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Antartica

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Introdução
A Antártica tem um papel essencial nos sistemas naturais globais. É o principal regulador térmico do Planeta, controla as circulações atmosféricas e oceânicas, influenciando o clima e as condições de vida na Terra. Além disso, é detentora das maiores reservas de gelo (90%) e água doce (70%) do Planeta e de recursos minerais e energéticos incalculáveis.
Devido a tal importância deste Continente, que despertou interesse da Comunidade Internacional em explorá-lo, criou-se o Tratado Antártico em 1959 a fim de tentar conter uma exploração predatória e conflitos internacionais.
Dentre os países que realizam pesquisa na Antártica está o Brasil, que possui uma base dirigida pela Marinha e ainda navios polares realizam apoio logístico e pesquisas no mar.
Apesar da aparente calmaria com relação a Antártica pode-se prever um futuro conturbado devido a busca de recursos naturais pelas nações e o fim do Tratado Antártico em 2041.
Portanto este trabalho tem os objetivos de apresentar o Continente Antártico, o trabalho que o Brasil realiza e discutir o futuro do Tratado Antártico.
Materia e método
Foi utilizado para a pesquisa monografias sobre a Antártica da Universidade Federal do Rio de Janeiro, da Universidade de Belgrano. Além disso o própio Tratado Antártico foi analisado para revelar as possíveis falhas. Conta-se também com a ajuda dos militares brasileiros que servem na base na brasileira.
Para chegar aos objetivos será exposto características do Continente Antártico, tratando de sua geografia, história e recursos naturais. Depois trataremos do Tratado Antártico e do Tratado de Madri para analisar interesses e o futuro. Por fim veremos o trabalho brasileiro, como podemos contribuir para a segurança do continente.
O Continente Antártico
Geografia
El planeta tierra cuenta con dos regiones polares. En el extremo norte encontramos al Ártico, y en el extremo opuesto, la Antártida. Ambos con climas inhóspitos tienen una diferencia esencial, y es que en el Polo Sur a diferencia del norte, existe un continente. Mientras que debajo de los hielos árticos no encontramos más que aguas oceánicas, debajo de las gruesas capas de hielo antárticas observamos la presencia de tierra firme, visible en ocasiones en las regiones más septentrionales. 
Pero tenemos que diferenciar y definir la terminología. Por una parte tenemos la región antártica, que se refiere no solo al continente sino también a la plataforma continental y los mares aledaños, incluyendo los diferentes islotes y archipiélagos. Si bien en el caso del Tratado Antártico, que por cuestiones legales se la define como todo lo ubicado por debajo del paralelo 60°S existe una frontera natural entre la región polar sur y el resto del planeta, la Convergencia Antártica. La misma es una franja circumpolar sinuosa, de dimensiones variables entre los 30 y 40 kilómetros que corre alrededor de los paralelos s 47°S a 63°S. Esta línea imaginaria, compuesta por flujos acuáticos, es una frontera natural ya que por la poderosa corriente que la compone crea una variación de temperatura entre un lado y el otro que determina la existencia de ecosistemas totalmente diferentes en ambos márgenes. 
Luego tenemos el Océano Antártico. Es la masa acuática que rodea el continente y se caracteriza por menor temperatura y salinidad si lo comparamos con los otros océanos. Su límite oceanográfico y biológico es la Convergencia Antártica, mientras que su frontera política es definida nuevamente por el Tratado Antártico en el paralelo 60°S.
Continuando nuestro camino de norte a sur nos topados con el casquete polar antártico. Esta es la región cubierta por hielos y nieves entre el Círculo Polar Antártico y el polo sur geográfico, que rodea. 
Finalmente llegamos a la masa de tierra que denominados Antártida. Si bien está cubierta casi por completo por hielo, estimaciones indican que tiene una extensión de alrededor de 14.000.000km2, incluyendo sus plataformas de hielo proyectadas sobre el mar. 
Su paisaje se define como “Meseta Polar” y consta de una gran meseta interior que llega a alcanzar en el Polo Sur una altura de 3.000 metros por sobre el nivel del mar, correspondiendo casi la totalidad de esta al espesor del hielo. Esta gruesa capa congelada hace que el continente antártico sea el continente con mayor promedio de altura de la tierra. Entre sus principales terrenos elevados están la Tierra de San Martin, Tierra de la Reina Maud, Tierra de Victoria y la Tierra de Marie Byrd. Nos encontramos a lo largo de sus espacios con numerosos glaciares que por efecto de la gravedad hacen que el hielo y la nieve confluyan hacia los extremos, incursionando por sobre el mar antártico. 
Como punto final de esta sección netamente geográfica hay que recordar el severo clima que reina en toda el área en cuestión. Este, de tipo glacial, presenta un aire extremadamente frio que junto a la extrema radiación (por su particular posición en el globo) generan un anticiclón permanente sobre el área este del continente. Las temperaturas registradas están entre las más bajas de la tierra, llegando a tocar los 86°C debajo del punto de congelación. Todo esto acompañado por un nivel de precipitaciones muy bajo, lo que lo convierte en uno de los continentes más secos. Por obvias razones esto tiene un impacto directo en la flora y la fauna del continente antártico.
Recursos Naturales
Tal vez los recursos naturales sean la clave de los posibles conflictos del futuro en torno a la soberanía y los reclamos territoriales en el continente antártico. 
En el continente son varios los recursos naturales presentes y potencialmente explotables. El más visible y uno de los más abundantes es el agua dulce. Se estima que la Antártida contiene el 75% de las reservas de agua fresca del mundo en forma de hielo. Su baja temperatura y humedad hacen difícil el crecimiento de bacterias, lo que mantiene en estado consumible y óptimo grandes cantidades de agua dulce (a esto le sumamos que la Antártida es el continente menos contaminado, por lejos, del globo). Esta agua se puede encontrar principalmente en piletones sobre los glaciares. Justamente es el recurso hídrico uno de los elementos que podrían forjar las políticas exteriores (e internas) de muchos estados en el porvenir. El agua es fuente de vida ya que sin ella prácticamente ningún organismo puede sobrevivir, incluyendo el ser humano.
Este mismo elemento permite la existencia de una fauna particular, constituida principalmente por animales marinos. Estos fueron durante años objetivos de cazadores y pescadores. Hoy en día la actividad está estrictamente regulada. El interés se ha desplazado de los cetáceos al kril5, un organismo rico en proteínas. 
El aumento del consumo de bienes a nivel mundial ha llevado a una expansión de la industria, que requiere materias primas para poder producir. Estas son muchas veces de origen mineral, y es muy posible que la Antártida cuente con importantes yacimientos tanto sólidos como líquidos y gaseosos. 
Si bien no existen muchos datos precisos debido a la gruesa capa de hielo (tan solo el 2% de la superficie del continente está libre de hielo permanente, aunque no estatico) que cubre la tierra, los avances tecnológicos están posibilitando mejores estudios geológicos. Investigadores afirman que desde el primer informe sobre la mineralogía antártica en 1895 se han reconocido más de 167 minerales aunque pocos con valor intrínseco. El principal argumento a favor de la existencia de reservas de petróleo, carbón y minerales proviene de la teoría de la deriva continental.27 Si en territorios aledaños como América del Sur, África, India y Australia (la formación del antiguo supercontinente Gondwana) se encuentran presentes, es muy probable que lo mismo suceda en el continente antártico. 
Desde el auge en el interés comercial y en el valor del petróleo a finales de los ’70 e inicios de los ’80 se han realizado expediciones y hasta se ha perforado el lecho submarino en búsqueda de potenciales reservas de hidrocarburos. Enel mar de Ross y Weddell , junto a la cuenca de Bellinghausen, el mar de Amundsen y la bahía Prydz-Amery son los lugares con mayor potencial para la explotación de petróleo. Se estima que estos lugares podrían contener alrededor de 203 billones de barriles de crudo. Las gruesas capas de hielo dificultarían la perforación y extracción en tierra, por lo que de darse dicha explotación, sería primero a partir de plataformas marinas offshore. 
Además, se estima que solo en la cuenca oceánica antártica existen reservas de hasta y 325 trillones de metros cúbicos de gas.
Otro codiciado recurso existente en la Antártida es el carbón. Estudios han determinado la posibilidad de la existencia de cinturones carboníferos que cubren gran parte del Este del continente (Especialmente la región de las montañas transantarticas y las montañas Príncipe Carlos) del continente y que representaría un 11% de los depósitos mundiales.
A estos se le suman una serie de otros minerales cuya presencia fue constatada por estudios individuales, como cobre, níquel, oro, plata, cobalto, hierro y uranio entre otros.
Resumiendo, el clima y los aspectos geográficos hacen que una hipotética explotación de estos recursos sea comparativamente costosa respecto a las fuentes ya existentes en los demás puntos del planeta. Pero muchos de estos recursos están vinculados a la generación de energía y combustibles, un tema sensible y que tiene un porvenir incierto por el agotamiento de las reservas ya explotadas en un futuro próximo. Por eso, mientras menor sea la cantidad disponible a nivel mundial, mayor va a ser el precio del recurso y por ende eventualmente se volvería redituable la explotación de muchos recursos naturales en el continente antártico. Las leyes de oferta y demanda lo confirman. 
La explotación del lecho marino sería en principio mucho más factible y económico que la extracción sobre el continente. 
Si bien, como veremos, la minería y explotación de recursos naturales están prohibidas por el Sistema del Tratado Antártico, la demanda internacional por estos recursos podría afectar dicha disposición, generando una presión que eventualmente lleve al levantamiento de dichas restricciones.
HISTORIA DE UN CONTINENTE 
Si bien existen leyendas de diferentes pueblos originarios de la zona patagónica y de Oceanía que nos hablan sobre fantásticas epopeyas de viajeros solitarios que navegaron los mares helados de la Antártida, los primeros datos con cierta documentación respaldatoria nos ubican recién a principios del siglo XVI. Cerca del año 1530 el español Francisco de Hoces, parte de una expedición mayor, pierde el rumbo por una tormenta y es arrojado hacia mar abierto al sur del Cabo de Hornos. Los avistajes cercanos a esas latitudes se reiteran en las décadas siguientes, pero el primer registro solido de un navegante en superar el límite político establecido en la actualidad de 60°S es el Almirante español Gabriel de Castiglio en 1603, al llegar hasta los 64°S. El siguiente registro verificado es de 100 años más tarde, de una escuadra francesa al mando de Juan Bautista Bouvet en 1703. Con el aumento de la frecuencia de visita de navegantes a la región Antártica llegó la primera circunnavegación entre 1772/75 a cargo del inglés James Cook incluso penetrando mas allá de los 71°S. 
El titulo de “descubridor” se lo disputan foqueros y loberos argentinos y marinos ingleses, norteamericanos y rusos. Debido los fines económicos de los viajes de los foqueros/loberos existió cierto secretismo respecto a estos “nuevos” lugares de caza, no quedando así registros fiables de estas incursiones. En cambio, el marino inglés William Smith afirma haber desembarcado en octubre de 1819 en las hoy conocidas como Islas Shetland del Sur. Algo parecido sucedió con los equivalentes norteamericanos y rusos. Los primeros afirman que fueron ellos los descubridores de las Shetland del Sur en 1820 y los segundos sostienen que el célebre capitán Bellinghausen a bordo del “Vostok” recorrió la gran barrera de hielo en la región de la Tierra de Marta. Como se desprende de esto, antes de llegar efectivamente al continente, los primeros desembarcos se registraron en los islotes aledaños. De todas formas es difícil defender con documentos verificados quien fue realmente el primero en desembarcar en el continente antártico. Es esta vaguedad y falta de información la que generaría décadas más tarde reclamos territoriales superpuestos, no solo en la región Antártica sino también en las zonas cercanas como en las Islas Malvinas

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