Logo Studenta

AR - Artrosis

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

ARTRITIS REUMATOIDEA
FISIOPATOLOGIA II
La artritis reumatoide es una enfermedad articular inflamatoria crónica de etiología desconocida. 
Afecta de forma simétrica y centrípeta a las articulaciones sinoviales, aunque también interesa a otros órganos, por lo que se considera una enfermedad sistémica 
La inflamación sinovial persistente destruye el cartílago articular, provoca erosiones en las epífisis óseas y en fases avanzadas deforma las articulaciones y causa impotencia funcional; en algunos casos graves disminuye la esperanza de vida. 
Predomina en mujeres sobre los varones en una proporción de 3:1 y en áreas urbanas sobre las rurales. 
Su incidencia anual se estima en unos 25 casos por cada 100.000 habitantes. 
Se presenta a cualquier edad, pero es más frecuente entre la cuarta y sexta década de la vida 
La causa de la artritis reumatoide es desconocida. 
Se acepta que sobre una base genética, que constituye aproximadamente un 60% del riesgo de padecer la enfermedad, actuarían uno o distintos antígenos ambientales desencadenantes con resultado final de una reacción inflamatoria, perpetuada por mecanismos autoinmunitarios.
Algunas bacterias y virus son los antígenos candidatos a ser el agente etiológico de la enfermedad, aunque, por el momento, no hay ninguna prueba definitiva de ello, a pesar de haber logrado reproducirla de forma experimental en animales. 
Así se ha especulado sobre Mycoplasma, virus de Epstein-Barr, citomegalovirus, virus de la rubéola y parvovirus 
DIAGNSOTICO
El diagnóstico de la AR se debe realizar basándose en la historia clínica, la exploración radiográfica y los hallazgos de laboratorio, después de descartar otras enfermedades
Historia clínica En un caso típico se observa dolor articular de ritmo inflamatorio, con rigidez matutina prolongada (muchas veces superior a 30 minutos), aumento de temperatura e impotencia funcional de varias articulaciones (poliartritis), en forma simétrica, durante un período mayor de dos meses
Radiología
El primer hallazgo es un aumento de las partes blandas a expensas de la hipertrofia sinovial y el derrame articular. 
La actividad inflamatoria va produciendo el deterioro del cartílago articular, que radiológicamente se observa como una disminución del espacio entre ambos extremos óseos articulares (pinzamiento de la interlínea). 
Cuando la enfermedad avanza se producen alteraciones de la alineación de las articulaciones (subluxación) y, por la persistencia de la actividad inflamatoria, aparecen erosiones óseas marginales y geodas intraóseas. 
La presencia de erosiones es habitual en la AR y permite diferenciarla de otras artropatías inflamatorias de carácter autoinmune como el lupus eritematoso sistémico, donde no suelen existir.
Trastornos hematológicos. 
Es habitual la presencia de anemia normocrómica y normocítica, típica de los procesos inflamatorios crónicos y que mejora cuando se controla la actividad de la enfermedad. 
Puede superponerse a la anemia debida a pérdidas crónicas de hierro por el empleo continuado de fármacos gastrolesivos. 
Reactantes de fase aguda. 
Aunque no son específicos de la artritis reumatoide, ayudan a su diagnóstico y, sobre todo, son muy útiles para el seguimiento de la enfermedad y el control de la eficacia del tratamiento, proteína C reactiva (PCR)
Factor reumatoide. 
Son inmunoglobulinas dirigidas contra determinantes antigénicos localizados en el fragmento Fc de las inmunoglobulinas IgG2 e IgG3 humanas. 
Las pruebas más usadas detectan factor reumatoide IgM (que aparece en el 75% de los enfermos con artritis reumatoide), aunque con métodos más específicos se ha detectado factor reumatoide IgG, IgA e IgE.
Anticuerpos antinucleares. Se detectan en un 10-25% de los pacientes, sobre todo en los seropositivos (factor reumatoide positivo) o entre los que padecen síndrome de Sjögren secundario.
ARTROSIS
La artrosis no puede ser descrita como una única enfermedad, sino como un grupo heterogéneo de enfermedades con manifestaciones clínicas similares y cambios patológicos y radiológicos comunes 
La artrosis es una enfermedad de las articulaciones sinoviales que se caracteriza por la desintegración progresiva del cartílago y la aparición simultánea de cambios óseos regenerativos. 
Recientemente, la Osteoarthritis Research Society International (OARSI) ha definido la artrosis como un trastorno que afecta a las articulaciones móviles, que se caracteriza por estrés celular y degradación de la matriz extracelular del cartílago y que se inicia con la presencia de micro- y macrolesiones que activan respuestas mal adaptadas de reparación, entre las que se incluyen las vías proinflamatorias de la inmunidad innata. 
La artrosis es una enfermedad degenerativa en la que se alteran los mecanismos reparadores de la matriz cartilaginosa y el cartílago se va deteriorando 
La importancia de la enfermedad en cuanto a coste económico y social es enorme en el mundo occidental: es la causa más importante de incapacidad funcional en lo referente a procesos relacionados con el aparato locomotor, y la segunda causa de incapacidad permanente tras las enfermedades cardiovasculares, además de propiciar un elevado consumo de fármacos (fundamentalmente AINE y analgésicos simples) y de otros recursos sanitarios. 
La etiología de la artrosis no se conoce totalmente. No obstante, clásicamente se clasifica a la artrosis en primaria o idiopática y secundaria a procesos asociados 
Una clasificación más actual se basa en la información epigenética de los pacientes, la cual está modulada por diferentes factores ambientales. 
Según esta propuesta, la artrosis se clasifica en cuatro fenotipos: «metabólico», «envejecimiento», «biomecánico» e «inflamatorio» 
El fenotipo «envejecimiento» se caracteriza por un incremento en el estrés oxidativo y la población de más edad. 
El fenotipo «metabólico» se asocia con enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus de tipo 2 y la obesidad. 
Los fenotipos «inflamatorio» y «biomecánico» se correlacionan con una situación de inflamación articular y con el daño de los tejidos articulares (cartílago articular, meniscos), respectivamente.
CUADRO CLINICO
El dolor es el síntoma más frecuente. 
Es de tipo mecánico, se desencadena con el uso de la articulación y mejora con el reposo. 
A medida que progresa la enfermedad el dolor es más continuo, apareciendo en reposo e incluso por la noche, interfiriendo en el sueño. 
No existe siempre una correlación entre el dolor y el grado de daño estructural. 
La rigidez es otro de los síntomas característicos de la artrosis. Aparece en la articulación afectada, fundamentalmente, después de un período de inactividad (levantarse de una silla); puede existir también rigidez matutina. 
Su duración es corta (< 30 min), a diferencia de la de las
enfermedades inflamatorias.
En la exploración física, la crepitación ósea al movimiento activo
y pasivo de la articulación es un signo característico; es fácilmente
perceptible mediante la palpación en todo el rango de movimiento. 
En ocasiones se constata un incremento de temperatura en la articulación afectada con derrame articular de intensidad variable. 
En los casos en los que la artrosis está muy avanzada existe deformidad. La inestabilidad articular
es infrecuente. 
DIAGNOSTICO
El diagnóstico y la graduación de la gravedad de la artrosis de rodilla y cadera se realizan normalmente a partir de los datos clínicos (dolor mecánico) y la imagen radiológica. 
Los signos clásicos radiológicos son: disminución del espacio articular, yanormalidades del contorno óseo

Otros materiales