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¿TIERRA “LIBRE DE TRANSGÉNICOS”? MIGUEL ANGEL CHURA 
 DANIELA MIRANDA 
 
Por Soil Association 
Durante una década, la industria biotecnológica ha logrado mantener a la poblaciones consumidora 
estadounidense en la oscuridad en lo referente a qué come, tras hacer ejercer una presión de lobby 
en la Federación de Drogas y Alimentos (FDA) y en diferentes gobiernos estatales de los EEUU para 
garantizar que legalmente no hay que etiquetar los alimentos transgénicos como tales. Pero 
novedades en el mercado estadounidense sugieren que la marea está volviendo en contra del lobby 
pro - transgénicos 
Cómo el púbico americano empieza a estar en contra de los alimento modificados genéticamente 
A pesar del hecho de que el 87% de la población americana cree que se debe etiquetar sus alimentos 
según se haya empleado productos modificados genéticamente o no en su producción, casi ninguno lo 
tiene. En consecuencia, se han vendido alimentos modificados genéticamente en los EEUU durante muchos 
años y en muchos lugares – sin que la población consumidora sepa que está comprando. El poderoso lobby 
por los transgénicos de los EEUU ha usado este dato como prueba de que el público acepta los alimentos 
transgénicos, o al menos tiene una postura neutral. Pero, si tuviera la oportunidad de elegir, más del 50% de 
la población americana dice que no comería alimentos modificados genéticamente. 
Durante una década, la industria biotecnológica ha logrado mantener a la poblaciones consumidora 
estadounidense en la oscuridad en lo referente a qué come, tras hacer ejercer una presión de lobby en la 
Federación de Drogas y Alimentos (FDA) y en diferentes gobiernos estatales de los EEUU para garantizar 
que legalmente no hay que etiquetar los alimentos transgénicos como tales. Pero novedades en el mercado 
estadounidense sugieren que la marea está volviendo en contra del lobby pro - transgénicos. Este informe 
no pretende cubrir todos los aspectos pertinentes, sino enfocarse en algunos cambios significativos que no 
se están teniendo en cuenta en el actual debate acerca de los transgénicos en el Reino Unido. 
En 1994 Monsanto desarrolló una hormona genéticamente modificada de crecimiento bovino (rBST por sus 
siglas en castellano) que se inyecta en las vacas lecheras para aumentar el rendimiento de producción de 
leche. Desde el inicio esta hormona transgénica ha recibido críticas a nivel internacional desde la 
perspectiva de los riesgos que supone para la salud humana y el bienestar animal. Mientras que Canadá y 
la UE lo rechazaron, la FDA de los EEUU y la OMC lo calificaron de segura y se ha empleado ampliamente 
en la industria lechera estadounidense, sin etiquetado alguno de la leche como “producida con modificación 
genética”. Monsanto trabajó mucho para garantizar que la población consumidora no tuviera posibilidad 
alguna de elegir – incluso logrando que algunos gobiernos de sus estados prohibiesen a las centrales 
lecheras vender su leche con etiquetas “sin hormonas artificiales de crecimiento”. Pero un mayor 
conocimiento y sensibilidad entre la población consumidora estadounidense referente al rBST ha supuesto 
una caída drástica en la venta de leche. Entre 2002 y 2007 el uso de la hormona cayó en un 23% y el 
porcentaje de vacas estadounidenses al que se inyecta el rBST cayó desde el 25% a menos del 17%. 
Atendiendo a los deseos de sus clientes, muchos intereses de producción, procesamiento y venta de leche 
están moviendo para prohibir el empleo del rBST en sus productos, con Walmart, Safeway, Starbucks, Kraft 
y muchos más garantizando que sus clientes pueden comprar productos lácteos libres de transgénicos. Ha 
aumentado tanto la oposición al rBST que Monsanto anunció este mismo mes que vendería el producto. 
A la vez de ver este creciente rechazo de alimentos transgénicos por la población consumidora americana, 
las empresas de OMG también han tenido que afrontar la oposición de la población agraria y autoridades 
reguladoras estadounidenses a una serie de nuevos productos transgénicos. Hubo tanta oposición al trigo y 
al arroz transgénicos que no progresaron de los campos de ensayo y nunca fueron cultivos de forma 
comercial en los EEUU. No se cultiva casi nada de maíz dulce tampoco (al contrario que el maíz para 
pienso ganadero), por el simple motivo de que sabe tan mal que la población consumidora no lo compra. 
 
 
 
http://www.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Soil+Association&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
Los intentos de comercializar alfalfa transgénica, el cuatro cultivo de América en términos de superficie 
cultivada, también fracasaron. Agricultores y agricultoras iniciaron acciones legales contra la liberación 
deliberada del alfalfa transgénica y ganaron. En 2007 el Departamento de Agricultura de los EEUU recibió 
una orden de retirar la autorización de la alfalfa transgénica, hay una prohibición en el cultivo de la misma y 
la venta de semillas de alfalfa transgénicos está prohibido en todos los EEUU. También hay indicios de que 
los intereses fitomejoradores estadounidenses están rechazando la tecnología MG a favor de métodos más 
seguros y eficaces como la selección asistida de marcadores (marker assisted selection). A pesar de que la 
soja es uno de los cultivos modificados genéticamente más ampliamente cultivada, los eventos más 
recientes de rendimiento alto no son transgénicos. 
Por primera vez en los EEUU, hay una gran iniciativa de etiquetado que dará por fin a la población 
consumidora la opción de elegir una amplia gama de alimentos no modificados genéticamente. Se han 
unido las empresas más grandes de la industria natural y ecológica para desarrollar una iniciativa de 
etiquetado “no modificado genéticamente” que ofrece a la población consumidora la elección que 
evidentemente quiere, apoyado en un fuerte sistema de verificación para garantizar que el etiquetado es de 
confianza. Se lanzará este nuevo “Proyecto no- modificado genéticamente” este año. Lo lidera un grupo de 
empresas con ventas anuales conjuntas de al menos $12 mil millones – lo que equivale a casi el 10% de 
toda la industria alimentaria y de bebidas en el Reino Unido. Cerca de 400 empresas en Canadá y los 
EEUU apoyan la iniciativa que en su inicio cubrirá alrededor de 28.000 productos. 
Al perder la población estadounidense consumidora, agraria y política su entusiasmo por los cultivos 
transgénicos, no sorprende que las empresas biotecnológicas están redoblando sus esfuerzos para 
conseguir un nuevo mercado en Europa. Pero en Europa, más de 175 regiones y 4500 municipios y áreas 
locales se han declarado “libres de transgénicos ”. Países importantes que en su día apoyaron los 
transgénicos han dejado de hacerlo y la República de Irlanda, Escocia y Gales tienen políticas pro “libre de 
transgénicos”. Parece que es únicamente el gobierno de Inglaterra, marcadamente pro- transgénicos, que 
está cada vez más fuera de contacto con lo que su población consumidora quiere. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿SON LOS DIRIGENTES INDÍGENAS DE LA AMAZONÍA PERUANA UNOS TERRORISTAS? 
GIOVANI PALACIOS 
FREDY GOMEZ 
 
Eric Dechamp 
En el mundo entero se han realizado numerosas protestas denunciando los tristes acontecimientos 
de Bagua. Desde las regiones amazónicas y andinas, los nativos y campesinos del Perú continúan 
con coraje su lucha. Podemos sentir a la vez en ellos su inquietud por la represión como su 
determinación por salvar a la Amazonía. Como me lo dijo la líderasa Casilda Giménez Carrasco al 
piquete del Km. 34 –Comunidad Nuevo San Juan de la Libertad– de la carretera a Yurimaguas "No 
queremos terminar como esclavos de las grandes empresas que nos darán unos pocos dólares, 
pero que destruirán nuestras comunidades,nuestros ríos y bosques. Queremos decidir lo que es 
bueno para nosotros". 
Es al menos lo que sale de las declaraciones del Gobierno de Perú tras los graves acontecimientos del 5 de 
junio cerca de la ciudad de Bagua que provocaron decenas de muertos (policías e civiles), cientos de 
heridos y desaparecidos. 
¿Cómo pudimos llegar a este extremo? ¿Porqué tales enfrentamientos entre policía e indígenas? 
En junio de 2008, sin consulta ni participación de las organizaciones nativas, el Presidente Alan García ha 
firmado varios decretos que permiten la privatización de los recursos naturales en Amazonía , infringiendo la 
legislación internacional sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (Convenio 169 de la OIT y la 
Declaración Universal de los Derechos Indígenas que fue ratificada en septiembre de 2007). A pesar de que 
estos decretos fueron declarados inconstitucionales por el Tribunal Constitucional, la Defensora del Pueblo 
y la Comisión de Pueblos, Ecología y Ambiente , el Gobierno siguió manteniéndolos, provocando la ira de 
los pueblos indígenas. 
Comenzaron entonces a cortar las carreteras a partir de abril para expresar su desacuerdo con estos 
decretos llamados "anti-amazónicos". El Gobierno respondió declarando el Estado de Sitio... 
En su carta de mayo dirigida al Presidente del Perú, la Conferencia de Obispos de la Amazonía denunció a 
su vez las intenciones de privatización de la región y de destrucción de los bosques y pide también la 
derogación de estos decretos en busca de un modelo de desarrollo alternativo, integral y solidario. A pesar 
de todas estas presiones y protestas que no se debilitaron en todos estos meses, el Presidente Alan García 
se niega a cambiar de rumbo. Considera, al hablar de los nativos, que "Estas personas no son ciudadanos 
de primera clase. Que pueden decir 400.000 nativos a 28 millones de peruanos: Tú no tienes derecho a 
venir aquí... De ninguna manera. Quien piensa de esta manera quiere llevarnos a la irracionalidad y el 
retroceso primitivo, en el pasado. 
Al amanecer del 5 de junio, a pesar de la advertencia de las Naciones Unidas 3 días antes Alan García 
mandó los comandos de Policía a romper los piquetes que los indígenas habían erigido sobre la ruta de 
Bagua. Según muchos testimonios en el denominado lugar "La curva del diablo", la policía abrió fuego 
contra multitudes de manifestantes. Loco de rabia, los nativos de los piquetes vecinos respondieron con 
fuerza, desembocando la situación en una terrible batalla... 
¿Quiénes son los responsables de estos hechos? ¿Estos jóvenes policías por obedecer las órdenes? ¿Los 
indígenas llenos de dolor y rabia al ver morir los suyos? ¿O los que dieron las órdenes para que suceda tal 
tragedia? 
Al día siguiente, el Gobierno ataca con fuerza a las organizaciones indígenas y sus aliados, declarándoles 
culpables del drama. Según algunos medios de comunicación, fue un plan premeditado de genocidio de 
policías. Anuncian unos veinte policías difuntos así que 3 nativos (las cifras oficiales dicen finalmente 24 
policías y 10 civiles). 
Los testimonios de manifestantes son bien diferentes. Algunos hablan de una matanza con más de cien 
muertos; pero que la Policía hizo desaparecer los cuerpos echándoles en el Río Marañón. Difícil de verificar, 
pero los relatos son conmovedores... 
http://www.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Eric+Dechamp+&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
 
En la semana siguiente se proceden numerosas detenciones. El representante indígena Alberto Pizango, 
líder de la Organización AIDESEP, esta perseguido y se refugia en la Embajada de Nicaragua donde recibe 
asilo. La Justicia expresa su intención de pedir la confiscación de sus bienes así como su extradición. Se 
emite una orden arresto contra otros líderes indígenas que son acusados por la fiscal Silvia Sack por haber 
ensalzado, en su conferencia de prensa del 15 de mayo, “actividades al margen de la ley y de esta manera 
incitaron subliminalmente a tomar acciones violentas para que sus reclamos sean oídos y aceptados” . 
Las ONGs y los particulares que han apoyado a las organizaciones indígenas en sus reclamos se ven 
también perseguidas o reciben amenazas y citaciones para comparecer ante la Justicia. Algunos hablan de 
la forma en que fueron golpeados y como rompieron sus celulares y cámaras. Los Congresistas que han 
hecho una huelga de hambre en solidaridad con los pueblos indígenas están suspendidos de sus 
funciones... 
¿Dónde esta el Estado de Derecho? ¿Dónde esta la separación de los Poderes? ¿Se puede todavía hablar 
de Democracia cuando la libertad de expresión está acusada de terrorismo? Como lo señaló recientemente 
el escritor Eduardo Galeano : ¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas 
mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de 
terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son 
sagrados, también, quienes la defienden? 
En el mundo entero se han realizado numerosas protestas denunciando los tristes acontecimientos de 
Bagua . Desde las regiones amazónicas y andinas, los nativos y campesinos del Perú continúan con coraje 
su lucha. Podemos sentir a la vez en ellos su inquietud por la represión como su determinación por salvar a 
la Amazonía. Por otra parte, importantes movilizaciones de apoyo se llevan a cabo en muchas ciudades del 
país, agrupando no sólo indígenas y campesinos, sino también comerciantes, profesores, estudiantes, 
empleados, en definitiva, una población mixta que sueña con otro futuro que la dominación de grandes 
multinacionales. Como me lo dijo la líderasa Casilda Giménez Carrasco al piquete del Km. 34 –Comunidad 
Nuevo San Juan de la Libertad– de la carretera a Yurimaguas "No queremos terminar como esclavos de las 
grandes empresas que nos darán unos pocos dólares, pero que destruirán nuestras comunidades, nuestros 
ríos y bosques. Queremos decidir lo que es bueno para nosotros". 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿QUÉ VAS A CENAR ESTA NOCHE? 
FIORELLA CORDOVA 
ANTHONY SARAVIA 
 
Diana Cordero 
La respuesta de más de mil millones de persona puede ser “nada”. La causa es una: esto es el 
capitalismo. Capitalismo es igual a más de mil personas hambrientas. Capitalismo duro, 
neoliberalismo salvaje, el sistema que domina globalmente y genera toda la inequidad y la injusticia 
en la distribución de las riquezas. Debe venir una decidida respuesta de acción y resistencia contra 
el maldito poder que lleva adelante este genocidio lento, planificado y constante. Han decidido que 
pueden prescindir de una buena parte de la humanidad y no sé si podremos evitarlo, pero al menos 
se debe intentar. 
El menú de hoy 
¿Humor negro? No, entrar de lleno en la responsabilidad personal y colectiva porque la cifra de hambrientos 
y hambrientas crece a cada paso. 
Si lográsemos lanzar esa pregunta, absurda, ingenua o pretenciosa, las cifras oficiales nos indican que la 
respuesta de más de mil millones de persona puede ser “nada”. 
Si escuchamos esto y seguimos nuestra vida como si nada ocurriera, se evidencia lo evidente: somos 
partícipes del genocidio. 
Ante una noticia como la de que la sexta parte de la población del mundo pasa hambre, no hay 
justificaciones, excusas, explicaciones ni retórica posible: la mayor parte de la gente consiente y admite 
seguir “ignorando”, seguir siendo cómplice. 
Mucho de lo que no se dice 
Podemos elegir si creemos o no los motivos que se aducen. ¿Que los precios de los alimentos suben por 
las sequías? ¿Por la reducción de las zonas de sembradío? ¿Que trepó el desempleo y hay mas pobres? 
Vamos, la causa es una, con múltiples aspectos que la complejizan, pero es una: esto es el capitalismo. 
Capitalismo es igual a más de mil personas hambrientas. 
Capitalismo duro,neoliberalismo salvaje, el sistema que domina globalmente y genera toda la inequidad y la 
injusticia en la distribución de las riquezas, avalado por una cultura del egoísmo que se radicaliza 
cotidianamente a través de los aparatos ideológicos del estado. 
Cuesta escindirse de las imágenes que no aparecen acompañando la noticia. O que aparecen y se han 
normalizado. Las imágenes de una niña, un niño, una mujer, un hombre que están hambrientos. Esa cifra, 
enorme, inconmensurable, implica que muchas otras personas hoy no tienen garantizado el derecho más 
elemental que es el del acceso a los alimentos. En suma, el derecho a la vida. 
La noticia enumera una lista de causas para la hambruna y no enumera muchas otras. No dice llanamente 
que este sistema se sostiene con el hambre y la pobreza de una gran parte de los habitantes del mundo. 
Solo puede haber capitalismo si miles de personas no tienen que comer. No hay políticas estratégicas para 
avanzar en este genocidio porque sencillamente, de hacerlo no se sostiene el sistema capitalista. 
La perversión del alza de los alimentos -producto de la acción impune de las trasnacionales, el monopolio 
por las riquezas de la tierra, los gigantescos latifundios, las grandes cadenas de distribución alimenticia y los 
híper y supermercados que comercializan los productos básicos- es inherente al funcionamiento del sistema 
capitalista global. 
La hipocresía de organismos como las Naciones Unidas, la FAO, la OEA, la OMS, grandes aliadas y 
sostenedoras del actual estado de cosas, dilapidan fortunas en el “como si” de los encuentros en los que 
dicen elaborar estrategias para remediar este “terrible problema”, es decir, la hambruna de más de mil 
personas tratada como una entelequia. 
http://www.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Diana+Cordero+&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
 
¿Que propone el poder? ¿Qué proponemos? 
El reservorio espiritual del mundo, el gran papa Benedicto, declaró que ésta es una realidad absolutamente 
inaceptable y que la crisis económica debería ser considerada una oportunidad para cambiarla. En estos 
días, se publicará su encíclica sobre economía y globalización. En todo caso, deberemos estar alertas ante 
la aparición de este documento que nos dé claves de cómo la iglesia piensa afrontar este “flagelo”. 
Es decir, cual será la radical propuesta que vendrá desde el vaticano. Eso si, deberá ser diferente de la que 
realizara en ocasión de la publicación del documento «El hambre en el mundo. Un desafío para todos: el 
desarrollo solidario», presentado por Juan Pablo II en el año 1996, del cual copiamos el siguiente párrafo: 
"La reflexión se inspira específicamente en el Evangelio y en la enseñanza social de la Iglesia. No se trata 
aquí, el problema coyuntural; no se concentra en estadísticas sobre la situación actual o el número de 
personas que están en peligro de morir de hambre; tampoco en datos con el porcentaje de subalimentados 
o sobre las regiones más amenazadas y las acciones económicas que se han de prever. Inspirado por la 
misión pastoral de la Iglesia, este documento se propone ser un llamamiento insistente a sus miembros y a 
toda la humanidad, pues la Iglesia es "experta en humanidad ", y esto la impulsa a extender necesariamente 
su misión religiosa a los diversos campos en los cuales hombres y mujeres desarrollan sus actividades en 
busca de la felicidad, aunque siempre relativa, posible en este mundo". 
Hasta el momento, a 13 años del documento, los resultados son elocuentes. También lo son los acuerdos, 
cumbres y demás que han realizado los organismos internacionales en pos de encarar este horror, 
enmascarado discursivamente bajo el término de “problemática alimentaria”. 
Tiene lógica, tanto el riquísimo estado vaticano con profundos intereses económicos a nivel internacional, 
como la FAO que sigue sosteniendo que el hambre es un “problema tecnológico” que debe ser solucionado 
con más inversión en biotecnología y la ingeniería genética, terminan aliándose directa o indirectamente a 
las transnacionales como Monsanto (propietaria del 90% de la superficie transgénica sembrada a nivel 
mundial) o Syngenta, cuyos objetivos distan mucho de ser la resolución del hambre que padecen en el 
mundo millones de seres humanos. 
La organización Vía Campesina ya había publicado en el año 2004, un documento en el cual expresaba su 
preocupación y alerta ante las posturas de la FAO y su alianza con las empresas de transgénicos. En estos 
días, otro trabajo de Vía Campesina - Argentina, reafirma lo que muchos conocemos: “en la actualidad se 
producen suficientes alimentos para alimentar a toda la población mundial. El problema no es de producción 
de alimentos, sino de cómo se producen, quien los produce, como se distribuyen y como se tiene acceso a 
los mismos”. 
Nos encontramos en una de las instancias más crueles del neoliberalismo. La sociedad ha sido cooptada. 
La hegemonía de la ideología dominante ha penetrado muy hondo en todas las capas del pensamiento, 
hasta transformarse en único discurso. 
La imparable acción de los grupos económicos solo genera mayor inequidad y aumenta el número de 
personas que día a día se sumergen en la más desesperante miseria. Los medios acompañan este devenir 
revistiendo esta realidad oprobiosa con titulares escondidos, al margen de lo que consideran la “información 
relevante”. 
Hoy seguramente no ha sido tema de esos “otros” miles de millones de personas, el hambre de la sexta 
parte de la humanidad. Tampoco los medios capitalistas se han encargado de remarcar esa información. 
Esta ha quedado rápidamente sumergida y apagada con los resultados deportivos, las noticias locales o las 
ofertas de espectáculos para el fin de semana. 
Pero esas personas están con hambre. Esas personas hoy o mañana no tendrán que comer. Muchas de 
esas personas morirán, seguramente por enfermedades prevenibles, en especial niños y niñas de las zonas 
más pobres del planeta, donde el capitalismo sigue (y seguirá) haciendo estragos. 
Esas personas, repito, hoy o mañana no tendrán que comer. 
No es suficiente lo que podemos hacer quienes llevamos adelante la contrainformación frente al 
impresionante poderío de los medios de comunicación capitalistas. La mera denuncia llega a unos pocos y 
no logra revertir esta situación injusta y lacerante. 
Se imponen entonces, acciones militantes que no solo desnuden las hipocresías y denuncien la complicidad 
de amplios sectores sociales -cuyo modo de funcionamiento se rige por los parámetros cuasi uniformes de 
individualismo y egoísmo- sino que generen conciencia y sumen voluntades para un cambio social. 
Se necesitan estrategias y prácticas claras, precisas e inteligentes por parte de los sectores que estamos de 
este otro lado. Mientras no las encontremos seguirá creciendo la cantidad de personas que no comen cada 
día, corriendo el riesgo de que aún nosotros lleguemos a normalizar este espanto. 
Este es un llamado, un alerta, un sacudón a la conciencia, para resistir el intento de ocultar, minimizar o 
distraer los temas fundamentales. 
La solidaridad no se demuestra participando en las colectas de la iglesia sino comprometiéndonos en la 
lucha anticapitalista. 
Detrás de la pregunta: ¿Que vas a cenar esta noche? Debe venir una decidida respuesta de acción y 
resistencia contra el maldito poder que lleva adelante este genocidio lento, planificado y constante. Han 
decidido que pueden prescindir de una buena parte de la humanidad y no sé si podremos evitarlo, pero al 
menos se debe intentar. 
Trágico récord: las personas con hambre en el mundo ya superan los mil millones 
Se debe a la crisis internacional que rebajó los ingresos e incrementó el desempleo entre los más pobres, 
según reveló la FAO, dependiente de la OEA. La cifra representa la sexta parte de la población del planeta. 
La Organización delas Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) informó a través de un 
comunicado que más de mil millones de personas en el mundo sufren hambre a diario. La cifra, que 
impresiona, representa la sexta parte de la población mundial. 
Según informaron, el incremento del número se debe, en parte, a la crisis internacional que ha rebajado los 
ingresos e incrementado el desempleo entre los más pobres. La FAO estima que este año habrá un 11% 
más de hambrientos. 
"Una peligrosa mezcla entre la ralentización económica mundial combinada con los altos precios de los 
alimentos ha empujado a unos 100 millones más de personas al hambre crónica y la pobreza", declaró el 
director general de la FAO, Jacques Diouf. 
"Esta crisis silenciosa del hambre es un serio riesgo para la paz y seguridad en el mundo", dijo el 
funcionario. Además, abogó por "forjar de manera urgente un amplio consenso sobre la total y rápida 
erradicación del hambre en el mundo y tomar las acciones necesarias". 
Según el funcionario, lo ideal sería dar a los países pobres las herramientas para mejorar su producción 
agrícola y su productividad, porque para la mayoría de las naciones pobres este sector es esencial para 
superar ese déficit. 
Por su parte, el presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Kanayo F. Nwanze, 
destacó que "para la mayoría de los países en desarrollo, no hay duda de que invertir en los pequeños 
agricultores es la mejor red de seguridad sustentable, particularmente durante una época de crisis 
económica global". 
La FAO constata que tras los avances logrados en los 80' y principios de los 90', el hambre ha ido en 
aumento lento pero persistente. El número de personas hambrientas aumentó entre 1995-97 y 2004-06 en 
todas las regiones menos en Latinoamérica y el Caribe. 
El informe, presentado en Roma, destaca que la mayor parte de quienes pasan hambre viven en países en 
desarrollo. En Asia y el Pacífico se estima que hay 642 millones de hambrientos crónicos, frente a 265 
millones en el África subsahariana; 53 millones en Latinoamérica y el Caribe; 42 millones en Cercano 
Oriente y norte de África y 15 millones en los países desarrollados. 
VIDA, LIBERTAD, AGUA 
 
MARJORI ESCOBAR 
NOE BARRERA 
 
Maude Barlow 
A medida que se asoman el cambio climático y el desabastecimiento en todo el mundo, ¿luchará la 
gente por el agua o se unirán para protegerla? Un movimiento mundial de justicia por el agua está 
demandando un cambio en la ley internacional para garantizar el derecho universal al agua potable 
para todos. 
Es un fracaso colosal de la previsión política que el agua no haya emergido como un asunto importante en 
la campaña Presidencial de los Estados Unidos. Los vínculos entre petróleo, guerra, y política exterior 
estadounidense son bien conocidos. Pero el agua—si la tratemos como un bien público o como una 
mercancía que puede comprarse y venderse—en gran parte determinará si nuestro futuro será pacífico o 
peligroso. 
Los norteamericanos derrochan el agua mucho más que el petróleo. Los Estados Unidos depeden de agua 
subterránea no renovable para el 50 por ciento de su uso diario, y 36 estados enfrentan ahora una 
significativa escasez de agua, algunos casi entrando en crisis. 
Mientras tanto, la disminución de los suministros de agua alrededor del mundo, el acceso desigual al agua, 
y el control corporativo del agua, en conjunto con el inminente cambio climático por las emisiones de 
combustible fósil, han creado una situación de vida o muerte a lo largo del planeta. 
Tanto Demócratas como Republicanos han hecho hincapié en flexibilizar la dependencia de Estados Unidos 
de los recursos de energía no renovable en sus plataformas, pero ninguno de los partidos genera un debate 
público significativo sobre las amenazas planteadas por la escasez de agua. 
Eso no quiere decir que nadie esté prestando atención. De hecho, el agua se ha convertido en una clave 
estratégica de seguridad y una prioridad de política exterior para el gobierno de los Estados Unidos. 
Peligrosos acuerdos acuáticos 
Los intereses corporativos han perseguido planes para privatizar, mercatizar y exportar agua por décadas. 
Hemos visto cómo se desarrolla esto en Canadá. Por ejemplo, a finales de 1990, Sun Belt Water Inc., 
demandó al gobierno canadiense en virtud del NAFTA porque la Columbia Británica prohibió la exportación 
de agua, impidiendo un acuerdo que habría enviado agua desde la Columbia Británica hasta California. Las 
corporaciones también han hecho intentos para enviar agua canadiense hasta tan lejos como Asia y el 
Medio Oriente, propuestas que fracasaron después de una fuerte oposición de los ciudadanos que estaban 
empezando a comprender los peligros de la permanente eliminación del agua de los ecosistemas locales y 
su puesta bajo control corporativo. 
Ahora el Pentágono, así como varios foros de reflexión sobre seguridad de Estados Unidos, han decidido 
que los suministros de agua, al igual que los suministros de energía, deben ser asegurados si es que 
Estados Unidos quiere mantener su actual poder económico y militar en el mundo. Y Estados Unidos está 
ejerciendo presión para acceder al agua canadiense, a pesar de la propia escasez de Canadá. 
Bajo el nombre “Proyecto del Futuro de Norteamérica 2025”, el Centro para Estudios Estratégicos e 
Internacionales (CSIS) de Estados Unidos reunió a funcionarios gubernamentales de alto rango y ejecutivos 
de empresas de Canadá, Estados Unidos y México para una serie de seis encuentros con el objeto de 
discutir una amplia gama de cuestiones relacionadas a la Asociación de Seguridad y Prosperidad, una 
controvertida serie de negociaciones, fuertemente custodiada, para ampliar el NAFTA. 
“A medida que… la globalización continúa y el balance de poder cambia potencialmente, y los peligros para 
la seguridad global evolucionan, es prudente para los políticos canadienses, mexicanos y estadounidenses 
contemplar una arquitectura de seguridad de Norteamérica que pueda tratar eficazmente con amenazas de 
seguridad que se pueden preveer en 2025”, indicó una copia filtrada del documento del CSIS. 
http://agua.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Maude+Barlow%2A&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
En la agenda de una de las dos reuniones en Calgary hubo “consumo, transferencia y desvíos artificiales de 
masas de agua” con el propósito de lograr “una optima utilización común del agua disponible”. 
La conexión entre el agua y la seguridad se profundiza con el hecho que los Laboratorios Nacionales 
Sandia, un socio vital con el CSIS en su Proyecto Futuro Global del Agua, también desempeña un 
importante rol en la seguridad militar en los Estados Unidos. Si bien Sandia es técnicamente propiedad del 
gobierno de Estados Unidos, y reporta a la Administración de Seguridad del Departamento Nacional de 
Energía Nuclear, su dirección está subcontratada a Lockheed Martin, el mayor fabricante de armas del 
mundo. 
Ralph Pentland, asesor hídrico y principal artífice de la Política Federal de Agua del gobierno canadiense en 
1987, cree que el propósito de esta discusión multilateral es asegurar suficiente agua para la producción de 
arenas alquitranadas de Alberta, con el fin de garantizar el suministro ininterrumpido de petróleo a Estados 
Unidos. La extracción de energía sería mucho más atractiva si una nueva fuente de agua—potencialmente 
del norte de Canadá—pudiera ser llevada hasta las arenas alquitranadas a través de tuberías u otras 
desviaciones. Mientras el agua no cruce la frontera internacional, Alberta está en facultad de hacerlo. 
Estos planes para desplazar agua de un ecosistema a otro en servicio de las ganancias de las 
corporaciones son un problema ambiental para el planeta entero, lo cual es otra razón por la cual el agua 
debe formar una parte crucial de cualquier discusión progresistaen torno a la dependencia de Estados 
Unidos de los recursos energéticos extranjeros. 
Los intereses de las corporaciones entienden la conexión y la están usando para abogar por soluciones 
privadas a la crisis del agua. En un lenguaje que será familiar a los críticos que sostuvieron que Estados 
Unidos invadió Irak no por la democracia, sino por el acceso al petróleo y beneficios a las empresas, un 
informe de 2005 del Proyecto Futuro Global del Agua del CSIS tenía esto que decir sobre el agua: 
“Las cuestiones del agua son críticas para la seguridad nacional de Estados Unidos y son parte integrante 
para mantener los valores americanos de humanitarismo y crecimiento democrático. Por otra parte, el 
compromiso con los asuntos internacionales del agua garantiza oportunidades comerciales para el sector 
privado de Estados Unidos, el cual está bien posicionado para contribuir al desarrollo y obtener una 
recompensa económica”. 
Agua para todos 
Evidentemente, las autoridades en los Estados Unidos han decidido que el agua no es un bien público sino 
un recurso privado que se debe asegurar de cualquier manera. 
Pero hay alternativas. 
Los norteamericanos debemos aprender a vivir dentro de nuestros medios, conservando el agua en la 
agricultura y en el hogar. Podemos aprender de los muchos ejemplos aquí y más allá de nuestras fronteras: 
del sistema de acequias de Nueva México, que usa una antigua zanja de riego tradicional para distribuir 
agua en tierras áridas, hasta la Alianza Internacional de Cosecha de Agua de Lluvia en Ginebra, que trabaja 
mundialmente para promover programas sostenibles de cosecha de agua de lluvia. 
Las estrategias de conservación supondrán un perjuicio para la inversión masiva que está fluyendo ahora 
hacia soluciones tecnológicas y de infraestructura corporativas, tales como proyectos de desalinización, 
reutilización de aguas residuales y transferencia de agua. Y la conservación sería muchas veces mas 
barata, una bendición para el público pero no para los intereses corporativos que están actualmente 
impulsando los acuerdos internacionales sobre el agua. 
En las bases, un movimiento global de justicia por el agua está demandando un cambio en la ley 
internacional para resolver de una vez por todas la pregunta de quién controla el agua, y si las respuestas a 
la crisis del agua garantizará el agua para el público o los beneficios para las empresas. Ricardo Petrella ha 
encabezado un movimiento en Italia para reconocer el acceso al agua como un derecho humano básico, 
que cuenta con el apoyo de los políticos de cada nivel. La Coalición en Defensa del Agua Pública en 
Ecuador está demandando que el gobierno reforme la constitución para reconocer el derecho al agua. La 
Coalición en Defensa del Agua Pública en Sudáfrica está desafiando la práctica de medición de agua ante 
el Tribunal Superior de Johannesburgo sobre la base de que viola los derechos humanos de los ciudadanos 
de Soweto. Docenas de grupos en México se han unido a COMDA, la Coalición de Organizaciones 
Mexicanas por el Derecho al Agua, una campaña nacional para una garantía constitucional de agua para el 
público. 
Los Estados Unidos y Canadá son los únicos dos países que bloquean activamente las tentativas 
internacionales para reconocer al agua como un derecho humano. Pero los movimientos en ambos países 
están trabajando para cambiar eso. En Canadá una amplia red de grupos de derechos humanos, religiosos, 
laborales y medioambientales han formado Amigos Canadienses por el Derecho al Agua para lograr que el 
gobierno canadiense apoye un tratado de las Naciones Unidas sobre el derecho al agua. Y una red en los 
Estados Unidos encabezada por Custodia de Comida y Agua pide por un fideicomiso nacional de agua para 
garantizar la seguridad de los activos de agua de la nación y un cambio en la política gubernamental en los 
derechos al agua. 
Estas campañas pueden tener una lucha por delante, pero la visión está a nuestro alcance: un tratado de 
las Naciones Unidas que reconoce el derecho de la Tierra y otras especies al agua potable, se compromete 
a proteger y conservar los suministros de agua del mundo, y forma un acuerdo entre aquellos países que 
tienen agua y aquellos que no a trabajar en pro del control local, no corporativo, del agua. Debemos admitir 
que el agua es un derecho humano fundamental para todos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EL DERECHO HUMANO AL AGUA 
GERALDINE GOMEZ 
ANTONY HUALLPA 
 
Manuel E. Yepe * 
En nuestro planeta se está gestando una sigilosa guerra por el agua. La escasez y mala calidad del 
agua ponen en peligro la salud, el bienestar social y económico, la seguridad alimenticia y la 
diversidad biológica. Si el agua es escasa, la producción de alimentos también lo es y, de tal forma, 
ello no solo afecta a las actuales generaciones sino que amenaza a la supervivencia de las futuras. 
Cuando jugaba de niño con pistolas de agua no podía sospechar que a aquel inocente proyectil alguna vez 
correspondería un lugar tan señalado como el que hoy tiene en el dilema humano de la guerra o la paz. 
En nuestro planeta se está gestando, casi pudiera decirse que se está librando ya, una sigilosa guerra por el 
agua. 
Durante el último siglo la población mundial se ha triplicado, mientras que el consumo de agua se ha 
sextuplicado. 
Aunque el tema de la escasez del agua, su contaminación y su distribución desigual es un problema de 
todos, afecta más a la población pobre del mundo. 
Hoy, los niños de los países desarrollados consumen entre 20 y 30 veces más cantidad de agua que los 
niños de los países más pobres. 
Se calcula que unos mil millones de personas no disponen de agua potable en tanto dos mil quinientos 
millones no la tienen en las cantidades y condiciones mínimas adecuadas. Casi todas ellas viven en 
América Latina, África y Asia, aunque también existen vastos sectores de menesterosos en los países más 
desarrollados a quienes alcanza esta carencia. 
Si el agua es escasa, la producción de alimentos también lo es y, de tal forma, ello no solo afecta a las 
actuales generaciones sino que amenaza a la supervivencia de las futuras. La disponibilidad de agua 
potable repercute directamente en la calidad de vida de la población, fundamentalmente por sus 
derivaciones en los problemas de la higiene y la alimentación. Entre 10,000 y 20,000 niños mueren en el 
mundo cada día a consecuencia de enfermedades que pudieran evitarse, derivadas de la falta o 
insuficiencia del agua potable. Cada 15 segundos muere una niña o un niño por diarrea ocasionada por el 
consumo de agua infectada. 
Alrededor del 40 % de la alimentación mundial depende de la agricultura de regadío, que consume más del 
66% del agua que gasta la humanidad. Como no existen alternativas para esta ecuación, cualquier 
incremento del gasto de agua para fines que no sean los de la alimentación, repercute negativamente, de 
manera directa, en la calidad de la vida humana a escala global. 
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población, dentro de un cuarto de siglo, una de cada tres 
personas en la Tierra carecerá de agua o tendrá una cantidad insuficiente. La Organización de las Naciones 
Unidas (ONU) ha advertido que, de no tomarse las medidas apropiadas, mil ochocientos millones de 
personas vivirán dentro de 20 años en países o regiones con escasez absoluta de agua; más de dos tercios 
de la población mundial carecerán de acceso suficiente al agua. 
Y, a la escasez de agua, hay que sumar el problema de su contaminación que, según algunas fuentes 
especializadas, cobrará no menos de 76 millones de vidas humanas en los próximos 15 años. 
La FAO ha advertido acerca de los efectos contaminantes de los plaguicidas y los fertilizantes utilizados en 
la agricultura que dañan las reservas de agua, tanto la de superficie, como la almacenada por la naturaleza 
en el manto freático, es decir aquellas que se acumulan bajo la tierra,almacenadas en los poros que existen 
en sedimentos como la arena y la grava, y en las fisuras que se encuentran en rocas. 
El manto freático o subterráneo guarda el 97 por ciento de todas las reservas mundiales de agua dulce -
excluyendo la contenida en los casquetes polares. De esta agua subterránea, dependen no menos de 1,500 
http://agua.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Manuel+E.+Yepe+%2A&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
millones de habitantes en todo el mundo para su abastecimiento de agua potable, por lo que resulta un 
recurso fundamental, tanto para la vida humana como para el desarrollo económico. 
Aproximadamente el 80 por ciento de la contaminación del medio marino se origina por actividades 
humanas en tierra, como el vertimiento de aguas residuales y desechos industriales no tratados 
adecuadamente, y la construcción de infraestructura costera, además de los efectos derivados de las 
actividades agrícolas, el desarrollo industrial, la urbanización, el turismo y otras actividades humanas. 
Pero no todos los habitantes del planeta enfrentan tan triste presente ni, quizás, tan cruel destino. 
En la ciudad de Las Vegas, situada en medio del gran desierto de Nevada, en los Estados Unidos de 
América, se fabrican cada mes cinco mil residencias con piscinas y verdísimos céspedes generosamente 
regados con agua transportada desde cualquier lejana fuente. 
En el Sur del estado de la Florida, donde en los últimos tiempos se ha enseñoreado una gran sequía y se 
teme que el agua de mar contamine irremediablemente el manto freático en algunos condados, el consumo 
histórico promedio de agua es de 170 galones por persona, muy por encima de los 100 galones per cápita 
en todo el país, cifra que, a su vez, es 15 veces superior a la media de los países eufemísticamente 
llamados en "vías de desarrollo" del Sur del continente. 
La escasez y mala calidad del agua ponen en peligro la salud, el bienestar social y económico, la seguridad 
alimenticia y la diversidad biológica. La escasez de agua podría llegar a ser además, en el futuro, la 
limitación más importante para asegurar una agricultura sostenible. 
Estas realidades son expresión de lo extravagante, injusto e insostenible que puede ser el orden capitalista 
y el proclamado "modo de vida americano" pero muestran también lo alejada que está la humanidad de 
entender el grave peligro que le depara el uso irracional del agua a escala mundial. 
El director general de la UNESCO, Kiochiro Matsuura, ha sido categórico a este respecto: "De todas las 
crisis a las que nos enfrentamos los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a 
nuestra supervivencia y la del planeta. En los próximos veinte años el abastecimiento de agua disminuirá un 
tercio en el mundo". 
La crisis del agua es parte esencial de la crisis ambiental, económica y social a que nos conduce el modelo 
de desarrollo que se ha impuesto a la humanidad con la globalización neoliberal. 
Por eso ya los sectores más avisados de nuestros pueblos del Sur, y también muchos luchadores sociales 
del Norte, hablan de que hay que exigir, o mejor, hay que imponer, el derecho humano al agua. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ECOLOGÍA POLÍTICA Y CAPITALISMO 
LUZVENIA MAMANI 
REBECA MAMANI 
 
Joel Sangronis Padrón 
La racionalidad económica capitalista se caracteriza por el desajuste entre las formas y los ritmos de 
extracción, explotación y transformación de los recursos naturales por parte del sistema y las 
condiciones necesarias para la conservación y regeneración de los ecosistemas intervenidos. La 
aceleración en los ritmos de rotación del capital y la capitalización de la renta del suelo para 
maximizar ganancias ha generado una insostenible presión sobre los diferentes ecosistemas que 
existen en la tierra. 
Es bien conocido que el término ecología fue acuñado a finales del siglo XIX por el biólogo alemán Ernst 
Haeckel. 
Como toda disciplina científica nacida en pleno reinado del positivismo, la ecología, en tanto que ciencia 
natural, nació también con aspiraciones de ciencia pura, no contaminada con elementos metafísicos y 
mucho menos con elementos de las llamadas ciencias blandas o humanísticas. 
Como en tantas otras disciplinas científicas y tantos aspectos de la realidad histórico-social, el viejo Carlos 
Marx vino a introducir un cuestionamiento en el propio seno de esta nueva disciplina que apenas daba sus 
primeros pasos en el escenario científico de la cultura occidental. Marx señaló que: “Mientras existan 
hombres, la historia de la naturaleza y la historia de los hombres se condiciona mutuamente”. 
Con esta idea, con esta visión dialéctica de la naturaleza como “cuerpo inorgánico del hombre”, desarrollada 
ampliamente en El Capital, Marx, al igual que había hecho con la economía, introdujo la política, entendida 
esta como las actividades de los hombres divididos en clases y enfrentados entre sí por las contradicciones 
que dicha división conlleva, en el ámbito de la ecología. 
Estas pioneras ideas de Marx crearon el marco necesario para que en los últimos 40 años florecieran en 
todo el mundo estudios sobre la grave y cada vez más peligrosa crisis socioambiental, pero realizados 
desde la óptica política, esto es, una crisis estudiada y entendida como consecuencia de determinadas 
formas y relaciones de producción en el marco de determinados sistemas económicos y de poder. 
Autores como los norteamericanos James O´connors, director de la revista Nature, Murray Bookchin con su 
tratado de la Ecología de la Libertad y John B. Foster con su agudo trabajo Ecología de Marx; el francés 
Andre Gorz con sus trabajos Ecología Política y Capitalismo, Socialismo y Ecología; el austríaco Hans 
Magnus Enzensberger con su clásico texto Para Una Crítica de la Ecología Política; el español Joan 
Martínez Alier o Héctor Alimonda en Latinoamérica. 
Todos estos autores coinciden en el hecho de que la crisis ecológica que vive la humanidad, y que se ha 
acentuado en los últimos 30 años, (desertización, pérdida de la biodiversidad, recalentamiento global, 
rompimiento de la capa de ozono, extinciones masivas y aceleradas, hambrunas, y cambio climático) no 
pueden entenderse como fenómenos neutros, no pueden ni deben ser estudiados, de acuerdo a la 
metodología positivista, como hechos aislados del modelo de organización político económico y social que 
ha dominado a la mayor parte del mundo en los últimos 300 años, esto es, el capitalismo. 
El capitalismo debe ser entendido no como un simple sistema de propiedad y producción sino como un 
sistema de organización económica y social, como un sistema de relaciones entre los hombres y entre estos 
y el medio natural no antropizado. 
La cultura de la dominación, de la apropiación privada y de la explotación, paradigmas del capitalismo, se 
ha extendido no sólo a las relaciones de producción entre los hombres, sino también a la naturaleza. En el 
capitalismo la naturaleza es transformada de una entidad ecológica con complejas relaciones holísticas a 
una entidad económica con relaciones mercantiles de producción. Los derechos de propiedad y las 
relaciones de producción capitalistas condicionan explícitamente las formas y manejos de los ecosistemas 
ubicados en cada país o región sometidos a las leyes del mismo. 
http://politica.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Joel+Sangronis+Padr%C3%B3n&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
El homo sapiens de por si no es incompatible con el ecosistema terrestre salvo por el hecho que de nuestra 
especie surgió una sub especie superdepredadora que desde 1945, desde un lugar de los EEUU llamado 
Bretton Woods diseñó la globalización económica, perversa maquinaria succionadora de la energía vital de 
todo el ecosistema terrestrehacia un centro imperial delirante, desbocado, derrochador y enloquecido. 
La lógica del capital como modo de producción y como cultura es esta: producir acumulación mediante la 
explotación de la fuerza de trabajo de los hombres por la dominación de clases, por el sometimiento imperial 
de los pueblos y finalmente por el pillaje de la naturaleza. 
Este sistema a los fines de mantener altas tasas de ganancia (esta es su razón de existir) necesita recurrir 
en forma permanente a nuevas fuentes de producción (recursos naturales)para así poder mantener un alto 
consumo que a su vez se traduce en la generación de colosales cantidades de desechos como 
externalidades del proceso. 
La racionalidad económica capitalista se caracteriza por el desajuste entre las formas y los ritmos de 
extracción, explotación y transformación de los recursos naturales por parte del sistema y las condiciones 
necesarias para la conservación y regeneración de los ecosistemas intervenidos. La aceleración en los 
ritmos de rotación del capital y la capitalización de la renta del suelo para maximizar ganancias ha generado 
una insostenible presión sobre los diferentes ecosistemas que existen en la tierra. 
La expansión territorial requerida para garantizar el modo de producción capitalista no puede tomar en 
cuenta los ritmos de regeneración y recuperación de los ecosistemas que lo surten de materias primas, todo 
lo avasalla, todo lo hace parte y engranaje de su lógica. 
La causa de este tipo de desarrollo destructivo y depredador no es, por lo tanto, su irracionalidad, sino por el 
contrario, precisamente su racionalidad intrínseca. 
La incompatibilidad (contradicción) entre la racionalidad económica capitalista que al intervenir un 
ecosistema persigue la generación masiva de un único producto (soja, maíz, ganado) para poder ser 
competitivo en la economía de mercado, con ciclos económicos cada vez más cortos y acelerados con el fin 
de maximizar ganancias y la diversidad y complejidad inherente a todo ecosistema (especialmente los 
tropicales) y sus lentos, a veces milenarios ciclos de reproducción, es absoluta! 
La disminución de los recursos naturales conlleva necesariamente la degradación del entorno, por lo que es 
entonces aquí que debemos entender que la contaminación no es otra cosa que los productos de desecho 
del proceso de apropiación privada de recursos naturales que por su propia esencia tendrían que ser 
sociales y comunitarios, tales como el agua, la tierra, el aire, los paisajes, etc. ; estos recursos al ser 
convertidos en mercancías quedan atados a la lógica del sistema que necesita consumir su valor y 
desecharlos rápidamente como externalidades del proceso. 
El agotamiento progresivo e indeclinable de los recursos naturales que el capitalismo necesita para 
mantener su ritmo de funcionamiento es la causa principal del nuevo modelo hegemónico-imperial que sufre 
el mundo en nuestros días. 
Como bien lo señala el autor vasco Artemio Baigorri: “previendo el agotamiento de los propios recursos, los 
países imperialistas se han lanzado de nuevo a la caza y captura de las colonias. Ya no son hoy en día los 
factores determinantes del imperialismo ni la necesidad de importar fuerza de trabajo (esclavismo), ni la 
necesidad de exportar capitales o de colocar una superproducción en los mercados coloniales, ni mucho 
menos la lucha política entre bloques. Se trata sencilla y llanamente de arrancar los minerales, el agua, la 
energía, el trabajo y hasta el ADN de allí donde se encuentren”. 
Podemos concluir entonces afirmando que lo que conocemos hoy como crisis ambiental no es otra cosa en 
el fondo que el resultado del régimen social y económico imperante (capitalismo). Que los modos de 
producción y estructuras de dominación que conducen a la explotación del hombre por el hombre conducen 
inevitablemente también a la explotación de la naturaleza por parte de las clases dominantes de la sociedad 
humana. 
La alienación del hombre incluye también la alienación de la naturaleza antropizada. Liberar al hombre de la 
opresión implica también liberar a la naturaleza de las actuales relaciones de explotación y dominación. 
Lo que está en juego, más que la supervivencia de la especie humana, es su vocación y derecho a un 
mundo hermoso y libre, capaz de dimensionar una vida de relaciones fundadas en el más ser y no en el 
más tener, y en una lucha competitiva estéril y deshumanizante, que sobrevive a la sombra de un posible 
holocausto nuclear, con la permanente neurosis de un ambiente degradado, hostil y contaminado, con crisis 
económicas que proyectan hacia el futuro imágenes de pesadilla, un ser humano dislocado en sus fibras 
más profundas, mutilado de su entorno, enemigo de sí mismo y de toda otra forma de vida. 
El socialismo que los seres humanos aun habremos de construir en este siglo que recién comienza, no 
solamente tendrá que enfrentar y superar las contradicciones socioecológicas que el capitalismo ha 
generado en los últimos 300 años, más importante aún, tendrá que crear un nuevo modelo cultural que 
permita al hombre producir los bienes que le son necesarios para su subsistencia en forma integrada y no 
destructiva, respetuosa con los ciclos y ritmos del ecosistema terrestre. Un socialismo en el que los hombres 
no condicionen agresivamente a la naturaleza sino que se integren a ella en forma armónica y plena. Tarea 
titánica en verdad, quizás la mayor que hemos enfrentado como especie, pero que por ello mismo no 
podemos demorar más en asumirla. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿POR QUÉ ECOSOCIALISMO HOY? 
CARLOS POMA 
MIRIAM REYES 
Joel Kovel 
Un socialismo digno del nombre tendrá que ser ecológicamente orientado, es decir, tendrá que ser 
un "ecosocialismo" consagrado a restaurar la integridad de nuestra relación con la naturaleza. La 
producción dentro del ecosocialismo debe orientarse hacia la reparación del daño de los 
ecosistemas y promoviendo ecosistemas florecientes. 
El homo sapiens ha estado luchando con sus efectos sobre la naturaleza desde los días del Paleolítico y las 
primeras grandes extinciones realizadas por las bandas de cazadores. Pero no fue sino hasta los años 
setenta que estos efectos se empezaron a experimentar como una gran crisis ecológica que amenaza el 
futuro de todas las especies. El movimiento ecologista moderno nació en ese momento, con sus Días de la 
Tierra, partidos verdes y ONGs innumerables señalando una nueva, ecológicamente consciente, época que 
se había levantado para luchar contra la amenaza planetaria. 
El optimismo de esos tempranos años ahora se ha marchitado totalmente. A pesar de ciertas intervenciones 
útiles, como el mayor reciclado de basura o el desarrollo de zonas verdes, o de la aparentemente creciente 
masa de regulaciones gubernamentales, en las ONG’s medioambientales y los programas académicos se 
ha verificado el paso global de la decadencia ecológica. De hecho, desde que el primer Día de la Tierra fue 
proclamado, se ha empeorado en áreas cruciales como las emisiones del carbono, la pérdida de arrecifes y 
la deforestación de la Amazona; todo ello actualmente se ha acelerado y ha empezado a asumir un carácter 
exponencial. ¿Cómo explicar este molesto hecho? ¿Por qué la conciencia que debería inspirar los 
esfuerzos más vigorosos para ir más allá de los límites de ambientalismo actual no se amplió? Quizás 
Margaret Thatcher debe considerarse aquí. En los años tardíos de los setenta, la misma década que iba a 
introducirnos en la era medioambiental, la "Dama de Hierro", primera ministra del Reino Unido, anunció el 
surgimiento del "TINA," la sigla para su eslogan "No Hay Ninguna Alternativa" (“There Is No Alternative”) a la 
sociedad dada, y ciertamente ninguna alternativa de la clase prevista por la primera oleada de activistas 
ecologistas. 
Lo que había pasado era que ese ambientalismo había extraviado el punto, y estaba tratando con síntomas 
externos en lugar de atacara la enfermedad básica. Thatcher no lo deletreó en detalle pero no hubo 
ninguna equivocación de lo que ella tenía en mente y sostenía: “No Había Ninguna Alternativa al 
Capitalismo” –o, más exactamente, para el renacido, duro y afilado, tipo de capitalismo que se había 
instalado durante los años setenta en lugar del capitalismo del Estado benefactor que había prevalecido por 
más de un siglo. Ésta era una respuesta deliberada a una seria crisis de acumulación que había convencido 
a los líderes de la economía global a que instalaran lo que conocemos hoy como neoliberalismo. Thatcher 
fue emblemática, junto con Ronald Reagan en el EE.UU., de su cara política. El Neoliberalismo es un 
retorno a la pura lógica del Capital; no es ninguna tormenta de paso sino la verdadera condición del mundo 
capitalista que habitamos. Ha barrido las medidas que habían inhibido la agresividad del Capital y los ha 
reemplazado con una desnuda explotación de la humanidad y la naturaleza. Al derribar las fronteras y 
límites de su acumulación se le conoce como "globalización," y es celebrada por ideólogos como Thomas 
Friedman como una nueva época de progreso universal sostenido por las alas del mercado libre y la 
mercantilización de todo. Esta guerra relámpago o bombardeo neoliberal acabó con las débiles reformas 
liberales que los movimientos medioambientales de los años setenta habían ayudado a poner en orden para 
verificar la decadencia ecológica. Y como estos movimientos no han desarrollado ninguna crítica al Capital, 
o una muy pequeña, flotan sin esperanza en un tiempo de crisis acelerada. 
De modo que es el momento de reconocer la insuficiencia absoluta de las premisas básicas de 
ambientalismo de la primera ola y sus formas de organización. Hay una cierta urgencia de este 
reconocimiento, para advertir los cambios profundos y de hecho sin precedentes en la existencia humana 
por la crisis ecológica. Y este camino que se ha abierto ahora ante nosotros puede atribuirse al Capital 
mismo, que nos pone sobre la huella del caos ecológico. Mientras hay muchas y complejas evidencias 
correspondientes a la responsabilidad del Capital en la crisis ecológica, lo cierto es que únicamente se 
mantiene una tendencia arrasadora: el capitalismo requiere el crecimiento incesante de la producción 
económica, y como este crecimiento sirve a la causa del Capital pero no a las necesidades humanas reales, 
el resultado es la desestabilización continúa de su integral relación con la naturaleza. La razón esencial de 
esto depende de la diferencia distintiva del capitalismo con todos los otros modos de producción, esto es, 
que éste está organizado alrededor de la producción del propio Capital –de una entidad completamente 
abstracta, cuantitativa y numérica sin límite interior. Por lo tanto, arrastra al material mundo natural, que 
http://politica.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Joel+Kovel&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
tiene límites muy definidos, junto con él en su enloquecida búsqueda de valorizar el valor, de valor y 
plusvalor, y no puede hacer nada más. 
No tenemos ninguna opción frente al hecho de que la crisis ecológica pronostica un cambio radical. Pero 
podemos escoger el tipo de cambio, el cual puede ser para la vida o para la muerte. Como Ian Angus lo 
pone en su página electrónica, “Clima y Capitalismo”, la opción es bastante simple: "EcoSocialismo o 
Barbarie: No hay ninguna tercera vía". 
En realidad, esa es una paráfrasis de lo que la gran Rosa Luxemburg dijo al principio del siglo XX, que real 
disyuntiva de la humanidad estaba entre "Socialismo o Barbarie". Esto es una gran verdad. El fracaso de las 
revoluciones socialistas (de manera inmediata, como en el caso de Luxemburg y el levantamiento 
espartaquista en Alemania, y después con el fracaso de los otros socialismos del siglo XX, sobre todo 
aquellos organizados alrededor de la URSS y China), ha sido una condición para el presente triunfo del 
capitalismo bárbaro, con sus guerras interminables, la pesadilla del consumismo, el ensanchamiento entre 
ricos y pobres -y muy significativamente, con la crisis ecológica. De modo que la elección humana nos 
remite a lo mismo, excepto que la barbarie capitalista significa ahora ecocatástrofe. Esto es así porque la 
capacidad de la Tierra para limpiar los efectos de la producción humana se ha sobrepasado por el caos de 
su sistema productivo. Cualquier movimiento para la transformación social en nuestro tiempo tendrá que 
poner en primer plano este problema, porque la misma noción de un futuro depende en delante de si 
podremos resolverlo o no. 
Por esta razón, un socialismo digno del nombre tendrá que ser ecológicamente -o para ser más exactos, 
“ecocéntricamente”- orientado, es decir, tendrá que ser un "ecosocialismo" consagrado a restaurar la 
integridad de nuestra relación con la naturaleza. La distinción entre ecosocialismo y los socialismos de la 
"primer época" del último siglo no es meramente terminológica, como si para el ecosocialismo simplemente 
se necesitara el control obrero sobre el aparato industrial y alguna buena regulación medioambiental. Se 
requiere el control obrero en el ecosocialismo como en el socialismo de la "primera época," porque los 
productores son libres sólo si trascienden al capitalismo. Pero el aspecto ecológico también propone un 
nuevo y más radical problema que pone en cuestión el mismo carácter de la propia producción. 
La producción capitalista, en su búsqueda interminable de ganancias, busca convertir todo en mercancía. 
Sólo de este modo la acumulación puede continuar expandiéndose. Al liberarnos de la tiranía de la 
propiedad privada sobre los medios de producción, con el socialismo, sea de la primera época o como 
ecosocialismo, se haría posible interrumpir la tendencia mortal de ese canceroso crecimiento, el cual es 
determinado siempre por la competencia entre los capitales para ganar la porción más grande del mercado. 
Pero eso dejo abierta la pregunta de lo que se producirá, y cómo, dentro de una sociedad ecosocialista. 
Es claro que la producción tendrá que cambiar: de ser dominada por el intercambio -el camino de las 
mercancías- a otro que sea dominado por el uso, esto es, por la directa satisfacción de necesidades 
humanas. Pero esto, a su vez, requiere una definición, y en el contexto de la crisis ecológica, "uso" sólo 
puede significar aquello que considera como necesidades esenciales lo que supere la crisis ecológica –que 
es la más grande necesidad de la civilización en su conjunto, y por consiguiente para cada mujer y hombre 
dentro de ella. De ahí se sigue que los seres humanos sólo pueden florecer en circunstancias en las que el 
daño a la naturaleza que el Capital le ha inflingido sea superado, por ejemplo, dejando de emitir carbono a 
la atmósfera. En la medida en que la "naturaleza" es el juego interrelacionado de todos los ecosistemas, la 
producción dentro del ecosocialismo debe orientarse hacia la reparación del daño de los ecosistemas y de 
hecho, promoviendo ecosistemas florecientes. Esto podría traer consigo granjas racionales, por ejemplo, o –
ya que somos criaturas naturales que viven ecosistemáticamente, en comunidades- relaciones humanas 
ecológicamente dirigidas, incluyendo la crianza de los niños, las relaciones entre los géneros y de hecho, la 
totalidad espiritual y estética de la vida. 
Este artículo está lejos, por ser demasiado breve, de permitir el desarrollo de estos temas. Pero por lo que se ha dicho 
hasta ahora debe estar claro que hablando de ecosocialismo estamos diciendo mucho sobre lo que nuestra economía o 
tecnología deben cambiar. Ecosocialismo no es ninguna materia completamente económica, tal y como no era una 
mera cuestión económica el socialismo o el comunismo en la perspectiva de Marx. Es necesario precisar la 
transformación radical de la sociedad –y de la existencia humana- que Marxprevió como la próxima fase en la evolución 
humana. De hecho, así debe ser si acaso vamos a sobrevivir a la crisis ecológica. Ecosocialismo es el indicador de, 
entonces, un modo completamente diferente de producción, uno en el que los trabajadores libremente asociados 
producen ecosistemas florecientes en lugar de mercancías. Definitivamente, esto plantea mucho más preguntas que 
respuestas, lo cual es la medida de cuán profunda es la crisis ecológica. ¿Qué, después de todo, parecería la vida si 
dejáramos de emitir enormes cantidades de carbono en la atmósfera y permitiéramos que el ecosistema del clima pueda 
re-equilibrarse, es decir, ser sanado? ¿Cómo sería, realmente, vivir completamente como humanos en armonía con la 
naturaleza dados los tremendos horrores hechos por nuestro sistema de sociedad? No hay ninguna certeza del 
resultado. Pero hay una certeza que nosotros tenemos que construir: debe haber una alternativa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIFERENTES EXPRESIONES DE LA CRISIS: ECONÓMICA Y ALIMENTARIA 
ANNY VALENCIA 
HEIDY VALENCIA 
MARCO CALLATA 
 
Paula Alvarez Roa 
Esta crisis económica global, trae consigo diversas expresiones, una de ellas la alimentaria, pero 
ambas encuentran su explicación en el hecho de que el capital no es capaz de resolver eficazmente 
sus problemas de rentabilidad. Esa es la causa común que explica el fenómeno recurrente. Y, 
efectivamente, nos señala un rasgo inherente al sistema capitalista: para seguir “funcionando” 
requiere la obtención de tasas de rentabilidad crecientes y esto lo logra en detrimento de la mano de 
obra y de la naturaleza produciendo cada vez una crisis más profunda, es decir que al “funcionar” 
socava los factores de los cuales obtiene su rentabilidad. 
A finales de abril de 2008 el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas anunció un Plan 
para combatir la crisis alimentaria y en septiembre de ese mismo año fue citada una reunión de alto nivel 
para renovar los compromisos sobre las metas del milenio, establecidos para el 2015. Se concluyó que la 
crisis alimentaria era un problema central en todo el mundo y seria atendido a través de una unidad de 
emergencia pues la principal meta del milenio, erradicar el hambre, no se lograría. A partir de eso hechos se 
incrementó la discusión acerca de la crisis alimentaria. 
En este artículo miraremos algunas preocupaciones de las organizaciones ambientalistas en Colombia 
acerca del carácter de esta crisis alimentaria, identificando la actual crisis económica como el factor 
fundamental que la ha generado y su importancia para las discusiones ambientalistas en el futuro. 
La economía mundial atraviesa tiempos difíciles: La OIT ha señalado recientemente que la crisis económica 
podrá dejar sin empleo a finales de este año a 51 millones de personas en el mundo, además según el 
Fondo Monetario Internacional -FMI-, el crecimiento de la producción mundial será de apenas el 0.5% en el 
2009, la peor tasa en más de 6 décadas, la discusión en ese sentido para las Instituciones Financieras no 
radica en si hay o no recesión, sino en cómo hacer para que no dure tanto tiempo. 
Estamos atravesando una crisis global del capital, las bolsas del mundo han tenido una tendencia hacia la 
baja, los parlamentos de Europa y Estados Unidos aprueban múltiples operaciones de salvamento a 
industrias, se buscan alternativas para resolver la crisis con más endeudamiento, hay una oleada de 
despidos masivos de trabajadores, las corporaciones adquieren en medio de la crisis un poder cada vez 
mayor, la apropiación privada de los recursos y derechos sociales en pocas manos, etc. Son estas algunas 
de las características que llevan a muchos analistas económicos a señalar que esta crisis que estamos 
viviendo es la más importante desde 1929 y que se diferencia de las crisis recientes en que esta vez no se 
da en países periféricos de Asia o el Cono Sur sino en el centro del sistema capitalista. 
La peor parte de esta crisis estará en los países del norte, en donde todo comenzó, según el FMI las 
economías industrializadas importantes van a registrar cifras negativas en estos meses, comenzando por la 
estadounidense con una caída del 1.6%, seguida por la británica con -2.8%, las naciones integrantes de la 
zona Euro con -2% y Japón con -2.6%; las economías emergentes irán mucho más lento con un aumento 
del 3.3% de su PIB, esto significa 5 puntos porcentuales por debajo del registrado hace un par de años, 
América Latina apenas llegará al 1.1% 
Estamos en un momento en el que se conjuga una crisis económica con múltiples dimensiones: alimentaria, 
de materias primas, ambiental, entre otras, pero todas ellas explicadas en decisiones productivistas de una 
economía capitalista también en crisis, con recesión, desvalorización del capital y reducción de los 
presupuestos públicos. Por todo esto, los tiempos que se vienen se caracterizaran porque se endurecerán 
las condiciones del crédito, se multiplicarán las quiebras de empresas, se dispararán los despidos y se 
reducirá drásticamente el consumo. Será también la ocasión para que los grandes grupos capitalistas 
reestructuren e intensifiquen la explotación de la mano de obra, despidan y bajen aún más los salarios. 
En este contexto la industria de los alimentos no fue la excepción y vimos cómo el mercado de commodities, 
los cuales son mercados a futuro que especulan con los precios, tuvieron mucho que ver con la llamada 
crisis alimentaria, ya que si vemos estimaciones que se desarrollaron en el Senado de los Estados Unidos, 
en mayo de 2008 plantearon que si en el 2003 cada día existían 430 millones de dólares de especulación, 
en marzo de 2008 diariamente se especulaba con 8.600 millones de dólares, en un solo día se especulaba 
http://economia.ecoportal.net/content/advancedsearch/?SearchText=Paula+Alvarez+Roa&SearchContentClassID%5B%5D=2&SearchContentClassAttributeID%5B%5D=193&SearchSectionID%5B%5D=1&SubTreeArray%5B%5D=211&SubTreeArray%5B%5D=231
tanto como en 20 días del 2003. Esta actividad compradora es lo que permite explicar en gran medida el 
alza a los precios, ya que el mercado a futuro es una referencia esencial para el mercado de contado (al ser 
los mercados más líquidos y que movilizan mayor información), la transmisión a los mercados de contado 
ha podido ser directa y rápida. En suma, la “migración de la liquidez” hacia los mercados de futuros ha 
terminado produciendo subida de precios en los mercados de contado. Para tener una idea, solo en febrero 
de 2008 se crearon 160 fondos de inversión a nivel mundial de commodities agrarios, de allí la especulación 
en los mercados de futuro 
En el mercado de Chicago, actualmente se negocian alrededor de 25 productos agrícolas como 
commodities, los Hedge Funds actúan en el mercado de futuros (actualmente se compran 30 millones de 
toneladas de soya en el mercado de futuros por día), así como la compra de compañías especializadas en 
el almacenaje de la producción agrícola. Muchos han llegado a señalar que hoy en día resulta muy difícil 
cuantificar exactamente la inversión financiera en el sector agrícola que se pueda considerar especulativa. 
Estimaciones señalan que al menos un 55% de la totalidad de la inversión financiera en lo agrícola cumple 
con estas características, otros señalan que el trigo, por ejemplo, es controlado en un 50% y 60% por parte 
de los fondos de inversión, siendo en consecuencia este cereal uno de los más comercializados en el 
mercado de commodities. 
Otro elemento adicional tiene que ver con el mercado de tierras, en manos de empresas de esta 
agroindustria que las compran en muchas ocasiones con fines especulativos, ya que la expectativa 
creciente de su precio en un futuro, hace que hoy veamos lo que se conoce como titularización de tierras. 
¿Cuál es el carácter de la crisis? 
Estamos ante una crisis clásica capitalista de sobreproducciónque en principio se presenta como una crisis 
financiera en la que se concentran grandes inversiones institucionales por parte de fondos de pensión, 
compañías de seguros, bancos, etc., hechas sobre la base de la especulación. Hay 3 bolsas en el mundo 
que fijan el precio de los alimentos, en los mercados a plazo, la bolsa de Chicago, de Kansas City y de 
Minneapolis. Los precios a futuro contratados en Estados Unidos en estas bolsas se reflejan en todo el 
mundo y no solo sobre el precio a futuro sino en el actual. 
Las multinacionales de los alimentos se han apoderado y controlan toda la cadena, desde la semilla hasta la 
producción y posterior comercialización de lo que consumimos y son oligopolios que tienen unas enormes 
ganancias y que podemos decir son las dueñas de este “negocio”, el 82% del mercado comercial de 
semillas está bajo propiedad intelectual, 10 empresas controlan el 67% de ese rubro y tal y como lo plantea 
Silvia Ribeiro: “estas grandes semilleras (Monsanto, Syngenta, Dupont, etc.) son además propiedad de 
fabricantes de agrotóxicos, rubro en el cual las 10 mayores empresas controlan el 89% del mercado global”, 
sin mencionar a Wal Mart que es la empresa más grande del mundo, 85% de la producción global de 
alimentos. 
Sigamos viendo algunos datos, los 10 mayores procesadores de alimentos (Unilever, Tyson Foods, Cargill, 
Mars, ADM, Danone, Nestlé, PepsiCo, Coca Cola y Kraft Foods) controlan el 26% del mercado y 100 
cadenas de ventas directas al consumidor controlan 40% del mercado global. Parece "poco" en 
comparación, pero son volúmenes de venta inmensamente mayores. En 2002, las ventas globales de 
semillas y agroquímicos fueron de 29 mil millones de dólares; las de procesadores de alimentos, 259 mil 
millones, y las de cadenas de ventas al consumidor, 501 mil millones. En 2007, esos tres sectores 
aumentaron respectivamente a 49 mil millones; 339 mil millones y 720 mil millones de dólares . 
Esta concentración del poder de las empresas, lleva a que por ejemplo, en Europa, entre los años 1987 y 
2005, la cuota de mercado de las 10 mayores multinacionales de la distribución significaba un 45% del total 
y se pronosticaba que ésta podría llegar a un 75% en los próximos 10-15 años. En países como Suecia, 3 
cadenas de supermercados controlan alrededor del 95,1% de la cuota de mercado; y en países como 
Dinamarca, Bélgica, Estado español, Francia, Holanda, Gran Bretaña y Argentina, unas pocas empresas 
dominan entre el 45% y el 60% del total. De esta manera, las grandes corporaciones, con su matriz en los 
países occidentales, absorben a cadenas más pequeñas en todo el planeta asegurándose su expansión a 
nivel internacional y, especialmente, en los países del sur . 
En Colombia por ejemplo, controlan gran parte del mercado dos multinacionales francesas, Carrefour y 
Casino, esta última dueña de los Almacenes Éxito y Carulla. Y está entrando la multinacional Wal Mart, a 
través de la compra este año del conocido Súper Almacén Olímpica (SAO), se conoce que ya la 
Superintendencia de Industria y Comercio avaló la marca de Wal Mart en el país. 
Coherente con lo anterior es la relación de la crisis alimentaria con los agrocombustibles, veamos algunas 
consideraciones: efectivamente este “boom” global de estos cultivos para la generación de energía, 
desplazó cultivos alimentarios, esto se constata entre otras cosas, en las enormes y ventajosas políticas 
que los gobiernos impulsan para quienes decidan invertir en este tipo de proyectos agroindustriales, y al 
mismo tiempo una ausencia de políticas encaminadas al fomento y producción de alimentos. Esto ha 
contribuido al encarecimiento en los precios de los alimentos y tal como lo plantea el Banco Mundial, el 
aumento de la producción de agrocombustibles es el responsable del 70 al 75% del aumento de precios de 
los alimentos entre 2002 y 2008, principalmente porque ha conllevado una disminución de la oferta de 
productos alimentarios y la substitución de cultivos de plantas en beneficio de los cultivos para la producción 
de agrocombustibles, en particular el maíz . Pero además el privilegio del estímulo a los agrocombustibles 
sobre los cultivos para la alimentación ha incrementado la disputa por los recursos: tierra y agua 
principalmente. 
Al mismo tiempo estos monocultivos agroindustriales, vienen ocasionando fuertes impactos de tipo 
ambiental, tales como la desertificación y destrucción de los bosques, ya que el carbono retenido en los 
bosques es mayor que las emisiones evitadas por uso del agrocombustible, y han ocasionado una pérdida 
de hábitat reduciendo la biodiversidad para aumentar áreas agrícolas. 
La crisis en Colombia 
El gobierno, en cabeza del Ministro de Agricultura afirma que Colombia está blindada de esta crisis de los 
alimentos, que aquí no sentiremos el alza en los precios y que la tierra que posee el país es suficiente para 
los agrocombustibles y que no compite con los cultivos para la alimentación. Pero las cifras dicen todo lo 
contrario, el crecimiento de los precios de los alimentos en Colombia, el año que acaba de terminar se ubico 
por encima del 12%, en donde precios como por ejemplo el del arroz se duplico. Obedeciendo esto, entre 
otras cosas, a decisiones del Ejecutivo, como la de importar alimentos; junto a medidas como la de imponer 
un arancel del 25% a la importación de maíz (el arancel había sido desmontado como consecuencia del 
aumento de los precios internacionales: el Sistema Andino de Franjas (SAF), contempla un arancel variable 
que baja cuando los precios suben y sube cuando los precios bajan). Pero el Gobierno decidió deponer el 
Sistema de Franjas y beneficiar doblemente a los productores . 
El modelo agroexportador que tenemos se ha consolidado. Recientemente se aprobó el Estatuto Rural, el 
cual pone al país en la vía de productor de materias primas para la exportación, el 63.7% de las 
exportaciones están concentradas en el sector primario. Pero al mismo tiempo esto se contrasta con que 
Colombia es un importador neto de alimentos, en los últimos meses las harinas subieron un 23.26%, el pan 
un 16.1%, las pastas el 32.54%, esto tiene que ver con que en el año 1990 se producían 123 kilos de 
cereales por habitante y en 2007 fueron tan solo 92, estamos importando en este momento el 33% del frijol, 
el 65% del maíz, el 95% del trigo, el 99% de la cebada; toda la lenteja, todo el garbanzo, y toda la arveja 
seca. 
En consecuencia podemos afirmar que esta crisis económica global, trae consigo diversas expresiones, una 
de ellas la alimentaria, pero ambas encuentran su explicación en el hecho de que el capital no es capaz de 
resolver eficazmente sus problemas de rentabilidad. Esa es la causa común que explica el fenómeno 
recurrente. Y, efectivamente, nos señala un rasgo inherente al sistema capitalista: para seguir “funcionando” 
requiere la obtención de tasas de rentabilidad crecientes y esto lo logra en detrimento de la mano de obra y 
de la naturaleza produciendo cada vez una crisis más profunda, es decir que al “funcionar” socava los 
factores de los cuales obtiene su rentabilidad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EN DEFENSA DEL DECRECIMIENTO 
LIZBETH ESTALLA 
NOHELY ORE 
 
Carlos Taibo 
En los países ricos hay que reducir la producción y el consumo porque vivimos por encima de 
nuestras posibilidades sin tomar en cuenta los límites medioambientales y de recursos del planeta. 
Las sociedades opulentas deben tomar en consideración la conveniencia de cerrar o reducir la 
actividad de muchos de los complejos fabriles hoy existentes. Estamos pensando, cómo no, en la 
industria militar, en la automovilística, en la de la aviación y en buena parte de la de la construcción. 
La visión dominante en las sociedades opulentas sugiere que el crecimiento económico es la panacea que 
resuelve todos los males. A su amparo --se nos dice-- la cohesión social se asienta, los servicios públicos se 
mantienen, y el desempleo y la desigualdad no ganan terreno. Sobran las

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