Vista previa del material en texto
Ecología de la dispersión de plantas en los bosques secos del suroccidente Ecuatoriano Tesis Doctoral Andrea Jara Guerrero 2014 Departamento de Biología Vegetal, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos Tesis Doctoral Ecología de la dispersión de plantas en los bosques secos del suroccidente Ecuatoriano Autor: Andrea Katherine Jara Guerrero1 Directores: Dr. Marcelino de la Cruz Rot2, Dr. Marcos Méndez Iglesias3 1Departamento de Ciencias Naturales. Universidad Técnica Particular de Loja. 2Departamento de Biología Vegetal, Universidad Politécnica de Madrid. 3Área de Biodiversidad y Conservación. Departamento de Biología y Geología, ESCET, Universidad Rey Juan Carlos. Madrid, 2014 i Marcelino de la Cruz Rot, Profesor Titular de Universidad del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad Politécnica de Madrid y Marcos Méndez Iglesias, Profesor Titular de Universidad del Departamento de Biología y Geología de la Universidad Rey Juan Carlos CERTIFICAN: Que los trabajos de investigación desarrollados en la memoria de tesis doctoral: “Ecología de la dispersión de plantas en los bosques secos del suroccidente Ecuatoriano”, son aptos para ser presentados por Andrea Katherine Jara Guerrero ante el Tribunal que en su día se consigne, para aspirar al Grado de Doctor por la Universidad Politécnica de Madrid. VºBº Director Tesis VºBº Director de Tesis Dr. Marcelino de la Cruz Rot Dr. Marcos Méndez Iglesias ii A mi familia, mi madre y mi hermana, por su apoyo incondicional en todo momento. iii AGRADECIMIENTOS A mi familia, por su paciencia y respaldo incondicional desde siempre. Principalmente a mi Madre, por toda su ayuda y el tiempo invertido en elaborar trampas de semillas, sembrar mis muestras, regar plantas, etc. A mis profesores, Marcelino y Marcos, no solo por el apoyo científico, sino también por el entusiasmo transmitido durante todo este proceso. Igualmente a Adrián Escudero, por su disponibilidad para colaborar en mi proceso de aprendizaje y por sus aportes que sin duda han contribuido a mejorar este trabajo. Un agradecimiento especial a mi equipo de trabajo en la UTPL, principalmente.a Carlos Iván, que informalmente ha sido mi tutor en Ecuador y un gran respaldo. A Jorge, Dalton, Elizabeth, Ángel, Diego, Pablo y a todos mis compañeros de trabajo que en algún momento sacrificaron parte de su tiempo para auxiliarme con el trabajo de campo y con el análisis de datos. Igualmente a los miembros de las Fuerzas Armadas del destacamento Pintag Nuevo por su importante colaboración logística durante las etapas más duras del trabajo de campo. Finalmente, a la Universidad Técnica Particular de Loja, por el aporte financiero para el desarrollo de esta investigación, pero principalmente por permitir e incentivar mi formación como investigadora. iv ÍNDICE RESUMEN ............................................................................................................................................ 1 ABSTRACT ............................................................................................................................................ 4 INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 7 OBJETIVOS: ........................................................................................................................................ 13 METODOLOGÍA GENERAL Y ÁREA DE ESTUDIO ................................................................................ 16 CAPÍTULO 1 ....................................................................................................................................... 28 Seed Dispersal Spectrum of Woody Species in South Ecuadorian Dry Forests: environmental correlates and the effect of considering species abundance. .......................................................... 28 CAPÍTULO 2 ....................................................................................................................................... 80 Does spatial heterogeneity blur the signature of dispersal syndromes on spatial patterns of woody species? A test for a tropical dry forest ............................................................................................ 80 CAPÍTULO 3 ..................................................................................................................................... 112 Seed rain and seed bank contribution to regeneration of woody species with different dispersal syndrome in an ecuadorian tropical dry forest ............................................................................... 112 CAPÍTULO 4 ..................................................................................................................................... 142 Legitimidad de los cérvidos como dispersores de semillas de especies leñosas en un bosque seco tropical ............................................................................................................................................ 142 CONCLUSIONES GENERALES ......................................................................................................................................................... 165 1 RESUMEN La importancia del proceso de dispersión de semillas en la estructura y dinámica de los ecosistemas es ampliamente reconocida. Sin embargo, para los bosques tropicales estacionalmente secos los estudios relacionados con este proceso son aún escasos y dispersos en comparación con los bosques tropicales lluviosos. En este trabajo se estudió la importancia de los síndromes de dispersión de semillas en la estructuración de comunidades, mediante el análisis de los patrones de dispersión de semillas en el espacio y tiempo para comunidades de leñosas en los bosques secos del suroccidente Ecuatoriano. Esta área forma parte de la región Tumbesina, una de las áreas de endemismo más importantes del mundo, pero también uno de los hotspots más amenazados. El clima se caracteriza por una estación seca que va de mayo a noviembre y una estación lluviosa que se extiende desde diciembre a abril. Para toda esta zona se estima una temperatura promedio anual entre 20° y 26°C y una precipitación promedio anual entre 300 y 700 mm. El trabajo de campo se desarrolló entre febrero de 2009 y septiembre de 2012. El primer paso fue la recopilación de información sobre las especies leñosas nativas de los bosques secos del suroccidente de Ecuador, que permitiera asignar a cada especie a un síndrome de dispersión para determinar el espectro de síndromes de dispersión de semillas. Luego, utilizando la información disponible de 109 parcelas establecidas previamente a lo largo de cuatro cantones de la provincia de Loja que conservan bosques secos en buen estado, se analizó la relación entre el síndrome de dispersión y condiciones ambientales. La relación de los síndromes de dispersión con los patrones espaciales de las especies y con los patrones de la lluvia y banco de semillas se estudió dentro de una parcela permanente de 2 9 ha, en la Reserva Ecológica Arenillas. Dentro de esta parcela se estableció un transecto de aproximadamente 3,4 km, que se recorrió mensualmente para colectar excretas de cérvidos y analizar el rol de este grupo como dispersor de semillas. Una gran variedad de plantas en los bosques secos tropicales del suroccidente de Ecuador requirió la asistencia de animales para la dispersión de semillas. Sin embargo, un análisis del espectro de dispersión considerando no solo la riqueza, sino también la abundancia relativa de especies,permitió determinar que a pesar de la alta variedad de especies zoócoras, la mayor parte de la comunidad correspondía a individuos anemócoros, que no proveen ninguna recompensa para la dispersión por animales. Este patrón puede deberse a la abundancia relativa de hábitats adecuados para especies con diferente síndrome de dispersión. Las condiciones ambientales afectaron la estructura del espectro de dispersión en la comunidad de bosque seco neotropical estudiada. El análisis de la importancia relativa del síndrome de dispersión y de la heterogeneidad espacial en la formación de patrones espaciales de árboles adultos permitió determinar que la heterogeneidad ambiental ejercía un efecto adicional (y en algunos el único) en la formación de patrones agregados de la mayoría de especies estudiadas. Los resultados señalaron diferencias en los patrones espaciales de las especies dependiendo del síndrome de dispersión, pero también una gran variación en los patrones espaciales incluso entre especies del mismo síndrome de dispersión. El análisis simultáneo de los patrones de la lluvia de semillas y banco de semillas de una comunidad de leñosas y su relación con la vegetación establecida indicaron que la lluvia de semillas era temporalmente variable en número de especies y abundancia de semillas, y 3 dependía del síndrome de dispersión. El síndrome de dispersión también influyó en la formación de bancos de semillas, siendo las especies con capacidad de dispersión limitada (autócoras) las de mayor riqueza de especies y abundancia de semillas. Los cérvidos también se consideraron como un elemento clave en el proceso de dispersión de semillas. Al menos ocho especies leñosas fueron dispersadas legítimamente vía endozoócora. La mayoría de las especies dispersadas presentaron diásporas sin adaptaciones obvias para la dispersión, por lo que la ingestión de semillas por cérvidos se constituye en una vía potencial para la dispersión de sus semillas a largas distancias y, con ello, mejora la posibilidad de colonizar nuevos sitios y mantener el flujo genético. Los resultados de este estudio aportan nuevas evidencias para el entendimiento de la importancia de los procesos de dispersión de semillas en la estructura de los bosques secos neotropicales. Uno de los principales hallazgos a partir de estos cuatro capítulos es que los patrones espaciales de las especies, así como las estrategias que utilizan para dispersarse y hacer frente a las condiciones adversas (es decir, lluvia o banco de semillas) llevan consigo un efecto del síndrome de dispersión, y que la intensidad ese efecto depende a la vez de las condiciones ambientales del lugar. 4 ABSTRACT The importance of seed dispersal process in the estructuring and ecosystem dynamic is widely recongnized. However, for seasonally tropical dry forest studies related to this process are still scarce and scattered compared to tropical rain forests. The present research deals with the importance of seed dispersal syndromes as a driver in the community structure, focusing its attention to temporal and spatial patterns of seed dispersal in woody communities of seasonally dry forest at Southwestern Ecuador. This area is part of the Tumbesian region, one of the most important areas of endemism, but also one of the most threatened areas around the world. Climate is characterized by a dry season from May to November, and a rainy season from December to April. For the whole area an average temperature between 20 ° and 26 ° C, and an average annual rainfall between 300 and 700 mm are estimated. Fieldwork was carried out between February 2009 and September 2012. During a first step information about native woody species of dry forests of southwestern Ecuador was gathered, enabling to assign a dispersal syndrome to each species to determine the seed dispersal spectrum. In a second step, available information from 109 established plots along four municipalities in Loja province, which hold the highest and best conserved dry forest remanants, was analyzed to establish the relationship between dispersal syndromes and environmental conditions. The relationships between dispersal syndromes and species spatial patterns; and between dispersal syndromes and seed rain and seed bank patterns, were studied within a permanent plot of 9 ha, in the Arenillas Ecological Reserve. Within this plot one transect of 5 approximately 3.4 km was set to collect monthly deer droppings, which were used to latter analyze the rol of this group as seed dispersers. The results showed that a large variety of plants in tropical dry forest of Southwestern Ecuador require animal assistance to dispers their seeds. However, an analysis of seed dispersal spectrum considering not only species richness, but also the relative abundance of species, allowed to determine that despite the high variety of zoochorous species, most individuals in the community corresponds to anemochoruos species. This shift may be due to the relative abundance of habitats that are suitable for species with different dispersal syndromes. Moreover, quantitative data analysis showed that environmental conditions affect the structure of seed dispersal spectrum in the studied community. The analysis of relative importance of dispersal syndrome, and the environmental heterogeneity on formation of adult trees spatial patterns, indicated that environmental heterogeneity exert an additional (or was the only) effect limiting the distribution of most species in this forest. The findings showed differences in spatial patterns related to dispersal syndrome, but also showed a large variation in spatial patterns even among species sharing the same dispersal syndrome. Simultaneous analysis of seed rain and seed bank patterns of a woody community, and their relationship with established vegetation, suggested that seed rain is temporally variable in species number and seeds abundance, and that variation is related to the dispersal syndrome. Dispersal syndrome also influenced on the formation of seed banks, being species with limited dispersal abilities (autochorous) the ones with highest species richness and seed abundance. 6 Deer were found as a key element in the seed dispersal process. At least to eight woody species were dispersed legitimately by ingestion. Diaspores of most dispersed species had no obvious adaptations to seed dispersal, therefore, seed ingestion by deer represents a potential pathway for long-distance dispersal, and hence, improves the chances to colonizing new sites and to maintain gene flow. Overall, these results provide new evidence for understanding the importance of seed dispersal processes in the structure of Neotropical dry forests. One of the major findings from these four chapters is that spatial patterns of species, and the strategies used to disperse their seeds and to deal with the adverse conditions (i.e. seed rain or seed bank) are related with dispersal syndromes, and the intensity of that relation depends in turn, on environmental conditions. 7 INTRODUCCIÓN El proceso de dispersión de semillas implica el movimiento de semillas lejos de la planta madre, permitiendo a las plantas colonizar nuevos sitios, reducir la presión por competencia y predación, y alcanzar sitios que favorezcan la regeneración (Howe y Smallwood 1982, Wenny 2001, Herrera y Pellmyr 2002). Es así que desde hace algunas décadas la dispersión de semillas ha sido considerada como un proceso clave en la estructuración y dinámica de las comunidades vegetales (Howe y Smallwood 1982, Hubbell 1979, Gentry 1982, Willson et al. 1990, Bullock et al. 1995). La concepción de la dispersión de semillas como la plataforma sobre la cual se desarrollan los procesos subsecuentes de reclutamiento (Schupp y Fuentes 1995, Nathany Muller-Landau 2000) ha dado paso al estudio de este tema desde varios enfoques, como la capacidad de las especies para colonizar nuevos sitios (Howe y Smallwood 1982, Willson et al. 1990, Willson 1993, Schupp et al. 2002, Martínez-Garza et al. 2011), adaptaciones a ciertas condiciones ambientales (Howe y Smallwood 1982, Willson et al. 1990, Bullock et al. 1995) e interacciones planta-animal (Howe 1987, Jordano 2001). Las ventajas que una especie puede obtener de la dispersión de semillas están relacionadas estrechamente con adaptaciones de las diásporas para aprovechar diferentes agentes dispersores. La modificación de tejidos a alas para aprovechar el viento, el desarrollo de estructuras comestibles sobre el fruto o la semilla para atraer animales, o estructuras balísticas para la expulsión mecánica de las semillas, son algunas de las estrategias que usan las plantas para dispersar sus semillas (Van der Pijl 1969, Howe y Smallwood 1982, Cousens et al. 2008). El conjunto de estas características es conocido por los ecólogos 8 como “síndromes de dispersión” (van der Pijl 1969, Gottsberger y Silberbauer-Gottsberger 1983, Howe y Westley 1988, Cousens et al. 2008). Para los bosques tropicales en particular, el conocimiento de los procesos de dispersión de semillas, así como de otros procesos relacionados con el mantenimiento de la diversidad, se ha desarrollado principalmente en torno a los bosques lluviosos, mientras que los bosques secos han recibido poca atención (Bullock et al. 1995, Sánchez-Azofeifa et al. 2005, Miles et al. 2006, Balvanera et al. 2011, Espinosa et al. 2012). Uno de los trabajos más conocidos con respecto a los patrones de diversidad en bosques secos es el de Hubbell (1979), que ha sido fundamental para esclarecer las diferencias en los patrones de distribución espacial de las especies de bosques secos con respecto a los bosques lluviosos. La composición de especies en los bosques secos y la estructura de las comunidades responden a condiciones ambientales distintas de las que dominan en los bosques lluviosos. La marcada estacionalidad en la disponibilidad de agua en los bosques secos es considerado uno de los principales factores limitantes para los procesos de desarrollo y establecimiento de las plantas, y por ende de su distribución dentro del ecosistema (Balvanera et al. 2011). La topografía también está relacionada con la estructura de las comunidades de bosque seco porque controla la disponibilidad de agua y nutrientes (Balvanera et al. 2011, Espinosa et al. 2011, 2012). De esta manera, la variación de estos factores en el espacio genera un mosaico de condiciones ambientales y disponibilidad de recursos (López-Martínez et al. 2013) que favorece el establecimiento de especies con características específicas. Por ejemplo, en el contexto de dispersión de semillas, el espectro de síndromes de dispersión puede cambiar entre comunidades de bosque seco en respuesta a la disponibilidad de agua 9 (López-Martínez et al. 2013); así, semillas dispersadas por el viento (anemocoria) tienden a ser más frecuentes en árboles de los bosques más secos (Bullock et al. 1995). El estudio de la dispersión de semillas como un control importante sobre la diversidad de especies ha tomado fuerza en los últimos años (Levine y Murrell 2003, López-Martínez et al. 2013). Trabajos como los de Hubbell (1979), Condit et al. (2000) y Seidler y Plotkin (2006), plantean que los patrones de distribución no aleatorios están relacionados con la eficiencia en la dispersión de semillas. Así, especies con síndromes de dispersión más eficientes para la dispersión a largas distancias muestran patrones menos agregados que las especies con síndromes menos eficientes. Si bien existen muchos otros factores postdispersión que pueden restringir el reclutamiento de nuevos individuos (Nathan y Muller-Landau 2000, Dalling et al. 2002), los efectos de los patrones de dispersión y postdispersión han mostrado ser variables entre especies, e incluso dentro de una misma especie a lo largo de gradientes ambientales (Nathan y Muller-Landau 2000). Consecuentemente, la importancia de los patrones de dispersión de semillas en la estructura de una comunidad particular no puede ser asumida a priori (Levine y Murell 2003). En ecosistemas marcadamente estacionales, como los bosques secos, otro factor que interviene en el éxito del evento de dispersión, así como en el desarrollo y sobrevivencia del individuo en etapas posteriores, es el momento de dispersión de semillas (Khurana y Singh 2001). Sin embargo, en muchas especies los requerimientos del individuo en la etapa de dispersión difieren de los requerimientos para el desarrollo y establecimiento de la plántula (Schupp y Fuentes 1995). Para sobrellevar estas diferencias una estrategia alternativa luego de la dispersión es la formación de bancos de semillas en el suelo, el cual 10 puede atenuar las consecuencias de la dispersión de semillas en periodos desfavorables para la germinación. Inclusive las desventajas de la alta densidad de semillas dispersadas cerca de la planta madre pueden ser limitadas cuando hay un banco de semillas, debido a que los eventos de germinación se extienden en el tiempo, reduciendo la competencia o predación (Nathan y Muller-Landau 2000). En este sentido, tanto la dispersión a larga distancia como la capacidad de formar bancos de semillas constituyen estrategias alternativas para evitar el riesgo, una excesiva densidad y la competencia (Venable y Brown 1988, Bakker et al. 1996). Al ser estrategias alternativas se espera que la formación de bancos de semillas sea limitada en especies con capacidad de dispersión a larga distancia, a diferencia de especies con dispersión reducida, como las autócoras (Bakker et al. 1996), en las cuales la dispersión en el tiempo puede compensar la pobre dispersión espacial (Willson 1993), mediante la formación de bancos de semillas (Uhl et al. 1981, Putz y Appanah 1987, Alvarez-Buylla y Martínez Ramos 1990, Moles y Drake 1999). Para los bosques tropicales en general se señala que el síndrome de dispersión de mayor importancia es posiblemente la zoocoria, y en particular la endozoocoria (dispersión por ingestión). Las ventajas de la dispersión zoócora están relacionadas principalmente con la capacidad de dispersión a largas distancias y con la dispersión dirigida a microhábitats adecuados para el desarrollo de la plántula (Howe y Smallwood 1982). Incluso en los bosques secos neotropicales, donde la disponibilidad de frutos está restringida en el tiempo, se ha registrado en promedio un 46,2% (27 – 58,7%) de especies con dispersión endozoocora (Jordando 2000). Sin embargo, y a pesar de que la información sobre animales dispersores es limitada, estudios realizados en ecosistemas secos neotropicales mencionan la influencia, tanto a nivel local como regional, que el comportamiento y abundancia de 11 vertebrados dispersores de semillas podría tener sobre la frecuencia de especies que dispersan (Bullock et al. 1995, Griz y Machado 2001, Tabarelli et al. 2003). Los grupos más estudiados desde el punto de vista de agentes dispersores de semillas han sido las aves y los murciélagos (Nassar et al. 2014), mientras que la información disponible acerca del rol de otros grupos animales en este proceso es dispersa. En el caso particular de los cérvidos, los pocos estudios existentes en América se han centrado en Odocoileus virginianus, y se han restringido a ecosistemas de Norteamerica (González-Espinosa y Quintana-Ascencio 1986, Mandujano et al. 1997, Williams et al. 2008). En esos estudios se ha registrado una gran variedad de semillas viables luego del paso por el tracto digestivo de O. virginianus. En los bosques secos neotropicales los cérvidos conforman uno de los grupos de mamíferos grandes y relativamente abundantes (Tirira 2007).Su rango de movimiento, de varias hectáreas por día, implica que los cérvidos podrían jugar un papel importante en el movimiento de semillas a largas distancias, y contribuir así al mantenimiento del flujo genético, regeneración y colonización de nuevos sitios (Willson y Traveset 2000, Traveset et al. 2007). A pesar de ello, han sido pocos los esfuerzos por estudiar su legitimidad como dispersores de semillas en ecosistemas neotropicales (Bodmer 1991). El presente estudio nace como una necesidad por incrementar el conocimiento de los procesos que controlan el funcionamiento de los bosques secos de la región tumbensina y aportar con información que permita la aplicación de medidas de manejo y conservación adecuadas. 12 La importancia de incrementar el conocimiento de los procesos de dispersión de semillas y su relación con el funcionamiento de los bosques secos neotropicales se debe a que estos ecosistemas se puede plantear desde varios puntos de vista. Primero, por los elevados niveles de endemismo que sostiene (Gentry 1995, Sánchez-Azofeifa et al. 2014), principalmente en plantas leñosas (Portillo-Quintero y Sánchez-Azofeifa 2010) y aves (Best y Kessler 1995), aunque para otros grupos se cuenta con poca información. Segundo, los bosques secos tropicales ocupan el 42% de los bosques tropicales (Murphy y Lugo 1995, Miles et al. 2006, Espinosa et al. 2012) y han sido históricamente más utilizados por el ser humano que los bosques lluviosos (Bullock et al.1995). Tercero, a pesar de que en los últimos años se ha incrementado el esfuerzo por estudiar los ecosistemas de bosque seco, el área conservada sigue siendo poco perceptible, mientras que los problemas de fragmentación y cambio de uso del suelo se intensifican (Best y Kessler 1995, Bullock et al. 1995, Linares-Palomino et al. 2010, Espinosa et al. 2012). 13 OBJETIVOS: Objetivo general: La presente tesis tiene como objetivo general analizar la importancia de los síndromes de dispersión de semillas en la estructuración de comunidades leñosas de bosques secos tropicales. Objetivos específicos: 1) Estudiar el espectro de dispersión de semillas y la relación del síndrome de dispersión con la forma de crecimiento de la planta, abundancia de la especie y condiciones ambientales. A nivel de comunidad pueden presentarse diferentes síndromes de dispersión influenciados por los atributos del ecosistema, circunstancias ambientales, estructura y composición florística. El capítulo 1 “Seed dispersal spectrum of tree and shrub species in Ecuadorian dry forests”, se centra en el análisis de la distribución de los síndromes de dispersión en comunidades locales de vegetación leñosa para determinar si síndromes de dispersión particulares están asociados con las formas de crecimiento de las plantas, abundancia de las especies y condiciones ambientales. Además, se analiza la fenología de la fructificación de cada síndrome de dispersión. 2) Examinar la importancia relativa del síndrome de dispersión y de la heterogeneidad espacial sobre la realización del patrón espacial de árboles adultos en un bosque seco tropical ecuatoriano. 14 El capítulo 2, “Does spatial heterogeneity blur the signature of dispersal syndromes on spatial patterns of woody species? A test for a tropical dry forest”, contribuye al entendimiento de los procesos funcionales y la coexistencia a través del análisis del rol de la dispersión de semillas en la distribución espacial de especies a escalas pequeñas. Específicamente se plantea conocer si la señal espacial esperada para especies con un síndrome de dispersión particular es modificada por la heterogeneidad espacial y de qué manera. Si bien estudios previos sugieren que los síndromes de dispersión dan lugar a patrones específicos de distribución espacial (Hubbell 1979, Seidler y Plotkin 2006), en este trabajo se propone que aquellos patrones podrían ser modificados por procesos subsecuentes ligados a la heterogeneidad espacial. 3) Analizar en qué medida la lluvia de semillas y el banco de semillas están determinando la composición de la vegetación leñosa. En el capítulo 3, “Seed rain and seed bank contribution to regeneration of woody species with different dispersal syndrome in an Ecuadorian tropical dry forest”, se analiza si los patrones temporales en la dispersión de semillas y/o el síndrome de dispersión controlan la relación entre la vegetación establecida y los compartimentos de semillas (la lluvia de semillas o el banco de semillas) en un bosque seco del sur de Ecuador. Lo que se espera es que en especies autocoras la composición de la vegetación establecida muestre una mayor similitud con el banco de semillas, mientras que para especies zoocoras y anemocoras se espera una mayor similitud entre la vegetación establecida y la lluvia de semillas. 15 4) Analizar el rol que los cérvidos tienen en la regeneración de especies leñosas de un bosque seco del suroccidente Ecuatoriano. Este objetivo se desarrolló en el capítulo 4, titulado “Legitimidad de los cérvidos como dispersores de semillas de especies leñosas en un bosque seco tropical”. El interés en este estudio se debe a que los resultados obtenidos en los capítulos anteriores indican que algunas especies con características típicas de plantas autocoras presentan patrones espaciales diferentes a los esperados para este síndrome de dispersión. Estudios previos sugieren que los ungulados pueden consumir frutos secos fibrosos, como algunos de los registrados en especies autocoras del área de estudio. 16 METODOLOGÍA GENERAL Y ÁREA DE ESTUDIO Área de estudio El presente trabajo se llevó a cabo en los bosques estacionalmente secos del suroccidente de Ecuador, ubicados en la región Pacífico Ecuatorial (Espinosa et al. 2012). Estos bosques forman parte de la región biogeográfica Tumbesina, que abarca territorios del suroeste de Ecuador y noroeste de Perú, en un rango altitudinal que va desde el nivel del mar hasta los 2000 m s.n.m., aproximadamente (Best y Kessler 1995, Espinosa et al. 2011). La región Tumbesina abarca una gran variedad de climas, como resultado de la posición geográfica y la topografía variada (Best y Kessler 1995). La precipitación es el factor climático más variable, y por ende, el más importante para la definición de la vegetación a lo largo de la región (Best y Kessler 1995). Esta región es reconocida como un centro de endemismo para diferentes taxones (Best y Kessler 1995), así como por ser uno de los hotspots más amenazados del mundo (Dinerstein et al. 1995, Espinosa et al. 2012). Particularmente, los ecosistemas de bosque seco del suroccidente de Ecuador ocupan territorios de tierras bajas, estribaciones occidentales bajas de la cordillera de los Andes y los valles secos interandinos (Aguirre y Kvist 2005, Espinosa et al. 2012). El clima se caracteriza por una estación seca que va de mayo a noviembre y una estación lluviosa que se extiende desde diciembre a abril (Aguirre & Kvist 2005). Para toda esta zona se estima una temperatura promedio anual entre 20° y 26°C y una precipitación promedio anual entre 300 y 700 mm (Aguirre y Kvist 2005). 17 Esta área comprende algunos de los remanentes de bosque seco tropical más grandes y mejor conservados de la región Tumbesina, y una de las áreas de endemismo más importantes del mundo (Best y Kessler 1995). Sin embargo, también representa una las áreas más amenazadas del mundo debido a la presión antrópica, que ha reducido al bosque seco a un mosaico de remanentes intercalados con grandes espacios dedicados a la agricultura y ganadería (Best y Kessler 1995). En el capítulo 1 del presente trabajo se abarcó la vegetación leñosa de toda el área de bosques secos de la región suroccidente de Ecuador, que comprende las provincias de Loja y El Oro, entre laslatitudes 3°3’11’’ y 4°37’28’’ S, y entre las longitudes 79°14’37’’ y 80°25’46’’ O. Los capítulos 2, 3 y 4 se desarrollaron dentro de la Reserva Ecológica Arenillas (REA), localizada en la provincia de El Oro (03° 34’ 15,44’’S; 80° 08’ 46,15’’E, altitud 30 m). La REA fue incluida dentro del Patrimonio de Áreas Naturales del Estado (PANE) en el año 2001 y ha estado protegida de actividades de extracción por aproximadamente 60 años (BirdLife International 2014). Metodología general El presente trabajo inició con una recopilación de información sobre las especies leñosas nativas de los bosques secos del suroccidente de Ecuador. Se obtuvo una lista de 203 especies a partir de los inventarios de Aguirre y Kvist (2005) y Aguirre et al. (2006a, 2006b). Las especies fueron clasificadas de acuerdo a la forma de crecimiento en árboles, arbolitos y arbustos siguiendo la clasificación de Harling y Anderson (1977–2007), Jørgensen y León-Yánez (1999) y Pennington et al. (2004). La revisión de especímenes de herbario y la revisión de literatura permitió asignar un síndrome de dispersión a 160 18 especies de esa lista. Los síndromes de dispersión fueron asignados siguiendo la clasificación de Van der Pijl (1969). Esta información se utilizó en el capítulo 1 para determinar el espectro de síndromes de dispersión de semillas en los bosques secos del suroccidente de Ecuador, y para determinar la relación del síndrome de dispersión con la forma de crecimiento de la planta y con la fenología de la fructificación. Con un subconjunto de especies se determinó el espectro de dispersión en base a la abundancia de cada especie y se analizó la relación entre el síndrome de dispersión y condiciones ambientales. Para esto se trabajó en 109 parcelas previamente establecidas en el sur del área de estudio. Estas parcelas estuvieron establecidas en 48 parches de bosque seco con un diseño estratificado, tratando de cubrir el rango total de condiciones físicas del área (Espinosa et al. 2011). Para cumplir con los objetivos planteados en los capítulos 2, 3 y 4, se estableció una parcela permanente de 9 ha en la Reserva Ecológica Arenillas (REA). Esta parcela se ubicó en una de las zonas mejor conservadas de la REA, que posee una formación vegetal de transición entre bosque tropical seco y matorral seco de tierras bajas. Todas las plantas leñosas con DAP > 5 cm han sido inventariadas y georreferenciadas desde el año 2009. Adicionalmente, en la hectárea central de la parcela se registraron todos los individuos a partir de 1cm de DAP de especies leñosas subarbustivas. El muestreo de la lluvia de semillas y banco de semillas se realizó en las cinco hectáreas centrales de la parcela. En ambos casos el muestreo se realizó de forma sistemática a partir de 265 puntos separados 14 m. Para la lluvia de semillas se utilizaron trampas de 0,64 m 2 , cubriendo un área total de 169,6 m 2 . Para el banco de semillas se tomaron muestras de 0.25 x 0.25 x 0.03 m, cubriendo un área total de 16.56 m 2 . 19 BIBLIOGRAFÍA Aguirre, Z., Kvist, L. 2005. Composición florística y estado de conservación de los bosques secos del sur-occidente del Ecuador. Lyonia 8: 41-67. Aguirre, Z., Kvist L., Sánchez O. 2006a. Bosques secos en Ecuador y su diversidad. Botánica Económica de los Andes Centrales. Aguirre Z., Linares-Palomino R., Kvist L. 2006b. Especies leñosas y formaciones vegetales en los bosques estacionalmente secos de Ecuador y Perú. Arnaldoa 13: 324–350. Álvarez-Buylla, E. R., Martínez-Ramos, M. 1990. Seed bank vs seed rain in the regeneration of a tropical pioneer tree. Oecologia 84: 314-325. Bakker, J. P., Poschlod, P., Strykstra, R. J., Bekker, R., Thompson, K. 1996. Seed banks and seed dispersal: important topics in restoration ecology. Acta Botanica Neerlandica 45: 461-490. Balvanera, P., Quijas, S. Pérez-Jiménez, A. 2011. Distribution patterns of tropical dry forest trees along a mesoscale water availability gradient. Biotropica 43: 414–422. Best, B. J., Kessler, M. 1995. Biodiversity and conservation in Tumbesian Ecuador and Peru. BirdLife International, Cambridge. BirdLife International. 2014. Important Bird Areas factsheet: Reserva Ecológica Arenillas. Downloaded from http://www.birdlife.org on 07/10/2014 Bodmer, R. 1991. Strategies of seed dispersal and seed predation in amazonian ungulates. Biotropica 23: 255-261. 20 Bullock, S. H., Mooney, H. A., Medina, E. 1995. Seasonally Dry Tropical Forests. Cambridge University Press, Nueva York. Condit, R., Ashton, P., Baker, P., Bunyavejchewin, S., Gunatilleke, S., Gunatilleke, N., Hubbell, S., Foster, R., Itoh, A., Lafrankie, J. V., Lee, H. S., Losos, E., Manokaran, N., Sukumar, R., Yamakura, T. 2000. Spatial patterns in the distribution of tropical tree species. Science 288: 1414-1418. Cousens, R., Dytham, C., Law, C. 2008. Dispersal in plants. A population perspective. Oxford University Press, Nueva York. Dalling, J. W., Muller-Landau, H. C., Wright, S. J., Hubbell, S. P. 2002. Role of dispersal in the recruitment limitation of neotropical pioneer species. Journal of Ecology 90: 714–727. Dinerstein, E., Olson, D. M., Gram, D. J., Webster, A. L., Primm, S. A., Brookbinder, M. P., Ledec, G. 1995. Una evaluación del estado de conservación de las ecorregiones de América Latina y Caribe. Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial, Washington, DC. Espinosa, C. I., Cabrera, O., Luzuriaga, A., Escudero, A. 2011. What factors affect diversity and species composition of endangered tumbesian dry forests in Southern Ecuador? Biotropica 4: 15-22. Espinosa, C. I., De La Cruz, M., Luzuriaga, A. L., Escudero, A. 2012. Bosques tropicales secos de la región Pacífico Ecuatorial: diversidad, estructura, funcionamiento e implicaciones para la conservación. Ecosistemas 21: 167-179. 21 Gentry, A. H. 1982. Patterns of Neotropical plant species diversity. Evolutionary Biology 15: 1-84. Gentry, A. 1995. Diversity and floristic composition of neotropical dry forests. En: Bullock, S. H., Mooney, H. A., Medina, E. (eds.). Seasonally Dry Tropical Forests. pp. Pages 146-194. Cambridge University Press, Cambridge. González-Espinosa, M., Quintana-Ascencio, P. 1986. Seed predation and dispersal in a dominant desert plant: Opuntia, ants, birds, and mammals. En: Estrada, A., Fleming, T. H. (eds.) Frugivores and seed dispersal. Junk Publishers, Dordrecht, pp. 273-284. Gottsberger, G., Silberbauer–Gottsberger, I. 1983. Dispersal and distribution in the Cerrado vegetation of Brazil. Sonderb. Naturwissenschaften 7: 325-352. Griz, L. M. S., Machado, I. C. S. 2001. Fruiting phenology and seed dispersal syndromes in Caatinga, a tropical dry forest in the northeast of Brazil. Journal of Tropical Ecology 17: 303-321. Harling, G., Andersson, L. (eds). 1977 – 2007. Flora of Ecuador. University of Göteborg. Sweden Herrera, C. M., Pellmyr, O. (eds.) 2002. Plant–animal interactions. An evolutionary approach. Blackwell Publishing. Oxford. Howe, H. F. 1987. Seed dispersal by fruit-eating birds and mammals. En: Murray, D. R. (ed.). Seed dispersal. Academic press, Sydney, pp. 123-189.. 22 Howe, H. F., Smallwood., J. 1982. Ecology of seed dispersal. Annual Review of Ecology and Systematics 13: 201-228. Howe, H. F., Westley, L. C. 1988. Mechanics and ecology of mutualism. En: Howe, H. F., Westley, L. C. (eds.). Ecological relationships of plants and animals. pp. 107- 160.Oxford University Press, Oxford, pp. 107–160. Howe, H. F., Miriti, M. N. 2000. No question: seed dispersal matters. Trends in Ecology and Evolution 15: 434-436. Hubbell, S. 1979. Tree dispersion, abundance, and diversity in a tropical dry forest. Science 203: 1299-1309. Jordano, P. 2000. Fruits and frugivory. En: M. Fenner (ed.). Seeds: The ecology of regeneration in plant communities (2ª ed.), CABI Publishing, Wallingford,pp. 125– 165. Jordano, P. 2001. Conectando la ecología de la reproducción con el reclutamiento poblacional de plantas leñosas Mediterráneas. En: Zamora, R., Pugnaire, F. (eds.). Ecosistemas Mediterráneos. Análisis funcional. CSIC, Madrid, pp. 183-211. Jørgensen, P. M., León-Yánez, S. (eds.). 1999. Catalogue of the vascular plants of Ecuador. Monographs in Systematic Botanty of the Missouri Botanical Garden 75: 1–1182. Khurana, E., Singh, J. S. 2001. Ecology of seed and seedling growth for conservation and restoration of tropical dry forest: a review. Environmental Conservation 28: 39–52. 23 Levine, J., Murrell, D. 2003. The community-level consequences of seed dispersal patterns. Annual Review of Ecology, Evolution and Systematics 34: 549-574. Linares-Palomino, R., Kvist, L. P., Aguirre-Mendoza, Z., Gonzales-Inca, C. 2010. Diversity and endemism of woody plant species in the Equatorial Pacific seasonally dry forests. Biodiversity and Conservation 19: 169–185. López-Martínez, J. O., Sanaphre-Villanueva, L., Dupuy, J. M., Hernández-Stefanoni, J. L., Meave, J. A., Gallardo-Cruz, J. A. 2013. β-Diversity of functional groups of woody plants in a tropical dry forest in Yucatan. PLoS ONE 8(9): e73660. Mandujano, M. C., Golubov, J., Montaña, C. 1997. Dormancy and endozoochorous dispersal of Opuntia rastrera seeds in the southern Chihuahuan Desert. Journal of Arid Environments 36: 259–266. Martínez-Garza, C., Osorio-Beristain, M., Valenzuela-Galván, D., Nicolás-Medina, A. 2011. Intra and inter-annual variation in seed rain in a secondary dry tropical forest excluded from chronic disturbance. Forest Ecology and Management 262: 2207-2218. Miles, L., Newton, A., Defries, R., Ravilious, C., May, I., Blyth, S., Kapos, V., Gordon, J. 2006. A global overview of the conservation status of tropical dry forests. Journal of Biogeography 33: 491–505. Moles, A. T., Drake, D. R. 1999. Potential contributions of the seed rain and seed bank to regeneration of native forest under plantation pine in New Zealand. New Zealand Journal of Botany 37: 83-93. 24 Murphy, P. G., Lugo, A. E. 1986. Ecology of Tropical Dry Forest. Annual Review of Ecology, Evolution and Systematics 17:67-88. Murphy, P. G., Lugo. A. E. 1995. Dry forests of Central America and the Caribbean. En: Bullock, S. H., Mooney, H. A., Medina, E. (eds.). Seasonally dry tropical forests. Cambridge University Press, Cambridge, pp. 9-34. Nassar, J., Stoner, K. E., Ávila-Cabadilla, L., Espírito-Santo, M. M., Aranguren, C. I., González-Carcacía, J. A., Lobato-García, J. M., Olívio-Leite, L., Álvarez-Añorve, M., Brandão, H. N. M., Dolabela-Falcão, L. A., Rodríguez, J. P. 2014. Fruit-eating bats and birds of three seasonal tropical dry forests in the Americas. En: Sánchez-Azofeifa, A., Powers, J. S., Fernandes, G. W., Quesada, M. (eds.) Tropical dry forests in the Americas: ecology, conservation, and management. CRC Press, Boca Ratón, FL, pp. 173-220. Nathan, R., Muller-Landau, H. C. 2000. Spatial patterns of seed dispersal, their determinants and consequences for recruitment. Trends in Ecology and Evolution 15: 278 – 285. Pennington, T. D., Reynel, C., Daza, A. 2004. Illustrated guide to the trees of Peru. David Hunt, Sherborne. Ragusa-Netto, J., Silva, R. R. 2007. Canopy phenology of a dry forest in western Brazil Brazilian Journal of Biology, 67: 569-575. Portillo-Quintero, C. A., Sánchez-Azofeifa, G. A. 2010. Extent and conservation of tropical dry forests in the Americas. Biological Conservation 143: 144–155. 25 Putz, F. E., Appanah, S. 1987. Buried seeds, newly dispersed seeds, and the dynamics of a lowland forest in Malaysia. Biotropica 28: 192-209. Sánchez-Azofeifa, G. A., Quesada, M., Rodriguez, J. P., Nassar, J. M., Stoner, K. E., Castillo, A., Garvin, T., Zent, E. L., Calvo-Alvarado, J. C., Kalacska, M. E. R., Fajardo, J. L., Gamon, J. A., Cuevas-Reyes, P. 2005. Research priorities for Neotropical dry forests. Biotropica 37:477-485. Sanchez-Azofeifa, A., Powers, J. S., Fernandes, G. W. Quesada, M. (eds.). 2014. Tropical dry forests in the Americas: Ecology, conservation, and management. CRC Press, Boca Ratón, FL. Schupp, E., Fuentes, M. 1995. Spatial patterns of seed dispersal and the unification of plant population ecology. Écoscience 2: 267-275. Schupp, E., Milleron, T., Russo, S. 2002. Dissemination limitation and the origin and maintenance of species-rich tropical forests. En: Levey, D. J., Silva, W. R., Galetti, M. (eds.) Seed dispersal and frugivory: ecology, evolution and conservation. CAB International, Wallingford, pp. 19-33. Seidler, T., Plotkin, J. 2006. Seed dispersal and spatial pattern in tropical trees. PLoS Biology 4: 2132-2137. Tabarelli, M., Vicente, A., Barbosa, D. C. A. 2003. Variation of seed dispersal spectrum of woody plants across a rainfall gradient in north-eastern Brazil. Journal of Arid Environments 53: 197–210. 26 Tirira, D. 2007. Guía de campo de mamíferos del Ecuador. Ed. Murciélago Blanco. Quito. Traveset, A., Robertson, A. W., Rodríguez-Pérez, J. 2007. A Review on the Role of Endozoochory in Seed Germination. En: Dennis E.W. Schupp, Green, R.J. and Westcott, D.A. (Eds.). Seed dispersal: Theory and its application in a changing world, CAB International, Oxford, pp. 78-103. Uhl, C., Clark, K., Clark, H., Murphy, P. 1981. Early plant succession after cutting and burning in the upper Rio Negro region in the Amazon Basin. Journal of Ecology 69: 631-649. Van der Pijl, L. 1969. Principles of dispersal in higher plants. Springer-Verlag Berlín. Venable, D. L., Brown, J. S. 1988. The selective interactions of dispersal, dormancy, and seed size as adaptations for reducing risk in variable environments. American Naturalist 131: 360-384. Wenny, D. G., Levey, D. J. 1998. Directed seed dispersal by bellbirds in a tropical cloud forest. Proceedings of the National Academy of Sciences USA 95: 6204–6207. Wenny, D. 2001. Advantages of seed dispersal: a re-evaluation of directed dispersal. Evolutionary Ecology Research 3: 51–74. Williams, S. C., Ward, J. S., Ramakrishnan, U. 2008. Endozoochory by white-tailed deer (Odocoileus virginianus) across a suburban/woodland interface. Forest Ecology and Management 255: 940–947. 27 Willson, M. F. 1993. Dispersal mode, seed shadows, and colonization patterns. Vegetatio 107-108: 261-280. Willson, M. F., Rice, B.L., Westoby, M. 1990. Seed dispersal spectra: a comparison of temperate plant communities. Journal of Vegetation Science 1: 547-562. Willson, M. F., Traveset, A. 2000. The Ecology of Seed Dispersal. En: Fenner, M. (ed.). Seeds: The ecology of regeneration in plant communities. 2ª ed. CABI Publishing. Wallingford, pp. 85-110. 28 CAPÍTULO 1 SEED DISPERSAL SPECTRUM OF WOODY SPECIES IN SOUTH ECUADORIAN DRY FORESTS: ENVIRONMENTAL CORRELATES AND THE EFFECT OF CONSIDERING SPECIES ABUNDANCE. Andrea Jara-Guerrero 1 , Marcelino De la Cruz 2 , Marcos Méndez 3 1Instituto de Ecología, Universidad Técnica Particular de Loja, CP.: 11-01-608, Loja, Ecuador 2 Departamento de Biología Vegetal, E.U.I.T. Universidad Politécnica de Madrid, Spain 3 Área de Biodiversidad y Conservación, Universidad Rey Juan Carlos, Spain Manuscrito publicado en: BIOTROPICA 43(6): 722–730 29 ABSTRACT This study examines the seed dispersal spectrum of the tropical dry forests of Southern Ecuador, in an effort to contribute to the knowledge of the complex dynamics of tropical dry forests. Seed dispersal spectrum was described for a total number of 160 species. Relationships of dispersal syndromes with plant growth form and climatic seasonality were explored. For a subset of 97 species, we determined whether dispersal spectrum changes when species abundance, in addition to species number, is taken into account. The same subsetwas used to relate dispersal syndromes with the environmental conditions. Zoochorous species dominated in the studied community. However, when considering the individual abundance of each species, anemochory was the prevalent dispersal syndrome. We found a significant difference in the frequency of dispersal syndromes among plant growth forms, with epizoochory only occurring in shrub species. The dispersal spectrum was dependent on climatic seasonality. The largest proportion of anemochorous species fructified during the dry season, while zoochorous diaspores dominated during the rainy season. A fourth-corner analysis indicated that the seed dispersal spectrum of southern Ecuador dry forests is controlled by environmental conditions such as annual precipitation, annual temperature range or topography. Our results suggest that spatio-temporal changes in the environmental conditions may affect important ecological processes for dispersal. Thus, the predominance of one syndrome or another may depend on the spatial variation of environmental conditions. Key words: dispersal syndromes; growth forms; Neotropical dry forest; fruiting phenology. 30 RESUMEN Este estudio examina el espectro de dispersión de semillas de los bosques secos del Sur de Ecuador, como un aporte al conocimiento de la dinámica de los bosques secos tropicales. Con información sobre 160 especies leñosas se describió el espectro de dispersión y se exploró su relación con el hábito de las plantas y la estacionalidad climática. Con un subconjunto de 97 especies se analizó si el espectro de dispersión cambia cuando es estimado en base a abundancia de individuos en lugar de especies. Se usó ese mismo subconjunto para relacionar los síndromes de dispersión con las condiciones ambientales. Las especies zoocoras prevalecieron dentro de la comunidad estudiada. Sin embargo, cuando se consideró la abundancia de individuos por especie, el síndrome dominante fue la anemocoria. Se encontró una diferencia significativa en la frecuencia de síndromes de dispersión entre los hábitos de las plantas, con una presencia de la epizoocoria únicamente en especies arbustivas. El espectro de dispersión estuvo influenciado por la estacionalidad climática. La mayor proporción de especies anemócoras fructificó durante la estación seca, mientras que en la estación lluviosa dominó la zoocoria. Además, un análisis de la cuarta esquina indicó que el espectro de dispersión está controlado por condiciones ambientales como precipitación anual, rango de temperatura anual o topografía. Nuestros resultados sugieren que los cambios espacio–temporales del ambiente pueden estar relacionados con factores importantes para la dispersión. Así, la predominancia de un síndrome de dispersión podría depender de la heterogeneidad espacial en las condiciones ambientales. 31 INTRODUCTION Seed dispersal plays a fundamental role in the colonization of new habitats, population dynamics as well as in species interactions, community structure and diversity (Van der Pijl 1969, Howe & Smallwood 1982, Willson et al. 1990, Hughes et al. 1994, Morales & Carlo 2006). Because of this, it is a key factor in conservation biology and restoration management (Strykstra et al. 2002, Navarro et al. 2009). The diaspores of many plant species have developed specialized morphological structures which enable them to make use of biotic and abiotic dispersal vectors (Van der Pijl 1969, Wenny 2001, Schulze et al. 2002). These morphological structures, as well as diaspore color, chemical characteristics of the pulp and phenological events of plants associated with a particular dispersal mode, are known as "dispersal syndromes" (Van der Pijl 1969, Gottsberger & Silberbauer-Gottsberger 1983, Howe & Westley 1988). The proportion of dispersal syndromes in a particular vegetation type is known as the “dispersal spectrum” (Howe & Smallwood 1982, Hughes et al. 1994, Arbeláez & Parrado-Rosselli 2005). The study of dispersal spectra has interested researchers for several decades (Van der Pijl 1969, Frankie et al. 1974, Gentry 1982, Howe & Smallwood 1982, Howe & Westley 1988). It is seen as a way of documenting fundamental aspects of the functional diversity in ecosystems. The dispersal spectrum of a plant community can be influenced by several factors. First, dispersal syndromes are related to plant growth form. For example, zoochory and autochory are widely distributed among shrubs and treelets of the understory, whereas anemochory is more frequent among canopy trees (Wikander 1984, Justiniano & Fredericksen 2000, Griz 32 & Machado 2001, Butler et al. 2007). In general, this pattern is explained by the reduction of wind speed in the forest understory (Wikander 1984, Justiniano & Fredericksen 2000, Griz & Machado 2001). However, in some tropical dry forests there is a great proportion of anemochory among shrubs, favored possibly by plant deciduousness, which allows a higher wind circulation in the forest understory (Griz & Machado 2001). Second, physical conditions influence the dispersal spectrum. There is a broad consensus that anemochorous plants are relatively common in dry habitats, while those adapted for zoochory dominate in wet habitats (Howe & Smallwood 1982, Jordano 2000, Herrera & Pellmyr 2002). Quantitative correlations between physical conditions and dispersal spectrum have, however, rarely been established (see, however, Butler et al. 2007). Some studies have found that certain environmental conditions, such as precipitation, temperature, soil nutrient status or canopy closure influence the relative presence of a dispersal syndrome in a particular site (Willson et al. 1990, Bullock 1995). For example, an association of zoochory and those sites with greater moisture and soil fertility has been suggested (Gentry 1982, Willson et al. 1990). At a local level, this pattern could be related with topography (Wikander 1984, Bullock 1995). Third, for tropical dry forests, several authors report a seasonal pattern in dispersal spectra. Anemochorous species fruited during the dry season, while zoochorous species fruited throughout the rainy season (Frankie et al. 1974, Gottsberger & Silberbauer-Gottsberger 1983, Ibarra-Manríquez et al. 1991, Oliveira & Moreira 1992, Bullock 1995, Justiniano & Fredericksen 2000, Batalha & Mantovani 2000, Griz & Machado 2001). 33 Variation in the dispersal spectrum in relation to spatio-temporal variation of environmental conditions could indicate important ecological factors for dispersal. For example, dry seasons lead to leaf shedding which favours anemochory (Wikander 1984, Ibarra- Manríquez et al. 1991, Griz & Machado 2001), while zoochorous fleshy fruits require water and suitable temperature to mature which occur in rainy seasons or wetter sites (Herrera & Pellmyr 2002). Nevertheless, these relationships between dispersal syndromes and physical conditions are empirically based and causality is difficult to disentangle. For instance, Hughes et al. (1994) and Butler et al. (2007) argue that a relationship between physical conditions and the frequency of dispersal syndromes has lesser importance, and rather results from the indirect influence on plant growth form and seed size. Spatio- temporal changes in dispersal syndromes can also be causally related to physical conditions or be a by-product of species turnover. Statistical tools such as the fourth-corner analysis currently allow relating dispersal syndromes and environmental conditions with a robust and simple statistical procedure, and permit disentangling some of the effects usually confounded in traditional regression approaches. Such techniques can shed light on the issues raised above. As in other analyses of functional diversity, a potential limitation of current generalizations about dispersal spectra is that theyusually ignore the relative abundance of each species (Wikander 1984, Justiniano & Fredericksen 2000, Batalha & Mantovani 2000, Griz & Machado 2001, Ragusa-Netto & Silva 2007). For example, in a semideciduous cerrado of Brazil zoochory was the dominant dispersal syndrome at the species level, but the anemochorous species had a higher number of individuals (Gottsberger & Silberbauer- Gottsberger 1983). Such mismatches suggest that different causal factors could determine 34 species richness and the success of species with certain syndromes, and consequently, dominance and species richness in plant communities. In general, seed dispersal in tropical dry forests has received little attention compared to rain forests. Although some studies exist on dispersal spectra for Neotropical dry forests, data are very superficial and scattered, which is worrying considering that they hold several of the most endangered ecosystems in the world (Best & Kessler 1995, Vázquez et al. 2001, Espinosa et al. 2010). In order to enhance our knowledge about the functional diversity of these forests, the present study examined the seed dispersal spectrum of woody species in tropical dry forests of Southern Ecuador. We answered the following questions: (1) Do dispersal syndromes vary among plant growth forms (tree, treelet and shrub)? (2) Does the relative frequency of dispersal syndromes differ between the rainy and dry seasons? (3) Does the dominance of dispersal syndromes change if species abundance, in addition to species number, is taken into account? (4) Are dispersal syndromes related to environmental conditions? We also summarize the existing data on dispersal spectra for other Neotropical dry forests, and compare them with the results obtained in this study, in an effort to improve the generality of the knowledge of dispersal in tropical dry forests. METHODS STUDY AREA.— The studied dry forests are located in Loja and El Oro Provinces, between latitudes 3°3’11” and 4°37’28” S and between longitudes 79°14’37” and 80°25’46” O (Fig.S1). This area comprises some of the largest and best preserved remnants of tropical dry forest of the Tumbesian biogeographic region, one of the most important areas of endemism in the world, but at the same time, one of the most threatened (Best & Kessler 35 1995). Nowadays, anthropogenic pressure has led to this area being dominated by agricultural patches interspersed with forest remnants. The climate is characterized by a dry season extending from May to November and a rainy season extending from December to April (Aguirre & Kvist 2005). Mean annual temperature is between 20-26° C, and the annual precipitation is between 300-700 mm (Aguirre & Kvist 2005). Elevation ranges between 50 and 800 m asl (Vázquez et al. 2001).For the studied area, Aguirre et al. (2006a) found 238 of the 275 woody species recorded for dry vegetation types of Ecuador. DATA SAMPLING.— We obtained a list of 203 woody native species of southern Ecuador from the inventories of Aguirre and Kvist (2005) and Aguirre et al. (2006a, 2006b). The species were classified according to growth form into trees, treelets or shrubs, following Harling and Anderson (1977-2007), Jørgensen and León-Yánez (1999) and Pennington et al. (2004) (Table 1). A literature revision (see Appendix 1) as well as field observations and examination of herbarium specimens (Herbario de la Universidad Técnica Particular de Loja, Herbario Loja and Herbario Nacional del Ecuador), allowed us to assign a dispersal syndrome to 160 species of this list (which represent 121 genera and 50 families). Dispersal syndromes were assigned to each species based on diaspore traits such as fruit type, morphology and color of the diaspore and, for diaspores with fleshy structures, we also registered the existence or not of protective structures that might hinder consumption by animals (Janson 1983, Link & Stevenson 2004) (Table 1). The species were classified into four general dispersal syndromes (Van der Pijl 1969): autochory, anemochory, zoochory and polychory. Autochory was further divided into 36 active or passive. Active autochory includes diaspores propelled explosively, while passive autochory refers to the so-called passive ballists, triggered by passing animals, wind or raindrops. So-called barochorous (diaspores simply released and falling to the ground) were also included in the latter group (Gottsberger & Silberbauer-Gottsberger 1983). TABLE 1. Growth forms and diaspore traits considered in this study. Parameter Category Growth form Tree, treelet, or shrub (Harling and Anderson 1977-2007, Jørgensen and León- Yánez 1999, Pennington et al. 2004). Fruit type Dry indehiscent: achene, achenetum, capsule, legume or mericarp; dry dehiscent: capsule, follicle, legume or craspedium; fleshy: berry, baccarium, drupe, pseudodrupe, syconium or sorosis (Spjut 1994). Diaspore type Fruit or seed. Diaspore morphology Sticky anthocarp, hooked spines, arists, stiff hairs, plumed, samara, woolly, pappus, caruncle, sarcotesta, aril, mucilage, fleshy periant, fleshy pulp, explosive dehiscence or without structures (van der Pijl 1969). Diaspore color Green, brown, yellow, orange, red, white, black, blue/purple or mixed (Janson 1983, Wheelwright & Janson 1985, Link & Stevenson 2004, Chen et al. 2004). Diaspore protection a Protected (mature pulp covered by a husk, distinct hard, non-nutritious layer as a barrier to feeding or digestion) or unprotected (fruits with a soft, flexible skin, with a thickness less than 10% of the thickness of the smallest fruit dimension) (Janson 1983, Link & Stevenson 2004). a The diaspore protection was determined only for endozoochorus and sinzoochorus species. 37 Following Augspurger (1986), anemochorous diaspores were further divided into six morphological groups, according to their aerodynamic structures: undulator, floater, autogyro, rolling-autogyro, helicopter or tumbler. TABLE 2 Variables describing environmental conditions in 109 plots of dry forest of Macará and Zapotillo (Loja province) (for details, see Espinosa et al.2010). Environmental variables Scale Range of values Statistic used in the fourth-corner analysis Inclination Continuous 0 - 45° Pseudo F Annual temperature range Continuous 13.80 - 16.60°C Pseudo F Annual Precipitation Continuous 270 - 1284 mm Pseudo F Rainfall in the driest month Continuous 0 - 4 mm Pseudo F Soil moisture Continuous 1.05 - 28.7% Pseudo F Soil organic matter Continuous 0.03 - 13.02 % Pseudo F Topography Categorical Valley, slope or ridge Pearson 2 Intervention grade Ordinal 1: low; 2: medium; 3: high Pseudo F Zoochorous species were divided into four subcategories (Van der Pijl 1969): (a) epizoochory, defined as the passive transport through the adhesion of diaspores to feathers or hair of animals; (b) sinzoochory, assigned to diaspores collected and stored in caches by rodents, as well as diaspores actively transported by animals which feed on parts of them 38 but do not ingest the seeds; (c) endozoochory, when the diaspore is actively ingested and seeds are usually evacuated intact; and (d) myrmecochory, assigned to diaspores with elaiosomes or those actively transported by ants. Some species have seeds that are polymorphic for dispersal structures, or have two dispersal modes which could operate sequentially (Willson et al. 1990, Griz & Machado 2001). Diaspores of this type were assigned to a separate category called “polychory” (Van der Pijl 1969, Cousens et al. 2008). Furthermore, we assigned each species to one of three fruit types: fleshy, dry-dehiscent and dry-indehiscent, as the proportion of species in these simple categories has been suggested to correlate with environmental variables (Knight 1986, Willson et al. 1989, Tabarelli et al.2003). To determine the relationship among dispersal syndromes and climatic seasonality, we collected data about fruiting phenology both from field observations and from labels of herbarium specimen collected in dry forest localities. In addition, we assigned dispersal syndromes to all (97) woody species recorded in 109 plots of dry forest located in the south of our study area (Fig.S1). These plots were established on 48 forest stands with a stratified sampling design, trying to encompass the whole range of physical conditions present in the tropical dry forests of southern Ecuador (Espinosa et al. 2010). Two or three plots of 20 x 20 m were sampled per forest stand. The total area sampled was 5.45 ha (for further details, see Espinosa et al. 2010). In each plot, eight variables describing environmental conditions were also recorded (Table 2). These variables were selected based on its documented relationship with the existence of some dispersal syndromes (Knight 1986, Willson et al. 1990, Bullock 1995, Tabarelli et al. 39 2003), and on its relevance to other ecological patterns, such as richness and species composition in different plant communities (Espinosa et al. 2010). These data were used to analyze the relationship among dispersal traits and environmental conditions. In each plot, we also recorded the number of individuals of each species in order to calculate the seed dispersal spectrum based on individual abundance, i.e. as the percentage of individuals having each dispersal syndrome over the total number of individuals recorded in all the plots. STATISTICAL ANALYSES.— Differences in the frequency of major dispersal syndromes among categories of growth form (tree, treelet and shrub) and among climatic seasons (rainy and dry) were analyzed by means of contingency tables (G-test). We used also G- tests to analyze the frequency of major dispersal syndromes in the 109 plots of dry forest, taking into account the number of individuals of each species. We used the set of floristic abundances and the environmental data from the 109 dry forest plots to analyze the relationship between two dispersal traits (dispersal syndromes and type of fruit) and environmental conditions. For this, we used the new version of the fourth- corner analysis (Legendre et al. 1997, Dray & Legendre 2008). Fourth-corner analysis directly relates an R matrix of environmental variables (Table 2) to a Q matrix of species traits (dispersal syndromes and fruit types), by means of an L matrix of species abundance measured in the field (Dray & Legendre 2008, Aubin et al. 2009). A statistic is computed for each pair of species traits and environmental variables. Depending on the type of variable, this statistic is a Pearson 2 (for two qualitative variables); or a Pseudo-F and a correlation ratio η 2 (for one quantitative and other qualitative variable) (Legendre et al. 40 1997, Dray & Legendre 2008). Moreover, SRLQ, a global multivariate statistic that links the complete matrices R and Q is computed as the sum of all 2 and η 2 values in the fourth- corner matrix. For computing this statistic, quantitative variables are standardized to mean 0 and variance 1 and qualitative variables are coded using dummy variables (Dray & Legendre 2008). The significance of all fourth-corner statistics can be tested using different permutation models (Dray and Legendre 2008). In this study we used a model where cell values in the L matrix are permuted within each column. This model tests the null hypothesis that the species are randomly distributed with respect to abiotic environmental conditions (Aubin et al. 2009). This analysis was carried out using the ade4 package (Dray et al. 2007) in the R software (R environment Core Team 2010). RESULTS DESCRIPTION OF DISPERSAL SYNDROMES.— Our description of dispersal syndromes is based on the total data set (n = 160). Zoochory was the dominant dispersal syndrome in the studied community (54%, 87 species) followed by anemochory (28%, 44 species) and autochory (15%, 24 species). The remaining species were assigned to the polychory category. Fleshy fruits represented the 44% percent (70 species) of all the species, followed by dehiscent fruits (33%, 53 species) and indehiscent fruits (23%, 37 species). Fruits were the dominant dispersal units (69.4%, 111 species), while seeds with specialized dispersal structures occurred in 30.6% of all species, mainly the anemochorous ones. 41 Among zoochorous species, 88% (76 species) were endozoochorous, while epizoochorous, sinzoochorous and myrmecochorous species were found in very low percentages (5%, 5% and 2%, respectively). Fruits with fleshy pulp were the most common between endozoochorous species, especially drupes (42%) and berries (30%). We found nine different colors among the diaspores of 80 endozoochorous and sinzoochorous species. Brightly colored diaspores were clearly dominant. Only 9% of these species presented some physical protection against feeding (Table 1). This attribute was most evident in dull colored diaspores (brown, yellow and orange). Most anemochorous species (52.3%) presented dry dehiscent fruits, and used seed structures for dispersal. A second group (47.7%) presented fruits with structures modified for dispersal, which reduce rates of descent. The six morphological groups of anemochorous diaspores were present. The rolling-autogyro structures were prevalent (31.8%, 14 species), followed by those with helicopter structures (18.2%, 8 species), autogyro and undulator structures (both 15.9%, 7 species) and floater and tumbler structures (both 6.8%, 3 species). Among autochorous species, passive autochory was dominant and only seven species (29.2%) had an active dispersal favored by fruits with explosive dehiscence. We registered five polychorous species. Three of these species (Cnidoscolus aconitifolius, Croton menthodorus and Croton wagneri) presented fruits with explosive dehiscence, which is characteristic to active autochorous diaspores, and seeds with elaiosome, characteristic of myrmecochorous diaspores. The other two species (Erythrina spp.) exhibited characteristics of both autochory and zoochory. 42 GROWTH FORM AND DISPERSAL SYNDROMES.— The G-test revealed significant differences in the frequency of dispersal syndromes among growth forms (G2 = 24.526, P = 0.006). Zoochory was the dominant dispersal syndrome in the three studied growth forms, mainly represented by endozoochorous species (35.6% trees, 18.9% treelet and 30% shrubs). TABLE 3 Number of species showing different dispersal syndromes and growth forms among 160 woody species in the tropical dry forests of southern Ecuador. Dispersal syndrome a Growth form Tree Treelet Shrub Zoochory 36 19 35 Endozoochory 32 17 27 Myrmecochory 1 1 3 Sinzoochory 3 1 0 Epizoochory 0 0 5 Anemochory 28 3 13 Autogyro 5 1 1 rolling autogyro 6 1 9 Floater 7 0 0 Helicopter 5 1 2 Undulator 3 0 0 Tumbler 2 0 1 Autochory 13 3 13 Active 3 0 7 Pasive 10 3 6 a Polychorous species have been separated in the corresponding syndromes, contributing one case to each dispersal syndrome implied. 43 Endozoochorous, sinzoochorous and myrmecochorous species were also present in the three categories, while epizoochory occurred only in shrub species (Table 3). Trees presented the greatest variety of anemochorous diaspores (Table 3), with a dominance of floater diaspores (25%), followed by rolling-autogyro diaspores (21.4%), autogyro (17.9%) and helicopter (17.9%). By contrast, rolling-autogyro diaspores were dominant among treelet and shrub species. Floater and undulator diaspores were found only among tree species (Table 3). Autochorous diaspores were registered in the three growth forms. The greatest frequency of active autochory was found among shrubspecies corresponding to Euphorbiaceae, Fabaceae and Mimosaceae families. CLIMATIC SEASONALITY AND DISPERSAL SYNDROMES.— We collected phenological information for 54 species. In general, fruiting phenology differed among dispersal syndromes (G2 = 12.626, P = 0.002). The largest proportion of anemochorous species fructified during the dry season, while zoochorous diaspores fructified during the rainy season (Fig.1). Autochorous species also had a marked peak of fruiting during this season (Fig.1). No polychorous species were recorded in this group. 44 D e c J a n F e b M a r A p r M a y J u n J u l A u g S e p O c t N o v Months N u m b e r o f s p e c ie s f ru it in g 0 2 4 6 8 1 0 1 2 1 4 Anemochory Zoochory Autochory 0 5 0 1 0 0 1 5 0 2 0 0 2 5 0 R a in fa ll ( m m ) FIGURE 1. Monthly variation in the number of fruiting species belonging to the main dispersal syndromes in the tropical dry forests of southern Ecuador (n = 54 species). Average monthly rainfall is represented with a continuous line. Rainfall data was obtained from the Worldclim 1.4 database (Hijmans et al. 2005). INDIVIDUAL ABUNDANCE AND DISPERSAL SYNDROMES.— A total of 3392 individuals (corresponding to 97 species) were recorded in the 109 forest plots. Another 132 individuals could not be identified to species and therefore were not included in the analysis. Zoochorous species were prevalent among the 97 species recorded (55%, 54 species) followed by anemochorous (28%, 28 species), autochorous (15%, 15 species) and polychorous species (1%, 1 species). However, when the frequency of dispersal syndromes was analyzed based on individual abundance, the dispersal spectrum changed (G2= 20.512, P = 0.0001). The greatest proportion of individuals corresponded to anemochorous species (51.56%, 1749 individuals), while zoochory represented only the 34.6% (1174 individuals) followed by autochory (11.5%, 391 individuals) and polychory (2.3% 78 individuals). 45 In terms of individual abundance, endozoochory remained as the dominant strategy within zoochory (29.4% of total individuals), while sinzoochory and epizoochory were underrepresented (3.3 % and 1.9%, respectively). ENVIRONMENTAL CONDITIONS AND DISPERSAL TRAITS.— The fourth-corner analysis revealed a significant relationship among dispersal traits and all environmental variables considered with the exception of soil organic matter (SRLQ = 0.438, P = 0.001, Table S1). Twenty two statistics in the fourth-corner matrix were significant (Fig. 2, Table S2). According to this analysis, both anemochory and epizoochory were associated with sites that showed special homogeneity with respect to the range of annual temperature. The correlation ratio showed that both were negatively correlated with this range (2 = -0.187 and -0.04, respectively), i.e., they were favored in sites with small variation in annual temperature. Both syndromes were associated to annual precipitation but in this case responded in opposite ways: anemochory was associated with high values (wetter sites) and epizoochory with low values (dryer sites, 2 = 0.124 and -0.022, respectively). Epizoochory was also associated with the sites that get the smallest rainfall during the driest month (2 = -0.155). A positive relation was found between endozoochorous species and slope sites while epizoochorous species had a major presence on ridge sites. Sinzoochorous and autochorous species were not significantly related to any environmental variables studied. Dry dehiscent and indehiscent fruits are mostly related to anemochorous and autochorous dispersal (Appendix 1), and showed a similar pattern with respect to environmental 46 conditions, being present mainly in sites with lower soil moisture (dry indehiscent fruits, 2 = -0.073) and having lower precipitation during the driest month and lower annual temperature range (dehiscent fruits 2 = -0.097 and -0.089, respectively). Dry dehiscent and fleshy fruits were more frequent than expected by the permutation model in slopes while dry dehiscent fruits were more frequently associated to valley sites. DISCUSSION The seed dispersal spectrum of the studied southern Ecuador dry forests was characterized by the dominance of zoochory, followed by anemochory, and small percentages of autochorous and polychorous species. These results are consistent with those reported for other Neotropical dry forests (Table 4). Among zoochorous species, endozoochory was the prevalent strategy, while for anemochory, six morphological groups with similar percentages were found. Thus, functional diversity was higher for anemochorous compared to zoochorous species. Among zoochorous species, the high proportion of unprotected diaspores with bright colors could suggest that bird dispersal was prevalent (Van der Pijl 1969, Janson 1983, Link & Stevenson 2004, Cousens et al. 2008), in contrast with the low proportion of protected diaspores with dull colors, which are preferentially consumed by mammals (Van der Pijl 1969, Janson 1983, Link & Stevenson 2004, Cousens et al. 2008). Nevertheless, the scarcity of fleshy fruits that is usually observed during the dry season in this type of vegetation could force a wide range of animals to feed on any type of fruit that is available (Griz & Machado 2001). 47 Surprisingly, when we examined the individual abundance of each species, we found a shift in dominance from zoochory to anemochory. This means that, although there is a high variety of zoochorous species, most of the studied community corresponds to individuals which do not provide any reward for dispersing animals. Therefore, from a functional perspective of dispersal interactions, we must consider not only the proportion of species by dispersal syndrome, but also the abundance of each species. This shift, together with the existing relationships between environmental conditions and dispersal syndromes (see below) may be due to the relative abundance of habitats that are suitable for species with different dispersal syndromes. In this particular case, it is possible that relative abundance of suitable habitats for anemochorous species is higher than relative abundance of suitable habitats for zoochorous species. Hence the predominance of one syndrome or another may depend on the spatial heterogeneity in environmental conditions. In addition, consideration of the phylogenetic signal in the study of dispersal syndromes also deserves future attention in elucidating the relative frequency of dispersal syndromes using species or individual abundances. Dispersal syndromes showed an association with growth form, as shown in previous studies (Van der Pijl 1969, Wikander 1984, Willson et al. 1990, Justiniano & Fredericksen 2000, Griz & Machado 2001). In particular, epizoochory was found only among shrubs. This is consistent with the need for contact between hooked or sticky diaspores with the body of passing animals, which constrains the growth form of the species having this dispersal syndrome (Willson et al. 1990). Contrary to what has been reported for other tropical dry forest sites, endozoochory was not restricted to treelets and shrubs but was equitably 48 present in all growth forms (Wikander 1984, Justiniano & Fredericksen 2000). Further research is needed to explain this finding. Anemochory was observed mainly among tree species, but contrary to what has been reported for other communities, it also occurred among treelets and shrubs. According to Griz and Machado (2001), this is related to the loss of foliage that affects both trees and shrubs in dry forests, which allows wind circulation not only at the canopy, but also through the understory. However, there was a difference in the types of anemochorous strategies among growth forms.