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Tarta de queso cremosa Historia: La tarta de queso, o una especie de pastel hecho a base de queso, ya se les daba a los atletas de los juegos olímpicos en la antigua Grecia. Quiero daros a entender la fuerza que tiene este postre, quizás en calorías no llegue a ser como otros, pero sus ingredientes hacen que sea altamente vigorizante. No quiero engañar a nadie, creí que había hecho la mejor tarta de queso cuando hice la mascarpone, pero esta ha superado mis expectativas. Tiene exactamente la textura y la cremosidad que pretendía lograr. La he probado y encima no empacha. Es una tarta de las que dejan huella. Evidentemente si no te gustan las tartas de queso, no tienes por qué hacerla, pero si te gustan no puedes pasar sin hacerla. Quizás os recomendaría hacer la mitad ya que sale una tarta como para 20 raciones buenas y os la vais a comer, de eso no tengo ninguna duda. Ingredientes: 500 gr. de queso tipo crema 200 gr. de azúcar 250 gr. de mantequilla 6 huevos medianos ½ litro de nata ½ litro de leche 2 sobres de cuajada Preparación: He hecho la tarta en un aro desmontable, le he puesto papel de horno pillado entre el fondo y el aro y aún así se me ha salido un poco del preparado. Quizás si hacéis la mitad no se salga pero el molde casi se llenó y el mismo peso hizo que se saliera. Quiero deciros con eso que pongáis el molde en la parrilla y debajo algo donde puedan caer las gotas que se puedan escapar. Una idea sería poner un trozo de papel de aluminio en la parte inferior del horno. Una vez dicho esto, ponemos todos los ingredientes pesados y medidos a mano para empezar a batir. Ponemos el horno a calentar a 200 grados y untamos de mantequilla el interior del molde, solo en las partes donde no haya papel de horno. Comenzamos a batir los ingredientes por el siguiente orden: primero los huevos, añadimos el azúcar y cuando lo veamos bien emulsionado ponemos la mantequilla, previamente fundida y templada, poco a poco, seguidamente la nata y continuamos batiendo. Con esto persigo que la nata engorde algo el preparado. Los dos sobres de cuajada en polvo los diluimos en la leche. En América os va a resultar complicado encontrar cuajada en polvo, así que podéis sustituirla por 6 gr. de gelatina en polvo, no es lo mismo porque no le aportará el sabor de la cuajada pero el efecto en la textura no variará mucho. Una vez bien mezclada la cuajada en la leche, le ponemos a la mezcla el queso y la leche. Terminamos de batir todo bien y lo ponemos en el molde. Sin perder un segundo lo metemos al horno, cuanto antes empiece a cocer mejor. Esta mezcla tiene ingredientes que si lo dejáramos por ejemplo 5 minutos sin meter al horno se desligarían. El tiempo de horneado dependerá de varios factores. En primer lugar vuestro horno. Dependiendo de si es con o sin aire, el tiempo varía. También depende de la cantidad de preparado de la tarta que hayáis hecho. Cuanto más pongáis el tiempo aumentará mucho, así que utilizad vuestro sentido común y para saber cuándo está hecho, utilizad el truco de la aguja.