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(3iJ ___________________\......> L/ _ Higado ANATOMIA HEPATICA Oscar C. Andriani De la misma manera que se ha desarrollado la cimgfa he patica, la anatomia del hfgado avanz6 en el conocimiento de sus estructuras. Es asf como, a partir de las ultirnas cuatro de cadas, fueron introducidos una scric de nuevos conceptos, La clasica anatomia morfologica describe el aspecto exte rior del higado tal como es visualizado por el cirujano en una laparotomia, demarcando los 16bulos hepaticos delimitados par las estructuras identificables a simple vista. A partir de los estudios anat6micos de los vasos intrahe paticos surgi6 la anatomia funcional, que individualiz6 seg mentos funcionalmente independientes. Asi, Couinaud (1957) en Francia y Goldsmith y Woodburne (1957) en los Estados Unidos concibieron diferentes aspectos de la segmentaci6n hepatica. EI empleo de la ecografta intraoperatoria (Maakuchi, 198I) Ie permite al cirujano precisar exactamente la localizaci6n de lesiones y su relaci6n con las estructuras vasculares y biliares intrahepaticas, ya que el ultrasonido vuelve al parenquima hepatico transparente y brinda la posibilidad de interpretar en forma dinarnica la anatomia real del hfgado (Bismuth, 1987). Anatomia morfologica Desde el punto de vista topografico, el higado estaubica do en el cuadrante superior derecho de la cavidad abdominal y ocupa casi la totalidad del hipocondrio derecho. Es considera do como una viscera toracoabdominal, hecho que debe ser destacado para evaluar el potencial compromiso hepatica tan to en los traumatismos toracicos como en los abdominales. Los medios de fijaci6n del hfgado corresponden fundamen talmente a la vena cava inferior (VCl), que ademas de dicurrir por la cara posterior del higado -en parte rodeada par el lo bulo caudado- recibe en su sector suprahepatico a las lres venas hepaticas (0 suprahepaticas), asi como a venas acceso rias en su trayecto retrohepatico, El pediculo hepatico esta compuesto por la arteria, la vfa biliar principal y la vena porta. Llegan al hilio por su cara inferior, envueltos por el epipl6n menor 0 gastrohepatico, y ya dentro del parenquima confor man los pediculos glissonianos, que corresponden a ramas de estas tres estructuras envueltas por el peritoneo visceral del hfgado (capsula de Glisson). Los ligamentos, en realidad, no cumplen una fijaci6n en sf mismos, ya que pueden ser scccio nados sin que el hfgado modifique su posici6n. EI Iigamento redondo es la vena umbilical obliterada, e ingresa al paren quima hepatico para reunirse con la rama izquierda de la vena porta. Los demas corresponden a reflexioncs del peritonea. EI ligamento falciforme, que recubre al ligamento redondo y se cxtiende desde la pared abdominal anterior hasta eJdiafragma, rodea a la VCl suprahepatica, Los ligamentos triangulares, derecho e izquierdo, se extienden desde la cara posterior del higado hasta el diafragma sobre el sector despcritonizado, y conforman elligamento coronario (fig. 37-1, A y B). Al examinar el aspecto exterior del hfgado, se toman en cuenta los elementos identificables a simple vista. Asi. los Ii gamentos redondo y falciforrne dividen al higado en dos Iobu -7"''---- l.obulo derecho 3 " L6bulo izquierdo A 3 Lobule caudado --.....,. vel ---~t;iiS;:j L6bulo derecho B Fig. 37-1. A, vista anterior; B. vista posterior. Ligamentos del nigadc. I, I .igamento redondo; 2, ligamenta falcifonne; 3. ligumento triangular izquierdo; 4, ligamenta coronario; 5. ligamenta triangular derecho. Vel, vena cava inferior. SECCION VI. ABDOMEN478 . .:-.... ::::: ~-~3;';. 3'.:~~~, :\~::. 8 Fig. 37-2. A. vista anterior; B, vista inferior. Configuracion morfol6gica exterior del bigado. 1. Lobulo derecho: 2. lobulo izquierdo: 3, lobule cuadrado: A 4. lohulo caudado (de Spiegel). VCl. Vena cava inferior. los, derecho e izquierdo (fig. 37-2, A). Si el hfgado es visto desde su cara inferior, la fosa vesicular, los ligamentos redon do y de Arancio y el hilio hepatico demarcan los 16bulos (fig. 37-2, B). De acuerdo con eSl(JS enunciados, quedan delimitados dos lobulos principales, derecho e izquierdo, divididos por la fisura del ligamento redondo y por el ligamento falciforme. En la cara inferior, el limite posterior dell6bulo derecho es el hilio hepatico. Un sector del parenquima del16bulo derecho, deli mitado entre la fosa vesicular, el hilio hepatico y la fisura del ligamento redondo. constituye un lobule accesorio, denomi nado lobulo cuadrado. Por detras del hilio hepatico queda con formado otro 16bulo accesorio, independiente tanto en su irrigaci6n como en los drenajes venoso y biliar, y es el lobulo caudado 0 lobulo de Spiegel (fig. 37-2, B), Resumiendo, el aspecto exterior del hfgado permite divi dirlo en dos lobules laterales principales, derecho e izquierdo, separados por los ligamentos falciforme y redondo, y dos 16 bulos centrales accesorios, anterior y posterior, cuadrado y caudado, separados por el hilio. Distribucion vascular de los pediculos hepaticos EI higado es un 6rgano porta, es decir que esta interpuesto entre dos circuitos venosos: la circulaci6n portal, aferente, y la circulaci6n cava, eferente. Recibe un doble aporte vascular, tanto por la vena porta, cuyo flujo corresponde al 80 % del flujo sangufneo hepatica, como por la arteria 0 las arterias hepaticas, provenientes de ramas de la aorta abdominal y que corresponden al 20 % del flujo aferente del hfgado. EI eje vascular que forma la VCL que pasa por detras del higado, recibe las venas eferentes conformadas por las tres venas suprahepaticas. La vena suprahepatica derecha es un grueso tronco que tiene un trayecto en un plano frontal en el 16buloderecho, y desemboca sabre el borde derecho de la VCL Fig. 37-3. Distribucion de las venas hepaticas (A) y planes de su recorrido intrahepatico (B). 1. Vena suprahepatica derecha; 2, vena suprahepatica media: 3. vena suprahepatica izquierda; f. vena hepatica inferior derccha; 5. venus spiegelianas; 6. plano frontal; 7, plano sagital; 8. plano frontal 37. HIGADO 479 La suprahepatica media tiene un trayecto sagital y corre en un plano que se corresponde a la proyecci6n de una linea desde el lecho vesicular hasta la vcr suprahepatica tcisura principal). La vena suprahepatica izquierda discurre por un plano frontal en el 16bulo izquierdo. En el 80 % de los cases, las suprahe paticas media e izquierda se reunen en un tronco comun de 0.5 a 2 em de longitud, para desembocar sobre la cara antero lateral izquierda de la VCI (Castaing y Morino, 1989). En el 25 % de los casos se encuentra una vena accesoria denomina da vena hepatica inferior derecha (fig. 37-3, A), y en el 10 % puede hallarse alguna otra vena suprahepatica accesoria, La vcr recibe tambien una serie de pequefias venas que desern bocan directamente sobre su cara anterior en el trayecto rerrohepatico, denominadas venas spiegelianas, ya que drenan el denominado lobulo de Spiegel 0 lobulo caudado. Este dre naje independiente de las venas spiegelianas permite explicar la caracteristica hipertrofia del lobulo caudado en el sindrome de Budd-Chiari, que corresponde a una obstruccion de la sali da de las venas suprahepaticas, por 10 cual el segmento hepa tico que queda descomprimido es el caudado. La irrigacion portal es la mas constantc, y al entrar en el parenquirna hepatico, el tronco porta se divide en dos ramas, derecha e izquierda; esta ultima presenta una dilatacion sacular ubicada en un scntido anteroposterior, denominado receso de Rex. donde llega la vena umbilical obliterada (ligamento re dondo). Del receso de Rex se desprenden las ramas segrnen tarias para el higado izquierdo, La rama derecha se divide en dos ramas sectoriales. anteriory posterior, que a su vez se dis tribuyen cada una en dos ramos segmentarios, superior e infe rior (fig. 37-4). La descripcion clasica de la irrigacion arterial es a rraves de una arteria hepatica -que a los fines de comprender las variaciones mas frecuentes se denomina arteria hepatica me dia- proveniente del tronco celfaco, y se ubica en un plano anterior con respecto a la vena porta en el pedfculo hepatico (fig. 37-5. A). En el 25 % de los casos, existe una arteria he patica derecha que nace en la arteria meseuterica superior y presenta un trayecto retroportal. Otra ram a del tronco cehaco, la arteria coronaria estomaquica, en el 15 % de los casos envia una arteria hepatica izquierda que transcurre en la parte mas alta del epiplon menor (fig. 37-5, B). La figura 37-6, A YB, muestra par angiograffa digital las variedades mas frecuentes de irrigacion arterial. La distribucion arterial intrahepatica es mas constante y sigue la sisternatizacion portal en los pediculos glissonianos (fig. 37-6. C). Anatomia funcional El mejor conocimiento de las estructuras vasculares intrahepaticas, tales como las venas suprahepaticas y la distri bucion de las ramas de la vena porta, lIev6 al desarrollo de la segmentacion hepatica. Si bien las segmentaciones propues tas por los anglosajones (Goldsmith-Woodburne, 1957) y los franceses (Couinaud, 1957) son diferentes, se complementan en el momenta de interpretar los segmentos de parenquima que tienen independencia funcional. A partir de este concepto, se desarrollo la cirugia anatomica del higado (Bismuth, 1982). Con la introduccion de modemos metodos de diagn6stico por imagenes, como la ecografia, la tomograffa axial compu tada y resonancia nuclear magnetica, la morfologfa del hfgado Fig. 37-4. Distribuci6n intrahepatica de la vena porta. J, Tronco portal; 2, rarna sectorial anterior derecha; 3, rama sectorial posterior derecha; 4, reo ceso de Rex Fig. 37-5. Distribuci6n del pedfculo arterial hepatica. A, Distribuci6n cla sica: arteria hepatica media proveniente del tronco celfaco. E, Variaciones de la distribuci6n arterial: J, arteria hepatica media (tronco celiaco); 2. arteria hepatica derecha (mesenterica superior): 25 % de los casas; 3, arte ria hepatica izquierda (coronaria estomaquica): 15 % de los casas. SECCION VI. ABDOMEN 480 fue cobrando importancia en la interpretaci6n topogr:ifica y en la selecci6n de las tacticas quinirgicas para el lratamiento de lesiones hepaticas. Estas imagenes, que permiten realizar cortes axiales, parasagitales y coronales, ayudan a correlacionar 10:-' conceptos de Ia segmentaci6n hepatica con hallazgos ,;linicoquinirgicos. A B c Fig. 37·G, ICCls.cioD arterial por angiografia digital. A, Arteria hepatica media' ralL, ~c: .rcnco celiaco) y arteria hepatica izquierda (rarnu de la corouaria ",t::niqu::al. B. Arteria hepatica derecha proveniente de la mesentenca superior. C La superposicion digitalizada de las inuigenes arteriales y portales demuestra que lei distribuci6n inrranepatica en los pedfculos ghssonianos tiene el mismo patron. Segmentacion hepatica Tanto autores anglosajones como franceses han elaborado contemporaneamente dos formas de scgmcntacion, basadas en la distribuci6n de estructuras vasculares intrahcpaticas. Goldsmith y Woodburne (1957) fundamentaron los segmen tos de acuerdo con las venas suprahepaticas (fig. 37-3). La vena suprahepatica media divide al hlgado en un sector dere cho y otro izquierdo. El trayecto de esta vena corresponde a una linea imaginaria que se extiende desde ellecho vesicular hasta la vcr (linea de Cantlie) y se denomina cisura princi pal. La vena suprahepatica derecha, que riene una trayectoria frontal, divide a su vez al sector derecho en un segmento pos terior y otro anterior. El hfgado izquierdo es dividido por el ligamento redondo en un segtnento medial y otro lateral. Asf, el h!gado queda dividido en un sector derecho y otro izquierdo par la vena suprahepatica media, y a su vez en un scgmento posterior y otro anterior derecho poria vena suprahepatica derecha, y en un scgmento lateral y otro medial izquierdo por el ligamento redondo (fig. 37-7, A). Couinaud (1957) basa su segmentacion en la distribuci6n de los pediculos glissonianos, pero en este caso se hara refe rencia a la sisternatizacion portal. La division entre el higado derecho e izquierdo es igual que en la nomenclatura anglosa jona, es decir que la vena suprahepatica media sigue teniendo la misma implicancia, Estos territorios son irrigados por las ramas portales derechas e izquicrdas, respectivamente. A su vez, la rama portal derecha se divide en una sectorial anterior v otra posterior, cuyo Ifrnite es tambicn determinado poria vena suprahepatica derecha. Cada una de estas ramas sec to riales se divide en una segmcntaria superior y otra inferior. La rama izquierda, desde e1 receso de Rex, irriga independien temente al sector medial (separado por elligamento redondo), y ellateral tiene otras dos rarnas, una anterior y otra posterior con respecto a la vena suprahcpatica izquierda. Quedan asf determinados siete segmentos, mas uno que es totalmente in dependiente en su irrigaci6n y drenajes venoso y bihar, y co rresponde al lobulo caudado, La numeracion de estos segrnen tos comienza por el lobulo caudado (segmento I) y prosigue de izquierda a derecha y de atras adelante hasta el segmcnto VIII (fig. 37-7, B). A cada segmento le corresponde un pedfculo glissoniano funcionalmente independiente, es decir que pue de ser resecado sin influir en la irrigaci6n y el drenaje biliar de otro. Correlacion entre la segrnentacion hepatica y los metodos de diagnostico por imageries Si bienla ecografia es un metodo dinamico y permite eva luar todos los pianos de corte del parenquima hepatico, desde el punto de vista grafico, las imagenes son mas evidentes exa minando cortes por tomograffa axial computada (TAC) y cor tes en los tres pianos brindados por resonancia nuclear mag netica (RNM). Estos conceptos se reafirrnan en la figura 37-8, A, B, Cy D. Anatomia real La tratado en el parrafo anterior permite desarrollar el con cepto de anatomia real. El cirujano puede tener una integra liiJ;;.,. r"'" I 37. HIGADO 481 vel Fig. 37-7. Segmentaci6n hepa tica. A, 1, Segmento posterior derecho; 2, segmento anterior derecho; 3, segmento media! izquierdo; 4, segmento lateral izquierdo; Vel, vena cava infe rior: villi,vena hepatica derecha, vhm. vena hepatica media; viii, vena hepatica izquierda. (Segiin Goldsmith y Woodburne). B: Segmentaci6n hepatica segun Couinaud. ci6n espacial de las lesiones y su relacion con las estructuras vasculares intrahepaticas por las imageries preoperatorias, pero la integraci6n real Ia hara con la visualizaci6n directa, la palpaci6n y la ecograffa intraoperatoria, tres examenes que otorgan una interpretacion dinarnica (fig. 37-9, A. B, C y D). Durante el acto quirurgico, la visi6n dinarnica que permite cambiar los pianos de corte brinda al cirujano la posibilidad de integrar espacialmente la relaci6n de la lesi6n hepatica por tratar y decidir no s610 la conducta mas adecuada, sino tam bien los lfrnites de resecci6n 10mas anatomicos posibles, con servando la mayor cantidad de parenquima sano sin dejar a un lado el objetivo de una exeresis radical. Clasificacion anatomica de las hepatectomias Se pueden clasificar en hepatectomias tipicas 0 regladas, que corresponden a aquellas resecciones que siguen alguna divisi6n anatornica, las cuales son incluidas por Bismuth en la denominada cirugia anatomica, yen hepatcctomias atipicas, que no siguen ningun pararnetro anat6mico para la reseccion (resecciones en curia, rnetastasectormas, tumorectomfas), Las resecciones regladas pueden sercisurales (siguen Ia Ifnea de Cantlie 0 cisura principal) -simples 0 ampliadas (fig. 37-10), sectoriales (fig. 37-11) 0 segmentarias (fig. 37 12). Estas resecciones estan resumidas en la tabla 37-1. i SECCION VI. ABDOMEN482 r=' I I I ! A B A B n Fig. 3i-S. A. Por TAC se observa la confluencia de las venas hepa ,ices er; la vCl. que delimitan los sectores posterior derecho (SPD), anterior ccrccho (SAD), medial izquierdo (SMI) y lateral Izquierdo (SLl. L~ R:\),l en un corte coronal pone de manifiesto el trayecto de I::t vena hepatica derecha y a los SPD y SAD. E, Por TAC YRNM se ve la disrribucion de los pediculos glissonianos (portales) dere chos por contraste vascular, La rarna derecha se divide en ramas sectoriales anterior y posterior. C, En este corte coronal de RNM se observa el tronco portal y su rama sectorial posterior dcrccha divi diendose en los ramos segmentarios VI y VII. D, Por TAC YRNM se observa la rama portal izquierda, que al formar el receso de Rex da las rarnas segmentarias IV, III YII. o 37. HIGADO 483 c oBA 81...- -1 Fig. 37-9. A, La ecografia intraoperatoria muestra la vel y las tres venas hepaticas. Entre elIas, los segmentos VII, VIII, IV y III. B, Bifurcacion portal en ecografla inrraoperaroria. Se observan los segmentos VI, V, IV y L C. Rama derecha de la vena porta separandose en los ramos sectoriales anterior (para los segmentos V y VIII) y posterior (para los segmentos VI y VII). D. Por ecografia intraoperatoria se identifica el receso de Rex dando ramos para los segmentos VI, III y II. La linea hiperecogenica indica la inserci6n del epiplon menor, y por detras. el segmento L SECCION VI. ABDOMEN 484 Cisura principal Hepatectomia izquiorda Sectoriectomia posterior derecha Segmentectomia lateral (segmentos VI-VII) izqulerda (segmentos II-III) Fig. 37-11. Hcpatectorrnas sectoriales Hepatectornia derecha Tabla 37-1. Resecciones hepaticas rcgladas Derecha (segm. VIVIIVWVIII) Cisurales (hepatectomias) Izquierda (segrn. WIIInV) Posterior derecha (segm. VINII) Sectoriales (sectoriectomias) Lateral izquierda (segm. II/III)' Simples {IVIV IV!V!VIII (hepa- Hepatectornia derecha Segmentarias (segmentectomras) Multiples tectomia central) arnpliada al segmento IV VNi(trisegmentectomia derecha) VII/VIlJ Otras combinaciones Fig. 37-10. Hepatectomtas cisurales. Hepatectomia derecha ampliada a] scgm. IV' Ampliadas Hepateclomfa izquierda amplia da a segmcnlos V y VIII' Al segmento I (lobulo caudado) En la nomenclatura anglosajona: I Segmentcctomfa lateral izquier da. 2 Trisegmentectomfa derecha. 1 Trisegmentectomia izquierda. Hepatectomia izquierda arnpllada a los segmentos V y VIII (trisegmentectomia izquierda) 37. HIGADO 485 .I ,., " .I/ ,., , " .I / 1 I 1/ 1 I 1/ II I A: Simples: Segmentectomfa VIII Segmentectomfa VI , .I ,., ,., ,., / ' , . " '1/ I, 1 1 I I I I B. Multiples: Bisegmentectomia IV-V Segmentectomia IV-V-VIII (hepatectomia central) Fig. 37-12. Resecciones segmentarias. BIBLIOGRAFIA Bismuth H: Surgical Anatomy and Anatomical Surgery of the Liver. World Journal of Surgery 6: 3-9, 1982. Bismuth H, Castaing D: Echographie per-operatoire du foie et des voies biliaires. Flammarion Medecine-Sciences. Paris, 1985. Bismuth H, Houssin D, Castaing 0: Major and Minor Segmentec tomies "Rcglces" in Liver Surgery. World Journal of Surgery 6: 10-24. 1982. Castaing 0, Morino M: Anatomie du foie et des voies biliaires, 7001 A lD , 3.1989. Encyclopedie Medico-Chirurgicale. Paris, 1989. Couinaud C: Le Foie. Etudes anatomiqucs et chirurgicales. Masson, Paris, 1957. Goldsmith N, Woodburne R: The Surgical Anatomy Pertaining to Liver Resection. Surgery, Gynecology & Obstetrics 105: 310 318,1957. Maakuchi M, Hasegawa H, Yamazaki S et a1: Intraoperative Ultrasonic Examination for Hepatectomy. Japanese Journal of Clinical Oncology 11: 367-389, 1981. FISIOLOGIA HEPATICA Jorge R. Daruich EI higado, par su ubicaci6n anat6mica, el tipo de irrigaci6n y el drenaje venolinfatico y bihar que posee, cumple un im partante papel en el metabolismo de los hidratos de carbono, lipidos y protefnas y en la producci6n de bilis. Diariamente sintetiza entre 1000 y 1500 ml de bilis, sus tancia compuesta por agua y solntos, entre los que se encnen tran las sales biliares, lecitina, bilirrubina, colesterol, acidos grasos, proteinas y sales inorganicas como sodio, potasio, cal cio y bicarbonato. Su pH oscila entre 5,8 y 8,5 y la concentra ci6n de electr6litos es similar a la del plasma. La bilis, produ cida en el hepatocito, es excretada par el polo bihar celular y luego transportada sucesi vamente pOl' canaliculos biliares, diictulos y ductos, hasta llegar, finalmente, a traves de la via biliar extrahepatica al duodeno e intestino, donde una parte de los compuestos biliares es excretada con la materia fecal y otra. constituida principalmente por los acidos biliares (AB), es reabsorbida y vuelve al hfgado donde es captada por los hepatocitos. Este circuito recibe el nombre de ciclo enterohe patico de los acidos biliares (fig. 37-13). Se sintetizan alrede dar de 300 a 500 mg de AB por dia, mientras que el "pool" total es de aproximadamente 4 a 6 g, 10 cual muestra la efica cia de este cicio. Los AB realizan el circuito enterohepatico entre 5 y 10 veces por dfa, 10cual equi vale a una secreci6n 20 a 50 veces superior. La captaci6n se produce en el polo sinusoidal hepatocitario, mediante un proceso activo depen diente de una bomba adenosintrifosfato-sodio-potasio depen diente (Na' K+ ATPasa), que permite un t1ujo opuesto entre el sodio y los acidos biliares. Una vez ingresados al hepatocito, los AB son transportados probablemente a traves de las mern branas del r-tfculo endoplasmico liso y del aparato de Golgi hacia el polo bihar. En esta fase intracelular se conjugan con taurina y glicina, 10 cual facilita su transparte y, a nivel intes tinal, mejora la digesti6n y absorci6n de los lipidos. EI pasajc de los AB al canalfculo tam poco se conoce bien, pero se cree que se llevaria a cabo mediante un proceso activo que aparen temente no requiere energfa y que a su vez es independiente -- SECCION VI. ABDOMEN486 "Pool" total (sales biliares) 3,5 mg 85 % retorna par sistema venoso portal Sintesis 0,5 mgidia Ciego Excrecion 0,5 mgidia Fig. 37-13. Circulacion enterohepatica de los acidas biliares. El "pool" de sales biliares circula entre 5 y 10 veccs por dia (vease el texto). de los otros aniones organicos, En la bilis alcanzan una con centraci6n que oscila entre 2 y 5 mmol, un valor 1000 veces superior al del plasma. EI flujo de bilis a los ductos depende de dos mecanismos. Uno es denominado dcido biliar dependiente, ya que la pre si6n osm6tica ejercida por los acidos biliares estimula el flujo biliar de agua y solutos, a traves de la membrana celular canalicular y del espacio intercelular, este ultimo can conteni .io proveniente de los sinusoides. EI otro mecanisme, llarnado 6,-<h' b!liar independiente. esta regido pOl' una bomba de adenosintrifosfato-sodio-potasio dependiente (Na" K+ATPasa), localizada Q nivel de la membrana canalicular que determina un gradiente de Na' que permite el transporte de agua, acidos biliares y otros solutos. Los AB primaries, colico y quenode soxicolico, Se sintetizan a partir del colesterol. Este es el prin cipal mecanisme de degradaci6n del colesterol. EI uso de colestiramina. resina que fija y aumenta la excreci6n fecal de los AB. en el tratamiento de enfermedades colestasicas croni cas como cirrosis biliar primaria, colestasis del embarazo y otras. disminuye el "pool"de AB y, secundariamente, el nivel de colesterolernia. Los secundarios, desoxic61ico y Iitocolico, se forman en el intestine por acci6n de las bacterias sobre los AB primarios. Las proteinas de la bilis representan nada mas que un 5 % de los solutos. Sin embargo, su presencia es im portante ya que previene la nucleaci6n de calculos y facilitan la eliminaci6n de proteinas afuncionales. EI hfgado cumple un papel fundamental en el metabolismo. Es el principal responsable de la sfntesis y catabolismo proteicos. Los arninoacidos provenientes de la dieta pOl'vfa de la circulaci6n portal llegan al higado, donde un 60 % es metabolizado a urea, un 20 % es utilizado para la sfntesis he patica y el 20 % restante pasa a la circulaci6n sisternica para ser utilizado en la sfntesis proteica por diferenres tejidos del organismo. La principal protefria hepatica es la albumina, cuya sfntesis diaria oscila entre 100 y 200 mg, que rapidamente es secretada debido a que su almacenamiento hepatico es mini mo. Su vida media es de alrededor de 20 dfas, observaci6n que explica valores norrnales de albiirnina en pacientes con fall a hepatica fulminante. La prealbumina, globulina que tam bien es sintetizada en el hfgado, tiene una vida media corta (24 a 48 horas), por 10 cual ante trastornos agudos de la fun cion hepatica puede observarse un rapido descenso en magni tud y tiempo. similar al de los factores de coagulaci6n. Ade mas de estas, sintetiza un sinnurnero de proteinas que inter vienen en diferentes procesos; por ejernplo, las involucradas en el trans porte como la transferrina, haptoglobina, la ya men cionada albiirnina y otras mas; las protefnas de la coagulacion, como los facto res I, II, V, VII, X, XI, XII Yla antitrombina III, y tambien los reactantes de fase aguda como u,,-macroglobu lina, uj-antitripsina y proteina C reactiva, " EI hfgado interviene acti vamente en el metabolismo lipidico, Le cabe un papel preponderante en la sfntesis de colesterol, fosfolfpidos, trigliceridos y acidos grasos. Sinteti za apolipoprotefnas, cataliza acidos grades en sustratos ener geticos para ser usados par los miisculos cardiaco y esqueletico, Cuando se altcra la ()-oxidaci6n, como puede ocurrir en los diabeticos mal controlados, en presencia de drogas hepato t6xicas 0 alcohol, obesidad 0 nutrici6n parenteral total, se pue den acurnular trigliceridos en exceso en el hfgado y condicio nar el desarrollo de un cuadro de esteatosis 0 esteatohepatitis, con aumento de tejido fibrosa hepatico. En la actualidad, el uso asiduo de la ecograffa ha permitido un diagn6stico mas frecuente de este trastorno y un tratamienro temprano. El hi gada sintetiza el 90 % de los fosfolipidos que son fundamen tales en la estructura de las membranas. En la cirrosis biliar primaria y en las obstrucciones extrahepaticas se observa un aumento de los niveles plasmaticos de colesterol y fosfolfpidos, entre otras alteraciones del conjunto de lipidos; mientras que en la insuficiencia hepatocelular se constata una disminuci6n del colesterol, a expensas sabre todo del esterificado. EI hfgado cumple tarnbien un papel primario en el metabo !ismo de los hidratos de carbono. Es responsable de la sintesis y el almacenamiento del gluc6geno mediante la gluconogenesis y gluconeogenesis, y transforrna galactosa y fructosa en glucosa a traves de la glucogenesis. Tambien degrada eJ gluc6geno a glucosa (glucogen6lisis) y esta en acido pinivico (glucolisis). Segun los requerimientos, puede sintetizar giucosa a partir de alanina, lactato y arninoacidos de la dieta. Esta multiplicidad de funciones y la rapidez con que las puede llevar a cabo le permiten intervenir y mantener casi constantes los niveles de glucemia y. a la vez, segun los requerimientos energeticos or ganicos, ernplear los distintos gliicidos para obtener adenosin trifosfato (ATP) y pro veer sustratos para los diversos procesos de sintesis hepatica. En el hfgado tiene lugar el proceso de biotransformaci6n, que consiste en el metabolismo intracelular tanto de compues tos organicos end6genos (hemo) como ex6genos (drogas) y 37. HIGADO 487 que permite la conversion de productos hidrofobicos, poten cialmente toxicos, en hidrofilicos, que de esta forma pueden ser excretados por la bilis 0 la orina. Los grupos enzimaticos involucrados son el de la citocromo P450' glucuroniluridin difosfato transferasa, glutation S transferasa y sulfotransferasas, En resumen, el hfgado cumple multiples funciones, estre chamente relacionadas e interdependientes entre sf. Algunas enferrnedades pueden alterarlas mas 0 menos lentarnente, como la cirrosis, 0 bruscarnente, como la falla hepatica fulminante, patologfas que a continuacion se examinaran con mas detalle. Cirrosis y sus complicaciones La cirrosis es una enferrnedad hepatica cr6nica caracteri zada por la presencia de una alteraci6n estructural tanto del parenquirna como del tejido conectivo del organo. Es el resul tado final de un proceso necroinflamatorio persistente que de termina la neoformacion de tejido conectivo (fibrosis) y la re generacion nodular del parenquima con desorganizacion de la red vascular microsc6pica y macroscopica y de toda la arqui tectura del organo, Esta enfermedad puede ser originada por multiples causas, como alcohol, virus, medicamentos yenfer medades autoinmunes, entre otras. EI estudio histologico del organa en csta fase de la enfermedad puede sugerir, en algu nos casos, la etiologia, aunque la simiiitud de los carnbios microscopicos en las diferentes entidades nosologicas hace necesario investigar habitualmente por otros metodos al agen te responsable, EI hfgado tiene una gran capacidad regenerativa. Cuando es sometido a una reseccion parcial, los hepatocitos remanen res sufren una intensa mitosis, de manera que habitualmente en un corto perfodo el organa recupera su volumen normal. Sin embargo, cuando existe una lesion de gran envergadura con necrosis hepatocitaria importante, la red de reticulina se colapsa, se forman los llamados tabiques pasi vos y la regene racion hepatica comienza en las zonas sanas remanentes, ais ladas entre sf, que por haber perdido las conexiones naturales con el sistema porta carecen de organizacion sinusoidal, Por otro lado, se produce una proliferacion reaccional de fibro blastos, que determina el inicio del proceso fibrotico activo, el cual se manifiesta al comienzo por un deposito aumentado de tejido colageno. A su vez, las celulas inflamatorias del foco lesional y las celulas de Kupffer activadas liberan diferentes sustancias que estimulan la fibrogenesis, En este complejo proceso tambien intervienen las celulas de Ito, los miofibro blastos y los hepatocitos que sintetizan varios tipos de colageno, fibronectina y laminina, dando lugar a la neorforrnacion de septos que avanzan hacia el lobulillo, uniendo los espacios porta entre sf (puentes portoportales) y con las venas lobulillares (puentes portocentrales), mecanismo que provoca la parcelacion del parenquirna. En estas "parcelas" el tejido hepatico adquiere una forma redondeada, constituyendose los nodules de regeneracion que distinguen a la cirrosis. Con el tiernpo, el tejido conectivo madura, se ret rae y se produce una disminucion progresiva del tamano del organo que caracteriza ala cirrosis avanzada. En la Argentina y en la mayorfa de los paises de Occidente la principal causa de cirrosis es el alcoholismo. Le siguen en orden de frecuencia las infecciones cronicas por los virus de la hepatitis C (HCY) YB (HBY), Ymucho menos frecuente mente, con una prevalencia variable de acuerdo con las distin tas areas geograficas, se observan la hepatitis autoinmune, la cirrosis bihar primaria, la colangitis esclerosante primaria y las enfermedades metabolicas entre otras. La infeccion por elvirus HDY, con excepcion de algunos grupos como drogadic tos endovenosos, es poco relevante en nuestro medio. Falta determinar aun cual es el verdadero impacto del recientemen te descubierto virus HGY en el desarrollo de hepatitis cronica y cirrosis. Las nianifestaciones clinicas de la cirrosis son variables y con un espectro muy amplio. En un extrema se encuentran aquellos individuos en los que el interrogatorio no permite suponer patologia hepatica subyacente y en los que la enfer medad se sospecha por la presencia de algun estigma de hepatopatia cronica 0 por el hallazgo de una bioqufrnica alte rada, 0 ambos. En algunos casos el diagnostico se Ileva a cabo al realizar una cirugfa abdominal 0 una autopsia. En el otro extrema estan aquellos pacientes con una signosintomatologfa florida y un laboratorio que evidencian claramente la afeccion y en los que el diagnostico es relati vamente sencillo. Entre estos dos grupos se pueden encontrar diferentes formas de pre sentacion de la enfermedad, las que dependeran de su estadio evolutivo y de las complicaciones que pudieran ocurrir. En el interrogatorio se puede rescatar el antecedente de alcoholis mo (~ 80 g/dfa en el varon y ~ 60 g/dfa en la mujer, durante 5 afios), de transfusiones, de drogadicci6n endovenosa, ingesta cronica de farmacos, etc., que obligan a extremar la busqueda de hepatopatfas cronicas. Los sintomas que con mayor fre cuencia refieren los portadores de cirrosis son as tenia, anorexia, perdida de peso, molestias abdominales inespecificas, dismi nucion de la libido e impotencia en el sexo masculino y tras tornos del cicio menstrual en las mujeres, Al realizar el exa men ffsico se puede comprobar alguno de los signos que se describen a continuaci6n. Araiias vasculares 0 spiders: son dilataciones arteriolo capilares constituidas por una arteriola central con ramifica ciones radiales, como las patas de una arafia. Se localizan pre ferentemente en la mitad superior del cuerpo. Su tamafio, que habitualmente es de pocos milimetros, aumenta con la progresion de la enfermedad y disminuye cuando mejora. Aun que se las puede encontrar tambien en los portadores de dia betes, de lupus eritematoso sistemico, de Raynaud y de enfer medad de Cushing, su presencia obliga a descartar una hepatopatia (fig, 37-14), Eritema p almar 0 mana del bebedor de cerveza: enrojecimiento moteado que afecta las regiones tenar, hipotenar y pulpejos de los dedos y que contrasta con la palidez del resto de la mano. Su equivalente en los pies es el eritema plantar. Fig. 37-14. "Spider" palpebral en una paciente portadora de cirrosis, 488 SECCION VI. ABDOMEN Lengua hepatica: lengua y labios de color raj 0 vinoso y de superficie lisa y brillante. Fetor hepatica: aliento muy particular no comparable con otros olores conocidos y que tambien puede percibirse en la orina, sobre todo cuando el paciente junta esta ultima en un brocal en una habitaci6n con escasa ventilaci6n. Flapping 0 tremor: consiste en una serie de movimientos rapidos y repetidos de tlexoextensi6n de las articulaciones metacarpofalangicas y de las mufiecas que se pone en eviden cia colocando el antebrazo extendido y los dedos de la mana separados. Puede encontrarse tambien contractura de Dupuy tren, hipertrofia parotfdea, atrofia testicular, ginecornastia y distribucion ferninoide del vello corporal en el var6n, e hipo plasia glandular mamaria en la mujer. EI higado suele estar aumentado de consistencia, can su borde romo a afilado en las fases tardfas de la enfermedad y habitualmente indoloro. Pue de comprobarse hepatornegalia, sobre todo a expensas del 16 bulo izquierdo, 0 bien, en los estadios finales, disminuci6n global del tamano del6rgano. En un 40 a 60 % de los cirroticos puede encontrarse esplenomegalia. Otras veces, la manifesta ci6n inicial es un sind rome ascitico-edernatoso 0 una hemo rragia digestiva alta que obliga a la biisqueda de una hepatopatia subyacente. Las manifestaciones bioqufrnicas de la cirrosis son muy variables y con un espectro muy amplio. En un portador de cirrosis compensada el laboratorio puede ser normal 0 bien se puede observar un aumento de las enzimas de necrosis, aspartato y alaninoaminotransferasas (AST y ALT); de las de colestasis, fosfatasa alcalina (PhA), 5'-nucleotidasa (S'N) y/o garnma-glutamiltranspeptidasa (GGT). En algunos pacientes se puede comprobar una elevacion aislad a de GGT y/o hiperbilirrubinemia, El descenso de albumina, seudocolineste rasa y factores de la coagulaci6n es indicativo de una en fer medad hepatica con menor 0 mayor grado de cornpromiso de la capacidad de sfntesis. Otras veccs, el primer indicio de en ferrnedad hepatica surge por el hallazgo en la sangre de mar cadores del virus HBV (HBs AG) 0 del Hev (anti-HCV) en la rutina prequinirgica, en pacientes asintomaticos desde el pun to de vista hepatol6gico. La deteccion de estos marcadores virales obliga a un coneienzudo estudio del enferrno, ineluso a veces es necesario efeetuar una biopsia hepatica antes de He var a cabo el procedimiento invasive. Con el objeto de establecer pron6stieos en los portadores de cirrosis se han propuesto diferentes criterios, basados fun darncntalmentc en la presencia y magnitud de diferentes va riables clinieas y de laboratorio. Sin embargo, s6lo se logra enmarcar parcialmente ai enfermo, aunque no exactamcruc su pronostico. Por otro lado, estos indices pueden variar en far rr.a brusca ante la aparicion de una hemorragia 0 infecci6n .r.tercu-rente, situaci6n en la que Ia estimacion previa se mo difica de manera radical. Tarnbicn el pron6stico cambia cuan j,-.:n cirrotico alcoholico deja de beber 0 cuando se consigue inr.ibir 13. replicacion viral en un portador de una infeccion crcruca. Es.as ciasificaeiones son sugerentes ya que en cada case ;::J.r:icula:- sc debe evaluar el contexto clfnico, ellabora torio y ia aoaricion y el tipo de complieaciones. En Ia practica diaria .a mas utilizada, con los recaudos mencionados, es la clasificacion de Child-Pugh (tabla 37-2), L'n score < 6 corresponde a un estadio A de Child-Pugh, entre 6 y? a uno B, y SI este supera los 10 puntos, a un estadio C. El pronostico ) la sobrevida ernpeoran cuanto mas aumen ta el puntaj C. Las manifcstacioues de la enfermedad hepatica en la fase cirr6tica son independientes de la causa que Ie dio origen y se Tabla 37-2. Clasificacirin de Child-Pugh Hallazgos clin icos/bioquimicos Score 1 Score 2 Score 3 Bilirrubinemia (mgflOO ml) 1-2 2-3 >3 Albuminemia > 3,5 gil 2,8 a 3,4 gil < 2,8 gil Tiempo de protrombina (proJongaci6n en segundos) I - 4 4-6 >6 Ascitis Ausencia Leve Moderada tensa Enccfalopana No Grado 1- 2 Grado 3 - 4 Bilirrubinernia (mgllOO m!) (para cirrosis bihar primaria) I - 4 4 - 10 >10 pueden distinguir, de acuerdo con el estadio clfnico, la cirrosis compensada y la descompensada. La cirrosis compensada es aquella en la que el diagn6stico se hace, habitualmente, en forma casual, al realizar un exa men clfnico 0 bioqufmico, durante una intervenci6n quirurgi ca 0 bien en una autopsia. La forma descompensada se evi dencia por signos de insuficiencia hepatocelular, por un sin drome ascitico edematoso (fig. 37-15) 0 por hernorragia di gestiva par hipertensi6n portal. Esta descompensaci6n puede ser primaria, cuando responde ala evoluci6n natural de la en- Fig. 37-15. Stndrome ascitico edernatoso (ascitis a tensi6n) en una adoles cente portadora de hepatitis autoinmune tipo I. 37. HIGADO 489 fermedad, 0 secundaria, cuando por la acci6n de factores sobreagregados como, por ejemplo, psicofarmacos, diureticos, anestesicos, alcohol, infecciones u operaciones, sobreviene la descompensaci6n. Cuando la descompensacion es primaria, peor es el pronosticodel enfermo. EI sindrome ascitico edematoso (SAE) es el primer signo de descompensacion en la mayorfa de los enfermos y se com prueba hasta en el 70 % de los pacientes cirroticos durante su evolucion, La sobrevida al ario de aquellos que se internan para tratamiento de un SAE ha sido estimada en alrededor del 60 %. Esta compJicaci6n sobreviene en la mayoria de los ca sos por alteraciones de la funcion renal en ausencia de lesio nes histologicas importantes. En estos pacientes se comprue ba un aumento de la reabsorci6n de sodio a nivel de los tubulos proximales y distales y un incremento significativo de la re tencion de agua en los tubules colectores que, al progresar la insuficiencia, se expresa como hiponatremia dilucional. La maxima expresion del trastorno de la funcion renal en estos enfermos es el sindrome hepatorrenal (SHR), que se puede definir como un fallo renal incompletamente explicado en pacientes con enfermedad hepatica en ausencia de elemen tos clinicos, bioquimicos 0 anatomicos que justifiquen este trastorno. EI SHR se caracteriza por una caida significativa del flujo plasmatico renal y del filtrado glomerular vinculable a una vasoconstriccion renal con redistribucion del flujo. El contexto cltnico en el que habitualmente se presenta este sindro me es el siguiente: paciente con ascitis moderada 0 tens a, 0 incluso ya refractaria al tratamiento diuretico, hipotension, encefalopatia hepatica en mas del 75 % de los casos, ictericia progresiva, oliguria u oligoanuria, urea y creatinina elevadas y presion venosa central normal 0 elevada. Una observacion interesante es que la gran mayorfa de los casos se producen en pacientes hospitalizados y muy raramente en los ambulatorios; esto presupone que son enfermos en estadios avanzados y en los que probablemente se hayan intentado tratamientos medi cos 0 invasivos de envergadura, 10 cual termino agravando la descompensacion. La aparicion de este cuadro en un portador de cirrosis implica habitualmente un muy mal pronostico, ya que la mortalidad supera el 90 %, pues su evolucion esta es trechamente relacionada con la funcion hepatica. La funcion renal en los portadores de SHR se caracteriza por filtrado glomerular bajo. sodio urinario de 24 hs. < 10 mEq/l, fraccion excrecional de sodio < ] % Yun gradiente osmolalidad urina ria/serica > I. El sedimento urinario cs normal 0 esta minima mente alterado. EI estudio histol6gico renal muestra un tejido normal 0 con cambios rnmimos no caracteristicos, 10 cual per mite inten r que no existe una lesion organica subyacente que justifiquc csias alteraciones funcionales. Avala tal observacion el hecho de que si estos pacientes son sometidos a un trasplan te hepatico, rapidarnente se produce la normalizacion de la funcion renal, 0 bien si estos ririones son trasplantados a un receptor con funcion hepatica conservada, rapidamente co mienzan a funcionar, Cuando en un portador de cirrosis compensada 0 des cornpensada se deteriora su estado clinico es necesario inves tigar la presencia de una infeccion bacteriana sobreagregada, ya que exrsten multiples defectos en su sistema de defensa, que 10hace particularmente susceptible. Las infecciones mas frecuentes son las urinarias, la peritonitis bacteriana esponta nea (PEE) y las respiratorias. Por otra parte, las manifestacio nes habituales de una infeccion, como fiebre, leucocitosis, disuria y polaquiuria en las del tracto urinario, son mucho menos frecuentes que en la poblacion general; por ello, el pri mer paso para poder diagnosticarlas y tratarlas adecuadamen te es pensar en esa posibilidad. La PEE es la infcccion del liquido ascftico que se presenta en portadores de cirrosis en ausencia de un foco intraabdominal reconocido. Su frecuencia, en pacientes hospitalizados, oscila entre el8 y el 37 %. Esta cornplicacion aparece habitualmente en individuos ictericos y con un tiempo de protrombina alte rado. Otros factores considerados de riesgo para desarrollar esta infeccion son la presencia de ascitis moderada 0 a tension con una concentracion proteica < 1 g/dl, la hemorragia diges tiva y las infecciones urinarias. Tambien se observa en el cur so 0 despues de infecciones orofaringeas, articulares 0 de la piel, y de procedimientos endoscopicos comunes 0 esclero terapicos de varices e sofagicas. Cuando un pacicnte se descompensa es conveniente efectuar un examen de laborato rio de rutina, radiograffa de torax, ecografia abdominal, hemo cultivos, urocultivo y puncion de liquido ascitico (LA) para realizar examen fisicoquimico y cultivo. La recuperacion de germenes es significativamente superior si apenas extrafdo el material se inyectan 10 ml en un frasco de hemoculti vo. En los iiltimos afios el diagnostico de PBE es mas frecuente, pro bablernente porque los cirroticos tienen una mayor sobrevida y tambien porque hemos aprendido que se debe bus car rutinariamcnte, En un trabajo prospectivo llevado a cabo en la Argentina con esta sistematica se detect6 PEE en el 20 % del grupo evaluado. De todos los parametres que se estudian, el elemento de mayor valor diagnostico 10constituye un recuen to de neutrofilos :2 250/mm3, por 10 sencillo y rapido de su determinacion. Este hallazgo avala una antibioticoterapia em pfrica precoz, antes de conocerse el resultado del cultivo. En nuestra experiencia, al igual que en otras series, los aerobios gramnegativos son los germenes que se recuperan con mayor frecuencia. Las cefalosporinas de tercera generacion, como ceftriaxona y cefotaxima, son las drogas mas usadas; aunque mas recientemente, desde 1994, con resultados similares a los observados con el tratamiento parenteral se emplean quinolonas como la fleroxacina por via oral en los pacientes con PEE, siempre y cuando presenten un estadio clfnico relativamente bueno, es decir, que no cursen con shock septico, hemorragia digesti va 0 encefalopatia. Debe evitarse el empleo de aminoglucosidos, ya que su nefrotoxicidad en los cirroticos es mayor que en la poblacion general, EI pronostico de los enfer mos con PEE es desfavorable, ya que la mortalidad hospitala ria oscila entre el 20 y el 50 %, y la sobrevida al afio es -del 16 al 55 %, par 10cual en estos pacientes debe evaluarse la indi cacion de trasplante hepatico, al igual que en aquellos que evolucionan con insuficiencia hepatica parenquimatosa. Falla hepatica fulminante El sfndrorne de falla hepatica fulminante (FHF) es una clau dicacion brusca de la funcion del organo, previamente sano, ocasionada por una injuria hepatica aguda severa, complicada con la aparicion de encefalopatia dentro de las 26 semanas del comienzo de la ictericia. Recienternente, O'Grady y colaboradores propusieron una modificaci6n de la clasificacion de la FHF. De acuerdo con el tiempo que media entre la aparicion de ictericia y el desarrollo de encefalopatfa. se distinguen tres formas: a) hiperaguda, de oa 7 dtas; b) aguda, de 7 a 28 dfas, y c) subaguda (subfulmi nante-FHSF), de 5 a 26 semanas. La sobrevida, paradojica mente, es superior en el primer grupo. SECCION VI. ABDOMEN490 Las noxas que puede provocar una FHF son multiples, aungue con variaciones regionales. En nuestro medio las he patitis virales se constituyen en la primera causa, mientras gue cn Inglaterra 10es la sobredosis de paracetamol. Otras entida des que pueden producirla son, por ejcmplo, la esteatosis agu da masiva del ernbarazo, la enfermedad de Wilson, la hepatitis isquemica, el sfndrome de Budd-Chiari, la ingesta de hongos como Amanita phalloides y medicamentos como el halotano, la asociacion rifarnpicina-isoniacida, Ja flucoxacilina, etc. Recientemente se describieron algunos casos par el "cxtasis", droga cuyo uso ha comenzado a extenderse en nuestro pafs. En la Argentina, el virus A de la hepatitis (HAV) esla causa mas frecuente de FHF en la infancia, mientras gue en los adul tos se destaca el virus B (HBY), aungue globalmente el pri mer lugar 10ocupan aquellos casos ocasionados por los llama dos virus no ABCE. El mecanisme patogenico no es bien conocido. Cuando la FHF es producida por virus, el mecanismo mas probable es el inmunomcdiado, aunque no se puede descartar una acci6n citot6xica directa de alguno de estos agentes, Cuando la noxa responsable es una droga, el mecanismo subyacente puede ser la idiosincrasia 0 hien una toxieidad dirccta. El estudio macroscopico muestra habitualmente un hfga do disminuido de tamafio, aunque en la esteatosis masiva del embarazo puede estar aumentado. En las formas agudas e hiperagudas de la PHF el analisis microscopico permite ob servar una necrosis hepatica masiva con algun remanente hepatocitario a nivel portal, mientras que en la subaguda co existen amp lias zonas de necrosis y sectores can hepatocitos conservados con colapso retieulfnico irnportante. Las rnanifestaciones clinicas inieiales de la FHF son iete ricia progresiva, astenia profunda, anorexia severa, cefalea, nauseas y vornitos pertinaces, irriiabilidad e insomnio. Poste riormente se agregan inversion del ritmo del sueno, hematomas espontancos 0 ante traumarismos minimos, flapping y fetor hepatica. A esta fase, habitualmente de instalaci6n progresi va, le sigue una de desarrollo muy rapido en la gue en muy pocas horas se conjugan excitacion psicomotriz y confusion con profundizaci6n de la encefalopatfa. Los pacientes necesi tan ser internados en unidades de cuidados intensives, por cl complejo manejo del cuadro que presentan y en 10 posible evaluados des de su hospitalizacion por un eguipo clinicoquinlr gico calificado en trasplante hepatico. Las infecciones por gerrnenes como Enterococcus [aecium y Klebsiella pneuma niae son frecuentes y graves y se constituyen en la principal causa de morbimortalidad en este perfodo. Otra complicacion que suele observarse en estos enfermos es el edema cerebral. _'"1\ 0 manejo actual pasa por la adopcion de medidas posturales, ver.tilacion precoz y colocaci6n de un caterer subdural (tecni .:c. de Camino) para medir correctamcnte la presion intracraneal. De .recucnrc observaci6n son la falla renal. la hipoglucemia, qc:e e.\ige 5Ll control horario, hipofosfatemia e hipoxernia 11:":::::. 1cjJosis metab6lica y coagulaci6n intravascular dise ITC.e,JeL E:12] laboratorio puede comprobarse una prolonga ci,:'l1 ~e: 'i ernpo de protrombina. caida de los factores de coa :,:ui.:cc:.'r :-ciuido el V. hipoglucernia y plaguctopenia, entre ctro- El iJ FHSF. las manifestaciones clinicas son sirnilares aunqu; :c, insta.acion es mucho mas lenta y se caracteriza ade mas por ia aparicion de asci tis. Una de las decisiones mas di ficiles es el momento optimo para la indicacion de trasplante hepatico. Del anahsis de diferentes parametros surgen los cri terios de] King's College como los de mejor valor predictivo, EI tiempo dc Quick « 10 q), ya seCi solo 0 en conjunto con Ja edad « 3 y > 40 afios). etiologfa. ictericia (bilirrubina > 25 mg/%) y tiernpo transcurrido entre aparici6n de ictcricia y cncefalopatfa. La dificultad para obtener organos y el espfritu visionario de aigunos investigadores ha lIevado al desarrollo de un hfgado artificial como opci6n terapeutica transitoria, hasta que se produzca una regeneracion adecuada del higado necrosado. Por el momento los resultados no cumplen total mente con las expectativas pero resultan muy estimulantes, y probablcmente en un futuro no muy lejano se pueda disponer de esta alternativa terapeutica. BIBLIOGRAFIA Arroyo V, Bosch J, Rodes J: Treatments in Hepatology. Ed. Masson, S. A. Barcelona, ]995. Conn HO, Bircher J: Hepatic Encephalopathy. Syndromes and Therapies. Medi-Ed Press, Illinois, 1994. Daruich JR, Manero E, Findor JA: Infections in Cirrhotic Patients. Brazilian Hepatology Society. Xlth National Congress Extra ordinary Latin-American Hepatology. Archives Brasileiros de Gastroenteo!ogia. Epstein M: The Kidney in Liver Disease, 4a. ed. Hanley & Belfus. Philadelphia. 1996. Findor JA. Sapunar Duvravcic 1. 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La vena porta se forma por la confluencia de la vena mesenterica superior y la vena esplcnica, Esta recibe a su vez la vena mesenterica infe rior, que en ocasiones desernboca en la confluencia mesen terico-esplenica. De este modo, la vena porta conduce hacia el hfgado todo el drenaje venoso esplenopancreatico e intestinal (fig. 37- 16). EI sistema portal tiene conexiones anatornicas normales con la circulacion cava en dos regiones bien definidas: el area esofagogastrica y el recto. La via de cornunicacion con la vena cava superior se establece mediante las venas coronaria, pilorica, gastroepiploica y vasos cortos. La circulacion intramu ral y perivisceral del techo gasrrico y es6fago drena por Stl parte en la vena acigos y esta en la vena cava superior. La cornunicacion del territorio portal con la vena cava inferior se efectiia a traves de la vena mesenterica inferior. los plexos hemorroidales superior y medio y los vasos ilfacos. En los pa dentes con vena umbilical permeable existe otra vfa de co nexi6n entre ambos territorios venosos mediante los vasos epigastricos y mamarios internos. k - ,~ 37. HIGADO 491 Fig. 37-16. Anatomfa de las conexiones normales entre la circulaci6n por tal y la circulaci6n cava. f. Venaacigos:2, vasoscortes: 3. vena coronaria cstomaquica; 4, venamesentericainferior;5, venashemorroidales; 6. vena umbilical; 7, vena epigastrica: 8. vena rnamaria interna. Etiologia y epidemiologia. La cirrosis hepatica es la cau sa mas frecuente de hipertensi6n portal en el adulto y abarca el 50-70 % de los enfermos con este sfndrome. Si bien cual quier cirrosis puede desarrollar hipertensi6n portal, el alcohol y las infecciones virales son las dos etiologfas mas comunes. En ausencia de cirrosis, existen una serie de procesos capaces de elevar la presi6n portal y que se agrupan como hipertensi6n portal no cirr6tica, de origen intrahepatico 0 extrahepatico. Como se observa en la tabla 37-3, no todas las lesiones hepaticas cr6nicas se asocian con igual frecuencia al sfndrome de hipertensi6n portal. La esquistosomiasis, frecuente en el Africa, Asia y America del Sur, es la segunda causa en el mundo de hipertensi6n portal despues de la cirrosis. En los pafses en vfas de desarrollo, particularmente en el Extremo Oriente. la hipertension portal no cirr6tica y la obstrucci6n extrahepatica de la vena porta pueden representar el 50 % de los enferrnos con hipertensi6n portal. En los nifios con hipertension portal, las enferrnedades prevalentes difieren con respecto a las de los adultos, La cau sa aislada mas cormin es la obstrucci6n parcial 0 completa de la vena porta y sus ramas.En segundo terrnino, la cirrosis he patica, con las forrnas colestaticas, la cirrosis posnecr6tica y la cirrosis idiopatica, en ese orden. Clasificacion. Desde el punto de vista anatomopatolrigico, la hipertensi6n portal puede clasificarse como intrahepatica y extrahepatica, Esta ultima a su vez en prehepatica (por ejern plo: trombosis portal) y posthepatica (enterrnedad de Budd Chiari). Sin embargo. teniendo en cuenta el nivel de obstrucci6n al flujo venoso portal este smdrorne puede reclasificarse en los siguientes grupos (tabla 37-3): a) Bloqueo presinusoidal extrahepatico: trombosis portal, trombosis esplenica; b) B loqueo pre sinusoidal intrahepatico: esquistosomiasis. fibrosis hepatica congenita, enfermedades mieloproliferativas, fibrosis portal no cirrotica, etcetera; c) Bloqueo sinusoidal y postsinusoidal intrahepatico: cirrosis hepatica, enfermedad hepatica venoclusiva, transfer macion nodular parcial del hfgado, etcetera; d) Bloqueo postsinusoidal extrahepatico: obstrucci6n del tronco de las venas suprahepaticas, obstruccion de la vena cava inferior, pericarditis constrictiva, etcetera. La cornbinacion de metodos diagn6sticos, como la ceo graffa, Ia angiograffa y la medici6n de la presion portal. per mite clasificar a los enfermos dentro de alguno de estos cuatro grupos (vease Diagnostico). Sin embargo. algunas enferme dades no pueden encasillarse taxativamente en un tipo deter- Tabla 37-3. Etiologia y clasiflcacion del sfndrome de hipertension portal Bloqueo presinusoidal extrahepdtico Trornbosis portal, esplenica 0 venosa difusa Fistula arteriovenosa portal Blaqueo pre sinusoidal intrahepatico Esquistosomiasis Fibrosis hepatica congenita Hipertension portal idiopatica Fibrosis portal no cirrotica (esclerosis hepatoportal) Bloqueo sinusoidal ylo postsinusoidal intraheptttico a) Lesiones frecuentcmenre asociadas con hipertensi6n portal: Cirrosis hepatica alcoholica y viral Cirrosis biliar primaria Cirrosis biiiar secundaria Hiperplasia nodular regenerativa Transforrnacion nodular parcial Peliosis hepatica Enfermcdad venooclusiva Sfndrome de Budd-Chiari b) Lesioncs infrecuentemente asociadas con hipcrtcnsion portal: Sindromes mieloproliferativos Sfndromes Iinfoproliferati vos Cancer metastasico Enfermedad poliqufstica Tuberculosis Sarcoidosis Mieloma multiple Mastoei tosis Amiloidosis Bloqueo postsinusoidal extrahepdtico Enfermedad de Budd-Chiari Obstruccion de la vena cava inferior (congcnita 0 adquirida) Pericarditis constrictiva ~._-- SECCION VI. ABDOMEN 492 min ado de bloqueo, pues tienen componentes mixtos presi nusoidales y postsinusoidales de obstrucci6n .11 flujo portal, como sucede con las cirrosis virales, 1.1 cirrosis con trombosis de 1.1 vena porta, etcetera. Patogenia, Como en todo sistema vascular, 1.1 presi6n en el territorio portal es 1.1 resultante de 1.1 interacci6n de dos va riables: flujo y resistencia. De acuerdo con la ley de Ohms 1.1 relacion entre ambas se expresa poria siguiente f6rmula: AP = QxR donde AP es 1.1 variaci6n de presion a 10 largo del vasa; Q, el flujo; YR, 1.1 resistencia. Cualquier modificaci6n de las variables provoca cambios en 1.1 presi6n venosa; y en teorfa, el incremento aislado del flujo 0 de 1.1 resistencia podrfa ser suficiente para provocar hipertensi6n portal. Sin embargo, tanto 1.1 evidencia experi mental como clfnica muestran que los hechos no son tan sim ples. En efecto el aumento de 1.1 resistencia venosa portal fue considerado inicialmente el unico factor patogenico en 1.1 11.1 mada teo ria del.flujo retrograde. EI compromiso vascular de mostrado en 1.1 mayoria de las entidades clinicas que compo nen este sindrome dio el sustento organico para esa hip6tesis. Es 16gico suponer que con un flujo portal constante cualquier aumento de 1.1 resistencia venosa deberfa elevar 1.1 presi6n en el sistema. Si esto fuera asi, 1.1 circulaci6n portal tendria las caracterfsticas de estasis y los 6rganos involucrados, una con gesti6n pas iva cronica como la que se observa en 1.1 insufi ciencia cardiaca congestiva. En esta no s610 aumenta 1.1 pre si6n venosa, sino que tam bien disminuye 1.1 velocidad circu laroria, cae 1.1 presi6n parcial de oxfgeno y aumenta 1.1 resis tencia arteriolar. Muy por el contrario, en lugar de estasis 1.1 hipertensi6n portal se caracteriza por una circulaci6n esplacnica hiperdinamica, en 1.1 que el tlujo sangufneo esta aumentado, 1.1 resistencia arteriolar disminuida y 1.1 sangre venosa arteria lizada (vease mas adelante ). EI aumento del flujo esplacnico ha side demostrado no s610 en modelos experimentales de hipertensi6n portal sino que puede deducirse de una simple observaci6n clinica: muchos enfermos mantienen un flujo en 1.1 vena porta practicamente normal 0 poco disminuido y .11 mismo tiempo un flujo colateral venoso bien desarrollado. Ello prueba que el tlujo arterial que llega .11 territorio esplacnico esta aumentado. Ala inversa, cualquier aumento sostenido del f1ujo portal con una resistencia venosa fija podria general' hipertensi6n portal. De este modo y por 1.1 teoria del hiperaflujo portal se explicanan aquellos sfndrornes vinculados a fistulas arterio venosas, congenitas 0 adquiridas, 0 secundarias a grandes esplenomegalias. Tampoco 1.1 comprobaci6n clfnica y experi mental avalan esta hipotesis. En primer lugar, el hfgado es ca ;:'.:Z Lie tolerar grandes incrementos del flujo portal sin modifi :,,: :" resistencia venosa y por ende 1.1 presi6n; yen segundo ::':5"r. e i volumen minuto cardiaco no puede aumentar 10 sufi c:e:,te c,'me para superar esta compliance hepatica. Vale decir qce ei :::cremento aislado del flujo portal es incapaz de elevar en ~orm;, sostenida 1.1 presion portal. En una revisi6n biblio gnificJ lie risnilas arterioportales, se pudo comprobar que el smcromc de hipertension portal se desarrollaba en aquellos enferrnos que adernas de 1.1 fistula tenfan un aumento de 1.1 resistencia venosa en alguna parte del sistema (Alvarez Rodri guez J. 198-1- I. Como conclusion, es evidente que ambos Iac teres. resistencia venosa y flujo portal, deben elevarse para que el enfermo tcnga hipertension portal. La secuencia de acontecimientos parecerfa ser 1.1 siguien te: cuando la enfermedad provoca un bloqueo de In. circula ci6n venosa, como sucede en hepatopatfas cr6nicas 0 trombo sis de 1.1 porta, el aumento de resistencia .11 flujo portal deter mina una elevaci6n de Ia presi6n venosa. Dentro de ciertos lfrnites, las modificaciones de esta no traen mayores conse cuencias. Sin embargo, cuando el gradiente de presi6n porto cava supera los lOmm Hg aparece un fen6meno nuevo, que es 1.1 circulacion colateral portosistemica. Este fen6meno tiene una enorme trascendencia pues perpetiia y agrava el sindrome de hipertensi6n portal. EI desvfo de sangre portal a traves de una red colateral permite el aurnento en 1.1 circulaci6n sisternica de sustancias vasodilatadoras que no son inactivadas por los hepatocitos. La vasodilataci6n resultante incrementa 1.1 retenci6n de agua y sodio, provoca expansi6n del volumen plasmatico y a partir de entonces un aumento del volumen minuto cardiaco. Este cuadro de hiperdinamia circulatoria cierra el circulo, al pro vocal' un mayor influjo arterial en el territorio portal can au mento de la presi6n (Bosch J, 1992). En las hipertensiones portales pOI' hiperaflujo, probable mente 1.1 secuencia sea otra, ya que el primer fen6meno que se observa es un aumento del tlujo portal a traves de una 0 varias fistulas artcriovcnosas. El hiperaflujo por sf solo es incapaz de general' una hipertensi6n portal sostenida ni tampoco hiperdinamia circulatoria, ya que el hfgado actua como un verdadero buffer. Sin embargo, cuando a expensas de este hiperaflujo seproducen lesiones vasculares en venas y sinusoides hcpaticos, el aumento de ].1 resistencia a 1.1 circula ci6n portal eleva 1.1 presion venosa y fuerza el desarrollo de circulaci6n colateral portosisternica. A partir de entonces es tan dad as las condiciones para que el smdrome se perpenie. Dada 1.1 irnportancia que tiene el aumento del flujo portal como mecanismo patogenico, en 1.1 actualidad se investigan intensamente aquellos factores que podrfan vincularse con esta hiperemia activa del territorio esplacnico, Entre ellos se men cionan: factores hurnorales, alteraciones de 1.1 reactividad vas cular. factores neurogenicos y aumento de 1.1 sfntesis de vasodi latadores end6genos (Mastai R 1993). Entre las sustancias humorales con actividad vasodilatadora se hallan el glucagon, las prostaciclinas, 1.1 sustancia P, el peptide intestinal vasoactivo y el peptide relacionado con la calcitonina. De todos ellos, tal vez el glucag6n sea el mas im portante, ya que trabajos experimentales y clinicos han de mostrado 1.1 asociaci6n de hiperglucagonemia con hipertensi6n portal e hiperdinamia circulatoria. De igual modo, 1.1 inhibi ci6n farrnacologica de esta hormona en el plasma es capaz de reducir significativamente, aunque no en forma total, el flujo sangufneo portal. La existencia de una alteracion en 1.1 reactividad vascular. con disminucion de 1.1 respuesta a vasoconstrictores end6genos y exogenos, es otro fen6meno demostrado en rnodelos experi mentales de hipertensi6n portal. Parece incluso que esta res puesta estaria vinculada con 1.1 hiperglucagonernia, pues 1.1 administracion de glucag6n reproduce las alteraciones obser vadas en los modelos experimentales. Los factores neurogenicos puros han sido proporcional mente menos investigados, pero evidencias de laboratorio muestran que es factible au mental' 1.1 resistencia vascular sisternica, en modelos de hipertensi6n portal intrahepatica y extrahepatica, mediante 1.1 destrucci6n de neuronas sensoria les perifericas con reduccion de peptidos vasodilatadores. POI' ultimo existen pruebas de que en las alteraciones del 493 37. HIGADO tono vascular interviene una sintesis aumentada de vasodilata dores endogenos, De elIos el mas importante y novedoso es el oxide nftrico, tambien conocido como factor relajante del endotelio, Esta sustancia se origina en las celulas endoteliales a partir de la L-arginina por la accion de enzimas oxido nitrico sintetasas. Su difusion al musculo liso convierte el ATP en AMP cfclico, que es el verdadero factor vasodilatador. La in hibicion de la sfntesis de oxido nftrico mediante agonistas de la L-arginina, como la nitro L-arginina, reduce el volumen minuto cardiaco, aumenta la presi6n arterial y la resistencia vascular sisternica en ani males con ligadura extrahepatica de la vena porta. EI oxido nitrico acnia no s610 como vasodilatador, sino que parece intervenir en las alteraciones de la reactividad vascular detectadas en estos modelos de hipertensi6n portal, EI pretratamiento con agonistas de la L-arginina restablece la respuesta vasoconstricrora a sustancias a-adrenergicas como la metoxamina. No se conocen todavia los mecanismos que determinan el aumento de la sintesis de oxide nftrico en la hipertension por tal, pero entre las hipotesis se postula una inducci6n de las enzimas 6xido nitrico-sintetasas por la acci6n de endotoxinas o citoquinas circulantes. En conclusion. son diversos los facto res patogenicos res pons abies de las alteraciones hernodinamicas observadas en la hipertensi6n portal. Su importancia relativa y la vincula ci6n entre sf son aiin motivo de controversia y deben ser acla rados en investigaciones futuras. Fisiopatologia. En el sfndrome de hipertensi6n portal se observan alteraciones fisiopatol6gicas que son comunes a to dos los pacientes y otras que son propias 0 predominan en determinadas etiologfas 0 niveles donde se obstruye el flujo portal. Entre las primeras se hallan el desarrollo de circula ci6n colateral y varices, las modificaciones de la circulacion hepatica y la hiperdinamia circulatoria. Entre las segundas, la gastropatfa de la hipertension portal, la esplenomegalia y el hiperesplenismo, la ascitis y la encefalopatia portosistemica. Circulacion colaterai portosistemica y desarrollo de varices. Esta circulacion comprende todas las vias accesorias de retorno venoso a la auricula derecha, que se desarrollan proximales al sitio de obstruccion portal. A tal efecto se ponen en funcionamiento los circuitos vasculares donde normal mente se comunican el territorio portal y la circulacion cava (venas gastroesofagicas y venas hemorroidales superiores), asf como se reabren anastomosis venosas embrionarias (por ejernplo: vena umbilical) y se establecen multiples colaterales entre los organos abdominales que estan en contacto con el retroperito neo 0 crean adherencias int1amatorias 0 posquinirgicas can las paredes del abdomen. La ausencia de valvulas venosas en el territorio portal favorece Ia inversi6n del flujo sanguineo, que va de un sistema de alta presion a otro de baja presion. Como resultado, las venas comprometidas se dilatan y vuel yen tortuosas transforrnandose en varices. EI conjunto de es tas varices puede transportar un volumen de sangre muy supe rior al que normalmente fluye por la vena porta. En conse cuencia, desde el punto de vista fisiol6gico, buena parte del retorno venoso gastrointestinal y esplenopancreatico escapa al procesamiento del higado y se pone en contacto directo con la circulacion general. Ello provoca alteraciones metab61icas (hiperamoniemia, hiperglucagonemia, disminuci6n de la rela cion insulina/glucag6n, neoglucogenosis hepatica) y clinicas (encefalopatfa portosistemica) similares a las observadas en la insuficiencia hepatica aun euando el higado es basicamente sano. Por sus caracterfsticas hernodinamicas, este sistema venoso colateral es tarnbien un circuito de alta presi6n, que no s610es incapaz de reducir la presi6n portal sino que tiene un enorme significado clfnico por el peligro de ruptura y hemorragia, Los vasos de localizaci6n submucosa en el tubo digestivo son los mas expuestos a este riesgo y en particular los del tercio infe rior del es6fago y fundus gastrico. Se han descripto hemorra gias graves en otras localizaciones (venas hemorroidales, duodenales, colonicas, ostomfas quirurgicas, etc.), pero con menor frecuencia. La hemorragia varicosa se produce como resultado de una cornbinacion de factores, y la hip6tesis mas aceptada en la actualidad es que las varices se rompen en forma espontanea por un aumento de la tension parietal en sus paredes. El COI1 cepto de tensi6n parietal integra distintos factores responsa bles de la ruptura de una varice y explica la falta de correla ci6n lineal entre algunos de ellos y el riesgo de hemorragia. La siguiente formula, que surge de una modificacion de la ley de Laplace. expresa la tension parietal: TP = PT x r/e donde: TP es tension parietal; PT, el gradiente de presi6n transmural (presion intravascular - presion extravascular); r, el radio del vaso y e, el espesor de la pared. Como se observa, la tension parietal es directamente pro porcional a la presion transmural y al radio del vaso, e inversa mente proporcional al espesor de su pared. Ello explica que cuanto mayor es el tamafio de una varice, mas delgada su pa red y mayor la presi6n intraluminal, el riesgo de ruptura es pontanea aumente. Sin embargo, aunque estos factores son factores de riesgo independientes, el resultado final surge de una cornbinacion de elIos. Asi, por ejemplo, las varices Ioca lizadas en el retroperitoneo 0 los mesos, a pesar de su tamafio o presion intraluminal, tienen pocas probabilidades de hemo rragia, ya que el tejido conectivo que las rodea neutralizala presion transmural y reduce la tension parietal en sus paredes. Por el contrario, varices submucosas, cuyas paredes adelga zadas se hallan en contacto con la Juz del es6fago, pueden sangrar con presiones intraluminales relativamente bajas, Otras hip6tesis sobre Iactores respons abies de la hemorra gia por varices del es6fago, como la erosion inflamatoria por esofagitis 0 el traurnatismo de la mucosa esofagica, han perdi do valor en la actualidad. En consecuencia no se iustifica el temor a colocar una sonda nasogastrica 0 efectuar"un estudio endosc6pico en cualquier enfermo con diagnostico de varices esofagicas, Modificaciones de fa circulacion hepatica. En condicio nes normales el higado recibe del 65 al 70 % de su aporte sanguineo por la vena porta y el resto par la arteria hepatica, Existe una relaci6n entre ambos circuitos vascu!ares, de mode tal que la disminucion del flujo sanguinec en uno de ellos es compensado por un aumento en el otro. Este fen6meno es muy evidente en la arteria hepatica, cuyo flujo se incrementa en forma considerable ante la reducci6n experimental 0 clfnica del flujo portal. Lo inverso, sin embargo, tiene escasa reper cusion fisiologica, En los enfermos con hipertensi6n portal el bloqueo de la circulacion venosa provoca una reducci6n va riable del flujo portohepatico. La preservaci6n en algunos pa cientes del flujo hepatico total (flujo portal + flujo arterial) es una prueba de que esta operando este mecanismo compensador por la arteria hepatica. Cuando existe anulacion 0 inversion del flujo portal, el higado se encuentra practicamente arteria lizado. 494 SECCION VI. ABDOMEN EI nivel topografico de la obstruccion venosa portal es otro factor condicionante del tipo de irrigaci6n que recibe el higa do. En las obstrucciones intrahepaticas 0 suprahepaticas, el higado se transforma en un sitio de resistencia vascular au mentada y el flujo portal no tiene otra via de escape que la circulacion colateral portal sistemica. En su maxima expre sian este fenomeno resulta en anulaci6n 0 inversi6n del i1ujo portal. POI' el contrario, cuando el bloqueo venoso es prehe patico (pOI' ejemplo: trornbosis portal), la resistencia vascular dentro del higado no aumenta y parte del flujo portal alcanza la glandula a traves de la circulacion colateral alrededor de la obstruccion (venas porta accesorias). EI significado fisiopato logico de csta diferencia es importanre, ya que la sangre portal provee no s610 volumen sangumeo sino sustancias hepato troficas para el normal funcionamiento hepatico. La resistencia al flujo portal en el higado cirr6tico tiene dos componentes: uno fijo y el otro variable. EI primero esta determinado par el dep6sito de colageno que atrapa las es tructuras vasculares y el segundo, 0 componente activo, por una altcraci6n en la reactividad vascular a los vasoconstrictores endogenos, A diferencia de 10 que sucede en el resto de la circulacion, que tiene una respuesta vasoconstrictora dismi nuida a las sustancias o-adrenergicas, dentro del hfgado la res puesta esta aumentada. Este fenorneno parece vinculado con un deficit en la produccion hepatica de oxide nitrico, ya que ei bloqueo de este mediante la nitro L-arginina reproduce la ob scrvacion en un higado normal. EI oxide nftrico es un verda dero regulador de la resistencia vascular intrahepatica y su deficiencia en el hfgado cirrotico parece ser una de las causas mas importantes del aumento del tono vascular en ese organo. Hiperdinamia circulatoria. Es un cuadro hernodinarnico que tiene como caracteristica fundamental el aumento del vo lumen minuto cardfaco. En las hepatopatfas cronicas, y parti cularmcntc en la cirrosis hepatica, este fenomeno fue descu bierto hace .muchos afios, aunque solo recientemente se ha re conocido su irnportancia en el sindrorne de hipertensi6n por tal. En la actualidad se sabe que la circulacion hiperdinamica afecta a los pacientes con hipertension portal de naturaleza intrahepatica 0 extrahepatica, y que este fenomeno a nivel esplacnico es un componente fundamental en la patogenia del sfndromc. La hiperdinamia circulatoria produce modificaciones en la fisiologfa de diferentes organos y sistemas. que configuran una falla multiorganica cronica. Sus expresiones mas relevan tes se observan en la circulacion periferica, esplacnica, pulmo nar y renal. En la circulacion periferica el hallazgo mas caracterfstico es una cafda del tono vascular. Se entiende por tono vascular la relacion entre el Indice cardfaco (volumen minuto/m-) y la resistencia periferica (fig. 37-17) (Siegel J, 1968). Esta rcla cion expresa con mayor fidelidad la vasodilatacion propia de los pacientes, a pesar de las variaciones observadas en los va lores absolutos del volumen minuto cardfaco y la resistencia periferica. Asi, por ejemplo, en los pacientes con hipertension portal por cirrosis hepatica, una de las entidades mas estudia das, para cualquier nivel de flujo 0 volumen minuto la res is tencia periferica es inferior a la registrada en individuos nor males. POI' 10tanto, el tono vascular es proporcionalmente siem pre bajo. En la circulacion esplacnica, esta disminucion del tono vascular condiciona un mayor ingreso de t1ujo arterial, que, como se menciono anteriormente, es el factor patogenico que mantiene elevada la presi6n portal una vez desarrolladas las colaterales portosisternicas. A nivel pulmonar, la circulaci6n hiperdinamica altera la relacion ventilaci6n/perfusi6n y es cau sa de hipoxemia. En el ririon, el efecto neto es una retcncion 10 9 B :§ c; ~ o .'" o D 1,0 ~: ~ Fig. 37-17. Tono vascular. Evalua:: i SNS :' i I 1 . : -{ - - I I I 0.1 I i ci6n preoperatoria (cfrculo hueco) y postoperatoria (cfrculo lIeno) de pa cientes cirr6ticos sornetidos a un shunt esplenorrenal distal. Todos cllos se agrupan en una pendiente de tono vascular inferior a la normal y similar a la del shock septico. SNS trazado prornedio de pacientes en shock no septico. N: trazado prorne I j ii, g & i , J iii i ,1 3 6. 5 6 7 8 91(', 2 4 5 6 7 8 9 10 dio de sujetos normalcs. SS: traza v 10' ) ( X 101 ) do promedio de pacicntes en shock Resisleneia periferiea total d/n-seq-cm" septico. I -~ ) 37. HIGADO 495 de sodio y agua con expansi6n del volumen plasmatico, Las modificaciones del flujo intrarrenal en pacientes con ascitis podrfan explicar, asimismo, el llarnado sfndrome hepatorrenal. Otra variable fisiol6gica que se encuentra alterada, parti cularmente en la cirrosis con hipertensi6n portal, es el trans porte de oxigeno a nivel tisular. Este parametro puede eva luarse en forma grafica relacionando el consumo de oxigeno por minuto con el mdice cardiaco. Esta relaci6n se conoce como transporte efectivo de oxfgeno y expresa los mililitros de oxi geno que llegan a los tejidos por Iitro de volumen minuto (fig. 37-18). En este nomograma, los enfermos que antes se agru paban en una pendiente de tono vascular muy similar se dis persan, comprobandose que aquellos con fndice cardiaco mas alto muestran un deterioro en el trans porte de oxfgeno similar al observado en la sepsis. En ellos el consumo de oxigeno es bajo en relaci6n con el volumen minuto, y por las caractensti cas horizontales de la curva, mas independiente del flujo que en los pacientes normodinamicos, Expresado de otra manera, esta alteraci6n fisiopatol6gica Ie quita efectividad al aumento del volumen minuto como mecanismo compensador para incrementar el consumo de oxtgeno. Tambien se ha demostrado, mediante el estudio de las cur vas de funci6n ventricular, que muchos enfermos con hepa topatia cr6nica e hipertensi6n portal tienen alteraciones de la contractilidad miocardica, Este fenomeno prueba la existen cia de una
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