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DERMATOLOG Í A DE PEQUE Ñ OS ANIMALES SOLUCIONES SAUNDERS EN LA PR Á CTICA VETERINARIA Esta página ha dejado en blanco intencionadamente Anita Patel BVM, DVD, MRCVS RCVS Specialist in Veterinary Dermatology Peter Forsythe BVM & S, DVD, MRCVS RCVS Specialist in Veterinary Dermatology Con la colaboración de: Stephen Smith BVetMed (Hons.), CertZooMed, MRCVS Resident in Avian and Exotics Medicine SOLUCIONES SAUNDERS EN LA PR Á CTICA VETERINARIA DERMATOLOG Í A DE PEQUE Ñ OS ANIMALES Editor de la colección: Fred Nind BVM & S, MRCVS Edici ó n en espa ñ ol de la primera edici ó n de la obra original en ingl é s Small Animal Dermatology Copyright © MMVIII by Saunders, an imprint of Elsevier Inc. Revisi ó n cient í fi ca: Dra . Pilar Sagredo Rodr í guez Profesora Honoraria, Departamento de Patolog í a Animal I Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid Full Member, European Society of Veterinary Dermatology Centro de Dermatolog í a y Alergia Hospital Veterinario Altha í a, Alicante © 2010 Elsevier Espa ñ a, S.L. Travessera de Gr à cia, 17-21 – 08021 Barcelona, Espa ñ a Fotocopiar es un delito. (Art. 270 C.P.) Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, dibujantes, correctores, impresores, editores…). El principal benefi ciario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha su contenido. Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» existencia de nuevas ediciones. Adem á s, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes. Este libro est á legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso, fuera de los l í mites establecidos por la legislaci ó n vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se aplica en particular a la reproducci ó n, fotocopia, traducci ó n, grabaci ó n o cualquier otro sistema de recuperaci ó n de almacenaje de informaci ó n. ISBN edici ó n original: 978-0-7020-2870-0 ISBN edici ó n espa ñ ola: 978-84-8086-482-4 Traducci ó n y producci ó n editorial: Diorki Servicios Integrales de Edici ó n Advertencia La veterinaria es un á rea en constante evoluci ó n. Aunque deben seguirse unas precauciones de seguri- dad est á ndar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigaci ó n b á sica y cl í nica habr á que introducir cambios en los tratamientos y en los f á rmacos. En consecuencia, se recomienda a los lectores que analicen los ú ltimos datos aportados por los fabricantes sobre cada f á rmaco para com- probar la dosis recomendada, la v í a y duraci ó n de la administraci ó n y las contraindicaciones. Es respon- sabilidad ineludible del m é dico determinar la dosis y el tratamiento m á s indicado para cada paciente en funci ó n de su experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los directores asumen responsabilidad alguna por los da ñ os que pudieran generarse a personas o propiedades como conse- cuencia del contenido de esta obra. El editor v Agradecimientos vii Introducci ó n viii 1 Consulta de dermatolog í a 1 2 Pruebas de laboratorio 6 1 PRURITO CON P Á PULAS Y/O COSTRAS Y/O DESCAMACI Ó N 3 Introducci ó n al prurito: patogenia y evoluci ó n de las lesiones 21 4 Sarna sarc ó ptica 23 5 Dermatitis por alergia a las pulgas 28 6 Dermatitis at ó pica 35 7 Dermatitis por Malassezia 45 8 Cheyletiellosis 49 9 Dermatofi tosis en un jack russell terrier 54 10 Dermatofi tosis en un cobaya 60 11 Reacci ó n adversa a alimentos 67 2 DESCAMACI Ó N Y COSTRAS SIN PRURITO 12 Introducci ó n a la formaci ó n de costras y la descamaci ó n 77 Dermatosis con descamaci ó n 13 Adenitis seb á cea 80 14 Dermatitis exfoliativa con timoma 85 15 Linfoma epiteliotr ó pico 90 16 Cheyletiellosis en un conejo 95 Dermatosis con formaci ó n de costras 17 P é nfi go foli á ceo en un gato 103 18 Necrosis epid é rmica metab ó lica 111 19 Dermatosis sensible al zinc 116 3 ALOPECIA 20 Introducci ó n a la alopecia 123 Alopecia sim é trica 21 Alopecia sim é trica felina 127 22 Hipotiroidismo 133 Í ndice de contenidos 23 Alopecia por diluci ó n del color 140 24 Alopecia X en un pomerania 144 25 Alopecia recurrente de los fl ancos canina 150 Alopecia multifocal 26 Demodicosis 154 27 Pioderma estafi loc ó cico 161 28 Dermatofi tosis 169 29 Alopecia areata 176 30 Linfoma en un h á mster 181 Alopecia con signos sist é micos 31 Alopecia paraneopl á sica felina 188 4 DERMATOSIS ULCERATIVAS Y EROSIVAS 32 Introducci ó n a las dermatosis ulcerativas y erosivas 195 33 Eritema multiforme 198 34 Vasculitis 203 35 Dermatomiositis familiar canina 210 36 Placa eosinof í lica felina 215 37 Prurito de la cabeza y del cuello 222 38 Miasis en un conejo 227 5 TRASTORNOS DE LA PIGMENTACI Ó N 39 Introducci ó n a la pigmentaci ó n de la piel y el pelo 241 40 Vit í ligo en dos perros 244 41 S í ndrome uveodermatol ó gico 248 42 Lentigo simple 253 43 Hiperpigmentaci ó n causada por hipotiroidismo 255 6 INFLAMACIONES O N Ó DULOS CUT Á NEOS CON O SIN FISTULIZACI Ó N 44 Introducci ó n a los n ó dulos cut á neos e infl amaci ó n 263 ÍNDICE DE CONTENIDOSvi 45 Dermatitis acral por lamido 265 46 Dermatitis nodular piogranulomatosa est é ril 270 47 Enfermedad micobacteriana felina 274 48 Mastocitoma m ú ltiple canino 281 49 Histiocitoma 287 7 DERMATOSIS QUE AFECTAN A ZONAS ESPEC Í FICAS 50 Dermatosis de zonas espec í fi cas 293 Cara 51 Infecci ó n por el virus de la viruela felina 296 52 Foliculitis y forunculosis eosinof í lica 300 53 Lupus eritematoso cutáneo 303 Extremidades 54 Pododermatitis plasmoc í tica felina 309 55 Carcinoma de c é lulas escamosas en un dedo 312 U ñ as 56 Onicodistrofi a lupoide 316 O í dos 57 Otitis externa y otitis media en un perro 322 AP É NDICES PEM (preguntas de elección múltiple) 333 PEM : Respuestas 338 Ap é ndice 1 Antibacterianos utilizados en dermatolog í a veterinaria 340 Ap é ndice 2 Lista del equipo b á sico necesario 343 Ap é ndice 3 Lista de trastornos seg ú n los signos con que se presentan 344 Ap é ndice 4 Tratamiento con champ ú s 348 Ap é ndice 5 Zoonosis 350 Lecturas complementarias 353 Índice alfabético 367 vii Los autores desean agradecer a los veterinarios gene- rales haber derivado estos casos, y a los compa ñ eros especialistas su ayuda experta en la resoluci ó n de algu- nos de ellos. Agradecimientos viii La colecci ó n Soluciones Saunders en la Pr á cticaVeteri- naria representa una nueva variedad de libros de texto que se convertir á n en una minibiblioteca durante los pr ó ximos a ñ os que abarcar á las principales disciplinas de la pr á ctica veterinaria en el á mbito de los animales de compa ñ í a. No est á dentro de la intenci ó n de los autores cubrir todo lo conocido sobre cada tema. De hecho, los libros de la colecci ó n Saunders no son obras de referencia al uso. M á s bien tratan de proporcionar informaci ó n pr á ctica sobre las enfermedades observadas con m á s frecuencia en un formato accesible y basada en casos de la vida real. Abarcan desde cuadros rutinarios hasta los que requieren la derivaci ó n al especialista. Estos libros ayudar á n a los cl í nicos con intereses particulares en un tema y a aquellos que preparan los ex á menes de especializaci ó n. Los casos est á n ordenados por el signo de presentaci ó n m á s que por la enfermedad subya- cente, ya que es as í como los ver á n en la pr á ctica los cirujanos veterinarios. Cada caso tambi é n incluye descripciones del tras- torno subyacente y detalles de los cuidados requeri- dos, tanto en la cl í nica veterinaria como en el domicilio. Por tanto, tambi é n se espera que los libros resulten de inter é s para estudiantes de ú ltimos cursos de veterinaria y para enfermeras veterinarias. El programa de formaci ó n continuada brit á nico (Conti- nuing Professional Development, CPD) es obligatorio para muchos veterinarios y una pr á ctica recomendada para otros. La colecci ó n Saunders proporcionar á una fuente de informaci ó n para el CPD a la que puede accederse de forma econ ó mica, compartirse con otros compa ñ eros y usarse en todas partes. Tambi é n proveer á a los siem- pre ocupados veterinarios de un acceso r á pido a infor- maci ó n documentada sobre el diagn ó stico y tratamiento de casos interesantes y desafi antes. La cubierta se ha dise ñ ado especialmente resistente a las engorrosas Introducci ó n sustancias encontradas en las cl í nicas veterinarias porque es ah í donde esperamos que se usen estos libros. Joyce Rodenhuis y Mary Seager han sido el motor de esta colecci ó n, y tanto el editor como cada uno de los autores les est á n agradecidos por su previsi ó n en la implementaci ó n de la colecci ó n y su asesoramiento y apoyo indefectible durante la producci ó n. DERMATOLOGÍA Los casos dermatol ó gicos son comunes. Una estu- diante una vez me llam ó la atenci ó n sobre el hecho de que cada caso que hab í a visto durante todo un d í a en mi consulta de pacientes nuevos hab í a presentado al menos una manifestaci ó n dermatol ó gica. Estos casos tambi é n pueden ser desafi antes, confu- sos y frustrantes. Para la mayor parte de las enfermeda- des dermatol ó gicas se dispone de varios tratamientos, lo que hace que la situaci ó n sea a ú n m á s complicada. Esperamos que este libro se convierta en una referen- cia pr á ctica para algunos de estos casos, y que anime al profesional veterinario a alcanzar un diagn ó stico defi ni- tivo y a planear un tratamiento efi caz, incluso cuando la enfermedad no pueda curarse. Como cada caso es, en t é rminos generales, completo en s í mismo, existe cierta repetici ó n entre cap í tulos, sobre todo cuando enfermedades similares son tratadas en especies diferentes. Y al contrario, dado que algunos trastornos (p. ej., queiletielosis) se presentan de forma diferente en especies distintas, pueden aparecer en m á s de una secci ó n. Sin embargo, los autores esperan que este formato haga que sea m á s r á pido y f á cil el acceso a la informaci ó n necesaria para tratar un determinado cuadro. Fred Nind Editor de la colecci ó n 1 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCI Ó N El primer paso, y el m á s importante, para que la con- sulta y el tratamiento de los trastornos dermatol ó gicos sean satisfactorios es obtener una anamnesis completa. En este paso, los atajos pueden dar lugar a diagn ó sticos err ó neos, afectar al bienestar del animal y aumen- tar los gastos innecesariamente y la insatisfacci ó n del propietario. La anamnesis debe obtenerse de forma l ó gica, con el objetivo de describir el trastorno y desarrollar la lista de diagn ó sticos diferenciales, mientras se explora al paciente. En este libro se muestra c ó mo trabajar as í con los casos. Gracias a los registros informatizados, en la mayor í a de las cl í nicas puede accederse f á cilmente a la edad de aparici ó n, la raza y el sexo de cada animal. Esta infor- maci ó n proporciona algunas claves ú tiles cuando se est á realizando una lista de diagn ó sticos diferenciales. Edad de aparici ó n: ● Los problemas parasitarios como la pediculosis, la otoacariasis, la cheyletiellosis y la sarna demod é cica se observan con m á s frecuencia en los cachorros y en los animales adolescentes. ● Las genodermatosis pueden volverse progresivas y, en algunos casos, se hacen mas evidentes con la edad. Generalmente se han consolidado a los 3 a ñ os de edad. ● Entre las alergias, las dermatitis at ó picas aparecen a una edad superior a los 6 meses e inferior a los 3 a ñ os, y la dermatitis por alergia a las pulgas es m á s frecuente en animales de m á s de 5 a ñ os. ● Los problemas hormonales tienden a manifestarse despu é s de los 6 a ñ os. ● Los trastornos neopl á sicos generalmente afectan a animales mayores. Predisposici ó n seg ú n la raza: ● Demodicosis en los staffordshire bull terrier y scottish terrier. Consulta de dermatolog í a ● Dermatitis at ó pica en los labradores, los west high- land terrier y otras razas terrier, y los pastores ale- manes, mientras que la dermatitis por alergia a las pulgas puede producirse en cualquier raza. ● La dermatofi tosis es m á s prevalente en los gatos persas. ● Color de la capa diluido en ciertas razas, por ejem- plo, la capa azul en los d ó berman puede ser respon- sable de la alopecia con diluci ó n del color. Sexo. Obs é rvese si el animal est á entero o castrado. Esto es especialmente importante en las dermopat í as asociadas a desequilibrios de las hormonas sexuales. Existen algunos otros trastornos cut á neos en los que se reconoce una predisposici ó n sexual. ANAMNESIS La anamnesis se divide en cuestiones relacionadas espec í fi camente con el trastorno cut á neo y en cuestio- nes generales y sobre el manejo del animal. Como en la pr á ctica general el tiempo es limitado, pueden reali- zarse algunas preguntas mientras se explora al animal. Si el trastorno es recurrente, gran parte de la historia ya estar á disponible en los registros m é dicos y s ó lo ser á necesaria la confi rmaci ó n del propietario. Anamnesis espec í fi ca, cuestiones fundamentales: ● ¿En qu é fecha comenz ó ? ● ¿El trastorno es estacional o no estacional? ● Si no es estacional, ¿es continuo y progresivo o es intermitente? ● ¿El trastorno es pruriginoso o no pruriginoso? Esto debe incluir lamido, mordeduras, rascado o frota- miento. Si es pruriginoso, es necesario saber si al principio era no pruriginoso y posteriormente cambi ó o si siempre ha sido pruriginoso. ● Distribuci ó n actual de las lesiones, e inicial, y c ó mo han progresado. ● ¿Hay un olor asociado al trastorno? 1 DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES2 ● Si ha tenido contacto con otros animales en el hogar o contactos casuales, y si est á n afectados. ● ¿Hay alguna persona en el hogar afectada? ● ¿El trastorno comenz ó despu é s de una visita a la peluquer í a o a una residencia canina? ● ¿Algú n animal de la casa tiene pulgas? Anamnesis inespec í fi ca. Debe incluir cuestiones sobre la salud general y el manejo del animal, y a veces es necesario realizar preguntas m á s espec í fi cas para poder describir el trastorno. Salud general, cuestiones fundamentales: ● ¿Ha afectado al apetito? Y si es as í , ¿ha aumentado o disminuido? ● ¿Se ha producido un cambio en la ingesti ó n de agua? ● ¿Ha cambiado la tolerancia al ejercicio? ● ¿Tiene tos, estornuda o respira con difi cultad? ● ¿Se han producido signos asociados a trastornos gastrointestinales? ● ¿Ha afectado a la conducta sexual o al ciclo estral? ● ¿Est á tomando el animal alg ú n f á rmaco para cual- quier otro trastorno, es decir, card í aco, artritis? Manejo, cuestiones fundamentales: ● Debe anotarse la dieta, incluyendo las golosinas. ● ¿El animal est á en una perrera o se queda dentro de casa y, si es as í , d ó nde pasa la mayor í a del tiempo? Por ejemplo, los que duermen en los dormitorios pueden tener mucho contacto con á caros del polvo. ● ¿El perro es una mascota o se utiliza para trabajo? ● ¿El gato pasa el tiempo en casa y/o fuera de casa? ¿Los gatos que salen de casa son cazadores? ● ¿Qu é tipo de cama utiliza? ● ¿La casa tiene alfombras? ● ¿El trastorno empeora cuando el animal tiene con- tacto con determinadas cosas? Por ejemplo, c é sped o despu é s de un paseo. ● Tratamientos t ó picos y sist é micos utilizados y respuestas. ● Antecedentes de viajes, ectopar á sitos, endopar á sitos y vacunaci ó n. EXPLORACI Ó N CL Í NICA Una buena pr á ctica cuando se realiza la exploraci ó n cl í nica es establecer una rutina que incluya tanto un examen f í sico general como un examen dermatol ó gico espec í fi co. Exploraci ó n f í sica general. Deben examinarse todos los sistemas org á nicos de forma met ó dica. Determinadas anomal í as pueden ser indicativas de cier- tos trastornos: ● La bradicardia puede sugerir hipotiroidismo. ● Las lesiones orales pueden ser consistentes con trastornos autoinmunitarios, inmunomediados o neopl á sicos. ● La conjuntivitis o la ep í fora pueden indicar una etio- log í a al é rgica. ● La atrofi a muscular sugiere hiperadrenocorticismo espont á neo o iatrog é nico. ● La palpaci ó n abdominal puede revelar una masa u otra anomal í a. Exploraci ó n dermatol ó gica. La exploraci ó n supone un examen cuidadoso de la piel que se basa en la inspec- ci ó n visual y la palpaci ó n seguidas por intervenciones espec í fi cas como el cepillado de la capa, los raspados cut á neos, etc. (v. cap. 2). Debe observarse si existen dis- tintos indicadores en diferentes partes de la piel: ● Membranas mucosas: petequias, ulceraci ó n, ves í - culas, ampollas, erosiones, hipopigmentaci ó n. ● Estado de la capa: lustrosa, grasa, mate, descamada, seca y fr á gil o alop é cica. ● Elasticidad de la piel: la p é rdida de elasticidad se aso- cia a hiperadrenocorticismo. ● Superfi cie de la piel: se examina toda la superfi cie cut á nea por si existen lesiones, no s ó lo el á rea donde las lesiones son evidentes. Debe diferenciarse entre las lesiones primarias y secundarias y observar su dis- tribuci ó n (focal o multifocal; sim é trica o asim é trica). Las lesiones pueden estar aisladas o agrupadas, o siguiendo una confi guraci ó n anular, lineal, polic í - clica, arciforme o serpiginosa. En algunos animales es necesario afeitar la capa para apreciar las lesiones. Lesiones primarias: ● M á cula: á rea plana y circunscrita de decoloraci ó n de 1 cm o menos. ● P á pula: masa palpable elevada, s ó lida, de 1 cm de di á metro o menos ( fi g. 1.1 ). ● Placa: lesi ó n elevada, s ó lida, de m á s de 1 cm de di á - metro ( fi g. 1.2 ). ● P ú stula: lesi ó n circunscrita, elevada, llena de pus, de 1 cm o menos ( fi g. 1.3 ). ● Ves í cula: lesi ó n circunscrita, elevada, llena de suero, de 1 cm o menos ( fi g. 1.4 ). ● Ampolla: lesi ó n circunscrita, elevada, llena de suero, de m á s de 1 cm ● Quiste: cavidad recubierta por un revestimiento mem- branoso y llena con material l í quido o semis ó lido. ● N ó dulo: masa palpable elevada, s ó lida, de m á s de 1 cm ( fi g. 1.5 ). ● Tumor: masa palpable grande. 1 Consulta de dermatología 3 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. ● Hab ó n: lesi ó n circunscrita, elevada, edematosa, que se blanquea mediante diascopia ( fi g. 1.6 ). ● Alopecia: p é rdida de pelo (puede ser primaria o secundaria, p. ej., autoinducida). Lesiones secundarias: ● Eritema: enrojecimiento aumentado de la piel. ● Escama: acumulaci ó n visible superfi cial de corneoci- tos desprendidos en la superfi cie de la epidermis. ● Collarete epid é rmico: agrupamiento circular de escamas con un á rea central de hiperpigmentaci ó n ( fi g. 1.7 ). ● Costras: es el resultado de la acumulaci ó n de c é lulas muertas y de exudado (p. ej., suero, sangre, pus) en la superfi cie cut á nea ( fi g. 1.8 ). ● Erosi ó n: p é rdida de la epidermis superfi cial sin p é rdida de la capa basal ( fi g. 1.9 ). Figura 1.1 P á pulas en un perro con pioderma. Figura 1.2 Placas en la parte ventral del t ó rax y el abdomen de un perro. Figura 1.3 P ú stulas sobre la piel glabra. Figura 1.4 Ves í culas sobre la cara c ó ncava de la oreja. Figura 1.5 N ó dulos en un perro. DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES4 ● Ulceraci ó n: p é rdida de la epidermis que da lugar a la exposici ó n de la dermis ( fi g. 1.10 ). ● Fisura: hendidura o grieta en la epidermis y la dermis debido a un traumatismo o a una enfermedad. ● Cicatriz: tejido fi broso anormal que sustituye al tejido d é rmico y subcut á neo da ñ ados. ● Liquenifi caci ó n: engrosamiento de la piel que da lugar a exageraci ó n de las marcas cut á neas debido a infl amaci ó n cr ó nica ( fi g. 1.11 ). ● Hiperpigmentaci ó n: oscurecimiento de la piel debido a un aumento del pigmento en la epidermis y a veces en la dermis ( fi g. 1.11 ). ● Hipopigmentaci ó n: disminuci ó n o p é rdida de pig- mento en la epidermis. ● Comed ó n: fol í culo piloso dilatado ocluido con sebo u otros restos celulares ( fi g. 1.12 ). ● Cilindro folicular: acumulaci ó n de queratina y sebo sobre el eje del pelo y/o el bulbo piloso (fi g. 2.9). (a) (b) Figura 1.6 Habones en las patas de un perro. Figura 1.7 Collaretes epid é rmicos. Figura 1.8 Costras en la superfi cie cut á nea de un perro. Figura 1.9 Erosi ó n en la superfi cie cut á nea de un gato. 1 Consulta de dermatología 5 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Aunque por lo general todas las lesiones mencio- nadas anteriormente se consideran secundarias, el eritema, las escamas, las costras, los comedones, los cilindros foliculares, la hipopigmentaci ó n y la hiperpig- mentaci ó n pueden considerarse lesiones primarias en algunos trastornos cut á neos. Una buena pr á ctica consiste en explorar al animal utilizando un m é todo establecido para que ninguna parte de la piel quede sin explorar. A menos que el diagnó stico sea evidente de forma inmediata, lo que no ocurre en la mayor í a de los casos, el siguiente paso es hacer una lista de todos los tras- tornos que se ajusten a la anamnesis y la exploraci ó n (el « diagn ó stico diferencial » ) y despu é s eliminarlos reali- zando pruebas adecuadas y ensayos terap é uticos, hasta llegar a un diagn ó stico defi nitivo. Estas pruebas y ensa- yos se analizan en el cap í tulo 2. Figura 1.10 Ulceraci ó n de la piel que expone la dermis de un gato. Figura 1.11 Liquenifi caci ó n e hiperpigmentaci ó n en la axila de un perro. Figura 1.12 Comedones y escamas en la cara convexa de la oreja de un gato. 6 INTRODUCCI Ó N Muchos casos de dermatolog í a veterinaria en los que el diagn ó stico no es evidente de forma inmediata repre- sentan un desaf í o para el cl í nico. En estos casos m á s complejos, se elabora una lista de diagn ó sticos diferen- ciales teniendo en cuenta la rese ñ a, la anamnesis y la exploraci ó n f í sica, y despu é s se realizan varias pruebas y ensayos terap é uticos hasta llegar al diagn ó stico defi ni- tivo. Las pruebas disponibles incluyen las que se realizan en el laboratorio de la propia cl í nica y las que ofrecen los laboratorios comerciales externos. Las pruebas de diagn ó stico ideales son los procedi- mientos que ofrecen indicios de si un paciente tiene o no una enfermedad determinada de forma r á pida, c ó moda y econ ó mica. Desgraciadamente, la mayor í a de las prue- bas diagn ó sticas presentan un problema de falta de fi a- bilidad inherente y no siempre puede diferenciarse lo que es normal de lo que no lo es, por lo que se producen resultados falsos positivos y falsos negativos. La variaci ó n biol ó gica, la metodolog í a de la prueba y la habilidad del cl í nico se combinan para determinar la falta de fi abilidad de la prueba. Es importante que el cl í nico conozca el l í mite de todas las pruebas diagn ó sticas, y los resultados de las pruebas deben interpretarse teniendo en cuenta la anamnesis y los signos cl í nicos del caso. Esta interpreta- ci ó n tiene una importancia cl í nica crucial y es una de las causas m á s comunes de errores del diagn ó stico. El cl í nico puede adoptar ciertas medidas para mini- mizar la incidencia de resultados falsos positivos y fal- sos negativos. En primer lugar, obtener la anamnesis completa, realizar exploraciones f í sicas y dermatol ó - gicas completas y elaborar un diagn ó stico diferencial (v. cap. 1). Aunque es importante realizar pruebas de detecci ó n selectiva b á sicas, como raspados cut á neos y citolog í a, las pruebas de diagn ó stico deben dirigirse tanto como sea posible a las enfermedades de la lista del diagn ó stico diferencial. El uso indiscriminado de una variedad amplia de pruebas de diagn ó stico aumenta la probabilidad de obtener resultados falsos positivos y falsos negativos. Es un error com ú n asumir que las lesiones cut á neas que parecen graves se deben a una Pruebas de laboratorio enfermedad autoinmunitaria. Estad í sticamente, la baja prevalencia de las enfermedades raras aumenta la posi- bilidad de un resultado falso positivo, lo que da lugar a un diagn ó stico err ó neo. Con mucha m á s frecuencia, las lesiones cut á neas graves son s ó lo una manifestaci ó n inusual de una enfermedad com ú n. PRUEBAS DIAGN Ó STICAS PARA ECTOPARASITISMO Las enfermedades ectoparasitarias que se observan en la pr á ctica de peque ñ os animales se muestran en la ta bla 2.1 . Las pruebas disponibles para detectar los par á sitos exter- nos son el an á lisis del pelo y el cepillado de la capa, el uso de tiras de acetato, los raspados cut á neos, los trico- gramas, una prueba ELISA de IgG para sarna y el examen histopatol ó gico. Principios generales de la microscopia El cl í nico debe estar familiarizado con su microscopio. Excepto cuando se utilizan tiras de acetato, siempre debe colocarse un cubreobjetos sobre cualquier material que vaya a examinarse en el microscopio. Colocar demasiado material en el portaobjetos har á m á s dif í cil la exploraci ó n detallada. Un aumento de baja potencia (objetivo � 4) es sufi ciente para detectar los ectopar á sitos, aunque puede ser necesario un objetivo � 10 para realizar un examen m á s detallado de las muestras. An á lisis de pelos sueltos Puede utilizarse un peine para recoger pelo para su examen macrosc ó pico. La prueba es ú til para detectar los par á sitos externos m á s grandes, como las pulgas y los piojos. Pueden observarse las pulgas si hay un gran n ú mero de ellas. Sin embargo, las pulgas s ó lo se detectan en aproximadamente el 60% de los casos de dermatitis por alergia a las pulgas, y este n ú mero es considerablemente inferior en los gatos, que eliminan las pruebas de la infestaci ó n durante el acicalamiento, por lo que esta prueba no es sensible para el diag- n ó stico de la infestaci ó n por pulgas. 2 2 Pruebas de laboratorio 7 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Examen del cepillado de la capa Es una prueba ú til y moderadamente sensible para el diagn ó stico de los par á sitos superfi ciales, como las pul- gas, los piojos, los á caros de la familia Trombiculidae y los á caros Cheyletiella spp. Se recogen escamas de la parte dorsal del tronco ( fi g. 2.1 ) mediante peinado o cepillado vigoroso con las puntas de los dedos y se colocan en un trozo de papel A4. El papel se dobla y se golpea suavemente para que el material recogido caiga en los pliegues. Se quita el pelo y puede exami- narse el material microsc ó picamente para buscar heces de pulgas y los par á sitos m á s grandes, como los pio- jos. El material se recoge con una cinta adhesiva clara, se monta sobre un portaobjetos y se examina con el microscopio ó ptico de baja potencia. Debe observarse con cuidado toda la zona que se encuentra debajo de la cinta adhesiva. An á lisis de pelo arrancado La exploraci ó n microsc ó pica del pelo arrancado puede ser ú til para detectar á caros Demodex spp. ( fi g. 2.2 ) y Cheyletiella spp. o huevos de piojos. Esta prueba es muy ú til cuando se toman muestras de zonas en las que es dif í cil hacer un raspado, como los dedos en los casos de pododemodicosis, en los que los raspados cut á neos requieren sedaci ó n. Se arrancan entre 50 y 100 pelos, se montan en parafi na l í quida sobre un portaobjetos y se recubren con un cubreobjetos. Deben examinarse cui- dadosamente las puntas del pelo, los tallos y los bulbos. En un estudio se demostr ó que los raspados cut á neos profundos eran m á s sensibles que el an á lisis del pelo en casos de demodicosis localizada y escamosa, y por tanto la demodicosis no debe descartarse bas á ndose en que no se encuentren á caros cuando se realiza esta prueba. Raspado cut á neo Los raspados cut á neos se han utilizado para detectar la presencia de á caros parasitarios superfi ciales y profun- dos como Cheyletiella , Sarcoptes y Demodex spp. Los raspados cut á neos deben realizarse en presencia de eritema, descamaci ó n, costras, alopecia o una erupci ó n papular o pustulosa. En los casos de sarna sarc ó ptica, los sitios principales donde se encuentran los á caros son los corvejones, los codos y los bordes de la oreja. Debe evitarse hacer raspados en zonas donde hay muchas costras o escoriaciones, ya que esto podr í a dar lugar a resultados falsos negativos. Deben tomarse muestras de tres a cinco sitios diferentes (cinco si se sospecha de sarna o sarc ó ptica demodicosis). El pelo debe afeitarse con una hoja de afeitar del n ú mero 40. Cuando se hace un raspado para Figura 2.1 Obtenci ó n de muestras de escamas para el examen del cepillado de la capa. Figura 2.2 An á lisis del pelo en un caso depododemodicosis con á caros adultos y huevos (fl echa). Tabla 2.1 Ectopar á sitos que se observan en la pr á ctica en peque ñ os animales Insectos Infestaci ó n con pulgas Com ú n Piojos Poco com ú n Á caros Sarcoptes scabiei Com ú n Notoedres cati Raro en los gatos Cheyletiella spp. Com ú n Otodectes cynotis Com ú n Neotrombicula autumnalis Com ú n Demodex spp. Com ú n Endopar á sitos Pelodera, anquilostomas De poco com ú n a raro DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES8 Demodex spp., es ú til apretar suavemente la piel entre los dedos pulgar e í ndice para extraer los á caros de los fol í culos pilosos. Se aplica una peque ñ a cantidad de parafi na l í quida en la zona que se va a raspar para suspender el material recogido (o agua si se utiliza hidr ó xido pot á sico). Se utiliza una hoja de bistur í roma del n ú mero 10 para raspar el material desde la superfi cie cut á nea. Cuando se est á n buscando á caros Sarcoptes o Demodex spp. debe realizarse un raspado profundo de la piel que produzca sangrado capilar ( fi g. 2.3 ). El mate- rial obtenido se monta en un portaobjetos con parafi na l í quida o hidr ó xido de potasio. Debe colocarse un cubre- objetos. Las muestras se examinan por si existen ecto- par á sitos bajo un objetivo de baja potencia y se debe explorar toda el á rea que hay debajo del cubreobjetos. ELISA IgG para Sarcoptes canino Los laboratorios comerciales ofrecen una prueba ELISA IgG para Sarcoptes. Es muy sensible ( � 90%), aunque pueden producirse reacciones falsas negativas en los casos recientes porque la seroconversi ó n puede tardar hasta 4 semanas tras la exposici ó n a los á caros. Pueden observarse reacciones falsas positivas en casos de der- matitis at ó pica canina debido a hipersensibilidad a los á caros del polvo porque se produce una reacci ó n cru- zada entre los á caros del polvo Dermatophagoides spp. y Sarcoptes scabiei . Examen histopatol ó gico El examen histopatol ó gico es una prueba muy sensible para el diagn ó stico de demodicosis, y cuando los raspa- dos cut á neos han sido infructuosos pero se sigue sos- pechando que existe demodicosis la histopatolog í a podr í a descartarla de forma defi nitiva. Histopatol ó gicamente, en la demodicosis canina se observa foliculitis mural, perifoliculitis, foliculitis y forunculosis, y dermatitis nodu- lar. Los á caros deben observarse en las secciones histopa- tol ó gicas. La histopatolog í a es una prueba muy sensible para otros trastornos ectoparasitarios. Interpretaci ó n de los resultados de las pruebas Con la excepci ó n de la demodicosis, las pruebas para ectopar á sitos tienen una sensibilidad baja pero una especifi cidad del 100%. Los á caros Sarcoptes spp. s ó lo se encuentran en los ex á menes de los raspados cut á neos en alrededor del 50% de los casos de sarna sarc ó ptica y en algunos casos tambi é n es dif í cil detec- tar los á caros del g é nero Cheyletiella . De hecho, en los albergues donde existen varios animales puede ser ú til comprobar si aquellos que est á n en contacto (y con frecuencia no afectados) tienen par á sitos. Es muy dif í cil encontrar pulgas, especialmente en los gatos con cualquier manifestaci ó n de prurito. Cuando el ectoparasitismo es uno de los diagn ó sticos diferenciales pero no pueden detectarse par á sitos exter- nos deben realizarse otras pruebas diagn ó sticas (ELISA IgG para sarna sarc ó ptica) o ensayos terap é uticos. Demodicosis La situaci ó n es diferente en el caso de la demodicosis. Si al menos cinco raspados cut á neos profundos obtenidos de forma correcta y examinados cuidadosamente son negati- vos, el cl í nico puede descartar la demodicosis como causa de la dermatopat í a, aunque existen raras excepciones. En los shar pei puede ser dif í cil detectar á caros, posiblemente debido al grosor de la piel, y en ocasiones es dif í cil encon- trar á caros en los casos de pododemodicosis, por lo que est á indicado el examen histopatol ó gico para descartar o confi rmar la enfermedad. Los ensayos terap é uticos no son adecuados cuando se sospecha que existe demodicosis. PRUEBAS DIAGN Ó STICAS PARA DERMATOFITOSIS La dermatofi tosis es la invasi ó n de los tejidos que- ratinizados, generalmente por hongos de las especies Trichophyton , Epidermophyton o Microsporum spp. Las t é cnicas disponibles para el diagn ó stico incluyen: ● Exploraci ó n con l á mpara de Wood. ● Examen microsc ó pico de los tallos pilosos para bus- car presencia de esporas. ● Cultivos f ú ngicos. ● Histopatolog í a. L á mpara de Wood. La l á mpara de Wood es una luz ultravioleta con una longitud de onda de 360 nm. Figura 2.3 Raspado cut á neo profundo. 2 Pruebas de laboratorio 9 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. S ó lo deben utilizarse l á mparas con dos bombillas y un amplifi cador. Es importante encender la l á mpara y dejar que se caliente durante 5 minutos antes del examen. El examen del animal debe realizarse en una habitaci ó n oscura. Los tallos de los pelos infectados con ciertas cepas de Microsporum canis emiten fl uo- rescencia de color verde manzana cuando se examinan con la l á mpara de Wood debido a los metabolitos del tript ó fano. El examen con l á mpara de Wood es una prueba muy espec í fi ca (el 100% si se realiza correcta- mente) pero poco sensible, s ó lo el 50% de las cepas de Microsporum canis son fl uorescentes. Las infeccio- nes raras por M. audounii, M. distortum y Trichophyton schoenlenii tambi é n pueden emitir fl uorescencia. Microscopia directa. La mayor í a de los casos de der- matofi tosis en los animales dom é sticos se deben a una infecci ó n ectotrix de los tallos pilosos por esporas f ú n- gicas que pueden visualizarse con un aumento de � 40 utilizando el microscopio ó ptico. Puede realizarse el exa- men microsc ó pico directo de los pelos que presentan fl uorescencia o de pelos arrancados de las lesiones. Las muestras deben montarse en el portaobjetos en parafi na l í quida o hidr ó xido de potasio. Los tallos pilosos con cut í - culas alteradas o da ñ adas deben examinarse bajo una potencia superior por si se observan esporas f ú ngicas ( fi g. 2.4 ). Aunque es una prueba muy espec í fi ca si se realiza correctamente, no es una t é cnica sensible para el diag- n ó stico de dermatofi tosis si la realiza un cl í nico inexperto. Cultivo f ú ngico. El cultivo f ú ngico es indiscutiblemente la prueba m á s sensible para la dermatofi tosis y debe realizarse siempre que se sospecha esta enfermedad. El m é todo m á s simple para obtener el material para el cul- tivo es la t é cnica de cepillado de MacKenzie. Se utiliza con m á s frecuencia para la detecci ó n selectiva rutinaria de la dermatofi tosis en los gatos. Se recogen pelos y escamas en las cerdas de un cepillo de dientes nuevo con el que se cepilla la capa de pelo durante 30-60 segun- dos, prestando especial atenci ó n a la piel que est á lesion- ada. Puede quitarse el mango del cepillo y enviarse toda la cabeza del cepillo al laboratorio. Adem á s de utilizar el m é todo del cepillado, es aconsejable hacer un cultivo de las escamas raspadas de las lesiones y tambi é n de los pelos procedentes de los bordes de las lesiones. En la pr á ctica se utiliza el DTM (dermatophyte test medium) como medio de crecimiento para el diag- n ó stico de dermatofi tosis. El DTM es á gar dextrosa de Sabouraud con varios antibi ó ticos que inhiben el creci- miento bacteriano y algunos hongos saprofi tos, junto con rojo fenol como indicador. Los dermatofi tos meta- bolizan primero la prote í na en el medio, lo que produce metabolitos alcalinos que cambian el colordel indicador de pH a rojo ( fi g. 2.5 ). Esto debe producirse durante los primeros 10 d í as, cuando crece la colonia de hongos. Las especies saprofi tas de hongos metabolizan primero los hidratos de carbono y el color cambia a rojo cuando han transcurrido 10 d í as o m á s despu é s del crecimiento de la colonia. Existen problemas potenciales asociados al uso del DTM. El á gar debe inspeccionarse todos los d í as por si hay pruebas de crecimiento f ú ngico y cambio de color; algunas especies saprofi tas de hongos pueden inducir un cambio de color antes de que transcurran 10 d í as y Microsporum persicolor puede producir un cambio de color despu é s de los 10 d í as. Debe confi rmarse la iden- tidad de todos los micelios f ú ngicos mediante examen microsc ó pico, que requiere conocimientos especializados. Figura 2.4 Tallo del pelo infectado con dermatofi tos. (Por cortes í a del Dr. N. McEwan.) Figura 2.5 Medio de prueba para dermatofi tos en el que se observa el cambio del color rojo y crecimiento de una colonia blanca en la superfi cie a los 10 d í as. Obs é rvese el crecimiento de color oscuro de un microorganismo f ú ngico saprofi to en el borde de la placa. DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES10 Es m á s, el DTM puede no ser un medio de crecimiento adecuado para identifi car algunos hongos que s ó lo esporulan en á gar dextrosa de Sabouraud. No obstante, el cultivo en DTM sigue siendo una herramienta ú til en la pr á ctica para la detecci ó n selectiva de dermatofi tosis, pero el cl í nico debe conocer sus limitaciones. Histopatolog í a. Los elementos f ú ngicos pueden identifi carse en secciones histopatol ó gicas y se visuali- zan mejor utilizando tinciones especiales como á cido peri ó dico (PAS). TRICOGRAF Í A La tricograf í a es la t é cnica del examen microsc ó pico de los tallos pilosos. Adem á s de para el diagn ó stico de ectopar á sitos, el examen microsc ó pico de los pelos arrancados tambi é n es ú til para investigar las causas de la alopecia en los gatos y los perros y en ciertos trastor- nos descamativos, especialmente la adenitis seb á cea. T é cnica. Se arrancan entre 50 y 100 pelos utilizando unas pinzas hemost á ticas con los extremos protegidos con un tubo de goteo para que no se rompan los tallos. Los pelos se montan en un portaobjetos con parafi na l í quida y se recubren con un cubreobjetos. Las puntas del pelo, el tallo y las ra í ces se examinan con un micros- copio ó ptico de baja potencia. Interpretaci ó n. Los extremos de los pelos normales ter- minan en una punta fi na. Los tallos del pelo rotos indi- can autotraumatismo debido a prurito. Es una prueba ú til en los casos de alopecia sim é trica felina en los que se desconoce si la alopecia est á causada por autotrau- matismo ( fi g. 2.6 ). Examen de los bulbos pilosos. Un bulbo bien pigmen- tado, claviforme, es caracter í stico de un pelo en la fase de anag é n (crecimiento) ( fi g. 2.7 ). Una ra í z fi na, recta, no pigmentada, afi lada y completamente queratinizada es caracter í stica de un pelo en telog é n (reposo) ( fi g. 2.8 ). En general, en la tricograf í a de perros y gatos sanos se observan tanto pelos en telog é n como en anag é n. La evaluaci ó n de la proporci ó n anag é n a telog é n puede ser ú til para averiguar la causa de la alopecia, aunque debe tenerse cuidado cuando se interpretan estas proporcio- nes. Las razas como los chow-chow, samoyedos, pome- rania y husky conservan una gran cantidad de pelos en telog é n durante un per í odo largo de tiempo y se dice que tienen « ciclos pilosos dominados por telog é n » . Figura 2.6 Tallos de pelos rotos de un gato con alopecia causada por autotraumatismo. Figura 2.7 Bulbos pilosos en anag é n. Figura 2.8 Bulbos pilosos en telog é n. 2 Pruebas de laboratorio 11 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. A la inversa, las razas como los caniches y los bich ó n fris é tienen « ciclos pilosos dominados por anag é n » , en los que el pelo contin ú a creciendo. Estas razas necesitan que se les corte el pelo. A pesar de esta variaci ó n seg ú n la raza, la ausencia de ra í ces pilosas en anag é n en un tricograma debe indicar un trastorno del ciclo de creci- miento del pelo, como una endocrinopat í a. La presencia de bulbos en anag é n indica crecimiento activo del pelo y podr í a ser un signo de que es menos probable que la causa de la alopecia sea un trastorno del ciclo de creci- miento del pelo; en estos casos es m á s probable que se trate de un autotraumatismo o de foliculitis. Cilindros foliculares. La presencia de cilindros foli- culares (acumulaciones de material queratoseb á ceo alrededor del tallo del pelo) indica un trastorno por queratinizaci ó n folicular del fol í culo piloso ( fi g. 2.9 ). Es m á s frecuente en las formas escamosas de la adenitis seb á cea que se observan en los akita japoneses y en los springer spaniel ingleses. CITOLOG Í A La citolog í a es una t é cnica imprescindible en derma- tolog í a veterinaria que puede realizarse en la pr á ctica de forma r á pida, f á cil y econ ó mica. Suele aportar infor- maci ó n ú til y permite hacer un diagn ó stico m á s preciso para poder dar un pron ó stico m á s exacto. Aumenta sig- nifi cativamente la posibilidad del é xito terap é utico. La citolog í a es ú til para el diagn ó stico de: ● Dermatopat í as bacterianas. ● Dermatitis por Malassezia . ● Otitis externa. ● Complejo del granuloma eosinof í lico en los gatos. ● P é nfi go foli á ceo. ● Ú lceras y heridas que no cicatrizan. ● N ó dulos e infl amaciones. Indicaciones de la citolog í a: ● P ú stulas, m á culas, costras y lesiones descamativas. ● Ves í culas y ampollas. ● Abscesos, quistes y tractos sinusales que drenan. ● Ú lceras. ● Siempre que se sospecha de neoplasia y en otras lesiones de tipo nodular, papular y placas. ● Lesiones at í picas o poco habituales. T é cnicas citol ó gicas En general, el objetivo es tomar muestras de lesio- nes completamente desarrolladas pero antes de que se hayan producido cambios secundarios. Los mejo- res ejemplos son las p ú stulas intactas, la parte interna de las costras, el borde principal de las ú lceras y los tumores no ulcerados. Impresiones sobre portaobjetos. Pueden realizarse impresiones de cualquier lesi ó n exudativa. Debe abrirse la parte externa de una p ú stula con cuidado con una aguja fi na antes de tomar cuatro o cinco impresiones directamente en el portaobjetos ( fi g. 2.10 ). El portaobje- tos debe moverse ligeramente antes de cada impresi ó n para evitar obtener una cantidad demasiado grande de material. Las impresiones directas deben realizarse con suavidad para no causar lesiones celulares que impidan interpretar la citolog í a. Cuando no es posible realizar Figura 2.9 Cilindros foliculares procedentes de un caso de adenitis seb á cea. Figura 2.10 Obtenci ó n de un frotis de una impresi ó n de una p ú stula. DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES12 una impresi ó n directa, el material puede transferirse desde la lesi ó n al portaobjetos utilizando una torunda de algod ó n. Las impresiones de la cara inferior de las costras pueden tener valor diagn ó stico, especialmente en los casos en los que se sospecha p é nfi go foli á ceo. Tiras de acetato. Pueden obtenerse muestras de las lesiones secas, grasas o ceruminosas utilizando tiras de celof á n. Se utiliza un trozo de cinta aproximadamente un 50% m á s larga que un portaobjetos. La zona central de la cinta se presiona varias veces sobre el á rea de la que se van a obtenerlas muestras para recoger c é lulas y restos de la superfi cie. Los dos extremos de la cinta se pegan a los extremos del portaobjetos formando un lazo y se ti ñ e. La cinta se enrolla alrededor de ambos bordes del portaobjetos para que se mantenga fi rme- mente en su lugar y pueda realizarse el examen micros- c ó pico con aceite de inmersi ó n. Citolog í a del o í do. Siempre que se observa otitis externa debe realizarse una exploraci ó n citol ó gica del exudado del o í do. Los hallazgos son inestimables para decidir qu é tratamiento se va a utilizar y para hacer el seguimiento de la respuesta al mismo. Pueden recogerse muestras de cerumen o de pus desde el conducto auditivo vertical utilizando una torunda de algod ó n, que despu é s se hace girar suavemente sobre el portaobjetos. Puede utilizarse el mismo portaobjetos para ambos o í dos. Aspirado con aguja. Pueden obtenerse muestras de los n ó dulos o de las zonas infl amadas mediante aspi- rado con aguja fi na. La mayor í a de los animales toleran esta t é cnica sin ninguna forma de restricci ó n qu í mica. La masa de la que se va a obtener la muestra debe rociarse con alcohol y sujetarse fi rmemente para evitar que se mueva. La aguja, generalmente de calibre 21, se introduce en la lesi ó n y se mueve varias veces hacia delante y hacia atr á s, redireccionando la aguja para obtener muestras de distintas zonas de la lesi ó n. Si es necesario, la aguja puede unirse a una jeringa de 5 ml y puede aplicarse presi ó n negativa cuando la aguja est á dentro de la masa. La presi ó n debe liberarse antes de retirar la aguja. La aguja se retira y se conecta r á pidamente a una jeringa que contiene algunos mil í metros c ú bicos de aire. El contenido de la aguja se deposita en un portaobje- tos limpio, y se hace un frotis de forma r á pida y suave utilizando otro portaobjetos. La velocidad es fundamen- tal para evitar que la muestra se deshidrate. É sta debe secarse al aire y te ñ irse con una tinci ó n r á pida. Tinci ó n Diff Quik o Rapi-Diff son tinciones adecuadas para la citolog í a cut á nea. Las t é cnicas de tinci ó n var í an dependiendo de la muestra. En el caso de las muestras que se secan al aire sobre el portaobjetos, como pus, suero o sangre, primero se seca el portaobjetos al aire y despu é s se utilizan los tres componentes de la tinci ó n r á pida. Las muestras ceruminosas o grasas, como las muestras citol ó gicas del o í do, deben fi jarse con calor pas á ndolas varias veces por la llama de un mechero bunsen y ti ñ é ndolas sin utilizar el primer componente de la tinci ó n, que es un fi jador de alcohol. De forma parecida, las muestras obtenidas con celof á n para la dermatitis por Malassezia se ti ñ en con colorantes rojo y azul. Los fi jadores de alcohol disuelven el material ceru- minoso y graso en el que se encuentran las levaduras. Excepto cuando se van a examinar muestras recogidas en cinta de celof á n, el contraste y la defi nici ó n mejoran mucho si se utiliza un cubreobjetos, que puede mon- tarse sobre una gota de aceite de inmersi ó n o DPX. Interpretaci ó n de la citolog í a Caracter í sticas citol ó gicas normales Es importante conocer las caracter í sticas normales para poder reconocer las anomal í as. La mayor í a de las pre- paraciones de la superfi cie cut á nea contiene c é lulas del epitelio de la capa superfi cial, que se conocen como corneocitos ( fi g. 2.11 ). Los corneocitos son c é lulas grandes, poligonales y transl ú cidas. Con frecuencia contienen gr á nulos de melanina redondeados o ligera- mente ovalados, de color negro o casta ñ o ( fi g. 2.11 ), que no deben confundirse con bacterias, que siempre se ti ñ en de color azul con la tinci ó n de Diff Quik. En las preparaciones de la piel con pelo se observan numero- sas estructuras con forma de cigarro y color azul oscuro, que ahora se cree que son restos de la vaina de la ra í z Figura 2.11 Preparaci ó n obtenida en cinta te ñ ida que muestra corneocitos (puntas de fl echa grandes), c é lulas procedentes de los fol í culos pilosos (puntas de fl echa peque ñ as) y gr á nulos de melanina (fl echa). Aumento � 1.000. Tinci ó n de Diff Quik. 2 Pruebas de laboratorio 13 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. de los fol í culos pilosos ( fi g. 2.11 ). Generalmente, en las preparaciones de la superfi cie cut á nea se observan los tallos pilosos. En estas preparaciones tambi é n pueden detectarse a veces microorganismos, como levaduras ( Malassezia spp.), bacterias (cocos y bacilos) y en oca- siones, especialmente en las muestras obtenidas de las u ñ as, esporas de hongos saprofi tos, no pat ó genos, que generalmente son segmentados y se ti ñ en de color verdoso a azulado ( fi g. 2.12 ). Con frecuencia se obser- van precipitados del colorante que aparecen como un dep ó sito cristalino de color azul o violeta. Citolog í a de lesiones infl amatorias Tipos de c é lulas infl amatorias. En las preparaciones de la piel infl amada pueden observarse neutr ó fi los, eosin ó fi los, macr ó fagos y linfocitos. Es importante poder reconocer estas c é lulas y conocer su importancia. Algunas c é lulas infl amatorias pueden tener aspectos diferentes dependiendo del proceso patol ó gico y de los cambios causados por el envejecimiento. Neutr ó fi los. Los neutr ó fi los ( fi g. 2.13 ) son el tipo de c é lulas infl amatorias que se observa con m á s frecuen- cia en las preparaciones de piel infl amada. Se asocian a infecciones bacterianas, pero tambi é n pueden estar pre- sentes en procesos patol ó gicos est é riles. La presencia de bacterias fagocitadas confi rma una infecci ó n bacteriana activa. La diferenciaci ó n entre la etiolog í a as é ptica y no as é ptica puede ser dif í cil si no hay bacterias, pero la pre- sencia de neutr ó fi los « t ó xicos » o « degenerados » con el n ú cleo p á lido e hinchado indica infecci ó n. Cuando los neutr ó fi los envejecen, el n ú cleo se encoge, se vuelve hipersegmentado y se ti ñ e de color m á s oscuro. Estas c é lulas se conocen como c é lulas picn ó ticas. Cuando se hace la preparaci ó n en el portaobjetos pueden da ñ arse los neutr ó fi los, y se observan vetas de material nuclear te ñ idas de violeta en todo el portaobjetos. Eosin ó fi los. Los eosin ó fi los se reconocen f á cilmente por sus gr á nulos distintivos de color rojizo o anaran- jado ( fi g. 2.14 ). Su morfolog í a granular es muy variable. Generalmente, los eosin ó fi los se asocian a trastornos al é rgicos o parasitarios. Pueden observarse en muchos frotis de placas eosinof í licas felinas o de ú lceras indolen- tes y en la forunculosis eosinof í lica canina. Los eosin ó - fi los tambi é n se observan con frecuencia en los casos de pioderma canino profundo. Macr ó fagos. Los macr ó fagos son c é lulas mononu- cleares grandes, un 50% mayores que los neutr ó fi los. El citoplasma de un macr ó fago activo tiene aspecto espumoso debido a la acumulaci ó n de enzimas proteol í - ticas ( fi g. 2.15 ). Los macr ó fagos se observan en algunos Figura 2.13 Neutr ó fi los. De izquierda a derecha: c é lula no t ó xica, neutr ó fi lo t ó xico, neutr ó fi lo picn ó tico y fi bras nucleares. Figura 2.14 Eosin ó fi lo. Figura 2.15 Macr ó fagos. C é lula activada a la derecha. Figura 2.12 Citolog í a con cinta del dedo de un perro en la que se observan tallos pilosos y esporas de hongos saprofi tos. Aumento � 1.000. Tinci ó n de Diff Quik. DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES14 trastornos infl amatorios cr ó nicos, y suelen asociarse a neutr ó fi los si existe infl amaci ó n piogranulomatosa, pero tambi é n pueden observarse unas horas despu é s de ini- ciarse un cambio infl amatorio. Por tanto, su presencia no denota necesariamentecronicidad. La presencia de infl amaci ó n piogranulomatosa, incluso sin pruebas de bacterias, suele deberse a infecci ó n y habitualmente se observa en las impresiones de las lesiones del pioderma profundo canino. Linfocitos y plasmocitos. Los linfocitos ( fi g. 2.16 ) son c é lulas mononucleares ligeramente m á s peque ñ as que los neutr ó fi los. Los plasmocitos son linfocitos B que han comenzado a fabricar inmunoglobulinas. Los linfocitos y los plasmocitos se observan en algunas lesiones de larga duraci ó n e inmunomediadas. En los frotis de los linfo- mas puede observarse una gran cantidad de linfocitos at í picos. Microorganismos Bacterias . En las preparaciones citol ó gicas cut á neas se observan bacterias con frecuencia. Un infi ltrado infl ama- torio en el que existen bacterias fagocitadas denota una infecci ó n activa ( fi g. 2.17 ). As í , si se encuentran neutr ó - fi los con cocos fagocitados en una muestra procedente de una p ú stula intacta se confi rma el pioderma bacte- riano. En ocasiones puede ser evidente un gran n ú mero de bacterias, con frecuencia adheridas a los corneocitos, sin un infi ltrado infl amatorio signifi cativo. Esto puede observarse en los casos de dermatitis at ó pica mal con- trolada, de larga duraci ó n, y se conoce como s í ndrome de sobrecrecimiento bacteriano ( fi g. 2.18 ). Malassezia spp. Malassezia spp. son levaduras de desarrollo unipolar que generalmente se ti ñ en de color morado con la tinci ó n de Diff Quik ( fi g. 2.19 ). En algu- nas situaciones s ó lo se ti ñ en las c á psulas de las levadu- ras, lo que se conoce como formas fantasma ( fi g. 2.20 ). La importancia de encontrar levaduras en una prepara- ci ó n citol ó gica depende de varios factores, incluyendo la zona anat ó mica y la presencia o ausencia de infl ama- ci ó n visible. Los hallazgos de levaduras ocasionales en las u ñ as (o el conducto auditivo) son consistentes con la piel normal. Sin embargo, si la piel est á infl amada o hay pruebas de prurito, y se observan levaduras en varios campos, debe iniciarse un tratamiento antif ú ngico. Queratinocitos acantol í ticos En el p é nfi go foli á ceo (v. cap. 17) se forman p ú stulas que contienen grandes cantidades de neutr ó fi los no t ó xicos y queratinocitos acantol í ticos ( fi g. 2.21 ). Con menos frecuencia, las p ú stulas tambi é n pueden contener Figura 2.16 Izquierda: linfocito. Derecha: plasmocito. Figura 2.17 Neutr ó fi lo con cocos fagocitados (fl echa). Eosin ó fi los (puntas de fl echa). Figura 2.18 Corneocitos con muchos cocos adheridos (fl echas) en un caso de s í ndrome de sobrecrecimiento bacteriano. 2 Pruebas de laboratorio 15 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. eosin ó fi los. Los queratinocitos acantol í ticos son querati- nocitos nucleados procedentes del estrato espinoso que se han desprendido de la epidermis y tienen un aspecto redondeado que los diferencia. Obs é rvese que los que- ratinocitos acantol í ticos tambi é n pueden encontrarse en otras dermatosis pustulares e infl amatorias, incluyendo el pioderma y la dermatofi tosis. Citolog í a del o í do La exploraci ó n citol ó gica de cualquier exudado del o í do debe ser una intervenci ó n est á ndar cuando existe oti- tis externa. Los hallazgos tienen un valor incalculable para decidir el tratamiento y hacer el seguimiento de la respuesta al mismo. Una de las causas infl amatorias primarias m á s fre- cuentes de la otitis externa recurrente es la dermatitis at ó pica. Es frecuente que en las primeras fases de la dermatitis at ó pica el perro presente otitis externa, y la citolog í a revela la presencia de un gran n ú mero de cor- neocitos pero no pruebas de infecci ó n. En ocasiones pueden encontrarse microorganismos Malassezia en el conducto auditivo normal. En los casos de otitis externa por Malassezia se observan grandes cantidades de levaduras. En las otitis bacterianas pue- den observarse cocos y/o bacilos y no es infrecuente encontrar una amplia variedad de microorganismos. Si existe una infecci ó n por bacilos, deben obtenerse mues- tras para realizar un cultivo bacteriano y un antibio- grama antes de comenzar el tratamiento. La presencia de neutr ó fi los y bacilos fagocitados es muy indicativa de infecci ó n por Pseudomonas aeruginosa . CULTIVO BACTERIANO Y ANTIBIOGRAMA Los piodermas caninos y felinos son muy frecuentes. En general, el cultivo bacteriano y el antibiograma no se realizan de forma habitual porque se conoce bien la sensibilidad a los antibi ó ticos de los microorganismos causales. El cultivo y el antibiograma est á n indicados cuando: ● En la citolog í a se observan microorganismos poco comunes. ● Se observa poca respuesta a un antibi ó tico que gene- ralmente es efi caz. ● En los casos de pioderma profundo canino cuando se requieren tratamientos muy largos. T é cnicas. Las lesiones m á s adecuadas para obtener las muestras son las p ú stulas intactas. Se abren con una aguja hipod é rmica fi na y su descarga se recoge con la punta de una torunda para bacterias. Antes de abrir la p ú stula debe lavarse suavemente la zona con alcohol quir ú rgico para eliminar los contaminantes bacterianos Figura 2.19 Microorganismos Malassezia pachydermatis procedentes de un caso de dermatitis por Malassezia . Figura 2.20 Formas fantasma de Malassezia . Figura 2.21 Citolog í a del p é nfi go foli á ceo en la que se observan queratinocitos acantol í ticos y neutr ó fi los no t ó xicos. DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES16 de la superfi cie. Si no existen lesiones intactas puede realizarse un frotis de la parte interior de una costra o de cualquier otra lesi ó n exudativa, aunque los resulta- dos deben interpretarse con cuidado y el microorga- nismo aislado debe relacionarse con los resultados del examen citol ó gico. En el pioderma profundo pueden insertarse las torun- das dentro de los tractos sinusales de drenaje o expri- mirse la lesi ó n suavemente para que exude pus, que se recoge con una torunda. Pueden obtenerse muestras de tejido m á s profundo para el cultivo realizando una biop- sia con punci ó n o una incisi ó n el í ptica. Habitualmente, este material se utiliza tanto para realizar el cultivo como para el examen histopatol ó gico. Si se sospecha que existe una infecci ó n micobacteriana, las muestras deben congelarse y s ó lo deben cultivarse si el examen histopatol ó gico indica micobacteriosis. HISTOPATOLOG Í A El examen histopatol ó gico de las biopsias cut á neas est á indicado en las siguientes situaciones: ● Dermatopat í as poco frecuentes. ● Trastornos erosivos o ulcerativos. ● N ó dulos y tumores. ● Trastornos graves o potencialmente mortales. ● Cuando una presentaci ó n indica un trastorno que se diagnostica f á cilmente mediante histopatolo- g í a (dermatosis sensible al zinc, eritema migrato- rio necrol í tico, adenitis seb á cea, algunos trastornos inmunomediados). ● Cuando no ha habido respuesta al tratamiento. El examen histopatol ó gico tiene poco valor en la investigaci ó n de la mayor í a de los casos de prurito. T é cnicas. En la mayor parte de los casos es sufi ciente obtener biopsias mediante punci ó n de 6 u 8 mm, aun- que es necesario hacer una escisi ó n con un bistur í cuando las lesiones son grandes o fr á giles o cuando es necesario incluir el subcutis para buscar pruebas de paniculitis. Excepto cuando se van a obtener muestras de zonas como la oreja, las almohadillas plantares, los labios o el plano nasal, generalmente es adecuado uti- lizar sedaci ó n y anestesia local. El anest é sico local no debe conteneradrenalina, ya que causa vasoconstric- ci ó n dentro de la muestra. El punch para la biopsia debe considerarse una « hoja de bistur í circular » . El punch debe colocarse per- pendicular a la superfi cie cut á nea y deben realizarse movimientos descendentes y rotatorios para hacer la incisi ó n. El punch no debe hacerse girar en ambas direcciones porque puede producir cambios artefactua- les en la muestra. Es importante que las lesiones de las que se va a hacer la biopsia contengan la patolog í a representativa. Las lesiones m á s adecuadas incluyen p á pulas, p ú stulas, ves í culas, erosiones o ú lceras. Las costras tambi é n tie- nen valor diagn ó stico, pero generalmente las muestras de zonas liquenifi cadas o con excoriaciones cr ó nicas no resultan muy ú tiles. Como regla general, hay que inten- tar obtener muestras de lesiones que est é n en diferen- tes fases de desarrollo. Cuando se obtienen muestras de zonas alop é cicas hay que recoger muestras de piel del centro de la zona, as í como de cualquier margen donde se aprecia actividad del proceso. Idealmente , el tejido escindido debe estar orientado para el pat ó logo de forma que pueda seccionarse en el plano de los fol í culos pilosos. Esto se consigue con m á s facilidad dibujando una l í nea negra con un rotula- dor indeleble en la direcci ó n del crecimiento del pelo y tomando la muestra de la biopsia de forma que la l í nea dibujada la divida en dos ( fi g. 2.22 ). Env í o de la muestra. La dermatohistopatolog í a es un á rea especializada y se recomienda remitir las muestras a un laboratorio con experiencia en este campo. Para que el histopat ó logo pueda aportar m á s informaci ó n ú til, deben rellenarse completamente los formularios y enviar la rese ñ a y la anamnesis completa, incluyendo la descripci ó n de la evoluci ó n del trastorno, la presen- cia de cualquier signo sist é mico, detalles de cualquier prueba de diagn ó stico realizada antes y los resulta- dos, y la respuesta al tratamiento previo. El pat ó logo necesita esta informaci ó n para realizar una correlaci ó n clinicopatol ó gica. Figura 2.22 L í neas dibujadas en la piel en los sitios de biopsia. 2 Pruebas de laboratorio 17 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Interpretaci ó n del informe histopatol ó gico. Los informes histopatol ó gicos generalmente se dividen en varias secciones. La primera secci ó n contiene informa- ci ó n detallada de cu á ntas secciones de tejido se han examinado y la descripci ó n histopatol ó gica de las lesio- nes encontradas. En la siguiente secci ó n se ofrece el diagn ó stico morfol ó gico. Es una descripci ó n del patr ó n de reacci ó n histopatol ó gico. Si los cambios histopatol ó - gicos son patognom ó nicos se da un diagn ó stico espe- c í fi co, pero es m á s probable que el pat ó logo analice los cambios e intente relacionarlos con la anamnesis que le ha entregado el cl í nico. Esta página ha dejado en blanco intencionadamente © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. SECCI Ó N PRURITO CON P Á PULAS Y/O COSTRAS Y/O DESCAMACI Ó N Cap í tulo 3 Introducci ó n al prurito: patogenia y evoluci ó n de las lesiones 21 Cap í tulo 4 Sarna sarc ó ptica 23 Cap í tulo 5 Dermatitis por alergia a las pulgas 28 Cap í tulo 6 Dermatitis at ó pica 35 Cap í tulo 7 Dermatitis por Malassezia 45 Cap í tulo 8 Cheyletiellosis 49 Cap í tulo 9 Dermatofi tosis en un jack russell terrier 54 Cap í tulo 10 Dermatofi tosis en un cobaya 60 Cap í tulo 11 Reacci ó n adversa a alimentos 67 1 Esta página ha dejado en blanco intencionadamente 21 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. PRURITO El prurito es una presentaci ó n frecuente en la pr á ctica de peque ñ os animales. En un estudio publicado recien- temente (Hill P y cols., 2006) se observ ó que es respon- sable del 30-40% de todas las consultas dermatol ó gicas de los animales de compa ñ í a. En t é rminos generales, el prurito se defi ne como la sensaci ó n de picor, que hace que el animal se muerda, se lama, se rasque y se frote la piel. Las causas principales son los par á sitos, las alergias y las infecciones, pero puede producirse en casi todos los trastornos cut á neos. La fi sio- patolog í a del prurito no se conoce del todo. Se cree que es el resultado de la estimulaci ó n de los neurorrecepto- res cut á neos por diversos mediadores que producen las c é lulas infl amatorias y los queratinocitos de la piel. En muchos casos de prurito no puede descubrirse la causa inmediatamente y establecer el diagn ó stico es un proceso largo y caro, por lo que suele prescribirse un tra- tamiento sintom á tico sin establecer primero la causa. Con este abordaje raramente se consigue la curaci ó n, e incluso suele causar complicaciones, insatisfacci ó n del due ñ o y «cambio de veterinario». Adem á s, excepto en los tras- tornos parasitarios (en los que generalmente puede con- seguirse la curaci ó n), en muchos casos el prurito puede requerir tratamiento a largo plazo, y esta ausencia de una «cura» permanente causa m á s insatisfacci ó n al due ñ o. Por otro lado, un diagn ó stico espec í fi co permite al cl í nico dar al due ñ o un pron ó stico preciso. Adem á s, el an á lisis detallado de las opciones terap é uticas y cualquier efecto adverso potencial ayudan a maximizar el cumplimiento del cliente, aumentando por tanto la probabilidad de é xito del tratamiento a largo plazo. El proceso diagn ó stico implica obtener una anamnesis completa, realizar exploraciones f í sica y dermatol ó gica com- pletas y una serie de pruebas diagn ó sticas y ensayos tera- p é uticos para descartar todos los diagn ó sticos diferenciales. La informaci ó n que se obtiene mediante una anamnesis detallada y, supongamos que, fi able es imprescindible para Introducci ó n al prurito: patogenia y evoluci ó n de las lesiones realizar la lista de diagn ó sticos diferenciales. A veces resulta ú til hacer al due ñ o la misma pregunta pero de formas lige- ramente diferentes. Dos respuestas diferentes har á n que el cl í nico se cuestione la fi abilidad de la anamnesis. Debe preguntarse al due ñ o sobre lo siguiente: 1. Pruebas de afectaci ó n sist é mica. 2. Con respecto a la dermatopat í a: a) Edad de aparici ó n. b) Estacionalidad. c) Distribuci ó n del prurito. d) Aparici ó n inicial y distribuci ó n de todas las lesiones, y c ó mo han cambiado a lo largo del tiempo. 3. Manejo: a) Entorno. b) Dieta. c) Pruebas de contagio o zoonosis. d) Respuesta al tratamiento anterior. Los due ñ os suelen asociar el rascado con el prurito, y es importante preguntarles si el animal se frota, se lame y se muerde, adem á s de si se rasca. Todas estas activi- dades pueden producir varios niveles de alopecia auto- inducida, escoriaciones y en alg ú n caso incluso ú lceras. Otras lesiones que se observan con frecuencia incluyen p á pulas, p ú stulas, collaretes epid é rmicos, descamaci ó n, costras, hiperpigmentaci ó n y liquenifi caci ó n. Algunas de estas lesiones pueden ser responsables del prurito, mientras que en otros casos son un resultado del pru- rito. Suele ser dif í cil establecer si las lesiones precedieron a la aparici ó n del prurito o no ya que, desgraciada- mente, pocos due ñ os se dan cuenta. Los distintos individuos muestran niveles variables de autotraumatismo asociado al prurito. El umbral indivi- dual del prurito y los efectos de sumaci ó n pueden expli- car esta variaci ó n. Reconocer la causao los factores que provocan la cadena de eventos es la clave del é xito del tratamiento y/o manejo de cada paciente. 3 DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES22 UMBRAL DEL PRURITO Se cree que cada animal empieza a mostrar muestras de prurito s ó lo cuando la suma total de la carga alerg é nica supera su umbral de prurito. Cada alergeno produce un nivel diferente de prurito, y si se presenta al mismo tiempo en un animal con prurito su efecto se a ñ ade, haciendo que el est í mulo pruriginoso total supere el umbral. A la inversa, si la suma total est á por debajo del umbral, por ejemplo porque la estaci ó n del polen ha pasado, el animal dejar á de tener prurito ( fi g. 3.1 ). El objetivo de los cap í tulos de esta secci ó n que trata sobre el prurito es guiar al lector a trav é s del an á lisis de varios casos en los que el prurito fue el signo principal en el momento de la presentaci ó n. En cada caso el obje- tivo era conseguir un diagn ó stico espec í fi co con el fi n de prescribir un tratamiento concreto y aplicar las opciones de manejo m á s adecuadas para el paciente y el due ñ o. Invierno Primavera Verano Otoño Umbral del pruritoAu m en to d el p ru rit o Si n pr ur ito Pulgas Polen Total Alergenos de los ácaros del polvo Figura 3.1 Variaci ó n del umbral del prurito. 23 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Sarna sarc ó ptica La anamnesis en este caso fue la siguiente: ● El perro se adopt ó de un albergue 3 a ñ os antes de la presentaci ó n. ● El perro no hab í a tenido antecedentes previos de der- matopat í a, aparte de varios quistes seb á ceos que se hab í an extirpado quir ú rgicamente unos meses antes. ● El prurito comenz ó aproximadamente 2 meses antes de que le llevaran a la cl í nica y fue empeorando durante este tiempo. ● El entorno y el manejo del perro no hab í an cambiado durante ese tiempo. ● No hab í a estado en contacto con otros perros, pero hab í a zorros en el jard í n. ● El due ñ o observ ó que el perro estaba let á rgico y deprimido. ● No se produjo zoonosis. ● Al principio el prurito respondi ó a prednisolona oral, pero cuando la enfermedad progres ó dej ó de tener efecto, incluso a dosis m á s altas. ● El tratamiento antimicrobiano sist é mico durante 7 d í as no produjo ning ú n benefi cio. ● El control de las pulgas era espor á dico. EXPLORACI Ó N CL Í NICA Los signos cl í nicos pueden variar desde lesiones sutiles con prurito intenso hasta lesiones graves. Las lesiones primarias consisten en p á pulas eritematosas y/o costras, y las lesiones secundarias incluyen costras, liquenifi caci ó n, descamaci ó n e hiperpigmentaci ó n. La lesi ó n inicial tiende a distribuirse en los bordes de las orejas, los codos, el estern ó n y los cor- vejones. Si no se tratan, las lesiones se extienden y suelen afectar a la conducta del perro, como en este caso. La exploraci ó n f í sica y la exploraci ó n dermatol ó gica revelaron: 4 INTRODUCCI Ó N La sarna sarc ó ptica (tambi é n denominada sarna) es una dermatopat í a muy contagiosa, muy pruriginosa y potencialmente zoon ó tica, causada por la infestaci ó n de la piel por un á caro sarc ó ptico: Sarcoptes scabiei var. canis . En el momento de la presentaci ó n los sig- nos de prurito (p á pulas, costras, descamaci ó n, eritema y alopecia autoinducida) suelen confundirse con otros trastornos dermatol ó gicos, como el pioderma esta- fi loc ó cico, las dermatopat í as al é rgicas u otros trastornos ectoparasitarios. ANTECEDENTES CL Í NICOS Todos los perros se presentan con antecedentes de pru- rito intenso, que en la mayor í a de los casos no responde a dosis cada vez mayores de glucocorticoides. La apa- rici ó n del prurito tiende a ser s ú bita y grave, y gene- ralmente el animal es llevado a la cl í nica poco despu é s de su comienzo, a no ser que le haya tratado de forma intermitente con productos ectoparasiticidas. Generalmente existen antecedentes de contacto indi- recto con zorros, especialmente en las á reas urbanas y suburbanas del Reino Unido. La sarna sarc ó ptica es contagiosa y tiene importancia zoon ó tica, y cuando se realiza la anamnesis pueden descubrirse pruebas de contagio y de zoonosis. PRESENTACI Ó N INICIAL Prurito con eritema, alopecia, p á pulas, costras y descamaci ó n. SIGNOS INICIALES Un samoyedo macho, no castrado, de 13 a ñ os, se present ó con prurito tan intenso que se rascaba continuamente mientras estaba en la sala de espera y durante la consulta. Tambi é n estaba let á rgico y mostraba eritema, alopecia, costras y descamaci ó n. DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES24 ● La temperatura, la frecuencia card í aca y la frecuencia respiratoria estaban dentro de los l í mites normales. ● Lesiones cut á neas generalizadas que afectaban al tronco, la cara caudal de los muslos, la cara dorsal de la cola y los dedos ( fi gs. 4.1 y 4.2 ). ● Las lesiones inclu í an descamaci ó n, costras, eritema, p á pulas y alopecia ( fi g. 4.3 ). ● La piel ten í a un olor desagradable. ● El refl ejo picor-rascado era notable. ABORDAJE DEL CASO La presencia de á caros, huevos o heces en los raspa- dos cut á neos profundos confi rma el diagn ó stico, pero esta prueba s ó lo es positiva en alrededor del 50% de los casos de sarna sarc ó ptica aunque se realicen raspa- dos en varias zonas. En los casos en los que no se observan á caros pero la anamnesis y los signos cl í nicos sugieren la infestaci ó n, puede realizarse una prueba serol ó gica para demostrar la presencia de anticuerpos IgG anti- Sarcoptes que apoye el diagn ó stico. Se ha observado que esta prueba tiene una sensibilidad de entre el 83 y el 92%, y una especifi cidad de entre el 89,5 y el 92%. Figura 4.1 Costras, descamaci ó n y eritema en la cara caudal. Figura 4.2 Eritema, costras y alopecia secundaria en la parte distal de la extremidad. Figura 4.3 Primer plano en el que se observan las costras. Figura 4.4 Á caro Sarcoptes , varios huevos y materia fecal. DIAGN Ó STICO DIFERENCIAL ● Sarna sarc ó ptica. ● Pioderma estafi loc ó cico (primario o secundario). ● Dermatitis por Malassezia . ● Dermatitis por alergia a las pulgas. ● Reacci ó n adversa a alimentos. ● Hipotiroidismo. ● P é nfi go foli á ceo. ● Adenitis seb á cea. ● Demodicosis. ● Cheyletiellosis. ● Linfoma epiteliotr ó pico cut á neo. Nota . Generalmente, la dermatitis at ó pica es un diagn ó stico diferencial en los casos de prurito, pero era muy improbable dada la edad de este perro. La mayor í a de los perros desarrolla este trastorno antes de los 3 a ñ os de edad. 4 Sarna sarc ó ptica 25 © E LS EV IE R. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. Se realizaron las siguientes pruebas: ● En este caso se demostr ó la presencia de á caros, mate- ria fecal y huevos en los raspados cut á neos ( fi g. 4.4 ). ● La exploraci ó n citol ó gica de las preparaciones en cinta de celof á n y los frotis de las p á pulas descar- taron la participaci ó n de Malassezia , pero revelaron infecci ó n estafi loc ó cica. ● Las exploraciones macrosc ó pica y microsc ó pica del cepillado de la capa no revelaron signos de pulgas u otros ectopar á sitos. La dermatitis por alergia a las pulgas sigui ó siendo un problema posible debido a la distribuci ó n de las