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Dermatologia de pequeños animales

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DERMATOLOG Í A DE 
PEQUE Ñ OS ANIMALES 
 SOLUCIONES SAUNDERS EN LA
 PR Á CTICA VETERINARIA 
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 Anita Patel 
 BVM, DVD, MRCVS 
 RCVS Specialist in Veterinary Dermatology 
 Peter Forsythe 
 BVM & S, DVD, MRCVS 
 RCVS Specialist in Veterinary Dermatology
Con la colaboración de: 
 Stephen Smith 
BVetMed (Hons.), CertZooMed, MRCVS 
 Resident in Avian and Exotics Medicine 
 SOLUCIONES SAUNDERS EN LA
PR Á CTICA VETERINARIA
DERMATOLOG Í A DE 
PEQUE Ñ OS ANIMALES 
 Editor de la colección: Fred Nind BVM & S, MRCVS 
 Edici ó n en espa ñ ol de la primera edici ó n de la obra original en ingl é s 
 Small Animal Dermatology 
 Copyright © MMVIII by Saunders, an imprint of Elsevier Inc. 
 Revisi ó n cient í fi ca: 
 Dra . Pilar Sagredo Rodr í guez 
 Profesora Honoraria, Departamento de Patolog í a Animal I 
 Facultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid 
 Full Member, European Society of Veterinary Dermatology 
 Centro de Dermatolog í a y Alergia 
 Hospital Veterinario Altha í a, Alicante 
 © 2010 Elsevier Espa ñ a, S.L. 
 Travessera de Gr à cia, 17-21 – 08021 Barcelona, Espa ñ a 
 Fotocopiar es un delito. (Art. 270 C.P.) 
 Para que existan libros es necesario el trabajo de un importante colectivo (autores, traductores, dibujantes, 
correctores, impresores, editores…). El principal benefi ciario de ese esfuerzo es el lector que aprovecha su 
contenido. 
 Quien fotocopia un libro, en las circunstancias previstas por la ley, delinque y contribuye a la «no» existencia 
de nuevas ediciones. Adem á s, a corto plazo, encarece el precio de las ya existentes. 
 Este libro est á legalmente protegido por los derechos de propiedad intelectual. Cualquier uso, fuera de los 
l í mites establecidos por la legislaci ó n vigente, sin el consentimiento del editor, es ilegal. Esto se aplica en 
particular a la reproducci ó n, fotocopia, traducci ó n, grabaci ó n o cualquier otro sistema de recuperaci ó n de 
almacenaje de informaci ó n. 
 ISBN edici ó n original: 978-0-7020-2870-0 
 ISBN edici ó n espa ñ ola: 978-84-8086-482-4 
 Traducci ó n y producci ó n editorial: Diorki Servicios Integrales de Edici ó n 
 Advertencia 
 La veterinaria es un á rea en constante evoluci ó n. Aunque deben seguirse unas precauciones de seguri-
dad est á ndar, a medida que aumenten nuestros conocimientos gracias a la investigaci ó n b á sica y cl í nica 
habr á que introducir cambios en los tratamientos y en los f á rmacos. En consecuencia, se recomienda a 
los lectores que analicen los ú ltimos datos aportados por los fabricantes sobre cada f á rmaco para com-
probar la dosis recomendada, la v í a y duraci ó n de la administraci ó n y las contraindicaciones. Es respon-
sabilidad ineludible del m é dico determinar la dosis y el tratamiento m á s indicado para cada paciente en 
funci ó n de su 
experiencia y del conocimiento de cada caso concreto. Ni los editores ni los directores asumen 
responsabilidad alguna por los da ñ os que pudieran generarse a personas o propiedades como conse-
cuencia del contenido de esta obra. 
 El editor 
v
 Agradecimientos vii 
 Introducci ó n viii 
 1 Consulta de dermatolog í a 1 
 2 Pruebas de laboratorio 6 
 1 PRURITO CON P Á PULAS 
Y/O COSTRAS Y/O DESCAMACI Ó N 
 3 Introducci ó n al prurito: patogenia y evoluci ó n 
de las lesiones 21 
 4 Sarna sarc ó ptica 23 
 5 Dermatitis por alergia a las pulgas 28 
 6 Dermatitis at ó pica 35 
 7 Dermatitis por Malassezia 45 
 8 Cheyletiellosis 49 
 9 Dermatofi tosis en un jack russell terrier 54 
 10 Dermatofi tosis en un cobaya 60 
 11 Reacci ó n adversa a alimentos 67 
 2 DESCAMACI Ó N Y COSTRAS 
SIN PRURITO 
 12 Introducci ó n a la formaci ó n de costras 
y la descamaci ó n 77 
 Dermatosis con descamaci ó n 
 13 Adenitis seb á cea 80 
 14 Dermatitis exfoliativa con timoma 85 
 15 Linfoma epiteliotr ó pico 90 
 16 Cheyletiellosis en un conejo 95 
 Dermatosis con formaci ó n de costras 
 17 P é nfi go foli á ceo en un gato 103 
 18 Necrosis epid é rmica metab ó lica 111 
 19 Dermatosis sensible al zinc 116 
 3 ALOPECIA 
 20 Introducci ó n a la alopecia 123 
 Alopecia sim é trica 
 21 Alopecia sim é trica felina 127 
 22 Hipotiroidismo 133 
 Í ndice de contenidos 
 23 Alopecia por diluci ó n del color 140 
 24 Alopecia X en un pomerania 144 
 25 Alopecia recurrente de los fl ancos canina 150 
 Alopecia multifocal 
 26 Demodicosis 154 
 27 Pioderma estafi loc ó cico 161 
 28 Dermatofi tosis 169 
 29 Alopecia areata 176 
 30 Linfoma en un h á mster 181 
 Alopecia con signos sist é micos 
 31 Alopecia paraneopl á sica felina 188 
 4 DERMATOSIS ULCERATIVAS 
Y EROSIVAS 
 32 Introducci ó n a las dermatosis ulcerativas 
y erosivas 195 
 33 Eritema multiforme 198 
 34 Vasculitis 203 
 35 Dermatomiositis familiar canina 210 
 36 Placa eosinof í lica felina 215 
 37 Prurito de la cabeza y del cuello 222 
 38 Miasis en un conejo 227 
 5 TRASTORNOS 
DE LA PIGMENTACI Ó N 
 39 Introducci ó n a la pigmentaci ó n de la piel 
y el pelo 241 
 40 Vit í ligo en dos perros 244 
 41 S í ndrome uveodermatol ó gico 248 
 42 Lentigo simple 253 
 43 Hiperpigmentaci ó n causada por 
hipotiroidismo 255 
 6 INFLAMACIONES O N Ó DULOS 
CUT Á NEOS CON O SIN FISTULIZACI Ó N 
 44 Introducci ó n a los n ó dulos cut á neos 
e infl amaci ó n 263 
ÍNDICE DE CONTENIDOSvi
 45 Dermatitis acral por lamido 265 
 46 Dermatitis nodular piogranulomatosa est é ril 270 
 47 Enfermedad micobacteriana felina 274 
 48 Mastocitoma m ú ltiple canino 281 
 49 Histiocitoma 287 
 7 DERMATOSIS QUE AFECTAN 
A ZONAS ESPEC Í FICAS 
 50 Dermatosis de zonas espec í fi cas 293 
 Cara 
 51 Infecci ó n por el virus de la viruela felina 296 
 52 Foliculitis y forunculosis eosinof í lica 300 
 53 Lupus eritematoso cutáneo 303 
 Extremidades 
 54 Pododermatitis plasmoc í tica felina 309 
 55 Carcinoma de c é lulas escamosas en 
un dedo 312 
 U ñ as 
 56 Onicodistrofi a lupoide 316 
 O í dos 
 57 Otitis externa y otitis media en un perro 322 
 AP É NDICES 
 PEM (preguntas de elección múltiple) 333 
 PEM : Respuestas 338 
 Ap é ndice 1 
 Antibacterianos utilizados en dermatolog í a 
veterinaria 340 
 Ap é ndice 2 
 Lista del equipo b á sico necesario 343 
 Ap é ndice 3 
 Lista de trastornos seg ú n los signos con 
que se presentan 344 
 Ap é ndice 4 
 Tratamiento con champ ú s 348 
 Ap é ndice 5 
 Zoonosis 350 
 Lecturas complementarias 353 
 Índice alfabético 367 
vii
 Los autores desean agradecer a los veterinarios gene-
rales haber derivado estos casos, y a los compa ñ eros 
especialistas su ayuda experta en la resoluci ó n de algu-
nos de ellos. 
 Agradecimientos 
viii
 La colecci ó n Soluciones Saunders en la Pr á cticaVeteri-
naria representa una nueva variedad de libros de texto 
que se convertir á n en una minibiblioteca durante los 
pr ó ximos a ñ os que abarcar á las principales disciplinas 
de la pr á ctica veterinaria en el á mbito de los animales 
de compa ñ í a. 
 No est á dentro de la intenci ó n de los autores cubrir 
todo lo conocido sobre cada tema. De hecho, los libros 
de la colecci ó n Saunders no son obras de referencia 
al uso. M á s bien tratan de proporcionar informaci ó n 
pr á ctica sobre las enfermedades observadas con m á s 
frecuencia en un formato accesible y basada en casos 
de la vida real. Abarcan desde cuadros rutinarios hasta 
los que requieren la derivaci ó n al especialista. Estos 
libros ayudar á n a los cl í nicos con intereses particulares 
en un tema y a aquellos que preparan los ex á menes de 
especializaci ó n. Los casos est á n ordenados por el signo 
de presentaci ó n m á s que por la enfermedad subya-
cente, ya que es as í como los ver á n en la pr á ctica los 
cirujanos veterinarios. 
 Cada caso tambi é n incluye descripciones del tras-
torno subyacente y detalles de los cuidados requeri-
dos, tanto en la cl í nica veterinaria como en el domicilio. 
Por tanto, tambi é n se espera que los libros resulten de 
inter é s para estudiantes de ú ltimos cursos de veterinaria 
y para enfermeras veterinarias. 
 El programa de formaci ó n continuada brit á nico (Conti-
nuing Professional Development, CPD) es obligatorio para 
muchos veterinarios y una pr á ctica recomendada para 
otros. La colecci ó n Saunders proporcionar á una fuente 
de informaci ó n para el CPD a la que puede accederse 
de forma econ ó mica, compartirse con otros compa ñ eros 
y usarse en todas partes. Tambi é n proveer á a los siem-
pre ocupados veterinarios de un acceso r á pido a infor-
maci ó n documentada sobre el diagn ó stico y tratamiento 
de casos interesantes y desafi antes. La cubierta se ha 
dise ñ ado especialmente resistente a las engorrosas 
 Introducci ó n 
sustancias encontradas en las cl í nicas veterinarias porque 
es ah í donde esperamos que se usen estos libros. 
 Joyce Rodenhuis y Mary Seager han sido el motor 
de esta colecci ó n, y tanto el editor como cada uno de 
los autores les est á n agradecidos por su previsi ó n en la 
implementaci ó n de la colecci ó n y su asesoramiento y 
apoyo indefectible durante la producci ó n. 
DERMATOLOGÍA
 Los casos dermatol ó gicos son comunes. Una estu-
diante una vez me llam ó la atenci ó n sobre el hecho de 
que cada caso que hab í a visto durante todo un d í a en 
mi consulta de pacientes nuevos hab í a presentado al 
menos una manifestaci ó n dermatol ó gica. 
 Estos casos tambi é n pueden ser desafi antes, confu-
sos y frustrantes. Para la mayor parte de las enfermeda-
des dermatol ó gicas se dispone de varios tratamientos, 
lo que hace que la situaci ó n sea a ú n m á s complicada. 
 Esperamos que este libro se convierta en una referen-
cia pr á ctica para algunos de estos casos, y que anime al 
profesional veterinario a alcanzar un diagn ó stico defi ni-
tivo y a planear un tratamiento efi caz, incluso cuando la 
enfermedad no pueda curarse. 
 Como cada caso es, en t é rminos generales, completo 
en s í mismo, existe cierta repetici ó n entre cap í tulos, 
sobre todo cuando enfermedades similares son tratadas 
en especies diferentes. Y al contrario, dado que algunos 
trastornos (p. ej., queiletielosis) se presentan de forma 
diferente en especies distintas, pueden aparecer en m á s 
de una secci ó n. Sin embargo, los autores esperan que 
este formato haga que sea m á s r á pido y f á cil el acceso 
a la informaci ó n necesaria para tratar un determinado 
cuadro. 
 Fred Nind 
 Editor de la colecci ó n 
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 INTRODUCCI Ó N 
 El primer paso, y el m á s importante, para que la con-
sulta y el tratamiento de los trastornos dermatol ó gicos 
sean satisfactorios es obtener una anamnesis completa. 
En este paso, los atajos pueden dar lugar a diagn ó sticos 
err ó neos, afectar al bienestar del animal y aumen-
tar los gastos innecesariamente y la insatisfacci ó n del 
propietario. 
 La anamnesis debe obtenerse de forma l ó gica, con el 
objetivo de describir el trastorno y desarrollar la lista de 
diagn ó sticos diferenciales, mientras se explora al paciente. 
En este libro se muestra c ó mo trabajar as í con los casos. 
 Gracias a los registros informatizados, en la mayor í a 
de las cl í nicas puede accederse f á cilmente a la edad de 
aparici ó n, la raza y el sexo de cada animal. Esta infor-
maci ó n proporciona algunas claves ú tiles cuando se est á 
realizando una lista de diagn ó sticos diferenciales. 
 Edad de aparici ó n: 
 ● Los problemas parasitarios como la pediculosis, la 
otoacariasis, la cheyletiellosis y la sarna demod é cica 
se observan con m á s frecuencia en los cachorros y 
en los animales adolescentes. 
 ● Las genodermatosis pueden volverse progresivas y, 
en algunos casos, se hacen mas evidentes con la 
edad. Generalmente se han consolidado a los 3 a ñ os 
de edad. 
 ● Entre las alergias, las dermatitis at ó picas aparecen 
a una edad superior a los 6 meses e inferior a los 
3 a ñ os, y la dermatitis por alergia a las pulgas es m á s 
frecuente en animales de m á s de 5 a ñ os. 
 ● Los problemas hormonales tienden a manifestarse 
despu é s de los 6 a ñ os. 
 ● Los trastornos neopl á sicos generalmente afectan a 
animales mayores. 
 Predisposici ó n seg ú n la raza: 
 ● Demodicosis en los staffordshire bull terrier y scottish 
terrier. 
 Consulta de 
dermatolog í a 
 ● Dermatitis at ó pica en los labradores, los west high-
land terrier y otras razas terrier, y los pastores ale-
manes, mientras que la dermatitis por alergia a las 
pulgas puede producirse en cualquier raza. 
 ● La dermatofi tosis es m á s prevalente en los gatos 
persas. 
 ● Color de la capa diluido en ciertas razas, por ejem-
plo, la capa azul en los d ó berman puede ser respon-
sable de la alopecia con diluci ó n del color. 
 Sexo. Obs é rvese si el animal est á entero o castrado. 
Esto es especialmente importante en las dermopat í as 
asociadas a desequilibrios de las hormonas sexuales. 
Existen algunos otros trastornos cut á neos en los que se 
reconoce una predisposici ó n sexual. 
 ANAMNESIS 
 La anamnesis se divide en cuestiones relacionadas 
espec í fi camente con el trastorno cut á neo y en cuestio-
nes generales y sobre el manejo del animal. Como en 
la pr á ctica general el tiempo es limitado, pueden reali-
zarse algunas preguntas mientras se explora al animal. 
Si el trastorno es recurrente, gran parte de la historia 
ya estar á disponible en los registros m é dicos y s ó lo ser á 
necesaria la confi rmaci ó n del propietario. 
 Anamnesis espec í fi ca, cuestiones fundamentales: 
 ● ¿En qu é fecha comenz ó ? 
 ● ¿El trastorno es estacional o no estacional? 
 ● Si no es estacional, ¿es continuo y progresivo o es 
intermitente? 
 ● ¿El trastorno es pruriginoso o no pruriginoso? Esto 
debe incluir lamido, mordeduras, rascado o frota-
miento. Si es pruriginoso, es necesario saber si al 
principio era no pruriginoso y posteriormente cambi ó 
o si siempre ha sido pruriginoso. 
 ● Distribuci ó n actual de las lesiones, e inicial, y c ó mo 
han progresado. 
 ● ¿Hay un olor asociado al trastorno? 
 1 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES2
 ● Si ha tenido contacto con otros animales en el hogar 
o contactos casuales, y si est á n afectados. 
 ● ¿Hay alguna persona en el hogar afectada? 
 ● ¿El trastorno comenz ó despu é s de una visita a la 
peluquer í a o a una residencia canina? 
 ● ¿Algú n animal de la casa tiene pulgas? 
 Anamnesis inespec í fi ca. Debe incluir cuestiones sobre 
la salud general y el manejo del animal, y a veces es 
necesario realizar preguntas m á s espec í fi cas para poder 
describir el trastorno. 
 Salud general, cuestiones fundamentales: 
 ● ¿Ha afectado al apetito? Y si es as í , ¿ha aumentado 
o disminuido? 
 ● ¿Se ha producido un cambio en la ingesti ó n de 
agua? 
 ● ¿Ha cambiado la tolerancia al ejercicio? 
 ● ¿Tiene tos, estornuda o respira con difi cultad? 
 ● ¿Se han producido signos asociados a trastornos 
gastrointestinales? 
 ● ¿Ha afectado a la conducta sexual o al ciclo estral? 
 ● ¿Est á tomando el animal alg ú n f á rmaco para cual-
quier otro trastorno, es decir, card í aco, artritis? 
 Manejo, cuestiones fundamentales: 
 ● Debe anotarse la dieta, incluyendo las golosinas. 
 ● ¿El animal est á en una perrera o se queda dentro de 
casa y, si es as í , d ó nde pasa la mayor í a del tiempo? 
Por ejemplo, los que duermen en los dormitorios 
pueden tener mucho contacto con á caros del polvo. 
 ● ¿El perro es una mascota o se utiliza para trabajo? 
 ● ¿El gato pasa el tiempo en casa y/o fuera de casa? 
¿Los gatos que salen de casa son cazadores? 
 ● ¿Qu é tipo de cama utiliza? 
 ● ¿La casa tiene alfombras? 
 ● ¿El trastorno empeora cuando el animal tiene con-
tacto con determinadas cosas? Por ejemplo, c é sped 
o despu é s de un paseo. 
 ● Tratamientos t ó picos y sist é micos utilizados y 
respuestas. 
 ● Antecedentes de viajes, ectopar á sitos, endopar á sitos 
y vacunaci ó n. 
 EXPLORACI Ó N CL Í NICA 
 Una buena pr á ctica cuando se realiza la exploraci ó n 
cl í nica es establecer una rutina que incluya tanto un 
examen f í sico general como un examen dermatol ó gico 
espec í fi co. 
 Exploraci ó n f í sica general. Deben examinarse 
todos los sistemas org á nicos de forma met ó dica. 
Determinadas anomal í as pueden ser indicativas de cier-
tos trastornos: 
 ● La bradicardia puede sugerir hipotiroidismo. 
 ● Las lesiones orales pueden ser consistentes con 
trastornos autoinmunitarios, inmunomediados o 
neopl á sicos. 
 ● La conjuntivitis o la ep í fora pueden indicar una etio-
log í a al é rgica. 
 ● La atrofi a muscular sugiere hiperadrenocorticismo 
espont á neo o iatrog é nico. 
 ● La palpaci ó n abdominal puede revelar una masa u 
otra anomal í a. 
 Exploraci ó n dermatol ó gica. La exploraci ó n supone un 
examen cuidadoso de la piel que se basa en la inspec-
ci ó n visual y la palpaci ó n seguidas por intervenciones 
espec í fi cas como el cepillado de la capa, los raspados 
cut á neos, etc. (v. cap. 2). Debe observarse si existen dis-
tintos indicadores en diferentes partes de la piel: 
 ● Membranas mucosas: petequias, ulceraci ó n, ves í -
culas, ampollas, erosiones, hipopigmentaci ó n. 
 ● Estado de la capa: lustrosa, grasa, mate, descamada, 
seca y fr á gil o alop é cica. 
 ● Elasticidad de la piel: la p é rdida de elasticidad se aso-
cia a hiperadrenocorticismo. 
 ● Superfi cie de la piel: se examina toda la superfi cie 
cut á nea por si existen lesiones, no s ó lo el á rea donde 
las lesiones son evidentes. Debe diferenciarse entre 
las lesiones primarias y secundarias y observar su dis-
tribuci ó n (focal o multifocal; sim é trica o asim é trica). 
Las lesiones pueden estar aisladas o agrupadas, o 
siguiendo una confi guraci ó n anular, lineal, polic í -
clica, arciforme o serpiginosa. En algunos animales 
es necesario afeitar la capa para apreciar las lesiones. 
 Lesiones primarias: 
 ● M á cula: á rea plana y circunscrita de decoloraci ó n de 
1 cm o menos. 
 ● P á pula: masa palpable elevada, s ó lida, de 1 cm de 
di á metro o menos ( fi g. 1.1 ). 
 ● Placa: lesi ó n elevada, s ó lida, de m á s de 1 cm de di á -
metro ( fi g. 1.2 ). 
 ● P ú stula: lesi ó n circunscrita, elevada, llena de pus, de 
1 cm o menos ( fi g. 1.3 ). 
 ● Ves í cula: lesi ó n circunscrita, elevada, llena de suero, 
de 1 cm o menos ( fi g. 1.4 ). 
 ● Ampolla: lesi ó n circunscrita, elevada, llena de suero, 
de m á s de 1 cm 
 ● Quiste: cavidad recubierta por un revestimiento mem-
branoso y llena con material l í quido o semis ó lido. 
 ● N ó dulo: masa palpable elevada, s ó lida, de m á s de 
1 cm ( fi g. 1.5 ). 
 ● Tumor: masa palpable grande. 
1 Consulta de dermatología 3
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 ● Hab ó n: lesi ó n circunscrita, elevada, edematosa, que 
se blanquea mediante diascopia ( fi g. 1.6 ). 
 ● Alopecia: p é rdida de pelo (puede ser primaria o 
secundaria, p. ej., autoinducida). 
 Lesiones secundarias: 
 ● Eritema: enrojecimiento aumentado de la piel. 
 ● Escama: acumulaci ó n visible superfi cial de corneoci-
tos desprendidos en la superfi cie de la epidermis. 
 ● Collarete epid é rmico: agrupamiento circular de 
 escamas con un á rea central de hiperpigmentaci ó n 
( fi g. 1.7 ). 
 ● Costras: es el resultado de la acumulaci ó n de c é lulas 
muertas y de exudado (p. ej., suero, sangre, pus) en 
la superfi cie cut á nea ( fi g. 1.8 ). 
 ● Erosi ó n: p é rdida de la epidermis superfi cial sin 
p é rdida de la capa basal ( fi g. 1.9 ). 
 Figura 1.1 P á pulas en un perro con pioderma. 
 Figura 1.2 Placas en la parte ventral del t ó rax y el 
abdomen de un perro. 
 Figura 1.3 P ú stulas sobre la piel glabra. 
 Figura 1.4 Ves í culas sobre la cara c ó ncava de la oreja. 
 Figura 1.5 N ó dulos en un perro. 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES4
 ● Ulceraci ó n: p é rdida de la epidermis que da lugar a la 
exposici ó n de la dermis ( fi g. 1.10 ). 
 ● Fisura: hendidura o grieta en la epidermis y la dermis 
debido a un traumatismo o a una enfermedad. 
 ● Cicatriz: tejido fi broso anormal que sustituye al tejido 
d é rmico y subcut á neo da ñ ados. 
 ● Liquenifi caci ó n: engrosamiento de la piel que da 
lugar a exageraci ó n de las marcas cut á neas debido a 
infl amaci ó n cr ó nica ( fi g. 1.11 ). 
 ● Hiperpigmentaci ó n: oscurecimiento de la piel debido 
a un aumento del pigmento en la epidermis y a veces 
en la dermis ( fi g. 1.11 ). 
 ● Hipopigmentaci ó n: disminuci ó n o p é rdida de pig-
mento en la epidermis. 
 ● Comed ó n: fol í culo piloso dilatado ocluido con sebo 
u otros restos celulares ( fi g. 1.12 ). 
 ● Cilindro folicular: acumulaci ó n de queratina y sebo 
sobre el eje del pelo y/o el bulbo piloso (fi g. 2.9). 
(a)
(b)
 Figura 1.6 Habones en las patas de un perro. 
 Figura 1.7 Collaretes epid é rmicos. 
 Figura 1.8 Costras en la superfi cie cut á nea de un perro. 
 Figura 1.9 Erosi ó n en la superfi cie cut á nea de un gato. 
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 Aunque por lo general todas las lesiones mencio-
nadas anteriormente se consideran secundarias, el 
eritema, las escamas, las costras, los comedones, los 
cilindros foliculares, la hipopigmentaci ó n y la hiperpig-
mentaci ó n pueden considerarse lesiones primarias en 
algunos trastornos cut á neos. 
 Una buena pr á ctica consiste en explorar al animal 
utilizando un m é todo establecido para que ninguna 
parte de la piel quede sin explorar. 
 A menos que el diagnó stico sea evidente de forma 
inmediata, lo que no ocurre en la mayor í a de los casos, 
el siguiente paso es hacer una lista de todos los tras-
tornos que se ajusten a la anamnesis y la exploraci ó n 
(el « diagn ó stico diferencial » ) y despu é s eliminarlos reali-
zando pruebas adecuadas y ensayos terap é uticos, hasta 
llegar a un diagn ó stico defi nitivo. Estas pruebas y ensa-
yos se analizan en el cap í tulo 2. 
 Figura 1.10 Ulceraci ó n de la piel que expone la dermis de 
un gato. 
 Figura 1.11 Liquenifi caci ó n e hiperpigmentaci ó n en la 
axila de un perro. 
 Figura 1.12 Comedones y escamas en la cara convexa de 
la oreja de un gato. 
6
 INTRODUCCI Ó N 
 Muchos casos de dermatolog í a veterinaria en los que 
el diagn ó stico no es evidente de forma inmediata repre-
sentan un desaf í o para el cl í nico. En estos casos m á s 
complejos, se elabora una lista de diagn ó sticos diferen-
ciales teniendo en cuenta la rese ñ a, la anamnesis y la 
exploraci ó n f í sica, y despu é s se realizan varias pruebas 
y ensayos terap é uticos hasta llegar al diagn ó stico defi ni-
tivo. Las pruebas disponibles incluyen las que se realizan 
en el laboratorio de la propia cl í nica y las que ofrecen 
los laboratorios comerciales externos. 
 Las pruebas de diagn ó stico ideales son los procedi-
mientos que ofrecen indicios de si un paciente tiene o no 
una enfermedad determinada de forma r á pida, c ó moda 
y econ ó mica. Desgraciadamente, la mayor í a de las prue-
bas diagn ó sticas presentan un problema de falta de fi a-
bilidad inherente y no siempre puede diferenciarse lo que 
es normal de lo que no lo es, por lo que se producen 
resultados falsos positivos y falsos negativos. La variaci ó n 
biol ó gica, la metodolog í a de la prueba y la habilidad del 
cl í nico se combinan para determinar la falta de fi abilidad 
de la prueba. Es importante que el cl í nico conozca el 
l í mite de todas las pruebas diagn ó sticas, y los resultados 
de las pruebas deben interpretarse teniendo en cuenta la 
anamnesis y los signos cl í nicos del caso. Esta interpreta-
ci ó n tiene una importancia cl í nica crucial y es una de las 
causas m á s comunes de errores del diagn ó stico. 
 El cl í nico puede adoptar ciertas medidas para mini-
mizar la incidencia de resultados falsos positivos y fal-
sos negativos. En primer lugar, obtener la anamnesis 
completa, realizar exploraciones f í sicas y dermatol ó -
gicas completas y elaborar un diagn ó stico diferencial 
(v. cap. 1). Aunque es importante realizar pruebas de 
detecci ó n selectiva b á sicas, como raspados cut á neos 
y citolog í a, las pruebas de diagn ó stico deben dirigirse 
tanto como sea posible a las enfermedades de la lista 
del diagn ó stico diferencial. El uso indiscriminado de una 
variedad amplia de pruebas de diagn ó stico aumenta 
la probabilidad de obtener resultados falsos positivos 
y falsos negativos. Es un error com ú n asumir que las 
lesiones cut á neas que parecen graves se deben a una 
 Pruebas de laboratorio 
enfermedad autoinmunitaria. Estad í sticamente, la baja 
prevalencia de las enfermedades raras aumenta la posi-
bilidad de un resultado falso positivo, lo que da lugar 
a un diagn ó stico err ó neo. Con mucha m á s frecuencia, 
las lesiones cut á neas graves son s ó lo una manifestaci ó n 
inusual de una enfermedad com ú n. 
 PRUEBAS DIAGN Ó STICAS 
PARA ECTOPARASITISMO 
 Las enfermedades ectoparasitarias que se observan en la 
pr á ctica de peque ñ os animales se muestran en la ta bla 2.1 . 
Las pruebas disponibles para detectar los par á sitos exter-
nos son el an á lisis del pelo y el cepillado de la capa, el 
uso de tiras de acetato, los raspados cut á neos, los trico-
gramas, una prueba ELISA de IgG para sarna y el examen 
histopatol ó gico. 
 Principios generales de la microscopia 
 El cl í nico debe estar familiarizado con su microscopio. 
Excepto cuando se utilizan tiras de acetato, siempre debe 
colocarse un cubreobjetos sobre cualquier material que 
vaya a examinarse en el microscopio. Colocar demasiado 
material en el portaobjetos har á m á s dif í cil la exploraci ó n 
detallada. Un aumento de baja potencia (objetivo � 4) es 
sufi ciente para detectar los ectopar á sitos, aunque puede 
ser necesario un objetivo � 10 para realizar un examen 
m á s detallado de las muestras. 
 An á lisis de pelos sueltos 
 Puede utilizarse un peine para recoger pelo para su 
examen macrosc ó pico. La prueba es ú til para detectar 
los par á sitos externos m á s grandes, como las pulgas 
y los piojos. Pueden observarse las pulgas si hay un 
gran n ú mero de ellas. Sin embargo, las pulgas s ó lo se 
detectan en aproximadamente el 60% de los casos de 
dermatitis por alergia a las pulgas, y este n ú mero es 
considerablemente inferior en los gatos, que eliminan 
las pruebas de la infestaci ó n durante el acicalamiento, 
por lo que esta prueba no es sensible para el diag-
n ó stico de la infestaci ó n por pulgas. 
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 Examen del cepillado de la capa 
 Es una prueba ú til y moderadamente sensible para el 
diagn ó stico de los par á sitos superfi ciales, como las pul-
gas, los piojos, los á caros de la familia Trombiculidae 
y los á caros Cheyletiella spp. Se recogen escamas de 
la parte dorsal del tronco ( fi g. 2.1 ) mediante peinado 
o cepillado vigoroso con las puntas de los dedos y se 
colocan en un trozo de papel A4. El papel se dobla y 
se golpea suavemente para que el material recogido 
caiga en los pliegues. Se quita el pelo y puede exami-
narse el material microsc ó picamente para buscar heces 
de pulgas y los par á sitos m á s grandes, como los pio-
jos. El material se recoge con una cinta adhesiva clara, 
se monta sobre un portaobjetos y se examina con el 
microscopio ó ptico de baja potencia. Debe observarse 
con cuidado toda la zona que se encuentra debajo de la 
cinta adhesiva. 
 An á lisis de pelo arrancado 
 La exploraci ó n microsc ó pica del pelo arrancado puede 
ser ú til para detectar á caros Demodex spp. ( fi g. 2.2 ) 
y Cheyletiella spp. o huevos de piojos. Esta prueba es 
muy ú til cuando se toman muestras de zonas en las que 
es dif í cil hacer un raspado, como los dedos en los casos 
de pododemodicosis, en los que los raspados cut á neos 
requieren sedaci ó n. Se arrancan entre 50 y 100 pelos, se 
montan en parafi na l í quida sobre un portaobjetos y se 
recubren con un cubreobjetos. Deben examinarse cui-
dadosamente las puntas del pelo, los tallos y los bulbos. 
En un estudio se demostr ó que los raspados cut á neos 
profundos eran m á s sensibles que el an á lisis del pelo en 
casos de demodicosis localizada y escamosa, y por tanto 
la demodicosis no debe descartarse bas á ndose en que 
no se encuentren á caros cuando se realiza esta prueba. 
 Raspado cut á neo 
 Los raspados cut á neos se han utilizado para detectar la 
presencia de á caros parasitarios superfi ciales y profun-
dos como Cheyletiella , Sarcoptes y Demodex spp. Los 
raspados cut á neos deben realizarse en presencia de 
eritema, descamaci ó n, costras, alopecia o una erupci ó n 
papular o pustulosa. En los casos de sarna sarc ó ptica, 
los sitios principales donde se encuentran los á caros son 
los corvejones, los codos y los bordes de la oreja. Debe 
evitarse hacer raspados en zonas donde hay muchas 
costras o escoriaciones, ya que esto podr í a dar lugar a 
resultados falsos negativos. Deben tomarse muestras 
de tres a cinco sitios diferentes (cinco si se sospecha de 
sarna o sarc ó ptica demodicosis). 
 El pelo debe afeitarse con una hoja de afeitar 
del n ú mero 40. Cuando se hace un raspado para 
 Figura 2.1 Obtenci ó n de muestras de escamas para el 
examen del cepillado de la capa. 
 Figura 2.2 An á lisis del pelo en un caso depododemodicosis con á caros adultos y huevos (fl echa). 
 Tabla 2.1 Ectopar á sitos que se observan en la pr á ctica 
en peque ñ os animales 
 Insectos 
 Infestaci ó n con pulgas Com ú n 
 Piojos Poco com ú n 
 Á caros 
 Sarcoptes scabiei Com ú n 
 Notoedres cati Raro en los gatos 
 Cheyletiella spp. Com ú n 
 Otodectes cynotis Com ú n 
 Neotrombicula autumnalis Com ú n 
 Demodex spp. Com ú n 
 Endopar á sitos 
 Pelodera, anquilostomas De poco com ú n a raro 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES8
 Demodex spp., es ú til apretar suavemente la piel entre 
los dedos pulgar e í ndice para extraer los á caros de 
los fol í culos pilosos. Se aplica una peque ñ a cantidad 
de parafi na l í quida en la zona que se va a raspar para 
suspender el material recogido (o agua si se utiliza 
hidr ó xido pot á sico). Se utiliza una hoja de bistur í roma 
del n ú mero 10 para raspar el material desde la superfi cie 
cut á nea. Cuando se est á n buscando á caros Sarcoptes o 
 Demodex spp. debe realizarse un raspado profundo de 
la piel que produzca sangrado capilar ( fi g. 2.3 ). El mate-
rial obtenido se monta en un portaobjetos con parafi na 
l í quida o hidr ó xido de potasio. Debe colocarse un cubre-
objetos. Las muestras se examinan por si existen ecto-
par á sitos bajo un objetivo de baja potencia y se debe 
explorar toda el á rea que hay debajo del cubreobjetos. 
 ELISA IgG para Sarcoptes canino 
 Los laboratorios comerciales ofrecen una prueba ELISA 
IgG para Sarcoptes. Es muy sensible ( � 90%), aunque 
pueden producirse reacciones falsas negativas en los 
casos recientes porque la seroconversi ó n puede tardar 
hasta 4 semanas tras la exposici ó n a los á caros. Pueden 
observarse reacciones falsas positivas en casos de der-
matitis at ó pica canina debido a hipersensibilidad a los 
 á caros del polvo porque se produce una reacci ó n cru-
zada entre los á caros del polvo Dermatophagoides spp. y 
 Sarcoptes scabiei . 
 Examen histopatol ó gico 
 El examen histopatol ó gico es una prueba muy sensible 
para el diagn ó stico de demodicosis, y cuando los raspa-
dos cut á neos han sido infructuosos pero se sigue sos-
pechando que existe demodicosis la histopatolog í a podr í a 
descartarla de forma defi nitiva. Histopatol ó gicamente, 
en la demodicosis canina se observa foliculitis mural, 
perifoliculitis, foliculitis y forunculosis, y dermatitis nodu-
lar. Los á caros deben observarse en las secciones histopa-
tol ó gicas. La histopatolog í a es una prueba muy sensible 
para otros trastornos ectoparasitarios. 
 Interpretaci ó n de los resultados 
de las pruebas 
 Con la excepci ó n de la demodicosis, las pruebas para 
ectopar á sitos tienen una sensibilidad baja pero una 
especifi cidad del 100%. Los á caros Sarcoptes spp. 
s ó lo se encuentran en los ex á menes de los raspados 
cut á neos en alrededor del 50% de los casos de sarna 
sarc ó ptica y en algunos casos tambi é n es dif í cil detec-
tar los á caros del g é nero Cheyletiella . De hecho, en los 
albergues donde existen varios animales puede ser ú til 
comprobar si aquellos que est á n en contacto (y con 
frecuencia no afectados) tienen par á sitos. Es muy dif í cil 
encontrar pulgas, especialmente en los gatos con 
cualquier manifestaci ó n de prurito. 
 Cuando el ectoparasitismo es uno de los diagn ó sticos 
diferenciales pero no pueden detectarse par á sitos exter-
nos deben realizarse otras pruebas diagn ó sticas (ELISA 
IgG para sarna sarc ó ptica) o ensayos terap é uticos. 
 Demodicosis 
 La situaci ó n es diferente en el caso de la demodicosis. Si al 
menos cinco raspados cut á neos profundos obtenidos de 
forma correcta y examinados cuidadosamente son negati-
vos, el cl í nico puede descartar la demodicosis como causa 
de la dermatopat í a, aunque existen raras excepciones. En 
los shar pei puede ser dif í cil detectar á caros, posiblemente 
debido al grosor de la piel, y en ocasiones es dif í cil encon-
trar á caros en los casos de pododemodicosis, por lo que 
est á indicado el examen histopatol ó gico para descartar o 
confi rmar la enfermedad. Los ensayos terap é uticos no son 
adecuados cuando se sospecha que existe demodicosis. 
 PRUEBAS DIAGN Ó STICAS 
PARA DERMATOFITOSIS 
 La dermatofi tosis es la invasi ó n de los tejidos que-
ratinizados, generalmente por hongos de las especies 
 Trichophyton , Epidermophyton o Microsporum spp. 
 Las t é cnicas disponibles para el diagn ó stico incluyen: 
 ● Exploraci ó n con l á mpara de Wood. 
 ● Examen microsc ó pico de los tallos pilosos para bus-
car presencia de esporas. 
 ● Cultivos f ú ngicos. 
 ● Histopatolog í a. 
 L á mpara de Wood. La l á mpara de Wood es una luz 
ultravioleta con una longitud de onda de 360 nm. 
 Figura 2.3 Raspado cut á neo profundo. 
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S ó lo deben utilizarse l á mparas con dos bombillas y 
un amplifi cador. Es importante encender la l á mpara 
y dejar que se caliente durante 5 minutos antes del 
examen. El examen del animal debe realizarse en una 
habitaci ó n oscura. Los tallos de los pelos infectados 
con ciertas cepas de Microsporum canis emiten fl uo-
rescencia de color verde manzana cuando se examinan 
con la l á mpara de Wood debido a los metabolitos del 
tript ó fano. El examen con l á mpara de Wood es una 
prueba muy espec í fi ca (el 100% si se realiza correcta-
mente) pero poco sensible, s ó lo el 50% de las cepas 
de Microsporum canis son fl uorescentes. Las infeccio-
nes raras por M. audounii, M. distortum y Trichophyton 
schoenlenii tambi é n pueden emitir fl uorescencia. 
 Microscopia directa. La mayor í a de los casos de der-
matofi tosis en los animales dom é sticos se deben a una 
infecci ó n ectotrix de los tallos pilosos por esporas f ú n-
gicas que pueden visualizarse con un aumento de � 40 
utilizando el microscopio ó ptico. Puede realizarse el exa-
men microsc ó pico directo de los pelos que presentan 
fl uorescencia o de pelos arrancados de las lesiones. Las 
muestras deben montarse en el portaobjetos en parafi na 
l í quida o hidr ó xido de potasio. Los tallos pilosos con cut í -
culas alteradas o da ñ adas deben examinarse bajo una 
potencia superior por si se observan esporas f ú ngicas ( fi g. 
2.4 ). Aunque es una prueba muy espec í fi ca si se realiza 
correctamente, no es una t é cnica sensible para el diag-
n ó stico de dermatofi tosis si la realiza un cl í nico inexperto. 
 Cultivo f ú ngico. El cultivo f ú ngico es indiscutiblemente 
la prueba m á s sensible para la dermatofi tosis y debe 
realizarse siempre que se sospecha esta enfermedad. El 
m é todo m á s simple para obtener el material para el cul-
tivo es la t é cnica de cepillado de MacKenzie. Se utiliza 
con m á s frecuencia para la detecci ó n selectiva rutinaria 
de la dermatofi tosis en los gatos. Se recogen pelos y 
escamas en las cerdas de un cepillo de dientes nuevo con 
el que se cepilla la capa de pelo durante 30-60 segun-
dos, prestando especial atenci ó n a la piel que est á lesion-
ada. Puede quitarse el mango del cepillo y enviarse toda 
la cabeza del cepillo al laboratorio. Adem á s de utilizar 
el m é todo del cepillado, es aconsejable hacer un cultivo 
de las escamas raspadas de las lesiones y tambi é n de los 
pelos procedentes de los bordes de las lesiones. 
 En la pr á ctica se utiliza el DTM (dermatophyte test 
medium) como medio de crecimiento para el diag-
n ó stico de dermatofi tosis. El DTM es á gar dextrosa de 
Sabouraud con varios antibi ó ticos que inhiben el creci-
miento bacteriano y algunos hongos saprofi tos, junto 
con rojo fenol como indicador. Los dermatofi tos meta-
bolizan primero la prote í na en el medio, lo que produce 
metabolitos alcalinos que cambian el colordel indicador 
de pH a rojo ( fi g. 2.5 ). Esto debe producirse durante los 
primeros 10 d í as, cuando crece la colonia de hongos. Las 
especies saprofi tas de hongos metabolizan primero los 
hidratos de carbono y el color cambia a rojo cuando han 
transcurrido 10 d í as o m á s despu é s del crecimiento de la 
colonia. Existen problemas potenciales asociados al uso 
del DTM. El á gar debe inspeccionarse todos los d í as por 
si hay pruebas de crecimiento f ú ngico y cambio de color; 
algunas especies saprofi tas de hongos pueden inducir 
un cambio de color antes de que transcurran 10 d í as y 
 Microsporum persicolor puede producir un cambio de 
color despu é s de los 10 d í as. Debe confi rmarse la iden-
tidad de todos los micelios f ú ngicos mediante examen 
microsc ó pico, que requiere conocimientos especializados. 
 Figura 2.4 Tallo del pelo infectado con dermatofi tos. (Por 
cortes í a del Dr. N. McEwan.) 
 Figura 2.5 Medio de prueba para dermatofi tos en el que 
se observa el cambio del color rojo y crecimiento de una 
colonia blanca en la superfi cie a los 10 d í as. Obs é rvese el 
crecimiento de color oscuro de un microorganismo f ú ngico 
saprofi to en el borde de la placa. 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES10
Es m á s, el DTM puede no ser un medio de crecimiento 
adecuado para identifi car algunos hongos que s ó lo 
esporulan en á gar dextrosa de Sabouraud. No obstante, 
el cultivo en DTM sigue siendo una herramienta ú til en 
la pr á ctica para la detecci ó n selectiva de dermatofi tosis, 
pero el cl í nico debe conocer sus limitaciones. 
 Histopatolog í a. Los elementos f ú ngicos pueden 
identifi carse en secciones histopatol ó gicas y se visuali-
zan mejor utilizando tinciones especiales como á cido 
peri ó dico (PAS). 
 TRICOGRAF Í A 
 La tricograf í a es la t é cnica del examen microsc ó pico 
de los tallos pilosos. Adem á s de para el diagn ó stico 
de ectopar á sitos, el examen microsc ó pico de los pelos 
arrancados tambi é n es ú til para investigar las causas de 
la alopecia en los gatos y los perros y en ciertos trastor-
nos descamativos, especialmente la adenitis seb á cea. 
 T é cnica. Se arrancan entre 50 y 100 pelos utilizando 
unas pinzas hemost á ticas con los extremos protegidos 
con un tubo de goteo para que no se rompan los tallos. 
Los pelos se montan en un portaobjetos con parafi na 
l í quida y se recubren con un cubreobjetos. Las puntas 
del pelo, el tallo y las ra í ces se examinan con un micros-
copio ó ptico de baja potencia. 
 Interpretaci ó n. Los extremos de los pelos normales ter-
minan en una punta fi na. Los tallos del pelo rotos indi-
can autotraumatismo debido a prurito. Es una prueba 
 ú til en los casos de alopecia sim é trica felina en los que 
se desconoce si la alopecia est á causada por autotrau-
matismo ( fi g. 2.6 ). 
 Examen de los bulbos pilosos. Un bulbo bien pigmen-
tado, claviforme, es caracter í stico de un pelo en la fase 
de anag é n (crecimiento) ( fi g. 2.7 ). Una ra í z fi na, recta, 
no pigmentada, afi lada y completamente queratinizada 
es caracter í stica de un pelo en telog é n (reposo) ( fi g. 2.8 ). 
En general, en la tricograf í a de perros y gatos sanos se 
observan tanto pelos en telog é n como en anag é n. La 
evaluaci ó n de la proporci ó n anag é n a telog é n puede ser 
 ú til para averiguar la causa de la alopecia, aunque debe 
tenerse cuidado cuando se interpretan estas proporcio-
nes. Las razas como los chow-chow, samoyedos, pome-
rania y husky conservan una gran cantidad de pelos en 
telog é n durante un per í odo largo de tiempo y se dice 
que tienen « ciclos pilosos dominados por telog é n » . 
 Figura 2.6 Tallos de pelos rotos de un gato con alopecia 
causada por autotraumatismo. 
 Figura 2.7 Bulbos pilosos en anag é n. 
 Figura 2.8 Bulbos pilosos en telog é n. 
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A la inversa, las razas como los caniches y los bich ó n 
fris é tienen « ciclos pilosos dominados por anag é n » , en 
los que el pelo contin ú a creciendo. Estas razas necesitan 
que se les corte el pelo. A pesar de esta variaci ó n seg ú n 
la raza, la ausencia de ra í ces pilosas en anag é n en un 
tricograma debe indicar un trastorno del ciclo de creci-
miento del pelo, como una endocrinopat í a. La presencia 
de bulbos en anag é n indica crecimiento activo del pelo 
y podr í a ser un signo de que es menos probable que la 
causa de la alopecia sea un trastorno del ciclo de creci-
miento del pelo; en estos casos es m á s probable que se 
trate de un autotraumatismo o de foliculitis. 
 Cilindros foliculares. La presencia de cilindros foli-
culares (acumulaciones de material queratoseb á ceo 
alrededor del tallo del pelo) indica un trastorno por 
queratinizaci ó n folicular del fol í culo piloso ( fi g. 2.9 ). Es 
m á s frecuente en las formas escamosas de la adenitis 
seb á cea que se observan en los akita japoneses y en los 
springer spaniel ingleses. 
 CITOLOG Í A 
 La citolog í a es una t é cnica imprescindible en derma-
tolog í a veterinaria que puede realizarse en la pr á ctica 
de forma r á pida, f á cil y econ ó mica. Suele aportar infor-
maci ó n ú til y permite hacer un diagn ó stico m á s preciso 
para poder dar un pron ó stico m á s exacto. Aumenta sig-
nifi cativamente la posibilidad del é xito terap é utico. 
 La citolog í a es ú til para el diagn ó stico de: 
 ● Dermatopat í as bacterianas. 
 ● Dermatitis por Malassezia . 
 ● Otitis externa. 
 ● Complejo del granuloma eosinof í lico en los gatos. 
 ● P é nfi go foli á ceo. 
 ● Ú lceras y heridas que no cicatrizan. 
 ● N ó dulos e infl amaciones. 
 Indicaciones de la citolog í a: 
 ● P ú stulas, m á culas, costras y lesiones descamativas. 
 ● Ves í culas y ampollas. 
 ● Abscesos, quistes y tractos sinusales que drenan. 
 ● Ú lceras. 
 ● Siempre que se sospecha de neoplasia y en otras 
lesiones de tipo nodular, papular y placas. 
 ● Lesiones at í picas o poco habituales. 
 T é cnicas citol ó gicas 
 En general, el objetivo es tomar muestras de lesio-
nes completamente desarrolladas pero antes de que 
se hayan producido cambios secundarios. Los mejo-
res ejemplos son las p ú stulas intactas, la parte interna 
de las costras, el borde principal de las ú lceras y los 
tumores no ulcerados. 
 Impresiones sobre portaobjetos. Pueden realizarse 
impresiones de cualquier lesi ó n exudativa. Debe abrirse 
la parte externa de una p ú stula con cuidado con una 
aguja fi na antes de tomar cuatro o cinco impresiones 
directamente en el portaobjetos ( fi g. 2.10 ). El portaobje-
tos debe moverse ligeramente antes de cada impresi ó n 
para evitar obtener una cantidad demasiado grande de 
material. Las impresiones directas deben realizarse con 
suavidad para no causar lesiones celulares que impidan 
interpretar la citolog í a. Cuando no es posible realizar 
 Figura 2.9 Cilindros foliculares procedentes de un caso de 
adenitis seb á cea. 
 Figura 2.10 Obtenci ó n de un frotis de una impresi ó n de 
una p ú stula. 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES12
una impresi ó n directa, el material puede transferirse 
desde la lesi ó n al portaobjetos utilizando una torunda 
de algod ó n. Las impresiones de la cara inferior de las 
costras pueden tener valor diagn ó stico, especialmente 
en los casos en los que se sospecha p é nfi go foli á ceo. 
 Tiras de acetato. Pueden obtenerse muestras de las 
lesiones secas, grasas o ceruminosas utilizando tiras de 
celof á n. Se utiliza un trozo de cinta aproximadamente 
un 50% m á s larga que un portaobjetos. La zona central 
de la cinta se presiona varias veces sobre el á rea de la 
que se van a obtenerlas muestras para recoger c é lulas 
y restos de la superfi cie. Los dos extremos de la cinta 
se pegan a los extremos del portaobjetos formando un 
lazo y se ti ñ e. La cinta se enrolla alrededor de ambos 
bordes del portaobjetos para que se mantenga fi rme-
mente en su lugar y pueda realizarse el examen micros-
c ó pico con aceite de inmersi ó n. 
 Citolog í a del o í do. Siempre que se observa otitis externa 
debe realizarse una exploraci ó n citol ó gica del exudado 
del o í do. Los hallazgos son inestimables para decidir qu é 
tratamiento se va a utilizar y para hacer el seguimiento 
de la respuesta al mismo. Pueden recogerse muestras 
de cerumen o de pus desde el conducto auditivo vertical 
utilizando una torunda de algod ó n, que despu é s se hace 
girar suavemente sobre el portaobjetos. Puede utilizarse el 
mismo portaobjetos para ambos o í dos. 
 Aspirado con aguja. Pueden obtenerse muestras de 
los n ó dulos o de las zonas infl amadas mediante aspi-
rado con aguja fi na. La mayor í a de los animales toleran 
esta t é cnica sin ninguna forma de restricci ó n qu í mica. 
La masa de la que se va a obtener la muestra debe 
rociarse con alcohol y sujetarse fi rmemente para evitar 
que se mueva. La aguja, generalmente de calibre 21, 
se introduce en la lesi ó n y se mueve varias veces hacia 
delante y hacia atr á s, redireccionando la aguja para 
obtener muestras de distintas zonas de la lesi ó n. Si es 
necesario, la aguja puede unirse a una jeringa de 5 ml 
y puede aplicarse presi ó n negativa cuando la aguja est á 
dentro de la masa. La presi ó n debe liberarse antes de 
retirar la aguja. 
 La aguja se retira y se conecta r á pidamente a una 
jeringa que contiene algunos mil í metros c ú bicos de aire. 
El contenido de la aguja se deposita en un portaobje-
tos limpio, y se hace un frotis de forma r á pida y suave 
utilizando otro portaobjetos. La velocidad es fundamen-
tal para evitar que la muestra se deshidrate. É sta debe 
secarse al aire y te ñ irse con una tinci ó n r á pida. 
 Tinci ó n 
 Diff Quik o Rapi-Diff son tinciones adecuadas para 
la citolog í a cut á nea. Las t é cnicas de tinci ó n var í an 
 dependiendo de la muestra. En el caso de las muestras 
que se secan al aire sobre el portaobjetos, como pus, 
suero o sangre, primero se seca el portaobjetos al aire 
y despu é s se utilizan los tres componentes de la tinci ó n 
r á pida. Las muestras ceruminosas o grasas, como las 
muestras citol ó gicas del o í do, deben fi jarse con calor 
pas á ndolas varias veces por la llama de un mechero 
bunsen y ti ñ é ndolas sin utilizar el primer componente 
de la tinci ó n, que es un fi jador de alcohol. De forma 
parecida, las muestras obtenidas con celof á n para la 
dermatitis por Malassezia se ti ñ en con colorantes rojo y 
azul. Los fi jadores de alcohol disuelven el material ceru-
minoso y graso en el que se encuentran las levaduras. 
Excepto cuando se van a examinar muestras recogidas 
en cinta de celof á n, el contraste y la defi nici ó n mejoran 
mucho si se utiliza un cubreobjetos, que puede mon-
tarse sobre una gota de aceite de inmersi ó n o DPX. 
 Interpretaci ó n de la citolog í a 
 Caracter í sticas citol ó gicas normales 
 Es importante conocer las caracter í sticas normales para 
poder reconocer las anomal í as. La mayor í a de las pre-
paraciones de la superfi cie cut á nea contiene c é lulas del 
epitelio de la capa superfi cial, que se conocen como 
corneocitos ( fi g. 2.11 ). Los corneocitos son c é lulas 
grandes, poligonales y transl ú cidas. Con frecuencia 
contienen gr á nulos de melanina redondeados o ligera-
mente ovalados, de color negro o casta ñ o ( fi g. 2.11 ), 
que no deben confundirse con bacterias, que siempre 
se ti ñ en de color azul con la tinci ó n de Diff Quik. En las 
preparaciones de la piel con pelo se observan numero-
sas estructuras con forma de cigarro y color azul oscuro, 
que ahora se cree que son restos de la vaina de la ra í z 
 Figura 2.11 Preparaci ó n obtenida en cinta te ñ ida que 
muestra corneocitos (puntas de fl echa grandes), c é lulas 
procedentes de los fol í culos pilosos (puntas de fl echa 
peque ñ as) y gr á nulos de melanina (fl echa). Aumento 
 � 1.000. Tinci ó n de Diff Quik. 
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de los fol í culos pilosos ( fi g. 2.11 ). Generalmente, en las 
preparaciones de la superfi cie cut á nea se observan los 
tallos pilosos. En estas preparaciones tambi é n pueden 
detectarse a veces microorganismos, como levaduras 
( Malassezia spp.), bacterias (cocos y bacilos) y en oca-
siones, especialmente en las muestras obtenidas de 
las u ñ as, esporas de hongos saprofi tos, no pat ó genos, 
que generalmente son segmentados y se ti ñ en de color 
verdoso a azulado ( fi g. 2.12 ). Con frecuencia se obser-
van precipitados del colorante que aparecen como un 
dep ó sito cristalino de color azul o violeta. 
 Citolog í a de lesiones infl amatorias 
 Tipos de c é lulas infl amatorias. En las preparaciones 
de la piel infl amada pueden observarse neutr ó fi los, 
eosin ó fi los, macr ó fagos y linfocitos. Es importante 
poder reconocer estas c é lulas y conocer su importancia. 
Algunas c é lulas infl amatorias pueden tener aspectos 
diferentes dependiendo del proceso patol ó gico y de los 
cambios causados por el envejecimiento. 
 Neutr ó fi los. Los neutr ó fi los ( fi g. 2.13 ) son el tipo de 
c é lulas infl amatorias que se observa con m á s frecuen-
cia en las preparaciones de piel infl amada. Se asocian a 
infecciones bacterianas, pero tambi é n pueden estar pre-
sentes en procesos patol ó gicos est é riles. La presencia de 
bacterias fagocitadas confi rma una infecci ó n bacteriana 
activa. La diferenciaci ó n entre la etiolog í a as é ptica y no 
as é ptica puede ser dif í cil si no hay bacterias, pero la pre-
sencia de neutr ó fi los « t ó xicos » o « degenerados » con el 
n ú cleo p á lido e hinchado indica infecci ó n. Cuando los 
neutr ó fi los envejecen, el n ú cleo se encoge, se vuelve 
hipersegmentado y se ti ñ e de color m á s oscuro. Estas 
c é lulas se conocen como c é lulas picn ó ticas. Cuando se 
hace la preparaci ó n en el portaobjetos pueden da ñ arse 
los neutr ó fi los, y se observan vetas de material nuclear 
te ñ idas de violeta en todo el portaobjetos. 
 Eosin ó fi los. Los eosin ó fi los se reconocen f á cilmente 
por sus gr á nulos distintivos de color rojizo o anaran-
jado ( fi g. 2.14 ). Su morfolog í a granular es muy variable. 
Generalmente, los eosin ó fi los se asocian a trastornos 
al é rgicos o parasitarios. Pueden observarse en muchos 
frotis de placas eosinof í licas felinas o de ú lceras indolen-
tes y en la forunculosis eosinof í lica canina. Los eosin ó -
fi los tambi é n se observan con frecuencia en los casos de 
pioderma canino profundo. 
 Macr ó fagos. Los macr ó fagos son c é lulas mononu-
cleares grandes, un 50% mayores que los neutr ó fi los. 
El citoplasma de un macr ó fago activo tiene aspecto 
espumoso debido a la acumulaci ó n de enzimas proteol í -
ticas ( fi g. 2.15 ). Los macr ó fagos se observan en algunos 
 Figura 2.13 Neutr ó fi los. De izquierda a derecha: c é lula 
no t ó xica, neutr ó fi lo t ó xico, neutr ó fi lo picn ó tico y fi bras 
nucleares. 
 Figura 2.14 Eosin ó fi lo. 
 Figura 2.15 Macr ó fagos. C é lula activada a la derecha. 
 Figura 2.12 Citolog í a con cinta del dedo de un perro 
en la que se observan tallos pilosos y esporas de hongos 
saprofi tos. Aumento � 1.000. Tinci ó n de Diff Quik. 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES14
trastornos infl amatorios cr ó nicos, y suelen asociarse a 
neutr ó fi los si existe infl amaci ó n piogranulomatosa, pero 
tambi é n pueden observarse unas horas despu é s de ini-
ciarse un cambio infl amatorio. Por tanto, su presencia 
no denota necesariamentecronicidad. La presencia de 
infl amaci ó n piogranulomatosa, incluso sin pruebas de 
bacterias, suele deberse a infecci ó n y habitualmente se 
observa en las impresiones de las lesiones del pioderma 
profundo canino. 
 Linfocitos y plasmocitos. Los linfocitos ( fi g. 2.16 ) son 
c é lulas mononucleares ligeramente m á s peque ñ as que 
los neutr ó fi los. Los plasmocitos son linfocitos B que han 
comenzado a fabricar inmunoglobulinas. Los linfocitos y 
los plasmocitos se observan en algunas lesiones de larga 
duraci ó n e inmunomediadas. En los frotis de los linfo-
mas puede observarse una gran cantidad de linfocitos 
at í picos. 
 Microorganismos 
 Bacterias . En las preparaciones citol ó gicas cut á neas se 
observan bacterias con frecuencia. Un infi ltrado infl ama-
torio en el que existen bacterias fagocitadas denota una 
infecci ó n activa ( fi g. 2.17 ). As í , si se encuentran neutr ó -
fi los con cocos fagocitados en una muestra procedente 
de una p ú stula intacta se confi rma el pioderma bacte-
riano. En ocasiones puede ser evidente un gran n ú mero 
de bacterias, con frecuencia adheridas a los corneocitos, 
sin un infi ltrado infl amatorio signifi cativo. Esto puede 
observarse en los casos de dermatitis at ó pica mal con-
trolada, de larga duraci ó n, y se conoce como s í ndrome 
de sobrecrecimiento bacteriano ( fi g. 2.18 ). 
 Malassezia spp. Malassezia spp. son levaduras de 
desarrollo unipolar que generalmente se ti ñ en de color 
morado con la tinci ó n de Diff Quik ( fi g. 2.19 ). En algu-
nas situaciones s ó lo se ti ñ en las c á psulas de las levadu-
ras, lo que se conoce como formas fantasma ( fi g. 2.20 ). 
La importancia de encontrar levaduras en una prepara-
ci ó n citol ó gica depende de varios factores, incluyendo 
la zona anat ó mica y la presencia o ausencia de infl ama-
ci ó n visible. Los hallazgos de levaduras ocasionales en 
las u ñ as (o el conducto auditivo) son consistentes con la 
piel normal. Sin embargo, si la piel est á infl amada o hay 
pruebas de prurito, y se observan levaduras en varios 
campos, debe iniciarse un tratamiento antif ú ngico. 
 Queratinocitos acantol í ticos 
 En el p é nfi go foli á ceo (v. cap. 17) se forman p ú stulas 
que contienen grandes cantidades de neutr ó fi los no 
t ó xicos y queratinocitos acantol í ticos ( fi g. 2.21 ). Con 
menos frecuencia, las p ú stulas tambi é n pueden contener 
 Figura 2.16 Izquierda: linfocito. Derecha: plasmocito. 
 Figura 2.17 Neutr ó fi lo con cocos fagocitados (fl echa). 
Eosin ó fi los (puntas de fl echa). 
 Figura 2.18 Corneocitos con muchos cocos adheridos 
(fl echas) en un caso de s í ndrome de sobrecrecimiento 
bacteriano. 
2 Pruebas de laboratorio 15
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eosin ó fi los. Los queratinocitos acantol í ticos son querati-
nocitos nucleados procedentes del estrato espinoso que 
se han desprendido de la epidermis y tienen un aspecto 
redondeado que los diferencia. Obs é rvese que los que-
ratinocitos acantol í ticos tambi é n pueden encontrarse en 
otras dermatosis pustulares e infl amatorias, incluyendo 
el pioderma y la dermatofi tosis. 
 Citolog í a del o í do 
 La exploraci ó n citol ó gica de cualquier exudado del o í do 
debe ser una intervenci ó n est á ndar cuando existe oti-
tis externa. Los hallazgos tienen un valor incalculable 
para decidir el tratamiento y hacer el seguimiento de la 
respuesta al mismo. 
 Una de las causas infl amatorias primarias m á s fre-
cuentes de la otitis externa recurrente es la dermatitis 
at ó pica. Es frecuente que en las primeras fases de la 
dermatitis at ó pica el perro presente otitis externa, y la 
citolog í a revela la presencia de un gran n ú mero de cor-
neocitos pero no pruebas de infecci ó n. 
 En ocasiones pueden encontrarse microorganismos 
 Malassezia en el conducto auditivo normal. En los casos 
de otitis externa por Malassezia se observan grandes 
cantidades de levaduras. En las otitis bacterianas pue-
den observarse cocos y/o bacilos y no es infrecuente 
encontrar una amplia variedad de microorganismos. Si 
existe una infecci ó n por bacilos, deben obtenerse mues-
tras para realizar un cultivo bacteriano y un antibio-
grama antes de comenzar el tratamiento. La presencia 
de neutr ó fi los y bacilos fagocitados es muy indicativa de 
infecci ó n por Pseudomonas aeruginosa . 
 CULTIVO BACTERIANO Y ANTIBIOGRAMA 
 Los piodermas caninos y felinos son muy frecuentes. 
En general, el cultivo bacteriano y el antibiograma no 
se realizan de forma habitual porque se conoce bien la 
sensibilidad a los antibi ó ticos de los microorganismos 
causales. 
 El cultivo y el antibiograma est á n indicados cuando: 
 ● En la citolog í a se observan microorganismos poco 
comunes. 
 ● Se observa poca respuesta a un antibi ó tico que gene-
ralmente es efi caz. 
 ● En los casos de pioderma profundo canino cuando se 
requieren tratamientos muy largos. 
 T é cnicas. Las lesiones m á s adecuadas para obtener las 
muestras son las p ú stulas intactas. Se abren con una 
aguja hipod é rmica fi na y su descarga se recoge con la 
punta de una torunda para bacterias. Antes de abrir la 
p ú stula debe lavarse suavemente la zona con alcohol 
quir ú rgico para eliminar los contaminantes bacterianos 
 Figura 2.19 Microorganismos Malassezia pachydermatis 
procedentes de un caso de dermatitis por Malassezia . 
 Figura 2.20 Formas fantasma de Malassezia . 
 Figura 2.21 Citolog í a del p é nfi go foli á ceo en la que se 
observan queratinocitos acantol í ticos y neutr ó fi los no 
t ó xicos. 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES16
de la superfi cie. Si no existen lesiones intactas puede 
realizarse un frotis de la parte interior de una costra o 
de cualquier otra lesi ó n exudativa, aunque los resulta-
dos deben interpretarse con cuidado y el microorga-
nismo aislado debe relacionarse con los resultados del 
examen citol ó gico. 
 En el pioderma profundo pueden insertarse las torun-
das dentro de los tractos sinusales de drenaje o expri-
mirse la lesi ó n suavemente para que exude pus, que se 
recoge con una torunda. Pueden obtenerse muestras de 
tejido m á s profundo para el cultivo realizando una biop-
sia con punci ó n o una incisi ó n el í ptica. Habitualmente, 
este material se utiliza tanto para realizar el cultivo 
como para el examen histopatol ó gico. Si se sospecha 
que existe una infecci ó n micobacteriana, las muestras 
deben congelarse y s ó lo deben cultivarse si el examen 
histopatol ó gico indica micobacteriosis. 
 HISTOPATOLOG Í A 
 El examen histopatol ó gico de las biopsias cut á neas est á 
indicado en las siguientes situaciones: 
 ● Dermatopat í as poco frecuentes. 
 ● Trastornos erosivos o ulcerativos. 
 ● N ó dulos y tumores. 
 ● Trastornos graves o potencialmente mortales. 
 ● Cuando una presentaci ó n indica un trastorno que 
se diagnostica f á cilmente mediante histopatolo-
g í a (dermatosis sensible al zinc, eritema migrato-
rio necrol í tico, adenitis seb á cea, algunos trastornos 
inmunomediados). 
 ● Cuando no ha habido respuesta al tratamiento. 
 El examen histopatol ó gico tiene poco valor en la 
investigaci ó n de la mayor í a de los casos de prurito. 
 T é cnicas. En la mayor parte de los casos es sufi ciente 
obtener biopsias mediante punci ó n de 6 u 8 mm, aun-
que es necesario hacer una escisi ó n con un bistur í 
cuando las lesiones son grandes o fr á giles o cuando 
es necesario incluir el subcutis para buscar pruebas de 
paniculitis. Excepto cuando se van a obtener muestras 
de zonas como la oreja, las almohadillas plantares, los 
labios o el plano nasal, generalmente es adecuado uti-
lizar sedaci ó n y anestesia local. El anest é sico local no 
debe conteneradrenalina, ya que causa vasoconstric-
ci ó n dentro de la muestra. 
 El punch para la biopsia debe considerarse una 
 « hoja de bistur í circular » . El punch debe colocarse per-
pendicular a la superfi cie cut á nea y deben realizarse 
movimientos descendentes y rotatorios para hacer 
la incisi ó n. El punch no debe hacerse girar en ambas 
direcciones porque puede producir cambios artefactua-
les en la muestra. 
 Es importante que las lesiones de las que se va a 
hacer la biopsia contengan la patolog í a representativa. 
Las lesiones m á s adecuadas incluyen p á pulas, p ú stulas, 
ves í culas, erosiones o ú lceras. Las costras tambi é n tie-
nen valor diagn ó stico, pero generalmente las muestras 
de zonas liquenifi cadas o con excoriaciones cr ó nicas no 
resultan muy ú tiles. Como regla general, hay que inten-
tar obtener muestras de lesiones que est é n en diferen-
tes fases de desarrollo. Cuando se obtienen muestras de 
zonas alop é cicas hay que recoger muestras de piel del 
centro de la zona, as í como de cualquier margen donde 
se aprecia actividad del proceso. 
 Idealmente , el tejido escindido debe estar orientado 
para el pat ó logo de forma que pueda seccionarse en 
el plano de los fol í culos pilosos. Esto se consigue con 
m á s facilidad dibujando una l í nea negra con un rotula-
dor indeleble en la direcci ó n del crecimiento del pelo y 
tomando la muestra de la biopsia de forma que la l í nea 
dibujada la divida en dos ( fi g. 2.22 ). 
 Env í o de la muestra. La dermatohistopatolog í a es un 
 á rea especializada y se recomienda remitir las muestras 
a un laboratorio con experiencia en este campo. Para 
que el histopat ó logo pueda aportar m á s informaci ó n 
 ú til, deben rellenarse completamente los formularios y 
enviar la rese ñ a y la anamnesis completa, incluyendo 
la descripci ó n de la evoluci ó n del trastorno, la presen-
cia de cualquier signo sist é mico, detalles de cualquier 
prueba de diagn ó stico realizada antes y los resulta-
dos, y la respuesta al tratamiento previo. El pat ó logo 
necesita esta informaci ó n para realizar una correlaci ó n 
clinicopatol ó gica. 
 Figura 2.22 L í neas dibujadas en la piel en los sitios de 
biopsia. 
2 Pruebas de laboratorio 17
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 Interpretaci ó n del informe histopatol ó gico. Los 
informes histopatol ó gicos generalmente se dividen en 
varias secciones. La primera secci ó n contiene informa-
ci ó n detallada de cu á ntas secciones de tejido se han 
examinado y la descripci ó n histopatol ó gica de las lesio-
nes encontradas. En la siguiente secci ó n se ofrece el 
diagn ó stico morfol ó gico. Es una descripci ó n del patr ó n 
de reacci ó n histopatol ó gico. Si los cambios histopatol ó -
gicos son patognom ó nicos se da un diagn ó stico espe-
c í fi co, pero es m á s probable que el pat ó logo analice los 
cambios e intente relacionarlos con la anamnesis que le 
ha entregado el cl í nico. 
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 SECCI Ó N 
 PRURITO 
CON P Á PULAS 
Y/O COSTRAS Y/O 
DESCAMACI Ó N 
 Cap í tulo 3 
 Introducci ó n al prurito: patogenia y evoluci ó n de las lesiones 21 
 Cap í tulo 4 
 Sarna sarc ó ptica 23 
 Cap í tulo 5 
 Dermatitis por alergia a las pulgas 28 
 Cap í tulo 6 
 Dermatitis at ó pica 35 
 Cap í tulo 7 
 Dermatitis por Malassezia 45 
 Cap í tulo 8 
 Cheyletiellosis 49 
 Cap í tulo 9 
 Dermatofi tosis en un jack russell terrier 54 
 Cap í tulo 10 
 Dermatofi tosis en un cobaya 60 
 Cap í tulo 11 
 Reacci ó n adversa a alimentos 67 
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 PRURITO 
 El prurito es una presentaci ó n frecuente en la pr á ctica 
de peque ñ os animales. En un estudio publicado recien-
temente (Hill P y cols., 2006) se observ ó que es respon-
sable del 30-40% de todas las consultas dermatol ó gicas 
de los animales de compa ñ í a. 
 En t é rminos generales, el prurito se defi ne como la 
sensaci ó n de picor, que hace que el animal se muerda, 
se lama, se rasque y se frote la piel. Las causas principales 
son los par á sitos, las alergias y las infecciones, pero puede 
producirse en casi todos los trastornos cut á neos. La fi sio-
patolog í a del prurito no se conoce del todo. Se cree que 
es el resultado de la estimulaci ó n de los neurorrecepto-
res cut á neos por diversos mediadores que producen las 
c é lulas infl amatorias y los queratinocitos de la piel. 
 En muchos casos de prurito no puede descubrirse la 
causa inmediatamente y establecer el diagn ó stico es un 
proceso largo y caro, por lo que suele prescribirse un tra-
tamiento sintom á tico sin establecer primero la causa. Con 
este abordaje raramente se consigue la curaci ó n, e incluso 
suele causar complicaciones, insatisfacci ó n del due ñ o y 
«cambio de veterinario». Adem á s, excepto en los tras-
tornos parasitarios (en los que generalmente puede con-
seguirse la curaci ó n), en muchos casos el prurito puede 
requerir tratamiento a largo plazo, y esta ausencia de una 
«cura» permanente causa m á s insatisfacci ó n al due ñ o. 
Por otro lado, un diagn ó stico espec í fi co permite al cl í nico 
dar al due ñ o un pron ó stico preciso. Adem á s, el an á lisis 
detallado de las opciones terap é uticas y cualquier efecto 
adverso potencial ayudan a maximizar el cumplimiento 
del cliente, aumentando por tanto la probabilidad de é xito 
del tratamiento a largo plazo. 
 El proceso diagn ó stico implica obtener una anamnesis 
completa, realizar exploraciones f í sica y dermatol ó gica com-
pletas y una serie de pruebas diagn ó sticas y ensayos tera-
p é uticos para descartar todos los diagn ó sticos diferenciales. 
 La informaci ó n que se obtiene mediante una anamnesis 
detallada y, supongamos que, fi able es imprescindible para 
 Introducci ó n al prurito: 
patogenia y evoluci ó n 
de las lesiones 
realizar la lista de diagn ó sticos diferenciales. A veces resulta 
 ú til hacer al due ñ o la misma pregunta pero de formas lige-
ramente diferentes. Dos respuestas diferentes har á n que el 
cl í nico se cuestione la fi abilidad de la anamnesis. 
 Debe preguntarse al due ñ o sobre lo siguiente: 
 1. Pruebas de afectaci ó n sist é mica. 
 2. Con respecto a la dermatopat í a: 
 a) Edad de aparici ó n. 
 b) Estacionalidad. 
 c) Distribuci ó n del prurito. 
 d) Aparici ó n inicial y distribuci ó n de todas las 
 lesiones, y c ó mo han cambiado a lo largo del 
tiempo. 
 3. Manejo: 
 a) Entorno. 
 b) Dieta. 
 c) Pruebas de contagio o zoonosis. 
 d) Respuesta al tratamiento anterior. 
 Los due ñ os suelen asociar el rascado con el prurito, y 
es importante preguntarles si el animal se frota, se lame 
y se muerde, adem á s de si se rasca. Todas estas activi-
dades pueden producir varios niveles de alopecia auto-
inducida, escoriaciones y en alg ú n caso incluso ú lceras. 
Otras lesiones que se observan con frecuencia incluyen 
p á pulas, p ú stulas, collaretes epid é rmicos, descamaci ó n, 
costras, hiperpigmentaci ó n y liquenifi caci ó n. Algunas 
de estas lesiones pueden ser responsables del prurito, 
mientras que en otros casos son un resultado del pru-
rito. Suele ser dif í cil establecer si las lesiones precedieron 
a la aparici ó n del prurito o no ya que, desgraciada-
mente, pocos due ñ os se dan cuenta. 
 Los distintos individuos muestran niveles variables de 
autotraumatismo asociado al prurito. El umbral indivi-
dual del prurito y los efectos de sumaci ó n pueden expli-
car esta variaci ó n. Reconocer la causao los factores que 
provocan la cadena de eventos es la clave del é xito del 
tratamiento y/o manejo de cada paciente. 
 3 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES22
 UMBRAL DEL PRURITO 
 Se cree que cada animal empieza a mostrar muestras de 
prurito s ó lo cuando la suma total de la carga alerg é nica 
supera su umbral de prurito. Cada alergeno produce 
un nivel diferente de prurito, y si se presenta al mismo 
tiempo en un animal con prurito su efecto se a ñ ade, 
haciendo que el est í mulo pruriginoso total supere el 
umbral. A la inversa, si la suma total est á por debajo 
del umbral, por ejemplo porque la estaci ó n del polen ha 
pasado, el animal dejar á de tener prurito ( fi g. 3.1 ). 
 El objetivo de los cap í tulos de esta secci ó n que trata 
sobre el prurito es guiar al lector a trav é s del an á lisis de 
varios casos en los que el prurito fue el signo principal 
en el momento de la presentaci ó n. En cada caso el obje-
tivo era conseguir un diagn ó stico espec í fi co con el fi n de 
prescribir un tratamiento concreto y aplicar las opciones 
de manejo m á s adecuadas para el paciente y el due ñ o. 
Invierno Primavera Verano Otoño
Umbral del pruritoAu
m
en
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 d
el
 p
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rit
o
Si
n 
pr
ur
ito
Pulgas
Polen
Total
Alergenos de los ácaros del polvo
 Figura 3.1 Variaci ó n del umbral del prurito. 
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 Sarna sarc ó ptica 
 La anamnesis en este caso fue la siguiente: 
 ● El perro se adopt ó de un albergue 3 a ñ os antes de la 
presentaci ó n. 
 ● El perro no hab í a tenido antecedentes previos de der-
matopat í a, aparte de varios quistes seb á ceos que se 
hab í an extirpado quir ú rgicamente unos meses antes. 
 ● El prurito comenz ó aproximadamente 2 meses antes 
de que le llevaran a la cl í nica y fue empeorando 
durante este tiempo. 
 ● El entorno y el manejo del perro no hab í an cambiado 
durante ese tiempo. 
 ● No hab í a estado en contacto con otros perros, pero 
hab í a zorros en el jard í n. 
 ● El due ñ o observ ó que el perro estaba let á rgico y 
deprimido. 
 ● No se produjo zoonosis. 
 ● Al principio el prurito respondi ó a prednisolona oral, 
pero cuando la enfermedad progres ó dej ó de tener 
efecto, incluso a dosis m á s altas. 
 ● El tratamiento antimicrobiano sist é mico durante 7 d í as 
no produjo ning ú n benefi cio. 
 ● El control de las pulgas era espor á dico. 
 EXPLORACI Ó N CL Í NICA 
 Los signos cl í nicos pueden variar desde lesiones sutiles con 
prurito intenso hasta lesiones graves. Las lesiones primarias 
consisten en p á pulas eritematosas y/o costras, y las lesiones 
secundarias incluyen costras, liquenifi caci ó n, descamaci ó n 
e hiperpigmentaci ó n. La lesi ó n inicial tiende a distribuirse 
en los bordes de las orejas, los codos, el estern ó n y los cor-
vejones. Si no se tratan, las lesiones se extienden y suelen 
afectar a la conducta del perro, como en este caso. 
 La exploraci ó n f í sica y la exploraci ó n dermatol ó gica 
revelaron: 
 4 
 INTRODUCCI Ó N 
 La sarna sarc ó ptica (tambi é n denominada sarna) es 
una dermatopat í a muy contagiosa, muy pruriginosa y 
potencialmente zoon ó tica, causada por la infestaci ó n 
de la piel por un á caro sarc ó ptico: Sarcoptes scabiei 
var. canis . En el momento de la presentaci ó n los sig-
nos de prurito (p á pulas, costras, descamaci ó n, eritema 
y alopecia autoinducida) suelen confundirse con otros 
trastornos dermatol ó gicos, como el pioderma esta-
fi loc ó cico, las dermatopat í as al é rgicas u otros trastornos 
ectoparasitarios. 
 ANTECEDENTES CL Í NICOS 
 Todos los perros se presentan con antecedentes de pru-
rito intenso, que en la mayor í a de los casos no responde 
a dosis cada vez mayores de glucocorticoides. La apa-
rici ó n del prurito tiende a ser s ú bita y grave, y gene-
ralmente el animal es llevado a la cl í nica poco despu é s 
de su comienzo, a no ser que le haya tratado de 
forma intermitente con productos ectoparasiticidas. 
Generalmente existen antecedentes de contacto indi-
recto con zorros, especialmente en las á reas urbanas 
y suburbanas del Reino Unido. La sarna sarc ó ptica es 
contagiosa y tiene importancia zoon ó tica, y cuando se 
realiza la anamnesis pueden descubrirse pruebas de 
contagio y de zoonosis. 
 PRESENTACI Ó N INICIAL 
 Prurito con eritema, alopecia, p á pulas, costras y descamaci ó n. 
 SIGNOS INICIALES 
 Un samoyedo macho, no castrado, de 13 a ñ os, se 
present ó con prurito tan intenso que se rascaba 
continuamente mientras estaba en la sala de espera 
y durante la consulta. Tambi é n estaba let á rgico y 
mostraba eritema, alopecia, costras y descamaci ó n. 
DERMATOLOGÍA DE PEQUEÑOS ANIMALES24
 ● La temperatura, la frecuencia card í aca y la frecuencia 
respiratoria estaban dentro de los l í mites normales. 
 ● Lesiones cut á neas generalizadas que afectaban al 
tronco, la cara caudal de los muslos, la cara dorsal de 
la cola y los dedos ( fi gs. 4.1 y 4.2 ). 
 ● Las lesiones inclu í an descamaci ó n, costras, eritema, 
p á pulas y alopecia ( fi g. 4.3 ). 
 ● La piel ten í a un olor desagradable. 
 ● El refl ejo picor-rascado era notable. 
 ABORDAJE DEL CASO 
 La presencia de á caros, huevos o heces en los raspa-
dos cut á neos profundos confi rma el diagn ó stico, pero 
esta prueba s ó lo es positiva en alrededor del 50% de 
los casos de sarna sarc ó ptica aunque se realicen raspa-
dos en varias zonas. En los casos en los que no se 
observan á caros pero la anamnesis y los signos cl í nicos 
sugieren la infestaci ó n, puede realizarse una prueba 
serol ó gica para demostrar la presencia de anticuerpos 
IgG anti- Sarcoptes que apoye el diagn ó stico. Se ha 
observado que esta prueba tiene una sensibilidad de 
entre el 83 y el 92%, y una especifi cidad de entre el 
89,5 y el 92%. 
 Figura 4.1 Costras, descamaci ó n y eritema en la cara caudal. 
 Figura 4.2 Eritema, costras y alopecia secundaria en la 
parte distal de la extremidad. 
 Figura 4.3 Primer plano en el que se observan las costras. Figura 4.4 Á caro Sarcoptes , varios huevos y materia fecal. 
 DIAGN Ó STICO DIFERENCIAL 
 ● Sarna sarc ó ptica. 
 ● Pioderma estafi loc ó cico (primario o secundario). 
 ● Dermatitis por Malassezia . 
 ● Dermatitis por alergia a las pulgas. 
 ● Reacci ó n adversa a alimentos. 
 ● Hipotiroidismo. 
 ● P é nfi go foli á ceo. 
 ● Adenitis seb á cea. 
 ● Demodicosis. 
 ● Cheyletiellosis. 
 ● Linfoma epiteliotr ó pico cut á neo. 
Nota . Generalmente, la dermatitis at ó pica es un 
diagn ó stico diferencial en los casos de prurito, pero 
era muy improbable dada la edad de este perro. 
La mayor í a de los perros desarrolla este trastorno 
antes de los 3 a ñ os de edad.
4 Sarna sarc ó ptica 25
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 Se realizaron las siguientes pruebas: 
 ● En este caso se demostr ó la presencia de á caros, mate-
ria fecal y huevos en los raspados cut á neos ( fi g. 4.4 ). 
 ● La exploraci ó n citol ó gica de las preparaciones en 
cinta de celof á n y los frotis de las p á pulas descar-
taron la participaci ó n de Malassezia , pero revelaron 
infecci ó n estafi loc ó cica. 
 ● Las exploraciones macrosc ó pica y microsc ó pica del 
cepillado de la capa no revelaron signos de pulgas u 
otros ectopar á sitos. 
 La dermatitis por alergia a las pulgas sigui ó siendo un 
problema posible debido a la distribuci ó n de las