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349ANUARIO 2012 - OPYPA La cadena forestal maderera y su impacto en términos de desarrollo territorial: las economías de Tacuarembó y Rivera Ec. Pedro Barrenechea(*) Ec. Adrián Rodríguez Miranda(*) Ec. Carlos Troncoso (*) __________________________________________________________________ El dinamismo económico de la cadena forestal maderera de los últimos años la ha instalado en el perfil de especialización productiva de los departamentos de Tacuarembó y Rivera. Ello no se traduce en una mejora de la calidad de vida de su población, que mantiene posicionamientos relativos desfavorables históricos en cuanto a desarrollo. Un mayor impacto en términos de desarrollo territorial requiere aprovechar mejor el potencial que presenta la cadena, para lograr una mayor inserción de las empresas locales prestadoras de servicios y una mayor inserción laboral de la población local; de forma de evitar el alto riesgo de que a mediano plazo éstas se transformen en oportunidades perdidas . 1. UNA NECESARIA PRECISIÓN SOBRE LOS CONCEPTOS DE DESARROLLO TERRITORIAL Y CADENA PRODUCTIVA Se asume aquí una visión multidimensional del desarrollo, que valora un enfoque integral contemplando la vida en sus varias facetas, requiriendo de lo multi actoral y revalorizando el territorio. Desde este enfoque, el desarrollo apunta a mejorar la vida de la persona (desarrollo humano), de todas las personas (desarrollo social e inclusivo) y de las que viven y las que vendrán (desarrollo sostenible), siendo “humano, social, inclusivo y sostenible” tal como lo define De Franco (2004). Se resalta el hecho que el proceso debe aportar como fin último a elevar la calidad de vida de los ciudadanos y contribuir al desarrollo de la región y del país. En este sentido, es de destacar el concepto ampliamente difundido de desarrollo, asociado al “aumento de las posibilidades de realización de las personas”, al “disfrute de la libertad para la vida, felicidad”; tal como lo plantea Amartya Sen (Desarrollo y libertad, 2000): “el desarrollo puede concebirse como un proceso de expansión de las libertades reales de las que disfrutan los individuos”. * Buena parte del contenido de este documento surge de la compilación y reflexión en torno a los estudios y diagnósticos territoriales que los autores han realizado en la última década, destacándose los vinculados a: el Programa de Desarrollo Local ART Uruguay del PNUD, las Agencias de Desarrollo de Tacuarembó y de Rivera, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, la DINAPYME del MIEM y el Instituto de Economía de la FCEA-UDELAR. 350 ANUARIO 2012 - OPYPA Retomando la visión multidimensional, es útil referenciar al concepto de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (Informe Brundtland, 1987), definido como la mejora de la calidad de vida de las personas (desarrollo humano al poner a éstas en el centro). Éste plantea que para lograr un desarrollo sostenible se requiere del cumplimiento simultáneo de las dimensiones social, económica y ambiental. De hecho, no todo desarrollo económico implica sostenibilidad, pues puede tornarse “inviable” para las generaciones futuras desde el punto de vista ambiental o “inequitativo” desde lo social; y de la misma forma se requiere cierto equilibrio entre el desarrollo social y ambiental de forma de tornar “soportable” el proceso. Sin embargo, la definición anterior de Naciones Unidas no explicita una cuarta dimensión presente y relevante en los procesos de desarrollo: la referida a la gobernanza e institucionalidad de los mismos. Ello motiva a incorporarla, dado que el desarrollo no ocurre en un espacio abstracto sino que depende de la interacción y la forma de organización de los actores sociales y económicos que constituyen el territorio en cuestión. Así, una concepción integral más amplia del término de desarrollo refiere a un proceso que involucra dimensiones del territorio tales como: i) la social, que incluye aspectos como el desarrollo social y la identidad cultural del territorio; ii) la económica, abarcando los diferentes componentes productivos, tecnológicos y de competitividad territorial; iii) la ambiental, tanto en cuanto a sostenibilidad ambiental como espacial; y iv) la política e institucional, englobando aspectos de gobernabilidad democrática y gobernanza del proceso de desarrollo. Por otra parte, el concepto de cadena aquí considerado está relacionado con los de cadena productiva, cluster y sistema productivo local; en varios sentidos convergentes y en muchos otros con especificidades y diferencias relevantes; y que al mismo tiempo comparte objetivos con el concepto de desarrollo local. La diferencia básica entre un cluster o una cadena productiva a “secas” y un sistema productivo local o cadena de valor territorial es que, además del concepto de sistema de valor que se basa en la cooperación y la coordinación como clave para generar eficiencia económica y competitividad, en el segundo caso se trata también (y cómo aspecto central) de un proyecto social y político de desarrollo para el territorio (Alburquerque, 2006). El análisis de cadena involucrando a la totalidad de los procesos y agentes participantes en una producción tiene su origen en la década de los 60’ en la Harvard Business School. El concepto de agribusiness alude al funcionamiento de un sistema integrado verticalmente e interdependiente. En América Latina, y en particular en Uruguay, son referencias en esta línea los trabajos de Vigorito y del IECON (destacándose el Proceso económico del Uruguay), que rompen con el análisis por sectores de actividad y jerarquizan la configuración de complejos agroindustriales considerando integradamente la producción de materias primas, su industrialización posterior y la comercialización de los productos finales. Así, el 351ANUARIO 2012 - OPYPA concepto de cadena permite analizar tanto la interacción “hacia atrás” como “hacia delante” de las diferentes etapas. Específicamente, Vigorito planteaba: Un complejo es un conjunto económico compuesto por la sucesión de etapas productivas vinculadas a la transformación de una o más materias primas cuya producción se basa en el control del potencial biológico del espacio físico. Esta conceptualización incluye a los agentes económicos, unidades productivas y empresas de variada índole que participan en esas actividades y establecen entre sí relaciones de distinta naturaleza. Por lo tanto es posible delimitar el conjunto de relaciones económicas y sociales que se articulan entre los diversos procesos de producción, distribución y consumo; permitiendo, además, conocer las relaciones de poder resultantes de la interacción entre los distintos agentes que la componen. Se trata de una visión de procesos, y no de empresas o sectores aislados. El éxito de la cadena depende de todas sus partes y comienza a definirse a partir del primer eslabón. La clave está en pensar a las actividades involucradas desde una perspectiva sistémica, lo que resulta en que todos los eslabones son importantes, en alguna medida, para definir la competitividad de la cadena. De acuerdo a como lo plantea Rodríguez Miranda (2006) “la competitividad del producto que está al final de la cadena va a depender de la eficiencia en todas las actividades que se entrelazan a lo largo de la misma y en todas sus fases”. Es necesario notar el concepto de cadena productiva no tiene necesariamente una connotación territorial fuerte. Es decir, los eslabones o fases de la cadena y todas las actividades conexas y auxiliares que se desarrollan pueden estar fuertemente aglomeradas en un espacio territorial concreto, por ejemplo, una localidad, un departamento o una micro-región,pero también pueden estar más o menos dispersos conformando una cadena productiva nacional, regional, internacional o incluso totalmente globalizada. Un marco metodológico disponible para analizar casos en Uruguay es el enfoque de cadenas de valor territoriales para promover el empleo local (Rodríguez Miranda y Troncoso, 2010), que implica una combinación del enfoque de cadenas de valor con el de desarrollo local, tanto en la dimensión de la interpretación y diagnóstico, como en lo referido a las acciones. Troncoso (2008) señala, la “herramienta de las cadenas de valor territorial presenta una gran utilidad desde varios frentes. Por un lado, para construir la visión del territorio acerca de sus recursos propios y priorizando los de mayor potencial (…) Por otro lado, para facilitar la identificación de las oportunidades para el desarrollo de emprendimientos locales y con ello de incremento del empleo. Finalmente, y muy ligado a las anteriores, para visualizar las principales restricciones al desarrollo económico territorial, y así identificar las acciones necesarias para su potenciación”. 352 ANUARIO 2012 - OPYPA Una cadena de valor constituye un ámbito de generación y apropiación de excedentes y acumulación de capital. A su vez, es un sistema donde la competitividad del todo depende de cada una de las partes. En efecto, supone que los factores y actores del territorio (trabajadores, profesionales y técnicos, empresarios, instituciones y organizaciones locales) constituyen componentes muy relevantes del sistema de valor, al punto que, en su conjunto, contribuyen en forma decisiva a la explicación de la competitividad de dicha cadena. En la medida que esto es así, entonces, estos factores y actores locales participan en buena parte de la apropiación del excedente que se produce a lo largo de la cadena, lo que también supone cierta capacidad de incidencia y de decisión sobre el proceso productivo que corresponde al ámbito local. Esto es lo que puede permitir lograr dar sustentabilidad en el tiempo al proceso de desarrollo local. 2. EL CONTEXTO GENERAL: LOS DEPARTAMENTOS DE TACUAREMBÓ Y RIVERA EN TÉRMINOS DE DESARROLLO Las economías de los departamentos de Rivera y Tacuarembó presentan un perfil económico productivo similar, destacado años atrás1 de la siguiente forma: Son departamentos con cierta diversificación económica, una significativa actividad primaria, algunas industrias de gran tamaño ligadas a la fase primaria y una red de servicios importante. La actividad económica ha mejorado en los últimos años y se prevé que continué la senda de crecimiento, al influjo de los sectores primario y secundario, debidos tanto a factores específicos (entre los cuales se destaca la forestación y la madera) como generales. El extraordinario crecimiento de la forestación en Tacuarembó (presenta) similares características con Rivera (…) con la existencia de una importante masa forestal, (…) heterogeneidad en cuanto a las empresas forestales, aunque mayoritariamente medianas y grandes; y presencia de capitales extranjeros con planes de inversión para procesar su propia producción. Para contextualizar estos dos departamentos a nivel país, es útil analizar los indicadores que consideran varias dimensiones del desarrollo. Allí se observan posicionamientos desfavorables, salvo algunas excepciones. Pese a que los cambios más recientes ocurridos a raíz del desarrollo forestal maderero en la región no son captados por estos indicadores, es plausible pensar que ello no modifique significativamente la situación relativa de éstos, que conjugan diversas variables socioeconómicas e institucionales. 1 Barrenechea y Troncoso (2005); Barrenechea, Rodríguez y Troncoso (2008) y Barrenechea y Troncoso (2012). 353ANUARIO 2012 - OPYPA Cuadro 1. Ranking departamental según indicadores de desarrollo Indicador Dimensiones del indicador Tacuarembó Rivera Índice de Competitividad Regional (ICR, 2007) Total del indicador 15 19 Dimensión Actividad económica 18 15 Dimensión Infraestructura 14 13 Dimensión Capital humano 10 18 Dimensión Institucional 7 17 Índice Regional de Oportunidad de Inversiones (IROI, 2007) Total del indicador 8 14 Dimensión Rentabilidad 4 6 Dimensión Clima de negocios 13 19 Dimensión Institucional 3 11 Indicador de desarrollo territorial endógeno (DETE, 91-02) Total del indicador 16 15 Dimensión Aglomeraciones urbanas 19 15 Dimensión Capital humano 15 16 Dimensión Capital social 19 16 Dimensión Organizac. de producción 10 16 Índice de Desarrollo Humano (IDH, 2005) Total del indicador 13 19 Dimensión Educación 6 15 Dimensión Salud 17 19 Dimensión Acceso a recursos 11 17 Nota: la posición 1ª del ranking departamental refiere a la más favorable mientras que la 19ª a la más desfavorable. Fuente: elaboración propia en base a Barrenechea y Troncoso (2008a y 2008b), PNUD (2008) y Rodríguez Miranda (2006). Es justo señalar que la situación relativa de Tacuarembó y Rivera no es específica a ellos, sino que se encuadra en una regularidad de los departamentos del norte del país fronterizos con Brasil. De hecho, el estudio prospectivo de la economía uruguaya al 2030 (OPP, 2009), que identificó trayectorias de sectores de actividad económica tanto a nivel país como territoriales, reflejó posibles disparidades y desequilibrios entre regiones para el mediano y largo plazo, destacando que “la estructura regional de generación de riqueza (PIB) es bastante rígida (…) el sur del Río Negro se distancia del norte (…) el impacto territorial de los sectores innovadores asociados a TICs y high-tech es territorialmente concentrador, mientras que lo que desconcentra el crecimiento económico es el modelo agroexportador (…) sectores que pueden presentar rupturas importantes se localizan en área metropolitana, sur y este del país”. De allí se desprende que no hay resultados favorables para la región noreste respecto a un mejoramiento de su posición relativa en términos de desarrollo en el contexto nacional. Es decir que, de no mediar algún tipo de acción diferencial o procesos nuevos en cuanto a la generación de capacidades endógenas en la 354 ANUARIO 2012 - OPYPA región, aun en un escenario de crecimiento económico positivo para el conjunto del país, la región seguirá contando con avances más limitados y perdiendo posiciones relativas. La combinación de las evoluciones sectoriales con las estructuras productivas de los territorios conduce a que los crecimientos regionales diverjan, y en especial, la región norte crezca menos (3,4% anual) que el promedio país (5,3%), evidenciando un rezago relativo, lo que la hace perder participación en la generación de riqueza a nivel país (pasando de 7% a 5% del PIB uruguayo). A su vez, en OPP (2009) se destacaba lo siguiente para la región norte al 2030: El crecimiento que se puede esperar vendría por un mayor desarrollo, en gran parte consolidación de procesos en curso, de las fases primarias y secundarias de las agroindustrias de la madera y carne, el cultivo de granos (soja y similares, ya que el cultivo y fase industrial de arroz no se prevé que aumente demasiado). En madera no se prevé el desarrollo de industria del mueble. El crecimiento de la logística está asociado a ese desarrollo agroindustrial. Pero seguramente esto suponga un techo importante para la región más allá del 2030, ya que (…) a nivel primario los incrementos de productividad y expansión de nuevas producciones, así como las inversiones previstas en fases industriales, en 20 años habrán agotado las posibilidades de crecimiento posible. A su vez, ese crecimiento a 2030 no alcanza para,en un contexto favorable para el país, evitar perder posiciones respecto a las regiones del sur. Sentar las bases para la diversificación productiva y la introducción en la región de actividades más intensivas en conocimiento y de mayor valor agregado (…) es fundamental en una visión de largo plazo. Por otra parte, otro dato de interés refiere a que existen diferencias históricas entre ambos departamentos entre la generación de riqueza en el territorio y los ingresos que se apropia su población.2 En el caso de Rivera, se induce que parte de los ingresos de los hogares riverenses provienen de actividades económicas desarrolladas fuera del departamento (tanto en Uruguay como en Brasil, dependiendo esto último de la situación cambiaria). Mientras que en Tacuarembó ocurre lo contrario: la riqueza generada en el departamento no logra ser captada totalmente por sus hogares a través de sus ingresos (situación común de los departamentos de especialización agraria). Este es un elemento crítico en la discusión a nivel departamental sobre “crecer primero para repartir luego”, dado que “juegan” otros actores y complejidades en el “reparto de la torta”. Además, en el último lustro se ha observado que el crecimiento económico de estos departamentos no ha solucionado problemáticas como la pobreza, 2 La última información disponible en el país con desagregación departamental respecto a la generación de riqueza es del año 2006 (VAB departamental de OPP) mientras que la del ingreso tiene periodicidad anual y actualizada (Encuestas Continuas de Hogares del INE). 355ANUARIO 2012 - OPYPA desarrollo humano, salud y educación, variables en las cuales exhibe una situación desfavorable en el contexto nacional. Esto también ha sido alertado en varios estudios3, en donde además se planteaba que: El dinamismo de las grandes actividades económicas, con su alto nivel tecnológico, viene y parecería continuar de forma distanciada de la oferta local de mano de obra especializada y profesional, poniendo sobre la mesa el desafío de aprovechar tales demandas y crear lazos más fuertes entre lo educativo y lo laboral. Es muy significativo que el anterior estado de situación se observe prácticamente igual cuatro años después (2007 y 2011), en donde las principales actividades económicas siguen siendo dinámicas y tecnificadas (elemento por demás positivo), pero éstas continúan actuando distanciadamente del capital humano especializado local, y en donde han sido pocos los avances en vincular sus demandas con la oferta educativa y el desarrollo de servicios locales (es positivo que exista el potencial pero negativa su falta de aprovechamiento). 3. APROXIMACIONES A LA IMPORTANCIA DE LA CADENA FORESTAL MADERERA EN LAS ECONOMÍAS DE TACUAREMBÓ Y RIVERA Estudios recientes (IECON, 2012a y 2012b) contienen indicadores para 2010 que permiten extraer una alta especialización relativa de estos departamentos en la cadena forestal maderera, estando ello en línea con el perfil económico departamental antes señalado: Tacuarembó tiene dentro de sus seis principales actividades económicas a las dos fases de la cadena en cuestión. La fase industrial maderera sólida lo ubica como el 2º departamento con esta especialización relativa (detrás de Paysandú), con una participación en el empleo del sector de la madera algo mayor al doble de lo que sucede a nivel nacional. Mientras que en la fase forestal aparece como el 8º con mayor peso de la forestación en el total de empleo departamental; menor ponderación relacionada a la existencia de otras actividades empleadoras (diversificación económica) a diferencia de otros departamentos más concentrados en pocas actividades económicas y en donde el empleo forestal aglutina buena parte del empleo del departamento (tales los casos de Durazno, Florida, Lavalleja y Treinta y Tres). Rivera, por su parte, muestra algo similar: ambas fases de la cadena están dentro de las seis principales actividades del departamento. La forestal lo ubica como el 3er departamento con mayor empleo relativo; mientras que la fase industrial lo sitúa como el 5º departamento con especialización relativa en cuanto a empleo. 3 Barrenechea y Troncoso (2005); Barrenechea, Rodríguez y Troncoso (2008) y Barrenechea y Troncoso (2012). 356 ANUARIO 2012 - OPYPA Dicho estudio también calcula coeficientes de especialización/concentración sectorial de las economías departamentales: índices de Herfindahl con empleo y empresas (indicador clásico de concentración o diversificación). Allí, Tacuarembó y Rivera aparecen como economías con similar diversificación al promedio país: entre 8 y 9 sectores de actividad económica relevantes cuando se utiliza empleo, estando en ambos departamentos la forestación y la industria maderera sólida. Cuando se analiza el índice a partir de las empresas medianas y grandes (más de 20 empleos), Rivera denota una alta importancia relativa de la cadena forestal maderera, dado que sus dos fases están entre las cuatro principales actividades económicas del departamento según dicho indicador. Otra forma de apreciar la importancia relativa de la cadena forestal maderera en las economías departamentales es a través del instrumento denominado en Barrenechea, Rodríguez y Troncoso (2008) Matriz de priorización sectorial. Allí se conjugan una serie de dimensiones con las que se evalúa comparativamente el potencial de contribución de las actividades económicas del departamento. Las dimensiones consideradas son las siguientes: i) generación de riqueza, como resultado necesario pero no suficiente de un proceso de desarrollo, ii) generación de empleo, indispensable para dicho proceso, iii) percepción social de la importancia sectorial, que actúa como factor de estímulo o atractivo para acciones locales, iv) efecto derrame, como estímulo de nuevas actividades locales que permitan captar la riqueza generada por el sector, v) pobreza, como factor decisivo para el desarrollo social del territorio, vi) equidad, como condición relevante para fomentar un proceso de mejora de distribución de ingresos, vii) competitividad, en cuanto a capacidad para crecer y/o mantenerse en el futuro, viii) sostenibilidad, con una visión adicional a la económica, abarcando lo social y ambiental. La herramienta permite ponderar las diferentes dimensiones como forma de evaluar de forma alineada a los objetivos buscados. Cuando se identificaron los sectores prioritarios a partir de una ponderación por igual, la cadena forestal maderera en Rivera aparecía como prioritaria; siendo su fase industrial la de mayor prioridad, mientras que la forestal se ubicaba en 4º lugar.4 Esto se basaba en una “alta” contribución de ambas fases de la cadena en materia de generación de riqueza, percepción de importancia, efecto derrame, competitividad y sostenibilidad; no habiendo otros sectores en el departamento de Rivera con una valoración “alta” en todas estas dimensiones. No obstante, es importante señalar que en las dimensiones pobreza y equidad, la contribución de la cadena forestal maderera era “media” en su fase industrial y “neutra” en la forestal; mientras que en términos de generación de empleo, ambas fases exhibieron una contribución “media”; existiendo en estos casos otros sectores en el departamento a los cuales se les identificó una mayor contribución. Un ejemplo práctico de ello refiere a que4 Las actividades de comercio, hotelería y turismo, y la de otros servicios incluyendo los públicos, ocuparon el 2º y 3er lugar del ranking de priorización. La actividad forestal compartió el 4º lugar con los sectores de minería y transporte. 357ANUARIO 2012 - OPYPA si los objetivos se focalizaran en mejorar situaciones de pobreza y equidad, la cadena forestal maderera pierde posicionamiento en el ranking de priorización sectorial, debido a su reducida contribución en comparación con otros sectores. 4. EL ESTADO DE DESARROLLO ACTUAL DE LA CADENA FORESTAL MADERERA EN TACUAREMBÓ Y RIVERA Actualmente, los departamentos de Tacuarembó y Rivera tienen una superficie plantada de aproximadamente 280 mil ha, lo que representa cerca de un tercio del total forestado en el país. Son de los departamentos con mayor área forestada del país y crecimiento de la forestación desde que se expandió este proceso en la década de los 90. Además, la región conformada por ambos departamentos tiene dos características que los diferencian del resto: i) el destino de la producción, principalmente madera sólida aserrada mientras que las demás regiones están orientadas a la celulosa; ii) la especie principal, con proporciones aproximadas de 66% pino y 33% eucaliptos, cuando esta última predomina en las demás regiones. La fase industrial maderera tiene ubicados en Tacuarembó y Rivera a cinco de los principales aserraderos del país, que elaboran y exportan tableros y contrachapados, en donde además están las plantaciones de árboles para aserrío. § WEYERHAEUSER, con su planta industrial en las proximidades de la ciudad de Tacuarembó. Produce paneles compensados (contrachapados) con destino exportador. Utiliza madera de sus propias plantaciones en Tacuarembó y Rivera y posee una planta generadora de energía eléctrica a partir de sus residuos de madera. § URUPANEL ubica su planta industrial también en las cercanías de la ciudad de Tacuarembó. Elabora tableros de madera orientados a la exportación hacia la industria de muebles y construcción. Utiliza como materia prima el pino y en menor medida Eucalyptus grandis. § La planta industrial de FYMNSA está situada en Paso Ataques, cercano a Tranqueras. Se dedica principalmente al aserrado de pinos. Se abastece de materias primas de sus propias plantaciones, y posee una central generadora de energía eléctrica a partir de residuos de madera. § URUFOR, con su planta en las cercanías de la ciudad de Rivera. Utiliza materia prima de las plantaciones de COFUSA, firma también del Grupo Otegui, con fuerte integración vertical en la cadena, incluso con una planta generadora de energía eléctrica con sus residuos de madera. Produce madera aserrada a partir de Eucaliptus grandis principalmente (tablas secas y componentes semielaborados para construcción y muebles); con aproximadamente 90% destinado a la exportación. § TINGELSUR, ubicada en la Zona Franca de Rivera. Es el mayor productor de pallets para exportación, destinados a cajonería de fruta 358 ANUARIO 2012 - OPYPA con gran diversificación de medidas. Adquiere la materia prima con tres empresas, siendo en su totalidad pino de Rivera y Tacuarembó. A estas empresas grandes se agregan aserraderos medianos y pequeños y una veintena de carpinterías, dedicadas a atender el consumo interno, la mayoría de tradición familiar y con cierto nivel de calidad en su producción, utilizando tanto eucaliptus como pino y maderas importadas. Respecto al potencial de las actividades en la cadena forestal maderera diversos estudios vinculados al tema señalaban lo siguiente: El desarrollo del complejo forestal maderero en la región norte del país es sin lugar a dudas el gran dinamizador de la zona y por sobre el cual giran muchas oportunidades, que al mismo tiempo se pueden transformar en oportunidades perdidas. Los tiempos de adecuación entre las economías locales y las demandas de actividades dinámicas, como en este caso la cadena forestal maderera, no necesariamente son los mismos y es justamente allí que se encuentra el gran desafío. (Troncoso, Barrenechea y González, 2008) …hay un conjunto de actividades y servicios de la cadena que no son abastecidos localmente (…) esto puede verse desde dos posiciones: (i) la inexistencia o incapacidad de abastecer localmente en condiciones de cantidad y calidad adecuadas a las demandas y requerimientos de las empresas, en particular de las grandes... (ii) por las estrategias de producción empresarial (…) insertas en una estrategia nacional que trasciende lo local, ya sea por sus encadenamientos o relacionamiento con empresas de otros departamentos, principalmente Montevideo. (Ibíd) Las grandes empresas de este sector se caracterizan por una débil articulación con el territorio y por carecer de vínculos asociativos. (…) es necesario asignar un tratamiento central al efecto demostración (…) fomento de experiencias exitosas que permitan convencer a los actores de que el cambio es posible (…) modelos de alianzas público-privadas. La colaboración entre estos dos grupos de actores no sólo es inevitable, sino que resulta al mismo tiempo indispensable para (…) la percepción de beneficios comunes, forjar vínculos de confianza y cooperación. (ETEA, 2009) En relación a los recursos humanos necesarios para el desarrollo de esta cadena de valor, se destaca: El nivel de calificación requerido para trabajar en la industria maderera ha traído algunos problemas, debido a la falta de mano de obra calificada (foguistas, electricistas, mecánicos, electrónica, etc.), tanto en Tacuarembó como en otros departamentos. Ello ha provocado que las empresas hayan llevado adelante programas de capacitación e incluso hayan enviado personal a capacitarse en el exterior (…) Los problemas relacionados a la calificación técnica de los obreros requerida por la industria maderera condujeron a buscar trabajadores en otros departamentos. (Barrenechea y Troncoso, 2005) 359ANUARIO 2012 - OPYPA Un elemento que se desprende claramente (…) es el hecho de que existe actualmente un faltante de gente capacitada técnicamente para cubrir la demanda existente de mano de obra (…) Los nuevos empleos generados (o a generarse) no se acompasan con la oferta de empleo técnico y calificado que se requiere para ambas fases del sector. Dicho faltante puede explicarse por dos motivos, no excluyentes entre sí, que son, por un lado, el exceso de demanda generado a raíz del significativo crecimiento de estas actividades, y por otro, la inadecuación de la oferta educativa a las necesidades requeridas por el mercado de trabajo. (Troncoso, Barrenechea y González, 2008) …el análisis de la cadena da cuenta de un gran potencial de actuación para (…) definición de alianzas estratégicas entre empresas privadas, instituciones educativas y la población y trabajadores, generando una sinergia técnico educativa que redundará en mayor empleo, productividad y aprovechamiento del capital humano. (…) El hecho que desde las grandes empresas exista tal necesidad y al mismo tiempo haya disposición a ofrecer sus instalaciones y conocimientos para formar a los estudiantes es algo no menor que no debería ser desaprovechado. Por otra parte, desde el punto de vista educativo, además de la salida laboral de los estudiantes y de la conexión de la educación con el sistema productivo, resulta trascendente el aprovechamiento de las importantes inversiones de las grandes empresas en tecnología de punta, lo cual acortaría las distancias entre los recursos que dispone el sistema educativo y el conocimiento de avanzada. (Ibíd) Alta capacidad de empleo poco cualificado, dificultades para la cobertura de puestos de trabajos de mayor especialización, debido al desajuste existente entre la oferta formativa y la demanda del mercado laboral. (ETEA, 2009) El siguiente diagrama refleja el análisis del funcionamiento de la cadena forestal maderera y su estado de situaciónen el departamento de Rivera al año 2011. 360 ANUARIO 2012 - OPYPA Nota: Los vínculos entre los diversos componentes y actividades de la cadena se resumen de la siguiente manera: Buenos vínculos e interrelaciones; funcionamiento con algunas interrogantes; Problemas de interrelacionamiento o encadenamientos rotos; Escasos vínculos que dan lugar a oportunidades de intervención. Fuente: Barrenechea y Troncoso (2012). 5. ASPECTOS PENDIENTES Y REFLEXIONES FINALES SOBRE EL POTENCIAL DE DESARROLLO DE LA CADENA La cadena forestal maderera ha tenido una evolución significativa en los últimos años y seguramente siga siendo una de las actividades más dinámicas de la región, y en la que los departamentos de Tacuarembó y Rivera apoyan buena parte de su especialización productiva. Sin embargo, el crecimiento económico de la actividad en ambas fases de la cadena no ha tenido un correlato en cuanto a su potencial en términos de desarrollo territorial. Un mayor impacto en términos de desarrollo territorial requiere aprovechar de mejor forma los vínculos de la cadena con la población y con las empresas locales en sus distintos eslabones. Cabe señalar que si estas oportunidades no son impulsadas y efectivizadas, corren el riesgo de transformarse en oportunidades perdidas. Algo en esta línea ocurrió en el pasado reciente, dado que los tiempos de adecuación entre las economías locales y las demandas de actividades dinámicas no necesariamente Local Nacional Forestación Plantación Poda Raleo Corte final 2ª Transformación 3ª Transformación1ª Transformación Aserraderos Industria maderera Carpintería y muebles Láminas y chapas Chips, astillas y residuos Madera aserrada Leña Industria celulosa Energía Casas prefabricadas Muebles Artesanías Otros productos Tableros reconstituidos Cajones, pallets y otros Carpintería rural Pulpa Desperdicios Tableros compensados Insumos agrícolas Semillas Control de calidad Mantenimiento y reparación Viveros Combustibles Estudios de suelos y agua Asistencia técnica i. Mantenimiento y reparación de maquinaria. ii. Servicios técnicos. iii. Insumos diversos. iv. Actividades conexas. 1 2 3 4 5 Servicios diversos Importación Maquinaria Repuestos Transporte $ Financia- miento Políticas públicas Infraestructu ras Santana Nacional Local Capacitación Trabajadores Educación Formación Redes Acuerdos Cooperación Local Nacional Santana Medio ambiente Circuitos turísticos Papel y cartón Mercado local Exportación Mercado nacionalComercialización y marketing Exportación Mercado local Mercado nacional Local Nacional Forestación Plantación Poda Raleo Corte final 2ª Transformación 3ª Transformación1ª Transformación Aserraderos Industria maderera Carpintería y muebles Láminas y chapas Chips, astillas y residuos Madera aserrada Leña Industria celulosa Energía Casas prefabricadas Muebles Artesanías Otros productos Tableros reconstituidos Cajones , pallets y otros Carpintería rural Pulpa Desperdicios Tableros compensados Insumos agrícolas Semillas Control de calidad Mantenimiento y reparación Viveros Combustibles Estudios de suelos y agua Asistencia técnica i. Mantenimiento y reparación de maquinaria . ii. Servicios técnicos. iii. Insumos diversos. iv. Actividades conexas. 1 2 3 4 5 Servicios diversos Importación Maquinaria Repuestos Transporte $ Financia- miento Políticas públicas Infraestructu ras Santana Nacional Local Capacitación Trabajadores Educación Formación Redes Acuerdos Cooperación Local Nacional Santana Medio ambiente Circuitos turísticos Papel y cartón Mercado local Exportación Mercado nacionalComercialización y marketing Exportación Mercado local Mercado nac ional Nota: Los vínculos entre los diversos componentes y actividades de la cadena se resumen de la siguiente manera: Buenos vínculos e interrelaciones; funcionamiento con algunas interrogantes; Problemas de interrelacionamiento o encadenamientos rotos; Escasos vínculos que dan lugar a oportunidades de intervención. Fuente: Barrenechea y Troncoso (2012). 5. ASPECTOS PENDIENTES Y REFLEXIONES FINALES SOBRE EL POTENCIAL DE DESARROLLO DE LA CADENA La cadena forestal maderera ha tenido una evolución significativa en los últimos años y seguramente siga siendo una de las actividades más dinámicas de la región, y en la que los departamentos de Tacuarembó y Rivera apoyan buena parte de su especialización productiva. Sin embargo, el crecimiento económico de la actividad en ambas fases de la cadena no ha tenido un correlato en cuanto a su potencial en términos de desarrollo territorial. Un mayor impacto en términos de desarrollo territorial requiere aprovechar de mejor forma los vínculos de la cadena con la población y con las empresas locales en sus distintos eslabones. Cabe señalar que si estas oportunidades no son impulsadas y efectivizadas, corren el riesgo de transformarse en oportunidades perdidas. Algo en esta línea ocurrió en el pasado reciente, dado que los tiempos de adecuación entre las economías locales y las demandas de actividades dinámicas no necesariamente 361ANUARIO 2012 - OPYPA coincidieron; siendo un ejemplo de ello la cobertura de puestos calificados y técnicos con mano de obra externa a esta región. Dos flancos de acción se identifican con potencial para aumentar la contribución de la cadena forestal maderera al desarrollo de estos departamentos: i) incrementar la inserción de las empresas locales prestadoras de servicios, y ii) mejorar la inserción laboral de la población local. Resulta de suma importancia poder articular los requerimientos de las grandes lógicas económicas y productivas de la región (tanto las actuales como las futuras) con el tejido productivo local, involucrando a grandes, medianas y pequeñas empresas en clave de desarrollo de cadenas o sistemas de valor territoriales. Ello posibilitaría la captación de parte de los excedentes económicos generados en el territorio por parte de estas actividades, generando además capacidades propias y desarrollos endógenos con potencial para otras cadenas y emprendimientos. Todos los estudios de la última década realizados sobre la región destacan como un problema muy grave la falta de recursos humanos y servicios adecuados a las demandas de los sectores económicos del territorio, que figuran como más relevantes, dinámicos y con perspectivas de crecimiento. De no formar recursos humanos y actividades de servicios alineadas a las grandes actividades económicas de la región se corre el riesgo de que las inversiones que se inserten en el territorio lo hagan con lógicas de enclave, con carácter extractivo y reducidos vínculos con el medio local (salvo en el empleo directo que generen). Así, la contribución al desarrollo territorial de estas actividades será escasa, por lo cual se continuará en similar situación o incluso agravada dado que el territorio observará procesos dinámicos de crecimiento económico acompasados de situaciones problemáticas en variables socioeconómicas y de desarrollo. El gran desafío parece estar entonces en poder aprovechar las oportunidades que se presentan. Modificar estas situaciones implica acelerar el proceso de acercamiento entre las empresas y las instituciones de formación y capacitación, procurando alianzas estratégicas y sinergias con el objetivo de lograr un mayor aprovechamiento del capital humano del territorio. Cabe destacar que no solamente se trata de un relacionamiento inter empresarial, sino que el enfoque de cadenas de valor abarca también a las demás relaciones empresa-entorno-sociedad. Resolver las dificultades existentes para el logro de dicha articulación no es un tema menor. Entre ellas se destacanla falta de capacidad y visión empresarial, la desconfianza entre los actores del territorio y los problemas para lograr acuerdos y compromisos creíbles entre ellos. No obstante, ello está en la base de una estrategia para generar redes de empresas y cadenas de valor territoriales. Pero la selección de la institucionalidad adecuada para llevar adelante un proceso de este tipo no es trivial, y plantea más interrogantes que respuestas. Hay cierto consenso en la percepción que las agencias de desarrollo son las más adecuadas para liderar estos procesos, por constituir un ámbito de participación entre la 362 ANUARIO 2012 - OPYPA sociedad civil y los gobiernos locales. No obstante, el hecho que se trate de figuras institucionales relativamente nuevas en ambos departamentos no debe impedir, como ya ha sido señalado, que sigan perdiéndose las oportunidades que se presentan, pues es momento de la acción. A ello se suma la reciente iniciativa del conglomerado de la madera en la región, que genera un ámbito propicio desde la política nacional para empezar a concretar acciones. Cabe destacar que no se trata solo de obtener soluciones de índole productivo y económico empresarial; sino que en forma compatible con una visión integral de desarrollo y tal como ha quedado demostrado en el pasado reciente, la falta de capacidades endógenas para el desarrollo juega un rol clave en el aprovechamiento de las oportunidades del dinamismo sectorial y debe abordarse. De hecho, la mayoría de los antecedentes antes citados señalan a la región norte con grandes rezagos en términos de capital humano, tanto básico (instrucción mínima) como especializado y técnico. A lo que se suman condiciones relativas desfavorables en cuanto a capital social e institucional local. Por tanto, se torna relevante apoyar la mejora de las capacidades de los territorios así como intensificar las acciones que permitan construir masa crítica en el territorio de capital humano y capital social e institucional. Para ello es necesario combatir las restricciones identificadas en el pasado, procurando reducir la aparente rigidez del sector educativo más formal (UTU, UDELAR) de forma de contemplar mejor las necesidades específicas del territorio, con una visión presente y prospectiva. En este último aspecto, Rodríguez y Cal (2010) plantean relevante pensar la posibilidad de conformar un núcleo de investigación en la región que permita acortar las brechas del pasado y anticiparse en cuanto a visión y oferta educativa. Algunas señales positivas parecerían torcer la situación histórica desventajosa, con iniciativas de formación en la región noreste que se van implementando y consolidando. Es de destacar que esto trasciende a la cadena forestal maderera. El fortalecimiento de las capacidades es un proceso lento, pero que permite imaginarse un futuro en la región con técnicos formados localmente en la cadena forestal maderera, con investigadores y docentes de alta dedicación, que conforman un polo de desarrollo de conocimiento aplicado que allana el camino para la tarea de promover cadenas de valor territorial con fuertes encadenamientos locales, con redes de empresas y con el sistema educativo. Hoy queda mucho por hacer, el fracaso actual que no transforma en más desarrollo social y humano el dinamismo de algunos sectores productivos podría ser parte de un proceso en el que se están gestando las capacidades para que esa situación cambie, incluso radicalmente; pero ello no debe ocultar que los tiempos del proceso siguen desacoplados con las oportunidades que hoy se manifiestan en el territorio pero nada asegura que seguirán esperando mañana, lo cual debe operar como un incentivo a acelerar lo máximo posible el accionar. 363ANUARIO 2012 - OPYPA REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALBURQUERQUE, F. (2006). Clusters, territorio y desarrollo empresarial: diferentes modelos de organización productiva. Cuarto Taller de la Red de Proyectos de Integración Productiva MIF/FOMIN, BID. San José, Costa Rica, BARRENECHEA, P. y TRONCOSO, C. (2005). Tacuarembó: Un análisis de su perfil socioeconómico y especialización productiva. Agencia de Desarrollo de Tacuarembó. BARRENECHEA, P. y TRONCOSO, C. 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