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Manual_de_construccion_de_canas_para_obo

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ENM
UNAM
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
ESCUELA NACIONAL DE MÚSICA
ISBN 968-36-6358-3
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Manual de construcción de
cañas para oboes
Roberto Kolb Neuhaus
ENM
UNAM
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
ESCUELA NACIONAL DE MÚSICA
1998
Fotografía:
Bob Schalkwijk (herramienta)
Roberto Kolb (carrizo)
Dibujo:
Alejandra Sotelo
Diseño gráfico: Para A"y$on' Laura ^ Susana-
tacuache ta.ler-G.adys P. Campero/C.audio Arau]o
Ilustración de portada:
Ricardo Peláez
Primera edición: 1998
D.R. © Roberto Kolb Neuhaus, 1995
D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México, 1998
Escuela Nacional de Música
Xicoténcatl 126, Col. Del Carmen, Coyoacán
C.P. 04100, México D.R
ISBN 968-36-6358-3
Impreso en Méx\co/Prínted in México
ÍNDICE
Prefacio 13
Láminas: Cosecha y procesamiento del carrizo
Instrumental para la construcción de cañas 1 s
Primera parte: Procedimientos para la construcción de una caña 27
Introducción 29
1. Selección y cepillado del carrizo 30
2. Selección y perfilado de las palas 33
3. Montaje de la pala perfilada sobre el tudel 37
4. Procedimientos prácticos para la ejecución del corte 46
Primera etapa: delineación del corte 46
Segunda etapa: apertura de la caña 50
Tercera etapa: tallado de la sección de ataque 53
Cuarta etapa: balance del dorso respecto de la sección
de ataque 56
Quinta etapa (eventual): balance del dorso respecto
del cuello 64
Sexta etapa: control de la caña 65
Séptima etapa: ajustes cotidianos de la caña 68
5. Equilibrio global de los elementos de una caña 69
6. Construcción de cañas para:
Oboe de amor -. 75
Corno inglés 75
Oboe barroco ' 77
7. Problemas en la construcción de cañas 79
La caña es muy "pesada" 79
La caña es muy "floja" ai
La apertura de la caña es excesiva 82
La caña es demasiado dura 84
La caña es demasiado suave 86
La afinación de la caña es alta 87
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Prefacio
En una buena caña, suele decirse, radica la mitad del arte de ejecutar
el oboe. Esto se debe a que la caña determina el timbre, el rango di-
námico y las posibilidades de articulación y modulación del sonido:
nada menos que el mismísimo potencial expresivo del instrumento.
Sin embargo, llama la atención que en toda Europa, cuna y escenario
del desarrollo del oboe desde el siglo xvn hasta nuestros días, prácti-
camente no existan tratados sobre la construcción de cañas. Esta au-
sencia es tanto más notoria si, por contraste, recordamos la amplia
difusión de célebres tratados de interpretación escritos por composi-
tores y ejecutantes tales como Quantz y C.Ph.E. Bach en el siglo xvín,
Ferling, Barret y Luft en el xix, y más recientemente a Bozza y Gillet.
La explicación de esta carencia metodológica se encuentra en
el carácter eminentemente artesanal de la construcción de una caña.
Se requiere de una buena coordinación de las manos, de una sensibi-
lización de los ojos para detectar en gran detalle las particularidades
del tallado y de un entrenamiento de los labios para evaluar las carac-
terísticas de flexibilidad, elasticidad y sonoridad de una caña: todas
éstas son habilidades cuyo desarrollo toma muchos años. Tradicional-
mente esta práctica ha sido transmitida de generación en generación
del mismo modo en que en la Edad Media un carpintero o un reloje-
ro capacitaba a sus aprendices. Al igual que éstos, en el siglo xvni, los
alumnos del oboe —que usualmente debían ejecutar también la flau-
ta de pico y la transversa— aprendían por imitación no sólo a cons-
truir cañas sino, con frecuencia, incluso los instrumentos mismos.
Hoy en día no se espera de un oboísta que construya su pro-
pio instrumento ni que domine simultáneamente otros tantos, pero
en cuanto a la enseñanza de la construcción de cañas, poco ha cam-
biado. La eficacia del aprendizaje por imitación visual y la experiencia
práctica difícilmente pueden ser reemplazados por un instructivo im-
preso. A lo más, un manual ayuda a ordenar este adiestramiento prác-
tico y a proporcionar algunos conocimientos teóricos que comple-
mentan y explican la conducta caprichosa de la caña y del carrizo,
materia prima cambiante e impredecible que el oboísta debe en-
frentar a diario.
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Nauhaui
La enseñanza por transmisión oral en Europa ha funcionado,
porque dicho continente cuenta con una tradición fuerte e ininterrum-
pida en el terreno que nos concierne. No obstante, las condiciones en
América Latina son distintas. Con respecto al oboe y a la construcción
de sus cañas, en nuestro territorio no existe tradición alguna. Hasta ha-
ce poco, los escasos oboístas con los que se contaba se habían hecho
en buena medida solos, o se habían dejado influir por las más varia-
das escuelas en encuentros furtivos con oboístas itinerantes del Viejo
Mundo o de la Norteamérica anglosajona.
El hecho es que carecemos en América Latina de un criterio
técnico y estético propio y uniforme y, consecuentemente, de maes-
tros que puedan heredarlo a sus alumnos. No tenemos siquiera una
nomenclatura hispana o portuguesa homogénea que nos permita
compartir información sobre el tema.
Estas lamentables carencias, que contrastan con el ansia de co-
nocimiento y la euforia musical que vive actualmente la juventud de
América Latina, dieron pie a la redacción de un texto sobre la construc-
ción de cañas dirigido al mundo hispanoparlante. El presente manual
sugiere, en primera instancia, una nomenclatura técnica que permita
sistematizar los conocimientos y términos, haciendo posible una comu-
nicación fructífera en torno al tema. Una vez establecidas estas bases,
propone un sistema de construcción de cañas generalizable que, sin
embargo, está abierto al desarrollo de variaciones singulares.
Este esfuerzo primero en habla hispana—se dirige tanto a aque-
llos que nunca han intentado construir una caña o no tienen a quien imi-
tar, como a los que han experimentado duranteaños y desean confron-
tar sus dudas y soluciones con las de otro colega latinoamericano.
Roberto Kolb Neuhaus
México, 1998
_-., Láminas
Cosecha y procesamiento del carrizo instrumental para la
construcción de cañas
15
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Cosecha y procesamiento del carrizo
Lámina 1
Carrizal joven (aproximadamente tres
meses de crecimiento). Aunque la ma-
yor cantidad de carrizo crece a lo largo
de ríos y zanjas, en México el campesi-
no acostumbra tener junto a la choza
un pequeño carrizal que le servirá para
múltiples fines: techumbres, cercados,
cestería, herramientas de trabajo e in-
cluso la construcción de casas en climas
cálidos.
El carrizo utilizable para la construc-
ción de cañas debe tener más de dos
años de crecimiento y se reconoce por
la presencia de ramaje en la parte su-
perior de la planta.
Lámina 2
Carrizo para corno inglés y oboe, pela-
do y preparado para el desflemado.
17 LAmlnai
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Lámina 3
Proceso de desflemado. El carrizo se
coloca a la intemperie en un lugar bien
ventilado, aunque protegido de la llu-
via y del sol. Así permanece por lo me-
nos seis meses, mientras pierde su hu-
medad y reduce considerablemente su
peso.
Lámina 5
Proceso de añejamiento. Idealmente el
carrizo en tubos debe permanecer en
un lugar bien ventilado durante dos
años o poco más, periodo en el cual la
fibra del carrizo adquiere mayor con-
sistencia y estabilidad. A partir de ese
momento está listo para la fabricación
de cañas.
Lámina 4
Proceso de asoleado. El carrizo, des-
pués del desflemado, se corta en tubos
y se selecciona de acuerdo con su gro-
sor. Después se coloca al sol hasta que
pierda el tinte verdoso que aún conser-
va luego del desflemado. También es
común asolear las varas antes de cor-
tarlas en tubos.
Instrumental para la construcción de cañas
Lámina 6
a) Hilo de nylon: es el único material con suficiente resistencia.
b) Rodillo para el hilo: el que se muestra es de fabricación casera. De-
18 19 Lámina*
MANUAL DI (ONItHUí t ION l>r (ANAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuh«ui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
be ser suficientemente grande y delgado para caber cómodamente en
la palma de la mano. Una ranura delgada en un extremo permite en-
sartar el hilo para enredarlo con facilidad. El rodillo le da a la mano
mejor sostén para tensar el hilo.
c) Alambre de latón: se sugiere un grosor de 0.35 mm. Como material
es preferible el latón al cobre, pues este último tiende a ser demasia-
do blando.
d) Cilindros de apoyo para corno inglés y oboe: sirven para rebajar los
extremos de la pala y para localizar y marcar el centro de la misma con
objeto de doblarla.
e) Cuña para el tallado del corte: la que se muestra en la imagen es de
madera de granadillo. El objeto de usar una cuña de madera es pro-
teger el filo de la cuchilla. La superficie de la cuña es convexa y se
amolda a la forma de las lengüetas, de manera que no es necesario
presionarlas para tallar. El color oscuro permite observar mejor el aca-
bado de la cabeza de la caña que, por su delgadez, es traslúcida. Tam-
bién existen cuñas de acero planas, convexas, blancas y ennegrecidas.
f) lúdeles de oboe y corno inglés: existen en el comercio tudeles hechos
de latón o de una aleación de níquel y plata.
g) Navaja industrial: se usa para perfilar el carrizo y puede conseguir-
se en las ferreterías. Se pueden utilizar también los denominados cut-
ters (mangos de plástico con cuchillas reemplazables), que están a la
venta en cualquier papelería.
h) Bloquecillo para trozar la cabeza de la caña: debe estar hecho de
madera dura. Su superficie debe ser levemente convexa.
Lámina 7
a) Cuchillas para tallado: se muestran aquí
sólo dos de las más usuales: la de dos pare-
des cóncavas y la de una pared oblicua. La
primera permite lograr un filo muy fino y
es muy útil para el tallado de la cabeza. La
segunda es muy útil para el rebajado de la
corteza y el dorso, pues su grosor hace que
no vibre al tallar. Existen además otros ti-
pos de esmerilado, como se observa en la
figura segunda.
b) Mandriles de oboe y corno inglés: la co-
nicidad del tudel debe coincidir con el
Lámina 7
mandril. Al adquirir nuevos tudeles, conviene cotejar siempre su coni-
cidad con la del mandril para garantizar la uniformidad de éstos.
c) Lima semirredonda: se utiliza por algunos (sobre todo por los ho-
landeses) para la ejecución del corte. Ayuda a lograr desvanecimien-
tos graduales pero estropea la fibra de la superficie y no sirve para el
acabado de secciones muy delgadas.
d) Pinzas de nariz plana: el ancho de la nariz debe tener aproximada-
mente 5 mm.
e) Mandril de madera para el tallado de la caña: el que se muestra es
de producción casera. Lo diseñé con el objeto de relajar la tensión de
la mano izquierda que suele generarse con los mandriles tradiciona-
les debido a la flexión excesiva de la mano. Este mandril reduce la ten-
sión y descansa cómodamente la palma de la mano.
f) Cortauñas de filo recto: es una de las opciones para el corte de la ca-
beza. Realiza un corte limpio fácilmente. Su desventaja consiste en que
no se puede ver con claridad el fragmento de la cabeza que se está cor-
tando. Otra posibilidad es usar una buena tijera recta o un cuchillo de
dos lados cóncavos, apoyándose sobre el bloquecillo (lámina 6 h).
Lámina ?
a) Cuero de asentar: la modalidad ilustrada está montada sobre super-
ficies de madera flexibles. Cuenta con un cuero de superficie tosca y
otro de superficie fina. Se utilizan en ese orden para asentar el filo ob-
tenido con una piedra. Para hacer más efectivo el asentado se le apli-
ca al cuero una pasta abrasiva.
21 Lámlnai
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb N*uh«ui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Lámina 8 Lámina 9
b) Piedra de afilar: existe en una variedad de materiales naturales y
sintéticos. Las piedras más usadas son las del tipo Arkansas. Para el afi-
lado de nuestras cuchillas se utilizan los grados medio y fino. La pie-
dra mostrada aquí es sintética y está manufacturada a base de polvo
de diamante.
c) Aceite abrasivo: funciona como lubricante para facilitar el roce del
metal sobre la piedra. Debe usarse solamente en piedras que requie-
ran aceite como lubricante, ya que hay piedras que utilizan agua pa-
ra este propósito.
d) Cilindros de porcelana: son una de las adiciones más recientes a los
sistemas de afilado. Son extremadamente fáciles de usar y no requie-
ren lubricante. En la fotografía se muestran cilindros para afilar y pa-
ra asentar el filo.
Lámina 9
a) Perfiladores de tipo francés con mango automático (oboe y corno
inglés): el mango permite intercambiar perfiladores. Las "orejas" en
el extremo superior del perfilador ayudan a evitar el desplazamiento
lateral de la pala.
b) Perfilador tipo alemán: permite cambiar perfiladores. No tiene ore-
jas. Las pinzas sujetan el carrizo en dos puntos para evitar su despla-
zamiento lateral. Su empleo es más sencillo y rápido, además de
desgastar el filo de las cuchillas o navajas en menor medida que en el
sistema francés.
c) Perfilador italiano para corno inglés: perfilador y mango forman
una sola pieza. Es muy difícil colocar el carrizo sin maltratarlo. No es
recomendable.
22
d) Perfiladores tipo "Prestini" (oboe y corno inglés): permiten perfilar
más de una pieza de carrizo a la vez. El resultado suele ser poco pre-
ciso en comparación con los otros sistemas.
Lámina 10
a) Triseccionador holandés, su diseño más grueso en la parte trasera
hace que las tres secciones de carrizo se separen conforme bajael tri-
seccionador por la cavidad del tubo.
b) Precepilladores (oboe y corno inglés): su función es preparar las pie-
zas de carrizo (después de guillotinarlas) de manera que embonen
perfectamente en la cuneta del cepillo.
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MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb N«uh«ui
Lámina 11
Cepillo y guillotina: en la fotografía se muestra el que seguramente es
el mejor cepillo en venta. Proviene de Kunibert Michel (Hannover). Es
de gran exactitud y de tecnología muy avanzada. Sus rasgos más lla-
mativos son: ajuste micrométrico del grosor, ajuste radial de la cuchi-
lla, doble rastrillo que impide el movimiento lateral de la pala, carro
montado en la barra con baleros que no requieren lubricación y cuyo
desgaste es casi nulo.
Esta máquina sólo se puede adquirir bajo pedido, en cuyo caso se de-
be especificar el diámetro del tubo de carrizo que se utiliza (10 mm,
10.5 mm, 11 mm) y el radio de la cuchilla, con el objeto de obtener la-
dos más gruesos o delgados en las palas cepilladas.
U
Lámina 12
Cepillo eléctrico, guillotina y perfilador: este aparato es de reciente
diseño y es fabricado por A. Hórtnagel en Austria. Tiene capacidad pa-
ra cepillar hasta 100 palas en una hora sin mayor esfuerzo físico, pero
sólo es costeable para quien debe cepillar grandes cantidades de ca-
Robarto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
rrizo. La guillotina es deficiente; en cambio, el sistema de perfilado
es lo más avanzado que existe. Perfila y dobla la pala en sólo unos
cuantos segundos. Se ofrecen al cliente cerca de un centenar de per-
files distintos, cuando los fabricantes tradicionales no suelen ofrecer
más de tres o cuatro opciones. Este sistema permite incluso la fabri-
cación de un perfil específico al gusto del cliente.
Lámina 13
Perfilador del corte: introducido y fabricado también por Kunibert
Michel en Hannover, esta máquina significó una verdadera revolución
en el quehacer oboístico. Con base en un molde de acero obtenido de
una caña del cliente, la máquina es capaz de copiar en medio minuto
el tallado de una caña con gran exactitud. (Véase discusión en el capí-
tulo O de la segunda parte.)
25 Uái
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaus
Lámina 14
Micrómetro (indicador micrométrico): se muestran dos modelos, el
manual y el de base, que descansa sobre la mesa mientras se usa. Am-
bos sirven para medir el espesor de las palas cepilladas y su lengüeta
puede ser insertada dentro de la apertura de la caña para medir con
exactitud el espesor de los distintos sectores del corte. Personalmen-
te, encuentro mucho más cómodo el sistema manual.
Lámina 15
Medidor de densidad y de espesor: diseño reciente introducido por R.
Potratz (Alemania). Mide el espesor de las paletas, mas no el de los
sectores del corte. La novedad que ofrece, sin embargo, es la medición
de la densidad del carrizo, pues ésta determina en gran medida los re-
sultados finales de la construcción de una caña. Permite preseleccio-
nar, con un pequeño margen de error, las palas de carrizo con mayor
potencial. (Véase discusión en el capítulo P de la segunda parte.)
Primera parte
Procedimientos para la construcción de una caña
26 27 Primara partí
Introducción
El oboe, con su enorme capacidad expresiva, suele suscitar con la
sola mención de su nombre suspiros entre los amantes de la mú-
sica. Su sonido seduce a muchos a probar suerte e intentar apren-
der a tocarlo, pero nunca falta el "experto" que trata de disua-
dirlos de su propósito advirtiéndoles las dificultades insalvables
que enfrentarán al toparse con el "problema" de las cañas.
Es verdad: la maestría en la construcción de cañas re-
quiere el esfuerzo de años y nos roba mucho tiempo, que sería
mejor empleado en el estudio del instrumento mismo. Pero, ¿es
verdaderamente la caña un obstáculo en el aprendizaje del
oboe?
Es cierto que el largo proceso de sensibilización y apren-
dizaje de esta disciplina puede ir aparejado con grandes dosis de
frustración, impaciencia e incluso desesperación. Pero tarde o
temprano llega para la mayoría el momento en que la caña, le-
jos de interponerse entre el músico y su música, se vuelve un ve-
hículo maravilloso que le permite expresar tanto o más que en la
mayoría de los instrumentos.
Pocos son los instrumentos que poseen la riqueza expre-
siva del oboe en cuanto a posibilidades de articulación, agili-
dad, coloración del sonido y contrastes dinámicos. Y es precisa-
mente la caña la que permite esta versatilidad.
Un oboe no es tal hasta que se le inserta la caña termi-
nada. La caña consta de dos lengüetas de carrizo amarradas so-
bre un tubo metálico de forma cónica que, de facto, constituye
la continuación, también cónica, de la perforación del oboe. Al
mojar las lengüetas y soplar a través del orificio que las separa,
éstas comienzan a vibrar, produciendo el sonido básico del
oboe. Ya introducida en el instrumento, éste le dará al sonido
amplitud y color, además de permitir controlar su altura.
Lograr la construcción de una caña que emita un sonido
no es en sí tan difícil. De hecho, esto se puede lograr en pocas
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Nvuhauf
sesiones de aprendizaje. Dominar este arte, sin embargo, signi-
fica algo muy diferente. Supone no sólo el dominio total de las
habilidades artesanales implicadas sino el logro de un equilibrio
absoluto entre nuestro cuerpo, la caña y el instrumento con el
que ésta nos vincula. Supone, también, el desarrollo de un con-
cepto sonoro propio y el conocimiento práctico requerido para
reproducirlo en una caña. Tarde o temprano la caña dejará de
sentirse como un cuerpo extraño e incómodo entre nuestros la-
bios y se transformará en una continuación de nuestro cuerpo,
ligando al propio oboe orgánicamente a él.
Por último quisiera citar un pensamiento del oboísta ale-
mán Ingo Goritzki: lejos de lamentarse de los problemas que
pueden causar las cañas, nos recordaba que somos afortunados
dado que tenemos la suerte de poder lograr, a través de la cons-
trucción de cañas, una personalidad tímbrica y musical absoluta-
mente individualizada. La cantidad de sonidos distintos que una
caña, según su diseño, es capaz de producir en un oboe es infini-
ta. Y el timbre que logran algunos oboístas es tan característico
que, al escuchar una grabación, un oído sensibilizado lo recono-
ce de inmediato. Más allá del oboe, sólo la voz humana tiene la
capacidad para alcanzar ese grado de individualidad tímbrica. El
timbre característico de una caña añade, así, una dimensión ex-
presiva más a la capacidad interpretativa de cada oboísta.
1. Selección y cepillado del carrizo
Muchos oboístas acostumbran adquirir el carrizo ya cepillado y
en ocasiones incluso perfilado. Con ello ahorran no sólo tiem-
po, sino también el gasto elevado que implica adquirir un cepi-
llo de buena calidad. Personalmente siento que el cepillado es
tan importante como el mismo tallado de la caña. Las variables
existentes en el proceso del cepillado son trascendentales para
el funcionamiento de la caña terminada. En el diseño de una
caña entran sin duda estas variantes y, por tanto, es convenien-
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
te que el alumno domine esta parte del proceso de construc-
ción de cañas.
En el capítulo correspondiente se explican las variantes
mencionadas y su influencia sobre el balance de la caña. Aquí da-
ré sólo algunas indicaciones prácticas para realizar el cepillado.
Antes que nada se escogerán los tubos que se pretende
cepillar. Se descartarán aquellos que tengan un tono verdoso
en la corteza o en la parte visible de su carnosidad. Se buscarán
tubos cuya corteza sea tersa y brillante y cuyo diámetro sea
adecuado (10 a 10.5 mm).
Untubo torcido longitudinal o lateralmente resulta ina-
decuado, aunque por lo común éste contiene un segmento uti-
lizable. Debe cuidarse también la redondez del tubo. Un tubo
ovalado debe ser desechado.1
Después de escoger los tubos procedemos a remojarlos
en agua de cuatro a ocho horas, cuidando que estén sumergi-
dos en su totalidad. Luego pasamos a triseccionarlos longitudi-
nalmente con la herramienta adecuada (lámina 10a).
Utilizamos, a continuación, la guillotina, que viene co-
múnmente integrada al cepillo. Cada segmento de carrizo debe
ser guillotinado en sus dos extremos. Es muy importante que, an-
tes de guillotinar, se escoja la parte más recta del carrizo.
' Eventualmente puede medirse el radio de la circunferencia de dicho tubo y rescatarse al menos una de las
11 el pul» que suele rendir cada tubo.
31 Primara parta
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuh«Mt
Una vez guillotinado el carrizo, se procede a preceplllar-
lo. Para ello se utiliza la herramienta mostrada en la lámina
10b. Durante este proceso, la mano izquierda presiona el carri-
zo hacia abajo, mientras la derecha lo empuja con el cilindro
poco a poco a través de la cuchilla. Debe evitarse el preceptua-
do en un solo movimiento, por el riesgo de lastimar los dedos
con la cuchilla.
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Ahora pueden colocarse los segmentos de carrizo en la
cuneta del cepillo. El carrizo debe estar bien sujeto por ambos la-
dos y asentar bien dentro de la cuneta. Se cuidará que el carrizo
quede bien centrado y que durante el cepillado no se desplace
lateralmente, pues esto causaría cantos de grosor desigual, lo
cual constituye un error muy grave.
32
Una vez cepillada la pieza, es costumbre invertirla y re-
pasarla con el cepillo para garantizar un perfil simétrico. Des-
pués de esto se miden el centro y los lados de la paleta en va-
rios puntos de su longitud para comprobar su grosor. Para ello
se utiliza un micrómetro como los que se observan en la lámina
14. Medidas en su centro, las palas cepilladas deben medir en
promedio 0.58 mm. (Véase el capítulo B, segunda parte.)
2. Selección y perfilado de las palas
El perfilado es un asunto importantísimo en la construcción de
cañas. Diferencias en el perfil de una caña son determinantes
de factores tan diversos como resistencia, timbre, estabilidad,
afinación y potencia. Por eso me parece fundamental que cada
oboísta conozca el proceso del perfilado.
En el capítulo C de la segunda parte se encontrará una
discusión amplia sobre el uso de los perfiladores. Aquí nos con-
formaremos con un mínimo de sugerencias prácticas para el
perfilado.
Antes que nada debemos seleccionar las palas que nos
proponemos perfilar en función de su flexibilidad y elasticidad.
Sujetando una pala mojada por los extremos y torciéndola longi-
tudinalmente, medimos la resistencia que opone (flexibilidad) y
soltándola después en uno de los extremos observamos el grado
y velocidad en que recobra su forma original (elasticidad).
Comparando palas, desecharemos aquellas que se flexio-
nan sin oponer resistencia y carecen de elasticidad. El carrizo ideal
es aquel que es flexible pero elástico. Con la práctica el alumno
desarrollará sensibilidad para detectar el carrizo adecuado.
Antes de proceder al perfilado es necesario doblar la
pala por la mitad. Para esto quisiera sugerir dos métodos al-
ternativos:
33 Primera partí
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
1. Se coloca la pala húmeda2 sobre el cilindro de apoyo
(véase la lámina 6d). Siguiendo la hendidura central del rodillo,
hacemos una marca suave a lo ancho de la corteza con la cuchilla.
Ahora apoyamos la pala sobre el filo de la cuchilla de la-
dos cóncavos y la doblamos.
2. Personalmente, prefiero un método más sencillo y di-
recto. Sin recurrir del todo al rodillo para marcar el carrizo, co-
loco la pala mojada sobre el dedo índice izquierdo (a la altura
de la uña) y la doblo sobre éste, haciendo coincidir los extre-
La pala debe haber permanecido en agua por lo menos die:z minutos antes de realizar el doblez.
mos. Enseguida, entresaco el dedo y presiono el doblez, toda-
vía curvo, hasta aplanarlo.
Este método no sólo es más rápido sino que permite un
control adicional de la flexibilidad del carrizo. Si durante este
proceso se raja la pala o la corteza se separa notoriamente de
la fibra interior en el doblez, habremos detectado a tiempo un
carrizo demasiado duro.
Para colocar la pala doblada sobre el perfilador debe-
mos antes hacer un corte de las esquinas del doblez, para dar
lugar a las "orejas" del perfilador.3
lera parte
Este procedimiento es necesario sólo cuando se aplican perfiladores del sistema francés.
35 Primer* p*
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
Al colocar la pala en el perfilador debemos cuidar que
quede centrada y que sus dos lados coincidan perfectamente. El
doblez de la pala no necesita asentar a fondo sobre el extremo
superior del perfilador. Se puede colocar dejando una holgura
de hasta 1 mm en la parte superior.
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Debe cuidarse que la pala terminada quede justo a ras
con los lados del perfilador.
Hay que poner atención en que la pala esté bien sujeta
por las pinzas del mango, para que no resbale lateralmente an-
te la presión de la navaja.
3. Montaje de la pala perfilada sobre el tudel
Antes de proceder al montaje de la caña es necesario hacer una
serie de preparativos.
Primero marcaremos la pala para poder localizar la altu-
ra a la cual la colocaremos sobre el tudel. Puesto que el carrizo
ha sido remojado será difícil que se reconozca una marca de lá-
piz o pluma. Por eso conviene hacer una marca leve con la cu-
chilla sobre el cuello en el lugar adecuado. El cilindro de apoyo
nos facilitará esta tarea.
Ahora podemos iniciar el perfilado, utilizando una nava-
ja de cuchillas desechables o navajas industriales de un filo.
Haremos varios cortes, retirando poco a poco el carrizo
excedente y comenzando siempre en el extremo de las orejas.
r« p«rte
Colocando la pala perfilada sobre el rodillo procedemos
a rebajar la corteza de sus extremos con la cuchilla de filo obli-
cuo. Esto disminuirá el peligro de rajadura y facilitará el mon-
taje de la pala sobre el tudel.
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37 Primera partí
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Ahora podemos iniciar el montaje.
Colocaremos primero el tudel sobre el mandril, cuidan-
do que mandril y tudel coincidan.
El tudel deberá estar bien fijo en el mandril. Sujetamos
con la mano izquierda el mandril y el tudel. Colocamos ahora la
pala doblada sobre el tudel, asegurándonos de que la marca
coincida con el extremo del tudel y de que la pala descanse so-
bre el lado más plano del óvalo.
El hilo de nylon deberá ser amarrado a un gancho o cla-
vo sujeto a una mesa sólida. El hilo estará enredado en un ca-
rrete que permita un manejo firme y cómodo.
A partir de este momento, pulgar e índice izquierdos su-
jetarán las dos lengüetas sobre el tudel.
Tomamos ahora el carrete en la mano derecha permi-
tiendo que el hilo pase entre índice y medio o medio y anular,
como se observa en la figura superior de la p. 41. La distancia
parte
39 Primera parta
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
entre el gancho y el carrete no debe ser menor de 20 cm, per-
mitiendo suficiente espacio para maniobrar.
Sobre el hilo tensado colocamos ahora el tudel con la
paladoblada. El hilo deberá estar a tres o cuatro vueltas de dis-
tancia del óvalo del tudel (aproximadamente 2 mm).
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Estamos listos ahora para realizar los primeros giros, co-
mo se indica en la figura siguiente.
Durante cada giro mantendremos tenso el hilo. Antes de
iniciar el amarrado nos cercioraremos de que las lengüetas es-
tén bien centradas sobre el tudel y que no sobresalga una so-
bre la otra al observarlas desde arriba.
Ahora haremos los giros necesarios (tres o cuatro) para
que el hilo llegue hasta justo antes de la marca en el carrizo.
Gradualmente estiramos el hilo con el fin de sellar las lengüe-
tas entre sí y en torno al tudel.
parte
..'. 9ÍO 41
Primera pirt
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
Esto debe hacerse con lentitud, girando varias veces el
mandril en una y otra dirección, con objeto de controlar que las
lengüetas se cierren simultáneamente en ambos lados. Si esto
no sucede, las lengüetas no estaban bien centradas sobre el tu-
del antes de iniciar el amarrado. En tal caso se afloja la tensión
del hilo y se reajusta la posición de las lengüetas.
Es muy importante que las lengüetas cierren al mismo
tiempo, para evitar que los cantos de un lado asienten uno so-
bre otro con más presión que los cantos del otro lado. Esto pro-
vocaría problemas posteriores cuya causa sería difícil detectar e
imposible corregir.
Igualmente, es necesario insistir en que las lengüetas, al
cerrar, no queden desfasadas una respecto de la otra y cuidar
que el hilo no pase más allá del extremo del tudel.
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Como se observa en la siguiente figura, hacemos ahora
un giro diagonal sobre las vueltas hechas previamente, sin rela-
jar la tensión de ambas manos.
Manteniendo la tensión del hilo, giraremos el mango
del mandril hacia nosotros y nos cercioraremos de que la pala
esté bien alineada con el tudel (no hace ya falta que los dedos
de la mano izquierda sujeten las lengüetas).
Resta sólo continuar los giros en dirección del corcho,
atrapando en cada vuelta el hilo que viene del gancho. Convie-
ne estirarlo tras cada giro, para que quede bien apretado en tor-
no al carrizo. Se cuidará de que no quede espacio abierto entre
vuelta y vuelta del hilo. 1 mm antes de llegar al corcho procede-
mos a hacer el nudo, como lo indican las siguientes dos figuras:
43 Primera partí
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaus Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Es muy importante que el índice izquierdo apriete el
hilo en todo momento, como se observa en la figura anterior.
Con la mano derecha jalamos el hilo hacia el corcho (sin
soltar el índice izquierdo) y apretamos con fuerza el nudo en el
espacio expuesto del tudel.
Es aconsejable mantener la cuchilla recostada sobre el
canto al momento de cortar las orejas, para evitar que se modi-
fique el perfil de la caña.
Repetimos una vez más el procedimiento de las figuras
anteriores para obtener un doble nudo. Cortamos ahora el hilo
a 5 mm del tudel, utilizando una tijera.
Por último, retiramos las orejas de la pala con una cuchi-
llo de filo oblicuo, como se observa en la siguiente figura.
Para finalizar quisiera añadir algunas precisiones sobre
el montaje de la pala perfilada sobre el tudel.
Para que los costados de las lengüetas cierren bien al
apretar el hilo tiene que coincidir la circunferencia del tudel en
su extremo con el ancho de la pala perfilada.
Debido a que varían mucho las dimensiones de los tude-
les tanto como el desvanecimiento de cada perfilador, se reque-
rirá cierto grado de experimentación hasta encontrar el punto
justo para el amarre. Si el ancho de la pala no es suficiente en el
punto de amarre, no cerrarán los lados. Si el ancho de la pala es
excesivo en el punto de amarre, se formará una joroba en ese si-
tio, perdiéndose una transición natural del carrizo al tudel.
»«rte 45 Primera i
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
4. Procedimientos prácticos para la ejecución
del corte
Anatomía del corte: nomenclatura
El corte
Cabeza o ^ l
punta pendiente
Dorso - ^ i
Cabeza
Pendiente
Corazón
Flancos
Costados
Cuello
Sección de ataque
Sección dorsal (dorso)
Primera etapa: delineación del corte
Antes que nada el carrizo montado en el tudel deberá remojar-
se en agua (sumergido hasta antes del hilo) durante cinco mi-
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
ñutos. A lo largo de todo el proceso del corte el carrizo deberá
mojarse periódicamente para mantenerlo húmedo, tal como
deberá estar a la hora de tocar. Un carrizo seco no responderá
de manera adecuada a la cuchilla.
Con la ayuda de un calibrador o de una reglilla se medi-
rá y marcará la longitud del cuello, o sea, el punto donde se ini-
ciará el corte. Esta marca habrá de hacerse también en el lado
opuesto.
Medidas globales de una caña
\
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47 Primer* par
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
Se hace una incisión suave en forma de media luna con
una cuchilla gruesa, ejerciendo presión verticalmente. Hay que
repetir este mismo procedimiento en el lado opuesto.
Con la misma cuchilla empujamos varias veces y con fir-
meza desde la media luna hasta la punta en un solo pulso, reco-
rriendo el radio completo del corte de costado a costado. Esta
operación se repite en ambos lados de la caña hasta que se ha-
ya retirado la misma cantidad de carrizo a lo ancho y largo de
toda la superficie del corte. Se retirará tanto carrizo de la corte-
za como sea necesario para que sea claramente visible la veta de
la madera interior. Esta veta, que debe ser continua en toda su
longitud, facilita la detección de cualquier irregularidad en el re-
bajado. Este tallado inicial continúa simplemente la misma ten-
dencia de rebajado de la máquina cepilladora de carrizo.
Veta
Incisión
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Giro de la cuchilla para marcar la media luna
Extensión del movimiento y ángulos de inclinación de la cuchilla. La cuchilla de-
be ser apoyada y conducida por el pulgar izquierdo, que se desplaza con ella.
Incisión vertical con presión ligera Prueba:
Observar ambos lados de la caña a contraluz. Se notará que en su
centro (dorso) el corte es más oscuro que en los flancos. La transición
de claro a oscuro ha de ser limpia y gradual. El grado de transparen-
cia en ambos lados del dorso tiene que ser igual. La franja más oscu-
ra deberá estar exactamente en la mitad.
48 49 Primera par
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kelb NttlhMH Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
\s mas comunes:
1. Se retira más carrizo del corazón que de los flancos.
2. No se retira del todo la corteza en los costados.
3. Se presentan cortes transversales a la veta cuando se atora la cu-
chilla (véase el capítulo D de la segunda parte).
4. Se retira demasiado carrizo del dorso cuando el pulgar izquier-
do no se mueve conduciendo la cuchilla.
bloquecillo. Enseguida trozamos las esquinas en ángulo de 45
grados aproximadamente y con una profundidad de medio mi-
límetro (esta medida es opcional)
Trozado de las esquinas
margen de seguridad Trozado en bloquecillo
Prueba:
Comprobar, introduciendo una cuña entre las lengüetas, si el troza-
do no provocó una rajadura en el carrizo. Si esto sucede a menudo,
se puede optar también por trozar las lengüetas después de iniciar
la pendiente (véase la tercera etapa).
Segunda etapa: apertura de la caña
Se mide y marca la que será la longitud total del corte, dejando
como margen de seguridad medio milímetro en exceso. Enton-ces procedemos a cortar con decisión las lengüetas, utilizando
un cortauñas recto o apoyando la punta de la caña sobre un
Error más común:
El trozado no resultó en ángulo recto respecto de la caña.
ra parta 51 Primera partí
O
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Robarte Kolb Nauhaui
Error más común:
Una lengüeta quedó más larga que otra por no sujetar verticalmen-
te la cuchilla durante el corte.
ira partí
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Tercera etapa: tallado de la sección de ataque
Empezamos a perfilar con la navaja lo que será la sección de
ataque. El corte se inicia desde la línea elíptica de la pendiente,
buscando que ésta se desvanezca en forma paulatina hasta la
punta.
Elipse desde donde se inicia el trabajo de la pendiente. Las flechas indican el
movimiento frontal y lateral de la cuchilla.
Rebajado gradual de la pendiente
Los costados de la pendiente quedarán más desvanecidos que
su centro (corazón), el cual deberá ser un tanto más empinado
aunque también gradual en su rebajado.
53 Primara parí
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Antes de iniciar el rebajado de la punta se debe tener
básicamente resuelta la pendiente. Así habrá poco carrizo que
remover al tallar la punta y la cuchilla tendrá más libertad de
movimiento.
El rebajado de la punta es el más difícil, por delicado y
riesgoso. Utilícese preferentemente una navaja de lados cónca-
vos. El extremo de la cuchilla es el más apropiado para el reba-
jado de la punta. Nunca debe intentarse lograr la delgadez má-
xima en la cabeza de un solo tajo. Se irá repasando repetidas
veces todo lo ancho de la punta girando la cuchilla en forma
tangente a los radios de ésta, hasta que quede por completo
transparente. El rebajado de la punta suele generar mucha ten-
sión muscular en manos y brazos. El cansancio provocado por
esta tensión no pocas veces causa que malogremos una caña
con un tajo impaciente y torpe. Por eso se recomienda descan-
sar las manos de tiempo en tiempo o alternar el trabajo en pen-
diente y punta con más tajadas parejas en la totalidad de la sec-
ción dorsal de ambas lengüetas, combinando así el tallado de la
tercera etapa con el de la cuarta.
Tallado de la cabeza
Pruebas:
1. Durante esta etapa es preciso observar frecuentemente la caña a
contraluz. La transición del color del dorso a la punta muestra con
claridad posibles irregularidades en la pendiente.
2. También es buena costumbre observar la caña de perfil contra un
fondo oscuro para detectar posibles irregularidades en el desvaneci-
do gradual.
3. Si presionamos con suavidad la lengüeta mojada sobre la cuña po-
dremos observar con claridad la hechura de ésta. Es recomendable
usar una cuña de superficie curva y de un material oscuro, preferen-
temente madera preciosa.
Error más común:
Se presentan "escalones" en la pendiente.
Error mas común:
El acabado de la cabeza queda resquebrajado.
Error mas común:
El corazón queda demasiado empinado o desvanecido.
54 55 Primer* par
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Ntuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Para lograr buenos resultados es indispensable una bue-
na iluminación. Las lámparas más adecuadas me parecen las de
los arquitectos, ya que son flexibles, se pueden acercar a la ca-
ña sin necesidad de acercar el cuerpo (con la caña) a la fuente
de luz. Esto permite a la vez una buena postura de trabajo, fun-
damental dada la gran cantidad de horas que dedica un oboís-
ta a la manufactura de cañas en su vida profesional.
Existen también vidrios de aumento iluminados y móvi-
les que disminuyen el esfuerzo que realizan los ojos y permiten
un acabado más preciso.
La luz que emita la lámpara debe estar dirigida a la ca-
ña y nunca a los ojos. Debe ser potente, pues el detalle con que
se trabaja exige un gran esfuerzo a los ojos.
Cuarta etapa: balance del dorso respecto
de la sección de ataque
Tenemos ahora una caña que tal vez ya vibra, pero que tiene un
dorso demasiado grueso respecto de la sección de ataque. En es-
te estado la caña resulta muy dura para la embocadura y pesada
al soplar, responde mal y su sonido suele ser áspero y sordo.
A partir de ahora se trata básicamente de rebajar el cora-
zón, flancos y costados (sección dorsal) hasta lograr un equilibrio
con respecto de la sección de ataque (pendiente y cabeza).
Es fundamental observar que el dorso se debe desvane-
cer de manera gradual hacia la sección de ataque y que el des-
vanecimiento es más pronunciado en los costados y flancos
que en la franja del corazón (compárese con las medidas indi-
cadas más adelante en la figura de la p.110). Este desvaneci-
miento permitirá la flexión balanceada de las lengüetas, y con
ello una caña que vibra libremente y se siente cómoda en la
embocadura.
El grado de desvanecimiento del dorso está en función
de la dureza del carrizo. Si éste es duro, será preciso desvanecer
56
más los costados, flancos e incluso el corazón. Pero es necesario
observar que la transición entre todos los elementos del corte
debe ser gradual para permitir una flexión correcta y con ello
una vibración adecuada.
Durante esta fase comenzamos ya a probar la caña dentro
del oboe. Conforme la caña vibra con mayor libertad, el timbre
tenderá a ser cada vez más oscuro y el sonido más resonante. Se
requerirá cada vez menos esfuerzo para producir un sonido.
Logrado un equilibrio general entre la sección de ataque
y la dorsal, procuraremos mantener en los ajustes subsecuentes
un dorso que vibre libremente. En otras palabras: a partir de
ahora ajustaremos siempre la consistencia de la sección de ata-
que en función de un dorso que vibra libremente. Tratar de li-
berar la vibración del dorso alargando la sección de ataque pro-
duciría una caña mal balanceada.
Pruebas
Antes de hablar sobre las pruebas es indispensable introducir
dos conceptos importantes que suelen causar confusión debido
a que están interrelacionados:
La resistencia a la columna de aire se refiere a la presión
de aire necesaria para hacer vibrar la caña. Si se tiene que ha-
cer un gran esfuerzo abdominal para lograr la vibración, habla-
mos de una caña "pesada". Cuando, por lo contrario, el sonido
se produce con un esfuerzo tan escaso que sentimos no tener
control sobre la caña en cuanto a afinación, articulación, color
y dinámica, hablamos de una caña demasiado "floja".
La resistencia a la embocadura se refiere al esfuerzo que
deben realizar los músculos labiales para hacer vibrar la caña. Ha-
blamos de una caña "dura" cuando tenemos que morder la caña
para lograr producir un sonido. Esta caña cansará pronto nues-
tros labios y sus posibilidades expresivas y de articulación son res-
tringidas. Si el sonido se produce demasiado fácilmente en la
boca, aunque sin posibilidad de modular dinámica o formas de
articulación diversas, hablamos de una caña demasiado "suave".
57 Primera pa
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
Sin embargo, estos dos factores de resistencia no pue-
den ser evaluados por separado sin antes haber logrado un
equilibrio entre los distintos sectores de una caña. Aun así, los
dos tipos de resistencia siempre permanecerán vinculados en-
tre sí. Por ejemplo: un dorso demasiado grueso impide tam-
bién la flexión de la sección de ataque y nos hace sentir dura
la caña. (Aquí sería erróneo tratar de suavizar la caña alargan-
do o adelgazando la sección de ataque. Lo correcto sería adel-
gazar el dorso, facilitando de este modo también la flexión de
la sección de ataque, hasta que se establezca un equilibrio en-
tre ambos sectores.)
Asimismo, una sección de ataque demasiadopequeña o
con una pendiente demasiado empinada nos hace sentir la ca-
ña pesada, aun habiendo rebajado adecuadamente el dorso.
(Aquí sería erróneo tratar de aligerar la caña rebajando más el
dorso. Lo correcto sería tallar más la sección de ataque para fa-
cilitar la transmisión de vibraciones hacia el dorso y obtener
una caña más ligera.)
De la factura de la sección de ataque (radio de la elipse,
delgadez de las esquinas, ancho y largo de la punta y pronuncia-
ción de la pendiente) dependerá la resistencia a la embocadura.
De la factura del dorso (desvanecimiento de corazón,
flancos y costados hacia la sección de ataque y longitud del cor-
te) dependerá la resistencia a la columna de aire.
Para controlar ambos factores de resistencia recurrire-
mos a las siguientes pruebas:
1. Prueba de resistencia a la columna de aire:
Como prueba de la resistencia a la columna de aire recurrimos al
"graznido": el graznido debe producirse si colocamos la caña suelta
entre los labios hasta justo donde comienza el amarrado y, sin mor-
der, soplamos con apoyo normal (el mismo que usamos al ejecutar
un mezzoforté al tocar). Si no se produce un graznido (vibración), no
habremos rebajado suficientemente la caña. Si, en cambio, éste se
produce con demasiada facilidad y no tiene un centro tonal, habre-
mos quitado demasiado carrizo del corte.
Roberto Kolb Ntuhaui MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
/'I
En todo caso debemos reducir la resistencia de la caña hasta que
el graznido se produzca de inmediato al aplicar un apoyo normal,
sin que haya la necesidad de incrementar la velocidad del aire para
provocarlo.
Durante las primeras etapas del corte, en las cuales se flexiona
más la punta que el dorso y cuello, el graznido se manifiesta con
un sonido muy agudo (armónico agudo). Conforme tallamos el
dorso, permitiendo el paso de las vibraciones hacia atrás, aparece
en el graznido un sonido grave (una octava abajo del armónico ini-
cial). El graznido ideal es el que se produce sin mucho esfuerzo y
presenta un equilibrio entre los sonidos grave y agudo.
Para que la prueba del graznido tenga validez, la apertura de la
caña deberá ser normal. En una caña nueva o recién remojada la aper-
tura suele ser demasiado grande y el graznido producido así será en-
gañoso. Por eso, antes de producir el graznido, es necesario compri-
mir las lengüetas entre los dedos, reduciendo así en forma temporal
la apertura. Sólo así podremos juzgar con mayor objetividad la resis-
tencia a la columna de aire.
2. Prueba de resistencia a la embocadura:
Al igual que en la prueba anterior, ésta no deberá realizarse sin an-
tes reducir la apertura de la caña temporalmente con los dedos.
Para empezar tomaremos en la boca la caña suelta y, soplando de
manera normal (como para emitir un sonido mezzoforté), produci-
remos un sonido generado por el mero flujo del aire y sin articular
con la lengua. Si no se produce sonido, habrá un exceso de resisten-
cia ante la embocadura: las lengüetas no se pliegan con facilidad
suficiente para producir un sonido cómodamente. Para producirlo
sería necesario incrementar la fuerza de los labios (morder) y/o au-
mentar el apoyo abdominal. Aun así, el sonido quizá surja de for-
ma muy abrupta. Además observaremos que el sonido, lejos de ser
puro, irá acompañado de un siseo provocado por el paso audible
del aire.
En resumen, para ofrecer una resistencia adecuada a la embocadu-
ra la caña deberá satisfacer las siguientes condiciones:
a. Deberá ser posible producir un sonido con apoyo y embocadura
normal sin utilizar la lengua para articularlo.
b. El paso del aire a través de la caña deberá ser inaudible.
parte 58
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
c. El sonido no deberá surgir en forma abrupta y deberá ser posible
desvanecerlo de manera gradual y controlada hasta que desaparez-
ca (morendo).
d. Por ningún motivo deberá ser necesario morder para producir el
sonido.
Debemos ambicionar siempre una caña de ejecución
muy cómoda, tanto en lo que se refiere a los labios como al es-
fuerzo abdominal. Es decir: una caña suave y ligera. Pero hay
que señalar también que en nuestro afán por lograr esto pode-
mos ir demasiado lejos: es posible que suceda que la sección de
ataque y/o el dorso queden "flojos", produciendo un problema
de consistencia en el sonido. Para controlar este factor recurri-
remos a las siguientes pruebas:
3. Pruebas de consistencia del sonido:
Se puede comprobar la consistencia del sonido de diversos modos:
a. Tocaremos, con la caña dentro del instrumento, algún pasaje en
fortissímo. La calidad del sonido debe ser aceptable. Si a la caña le
falta consistencia (por lo común debido a una sección de ataque flo-
ja respecto del resto de la caña), el timbre en el fortíssimo será muy
agresivo y áspero.
b. Intentaremos también un pasaje desíaccaío, manteniendo cómo-
da la embocadura (no mordiendo) y observaremos la calidad del so-
nido sobre todo en notas difíciles tímbricamente como "si" y "do".
El son|do deberá mantener su consistencia y un timbre homogéneo
en toda la escala.
c. En la doble articulación (doble staccaío), los sonidos guturales
(con "k") deberán sonar igual que los sonidos articulados con la len-
gua ("t") y mantener la misma altura de sonido. Si a la caña le falta
consistencia (está "floja"), los sonidos guturales serán más bajos que
los mismos articulados con la lengua.
d. Cuando falta consistencia a la caña se escuchan armónicos al pro-
ducir un staccaío con la caña fuera del instrumento. Se debe buscar
>»rt« 60
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
una consistencia que permita un síaccaío fuerte sin que el sonido se
desdoble en sus armónicos.
Por lo general, la falta de consistencia se corrige acortando la ca-
beza, lo cual restituye el equilibrio entre la sección de ataque y el
dorso. Al hacer esto se debe cuidar que la punta permanezca siem-
pre claramente diferenciada de la pendiente.
4. Pruebas visuales:
a. Se observará la caña a trasluz. Todas las transiciones de color de-
berán ser graduales. Vista de perfil ésta no deberá mostrar escalo-
nes, jorobas o valles en el desvanecimiento del dorso hacia la punta,
pasando por la pendiente.
b. Observaremos la forma en que se cierra la apertura comprimien-
do las lengüetas poco a poco entre los dedos. Idealmente deberá ce-
rrar toda la longitud de la apertura al mismo tiempo. Si se pliegan
primero los lados, habremos retirado demasiado carrizo de flancos
y/o costados. También puede ser que no hayamos retirado suficien-
te material del corazón o que su pendiente sea insuficiente. Si se cie-
rra el centro de la apertura antes que los lados, habremos retirado
demasiado carrizo del corazón y/o dejado más carrizo del debido en
flancos y costados. En ambos casos tenemos un rebajado del corte
mal equilibrado.
61 Primer* parí
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Robarte Kolb Neuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Errores más comunes:
En la figura de la página siguiente se observan nueve cañas talla-
das en forma incorrecta:
a. No se retira suficiente carrizo de los costados, de lo cual resulta un
desbalance del corte, cuyos lados demasiado duros hacen inflexible
la caña.
b. Se dejan los costados más gruesos que los flancos y el corazón. Se
produce un sonido de timbre nasal y calidad muy pobre.
e. La pendiente se desvanece en exceso, afectando el corazón. La
flaccidez resultante en la sección de ataque producirá un sonido ás-
pero y de poca consistencia. La afinación será inestable, sobre todo
en los agudos.
d. Hay un hendiente entre cuello y corazón. La caña no tiene buena
respuesta al articular. Se siente tiesa.
e. Se retira demasiado carrizo de los flancos y costados. La apertura
no cierratotalmente. Se pierde elasticidad. No hay una respuesta
confiable. A veces se escucha un siseo al tocar.
f. Se deja una cabeza desproporcionadamente larga. Se produce
flaccidez en la sección de ataque, lo cual se manifiesta en un sonido
áspero e inestabilidad del sonido, sobre todo en los agudos.
g. La cabeza no está diferenciada de la pendiente con claridad. La ca-
ña articula con dificultad y produce un sonido áspero.
h. Se retira demasiado carrizo del corazón. Resulta una caña con so-
nido delgado y nasal con poca consistencia.
i. Se retira más carrizo del debido de los flancos entre costados y co-
razón, rompiendo la transición gradual entre estos elementos. Hay
un colapso de elasticidad con la consecuente pérdida de calidad so-
nora y contabilidad de articulación. La apertura no se cierra de ma-
nera simultánea.
En la gráfica siguiente se pueden observar tres cañas ter-
minadas y equilibradas, si bien con conceptos un tanto cuanto
variados respecto del balance de los elementos del corte.
La primera no utiliza un corazón muy grueso, pero esto
compensa manteniendo los flancos casi con el mismo espesor y
la curva de la pendiente poco pronunciada.
La segunda, por el contrario, se basa en un corazón
grueso pero angosto. Esto quiere decir que los flancos deberán
ser proporcionalmente más anchos y delgados.
La tercera caña concentra más carrizo cerca del cuello.
Esto es compensado con una pendiente más pronunciada del
63 Primera par
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
corazón y más luz en el triángulo de las esquinas, permitiendo
así la flexión cómoda de la caña, de otro modo entorpecida por
la carnosidad del corazón.
Puede concluirse de estos ejemplos que no hay un están-
dar absoluto en cuanto al diseño de una caña. Los elementos
que la constituyen pueden combinarse entre sí de muchas for-
mas. Lo importante es lograr que la relación entre éstos sea or-
gánica y equilibrada.
Quinta etapa (eventual):
balance del dorso respecto del cuello
Sucede en ocasiones que, a pesar de haber seguido paso a pa-
so las indicaciones de las cuatro etapas anteriores, nuestra caña
sigue sintiéndose dura y pesada. Ello se debe por lo común a
un exceso de tensión en las lengüetas, que se manifiesta casi
siempre en una apertura demasiado grande que no puede ser
domada con un simple masaje entre los dedos. Para tocar con
estas cañas es necesario morder, y ello provoca a los pocos mi-
nutos dolor en los labios.
Las causas de este exceso de tensión pueden ser:
i parte 64
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
a. Carrizo demasiado duro (densidad excesiva).
b. Cepillado demasiado grueso.
c. Diámetro del tubo de carrizo demasiado pequeño.
d. Perfilador demasiado ancho.
e. Combinación de dos o más de los factores anteriores.
Si el problema es recurrente y no se debe a un carrizo de-
masiado duro, habrá que modificar una o varias de las demás va-
riables: cepillar más delgadas las palas de carrizo, utilizar tubos
de un diámetro mayor o escoger un perfilador más angosto.
Si la tensión excesiva se debe a la dureza del carrizo, po-
dremos recurrir a los siguientes métodos para reducirla:
a. Lijar levemente el barniz del cuello con una lija de
agua muy fina.
b. Hacer una incisión longitudinal en el centro del cuello
que corra desde el hilo hasta el principio del corte (véase la fi-
gura de la p. 82).
c. Sacar del cuello pequeñas tajadas de corteza a lo lar-
go de toda la superficie (véase la figura superior de la p. 83).
d. Utilizar de manera temporal un alambre en el cuello
(véase el capítulo J de la segunda parte).
e. Alargar levemente el corte.
Antes de recurrir a alguna de estas correcciones pro-
puestas debe tomarse en consideración que cierto exceso de
tensión en una caña nueva es normal y que ésta tiende a dismi-
nuir en forma natural a lo largo de los primeros días, sobre to-
do usándola. Es fundamental, por lo tanto, no hacer ajustes fi-
nales sino hasta pasado este periodo de asentamiento.
Sexta etapa: control de la caña
Saber evaluar las características de una caña es muy importan-
te. Con frecuencia se pone poco cuidado en esta disciplina, y a
la hora de enfrentar una caña a las necesidades impuestas por
una orquesta sinfónica resulta que la caña no es satisfactoria.
65
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
Para evaluar una caña es fundamental proceder en forma sis-
temática, controlando individualmente cada una de sus carac-
terísticas.
Las siguientes son algunas de las pruebas a las que hay que
someter una caña antes de utilizarla en un ensayo o concierto:
1. Respuesta: la caña debe responder confiablemente en
todos los registros (incluyendo las notas más graves) en dinámi-
ca pianissimo, sin hacer un esfuerzo exagerado con los labios
(morder). Debe ser posible producir un sonido sin utilizar la len-
gua y sin que éste surja de forma explosiva.
2. Morendo: el morendo (desvanecer el sonido hasta
que desaparezca) debe ser posible en notas tan graves como
so/1. Por ningún motivo debe romperse el sonido en forma
abrupta e involuntaria.
3. Staccato: el staccato deberá ser ágil en todos los regis-
tros, a la vez que tener buena consistencia aun cuando se eje-
cute en forte. Lo mismo vale para el doble y triple staccato. És-
tos deben producirse con facilidad y los sonidos guturales (con
"k" o "g") deben mantener su afinación y consistencia en rela-
ción con los sonidos producidos con la lengua (con "t" o "d").
4. Afinación: la caña debe estar construida para produ-
cir una afinación específica previendo el calentamiento del ins-
trumento.
5. Estabilidad: la estabilidad del sonido se comprueba
tocando octavas desde so/1 hasta do3. Éstas deben estar afina-
das sin necesidad de incrementar la presión labial y abdominal.
6. Consistencia: una caña tendrá consistencia suficiente
cuando soporta la ejecución de un pasaje en fortissimo sin que
se desvirtúe el timbre del sonido, volviéndose exageradamente
áspero. Al ejecutar un staccato en forte, el timbre deberá guar-
dar, asimismo, su calidad.
7. Comodidad: sin sacrificar estabilidad ni consistencia del
sonido, la caña debe tener una resistencia a la presión labial y ab-
dominal tal que se toque con ella confortablemente y sin que se
generen cansancio exagerado, angustias respiratorias o dolor la-
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
bial. La caña debe ser un vehículo que contribuya de manera po-
sitiva a la ejecución y expresión musicales, no un obstáculo.
8. Vibrato: la caña debe vibrar con libertad suficiente pa-
ra permitir la producción y el control de un buen vibrato. Una
caña dura obstaculiza la producción del vibrato. Una caña floja
produce un vibrato inestable y desafinado.
9. Timbre: debido a las diferencias entre cada pieza de
carrizo, habrá también una diferencia audible en el timbre pro-
ducido. Sin embargo, si las características arriba enumeradas
tienen calidad satisfactoria, es probable que el timbre de la ca-
ña sea también aceptable. Intencionalmente propuse el control
del timbre como última prueba ya que, de hecho, es menos im-
portante que las anteriores.
Las indicaciones sobre cómo corregir las fallas que se pu-
dieren presentar en relación con las características arriba enun-
ciadas se encuentran en el capítulo 7.
Cabe agregar que pocas veces una caña llega a satisfa-
cer simultáneamente todas estas exigencias. Una caña con un
ataque ideal en las notas graves, por ejemplo, rara vez posee
una consistencia ideal en las agudas. O, con triste frecuencia, una
caña demasiado pesada posee un timbre muy agradable. La ca-
ña de uso cotidiano es, pues, siempre el producto de un acomo-
do. Sacrificamos un tanto la calidad tímbrica por una ejecución
más cómoda o cierta estabilidadpor una respuesta más fácil en
las graves, etcétera.
Los estudiantes, por lo común en busca de un ideal sono-
ro perfecto, sacrifican cualidades esenciales de articulación y eje-
cución cómoda que resultan de mayor importancia en la práctica.
En forma complementaria se recomiendan algunas me-
didas de control de carácter técnico:
1. La caña no debe mostrar fugas en sus costados.
2. Las lengüetas no deben estar desfasadas entre sí.
3. El rebajado no debe mostrar rebabas, jorobas u otras
Irregularidades en el tallado.
66 67
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Séptima etapa: ajustes cotidianos de la caña
En realidad una caña difícilmente se puede considerar termina-
da puesto que el material del cual está hecha está en continuo
proceso de cambio.
Hay dos procesos responsables de este comportamiento:
Un endurecimiento de las cañas aparejado con un en-
grosamiento de las lengüetas en el corte, que se manifiesta so-
bre todo durante los primeros días. Es probable que este fenó-
meno se produzca al romper la morfología celular del carrizo al
realizar el tallado.
Una pérdida general de tensión a lo largo de semanas, que
se manifiesta en el tamaño gradualmente decreciente de la aper-
tura. Las mejores cañas suelen tener un leve exceso de tensión du-
rante los primeros días, arribando después a un nivel utilizable.
La resultante de la interacción de estos dos procesos de-
terminará el comportamiento de una caña, sobre todo durante
los primeros días. (A veces una caña se siente más dura y pesa-
da o blanda y ligera al día siguiente de su tallado.)
La conclusión obvia es que no se debe tratar de llevar a
término el tallado de una caña sino hasta pasados varios días,
cuando los procesos de cambio morfológico en el carrizo se
hayan estabilizado o sean más graduales. A partir de ese mo-
mento, se realizarán ya tan sólo los ajustes menores cotidia-
nos que requieran las condiciones climáticas y acústicas, las
exigencias específicas de la música o la pérdida gradual de
tensión de la caña.
Cabe aquí mencionar algo sobre la influencia de la sali-
va sobre el carrizo. Como se sabe, la saliva inicia, por medio de
sustancias acidas, el proceso digestivo del hombre. Seguramen-
te estas sustancias atacan también la estructura morfológica del
carrizo, que de ninguna manera es impermeable a éstas. Aun
así es difícil determinar en qué medida la pérdida gradual de
tensión ("envejecimiento" de la caña) puede vincularse con es-
te proceso.
Por otra parte, la misma saliva es también portadora de
sedimentos que se fijan dentro de la caña y tienden a obsta-
culizar la vibración de las lengüetas. Por eso es recomendable
remojar las cañas con agua (y no con saliva) y limpiar con re-
gularidad el interior de las mismas con un limpiapipas, una pe-
queña pluma de pájaro o, mejor aún, sumergiendo la caña en
un limpiador de ultrasonido, capaz de desalojar los sedimentos
que se han introducido en los poros del carrizo (véase el capítu-
lo M de la segunda parte).
5. Equilibrio global de los elementos
de una caña
Son seis básicamente los elementos de una caña que deben
equilibrarse: el corazón, la cabeza, los flancos, los costados, la
pendiente y la longitud del corte. Antes de hablar de equilibrio
es conveniente, sin embargo, hacer algunos comentarios sobre
cada uno de estos elementos.
El corazón es la franja central que recorre al corte desde
su incisión trasera hasta la pendiente, incluyéndola. En el cora-
zón siempre se acumula el máximo grosor de carrizo respecto
de los demás elementos del corte. Sus funciones son:
1. Mantener una buena elasticidad (resorte) entre las
lengüetas. Ésta es fundamental para efectos de una articulación
cómoda, confiable y variada de la caña. Restar demasiado ma-
terial al corazón disminuye la elasticidad y afecta las posibilida-
des de articulación. A su vez, un corazón demasiado carnoso
impedirá ataques confiables, sobre todo en el píaníssimo, y la
caña será inflexible en la embocadura. Será también difícil eje-
cutar un morendo, sobre todo en el registro grave.
2. Dar consistencia al sonido. Un corazón demasiado del-
gado producirá un sonido pequeño y nasal. Por lo contrario, un
corazón demasiado grueso dificultará la plegadura de las len-
güetas, ya que dejará pasar más aire del necesario, generando
siseos. El sonido resultante tenderá a ser sordo.
69 Primera p
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Robarte Kolb Ntuhaut Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
La cabeza es la parte más delgada de la sección de ata-
que. De su factura depende en gran medida la confiabilidad y
facilidad de los ataques. Son de considerarse las siguientes va-
riables: el largo de la cabeza. De suyo, una cabeza larga (p.ej.
1.5 mm en el centro) ayuda a la vibración de las lengüetas y a
la articulación.
Sin embargo, tendería fácilmente a generar un timbre ás-
pero, sobre todo en las notas agudas, debido a la predominan-
cia de vibración concentrada en la cabeza de esta caña. (La fle-
xión de las lengüetas debe repartirse en forma equilibrada entre
cabeza, pendiente, dorso y cuello, yendo de más a menos.)
Una cabeza demasiado corta dificultará la articulación
y será complicado liberar el sonido sin quitar demasiada sus-
tancia al corazón. Además, la caña se sentirá inflexible en la
embocadura.
La curvatura de la cabeza. Como se ve en las siguientes
gráficas, la cabeza es más larga en sus lados que en su centro y
tiene la forma de una curva. Una curva poco pronunciada difi-
culta los ataques e impide la transmisión de vibraciones de la
cabeza al dorso.
Una curva demasiado pronunciada, aunque facilita en
mucho la plegadura de las lengüetas y con ello la producción
del sonido, puede disminuir en demasía la elasticidad, provo-
cando problemas de articulación y afectando la consistencia y
estabilidad del sonido.
Los flancos son el eslabón que une al corazón con los
costados. Permiten la flexión de las lengüetas y se los puede
imaginar como el cauce por el cual corren las vibraciones desde
la cabeza hasta el cuello.
Es importante que la vinculación entre el grosor del co-
razón, los flancos y los costados sea orgánica. El desvanecimien-
to de espesor del corazón a los flancos deberá ser gradual. Sin
embargo, el ancho de los flancos es variable. Un carrizo duro tal
vez requerirá flancos más anchos y un corazón más angosto.
Por el contrario, un carrizo más blando necesitará más corazón,
esto es, flancos más angostos.
Los costados, por su grosor y por la forma en que se des-
vanecen hacia la cabeza, son muy relevantes. Su función es, al
igual que la del corazón, garantizar suficiente elasticidad y
apertura.
Costados demasiado gruesos dificultarán la plegadura
de las lengüetas, lo cual se traducirá en un esfuerzo excesivo
para la embocadura y posiblemente en un sonido duro. Desva-
neciendo los costados lograremos un sonido más cálido y mejor
respuesta de la caña.
Costados demasiado delgados generan falta de elastici-
dad, lo cual se manifiesta de inmediato en un mal staccato, pér-
dida de rango dinámico y falta de confiabilidad en los ataques,
sobre todo en el registro sobreagudo. Es difícil que una caña de
estas características pueda ser reparada.
irte 71 Primera p«rt«
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Robarte Kolb Nmihaui
Un carrizo duro tolera costados más delgados sin perder
elasticidad. Cuando la caña permanece dura e inflexible ante la
embocadura es recomendable acentuar su desvanecimiento ha-
cia la cabeza. Ello permitirá una flexión más fácil de la cabeza.
Los costados siempre deberán desvanecerse en forma
gradual hacia la cabeza. Una transición abrupta se traducirá en
una caña dura e inflexible en la embocadura.La pendiente une la cabeza con el corazón. Su función es
transmitir las vibraciones de la cabeza hacia el dorso. Si ésta es
abrupta hará que las vibraciones se queden estancadas en la ca-
beza. El resultado será una caña inflexible, con mala articula-
ción y un sonido duro. Una pendiente demasiado desvanecida,
por el contrario, afectará al corazón y generará flaccidez en la
sección de ataque con las consecuencias antes señaladas.
El desvanecimiento adecuado de la pendiente no puede
ser desvinculado de factores como el largo de la cabeza o el es-
pesor del corazón. Una cabeza larga debe compensarse con una
pendiente más empinada; lo mismo vale para un corazón del-
gado. A la inversa, una cabeza corta y/o un corazón muy grue-
so requieren de una pendiente más gradual.
También la dureza del carrizo es un factor de equilibrio
en este sentido. Un carrizo blando requerirá una pendiente más
empinada. A la inversa, un carrizo duro requerirá una pendien-
te más desvanecida.
ra parta
Roberto Kolb N«uhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
Aunque pueda parecer redundante, vale hacer hincapié
aquí en que el desvanecimiento de la pendiente siempre es me-
nor en el corazón, se incrementa en los flancos y es mayor en
los costados.
La longitud del corte influye sobre varios factores:
1. Elasticidad: un corte muy largo reduce la corteza y dis-
minuye con ello la elasticidad, fundamental para las caracterís-
ticas de articulación de la caña.
2. Resistencia a la embocadura: con un corte muy peque-
ño y un cuello largo aumenta la elasticidad. Sin embargo, la du-
reza de la corteza puede resultar excesiva para la fuerza de los
labios, cansándolos innecesariamente o incluso causando dolor.
3. Volumen: cuanto más alarguemos el corte, acortando
el cuello, la apertura de la caña será menor y disminuirá con
ello el potencial dinámico de la caña.
4. Timbre: una variación en la longitud del corte debe
compensarse en otros elementos. Un corte largo, por ejemplo,
requerirá de un corazón más grueso y/o una cabeza corta. En
este caso la caña se flexionará en forma distinta de como suce-
de con una caña de corte pequeño y delgado. Ello modificará el
timbre resultante de la caña, aunque es difícil definir las carac-
terísticas de ese cambio.
5. Estabilidad sonora: un corte pequeño facilita la esta-
bilidad del sonido, sobre todo en el registro agudo.
Para lograr un equilibrio justo es conveniente aplicar
una estrategia de tallado, dejando inicialmente más cantidad
de carrizo en todos los elementos del corte para poder retirar
material en forma gradual, según sea necesario. De esta mane-
ra, conviene que la caña tenga las siguientes características an-
tes de iniciar el ajuste final:
a. Una cabeza relativamente larga y gruesa (que puede
ser acortada y adelgazada).
b. Un corazón grueso y ancho (que puede hacerse más
angosto, delgado o desvanecido).
73
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuhaui
c. Flancos casi tan gruesos como el corazón (que pueden
ensancharse y/o adelgazarse).
d. Costados espesos (que pueden desvanecerse hacia la
cabeza)
e. Pendiente abrupta (que puede desvanecerse gradual-
mente, sobre todo en flancos y costados).
f. Longitud de corte pequeña (que puede alargarse).
Al ajustar los elementos de una caña debemos conside-
rar que cada acción de la cuchilla produce no sólo el efecto di-
recto buscado sino también una modificación del equilibrio ge-
neral de la caña.
Así, por ejemplo, si adelgazamos la cabeza de la caña es-
tamos —proporcionalmente— haciendo más grueso el dorso y
aumentando con esto, quizá, la resistencia de la caña.
Si, en cambio, adelgazamos el dorso, estaremos —pro-
porcionalmente— haciendo más gruesa la sección de ataque, lo
cual es posible que se manifieste en un incremento en la resis-
tencia de la misma.
Más allá del efecto de una alteración en los elementos ad-
yacentes del corte, existe una afectación global. Es fundamental,
por tanto, considerar el efecto de cada alteración al corte no só-
lo en lo individual, sino también en su repercusión sobre los ele-
mentos adyacentes y el equilibrio global de la caña.
parta 74
Roberto Kolb Neuhaus MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES
6. Construcción de cañas para oboe de amor,
corno inglés y oboe barroco
Oboe de amor
La construcción de cañas para el oboe de amor no difiere mu-
cho de la de las de oboe. Se puede utilizar incluso un perfilador
para oboe, siempre y cuando el ancho de éste sea suficiente (7.5
mm aproximadamente). Existen, sin embargo, perfiladores es-
peciales para oboe de amor. Su costo es elevado y no se justifi-
ca a menos que se utilice con regularidad. Es bueno, cuando no
se toca oboe de amor con frecuencia, comprar las palas de ca-
rrizo ya cepilladas y perfiladas. El tudel para la caña de oboe de
amor es más pequeño (25-26 mm) que el de oboe, pues es la
prolongación de un tudel mayor, curvo, que se inserta en el
oboe y sobre el cual se coloca el primero. Los tudeles curvos son
parte del instrumento y vienen por pares, uno más largo que
otro, para una afinación global más alta o más baja.
La elaboración de la caña de oboe de amor es en esen-
cia la misma que la del oboe, excepto que todas las medidas de-
berán ser proporcionalmente más grandes. La longitud de la
lengüeta será de 26-27 mm y el corte un poco más largo (11 mm
en promedio). El ancho de la caña podrá fluctuar entre 7.5 y 7.9
mm. El grosor de cepillado podrá fluctuar entre 0.60 y 0.65 mm.
Corno inglés
Para las cañas de corno inglés se requiere un perfilador espe-
cial, puesto que las dimensiones de la caña son considerable-
mente mayores que las de oboe. El ancho del perfilador podrá
fluctuar entre 8 y 8.5 mm.
Asimismo, deben utilizarse tubos de carrizo con un diá-
metro mayor (11.5a12mmo12a12.5mm). Existen también ce-
75
MANUAL DE CONSTRUCCIÓN DE CAÑAS PARA OBOES Roberto Kolb Neuh;
pillos especiales para corno inglés. Estas máquinas son recomen-
dables para quienes se dedican profesionalmente al corno inglés.
Desde luego, es posible adquirir en el mercado las palas de carri-
zo para corno inglés, si se quiere evitar el gasto que implica la
compra de la máquina. E¡ grosor de cepillado podrá fluctuar en-
tre 6.5 y 7 mm, dependiendo de la dureza del carrizo.
Los tudeles para la caña suelen medir 27 mm, aunque
desde luego existen otras medidas. Es muy importante adquirir
tudeles cuya conicidad coincida con la del tudel curvo, para
poder asegurar un buen ajuste, libre de fugas de aire, entre am-
bos tudeles.
La lengüeta medirá en promedio 28 mm y la longitud
del corte podrá variar entre 11 y 13 mm.
Es común utilizar un collar de alambre para fijar la apertu-
ra en las cañas de corno inglés, pues las diferencias de apertura
afectan notoriamente aspectos como resistencia, color, volu-
men y afinación.
Es importante hacer notar, en relación con el corno in-
glés, la importancia del tudel curvo. Entre uno y otro hay tanta
variación como entre los instrumentos mismos. Hay una gran
cantidad de modelos y marcas de tudeles de corno inglés y los
que se venden junto con el instrumento no necesariamente son
los idóneos o los mejores. Es indispensable dedicar tiempo a ex-
perimentar con tudeles distintos hasta encontrar uno o varios
que se ajusten al instrumento específico y lo hagan sonar bien.
El tudel curvo tiene influencia determinante sobre el
timbre, la resistencia a la columna de aire, el centro o consisten-
cia del sonido, el volumen de éste, la afinación interna del ins-
trumento (relación de graves respecto de agudas, afinación de
notas específicas problemáticas como mi\2, fa sost.2 y
so/2) y otros. Ni la mejor caña puede resolver los problemas cau-
sados por un tudel curvo equivocado o de mala calidad.
El tallado de una caña de corno inglés es esencialmente

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