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El Principio del Revestimiento

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Akal Arquitectura 
E l p f~ 1 N (1 p 1 o 
llf 1 Rf VF S 1 !MIENTO 
PROlf GOM! NO'. A UNA HISTORIA 
[lf lA AIH)lHTf<_TURA CONTEMPORANEA 
/,;, , .' cJf¡t;: f ¡ififl•'fii 
/,',,í , . , ¡,, l,,¡r :_:::1•1~ 
• 
Director de la colección: Delfín Rodríguez Ruiz 
Diseño de cubierta: Sergio Ramírez 
Tirulo original: Jl principio del rivestímento 
Los capítulos 2, 5 r 6 scm de Giovanni Fanelli , el 1, 3 y 4 de Rob•mo Gargíaní 
© Gius. L:nerza e Figli, 1994 
©Ediciones Akal , S. A., 1999, 
para todos Jos países de habla hispana 
Sector Foresta, 1 
28760 Tres Cantos 
Madrid • España 
Tel.: 91 806 19 96 
Fax: 91 804 40 28 
ISBN: 84-460-1180-8 
Depósito legal: M.l6.409-1999 
Impreso en Materprint, S. L. 
Colmenar Viejo (Madrid) 
Reservados todos Jos derechos. De acuerdo a Jo dispuesto en el art. 270 del Código Penal, podrán ser cas-
tig:-~dos con penas de mult:1 }~ priv;.JCión de libertad quienes reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una 
obra literaria. ~rtística o científica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva r•utOri?.ación. 
Material protegido por derechos de autor 
A GRADECIMIENTOS 
L s autores desean expresar su agradecimiento a Otto Antonia Graf, Renata 
Kassal-Mikula, Burkhardt Rukschcio, Eduard F. Sekler, Sepp Stein, Roberr Tre-
visiol, Wirn de Wit, al doctor Paul johannes Keiblinger y a l personal de la 
Technische Betriebste ilung del hospital psiquiátrico Am Steinhof, a Sandra 
Marrarozzi y a Ro lando O rri:1. 
Las investigaciones se han llevado a cabo también utilizando fondos del 
Ministero della Pubblica Istruzione asignados al Dipmtimento di Storia deii 'Ar-
chite ttura e Restauro de lle Strutture Archite rt.oniche de la Unive rs it¡l degli 
Studi di Firenze. 
GIOVAN NI f A N E L LI / ROBER T O GARG J A NI 
5 Mate-rial protegido por derechos de autor 
l. E L ORIGEN TEXTIL DE LA PARED Y EL PRINCIPIO 
DEL REVESTIMIENTO DESDE G OTTFRIED SEMPER 
A LA NEUE SACHLICHKEIT 
«D el entrelazo de las ramas se pasó rápidamente a entrelazar rafia para es-
teras y cobertores. A partir de ahí se desarrolló también el tejido con fila-
mentos vegetales, y así sucesivamente. Los ornamentos más antiguos son Jos 
ejecutados entrelazando o anudando, o las decoraciones realizadas con el 
dedo sobre arcilla blanda apoyada sobre una plataforma giraroria. El uso de 
entrelazar estacas para delimitar la propiedad, de utilizar esteras y alfombras 
como cobertores para los pies, para resguardarse del sol y del frío y para se-
parar los espacios interiores a las habitaciones en la mayor parte de Jos casos 
y, especialmeme, en condiciones climáticas Ü1Vorables, precedió al uso de 
las paredes de muro [ ... ] Siendo el entrelazado el elemento originario, más 
tarde, cuando las ligeras paredes de esteras se transformaron en sólidos mu-
ros de tierra, ladrillo o cubos de piedra, conservó también, real o sólo ideal-
mente, todo el peso de su primitiva importancia, la verdadera esencia de la pa-
red. El tapiz siguió siendo la pared, la delimitación espacial visible. Los muros 
que se encontraban detrás de él, con frecuencia muy sólidos, eran necesarios 
para otros fines que no tenían que ver con la espacialidad, sino con la segu-
ridad, la resistencia, la mayor duración y otras cosas similares. Allá donde no 
eran necesarios estos requisitos colaterales, los tapices seguían siendo las úni-
cas separaciones originarias, e incluso allá donde era necesario erigir muros 
sólidos, éstos constituían sólo el esquelero interno, no visible, oculco detrás de 
los verdaderos y legítimos representantes de la pared, los tapices variopintos. 
La pared misma mantuvo este significado incluso cuando, para una mayor 
duración de Jos tapices, o para que se conse1vasen mejor las paredes situadas 
detrás de ellos, o por ahorro, o, por el contrario, por ostentación de un ma-
yor lujo, o por cualquier otro motivo, los tejidos originarios eran sustituidos 
por otros. El espíritll inventivo humano creó muchos de estos sustitutivos, 
empleando sucesivamente rodas las ramas de la técnica. Entre los sustitutivos 
más utilizados y, quizá , más antiguos el arte murario o freda un medio, el re-
EL P R I NCI P IO DEL REVESTIM I ENTO 
6 Material protegido por derechos de autor 
El orig e n t e x t il de la par t d y el fJrinL'itliU d e l reve s timi e rt t o ... 
voco de estuco, o en otros países e l revoco con asfalto. Los artesanos de la 
madera construían entablados [. .. ) con los que se recubrían las paredes, es-
pecialmente en las partes inferiores. Los artesanos del horno proporciona-
ban terracotas esmaltadas y placas metálicas. Como último sustitutivo pode-
mos citar, quizá, las placas de arenisca, granito, alabastro y mármol, que 
encontramos muy difundidas en Asiria, Persia, EgiptO y también en Grecia. El 
carácter de la imitación siguió en gran medida el del modelo originario. La pin-
tura y la escultura sobre madera, estuco, terracota , metal o piedra era y siguió 
siendo inconscientemente en la tradición una imitación de los bordados va-
riopincos y de los entrelazos de las antiquísimas paredes de tejido·1. 
El mito del origen textil de la arquitectura y su perpetuarse en la historia de 
las soluciones del revestimiento con motivos ornamentales de derivación tex-
til , así formulado por Gottfried Semper en Die vier Elemente der Baukunst en 
1851 y planteado de nuevo por él mismo de forma más amplia y articulada en 
sus textos teóricos más importantes2, constituye el nlicleo fundador de una lí-
nea de la cultura arquitectónica que, a mediados del siglo xtx, se propone 
como alternativa a la del clasicismo vitruviano. Al mito de una estructura cons-
tmctiva trilítica, ennoblecida en orden arquitectónico , se contrapone el mito de 
una envoltura delimitadora del espacio, cuya caracceñstica es la ligereza y res-
pecto a la cual la estructura se encuentra subordinada y es tan sólo soporte. 
Aún valiéndose de los precedentes trabajos pioneros de Antoine-Chrysos-
tome Quatremere de Quincy y j acques-lgnace Hittorf y de la sistematización 
' G. Sempe r, Die Vfcr Elcwu~ntC' der Baulmnst. Ein Bcltrtl~ zur t:CIYJ,Ick;/;entlen Bmtkunde. Br<•t•ns<:hwdj:t. ISS 1; trad . it. 
e n H. Quitzs<:h, la l-'isione esl tJti<:f' di Sem¡x:1; .((1J.tlito dtl: (iottjriucl Semper, 1 4 t•lcm teuli delrarcbitetturtl, eU. tlt: l .. u<.lovk:• 
$carpa, Milán. 1991 . pp. 20A-20c"J. I:X: l:t :unp li:t h ib liogmfia sohre Sernper .s.ei\alemo.."': E. Srockmeyer. Goq{rletl St•m¡x.·r'S 
Ktlll$tlbrorlc, Zllrich~LeipzJg. 1939~ Gottfrfc'(/ S<~mper und dfe M ille de..: 19.jabnmdcltS.. ~•ct.as del coloquio relc-b mdo en Jns-
titut für Geschichte und Thc:o rie der Arrhitektur de la EidgcnOss\schc Tcchnisc:hc: Hoc.:hsc.:hule de Zurich del 2 ;:~ 1 6 de diM 
dembre d~ 1974, Basilea-Stuttgart, 1976: A. von B .. mlar. Got~{rWd Sem¡Jer als 11J<:•-orel i!..-er, Jl:uma . 19n; W. H er rm.mn. 
Gottfiied Semper: 7beon.>lischer Nucblass cm der l:.TH Zuricb. Kmalo,q u mi KommCII/(Irc. S~silea-Bo.•non-S.ungart, 19tH, 
lmd . it. en :'d .. (i otlji"INI Sf:mjX:r. Arcbi:ettwr.J e l<:•or lt l, Milán. 1990; H. Quitsr.ch, Die tl~·Jiu:tischen A ll..)·c/uwrmgen Gottfiiéd 
Sem[N!rs, f.k:r lín, 1962. w u.L it. Ú l v i.Vióm.· estelicu di Sem¡.x·'~ ót.: H . Q uiL.:;zch, c;ottfi"ied Sempér - Prakrlscbe .-tslbetlk wul 
polil fscber Kamps. Bmunsc:hwei~·Wiesb;ldcn, 1981 : H. L.-.ud~~ l. Got({ded Semper. An.:bitekwr w u l Stil, f.>resde. 1991. El 
milo dd ori)((:n t<:xtil de la p;m .. "<.l h~1 imprc~n:tdo no sólo la <·ultt.n:1 arqt.tilt:(:tóni(:.t, sino se<.:IOres de b historiografi:.~ :-u1Í$1ic:• 
del siglo xrx e n el :tre~• gcrrn:ínic;:l. Valg:.~ , al re::.pecro , d cjcrnph) de .J:tcoh Burc kh:Jrdt, que no c:.~su:.~ lmcnre inlp-J:nía un 
curso en e l Politécni(.'ú de Zurich cuando también Sempet erl:;;ei'r.tb~L ~ll í. Sohre La difusión en d tr.tnscurso del siglo >.1-:< 
del reve-stirniento rc::xti l enrendido cotno expresi<~tle rnblem:Jtk a d el g usto de un:• €poca >'· po t t;;tnto. e n lo esend :ll in .. 
dependiente de los d<'SJ.rro llo.s de las teo tí;ts semperianJ.s. t,.>id. P. Tho rmo n, Auth r.m t ic J:)(.>eor: tbe Donu:$tiC lnU!Iim; Ui2().. 
I 920. l.o nd rc:s. l984, tr.rd . !t., Jl g usto dr.4/e~ ca..:a . St01ia P<~r immagiui dell'arredam ento. 7620-1.920, Mil:í n, J98S. f:1 rnitO 
se-mperiano dd o rigen rextil de 1:J ::trquitt;CLur:t h:1 $ido reex:.~n\il\:Jdü y repb nre::tdo erl sus irnplic::tcio ttc::!> s irn bólicas por 
una set:le de contribuciones a pa ttir de Jos anos $esenta ele esfe siglo. Señalemos. entre ornas, el nUmero monogr-lfico ti· 
tui::HJO .-lrcbill!.\'l tir /A n.:hfU':\·turo de" b novi .;_tn /)üidulo~. An; b ilt?lUm • lúm .w Kultro~ l S . .;;t.·l"tric u-\hre 19a1l, n . 29 <textos dei~ 
G. F<:ucr~tdn, H. Günlher, M. lvc;n;c:n , U. Om.1s. U. O~trklmrth, M. A. Oine lli, k . Gr::~de, G . Kr:.twinkd, G . Nitschkc::), y l:t iO 
.-eras del simposio titulado Tc•ktonlk. Bau ·Ktm sJ IJem c:·?celc-bl'aclo en Basile:1 el 15 de junio de 1991. publicadas con el¡¡ .. 
U..tlo de Ubcr Tckl rm ik il1 dcr Bauktm st. a c:argo de H~uls Kollho ff1 Brounsch\\'eig·Wiesb;tden, 1993 (wxtos de H. Koll~ 
hoff. S. Po lónyi, M. Klinkou . P. Nt:l..tmcycr, O. t\:tpfingcr y f . Tc;ja B:H:hj. Cfr. lmnbién R. (i-'r¡.ti:tni, ~J:(J IIfric::d Scmpc::r. lO 
... tílt:•, reseñ:1 e:n Domw;., 1993 , n . ?4i, p. IX. 
2 Véa se, en pátficu iM, 1~1 ol)l'a capital de Semper, /Jcr Stl{ i n <km teclm iscbttll ruulll.tklrmisd>t·u Kt¡nstc:·u rxler· pmktf.o;;cbc 
AStbelik . l;:in Handbucb fii r ')(,•cQuiker. KiinStlt:r rmd A':mstfrém tde, V<)1. 1, fr.tnkfurt del M~ in. 18()1), vo l. ll. Munich. IH63. 
rr.-.d. iL pardal. lo stilt• nt.We mtt tc.:,cnlciX' e tellmi iCb(! o t·.~terlca p mtica. Mamwle ¡x•r tecnlcf. artisli ed amatorl, Rom;:.-Rari, 
1992. Entre las obl':JS i nidale.s de Semper. en l:•.s <ILie se tnll~• el prind pio del revestimie-nto. ve:•se: Forlr1uflge &·m<-rrJum-
gen riber bemalte. Arcbilebtur w :d Pla.vtik l>ei dtm .4lttm, Altona, 1834. lr.td . ir. pard~l O$.$ért;ti ZiOni prrtlimincm· sulf'tlrébi· 
teflura dlpima e .~uJI<l pla . .;tiCtJ pn:.SJO gli a rutc:hi. e n G'ou[rfc-d Stm,per. A t't :IJflt!Uttttl tH'll:' e sc fen :Z'CI, :i cum di Uenedenv G t"l · 
vagnuolo, N;¡ potes. t987; Emwru:ff ,!/nes Sy:m:m<·s dl•r w rglefcbeluh.m Stillt•hre. texto de la conferen cia pronun<:iada en 
Londr(:S t:n 113;3, en K/(!ine SciJriften, ed . :t c~trgo clc Han~ y M:mfred Scmpcr, Hcrlin-SiuUg:trt, 1AA4, pp. 259-2?1. 
G I OV ANN I FAN E L L I / ROB E RT O GARGIANI 
7 Material protegido por derechos de autor 
f/ or j ge u t e .~:riJ dt• la pat e d y e l ptiu c ipio del r tv~s lim it nto ... 
más orgánica ofrecida por Karl Botticher en Die Tektonik der Hellenen (1844-
1852), Semper investiga y reconoce en la antigüedad el revestimienro y el co-
lor como componenres esenciales de la cualificación arquitectónica y traza, 
en consecuencia, una idea de arquitectura que exalta los valores simbólicos y 
metafóricos, trascendiendo el papel determinista ele los materiales constructivos. 
·En tiempos antiguos y en época reciente -escribe- el mundo formal ar-
quitectónico ha s ido a menudo considerado como condicionado y derivado 
sobre todo del material, en tanto que la construcción ent considerada como 
la esencia de la arquitectura, e ncadenando a esta última en cepos de hierro 
cuando se creía liberarla de falsos accesorios. Quizá la arquitectura , como la 
naturaleza, su gran maestra, no deba elegir y ado ptar e l propio material según 
las leyes dictadas por ést<t, sino hacer depender la forma y la expresión de sus 
creaciones no del material s ino de las ideas que en ellas viven··~. 
Conviene tener en cuenta, en cualquier caso, la actitud compleja, e inclu-
so ambivalente, que Semper mantuvo con respecto a las teorias materialistas 
y su infl uencia sobre el arte, hasta e l punro de que a menudo enunció hipó-
tesis de principio que contemplaban la coexistencia de impulsos diversos y 
comrastantes. ·La forma, esto es, la idea convertida en fe nómeno - escribe 
criticando las teorías estéticas de quienes llama •·materialistas"- no puede es-
tar en contradicción con el material del q ue se sustancia; sin embargo, no es 
en absoluto necesario que el material en sí intervenga como factor esencial en 
la manifestación artística•'' . 
La teoría semperiana, con su articularse en torno a centros temáticos in-
dagados segün una óptica unas veces más específicameme histó rica y otras 
más condicionada por una apasionada implicación en la actua lidad, en la 
tenrativa de indicar nuevas perspect.ivas, deja sin resolver no pocos pasos ló-
gicos. Por lo demiís, Semper no se preocupó de indicar con claridad la posi-
bilidad de una cohereme símesis entre aquellos que consti.tuían los términos 
más significativos de sus investigaciones y de sus descubrimientos: la cultura 
textil e levada a mítico origen de la arquitectura y el revestimiento identifica-
do como principio vital y esencial de la arquitectura en cuanto que a través 
ele éste se había podido perpetuar dicho mito, pero que, en el horizonte de-
cimonónico - marcado po r las aspiraciones a una racionaliclacl constructiva 
que venía impuesta también por los nuevos materiales-, Semper advierte que 
debe proceder a una reformulación, dando a tal principio un fundamento 
teórico raciona lista y, por ende, en conflicto con su originaria componente 
simbólica. Así llega Semper a formular tesis que pueden parecer, al me nos en 
parte, encontrarse en s imonía, por e jemplo, con las teorías de Eugene-Em-
manuel Violler-le-Duc o de Augusr \Xfelby Pugin sobre la •verdad· de los ma-
teriales y ele la construcción, y que, en rigor, presuponen el fin ele ese mismo 
vita lista y mítico ·Prinzip der Bekleidung• (principio del revestimiento) que, en 
su teoría, hace posible la sublimación de la técnica y sin el cual ésta terminaría 
por plantearse como algo determiname y absoluto para el arte y la arquitec-
" (; . 5:~m()(.'r. Die l'ier J;1emt!nlt:: tl'·r J)au.lmu$1, ('iL, p. 206. 
"~ G. Semper. <ler Slil. cil.. p. 13. 
E t. PRI N C IP I O DE l. REV E S TI M IE N T O 
8 Material protegido por derechos de autor 
El or i sen te .tr i l de la pa r rd J f' l ¡Jrl ucipio d e l r e ,. t' .11 t i m i é 11 1 o ... 
' 
tura. Así, por ejemplo, en la concepción de Semper, es el revestimiento el 
q ue puede hace r posible dominar y remitir a los valores de la solidez clásica 
esa gracilidad de la moderna construcción en hie rro exaltada, por el contra-
rio, por Viollet-le-Duc y por Pugin. 
Al no haber conciliado y resuelto e l dualismo entre impulsos Olítico-simbó-
licos y nueva lógica constructiva, la teoría de Semper se convie rte en un elevado 
testimonio de la dramática irreconciliabilidad de los términos de la cultura con-
temporánea y, en cuanto tal, ha podido constituirse en horizonte de referencia 
de tendencias culmrales diversas y contrapuestas . Y el no haber clarificado y re-
S1telto tal dualismo ha hecho que, partiendo de las teorías de Semper, se hayan 
desarrollado tanto filones de pensamiento de orientación determinista como 
otros más sensibles al carácter problemático de sus descubrimientos. 
·Se acostumbra a remontar -escribe en 1893 Alo.is Riegl, uno de los máxi-
mos inté rpretes de las teorías semperianas- la nueva teoría del o rigen técni-
co-material de las más antiguas formas ornamentales y artísticas sobre todo a 
Gottfried Semper, lo cual es, sin embargo, tan injusto como identificar e l mo-
derno da1w inismo con Darwin. El parale lo entre e l darwinismo y e l ma te ria-
lismo en arte me parece apropiado, tanto más cuanto que entre ambos tér-
m inos existe, s in duda, un íntimo nexo causal, en la med ida en que la 
concepción de la corriente materia lista sobre los o rígenes de l arte de la que 
estamos hablando no es otra cosa, por así decirlo, que la trasposición del 
darwinismo alplano de la vida de l espíritu. Pero, lo mismo que entre Darwin 
y los darwinistas, también hay que hace r una ne ta distinción en tre Semper y 
los semperianos. Si Semper afirmaba que en e l desarrollo de una forma ar-
tística rambién la materia y la técnica deben ser tomadas en considerac ión, he 
aquí que los semperianos afirman de manera simplista que toda forma aitís-
tica es el producto de la mate ria y la técnica (...)Puede parecer paradójico que 
el partido extremisra de los materia lisras en a rte haya encontrado numerosas 
adhesiones entre los propios artisras . Ello no se corresponde, cie1tame me, 
con el espíritu de Gottfried Semper, el cual con toda seguridad no habría 
que rido que se pusiera en el lugar de la libre voluntad creadora del artista un 
impulso imitativo puramente mecánico y material·' · 
5 A. Riegl, Stilfmg<'n. Gnmdlegi.m8 zu einer <Itoscbicl;te der Ornameut, Berlín, 1893, tr.td. it.. P1·obfemf di stilt.•. Fon-
dtmu:nti di unu s1or'it1 deltarte om tmlt?lltttle, :..nl:in. 1963. pp. 2-3 ltraduc<:ión c:astelbna Problemas de estilo, B.:u-celona. 
c:d. Gust:w o G ili, 19801. Oift:rcoc;i~•ndo (le maner:t scmpt:ri :tn~• en d (;onstfl.lir -dos p:tnes inlcrde¡x·ndientcs-. pero también 
•é n posición de der10 contráSie- -1~ < n::u;ión del e~p~tCíO· )' -la creadón d e Jo~ Hmít<="s dei esp:tdo-. ruegl di..•;linguc e n 
l:t hi..:rori:l nlOn'l~fJ I {).~ ~n l<'li; q1u~ ·41: ptXIí:an st'lhrt,.~nr~pr b . .; d~limir ;u.'ion .... s d d ~.-lp:u: i<~ h :1Sta el puru o d \! <p.•~ b n bm ar· 
quireuónica se t.raru>m\atase en obra dtisie:t• y otros ("O los que "!iC podí:tn ( •.. l lle-var los limitc:.s dd espacio tan le jos como 
p~•ro~ poder susciwr en el espcc:wdor d scntimh:nto d~;: b inconm<.·n~uwbili<.bd y la inmen.sid3d del espacio· (A. RiegJ. 
SplilrlJmlscbe Krmslindusrrle, nach d,,,. Funden i n 0~/rrefcb-Ongarn, Viena. 190t, Lr.id . íL Arte tanlorromantl, l'urín, 
1959. p. 27 (traducdón <-~tstellamr El m1e industrial tt,.dorromano. Madrid. ed. Visor. 1992). Riegl deSjN'OJia las teflexio-
nt=.s c:n tomo a algunos as pc<:ros dd lcngu:tjc form:~l rd:uiv~ a b problemátic:t del rcveS1imien1o y :11 signHl<.~do del or-
narnenLo como e.'<lrec'Ua expresión gclfi(.~ t::tl )' COO!O ser:Jn de<:linados en arquitet:tura por Ono W'agner, joser t-loffrrmnn 
}' l'eter Bt'hrens. En panicular, profundiza la cuestió n de los v:1lores de la l inea }' b superllcie, llegando:.. identiflC"M ert 
l:llinea: de •contornO" ·el paso dt•(.tsivo para liberar a l~t fantasia de la obligación d tt la rigida observancia hacia las fom1~t.S 
n~•tur:l les y par.J llevarla a una el:ibOr.!dón libn ..... (.A. l~.jcgl , S!ilji'fi!Jtm. d i., pp. J3-J4). 
La prhnacia de 13 ideá con respecto al rn:Jterial. principio ceorral d e b teoría semperiá11:1. re::Jpart:<"i' en l:ls teorí!ls d e 
la cs~;:uela d e historia d el :tne y e n la <·ultur~• ~t rq~.a ite<:tónic~a vic:ncs.-.. Desde Alois Riegl hasta Hans Setdruayr se nieg:• 
que b ft>rma derive d~ la t<:cnica (cfr. H. Sddmayr. l't.!rlHJ'/ der Mitte. Die bilclende Ktmst des 19. tmd 20.jabmndem· ttls 
Symptom t11td Symbol d~r Zefl. Salzburgo. 1948. trad . il. Pct'tlita del ccw ro. Bolonia, 1967). 
G t OVA NN I FAN EL L I 1 R OBE RT O GARGIANI 
9 M aten al protegido por derecflos de autor 
E 1 o r i ¡; e 11 1 ~ .\" 1 i 1 (/ t ' 1 t1 p a ,. t• d y 4' 1 p ,. i 11 , . i p i o d e 1 ,. e ,. e s 1 i m i {' n 1 o ... 
Precisamente en torno a' los no resueltos dualismos semperianos se desa-
rrolla, a partir de los últimos aüos del siglo xlX, la apasionada reflexión de 
Adolf Loos sobre la ·Bekleidung•, de Ono Wagner sobre el •NutzstiJ .. o de 
Hendrik Petrus Berlage sobre la .. waandarchitectuur>, todas fundamentalmente 
tendentes -por encima de diferencias que llegan a veces a ser sustanciales-
a verificar la vitalidad y la posibilidad del mito te:A'lil y del principio del re-
vestimiento que la exaltación de las nuevas técnicas y la ideología de la ra-
cionalidad constructiva habían minado en sus fundamentos y convenido en 
obsoletas6 
6 Gracias a la ptesencia de Semper en Alemania. en l..ond res. en Zuri<:h y en Viena, a .su intensa act ivid~~d didáctica 
y publicistica y a la recopilación de- sus textos. Kleim! Scbrifit::n. llev,ada a cabo por sus hijos Hans y Manfred. t•n los dos 
Ultimo!' de-eenios del siglo XIX sus ideas entran a formar pMte del patrimonio teórico dt! la culto m arquitectónica inter· 
n3don:tl e imprt:g:n:-tn incluso filor)('s cullumles que .se e<lractetizan de manei':J autónoma. Los priodpales centros de 1~ 
difusión del pens~miento de Semper fueron d t idg<:nOssischc Pol ytc::chnikum de 7.urich y la Ak::tdemie dcr Oildénden 
Kiinslc de Vic:n:.J. 
HcruJrik Petm :: lkrlagt- frecuenr:-t, enrre tS?c; y 1878,1a Ba.uschllle del PolitéCJl ico de Zutkh, donde tiene como ma~ 
~1ros a dL'icirulos de Semper: a p:utir de 188<1. con el texto Gott}iietl Sem;x•1: se presenta como m-áximo divulgador e in· 
térprere de las teoi'Í;.l.S sempel'ian::~.s (H. P. Betlage. ·Gottfried Semper·. en Bouurkunf lig Weekblttfl. n. 21. mayo de 1884. 
pp. 142·146; clrc xto fue impr<:.o;( l en d p<:rf'il bíogr.ifico '"'sériro por Henmmn Henntor p~1ra el lllustrl<~rt(> ¡llfOn(tMhoftren 
1879 y publicado t:ut'lbién en Kleim.> Scb,.fj}c•n; Bel'lage lo \'Oelve:. presentar en Architcctura, XJ. 1903, nn. 6. 7. 8, 9. JO 
y J 1. trad. it. en Heudrlk Pemu Berl(IJ!,e. Archfteuum urlxmf~~tfc:a estetfC!l, .w: n·ra sceffi. c:d. ;~ C"-rgo d~; Hénn4tn v:tn IJ.t:r-
geiik. l3oloni~l, 1985, pp. 84-9,;). V mt i:l .S :1 l:l ;¡tCiivicbd lt:<ÍI'iC".i de lkrbge idt:~tS St:mpel'iaJ)::t$ influyen también sobre los 
escritos de arquit<-"<·tos y teóricos holandeses. desde Jao Hessel ele Groot. a \t[Or de textos robre el uso de los trJZ:ldOS te· 
guiadores en arquitectur.t que gozaron de una :Hnplia difusión. ~l Jan \\;Jils. Jan Gratamtl. Alexander jacobus Kropholler 
o .Jacobus j ohannes J':eter Oud (dr. J. H. de Crool. I<!IS Ol-'t.~r <?VCnwit:bt in arcbftectJtw~ ~b!lsluis. 1900; id .. \.'onuharmoni~. 
Amsterdam, 19 12; J. Wil$, . l)c hedend:.tjg!'J.che stroomingel) in de boU\Vkunst•. en De Bt:uwgftlg. x·v, 1919, pp. 84·98, 
2S7-268: A. J . Kro pho1ler. f\tow t..>n Lar'Cn. Uju c•,J t'Onu. ltcbl !~'1 kl!~ut· in d(> bouw· cm f l tlfl.tvtnnmtc kunstcn, Amsu.~r· 
d:ll1l·Amberes. s.d. 11938)). El propio titule¡ de la re"i'"' fundada en 1917 por Theo \'an Doesburg, D<• Stijl. puede suge· 
l'lr una rder~ndtc -via Uerl:1gc- ;el l C:.XlC.J prin<:ip;ti (le SCntpel'. Te tfmS ICóf'iCOS St:mpe l'i::tfiOS .:K: (.'1\CI.JCO!I"'.J.O tatnblén en C . 
van dl·r Sluys, 011Zé u10nf r1p, er1 batir fnrich/iug. Amsterdam. 1930. Para algunos aspectos gener31es de la inOuenctl de 
Scmpc:r en Holand~. vid. P. Sin~elenherg, ·Gotúried Semper and Hi!> lntluence•, en Id ., N . P. Bedtlse. Jdi•a and S(~·h?. 
Tbi' Ques/lonsj'or Mode,·n A,.chiiCCIJtr<:. Utrcchl. 1972. pp. 8 ·22. 
El J; de d iciembre de 1884. e n d Roy::tl lnstilulc o f l)rilish Architc:ct~. l.:nvrc::nce H:u vey, :tlumno de Sempcr en el 
PolitC<.11ico de Zt.tric.:h. pr<Jnuodó el d i:;cur:-.0 St?mpc:r:-; 1bNJI)' o[ Et.'OIIItfon fu Arcb!u•ctural Ornamem (publicado en Ro-
J'(I/ ln-;lfnllq o[ !Jrfti$b Arcbitects, 18BS. vol. L pp. 29~54). De todo,-; modos. fue en Viena donde d~nos aspecto..'i de la.s te-
Oríá$ semperiárus ak~ln.?.a!'on su máxima difusión y desarro11o. En Viena, Semper inspiró la creación del Mw;.eum für an~ 
g.e~vam.he Kunst. c<1kado sohre el modelo inglés del South Kensinglon :\h.tSC:"ll nl. lm(X'Irt:m tcs dO<'l."'ltc;:t; de b Ak::~denUe dt:r 
bildenden Klinsw fueron ~lumno . .; (le Sempcr. y enlre ellos h:ty que sei\abr, ::rnte todo, a Carl von H.tsenauer, su oolabo~ 
mdor en bs ~tclividades profe:~ionales que desatTOllú en la capit<ll h~tbsbCtrg.ic~• . Ono \VJg_l)e'l', con i"'odt!t'uc ArclJlu:kiU,. (Vie-
na, 1896), libro de lfXto de sus cursos en la Akad<"mie. adonde fut~ l1:.1m:ulo en 1894 para S\lceder ::t voo H:-tst'O(tU~r. 
atempera la componente simb61k:a de las toorias st:mperia.nt~Sen d rigor metodológico dei ·NulZSiil•. Y~ a través de \~ag. 
ner <:omo )oseph tvJ:tri<~ Olbl'ich. )OS(>f Hoffmann, ,fosef Pletnik. Max fat>iani, l.eopold B:1uer. Jan Kotéra y otros arquitec-
tos dt: I:J nueva generJ.dón se l'elacionan L'On la herencia semperiana, contribuyendo igualmente a su difusión en las áre· 
as bohemia. mol'ava y ch&':a (cfr. K. B. M<'idl. ·Sioh nasí doby ... en Volné Sme1y. IV. 1900. n. 8~ 10. pp. 1)7· 176. trad. it. -Lo 
stile della nostra epoa·. en L. Qumrocchi. 'l.tl seCC'$t:ione a l'raga, Trento, 1990. pp. 231-236). 0.: 1898 e~ d ~pl:tnté:lmie-nto 
más emblern:.ltico. sj~mprc: en Viena . del prind pio del ('t:Vt:.$Limit;!ntO JX.W p:U1e de Adolf l.oos. CQn el artlculo ~Das Prin7Jp 
dcr St·kl(:idung• (c:n Neue Preie Pri!SSe. 4 de septienli) re de 1898, trad. iL ·11 principio del r'ivestimemo•. en fd ., Parofe nel 
m_~oto. Milftn. 1972. pp. 79. 86 hmduc<:ión ca.stelbn:.~ ~r: t principio del reve:~tilníeruo-. en leJOs. A: Escritos/, 1897-1909, Ma-
drid, ed. El Croquis, 1993, pp. 146.1; 0); con teoria.s semper1an<1S se relaciona t<~mbién de modo directo el articulo de 
l.oos .(;las und Ton·. en JVefJ~ Frl!ie f'n .. :.sse. 26 de j\lni<) d~ 1898, tr.!d. it. .Vetr<> t: ::trgilla~ . e 1) id., Pa ro/R nel vuoto. ch., pp. 
-i 1-47 (na d. c:tst. ·Cristal y ;trc;ill:t·. en /!scrlto..; T. cit., pp. H2·88)). Una confinnación fundamemal df.~l c-.tt:ictel' centr.tJ de (;.ls 
tesis sc:m¡xri:.:tn:ts en la cullurJ :tr<luitectónica vienesa, hel't'dadas a ttavés de la el).st~ñanza de \'1:1agnet. nos la d;.~ el texto 
de Leopold Bauec, Vt't'Scb/t:.'(/euC' SkiZZ<.m. buwü1j(~ rmd ~'ludien. Ein Beitmg zur Ven:liimluis unserér mode,.mm lksl,.f!i· 
hunge,; in de,. Baulmust. prefacio fechado en 1898, Vien::t. 1899. Contriboéic."mcS signif!<::Jiiva.-; a 1::. d ivulg:1ción de lás lt:· 
oria.s .sem¡xri:ma~ en Viena son también hts dc j os;ef Srf'Zygowski tdr. J. Srrzn!_owski. Dcr blfd<•ndc• Ktmst den Gc>ge,wan. 
teipzig. 1907: id., Der ,vordi'n in (/er IJildemf<»n A"unst \Vcti·teurot><,s. Heidnisches und Cbrisllicb&· u m das ja!Jr 1000. Vle· 
na, 1926). En temálicas semperianas se in.o;pira wmbién el ensayo de Joscf F1.1nk. Arcbi!ektur af..t; Symbol. Elemente deut.~­
chcm naucn Baueus. Viena . 1931 (tT<1d. it.. Arcbftctlura come simbo/o. Boloni:t, 1986). Sohre h difu!)i6 n de bs teoñas efe 
Semper en Europ:1 >'~ en partic.:\aktr. en el :lrea cultur<~ l del imperio :~ustn ..... ltabshúrgiL"(), véanse las siguienles apottadol\es 
criti;;.-:ts: \'\/. M. Jo hrt$lOn, Ostn·eicbiJt'bf! Kultur ;md Gcist~sgt-st'hü·bte. C(.•st::/lscbtljf tutd Ideen l m Donaumum 7818 bis 
1938. Viena·Coloni:l·Graz, 19i4: R. Schachel, Das GTOSS$fCldfmietbai# (le • .; \f'Ujenerlm:iSt'S, Suulieu :z:ur Emwfcklung der 
·MOdernen An:büektur~ i n. \ViRil, Diss .. Viena. 197i: B. Podre<·c-J. ~u m~tmo del rJcd tiuso (appunti SL,Il'ambieme wagneri~lno 
. . 
E L P (( I N C IPIO D E L REVESTI M I E NTO 
10 
M aten al protegido por derecflos de autor 
E 1 o r i g e n 1 e x 1 i 1 d e 1 a p fl r e d y e 1 p r i n e i p i ó d e 1 r e ~· e s t i m i t! n 1 Q ..• 
A mediados del siglo XIX, con los textos Der St il y Entretiens sur l'Archi-
tecture, Semper y Viollet-le-Duc definen dos líneas teóricas fundadoras en la 
historia de la cultura arquitectónica, centradas, la de Semper, en la idea de la 
transfiguración de la estructura y de los materiales constructivos a través del 
revestimiento, y la de Viollet-le-Duc en la idea de una directa corresponden-
cia entre estructura y forma arquitectónica. Donde estas líneas se desarrollan 
de manera autónoma, sus intérpretes llegan a poéticas caracterizadas por una 
extrema coherencia, ya se trate del virtuosismo de la superficie de un josef 
Hoffmann o ele la verdad de la estructura de un Auguste Perret. Donde am-
:t Vtenn;~ • .:i(..X:oncJ<., un'oltic;~ ~mp~ri:m:t• , c:-n AA.VV.: j O-"'C Plc..~nik. il ritorno deltttiiO. Vene<:b, 1983. pp. sin nun)et:.l r; F. Ku· 
•n-ru , ·Gonfl'ied Sernper, Ono Wagner, Adol( L.oos-. er1 AdrAl ÚXJJ, 1870· 1933. RtlWJip/ml· ll"Ob-moJSslxm. cMálogo de la ex~ 
posición. B~rf i'n. Akademic der Küns(e, •i de: didcmbre 1983-15 enero 1984 . pp. 92·98; A. Moravanszky, •J)ic \X.'andh.engcn 
der Funktionalismus·, en id., Die Ernrucnmg drr BauJ..•unst. Wt>gc zur nuxlemc in Mill<11curo¡xt 1900· 1910, S:~lzburb'O-Vie· 
na. 1988, pp. 61-81; 0 . Prelov~k, josef Pk»Cuik 1872· 1957. Architctum:~ {x:rew:is, Salzburgo·Vicna, 1992. Cfr. ta.mbiún W. 
Goehner, ·Viennese Fac>des he tween 1890 and 1910., e n ·The Comell Journal of Mchitecture•, 1987, n . 3, pp. ; 6.62. 
En Alemani:J, pe.se t~ h1 :·msencbl de elahomdones (eódcas que dt>s.arrollamn sus teorias de manem sis(emática, ,.;e en· 
Cllc.."fltran profundas huell:1s d~ ~~tendón a Scmpcr en los \.'SCrito:> d l.: Hcrm:tnn ll-"h.1th~i\lS, Fril t Schum:-Jc;hcr, Pcl·c r Bchrens, 
Cornelius Gurlin, Joteinrk:h Tes.senow . 1..00 Adlc:r o Wol(g:Hlg Hemttann (cfr. H. Murhesius. Stllarchitelttur und Battkm ul/, 
Mülheim. 1902. tl'~ld . ir. pMd~•l en Mmb(~Jfu.~ l\Jfih1n. l 98 l . pp. 25·27: \.. Gurlit1. rGottfried Sempc-r•, <:n Oi.:utschc 8w.uei· 
lrmg, 1903. n. 37. pp. 62(r627, 637--639: H. 'rcssenow . Háusbau und derglc!icbcm. Berlín. 19J6, cr.ed . il . Ossenxlzi(mi eff!. 
m(>nta li su / (.().')"lnlir t!. cd . :1 (.':11~() de (j iorgit> G r.L' •• -.i, ·"'1!1-:ln, 1974: t. Adlcr, JkmJ \r'i.'S.()JJ dt!''lkmktm.-;.t . Die /Jauktmst al') En.'ig· 
nts u.nd ErtdJ(•immJ!.. tlañl'uél> círrlft' Crtm dlugrmg der Arcbfl.ekwm:lssensc!Jafl. l e ipzlg, 1926; \V/. Herrmann, Dcutscbt• 
Baukunst til:.'i- 19.-.und 20 . .fabnmdtms. JI Tt:ll: llon 1840 bl's zur (,'egt:nuvnt, Breslau, 1933, l'eprirlt Ras-ile:l·Stuttgatt, 1977, 
F. Schurnchaer, J)(•r Gef..'il d(•r Btmktmst, Stuttg~~l't, 1938) . Siegfl'ied Giedion sostiene que Semper fue el pum o de reíer~n~ 
cia en el debme sobre las artes aplicadas eo Alemania en los años en torno a 1910 (S. Ciedion. M<•cbanis(.l{iou Tal..w; C'om~ 
numd, Oxford Universit }' J)ress, 1948, (rad . it., l'l'm deJ/tllllL'Ctmi ztlzzioJI(•, Mil:ín, 1967, p. 333 hraducción C"JStellan:l La 
mccani:m cl6n toma(>/ mmulo. ll~f<'elona= Gt.•.swvo Gili. 197$), Alsun:ts punu . .mliz.:tcioncs .sobre la.s posibles relaciOn<:S 
entre las tt·orías de St·mpc.:r y la G~nthí1U.S .st· l"ncuentwn en H. M. Wingler, {)(lS BaubauJ·, llramschc, 1962, trad. it., JI 
Bcw baus. Weima7; /Jessar~ Berlitro. 1919·1933. Mil:ín . 1972 {trJd. c;~:s1 . U1 /Jaubaus, B<~r<:don:•. ~;:d . Guswvo Gili, 1975). 
y f . lb l Co. · I.:J l r.ldít ione del B:wh:t\t.S•. en M. Fr.•ndscono . Waltt?r Cmplu.,;; e~ le 01igiui d<»l &mbtw .'i., Roma, 1975, p . 19. 
Hc nri v~n de Vddc: rl.-conoce la t'Ontribudón de Sempcr al mKímícnto d(.! lo moderno (cfr. H. v~tn de Vd de. Oér Neue Stil. 
\'(r'cimn. 1906. tr:u.l. it. 11 miO V() .::;ti le. en itl .. Sgom bcro tl't.m e e alh"i ;'!iClJ.:Bi . c tl. :t <::1rgo <.le Ro.s::;::ana I).Q.s~:•gl ia, MiJ:ín, 1984. 
p. 1 J9). En fr.lncb, .. fina le-... <.Id .-.igh) X!X. r•:ml Sédillc divul.g<~ lc:mát.ka$ fit:IJ)¡>erbna.<; y hace reft:renda r.arnbi~n a un~· ( 1'3• 
ducción :ti francé-s de Di!'r SW (dr. P. Sédille, ·L'archltecwre modetne {e Vienne~. en Gazctte (/(~~ Beaux~AI1S, XXJV, 1884. 
pp. 122· 144, 460·467. 481·491). Sobre e;.-sU.t.S :aspcx:tos. <.:fr. J. Oun<·~m Bc:rry, _¡:·rom HislOri<:i~m lo An;hilcx,1ur:tl Rc;.t l i.s"m: ú n 
Sorne of \X•'41gner's Sourc:es ... en Ouo l t?t-tguer. Rliflections (m tbe Rt~iment of Modernfly. cd. :1 t.::l rgO de H:trry Ff'.m<:ís M::tll· 
grave. <~CtáS del simposio .()no Wagner 3nd 1he Genesi$ o f Euror)e~rl Modenl ism·, S:1n1:~ MóniC!J (California), Geny Cen· 
(er fol' th{' History o f Arl ::.nd the l>Junl;)nilit:s, 3 -5 novicmbrt' 198H, J993, pp. 244-278. En ~1 s~gundo número de L'Espril 
Noutsv}cW, 13 revis~a fundada ("O P~u·ís en 1920 por L(" Col'busier >' Amedée Ozenfant. Vie;.1ot Ba.:~t'h resume prindpios de )a 
Lprnktisdtc Asdt<.'fik· sempeñana (V. ~LSc:h~ •L' f..sthétique Nouvdle el l:t SC"ic;:nce de I'An. Lcltre a u J)iret1c..··urde 'L'Esprit NOu· 
V\. ... JU", 11, fin·, en L 'C!S¡Híl NOtWCfm. 1920. n. Z. pp. 1 19·130). 
El gr-.m fermento <.le it.leJ.~ que Ctr.tcte riz•• :1 la hislOri:.. de l:t Chicago Sdt<x)l re\'ela inlJX>r1<tntes cont:xion("S con b.s te-
orlas de Semper (sobre la d ivulgación óe las t<.""Orias semperi:m.-s. en p~lrticular entre lo.s pro•~'p.onisw.s de la Chi<:a~o S<:ho· 
ol, l litl. R. H. Bletter, ..On Martin f rOJich's Cou.fri('d Semper ... e n Op~·itio11s. 1974. n . ·t pp. 146·1 S3, reektbowdo por 1:• 
:c~ut<l f'.t e n 1<~ voz ·Goufrit'd Sem pel' dt' 1-:t Mac.~UIItm J.:)tc.:J'CIOpauditl of ArcbiiL~'IS. d ir. po r Adolf K. Plac-~:ek, Nueva York~ 
Londres, 1982, pp. 25·33). En la nec rológica d.: Sempt:l' publlc:..da. en l 880 eo Tbe Auwrlcan Arcl)lU!CJ and 8ulldlug 
News se :tconsej :a la lec1um de der Stif )' St" <)fre<:e una h ihJingrafb de h~·xw.-. de Semper O. T. C., ·Gon(l'ied Semp~r 1·. en 
nJc> American Arcbilectf.md Buildiug News. vol. VH, 1880, o. 2 J•t pp . . ;6.37, e id .• -(iottfried Semper lt., i()id., n. 21 S, pp. 
43-44). Con OC:I :': i<\•l d el ~ÍI"n J"'IOSir• d~ IRB? Ol'ít~•niz:ado p •:u· 1:• lltlnois Sh:lt<· i\slioo.:l:ulon o f AJ"(.: hi\Ci.:~ y prc..'Sit.lido poi' D:tnk-
Jll:J.r A<.ller. sobre el tema ·Wh~11 :ue the pr(':';COI(! ttnd end l!S flf ::m :hiWt1Ur:ll cicsi~n in Amcrk:l?~, el arqu ilet'tO Oc origen ~~~­
mán Frederick Ba\emann <:ita una definición de Semper: -Estilo e.s la coincidencia de un-a estructur-.. eon las condiciones 
de s u oñgcn· (t,:Fr. ·Hiinoi~ St::.tc A:;socialion•, t-=.n 1be lulmul An::bUt!"t..'Umd Nau.•$ kt!Ct)rd, \'01. IX, 1887. n . 3 . p. 26; vb..-e t:un· 
biétl D . Hoffmann. Th« A rcbltt'Ctur(! q/J<>hn \ f!c.4Jborn Roor, Bahímore-Londl'es. 1973, p. 9 l : 1:1 (tase dtada por Baununn 
está tomada de G . Sempe1·. ú'bcr lkmsiJ>fe, texto de la conferencia pro nunciada en el R:u.haus de Zurich e14 de marzo de 
1869, Zurich. tS69= publiC<tdo de nuevo en Kleim.: Sc.br'iflcu. trad. i1. parcial · l)egJi stili archilettonici·. en Got!fi'i<>tl Scmpcr: 
Arcbltuttum tu'lé l' scumza, ed . .e t:argó de Benedt:no Gr'JV~•gnuolo, N!ipoles, 19Hi , p. 99). F..1l e' símpo.."io están pre.sen· 
(es l ouis Henry Sullivan )' j ohn Wellhom Root. Este ú lt.imo anot:J la frase;: cit:ed:e por B:rumann y, más tarde, gracias ;) la 
ayuda de su <~migo Frit7. \\l:.agner -que habia dedicado su carrer~1 al estudio de la tc rf'JCOW t'n arquitectura- traduce p:tr· 
<es de l.A>r Stil y l:ts publiC':• en los números de en1re di<.:icmbr<: de l Sf$() y m:-trm clt" 1890 de la rcvisi:J Tht/ lnland A rr:bilecl 
and New:> ki!Cord (d r. G. St:mpcr. ·'Ocvclopmcnl o f Ard lite<.:l \lr:•J S1ylc:. Tr.m sl:ltc:d ;~nd .o\rr.tngt:d by j ohn \VI. Uoot .en .. ·h i· 
(«(·~ en TIJC /nltmd ;ircbilcct mul Neu:s R('Cords. vo l. XIV, dic. 1889. n. 7, pp. 76~78; vol. .XlV, enero de 1890, n. 8. pp. 92· 
94; vol. xv. f~b,~ro d~ 1890, n. l , pp. 5-6; vol. ">;V. nww 1890. n. 2. pp . 32·33J. Por k> que respec~• a los pos ibb con-
G I OVANN I FANE L L I / ROBERTO GARG I ANI 
11 Material protegido por derechos de autor 
E 1 o ,. i ¡:. t n 1 e x 1 i 1 el t' 1 a {t (1 r e d y <' 1 1' r i t t r i 1~ i o d e 1 r <' ,. e ,\' ; i m i e 11 1 ( 1 ••• 
bas líneas teóricas se entrelazan y se interfieren mutuamente, las tentativas de 
encontrar una síntesis están condenadas a la problematicidad de un dualismo 
incurable que sólo la voluntad teórica y la capacidad de forma de un Berla-
ge o de u n Wagner logran traducir en fuerza interior de su propia poética. Y 
es en estas tentativas donde en el principio del revestimiento queda cons-
cientemente resumida la problemática de una interpretación más o menos 
directa de la estrucrura . 
La fuerza mística del principio de la verdad de la estructura ha terminado 
por prevalecer (debido también en parte a su carácter totalmente novedoso en 
la historia de las teorías arquitectónicas) , en la historia de las ideologías del 
Movimiento Moderno, sobre el principio semperiano del revestimiento que. 
por el contrario, constituye la formulación teórica de soluciones adopradas 
desde la antigüedad. Así , la historiografía no ha visto en el llamado Art Nou-
veau el momento crucial de confrontación entre las dos líneas teóricas, atri-
b uyendo al compone nte de la línea procedente ele Viollet-le-Duc una im-
pottancia casi absoluta y no reco nociendo en la tendencia a la ligereza y a la 
bidimensionalidad la continuidad y la central idad del tema semperiano de la 
inspiración te>..'ti l. 
Ni tan siquie ra se ha comprend ido ha:;ta qué punro la imuición crítica de 
Semper sobre el origen textil de la pared había adquirido una extraordinaria 
riqueza de significados y de implicaciones en la fase histórica del desarrollo 
de los nuevos materiales y de las nuevas tecnologías, del hierro y el hormigón 
armado al vidrio o la cerám ica. El objetivo ideal ele la lige reza, que has ta 
aquel momento se había perseguido p redominantemente a través de medios 
gráficos, ricos en implicaciones simbólicas, encuentra en cales materiales nue-
vas posibilidades de expresión has ta e l punto de realizarse en térm inos de 
transparencia absoluta. 
A partir ele princip ios del s iglo Xtx, el concepto de revestir para enn oble-
cer y proteger la constm cción no puede ya prescindir de la nueva instancia de 
la verdad de las estructuras y de los materiales, y ello comporra una refle-
xión sobre la natura leza de la relación entre revestimiento y construcció n. La 
idea de revestimiento oscila entre los extre mos de enmascarar y revelar la 
construcción. Esta po laridad ya había sido expresada por Semper, con la dis-
tinción entre ·Bekleid ung>- y .. verkleidung .. , así como por otros teó ricos de la 
primera mitad del s iglo xrx7. En el tránsito entre el siglo XL~ y el XX se convierte 
racl os emre los l extos 1córk os de Sulhv~n r 1~ d~ . '<.•mpc;r, b:1sr~: eon señabr :u.Juí I:J r:rh común de !>US ide:ts c:n b Clll· 
tunt de Ceorges C:uvk r y t.:n l:t d~-: Ch:trl~s J);¡rw in. Su llivan define a th um:tnn romo •m'l. clusLico hurlórl }r ún hombre de 
ccrchro · ( 1 ... H. St.li l iv~m, '/'be Aulúhiograpl~¡.· of a u ldNI, Nueva York. 1924: Ha d . i1. t'l) Autobiografla d i w 1'üJea e altrl 
.{(.'ri!lf d i t lrCb iteltura. ~d. a ..:-:ugo de ¡\ fario ~l:tniel'i ·Eiia . l~oma. 1970. p. 2SS ht<td. cast. A lllobf()IJ,rajru de unald~a, Bue-
no,'i- Aii'I!'S. t.~1 . Inf inito. 1961}. M:1nh1 Fróhlich sostiene que Sulhv~' "· Uev~'clo por d entt.,.si~t .smo~n!e J~s teori~•s sc mp(·ri;•· 
nas , e~H1..1d ió alemán para po<.ler lc:-er fh . .a· Stil (d r. M. früh!i<'h, Got{/ h'efi S<!mj.J(!I~ Zurk h-j-.lunkh, 19'<-)1 . p. -íQ). En el primc:l.' 
n(unc ro t k t 1 n: vi!>ta Arcb il<>r:Wraf Neu.-s de San Pr:mds<·o fncwiembrl:': 1890) se ;l!llnld:'l una 1r:•duccíón de Der S1tf :.. c:n-
go del ~• rqt.• iW<:U.I Bt.:rn~uxl M:•yb~;:d: . que: !11) e-:-. p uh\ic:·•da a C:lu.S~t de b d e$:1p:uid ó n de b revi.~t :l despué~ del tercer nú-
mero k fr. K. H. C:lrd wdl, /3(!rtlfl1'd Mayb(>t."k, .A.rt isa u. i 1rcbft(!CI, .-t l'!i.u. Sam:l l3:Jrb:lr:"I4 S:lh Láke Cir~~ . 1977. pp . . )4 >' 90. y 
.\ ·1 Bra o:vo !2'. -Wh;u l.s \ '{rro ng w i¡h Ecle?Cli('ism!-, e n Gouf rü:d Sem¡w.r mul d ie Mine c~lt:$ J9 . .Jt~~m.mdc~t:o., <:i t. . p p . 3S0-35; ). 
7 So b re b pn.Jblt:~n:í.lk:a del rc:vt:sl lll'lit!cH(l come' c:mna~C:lnm'l ietiiO <1 <.':Om o e-xpresión coheri'n té' de la e-structura 
cnnstruc!h·a t:l'l ' ' rqtlih:OC'Iur:l. señalemos, entre las <tfKII'IaCIOJ\e-s más o menos contemporáneas a las d€' Semper: C. A 
.\ lenze1. lti'-1~ucb eim .. ·,· Darstelfun.~ desj<.'I.Z(f!.en. Zu::umdes t ler Bmrlmust in t i...:t})(•l t:w:her H iiJsicht. IJ.erlin. 11332: 1\.. Uótlir hcr. 
Dit! Teklonfl.! der f l<'llf!l lf!l1. primi?'r:• edición p:·1rcial. Uerlin. 1:::44. primel':l edkión completa Berlio. l :S52: H. Hübsd1. v;e 
EL P RINCIPIO D EL R E V ES T I MI E N T O 
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f.J o r igt~ n Jtt xtil lit! ltt llil r td ).' <-1 pr i tl<'i pi o d(· l Y4? l ' ~ s tim i t: nla ... 
en un punto central de la retlexión teórica de la cultura arquitectónica inter-
nacional sobre el revestimiento. ·Bekleidung• y .verkleidung•, revelar o en-
mascarar, son conceptos ele una problemática cada vez más actual, apre-
miante y dramática en el mutado horizonte técnico y tecnológico que no 
contempla ya sólo la solución tradicional de una estructura continua muraría 
que resuelve la envoltura y a la cual el revestimiento añade un airo grado de 
calidad matérica y de acabado, sino también la afirmación ineluctable de la es-
tructura en esqueleto de hierro y en hormigón armado que exaspera la di-
versidad de naturaleza y de funció n del revestímiemo y de la construcción, 
volviendo irresoluble, desde el punto de vista de la verdad, su relación si 
ésta viene informada por la voluntad de seguir conservando la imagen de la 
arquitectura lapídea. Un revestimiento en bloques de piedra, con sus impli-
caciones s imbólicas relativas a la tectónica trilítica dásiGJ, impedía la conse-
cución de la verdad de una estructura en esqueleto estática y constructiva-
mente distinta de la lapídea. 
Sólo a finales del siglo xrx, el ·Prinzip der Bekleidung• asume como de-
terminantes las problem;íticas derivadas de la moderna estructura en esque-
leto. Esta puede estar a la vista con rellenos y no revestida, correspondiendo 
al principio de verdad en el sentido de Violler-le-Duc, o bien revestida por una 
incrustac.:ión que a su vez puede estar concebida de dos modos: para confe-
rir efecto ele masa anulando la distinción entre estrucmra y rellenos, persi-
guiendo así, coda vía, la imagen de la continuidad parietal de la construcción 
murada, o bien para exaltar los efectos de ligereza en la relación entre es-
queleto y rellenos. Cuando la estructura en esqueleto no queda cerrada por 
un muro perimen·al, las problemáticas propias del revestimiento, desde la 
elección del material al clisei'lo ele las juntas o los sistemas de anclaje, se trans-
fieren a las soluciones de la membrana límite, del curtain wall. 
Mientras que, en el plano teórico, la cultura internacional se muestra sus-
tancialmente unánime a la hora de concebir el revestimiento como expre-
sión de los valores del material y de la estructura, en las arquitecturas con-
cretas se desarrollan soluciones diversas, que muy a menudo se encuentran 
incluso en contraste con dicha asunción de principio. El revestimiento pt1ede 
ser ·delitO• contra la ve rdad de la estn1ctura; incrustación preciosa de la es-
tructura muraría; superficie que se adhiere a la estructura en esqueleto. 
En las raíces de estas diversas soluciones, cargadas de instancias morales 
e intelectuales (la ·verd;k( .. del material, la ·verdad· de la estructura, etc.), se 
encuentra e l dr~1111a d e l arquitecto frente a las posibilidades de los nuevos 
materiales y de las nuevas técnicas, que ponen radicalmente en cuestión la 
esencia misma de la tradición clásica. Si en e l plano teóri<.:o la respuesta es, 
ineludiblemente, la aceptación de la nueva dimensión de la cultura técnica (de 
An;bitl'J.•Jur mui ibr Verb(1fmfs zur /)eutfgí~n ;J./a/m'f'i und Skulplro: Stung:ut-Tiibingen, 184i; H. teibnil7.. Das StmkUt.~ F:Je. 
mtml in der :ln::bftekiur w ul .win l!erblíltni.i\ =-ur Ktm:ufoJ•m . Ein JJc>i! rag zur tv.!,.gk!ich~,uleu C1escbidJ/(' d(.•J' &wkmiSf, Tii· 
bingen. JS."í9. Cfr. ran1bién J\. Gólk r. ·Oie \X':•hrh;lil in der modem en A.r<hit~·kn.•r· . en Vcuts<:bc." &mzcitmtg, XVIIJ. IA$4. 
n. 22, p. 130. ~· C. <.f urliu , ·<"iü llcr$ :i.'ílhtü-K"ht: l.t!'hre-, ibid .• X:.XI , 18$7. n. 101, pp. 602-60i. )~. en el 1ranscurso del ~iglo 
XJX, t"l"ltre otrO$: J. St!'zygow.ski, DIP bildende Kunst der ú('gtmwrm. Leipzig. 1907: G. :\. Pl::uz. Dir! Bmtl.um st de,. twuesJen 
Zcil, Uc rl;n, 1927: \'\:. C. Behr~~ndt, Mndcru Bu;/diug. It:; Nature, PmbltNm; ami Form.'t.. Nut:\':t York, 1 'H7. 
GIOVA N NI FANELL I f ROBER T O GA RG I ANI 
Material protegido por derechos de autor 
1. Auguste y Gustave Perret, pabellón de los gr~1ndcs almacenes La Sarnaritaine en Ja Exposition 
Imernationale des Arts Décoratifs <:1 lndustriels Modemes, París, 1925 (de L 'Archifecture 
Vivtmte, 1925). 
2 . Maree! Kammerer, proyecto estudianti l ele tienda real para caceJia, fechado en marzo de 1900 
(de Aus \'1/agner:;cbule 1900. Viena, 1900). 
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rv1 a 2nal ,:¡ro eg1do por derechos de autor 
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El o r igen re .rríl de la p nr c tl \' el pr· in c ip i o (/t:l ' ' <' Vt>:ili m ; t! nto ... 
Frank Lloyd Wright a Hendrik Petrus Berlage, Otro Wagner o Adolf Loos), en 
el terreno práctico incluso los más grandes arquitectos se muestran más o 
menos incapaces de dominar todas las implicaciones de las nuevas técnicas 
y de proseguir hasta el fondo la renuncia, impuesta por la ética de la ver-
dad, a los valores de la cultura arquitectónica clásica, que admitían la ficción 
como no coincidencia entre estructura constructiva y estructura aparente, en-
tre solidez estática y solidez visiva. 
Se explica así la aparente incoherencia emre la teoría materialista y fun -
cionalista de un \Vagner y su arquitectura que tiende a la máxima cualificación 
simbólica de la envoltura como telón: por una parte se erige en paladín de los 
nuevos materiales y ele las nuevas técnicas, sosteniendo que ele ellos deri-
van las formas de una nueva arquitectura; por otra, continúa adoptando, tam-
bién por razones económicas y tecnológicas, materiales y técnicas tradicio-
nales, expresando en cualquie r caso esa modernidad ideal al conferir al 
revestimiento valores simbólicos alusivos a la ligereza. 
En esta contradicción se debatirán también campeones del racionalismo, 
desde Le Corbusier a Gerrit Thomas Riervelcl o Walter Grop ius, rranstlguran-
clo, a través del revestimiento de revoco, una construcción ele materiales tra-
dicionales para hacerla aparecer como resultado-modelo de materiales mo-
dernos. 
En la senda de una larga y sólida tradición que hunde sus raíces en la cul-
tura arquitectónica de los siglos J(VII y xvm, a partir de Claude Perrault, Jean- · 
Louis de Cordemoy y Marc-Antoine Laugier, Auguste Perret logra resolver 
esta comradicción con e l dominio de la técnica del ho rmigón armado subli-
mada en nuevo orden arquitectónico a través ele una larga y cuidadosa in-
vestigación. 
Después ele la riquísima serie de inflexiones y experimentaciones ele la 
cultura arquitectónica internacional entre finales del siglo XIX y principios 
del xx, las problemáticas del revestimiento se resolverán en la abso luta au-
sencia de ornamento, en la pared desnuda, blanca, transparente: con la Neue 
Sachlichkeit, el revestimiento se convierte en medio ele clesmaterialización . 
E l PRINCIPIO OEL k EVEST IMI E N TO 
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2. ADOLF LOOS Y FRANK LLOYD WRIGHT: 
EL <<DELITO» CONTRA LA VERDAD 
DE LA ESTRUCTURA 
ADOLF LooS Y lA SUPERFICIE SIN SUTURAS 
«Material cerámico, madera y, sobre todo, hie rro, metal y zinc han ocupa-
do e l puesto de las p iedras escuadradas y del mármol, y sería poco conve-
niente continua r proponiéndolas bajo falsos semblantes. ¡Defiéndase el ma-
terial por sí mismo y muéstrese sin velos en las formas y en las condiciones 
que, en base a la ciencia y a la experiencia, se hayan demostrado como más 
apropiadas para él! En el ladrillo debe verse e l ladrillo, en la madera la ma-
de ra, en el hierro el hierro, cada uno con sus propias leyes estáticas·. Esta sí 
que es la verdadera simplicidad: a ella debemos dedicarnos enteramente, sa-
crificando nuestro gusto por los ingenuos bordados de la decoración. La ma-
dera, e l hierro y cualquierotro metal p recisan de un revesrimiento para de-
fenderse de los conrinuos ataques de la atmósfera. Obviamente, esta exigencia 
debe ser satisfecha de modo que represente también un embellecinúento. 
En vez de un barniz de tinta única se pueden e legir agradables agrupamien-
tos de colores. t a policromía se hace natural, necesaria .. \ Lo escrito por Gott-
fried Semper en 1834 marcaba una vía de investigación que difícilmente ha-
bría podido p roseguirse con cohe renc ia sin renunciar a esas componentes 
s imbólicas y metafóricas esenc iales en su penS<l mient.o . No en vano Adolf 
Loos define a Semper como aquél que ha •asestado un golpe al corazón de Jos 
iclealisras·2. 
1 G. Semper, Vorltiuji¡;c & •met·l.mngcu l1her fx:m(l//e A rcbileklur tmd P/u.o;fik bei tl<•n Alteu. Ahon:1, 1834. 1r:1d. il. par-
d;tl. Ossema.zioni preUmiuarl ~·ulfarchilénura dipittttl f! _;;,u !la plastica {J1'l• . .;..;;o gil anticbl, e n Gortfi'ied & •mper. A,.cblrertu-
r'tl tU'tc é' scten2a. a cal'go de Benedeuo Gmv:-tgouolo. Nápofes. l987, p. 89. ·El materi:tl habJ~t de si 1...) - habla <:sc:rito Sem-
pel' en LS34-, el ladl'iUo l ieoe el a.-;pecto del lad rillo. l a m:u:.lew d e l:t m~tder.:t . el hierro de1 hi<:rro! t:•d:.t uno !>cgtín sus 
propjas lc }res cst:ltk~ts • (Scmper. tlorltl1~{lge B<~merkuugen. <:il., p . . KJ de la edit~ión orígir).:'lJ). 
2 A . LOO=>. -<~ l::t$ und Ton·. efl Neuf! Preft' Pt·e~'f:'. 2ó de jonio de 1898. W.ld. h. -Veuo e argilfa·. en fd •. Paro/e nelr·uo-
lO. Milán. 1972, p. ·ÍZ (tr:td . ~S'- cit.). 
GIOVAN NI fA NEL l l / ROO ER T O GA R G I AN I 
17 Material protegido por derechos de autor 
Ad(~/f LC,()!i ,\' Fra 11k Llayd W r ight : e l •dellt()» C (,ntra 1(1 verdad ... 
El desarrollo del componente racionalista de las teorías semperianas se-
gún orientaciones que marcarán los postulados teóricos de la cultura arqui-
tectónica vienesa fin de siecle viene preanunciado por Wagner en Moderne 
Architektu.r: ·Son tonterías o , peor aún, mentiras artísticas las casas de al-
quiler decoradas sin motivo con lesenas, rorretas o cúpulas, las que se es-
conden bajo la orgullosa máscara de los palacios, pero también las vigas 
que parecen de piedra y son de zinc y que no sostienen nada, etc. La com-
posición estará sustancialmente influenciada por los materiales constructivos 
previstos y por las técnicas aplicadas [ .. .] deberá simplemente adaptarse al 
material y a la técnica de ejecución, y nunca al revés. La composición deberá, 
además, d ejar aparecer claramente los materiales que serán empleados y 
las técnicas que se adoptarán[ ... ) Desgraciadamente, todavía son demasiado 
comunes los errores al respecto. Las formas de arte en las que el efecto del 
tiempo de fabricación no corresponda al del material usado son memiro-
sas y fastidiosas. Pertenecen a esta categoría ménsulas y cornisas que no 
soportan nada, elementos de hierro q ue dan la impresión de formas en pie-
dra, grandes cantidades de detalles exteriores que quieren parecer mejores 
de lo que son en realidad, revocos que parecen perfectas estructuras en 
. d 3 p1e ra, etc.· . 
Loos acentúa el componente racionalista del pensamiento semperiano. A di-
ferencia de Wagner y de los demás arquitectos vieneses, al remitirse a las te-
orías de Semper privilegia explícitamente y con gran claridad su núcleo fun-
damental: Das Prinzip der Bekleidung. Este es el título del artículo que publica 
en la Neu.e Freie Presse en 1898, momento crucial de la cultura vienesa en la 
que se concemran obras como la Majolikahaus de Wagner o el edificio de 
joseph Maria Olbrich para la sede de la Secesión, obras en las cuales es cen-
tral la problemática del revestimiento y del mito del origen textil de la pared. 
Loos parafrasea punto por punto las tesis de Semper. La primera tarea del 
arquitecto es crear espacios cálidos y acogedores mediante el empleo de al-
fombras sobre el suelo y en las paredes4. Segunda tarea es inventar la es-
tructura que mantenga estos elementos textiles en su posición correcta. ·Y 
es así, según esta sucesión, como el hombre ha aprendido a consttuir. En 
principio fue el revestimiento-5. Loos no sólo asume la línea teórica semperiana 
sino que toma postura en contra de principios que puedan reconducir a la lí-
nea derivada de Violler-le-Duc: ·Hay arquitectos que siguen un proceso di-
ferente. Su fantasía no crea espacios, sino estructuras murarias. Lo que que-
3 O. Wag.ner. Moderne Arcbltekrur. Selneu ScbtUern eiu Ftlb~Y:r auf dfeSI!m Ktmstgebiete, Vlena. 1896 (prefacio fe-
ch~tdO en octubre de 1895)t trad. it •. Architettura nuxlenw. a cargo de Marco Pozz.etto (realizada 3 partir de la tercero edi· 
ción. Viena. 1902), Tuñn. 1976. pp. 70 y 106 (traducción c:as(ellanf-t fA arquíttcturti tle m.té$tro tiempo, fl.bdrid, ed. El 
Croquis, 1993). 
• En el donnitorio de su e-.spoS<J, Lina (Gi.sela.str.tsse 3, Viena, 1903), Loos lleva la idea semperiana a los limites de la 
p:uadoj3, Una c:ortin:~ <.:onti.nuot de <clas c:.c sobre alfombras, \'Cntanas y anmuios. También los muebles present:•n re · 
vestímientos de tejldo y una franf.a igual a la del rortinate. El pavimento ~1á complet:amente cubierto por una alfombra 
de pelo de angora que asciende hasta recubrí!' la base del Jecho. 
$ A. Loos, ·D~s Prinzip der Bekleidung·. en ,1\.'cue Fr<~ie Presse. ·i de septiembre de 1898. trad. it. ·Il principio del ri· 
vestiment~. en M., Parolt> uel vuoto, dL, p. 79 hr.td. <:a~r. -El principio del (evestimient(')•, en Loo~. A.: F:scn·t~·~ /, 1897-
1909, Madrid, ed. El Croquis, 1993, pp. 151-157). 
EL PR I NCIPIO OE L REVES T IM I ENTO 
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Adolf Loos ..... Frank Ll oyd \Vrigh1: el «~J e lito » <:O ntr u la v erdad ... 
da son los espacios internos. Para estos espacios el arquitecto elige sólo en un 
segundo momento el reveslimiento que considera más adecuado•; , 
El esfuerzo teórico loosiano tiende a aislar el principio del revestimiento de 
las implicaciones formales del mito textil y a conferirle una extrema raciona-
lidad. Así, por ejemplo, las lastras de mármol no deben ser de pequeñas di-
mensiones, para no correr el riesgo de que aparezcan como elementos de 
un aparejo murario, sino lo más amplias posible para expresar su naturaleza 
de superficie de revestimiento6 .[ ... ]con el estuco se puede imitar cualquier 
ornamento excepto uno -el que imita la construcción con ladrillo visto•7. 
El diseño del revestimiento no sólo no puede imitar estructura constructi-
va alguna, como ya habían establecido Semper y Wagner, sino que debe tam-
bién renunciar a cualquier residuo de ornamento simbólico referido a la cul-
tura textil. El revestimiento loosiano puede sólo expresar al máximo la 
naturaleza del material a través del cuidado en su elaboración, la elección 
de la textura, el calculado juego de las vetas de la madera o del mármol, los 
grados de brillo obtenidos a través del pulido o el barniz. Pero los procedi-
mientos de elaboración no pueden por sí solos garantizar la consecución de 
una .. Bekleidung .. coherente sin someterse ellos mismos a leyes que exclu-
yen la posibilidad de toda imitación. 
Loos contempla la posibilidad de •recubrí!> la madera .. con otra calidad de 
madera•, pero con la advertencia de no ·imitar en el color el material recu-
bierto• . .. c uando el material que se recubre es del mismo color que el mate-
rial de revestimiento, este último puede mantener su color natural. Así, por 
ejemplo, puedo recubrir el hierro, q ue es ya negro, con un estrato de alqui-
trán, puedo recubrir (chapar, incrustar, etc.) la madera con otra calidad de 
madera sin que haya que colorear la madera de revestimiento; puedo reves-
tir un metal con otro metal mediante el fuego o la galvanización. Pero el 
principio del revestimiento prohíbe imitar en el color el material recubierto. 
Por ello, el hierro puede muy bien ser alquitranado, pintado con colores al 
óleoo galvanizado, pero no pintado <:on el color del bronce, es decir, con el 
color de otro metal.B. 
Es el haber asumido como núcleo teórico primario y central el ·Prinzip 
der Bekleidung·lo que impide, sin embargo, a Loos desarrollar hasta sus ex-
tremas consecuencias su aspiración determinista que, por coherencia lógica, 
habría debido resolverse precisamente en la negación de tal principio. De 
ahí la complejidad de sus formulaciones en torno a las problemáticas técnicas 
y formales del revestimiento y la contradicción existente entre tales formula-
ciones y su arquitectura. 
Las temáticas semperianas replanteadas en el artículo de Loos influyen so-
bre aspectos no secundarios de las formulaciones teóricas de arquitectos vie-
neses de formación wagneriana. En enero de 1899,Josef Plecnik anota lo si-
' /bid .• p. 80. 
(l ·Hoy ~ribe (..(~hemos llegado a acJosar <:on desenvoltur.t elementos estrudumlt:s sobre. la fa.ehada y a suspender 
las "'piedras portanle.s'' bajo la cornísá, aduciendo como justifiL":idón motivos artl.-;:tk:O~· (iiJid .• p. 81). 
' tbld., p. a;. 
il !bid. 
G tOVANN I f ANELLI / ROBERTO GA RG IAN I 
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A d o 1 j' L o o .s \' ¡.~ r «l tt k L ! o y (/ W r i ¡; 11 1 : t• 1 • d t• 1 i t o •· e o n 1 r (1 f a ,. e r d a d . . . 
guiente durante su viaje de estudios a Italia: ·Si quieres ser verista, lo cual es 
correcto, debes serlo completamente. Que la piedra sea piedra, que el ladri-
llo sea ladrillo, o, en mi opinión, mezclados entre sí: siempre, sin embargo, en 
masas compactas, ninguna afectación. ¡Así va bien! Estoy sinceramente con-
tento de haber llegado a esta conclusión, según la cual pueden ser resueltos 
muchos problemas•9. jan Kotera, en un artículo de 1900 en el que incluye a 
Semper entre los ·apóstoles .. del moderno, escribe: •( .. . ] no puedo estar satis-
fecho cuando imitO la piedra con otro mate ria l, no puedo estar satisfecho sí 
impongo a la madera las formas de la piedra; en suma, no puede satisfacer-
me ningún camuflaje ni ninguna imitación puesto que ambas cosas son con-
fusión y mentira. La función y la belle za están estrechamente relacionadas 
también en la construcción. Si construyo, por ejemplo, una pue1ta y utilizo ma-
dera a la que hay que dar un revestimiento de un material difereme, no pue-
do dar a este reves timiento la forma -en este ca.:;o e l color- de la madera, 
puesto que ello es de nuevo imitación -es decir, mentira- . Las formas de las 
puertas me indican que son de madera, pero no me debo avergonzar del 
material del revestimiento y lo indico así, tal como es - barniz y, en conse-
cuencia, con alegría, barniz· !O 
Principios derivados de Sempe r y nuevameme planteados por Loos apa-
recen también en algunos textos teóricos de Hoffmann. ·Pueden admitirse 
además -escribe en 1901- la pintura y el barniz, este último a condición de 
que no imite ningún otro tipo de madera, y aquélla empleándola cuando no 
haya otras coloraciones, como en e l caso del blanco·1 J. 
La aspiración ele .los arquitectOs vieneses a una idea de n:.:vestimiento plan-
teada a partir de la verdad de los materiales y, en consecuencia, susceptible 
de proponerse como racionalista y actual, será, por contra, críticamente dis-
cutida por Heinrich Tessenow en el libro Hausbau und dm;gleichen, escrito en 
1916 en Viena, adonde se había trasladado tres ai'íos antes para enseñar en la 
Kunstgewerbeschule, en estrecho contacto con Hoffmann. No sin graciosa 
ironía y con grJn inmediatez, Tesseno\v capta las limitacio nes teóricas de una 
orientación que, en el fondo, no se alejaba mucho ele ese determinismo de los 
semperianos criticado por Riegl en 1893. ·Un viejo arquitecto -escribe- que no 
admitía términos medios y que ha tenido entre nosotros gran influencia, en-
9 De l d i::uio del vi:tje de est udio~ :t ltali:t, 8o1oni:t, 17 de (.'ncro d .. • 1$99, cit . e n M. t:)oz.zeuo. ,I<Mt:/f 'Jft!lnil• e la scuofa 
di Ouo 1\ii'¡gner. Tu río, 1968, p. 3 1. 
to J. Kmér~t . ·O nnvém umeoí Né>ko lik lhe5.í o archilekn11·e a lllllt:ieckt"fll p nJIH)'Siu·, en Noloé Smé l'y .. , IV, 1900. 
r'U). S.. l O. pp. lf\9-195. tl'a d. h. ·Sulla nuov:l artt:-. Alcune tes\ sulr11rchiteirur:. e sulriodustria a11islica". en l. Qu:urocchi. 
Lfl s<•ces::iouc cr /~raga. Trt:nto . 1990. p. 239. 
11 J. Hoffmann ... Einfad w Móbck ~n &~$ /niC!rfeur, 11. 190 l. tr:-td. i1. ~r>.·Johili ~"'!mplic.·k cu 1-fojfmwm, : ~moblfí *'nnplic/., 
Virma 1900/19 10. -:t e~rg('l de Máuri~io I:<~S:iúh). p. no numc:rmia . .. f: rl un m~mu;~l ~hre h en~ci\;uw.a é'l\ b s e:>cuel:i .;; ar-
tes.anale:": -ded ar::i Ho!Tmann- .ne topé> casuahnto1UC' (.'OH una fr:tsé' más o menos ~•si: e! ll<muniemo de b s lll:'tdetas con mor .. 
d ientes se hace pata conferir :\ la~ calid:.des de eSC'.\SO precio el aspecto exteriol' de I:)S m5s roSH').sa.s )' mejores . .i\15.s 
bien debería <.k:cirse: ~::1 trmamiento dt·l~• maden1 <.:on \lrt morJi~nl e;: pcmlite Qbten~;.:r (in la$ q ue no $C." l.."n<.:u~nwm en b m:1· 
de m n:uural: :-u o bjt:lin,) no e.;;. pue~. el de imitar :.t <)ll"d5 macler.1S: Cr'l e~1e .;,;.entid<) :::on acimisihles. por t~uuo. sobre todo 
d g ri:;;, d :azul, d ve rde:. Olwi:unenlc .<;(• p u éd cn t'lhtcner Otra:-: t<m:Jiid:ldcs r cf''l e~te (:¡:-,()~e de he husc~~r --eventuahnt:J\· 
te ex~•l t::afldo el \'eteado, ef€"Cto q ue se obli~ne frot:tlldo el veteado s urK"I'fid a l éon un color da ro- resaltar la aut~.~ntic:t na· 
tu raleza d.;:lm~•tcria l. Debemos rnos:tr.•r cack• cos.:• <'0010 <;·s re~Jmeme-- ( 1. Hoffm:mo. -~·ldnl." Arbcil ·, <:'onf~r~nci;t del .22 <.k 
f~brc;ro d<.: 1911 . en E. F. S<:kk.-1.', .fos~:f Hofliuum:, ¡/a$ n,.dJitekroui.~c};Je \\'é rk. Mom;gmpbie rmd trlérl.!t!erzeitbni.~ ~:llx­
burgo·Viena, 1982, trad . it. ·JI 1n io lavoro·, en E. P. Sekler,JosejHoj'{mmm. 1870· 1956, Milán, 1991, p. 526.) 
E L P RIN C I PIO DE L REV E S 7 1M i f N T O 
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Adolf Lo o s y Frnttk Ll oy tJ \Y r i!Jhl : t" l "' d el ilo " CO ,I I'tt la t• c rdad ... 
señaba que "cuando se unen entre sí dos tablas para hacer, por ejemplo, una 
puerta, la clavazón debe mostrarse honestamente y, posiblemente, se debe ver 
también el punto en q ue los clavos han salido por el otro lado de la puerta, 
etcétera, y si al hacer esto se ha astillado un tanto la madera, cosa que ocu-
rre fácilmente, se deben simplemente quitar las astillas y dejarlo todo como 
está". Admitie ndo que se trate sólo de una metáfora, este modo de entender 
la clavazón es la consecue ncia lógica de una opción de honestidad, pero 
muestra claramente adónde puede conducir una actitud de este tipo. Existe, 
por así decirlo, un honesto ''bum-bum". Son precisamente éstas las exagera-
ciones que rememos. En el trabajo cotidiano o a1tesanal reconocemos que 
es importante sobre todo el resultado de conjunto, y quisiéramos atenernos a 
éste rambién en lo referente a la verdad; por e jemplo : queremos que quien lle-
va luto lo demuestre también con el conjunto de su comportamiento; pero, 
ciertamente, no pretendemos que nos confíe todos los detalles de su dolor. 
Del mismo modo, exigimos que un trabajo artesanal sea sincero en su con-
junto, incluso en el sentido más elemental del término; pero ello no significa 
que queramos ver cada traza de cola y de davos .. n 
La aspiración de Loos a una coherencia racional se linúta a la elección y a la 
elaboración de los materiales de revestimiento. El concepto de verdad vale tan 
sólo para los materiales y no para la estructura, correspondiendo al aserto sem-
periano del valor absoluto conferido a lo que reviste los límites del espacio . 
El razonamiento de Loos establece el primado del efecto a alcanzar •a tra-
vés del material y a través de la forma•13. Y •las formas se han desarrollado a 
pa.tir de las posibilidades de aplicación y del proceso constructivo propios de 
cada material singular, se han desarrolladocon el material y a través del ma-
terial·14. 
Pero de estos procesos de desaJTollo comprobados por la historia, a Loos 
de hecho le interesan sólo los resultados - las formas- y no la lógica. Tales for-
mas asumen, por tanto, un valor absoluto y pueden ser de nuevo propuestas, 
como de hecho hará Loos e n sus arquitecturas, incluso sin recorrer la lógica 
que las ha producido: columnas no portantes o vigas de falsos techos. En la 
sala de estar de su propia vivienda de Giselastrasse 3 (Viena, 1903; fig. 4), el 
techo rebajado de la parte del salón en torno a la chimenea esrá realizado con 
pequeñas vigas de madera fingidas constituidas por ejes clavados entre los 
cuales se han tendido te las de lino b lanco 15, solución que, por lo demás, se 
encuemra en evidente contradicción co n el principio de que el revesrimien-
Jl H. Tes.'ienow. 1/a-usiJau tnul dcrg!t~ldJc.w, Berlín. 1916, tr.:u:L 1f. Ossel'l 'CIZfonl cft•mctllm1 su/ <YJSNltfll.', ed. a <:árgo de 
Ciorg.io Crassi. Mil:ln. 1974. p. 93. J::n el <:'apín.•lo .:;hx lic:-::•do :1 ·dividir }' uni.r•. Tesseno\v h~•ce gala dt• u m• p!cn;• c.·ond cnda 
del valol' de l::t envolrul'a <:orno cott:stituid:• por supetflcit:S de diversa car::icterizad{m pero CCilnbu\:ld:·ts too u1\ oonjumo úr~ 
gáoico (lbid .. pp. J 14·121). El c:tndof de lempJo dei Jnstil\llO j :tcqu("S Dak roze (HeUer~1u , 1910~1912) de Tessenow se b:1sa 
en el revesüm.i..:nto de revoco y dt" piedra - y:a sc~tn los S\Ui.k·~ bordes de t:~mpos revoc:ados o l:ts plac::•s de los grandes pi~ 
lart-s dd pfQn:.'IOs-. En la gran sala. cstruc:tums. pr•r~des }' techo des:·•pare<.'t'n de1ní.s de un:. envolrura continua <.'OnSti!uida 
pt)r ~.;Lrát()S de te b hlan(':l imprt:gn:1dos dt" ct.·r:¡ ú,fr. M. f>c.~ Mkh<:IL.;, /i(!m n't b 't r!S:;(•now, '18 76-1950. Miltín, 1991. p. 203). 
u A. Loos, ·D~s Pl'inzip det Bekleidung•, cil.. p. 80. 
1 ~ /bid. 
n Se111per habi;t descrito la .sol\1ci6n <;:n kJ <~n.tuitél.:fur.~ t:gipd:! de lt."(;hos horitOnl:tle.s · inici:.tlme r.tc :Ktlo de linv- ((i. Sem· 
per, Die- Vit!t Elememe dc.1· &mktmst. f:'iu Bl'itrag zurt'(•l'glefcb(!'tlde'l Baulmndc, Br::1unschweig, 185 t , ttacl. iL, / 1/ elemtmli 
tlell"ilrcbitl!lftm;¡, a c:ugo de LuUovica Scarp:t. •' i iJ:in. t99L p . .ll 9). 
G t OVANN I fANE L LI / ROBER T O G ARG I A N I 
21 Material protegido por derechos de autor 
Ad o lf Loos y Fronk Ll oyd Wrighi : r l ~deliro :.. c ontra la verdad ... 
to no debe imitar a otros materiales. Y lo que aparece como arquitrabe de ma-
dera de la zona de comunicación entre los dos ambientes es en realidad el re-
vestimiento de un tirante metálico. En la casa de Hugo y Lilly Steiner (Viena, 
1910; fig. 6), la estructura real de los forjados, constituida por una urdimbre 
de madera, queda oculta por una techumbre que presenta una urdimbre de 
vigas y viguetas lígneas puramente decorativa. 
•Ningún material admite una intromisión en el propio repertorio de for-
mas-16: con esta afirmación Loos se cierra la posibílidad de inventar nuevos 
lenguajes formales a través del procedimiento de la metáfora (piénsese en la 
historia del nacimiento de la arquitectura lapídea a partir de la de madera en 
sus aspectos como realidad o como mito). Así, el hierro y e l hormigón ar-
mado, que para otros arquitectos conducen, p recisamente a través de pro-
cedimientos metafóricos de formas de la tradición constructiva clásica, a la in-
vención de nuevos lenguajes formales, para Loos son materiales ignorados o, 
mejor dicho, usados sólo instrumentalmente como medio de solución prácti-
ca y económica de problemas estructurales en los mismos edificios en los 
que vuelve a p roponer las antiguas fomms. 
El arquitrabe parece de madera en su vivienda, metálico en el edificio 
Goldman & Salatsch en la Michaelerplatz (Viena, 1909-1911; figs. 11, 12, 14), 
de hormigón armado en la casa de Triscan Tzara (París, 1925-26): por encima 
de la técnica es el significado de arquitrabe en cuanto que forma arquetípica 
lo que Loos quiere afirmar, incluso cuando tal elemento constructivo no se co-
rresponde a la realidad de la estructura. El lenguaje impone sus ficciones, 
porque Loos se niega a encontrar otro lenguaje que sea coherente con las 
nuevas técnicas. 
No ha habido proyecto más nostálgico que el de Loos, obstinándose en ha-
blar una lengua muerta, inactual. 
Loos adopta e l hormigón armado en diversos edificios (por ejemplo, en la 
casa de la Michaelerplatz), pero con una indiferencia absoluta hacia las po-
sibilidades de que la estructura se convierta en momento expresivo. Por lo de-
más, en sus escri tos, las consideraciones sobre el cemento se refieren tan 
sólo a su empleo como material de revestimiento o de acabado y le parece, 
por su propia naturaleza, como el material que se presta a los errores de imi-
tación proscritos por el principio del revestimiento. ·El pobre Ferstel-escribe-
debe haber sufrido las penas del infierno, obligado en el último momento a 
pegar a su universidad trozos de fachada realizados en cemento [ .. .] mere-
cen también ser mencionadas las lastras de hormigón con las que algunos 
imitan los pavimentos a la veneciana (mosaico) y otros las alfombras per-
sas·1'. ·Sólo ante el cemento, que es la conquista de nuestro siglo, nos hemos 
quedado completamente desarmados. Así como el cemento es, de por sí, un 
16 toos~ 4 Das Prinzip der Oekl~idung·, cit .. p. 80. 
11 J(Jid., pp. 81 y 85. También Hoffmann, cuya$ afinid:.dcs teóricas con Loos ya se han señalado. critica el hábito de 
-enmascarar con la decoración una mala estrucrura~ con ·ridículos moldes de cemento suminislrados :l gunel por la in-
dustria· O. Hoffmann, 4 Arch.itektonisches von der Insel Capri·, en Dcr ArcbitekJ. WWner Monatsbefte fi1r bauu.:'Seu und de~ 
korative Kun.$1, 111. 1897. p. 13, tJad. it., -Notizie an:hitettoni<'hc sull'iso):t di Capri·. en Sekler. josef Ho.ffmatm, 1870· 19.56, 
cit.. p. 518). 
EL PR INC IPIO DEL REVE STIMIENTO 
22 Material protegido por derechos de autor 
Ado l f Lo o s y Fra lfk L/(J)'d W rí gh t: el Kdelflo" tfJnlr(l la verd (í d •.• 
material estupendo, nos atenemos, para valorarlo, a un único principio, ese 
principio que reaparece cada vez que se comienza a aplicar un nuevo mate-
rial: ¿con esto, qué se podría imitar? Se le ha usado como sustituto de la pie-
dra. Y, dado que es extraordinariamente económico, se ha abusado de él en 
todas las formas, siempre en el típico estilo de parvenus. El cemento se ha di-
fundido en nuestro siglo como una verdadera epidemia. "Ah, querido señor 
arquitecto, ¿no podría aplicar cinco florines de arte más sobre la fachada?", ro-
gaba el van idoso comitente. Y el arquitecto pegaba sobre la fachada esos 
cinco florines pedidos, y a veces uno de más. Actualmente el cemento se 
usa para imitar la obra de los estuquistas•Is. ·Porque estos palacios renacen-
tistas y barrocos ni siquiera están hechos con el material con el que parecen 
construidos. Unas veces querrían parecer de piedra, como los palacios ro-
manos o toscanos, otras veces de estuco, como las construcciones barrocas 
vienesas. No son ni una cosa ni otra: sus detalles ornamentales, sus ménsu-
las, sus guirnaldas de t1ores, sus cartuchos y dentículos, son todos de ce-
mento y pegados encima . Indudablemente esta técnica, aplicada por prime-
ra vez en nuestro siglo, tiene su plena justificación. No es admisible, sin 
embargo, que se la adapte a formas que están estrechamente ligadas a la na-
turaleza misma de un determinado material sólo porque su aplicación no 
presenta dificultades técnicas. La tarea del artista habría sido encontrar un 
nuevo lenguaje formal para el nuevo material. Todo lo demás es irnitación-19. 
En la lógka del razonamiento de Loos sobre la racionalidad de la fom1a del 
revestimiento, el revoco debe ser extendido como una superficie continua, sin 
ningún diseño que proponga texturas de materiales constructivos como si-
llares o ladrillos,sin ornamentos pintados, grabados o en relieve. Loos va 
más allá de la aspiración wagneriana a la verdad de los materiales de reves-
timiento, renunciando también a esas implicaciones simbólicas semperianas 
todavía perpetuadas por otros arquiteCt<?S vieneses en la solución del reves-
timiento de revoco. Tiende así a realizar la superficie sin suturas, coherente-
mente con su idea de un revestimiento que no imite ninguna estructura cons-
tructiva, que no describa ningún mito originario. 
• Y tenemos además el revoco de cal-escribe en 1910-. En una época abo-
cada al materialismo es mirado con suficiencia y uno empieza a avergonzarse 
un poco de él. Así, el buen viejo revoco vienés ha sido maltratado y prostituido, 
no ha podido ya mostrarse como lo que era, y ha sido utilizado para imitar la 
piedra. Porque la piedra es costosa y el revoco cuesta poco (. .. ] El revoco de 
cal es una piel. La piedra es estructura. A pesar de su composición química si-
milar, existe una grari diferencia en el empleo de los dos materiales. El revo-
co de cal tiene un parentesco más cercano con el cuero, con los tapices, con 
los materiales para revestimiento y con los barnices que con su prima, la pie-
dra caliza. Cuando el revoco de cal se muestra honestamente como revestí-
18 A. Loos, ·Die Baumaterialen~, e n Ntntc F,·ele Pres:w, 28 de agosto de 1898, trad. it. .J n)ateriall da costruzione·. en id., 
Parote neltmoto. cit. pp. 77-78 (trad. cast. ·Los materiales de construcción·, en Escn·los 1, cit., pp. 146·1501. 
19 A. Loo.~. ·Die potemkim.-;.che Stadt•, en Ve~· Sacnun. julio de 189A, trad. it. ·La d nil allá l'otemkin· , en 1..1 .• Parole nel 
• UUOIO. c it .. p. 105 [trad . c;tst •L:t dudad potemkinizada·, en Escritos /1 cit., pp. 114·1 171. 
G IOV ANNI FANELLI 1 ROBERT O GARG I ANI 
23 Material protegido por derechos de autor 
Ad1•/f Loto .\· .\' P r ank Ll oy d Wrisilt : e J ..: d e l i J (, ... ((!lllra l a \' e rd <i <l .•. 
mienro de un muro de ladrillos tiene tan poco de que avergonzarse de su ori-
gen simp.le como un ürolés con sus pantalones de cuero e n el Hotburg .. ~o 
La opción de Loos por el revoco se corresponde también con la volun-
tad de cominuidad con la tradición de los mate riales de revestimiento de la ar-
quitectura vienesa. -De hecho - escribe- existen motivos muy concretos para 
que Danzig sea una ciudad toda de ladrillo visto y Viena una ciudad rotal-
mente en revoco de caJ.11. 
El edificio de la Michaelerplatz es un clamoroso ejemplo de la investigación 
Joosiana del ·efecto• confiado a la calculada calidad de un revestimiento ab-
solutamente indifereme a la cohere ncia con la estructura. Lo que aparece 
como Llll edificio ele muros revestidos de mármol y revoco est:'i construido, en 
realidad, con una estrucwra en esque leto de hormigó n armado. 
En la fa chada a la plaza el armazón está constituido por pilares en las es-
quinas del edificio y vigas de unión (fig. 17). La altura de la trama en la base 
comprende los pisos reservados a la función comerciaL En la parte superio r 
de la fachada, la altura de las ventanas vie ne determinada por el espacio va-
cío e nrre una y otra viga de l esqueleto, y los sectores verticales ele cierre tie-
nen una anchura aproximadamente igual a la altura de las vigas. En definiti-
va, se obtiene un efecto de uniformidad y regularidad de plano continuo 
horadado. Los ejes de la serie vettical de ventanas no coinciden con los de las 
columnas. 
La parte del basamento asume una cual ificación monumental gracias a la 
figu ra del pórtico de columnas coronadas por un bajo pilar. como en los 
ejemplos egipcios. El fuste de las columnas es monolítico de mármol cípollino: 
basa y capitel están constituidos por elementos de hormigón armado reves-
tidos con perfiles ele metal que reproducen molduraciones clásicas22 
Las columnas no son portantes. Fueron colocadas sólo después ele ha-
berse ultimado la construcción del forjado de la entreplanta. Tienen, s in em-
bargo, una cierra función de rigidización de la estructura horizontal que se en-
cuentra sobre el.las. La idea ele que las columnas tienen para l.oos un valor 
predominantememe de forma a rquetípica rica en valores s imbólicos nos vie-
ne confirmada por la sol.ución de las columnas engastadas en los huecos de l 
nivel ele la entreplanta, donde claramente se muestran como no portantes. 
En el texto de la conferencia sobre la casa de la Micbaelerplarz p ronunciada 
elll de diciembre ele 1911 , Loos niega que las columnas se usen como sim-
p les ornamentos: ·Este seudoexperto Uoseph August Lux] escribe que he sido 
precisamente yo, el defensor de la ausencia de ornamento, quien ha emple-
ado columnas ornamentales. Que quede claro: las columnas no son en modo 
alguno ornamento, sino un miembro arquitectónico pmtante, y yo sostengo 
.'1!1 A. l.üO:.. ·Wí t:ttt'r Al~hi l t"'kC\Ir(r:tgen-, t>ll Rt:ic:bspO$(, 1 d~ OCWhre dc: 1910, 1r:1d . iL, · l>mb!emi di :m~hitenur:l d ennesi-, 
t::fl Id., f·•amll' n~J z.-uoto. cil.. pp. 236· 2J7 hl':_.d. c:~st. ··CI.Ie.o;.¡¡ones de a•quilt:'~rul'¡l vienes~··· t:'ll 1.oos. A.: Escritos /1, 19 JQIJ932. 
Madrid. e d. El Croquis. 19\1'1. pp. 1 5· 1~!. 
ll lbitl ., p. 234. 
2~ Cfr. P. Tournikioli:::. /...tx'#,\', P:trb. 1991, p. 1 ~- fi!-(. '1 1 O. f:<:n 19;9 d rC\'t>:>l!fu ict'ltO de u"',ínnol griego fue susmu!do por 
pbcas de cipolllrm it;lliano d e dimeo.sion-:-s e•'l ~<"n~r.1t inferiores :1 l;l S o riginari¡¡s <cfl'. 13. Rukschcio. ~zur Restaurierung des 
l.oos-Hausc,.;·, en Osterr eicb isch t! Zeilscbrift fiit· Kun~·tund /fl:Hkmafp}k"R&. XLIV, 1990, nn. 5-t pp. 2 HJ·'l18) 
EL P RIN C IP I O DEL REVESTIMIENTO 
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A d o 1 f 1.- o o s y F r a '' k l. 1 (J y d \V r i g h 1 : t· 1 <( d t' 1 i i o '* (~ o n 1 r a 1 a v f! r d (J d ... 
q ue éstas no son en absoluto ornamentales. Que la casa pueda permanecer 
en p ie incluso s in l<~s columnas es asuntO mío. Habría podido resolver en 
colunm as toda la superficie muraría. Con qué coeficientes de seguridad quie-
ro calcular es una cuestión que sólo J.n.e atañe a mí. Se habría podido quirar 
una columna de cada dos en el Partenón y el edificio habría permanecido 
en pie. Desde el punto de vista estático, los pilares de las ventanas de una casa 
son ampliamente redundantes. El estera puede criticarlos. Pero no el calculista. 
Aunque las columnas han s ido colocadas más tarde, e l experto sabe bien 
que en el transcurso de pocos días se convieiten en portantes gracias a su co-
rrecta colocación. Lo mismo vale para las grandes columnas. Las esperábamos 
con ansia. Las vigas de made ra más robustas que apunralaban la gran abertura 
hasta la lleg~tda de las columnas de mármol se curvaron bajo el enorme peso 
como velas de cera, y la flec ha alcanzó los ocho centímetros, aunque e l cál-
culo estático garantizase plena estabilidad incluso s in las columnas. Pero una 
casa no es un puente que se tlecha al pasar un tren para después volver a al-
zarse. Las columnas insertadas en la entreplanta son absolutamente innece-
sarias desde el punto de vista estático. Pero .la planta baja exige grandes aber-
turas vidriadas y estas columnas nos introducen a los pisos de vivienda, 
anunciando que e n la entreplanta se e ncuentra no una tienda de venta, sino 
más bien la sede de una fi rma importante, que no tiene necesidad de ninguna 
gran venrana porque e llo no se correspondería con el íntimo carácter de la 
gestión ele los negocios. Pero éstas reducen la gran luz de las ventanas por-
que, dada la altura reducida de l enrablamenro que tenía a mi disposición, no 
era posible ninguna solución estética feliz para tal abertura. El peso de los en-
tablamentos se transmite a las columnas y éstas transmiten el peso ;1 través de 
a ltas vigas horizontales a los p ilares laterales. Una solución como ésta se en-
cuentra habitualmente en las grandes luces ele espacios internos

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