoritarios o subordinados -como los indígenas y los afrocolombianos- tienen derechos como todos los ciudadanos. Sin embargo, esta noción destaca que los derechos de los grupos citados no deben limitarse exclusivamente a la categoría de dere- chos humanos, civiles o de ciudadanía, porque estos no resuel- ven todas las necesidades de las minorías culturales o raciales38, debido al nivel de atraso socioeconómico ypolítico en el que se encuentran, en comparación con las personas pertenecientes al grupo dominante. Por otro lado, los derechos, humanos o de ciudadanía, son inca- paces de resolver cuestiones relativas a las minorías culturales o raciales, como las lenguas en las que deberían dirigirse o escribir en el Senado, en los tribunales o en el desarrollo de trámite burocráticos?, ¿Saber si, se deberían dedicar fondos públicos, para escolarizar en su lengua materna a todos los grupos étnicos? ¿Si se deberían conformar despejes de terri-torios, habitados por grupos étnicos / raciales, para que conformen un espacio territorial donde sean protegidas sus identidades culturales? ¿Si el Estado debería distribuir los cargos en las entidades gubernamentales, de acuerdo con un principio de proporcionalidad nacional o étnica, donde cada grupo étnico/racial tuviera un número de personas que los representara, con base al tamaño poblacional? o ¿Qué grado de lealtad, con el país, puede exigírseles a los inmigrantes y los refugiados, antes de que adquieran la ciudadanía? 38. Kymlicka, Op cit p. 13. 25 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Para resolver estas cuestiones de manera equitativa, se deben complementar los principios de los derechos humanos, con los principios de derechos de ciudadanía para los grupos étnicos / raciales subordinados. Con ello estos grupos recuperan una posición preponderante en las relaciones internacionales y en la agenda de organismos multilaterales, como la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que adoptó en 1991 la Declaración sobre los Derechos de las Minorías Nacionales y, posteriormente estableció un Alto Comisionado para las Minorías Nacionales en 1993. Las Naciones Unidas, por su parte, ha de- batido la Declaración sobre los derechos de las personas pertene- cientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas (1993), y un borrador de una Declaración Universal sobre los Derechos Indígenas (1988). También los Estados multiculturales, con el objetivo de implemen- tar acciones positivas, aplican el supuesto de justicia abarcadora, incluyendo derechos universales para todas las personas, sin im- portar su grupo étnico, y derechos diferenciados que se aplican solamente para los grupos étnicos y sus miembros. Esto significa que se aplican los derechos de ciudadanía en unión con principios de “estatus especiales”, para estimular la integración de las cultu- ras minoritarias o subalternas39 a la cultura nacional. Desde este punto de vista, el Estado proporciona estatutos legales especiales, para los grupos étnicos y racialmente discriminados: indígenas y negros, otorgándoles derechos diferenciados. Los “derechos diferenciados” aludidos en el párrafo anterior se describen como colectivos40, y se definen como: Derechos relacionados con la posibilidad de autogobernarse, es decir la delegación de poderes a las minorías nacionales, para que puedan autogobernarse en su propio territorio, bajo la tutela del Estado. Derechos étnicos o culturales, que implican el apoyo político, financiero, y la protección legal de determinadas prácticas culturales, para que los grupos étnicos o religiosos puedan expresar su propia cultura o creencias. Derechos especiales de representación, que significa pues- tos en los espacios o instituciones públicas del Estado, en las de carácter legislativo y ejecutivo, que garanticen la repre- sentación y la participación de los grupos étnicos/raciales o nacionales, en el seno de las instituciones centrales del Estado, de nivel nacional como el Senado de la República y 1 2 3 39. La importancia de este acto político radica en que se pasa de ser Estados democráticos a la conformación de modelos de Estados “multinacionales” o Estados “poliétnicos” y democráticos a su vez, donde la diversidad cultural surge de la incorporación de culturas que anteriormente poseían autogobierno y estaban concentradas territorialmente a un Estado mayor, como es el caso de los gobiernos multicul- turales, o donde la diversidad cultural surge de la inmigración individual y familiar, como en el caso de los poliétnicos. 40. Kymlicka, Op cit p. 13; Hurtado, (2001) 26 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial 41. Kymlicka Op cit p. 13 el Ministerio del Interior, y del orden departamental y municipal, como la Oficina de asuntos de comunidades negras y gru- pos indígenas. LA CONSTITUCIÓN DE 1991 Y EL TEMA ÉTNICO Y MULTI- CULTURAL: ESPACIOS DE CONSTRUCCIÓN DE PODER Y DE REIVINDICACIÓN DE IDENTIDADES ÉTNICAS ANCESTRALES. El Estado colombiano realizó avances en el tema del multicul- turalismo durante el proceso político de la Constituyente Nacional y la reforma de la Constitución Política, a través de la cual declara a la nación colombiana como pluriétnica y multicultural. Igualmente otorga estatus político y reconoce a los pueblos indígenas y afro- colombianos como grupos étnicos. La Constitución Política del año 1991 reconoce a través de la Ley 89 de 1890 para pueblos indígenas, y la Ley 70 de 1993 para las comunidades negras, derechos especiales de autogobierno, de identidad y de expresión cultural, además de los derechos de representación política ante el gobierno y sus instituciones. Sin embargo, las comunidades negras e indígenas consideran poco efectivos estos derechos y el proceso de reforma política, si estos no se encuentran sustentados y unidos a los derechos de territorialidad, como la cuarta forma en que los estados garantizan, a las minorías nacionales, la justicia social y la equidad en el acceso a mejores condiciones de vida. “Indio sin tierra no es indio” Se ha planteado incluir los derechos de territorialidad y de autogobierno, mediante el “reconocimiento de los derechos étnicos/raciales sobre el territorio”. Es decir, que estos grupos sean propietarios de los asentamientos colectivos, donde están localizados, situación que tiene dos significados que se explican en seguida41. Primero, el territorio es más que una parcela de tierra necesaria para producir y sobrevivir. Es un espacio que cobra importancia y se construye mediante las relaciones sociales y culturales de las personas que en él están asentadas; implica la pertenencia a una comunidad étnica/racial, que es reconocida como legítima por hechos simbólicos, económicos, culturales, políticos, o de índole ancestral (mitos de origen). En segundo lugar, el Estado 27 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial se reivindica ante los grupos subalternos, al otorgarles título de propiedad sobre el territorio que ocupan, a poblaciones étnicas / raciales que tradicionalmente han sido despojadas y desplazadas de sus tierras, tanto por el Gobierno, como por particulares y/o grupos armados. Con el reconocimiento de sus derechos territoriales, los grupos étnicos / raciales renacen en sus territorios, porque ya no se trata de “indios” y “negros” sino de “pueblos indígenas” y “comunidades negras”, con sus propias culturas, asociaciones étnico-territoriales y formas de gobierno local. Para las comunidades negras el derecho sobre los territorios es importante porque, como ha escrito Wouters, dichas comunidades están convencidas de que: …el territorio forma parte de la vivencia social y cultural. No es un concepto catastral o un bien inmueble para intercambio comer- cial. El territorio es un espacio que acoge la vida de las comuni- dades en forma integral, con pueblos, con cultura y organización social propia, que les proporciona los recursos naturales para la reproducción de la vida y la cultura. El territorio hace parte de la cosmovisión de la gente (...). Además, el territorio es un elemento fundamental en la consolidación de la identidad de estas comuni- dades y permite que los lazos familiares se extiendan entre gene- raciones, familias, comunidades y personas42. El mismo autor citado arriba precisa lo siguiente:La territorialidad abarca todos los recursos renovables y no-reno- vables, las aguas, el aire, la fauna, la flora, los minerales, las fuer- zas sobrenaturales que rigen le conjunto de la naturaleza (...), o sea todo lo que el hombre necesita para su vida. Por eso la lucha se fundamenta en la defensa y conservación de ese territorio. Ya que en él se desarrolla nuestra cultura, nuestro ser como pueblo de una manera comunitaria y en una relación armónica con la naturaleza43. 42. Wouters, (2001: 262) 43. Ibíd. p. 30. 28 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Un documento del Consejo Regional Indígena del Cauca, del 2001, registra la afirmación de un representante de los pueblos indígenas: “Indio sin tierra no es indio”. El indio necesita la tierra porque es parte de él. Si el indio no tiene tierra entonces tampoco tiene his- toria, si no tiene historia no tiene memoria, si no tiene memoria no tiene cultura y si no tiene una cultura propia tampoco tiene una identidad. Tener una tierra es tener una identidad de indio44. Para los grupos étnicos el territorio constituye una totalidad, un espa- cio material y simbólico sobre el cual se ejerce dominio, autonomía, soberanía y se construye identidad. Su existencia y la de los su- jetos que habitan en él se hace efectiva en tanto haya formas de apropiación, individual y/o colectiva, del territorio y de las reali- dades construidas dentro de él. Por tanto, la idea de derechos especiales y de territorios ances- trales respondería, en la práctica, a la necesidad de ser inclui- dos como parte de la sociedad dominante, y de hacer efectiva la solución de problemas como la discriminación étnica / racial, la exclusión socioeconómica y espacial, mejorar los niveles de representación y participación política ante las instituciones del Estado, tener cupos educativos en los centros de educación bási- ca y profesional, y títulos de propiedad sobre los espacios territo- riales que se ocupan. Desde la perspectiva del mullticulturalismo y de las políticas afirma- tivas, los derechos de territorialidad cumplen varios objetivos. Para las comunidades negras e indígenas son un aspecto fundamen- tal de su identidad cultural. Para el Estado, las leyes que otorgan derechos territoriales a estas poblaciones, la Ley 89 de 1890 para pueblos indígenas y la Ley 70 de 1993 para comunidades negras, son leyes que además garantizan la protección del medio ambiente y de la biodiversidad animal, vegetal y mineral en los territorios por ellas ocupados. Por eso, algunas personas45 han planteado que la ley 70, más que una legislación que reivindica los derechos de las minorías étnicas/raciales, es una ley para la conformación de áreas naturales protegidas, para la conservación de la flora y la fauna en el Pacífico. Aspecto similar ocurriría con las poblaciones indígenas en esta misma región, y también en el Amazonas y en otras zonas vírgenes del país. Para los Estados y para los organismos multinacionales, el Chocó biogeográfico y el Amazonas son zonas valiosas por la biodiversi- dad de flora y fauna que se encuentran en ellas, por sus funciones 44. CRIC, agosto 18 de 2001 45. Hoffmann,(1998); Wade, (1997); Hurtado, (2001) 29 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial biológicas, hidrológicas y protectoras. Por tanto, la conservación de la biodiversidad debe basarse en el uso sostenible de los recur- sos naturales. Las comunidades negras e indígenas asentadas en estas zonas, ancestralmente han mantenido prácticas tradi- cionales de producción y de convivencia pacífica con el ecosis- tema, aspectos que han permitido su sostenibilidad en el tiempo y en el espacio, lo que hoy se conoce como desarrollo sostenible. A través del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Estado colom- biano ha expresado que está de acuerdo en que, en materia de biodiversidad, los indígenas y comunidades afrocolombianas de la región biogeográfica del Pacífico tienen derechos ancestrales sobre sus tierras, y se deben fortalecer sus prácticas y valores culturales como aporte básico a la conservación y uso sostenible de la biodiversidad. Como compensación por esta labor el Estado les otorga y reconoce a las poblaciones indígenas y negras asen- tadas en estas zonas, el derecho a la propiedad. El Estado, al reconocer los derechos de territorialidad de las comu- nidades indígenas y negras, también les otorga a estas comuni- dades un poder legal para que, por medio de sus líderes comu- nitarios, administren y gestionen adecuadamente el uso de su territorio y los recursos naturales, renovables y no renovables, que se encuentran en él. Es decir, los territorios étnicos / raciales son territorios sociopolíticos de carácter especial, e institucionalmente legitimados, que se encuentran conformados por una comunidad indígena o negra, poseedora de un título de propiedad sobre el territorio que ocupan, denominados territorios indígenas y tierras de comunidades negras. El título de propiedad que les otorga el Estado a estas comunidades es imperecedero, intransferible e inembargable. Es para siempre, para las actuales y futuras generaciones; las tierras son colectivas y no se pueden vender, (ver mapa 3). En cuyo caso el Cabildo Indígena y los Consejos Comunitarios, compuestos por miembros elegidos al interior de la misma comunidad, son las personas en- cargadas de administrar, ejercer control y representar legalmente al grupo, conforme a lo dispuesto por la Ley; y de acuerdo con sus tradiciones culturales (Decreto 2001 de 1988, reglamentario de Articulo 94 de la Ley 89 de 1890; Ley 70, Capítulo II)46. 46. “El Estado colombiano reconoce y protege la diver- sidad étnica y cultural de la Nación Colombiana” (Art. 7). “…Las lenguas y dialectos de los grupos étnicos son también oficiales en sus territorios. La enseñanza que se imparte en las comunidades con tradi- ciones lingüísticas propias, será bilingües” (Art. 10). “Las tierras de resguardo… son inalienables, imprescriptibles e inembargables” (Art. 63) “…tendrá derecho a una for- mación que respete y desarrolle su identidad cultural…” (Art. 68). “Son entidades territoriales los departamentos, los distritos, los municipios y los territorios indígenas” (Art. 286). 30 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Mapa 3. Localización de los resguardos indígenas, territorios colectivos de comunidades negras y kumpanias del pueblo ROM 31 Fragmento de dibujo de Bárbara Muelas, gobernadora del pueblo guambiano en 2005, tomadas del libro de Lorenzo Muelas, con la colaboración de Martha L.Urdaneta, La fuerza de la gente. Juntando recuerdos sobre la terrajería en Guambía Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2005. Reproducido con su autorización. Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial LA POLÍTICA MULTICULTURAL Y LOS ANTECEDENTES GENERALES DE LOS PROCESOS ORGANIZATIVOS Y DE TRANSFORMACIÓN DE POBLACIONES CAMPESINAS NEGRAS E INDÍGENAS COLOMBIANAS EN COMUNIDADES ÉTNICAS. ¿QUÉ SOMOS: CAMPESINOS, CIUDADANOS O GRUPOS ÉTNICOS? Desde los años setenta en Colombia se inició un proceso de or- ganización indígena. De esta experiencia sobresalen el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) y ACIN (la Asociación de Cabildos Indígenas), que congregan a grupos indígenas Páez o Nasa en el sur-occidente andino. En el mismo período, otro grupo en esta región, el Guambiano, también comienza su dinámica or- ganizativa. A lo largo del setenta y ochenta, se configura un mov- imiento indígena a escala nacional, y apararecen organizaciones nacionales (ONIC, AICO), y otras regionales, zonales y locales, que se listan en el ANEXO, al final de este documento. Entre los logros obtenidos por las organizaciones indígenas se en- cuentra el reconocimiento y la titulación de territorios: 710 resguar- dos titulados que ocupan un promedio de 29,8% de la superficie territorial del país, representadas en 34 millonesde hectáreas, casi una tercera parte de la superficie nacional47. Sin embargo, debe advertirse que “las tierras indígenas” están, en más del 90% de los casos, situadas en regiones débilmente habitadas y explotadas -selvas, llanos y desierto-, áreas que en su mayoría no son estratégicas para la explotación comercial. O, en otros casos, son adecuadas para programas conservacionistas de recursos naturales , y del medio ambiente, como parte de las estrategias de protección de la biodiversidad y por las políticas de acción positiva, como en el caso del Amazonas48. 33 47. DANE, (2006: 19) 48. Urrea y Hurtado; (2002) Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Esto ocurre cuando se produce un cuestionamiento a las reformas sociales y políticas de redistribución del ingreso predominantes hasta entonces, y cuando campesinos y obreros perdían visibili- dad pública. En países como Colombia, también fueron incluidas las poblaciones negras como grupo étnico minoritario, convirtién- dose en sujetos de políticas públicas en la perspectiva inglesa de “discriminación positiva”49 del multiculturalismo, convirtiéndose a estas comunidades en sujetos de políticas públicas. Durante los años setenta y ochenta, se inició un proceso de re- indigenización de poblaciones rurales, que hasta ese momento se autopercibían y eran percibidas como campesinos, por las agencias del Estado y por los demás sectores sociales, como se manifestaba en los programas de reforma social, como la Ley de Reforma Agraria50. Sin embargo, este proceso de aparición o rea- parición de grupos étnicos, que se daban por inexistentes, en sec- tores de poblaciones campesinas, que hoy en día reclaman perte- nencia étnica, ha sido determinante en el incremento del tamaño de la población indígena, y de las áreas territoriales en las que viven las poblaciones indígenas rurales en Colombia. Para las poblaciones indígenas que desde finales de los años ochenta estaban organizadas en resguardos, este proceso de reconocimiento étnico / racial ha significado más oportunidades de negociación frente al Estado, en comparación con los campesi- nos mestizos, negros y blancos; y por lo tanto pueden ser sujetos favorecidos por las ofertas de recursos públicos y privados51. Ha operado el criterio de discriminación positiva a favor de las pobla- ciones indígenas, lo cual modificó y reorientó, como se mencionó anteriormente, los proyectos reformistas de los campesinos y de los asalariados rurales. Estos inicialmente perseguían el objetivo de que se les entregaran tierras cultivables, a través de progra- mas de “reforma agraria”; pero reorientaron sus reclamaciones y lograron la titulación de territorios, y la conformación de tierras colectivas de carácter étnico52. La región más destacada, donde se dio una entrega significativa de tierras agrícolas, fue la zona andina del Departamento del Cau- ca; al ser derrotados los intereses latifundistas de la clase blan- ca alta y tradicional, de la ciudad de Popayán. En esta zona los grupos indígenas Páez, Guambiano, Coconuco y Yanacona han logrado que una proporción considerable de las tierras sean en- tregadas a los resguardos. Pero hay que señalar que este proceso pudo darse porque en esta región del país las luchas agrarias in- dígenas tuvieron una larga trayectoria durante el siglo XX; y sobre todo, porque la clase terrateniente local había perdido una relativa 49. Gros (1997:17) 50. Gros, Op. cit p. 36: 46. 51. Ibíd p. 37: 46-51 52. Urrea y Hurtado; (2002) 34 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial superioridad entre las clases dominantes nacionales y ante todo regionales53. En contraste, hay que señalar que no todos los territorios tienen el mismo interés estratégico para el gran capital; caso contrario al de las reivindicaciones logradas por los pueblos indígenas Nasa y Guambiano en el Departamento del Cauca ocurre con otra zona: la solicitud de titulación de territorios de las organizaciones indígenas y negras ha sido frenada en una determinada área de expansión agrícola, industrial y empresarial del mismo departamento, como puede comprobarse con los conflictos que se han producido entre la multinacional papelera Smurfit y grupos de la etnia Nasa, en los cuales el gobierno ha privilegiado los objetivos de la empresa54. Otras áreas territoriales indígenas y de las comunidades negras, implican intereses estratégicos para el desarro-llo económico de la industria petrolera, minera, palmicultora, de cultivo de camarón, ganadera, etc., están ubicadas en el Chocó Biogeográfico o en regiones colombianas como el Catatumbo y Putumayo (estas dos últimas son áreas de explotación petrolera), por tanto las pobla- ciones residentes allí son sometidas a toda clase de presiones y restricciones, si es que no son forzadas al despojo mediante la violencia guerrillera o paramilitar. En cuanto a la población afrocolombiana, según proyecciones del DANE (al 30 de junio del 2003) en relación con el total de la pobla- ción nacional (más de 44 millones de habitantes), conforman el 19,4% de la población rural y el 17,6% de la población urbana. Estos datos significan que las dinámicas organizativas y de reivin- dicación étnico territoriales presenten diferencias importantes, en comparación con los grupos indígenas. Los datos muestran que se trata de una población que tiene mayor número de individuos que la indígena (la cual es aproximadamente el 3.4% de la población del país) y que presenta perfiles urbanos, y por lo mismo patrones de modernización diferentes. En el caso de los amerindios, un poco más del 90 por ciento residen en áreas rurales y el 85% en resguardos; aunque en la actualidad hay presencia indígena en las principales ciudades del país, e incluso se han constituido resguardos urbanos55. No obstante, a pesar de la condición predominantemente urbana de las poblaciones negras, existen regiones geográficas con alta concentración de población negra rural, como por ejemplo la región Pacífica, donde habita el 12,7%56 de toda la población negra-mulata 53. Los cambios se han refle- jado en el campo político del Departamento del Cauca: un intelectual Guambiano, Floro Tunubalá, fue elegido goberna- dor en año 2000, por votación popular. 54. La extensa explotación forestal con cultivos de pino y eucalipto de propiedad de la multinacional papelera Smurfit Cartón de Colombia, en la zona andina caucana de la Cordillera Occidental, a su vez en la vertiente occiden- tal, comprende una amplia extensión de la cuenca del Bajo Calima, y en los últimos 40 años ha sido una región de colonización de la etnia Páez. En esta área se ha presentado un agudo conflicto entre el res- guardo Páez local y la multina- cional, en el que esta última ha obtenido todo el apoyo gubernamental (Broderick, 1998); o sea, se observa claramente que en este caso las presiones étnicas han sido derrotadas debido al predo- minio de los factores de poder. Hoy es una zona de intenso conflicto armado entre guerrilla y paramilitares, aunque la presencia guerrillera ha ocurrido desde finales de los ochenta. 55. DNP-Misión Social (2001:176-177). Hacia marzo del 2000 existían 571 resguar- dos en el país (DNP-Misión Social, op.cit.). Sin embargo, Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial colombiana. También residen campesinos negros en áreas del in- terior como en el Norte del Cauca, y otros en algunos municipios del Caribe. En cuanto a los derechos territoriales, el 29.8 por ciento de la su- perficie terrestre del país, es decir más de 27 millones de hectá- reas57, han sido tituladas a los indígenas, aunque esta población no supera el 4 por ciento de la población colombiana. Por su parte las comunidades negras han obtenido en promedio el 4.13 por ciento del territorio nacional, representado en 4’717.269 hectáreas, para el 2004, de acuerdo con el INCORA58. Superficie sustancial- mente inferior a la asignadahasta el momento a las poblaciones indígenas, a pesar de que la población negra rural es tres veces más grande. Lo señalado en el párrafo anterior podría explicarse por el hecho de que algunos campesinos negros residen en territorios de im- portancia para la expansión e implementación de planes de de- sarrollo, para los grandes capitales económicos y del Estado, los cuales se verían afectados si estas áreas, como la zona del norte del Cauca y el suroccidente del Valle, fueran incluidas dentro de las tierras que pueden ser tituladas por la Ley 70. Así mismo, el proceso organizativo “étnico” de la población afro- colombiana ha tenido diferencias importantes si se compara con el movimiento indígena. Durante la década del setenta aparecie- ron los primeros movimientos urbanos, compuestos por intelec- tuales negros, con ideologías similares al del movimiento negro norteamericano a favor de los derechos civiles. El eje central era el tema del racismo y la situación de discriminación de la población negra colombiana. Esta orientación se mantuvo durante los años ochenta, y también aparecieron otros movimientos urbanos y organizaciones. Pero la propuesta de reforma constitucional, la Asamblea Nacional Constituyente y la Constitución Política de 1991, ocasionaron un giro significativo en el proceso organizativo y en el movimiento social de la población negra, que resultó en el aumento de las demandas por el territorio y por derechos de afirmación positiva o étnicos, en las regiones rurales de mayor concentración de población negra (Chocó Biogeográfico), peticiones similares a las demandas indígenas59. Esto se explica en cierto modo, porque la población afrocolombiana que lideró los procesos de movilización, ante la reglamentación de la nueva constitución, lo hizo junto con un sector de campesinos negros, asociados con el movimiento indígena del Chocó. no puede desconocerse la presencia indígena en las ciudades colombianas (Urrea, 1994), la cual ha venido cobrando una mayor visibilidad mediante la conformación de cabildos indígenas en varias ciudades (Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, entre otras). Es famoso el de Cota (Cundi- namarca), que reivindica una ancestralidad muisca, en su mayor parte compuesto por profesionales y pequeños propietarios rurales acomo- dados. La mayor visibilidad indígena es también en la representación política ante el Congreso Nacional y las organizaciones con sus fun- cionarios de tiempo completo, que realizan lobby ante el Gobierno central o entidades públicas nacionales y departamentales, residiendo en Bogotá y otras ciudades. También se ha incrementado a lo largo de los años noventa los estudiantes indígenas en las universidades colombianas, amparados por las nuevas disposiciones de discrimi- nación positiva que introdujo la Constitución de 1991 para los grupos étnicos. 56. Según proyecciones del DANE para el 2003 57. Gros, (2005) 58. Incora-Ministerio del Medio Ambiente (2004). 59. Urrea y Hurtado; (2002) Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial 60. La categoría de afroameri- cano es empleada de manera indiscriminada por Kymlicka para referirse, en este caso, a las poblaciones negras del continente. En ese sentido al hablar de los afro- estadouni- denses, afro-latinos apela a las diferencias nacionales, para designar a estos grupos de acuerdo con su lugar de origen. Por estos factores, el reconocimiento de la gente negra colombiana, concretado en la Ley 70 de 1993 o Ley de Negritudes, tuvo un nacimiento “étnico”, casi como una copia del modelo indígena, en la medida en que esta ley establece la existencia de “comuni- dades negras”, y de territorios ancestrales en el Litoral Pacífico, en los ríos San Juan y Atrato (departamento del Chocó), y sobre los terrenos en los cuales se reconoce la presencia de población ne- gra rural. En consecuencia, se reconoció el derecho de propiedad colectiva, y se les denominó “Tierras de Comunidades Negras”, para efectos legales. En estos territorios étnicos, los “Consejos Comunitarios” se constituyen en los organismos encargados, por ley, de la administración interna de las tierras tituladas. A partir de este momento, la población negra consigue tener visibilidad social y política, en particular la asentada en la región Pacífica. El reconocimiento como grupo étnico “afro”60 cubre a toda la población negra y, a nivel nacional, es adoptado por diferentes organiza- ciones políticas, sociales y culturales. Hoy en día términos como “afrocolombiano”, “afrodescendiente”, “raizal”, “palenquero” y “ne- gro”, etc., forman parte de las expresiones generalizadas, entre algunos sectores de campesinos negros y en zonas urbanas. Por supuesto, se trata de identidades asumidas por la intelectualidad negra de clase media urbana, y, en los casos de las zonas rurales, se trata de grupos campesinos interesados en la construcción de “comunidades negras”, a partir de la Ley 70. 37 Fragmento de dibujo de Bárbara Muelas, gobernadora del pueblo guambiano en 2005, tomadas del libro de Lorenzo Muelas, con la colaboración de Martha L.Urdaneta, La fuerza de la gente. Juntando recuerdos sobre la terrajería en Guambía Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2005. Reproducido con su autorización. Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial EL MAPA ESTADÍSTICO DE LOS GRUPOS ÉTNICOS EN CO- LOMBIA POR DEPARTAMENTOS LOS GRUPOS ÉTNICOS Y LA VISIBILIDAD O INVISIBILIDAD ESTADÍSTICA Desde el período de la conquista y la colonización la presencia de pobladores de distintos grupos étnicos/raciales era evidente. Pero los registros estadísticos que contabilizaban el número de ciudadanos, a lo largo y ancho del territorio nacional, solo apare- cieron hasta el año 1770, cuando se realizó en lo que actualmente es Colombia, Venezuela y Ecuador, el primer censo de población y vivienda. Posteriormente, a lo largo del siglo XIX, se realizaron varios censos para identificar a la población indígena y negra, dada la necesidad de información económica sobre la mano de obra, para la manufactura en los cabildos, en las haciendas, en las minas y en la “casa grande”, detallando el número de indígenas, de africanos esclavos y africanos cimarrones o emancipados61. Luego de los procesos de abolición de la esclavitud, y con el inicio del siglo XX, los Censos de Población realizados en 1912 y en 1918 identificaron el tamaño de la población afrocolombiana e indígena, utilizando el criterio racial, recurriendo a la percepción del encues- tador, quien era el que identificaba a las personas como afro o in- dígena, de acuerdo a sus rasgos físicos y culturales externos. Sin embargo, la pregunta étnica/racial para registrar la población afro fue abandonada desde este período hasta el año 1985, recono- ciendo como grupo étnico únicamente a la población indígena. Fue sólo hasta el año de 1993, luego de la Reforma Constitucional, y de la Ley 70, que los censos (de 1993 y 2005) y las encuestas a nivel nacional retomaron la pregunta étnica/ racial, para la población indígena, la negra y la gitana. Pero, el censo de 1993 no arrojó los 61. DANE; (2006) 39 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial datos imaginados; por ejemplo, sólo el 1,52 por ciento de la población se estimaría como afro, mientras que estudios posteriores (entre ellos la Encuesta Nacional de Hogares, etapa 10, del DANE) deter- minaron que, la población afrocolombiana estaría entre el 18 y el 22 por ciento del total de la población nacional62, es decir que en promedio una quinta parte de los colombianos son de origen afro. Estas cifras fueron más cercanas a la realidad, según la opinión de los líderes del movimiento afrocolombiano, y de personas que no estaban de acuerdo con los datos del censo de 1993. Los resultados del censo del 2005 fueron más realistas, en com- paración con el censo de 1993. El DANE, considera que sólo el10.5 por ciento de los colombianos son afro, representando una diferencia porcentual entre el 7.5 por ciento y el 11.5 por ciento, con respecto a los datos arrojados por la etapa 10 de la Encuesta Nacional de Hogares. Por su parte el tamaño de la población indígena se incrementó en un cien por ciento, pasando de ser el 1.5% de acuerdo a las proyecciones del DANE para el 2003, al 3.4% de acuerdo a los registros del censo de 2005, lo que representa un avance impor- tante para este grupo étnico/racial, en opinión de sus líderes, organizaciones y representantes (ver cuadro 1 y gráfica 1). 62. Barbary y Urrea; (2004) Tabla 1. Población de Colombia según la pertenencia étnica. Fuente: DANE, 2005 Grafica 1. Composición porcentual de la población colombiana según pertenencia étnica. Fuente: DANE, 2005 40 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial Algunos líderes afro estaban en desacuerdo con el DANE por la metodología aplicada en la pregunta de autoidentificación étnica / racial, donde más del 86 por ciento de la población colombiana, respondió que no pertenece a ningún grupo étnico / racial. Los líderes consideran que los resultados esconden e invisibilizan, numéricamente, el tamaño real de la población afro; lo que ellos definen como “genocidio estadístico”, es decir, fallas en la conta- bilización de la población, registrándose un número menor de per- sonas. Particularmente, porque otros trabajos realizados (mencio- nados anteriormente) mostraban que, los afro en Colombia eran dos veces el número estimado por el DANE, para el 2005. A pesar de las diferencias en los datos sobre el tamaño de la población afrocolombiana, como se observa en los cuadros 2 y 3, una cons- tante en estos estudios es que, en todos los departamentos del país hay presencia de población afro, aunque los departamentos con mayor concentración de gente negra son, en orden de impor- tancia: el Valle, Antioquia, Bolívar y Chocó, seguidos de Nariño, Cauca, Atlántico y Córdoba. En el caso de la población indígena, ésta se ubica principalmente en los departamentos de La Guajira, Cauca, Córdoba y Sucre, y en menor proporción en los departa- mentos de Tolima, Cesar y Chocó. Tabla 2. Distribución porcen- tual de los grupos étnicos por departamentos, respecto del total nacional. Fuente: DANE. Censo general del 2005. 41 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial 42 Tabla 3. Población censada por departamentos según pertenencia étnica, 2005 * Los porcentajes están calculados sobre la población que dio respuesta a la pregunta de autoreconocimiento. ** El total incluye la población sin respuesta a la pregunta de autoreconocimiento. Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial 63. Brasil y Colombia ostentan el primero y segundo lugar en población de origen afro en la región de América Latina. 64. Wade, (1997), CEPAL (2001b), Barbary & Urrea (2004). ETNICIDAD, HISTORIA, POBREZA Y VIDA COTIDIANA: EL CONTEXTO SOCIAL COLOMBIANO Y LA PRESENCIA INDÍGENA Y NEGRA En países como Colombia y Brasil63, donde poblaciones amerin- dias, africanas y europeas entraron en contacto desde el siglo XVI, se produjo un fuerte proceso de mestizaje interétnico e interra- cial, a tal nivel que los límites entre una y otra categoría no son claramente perceptibles. Es decir, existe ambigüedad en el con- texto social para entender las diversas características que definen la pertenencia a un determinado grupo étnico o racial. Esta am- bigüedad no permite precisar conceptual y analíticamente cada una de las categorías y describir con claridad quién es y quién no es una persona “negra”, “indígena” o “blanca”. También conlleva limitantes al estimar el tamaño poblacional de cada grupo. Esta situación se presenta por la compleja conexión entre los modelos de discriminación y de inclusión de los negros y de los indígenas a la identidad nacional que, por un lado, incorpora los atributos físi- cos y los símbolos culturales más valorados de cada grupo, para la construcción de la sociedad mestiza ideal. Como por ejemplo las habilidades deportivas y para el baile de la población negra. Y los mitos, o las habilidades para la orfebrería y las artesanías de los indígenas. Por el otro, excluye de este proyecto los rasgos étni- cos / raciales menos valorados, como el color de la piel, el aspecto físico, la diferentes lenguas y sus tradiciones. En este proyecto de construcción de la identidad nacional, los negros e indígenas pueden ser involucrados como miembros, para la formación de una sociedad “mestiza” y “democrática”, pero a la vez tanto los negros como los indígenas, por ser vistos como grupos cultural y racialmente inferiores, son excluidos64. La confusión entre las categorías étnicas y las raciales, en Colom- bia puede analizarse con más elementos de juicio si se observan los vínculos entre el territorio, la clase social y el orden racial, representados en una estructura piramidal, en cuya cima está ubi- cada la población blanca y, en la base los negros y los indígenas. El pico de la pirámide, dominado por los blancos, está asociado con el poder, la riqueza, la civilización, la creación y la dirección del destino de la nación, mientras que la base piramidal es vista como primitiva, dependiente, ignorante, rústica, inferior y pobre. De modo que negros e indígenas son estereotipados como agentes que se oponen al desarrollo o lo retrasan por “perezosos” y “poco progresistas”. Modelo de “integración nacional” del siglo XIX, que perdura hasta hoy y propicia el prejuicio racial y el racismo. 43 Radios comunitarias Plan de formación Municipios al dial A pesar de esto, las jerarquías de clase y raza no son estrictamente semejantes, porque existen blancos que son pobres y negros e indígenas que pertenecen a clases sociales de medios y altos in- gresos. Y, aunque la raza no puede reducirse a la clase social, el hecho de que el poder y la riqueza estén concentrados en manos de un grupo social dominante, propicia que las diferencias étnicas / raciales se conviertan en una forma de otorgar o limitar el acceso a recursos políticos y económicos, ayudando o desfavoreciendo la posibilidad de que determinado grupo étnico/racial pueda contar con mejores condiciones de vida65. En cuanto al territorio y su relación con la clase social y el orden racial, se puede decir que la dimensión espacial o territorial es un aspecto que influye en el orden social y étnico / racial de la población colombiana. Esto es particularmente evidente cuando se conforman regiones y localidades territorialmente separadas: ghettos urbanos o espacios residenciales habitados predomi- nantemente por determinados grupos étnicos / raciales, como el Distrito de Aguablanca en Cali, poblado mayoritariamente por per- sonas negras. En Colombia existe una división geográfica, que se interpreta como una división territorial “natural”. Esta naturalización se ha conver- tido en un instrumento de legalización de la diferenciación social, económica y política, a manera de una geografía étnica / racial, que ordena la ubicación espacial de los diferentes grupos66. Es decir la pertenencia étnica / racial ha sido regionalizada, al punto de que en ciertos contextos como la costa Pacífica, el concepto de raza, etnia y región se confunden entre ellos, es decir que se percibe una asociación entre ser una persona negra y ser de esta región, como si todas las personas negras en Colombia fueran de la Costa Pacífica o vivieran en ella. De tal modo que en este país, se puede pensar que existen regiones pobladas solo por negros, otras solo por indígenas y otras solo por blancos/mestizos67. El hecho de que asociemos “territorio”, “clase” y “raza” puede explicarse así: el proceso de colonización territorial, expansión económica, urbanización y formación de la sociedad colombiana tuvo como consecuencia la fundación de regiones que se carac- terizaron por poseer grados distintos de
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