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JOSÉ MARÍA MAESTRE MAESTRE, JOSÉ GUILLERMO MONTES CALA,
RAFAEL J. GALLÉ CEJUDO, CRISTÓBAL MACÍAS VILLALOBOS,
VIOLETA PÉREZ CUSTODIO, SANDRA I. RAMOS MALDONADO,
MANUEL SÁNCHEZ ORTIZ DE LANDALUCE
(EDS.)
BAETICA RENASCENS
VOLUMEN II
CÁDIZ-MÁLAGA
2014
© Federación Andaluza de Estudios Clásicos
Instituto de Estudios Humanísticos
Grupo Editorial 33
I.S.B.N.: 978-84-942322-6-8 (Obra completa)
I.S.B.N.: 978-84-942322-5-1 (Volumen II)
DEPÓSITO LEGAL: MA 1081-2014
DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Olga Ramos Maldonado
IMPRESIÓN: Publidisa (Sevilla)
Baetica Renascens / José María Maestre Maestre, José Guillermo Montes Cala, Rafael J. Gallé Cejudo,
Cristóbal Macías Villalobos, Violeta Pérez Custodio, Sandra I. Ramos Maldonado, Manuel Sánchez
Ortiz de Landaluce, eds.- Cádiz- Málaga: Federación Andaluza de Estudios Clásicos; Alcañiz: Instituto
de Estudios Humanísticos. 2014
2 v., XXII, p. 1364; 24 cms.
I.S.B.N.: 978-84-942322-6-8 (Obra completa)
I.S.B.N.: 978-84-942322-5-1 (Volumen II)
1. Arqueología- Historia Antigua- Epigrafía- Numismática. 2.- Filología Griega clásica. 3.- Filología
Latina clásica, 4.- Filología Greco-Latina medieval. 5. Humanismo- Tradición Clásica. 6. Didáctica de
las Lenguas Clásicas- I.- Maestre Maestre, José María, ed. II. Montes Cala, José Guillermo, ed. III.
Gallé Cejudo, Rafael J., ed. IV. Macías Villalobos, Cristóbal, ed. V. Pérez Custodio, Violeta, ed. VI.
Ramos Maldonado, Sandra I., ed. VII. Sánchez Ortiz de Landaluce, ed. VIII. Federación Andaluza de
Estudios Clásicos, ed. IX. Instituto de Estudios Humanísticos, ed. X. Grupo Editorial 33, ed. XI. Título
711
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
Aurelio Pérez Jiménez
Universidad de Málaga
1. El principio de autoridad, tan arraigado en todo el Mundo Antiguo, fue para una
ciencia que se sentía espuria en Grecia baza fundamental de su supervivencia entre los
filósofos socráticos y de su integración en las ciencias matemáticas, naturales y biológicas,
conectada con la astronomía y con la medicina.
Su aceptación en Grecia vino de la identificación de sus principios con corrientes
filosóficas genuinas (especialmente el pitagorismo y el estoicismo, pero también la
Academia y el Perípato) de las que tomó elementos teóricos esenciales; sin embargo,
ya desde el comienzo encontró una actitud hostil (Eudoxo, por ejemplo) y el rechazo luego
de las filosofías providencialistas y antideterministas. De ahí su necesaria proyección apo-
logética y la reivindicación de su antigüedad griega, buscando arcagetas en los héroes de la
mitología (Prometeo, Atlante, Heracles, Orfeo, etc.) y remontando sus postulados teóricos
al prestigio de los sabios orientales (Zoroastro, Salomón, Hermes) y de las grandes figuras
del pensamiento griego: Pitágoras, Demócrito, Platón, Aristóteles, que constituyeron su
legado histórico y engrosaron las filas de sus practicantes como autores de pseudepígrafos.1
* Este trabajo se ha realizado en el ámbito de la Acción Integrada Málaga-Salerno, HI 2007-0025,
del Ministerio de Educación y Ciencia.
1 La bibliografía sobre el tema es muy amplia. Nos ofrecen informaciones puntuales preciosas sobre
la tradición griega en los ámbitos esotéricos los artículos sobre personajes y astrólogos concretos que pueden
leerse en las grandes Enciclopedias sobre la Antigüedad y la Edad Media. Son obras de consulta obligada,
en este sentido, el Pauly-Wissowa, el Kleine Pauly y recientemente el Neue Pauly, éste de calidad desigual,
pero afortunadamente muy bueno para los artículos sobre astrología, elaborados casi todos por W. HÜBNER;
para los autores cristianos, el Reallexikon der Antike und Christentum; para el Medievo en general,
el Lexikon des Mittelalters (1980-1999, ed. en pb 2003); y para el mundo islámico los 11 volúmenes de
la Encyclopédie de l’Islam (1960-2005); es punto de partida obligado (por la atención especial prestada
a los escritos pseudepigráficos) el libro de W. - H.G. GUNDEL, Astrologumena. Die astrologische Literatur
in der Antike und ihre Geschichte, Wiesbaden, 1966. Indispensables resultan también el ya clásico libro
de F. BOLL, Sphaera. Neue griechische Texte und Untersuchungen zur Geschichte der Sternbilder, Leipzig,
1903 (por su interés en la tradición árabe de la astrología griega) y el de W. HÜBNER, Zodiacus 
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Esto, que ya ocurrió en la Antigüedad, sería una constante en los tránsitos del saber
astrológico de Grecia a los árabes y de éstos a Occidente. En efecto, cuando el Epínomis
de Filipo de Opunte (y después Cicerón) trata el tema, su autor recuerda la antigüedad
de las observaciones astronómicas de egipcios y babilonios. Y cuando Valente escribe
sus Anthologiae, se siente continuador de (e innovador frente a) Nequepso y Petosiris,
Hermes Trismegisto, Tésalo o Critodemo.2 De igual modo, en el tránsito de la Antigüedad
al Medievo, los astrólogos árabes se remiten a las fuentes griegas o, como hicieron los
alejandrinos, ponen bajo el nombre de prestigiosos filósofos, Aristóteles, Pitágoras,
Demócrito y otros, obras propias halladas prodigiosamente y pretendidamente traducidas
del griego, como ocurre, por ejemplo, con el Secretum secretorum pseudoaristotélico.3
Pues bien, la astrología, en ocasiones no diferenciable de la astronomía, la geomancia,
los tratados de hierbas o de animales, la alquimia y la magia, que a menudo comparten
temas y principios astrológicos, se adscribieron ya desde la antigüedad y sobre todo en la
Edad Media, a las ciencias matemáticas, naturales y biológicas; de manera que la medicina
acabó siendo inconcebible sin el auxilio de los conocimientos astronómico-astrológicos.
Estos condicionaban además, a través de la melotesia,4 aspectos esenciales de su práctica,
Christianus. Jüdisch-christliche Adaptationen des Tierkreises von der Antike bis zur Gegenwart, Königstein,
1983, en el que podemosseguir la presencia de la astrología griega en el pensamiento cristiano. Pero la
obra de referencia obligada para la tradición medieval es la History of Magic & Experimental Science de
LYN THORNDIKE, vols. I (1923)- IV (1934), que resumen la documentación literaria occidental sobre astrología
y otras prácticas ocultistas desde el siglo I hasta el siglo XV. Los principales textos que recogen la tradición
antigua en Bizancio están editados en los doce tomos (20 fascículos) del Catalogus Codicum Astrologorum
Graecorum, publicados en Bruselas entre 1898 y 1936. Para nuestro tema es interesante la información
indirecta que da P. MAGDALINO en su reciente libro, L’orthodoxie des astrologues. La science entre le dogme
et la divination à Byzance (VIIe-XIVe siècle), París, 2006. Útiles son igualmente algunas Historias generales
de la astrología, como las de W. KNAPPICH (Geschichte der Astrologie, Frankfurt, 19882 [1ª 1967]), J. TESTER
(Historia de la astrología occidental, México, 1990 [1ª ed. inglesa, 1987]), O. POMPEO FARACOVI (Scritto negli
astri. L’astrologia nella cultura dell’Occidente, Venecia, 1996) y K. V. STUCKRAD (Astrología. Una historia
desde los inicios hasta nuestros días, Barcelona, 2005 [1ª ed. alemana, 2003]), en las que hay continuas
referencias a la tradición en la astrología medieval (y posterior) de los autores griegos. Para este período en
concreto, pueden consultarse además estudios como el de CH. H. HASKINS, Studies in the History of Mediaeval
Science, Nueva York, 1960 (1ª ed. 1924), L’astrologia in Italia, Roma, 1983, de ST. CAROTI, o los artículos
recogidos en el libro Filosofia, scienza e astrologia nel Trecento Europeo, Padua, 1992, coordinado por G.
FEDERICI VESCOVINI y F. BAROCELLI y parte de los reunidos en Astronomía y Astrología. De los orígenes al
Renacimiento, editado por mí mismo. Los textos latinos (o traducciones latinas de textos árabes y griegos)
medievales están accesibles en su mayor parte en las direcciones electrónicas de la Biblioteca Nacional de
París (http://gallica.bnf.fr) y del Warburg Institute (http://warburg.sas.ac.uk) que dispone de una Bibliotheca
Astrologica Numerica. En fin, como complemento a esta breve referenciabibliográfica, remitimos a la
página bibliográfica del Proyecto Cielo e Terra dirigido por GIUSEPPE BEZZA (http://www.cieloeterra.it/bi-
bliografiaantica.html), bastante completa y útil para la época del Medievo y del Renacimiento.
2 Sobre este autor y su aportación no sólo para la técnica astrológica, sino también para el
pensamiento del siglo II, véase la reciente monografía de J. KOMOROWSKA, Vettius Valens of Antiochi,
la obra más completa sobre él.
3 El panorama literario de estos pseudepígrafos desde el punto de vista de su tradición hispana, muchos
de ellos con obligadas referencias a las autoridades astrológicas de la antigüedad se describe con amena
profundidad en el libro de RODRÍGUEZ ADRADOS, Modelos griegos de la sabiduría castellana y europea,
Dueñas, 2006. Sobre esta obra (Poridad de poridades en la versión castellana) volveremos más adelante.
4 Gobierno de las distintas partes del cuerpo por los signos del Zodíaco, los planetas o los decanos,
entendidos como proyección celeste del cuerpo humano.
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
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como el diagnóstico, la cirugía y la terapéutica así como la farmacopea asociada con ella.
Seguramente por ello, la autoridad más importante para los astrólogos de la Edad Media
fue Plinio, cuya obra, como todos sabemos, es una auténtica enciclopedia de saberes
naturales. Pero su importancia no eclipsó a los griegos, que, por otra parte, eran a su vez
autoridad para el naturalista romano. Así, por ejemplo, en los últimos años del siglo
XV, el italiano Nicolás Leoniceno critica la Historia Natural de Plinio, confusa en la
terminología de las hierbas, y reivindica la autoridad de Dioscórides y Teofrasto en este
campo, defendiendo la superioridad de los griegos respecto de autores latinos y árabes.5
Por lo que se refiere a nuestra ciencia, cuando el astrónomo bizantino Teodoro
Meliteniotes se plantea el origen de la astrología, primero recuerda -apoyándose en la
autoridad de Estrabón- el protagonismo de los astrónomos caldeos (Cidenas, Naburiano
y Sudino), de Seleuco de Seleucia y de los egipcios, o sea, Hermes Trismegisto; y luego
vincula su presencia en Grecia a prestigiosos filósofos, brindándonos el catálogo de los
que, según él, la aprendieron en Egipto:
Desde los caldeos estas cuestiones llegaron a Egipto, de donde vinieron también a los
griegos. En efecto, Pitágoras el hijo de Mnesarco y samio, Ferécides el sirio, Anaxágoras el
clazómeno, hijo de Hegesibulo, Tales el milesio y Solón, el inventor de las leyes de Atenas,
además de Platón el hijo de Aristón viajaron hasta el país de los egipcios ansiosos de saber;
e instruidos por ellos, transmitieron la ciencia astrológica (maqhmatikh;n ejpisthvmhn)
a los demás.
Los nombres siguientes, Hiparco y Claudio Tolomeo, que abren y cierran la edad de
oro no sólo de la astronomía antigua, sino también de la astrología en Grecia, tienen la
doble condición de astrónomos y astrólogos. Por supuesto, en esa introducción de
Meliteniotes ni son todos los que están ni están todos los que son autoridades griegas de
primer orden en la astrología medieval.6 En efecto, la ambigüedad del término griego
ajstrologiva, que en la antigüedad significaba “astronomía” y que, aunque en la edad
media y la antigüedad tardía se polarizó para significar “astrología” frente al término más
reciente ajstronomiva,7 mantuvo huellas de su antigua acepción científica hasta más allá
del Renacimiento, evita la pretensión de creer que Meliteniotes estuviera pensando sólo
en la astrología. Lo que los filósofos mencionados en el texto reciben de los egipcios es
principalmente el saber astronómico (también el nombre de maqhmatikh;n ejpisthvmhn es
ambiguo y puede referirse tanto a la astrología, como a la astronomía o a la matemática);
pero en ese mundo medieval donde los límites de la ciencia y la pseudociencia no
siempre están bien delimitados, no choca en absoluto que Escoto, por ejemplo, a Tales
de Mileto -también citado en el texto anterior- lo tome -sin nombrarlo, pues se refiere a
él como quodam astrologo- de ejemplo para la defensa de la astrología. Así, en las
páginas introductorias de su obra, a propósito de la distinctio prima, entre otros
paradigmas antiguos (Moisés) y modernos, Escoto considera fruto de su competencia
5 L. THORNDIKE, History of Magic, IV, p. 596.
6 Por lo que se refiere en concreto a la astrología bizantina, sus peculiaridades, que aquí tocaremos
tangencialmente, se han analizado bien (dentro de su contexto social y político) por MAGDALINO en
L’Orthodoxie, cuya lectura recomendamos.
7 Sobre esta cuestión remitimos al estudio de W. HÜBNER, Die Begriffe “Astrologie” und “Astronomie”
in der Antike, Stuttgart, 1989.
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astrológica la famosa anécdota sobre el enriquecimiento de Tales por su predicción de
una buena cosecha y el alquiler y luego explotación de todos los molinos de aceite, anéc-
dota recogida en Aristóteles, Pol. 1.11 (citado como 1.10 por Escoto). Y en este mismo
texto se esgrime otro pasaje de Josefo (de antiquit. 7) en el que presenta a Abraham
como astrólogo: dicit quod abraham uirtute supercaelestium et prouidentia uirtutis
eorum tunc certa dispositione docebat. Con estos ejemplos el astrólogo logra lo que
pretende: dar una apariencia noble a su arte: Ex his omnibus potest liquere quod scientia
astrologiae ardua est et nobilis et summae utilis et necessaria. Los detractores, por tanto,
para estos astrólogos medievales (como para Tolomeo en el siglo II) lo son por su
incapacidad para dominar este arte. De ahí que, para Escoto y para otros astrólogos sobre
todo árabes, quienes denigran la astrología deberán fundamentar sus críticas frente a una
larga lista de autoridades; y entre ellas, además de prestigiosos escritores árabes y judíos
o de antiguos patriarcas y sabios bíblicos, como Abraham, Daniel o Salomón, se funden
nombres como Pitágoras, Platón o Aristóteles, a los que la atribución de obras astrológicas
permite aprovechar la fuerza de su prestigio, con los de quienes de verdad escribieron
los manuales de este saber y que gozaron de no menos prestigio casi desde el momento
mismo en que se publicaron esos tratados. 
2. Que todos esos astrólogos, auténticos o tenidos por tales entre los especialistas de
época grecorromana (Hermes Trismegisto, Necepso y Petosiris, Critodemo, Doroteo Sidonio,
Protágoras de Nicea, Teucro de Babilonia, el latino Manilio, Antígono de Nicea, Antíoco,
Valente o el gran Tolomeo), así como sus compiladores y continuadores de los siglos III
al VII (Pablo de Alejandría, Hefestión, el romano Fírmico Materno, luego convertido al
cristianismo, Heliodoro, Juliano de Laodicea y Retorio) sean ampliamente resumidos,
citados y traducidos en Bizancio y en los ámbitos de la astrología árabe o judía, no es
extraño. Mencionados por su nombre o no, con pocos añadidos nuevos y con algunas
correcciones de posiciones estelares, la astrología post-tolemaica no es más que una re-
petición de los principios que encontramos en las obras de estos autores. Y así será casi
hasta nuestros días. Por ello los nombres de esos astrólogos se esgrimen con frecuencia
como autoridad o como autores incluso de amplios pasajes de los tratados astrológicos
más importantes, entre los que destacan por su incidencia en Occidente los de Albumasar,8
a quien vemos en una reproducción de un manuscrito latino del XV (fig. 1) y que, como
Isidoro, confundía a Tolomeo con los reyes alejandrinos; de ahí la iconografía regia de
este astrólogo y científico en un manuscrito harleyano (fig. 2). Junto con Tolomeo en
toda clase de tratados teóricos o apologéticos, la autoridad más citada, sobre todo en
escritos de mayor tendencia mística, será sin duda Hermes Trismegisto, a quien vemos
representado a modo de un sabio árabe en un manuscrito laurenciano sobre alquimia,
8 En concreto, en el De revolutionum nativitatibus (ed. D. PINGREE, Leipzig, 1968), obra de astrología
general bastante parca en citas concretas de fuentes, no faltan los nombres de Hermes (Trismegisto), (IV 2)
y deTolomeo (I 3, aunque en este caso se trata de la Tablas canónicas y del Almagesto); en otros lugares,
para la doctrina de los paranatéllonta cita, como dice BOLL (Sphaera, Leipzig, 1903, p. 413 y 491),
a Hermes, Tolomeo, Doroteo, Tinkalo (= Teucro) y Antiphos (= Autólico o, más probable, Antíoco). De hecho,
sus obras, tal vez las más conocidas en el Medievo y alguna de ellas, como el De revolutionum nativitatibus
traducida del árabe al griego (el nombre de Palcho, que aparece con frecuencia en los códices griegos es su
patronímico, ya que nació en Balch, en Chorasan), han sido una vía de acceso de muchas autoridades
astrológicas griegas a los textos astrológicos de Occidente.
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una ciencia estrechamente ligada a la astrología (fig. 3); pero, si queremos poner algún
ejemplo de su presencia en ámbitos occidentales, qué mejor para nosotros que aquel folio
del Vaticanus Regius alfonsí que abre el tratado de Hermes sobre las mansiones de la
Luna (fig. 4) o ese otro sobre magia astrológica (fig. 5) que, en la línea del Picatrix,
da instrucciones para hacer un talismán planetario. Además, entre los astrólogos árabes y
judíos, fue muy utilizado y citado Doroteo de Sidón,9 a quien -junto con Tolomeo y
Hermes- se refieren tanto Albubater (IX), que cita entre sus autoridades también a Valente,10
Alcabicio (X) y Abenragel (+ post 1034),11 como el judío Ibn-Ezra (XII)12 y, menos
prolijo en citas, Zahel.13 Sobre otros astrólogos menos populares, podemos ver en un
detalle del mismo manuscrito alfonsí antes citado (fig. 6) el nombre de Teucro de
Babilonia,14 traducido del árabe como Tyrcana y cuyos problemas de tradición textual
medieval ha analizado Wolfgang Hübner15 o, en otro (fig. 7), junto con los ya
mencionados de Tolomeo y de Hermes (Tos), el de Apolonio en su forma árabe (Balenuz).
Respecto de los filósofos que no practicaron ni teorizaron sobre la astrología, la
importancia mística de algunos de ellos, o su aportación al conocimiento de la física y
de los procesos naturales, determinó que la astrología aprovechara su prestigio para
convertirlos en autores de obras relacionadas con esta ciencia o con otras prácticas,
9 Sobre la influencia y citas de Doroteo entre los autores árabes y bizantinos, junto con Tolomeo y Valente
una de las principales autoridades del medievo, véase V. STEGEMANN, Astrologie und Universalgeschichte,
Leipzig-Berlin, 1930, pp. 11-17, donde resume los datos de la introducción de Engelbrecht a su edición
de Hefestión.
10 En el tratado De nativitatibus, traducido por Salio de Padua en 1218, se menciona a Tolomeo 4 veces,
a Doroteo (Dorothius) 3, a Hermes 1 y a Valente (Vbelius) 1. La fama de Valente estuvo ligada sobre todo
a la leyenda de que él fue el que fijó el horóscopo para la fundación de Constantinopla (Zonaras, XIII3 (III,
p. 180 Dindorf), Cedreno, I, p. 497 Bonn, Glykas, p. 463; cf. CCAG, V1, p. 118; cf. RE VIII A2,
col. 1872), una anécdota creada posiblemente en el s. X (En el cod. Vat. 1065, fol. 151 se habla de
krivsin Oujavlento" dia; to;n Moucou`met). Pero también tuvo una gran importancia entre los astrólogos
árabes. Messahla conoció diez libros suyos (CCAG, I, p. 82), el Fihrist de Ibn-al-Nadim cita nueve libros
de Walis otra forma con que se cita a este autor y Albumasar le atribuía una obra sobre los paranatéllonta.
Seguramente sus Anthologiae se tradujeran al árabe a través de una versión persa (cf. SEZGIN, pp. 38-41 y
RILEY, A Survey). Señal de su importancia es otra anécdota que le atribuye el astrólogo que interpretó a
petición del rey de Persia un horóscopo correspondiente a Mohammed (RILEY, A Survey, p. 21) y que
leemos en CCAG, V3, p. 110 (datado por PINGREE, “Byzantine tradition”, p. 537, en 939 d.C.). 
11 La influencia de Doroteo en el libro De judiciis astrorum de Aben Ragel fue objeto de un estudio
monográfico por V. STEGEMAN, Beiträge zur Geschichte der Astrologie. I. Der griechische Astrologe
Dorotheos von Sidon und der arabische Astrologe Abu’L-Hasan Ali ibn abi’r-Rigal genannt Albohazen,
Heidelberg, 1935. En esta obra, de la que conservamos la traducción alfonsí (existe edición moderna)
se menciona (salvo omisión) el nombre de Doroteo (Dorocius, Dorothius) 24 veces, junto con los de Tolomeo
(32), Hermes (13), Valente (Vuelius, 9) y Antíoco (Antyocus, Antycos, Anticon, en estos dos últimos casos
sería posible también que el autor citado fuera Antígono, en 3 ocasiones).
12 Por ejemplo, en los 20 folios de que consta la edición de 1484 (Venecia) de la traducción latina de
su Liber de nativitatibus (1154) aparece en dos ocasiones el nombre de Doroteo (Dorochius, Doroneus) junto
con Tolomeo (32 veces), Hermes (11 veces) y antiqui (3 veces) o sapientes (1 vez) que recuerdan las
referencias indeterminadas de los astrólogos griegos antiguos a oiJ palaioiv o oiJ sofoiv. El resto son
menciones de astrólogos árabes como Mesala y Albumasar.
13 Que recoge tres citas referidas por nombre a Doroteo en su tratado De electionibus.
14 Traducido al árabe por Ibn al-Vahsîya (c. 820).
15 “Teukros im Spätmittelalter”, IJCT 1 (1994), 45-57.
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
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Fig. 1. Albumasar. Add Ms. 15.697, fol. 44 (1443-1444)
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Fig. 2. Tolomeo como rey (cf. Isid., Etym. 3.26). Harley Ms. 334, fol. 85v (XV)
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
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Fig. 3. Hermes Trismegisto. Ms. laur. Ashb 1166 (c. 1465) f. 1v
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
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Fig. 4. Mansiones de la Luna de Hermes Trismegisto. Ms. Reg. Lat. 1283, fol. 13v 
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
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Fig. 5. Anillo de Mercurio según Hermes, Ms. Reg. Lat. 1283, fol. 36r (detalle)
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
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muchas de ellas adivinatorias, como la nigromancia, la alquimia, la numerología, etc. y
así entraron sus nombres en los manuales de esas artes (fig. 8), como ese Aristóteles y
ese Porfirio del tratado de alquimia laurenciano. Con ello se pretendía dar un barniz
de autoridad a tales saberes esotéricos, pero ya había precedentes en el mundo antiguo.
Es el caso de Pitágoras (siglo VI a.C.) y de Apolonio de Tíana (I d.C.) cuya asociación
está en los primeros esbozos biográficos, que los presentan como hombres santos; pero
inmediatamente esto se convirtió en modus operandi para escritores latinos interesados
por el tema, como Plinio (que lo mismo que luego Meliteniotes ve el origen de la
astrología en los viajes de Pitágoras, Platón, Demócrito y otros a Caldea, Persia y
Egipto y en sus relaciones con magos como Ostanes y Zoroastro);16 o como Apuleyo,
que se consuela en la Apología con las acusaciones de magia sufridas también por
Epiménides, Orfeo, Pitágoras, Ostanes, Empédocles, Sócrates y Platón;17 o como,
en fin, Amiano Marcelino, que en el s. IV, cita en calidad de grandes autoridades
astrológicas a Pitágoras, Sócrates y Apolonio de Tiana, además de Hermes Trismegisto.18
De este último, por otra parte, recuerdan sus numerosos libros Clemente de Alejandría19
(c. 150-220) y Yámblico20 (+330). Que todos esos filósofos antiguos entraran en la
historia medieval de las ciencias de la naturaleza con marchamo de astrólogos (o de
alquimistas) no está poco justificado. Incluso el providencialista Platón había rozado
los principios de la astrología con el Timeo y con algunos mitos, y sus exégetas
neoplatónicos y neopitagóricos (autores como Proclo, Yámblico, Porfirio o Calcidio)
estudiaron y comentaron muchos pasajes de sus obras en clave astrológica. Por la
naturaleza especial de su contenido, la influencia en el Medievo astrológico del Timeo
se debe sobre todo al comentario de Calcidio, que desarrolló el tema, sólo apuntado
en el diálogo platónico, de la astronomía.21
Sin duda que este hecho, asociado a los comentarios neoplatónicos en clave astrológica,
a las referencias a cuestiones básicas de la astrología caldea (como la vinculación a
dioses de los planetas en el Epínomis atribuido a él) y al carácter astral de algunos de
sus mitos, fue responsable en parte de la asociaciónde su nombre con no pocos tratados
pseudoepigráficos de astrología en la Edad Media. En cuanto a Pitágoras, tenía bien
ganado el cielo de los astros con su música de las esferas; y Aristóteles, no sólo había
16 NH 30.8-11. J. BIDEZ - F. CUMONT, Les mages hellenisés, Paris, 19732 (1ª 1938), II, p. 267. De los
libros de astrología de Zoroastro se trata en I, pp. 131-142.
17 27; cf. THORNDIKE, History of Magic, I, p. 234.
18 XXIII 6.32-36.
19 Strom. 6.4,35-37. Cf. A. J. FESTUGIÈRE, La révélation d’Hermès Trismégiste, I. L’astrologie et les
sciences occultes, París, 19502 (repr. 1989), pp. 75 s.
20 De Mysteriis 8.1 (260-261). Cifra el número en veinte mil libros, según Seleuco, o treinta y seis mil
doscientos veinticinco, según Manetón.
21 El tema ha sido objeto de un reciente estudio de ANNA SOFFAI, “The eleventh-century shift in the
Reception of Plato’s Timaeus and Calcidius’s Commentary”, Journ of the Warb. and Court. Institutes 65
(2002), 1-21 (pp. 13 ss.). Calcidio dedica a la astrología los caps. 56-117 y contamos con numerosos
excerpta y compilaciones de esta parte astronómica en los siglos IX-XI (cf. SOMFAI, p. 13 y nn. 61 s.) donde
se presenta a Platón condenando la astrología (ibid., p. 14). Por lo que a los lectores españoles se refiere,
está a punto de publicarse en Gredos la primera traducción castellana del Comentario al Timeo de Calcidio
que ha preparado CRISTÓBAL MACÍAS y él mismo ha analizado (MHNH, 8 (2008) 185-220) los pasajes
estrictamente astrológicos de este autor.
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
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Fig. 6. Teucro de Babilonia, Imágenes de la Luna. Ms. Reg. Lat. 1283, fol. 11v (detalle)
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
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Fig. 7. Citas de Tolomeo, Hermes (?) y Apolonio. Ms. Reg. Lat. 1283, fol. 12v (detalle)
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
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Fig. 8. Citas de autores antiguos en Ms. laur. Ashb 1166 (c. 1465) f. 14r
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disertado en profundidad sobre la estructura del Universo, sino que además puso al
servicio de la astrología (y de la alquimia) su doctrina de los elementos y las cualidades
y disertaciones cosmológicas (De caelo y el De cosmo) y meteorológicas. Por eso,
repito, no es extraño que en la Edad Media circularan bajo el nombre de estos y otros
filósofos griegos obras espurias de la última época grecorromana, de los primeros
bizantinos, de los astrólogos y traductores árabes o, más tarde (a partir del siglo XII/XIII),
de teólogos y eruditos occidentales, que buscaban su propia seguridad en el prestigio de
autoridades antiguas aceptadas por la Iglesia.
En concreto, Messala, en una relación de autores y obras astrológicas que podemos
leer en el Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum, cita catorce libros de esta clase
atribuidos a Demócrito y relacionados con aspectos técnicos de la astrología (genethlialogía,
interrogaciones y conjunciones).22 Bajo el nombre del abderita circuló también una
dodecaéteris, de la que tenemos alusiones en Geoponica 1.12,23 y una Esfera de Demócrito
para pronosticar la vida y la muerte, que probablemente remonta a época griega.24
A Platón, el mismo Messala le atribuye cinco libros sobre horóscopos y dos sobre interro-
gationes.25 Pero, de las obras auténticas, su Timeo será siempre un referente para los autores
de este campo, mientras que el Medievo echará sobre sus espaldas un tratado astrológico,
De vacca, cuya autenticidad no se puso en cuestión hasta el siglo XII, por Pierre d’Ailly.
De Aristóteles (fig. 9), a quien vemos con un tocado más occidental que el Hermes
de antes en el mismo manuscrito de alquimia, cita Messala también diez obras astroló-
gicas, sobre genethlialogía, interrogationes, e influencia del Zodíaco y de los planetas.26
Pero la que causó furor en los siglos XIII y XIV (cuando ya su filosofía contaba con
la aquiescencia de santo Tomas y san Alberto Magno) fue el Secretum secretorum o
Poridad de poridades a que hacíamos referencia al comienzo de este trabajo y que, puesto
bajo su nombre, reforzó la aceptación de determinados principios y máximas astrológicas,
alquímicas y mágicas vertidas en él. 
La obra (fig. 10), además de su contenido, aportaba una contextualización didáctica (con-
sejos de Aristóteles a su discípulo Alejandro) que auguraba gran éxito en una época cuando
empezaban a ser populares los preceptos para príncipes. Todas las versiones conocidas de
22 CCAG, I, p. 82: De los astrológicos hay 6 sobre horóscopos, 4 sobre interrogaciones y 2 sobre conjunciones:
JO Dhmovkrito" bibliva id v: h[goun peri; geneqlivwn " v, peri; ejrwthvsewn d v, peri; tẁn sunovdwn duvo, peri; logismoù
a v, kai; peri; tẁn klimavtwn a v. Se trata seguramente de una falsificación árabe de la que no se conserva nada. 
23 5, 11, 17, 19, 28, y 40, todas ellas predicciones de astrometeorología.
24 THORNDIKE, History of Magic, I, p. 682. Es la obra más conocida; no se menciona en los códices,
pero, según se desprende de los papiros mágicos (Pap. Gr. Mag. II 81, 351 ss.), fue muy prestigiosa en la
Antigüedad. En estas esferas se determina el destino de un paciente a partir del día lunar en que éste se
puso enfermo; el número del día de la luna se combina con otro segundo número obtenido por el valor
numérico de las letras que componen el nombre del paciente.
25 CCAG, I, p.82: JO Plavtwn bibliva z v: h[goun peri; geneqlivwn e v, kai; peri; ejrwthvsewn duvo.
26 CCAG, I, p. 82: 3 sobre horóscopos, 2 sobre interrogaciones y 5 sobre la influencia de los astros
y del Zodíaco: JO jAristotevlh" bibliva i v: h[goun peri; geneqlivwn g v, peri; ejrwthvsewn duvo, peri; th`"
dunavmew" tw`n ajstevrwn kai; tw`n zw/divwn kai; th`" sumfoniva" aujtw`n e v. De su obra se conservaba en el
palacio de Constantinopla el libro apotelesmático, según testimonio de Albumasar: CCAG, I, p.83: Ei\pen oJ
aujto;" (sc. oJ jApomavsar) o{ti ta; ajpotelesmatika; bibliva ta; ajpokeivmena ejn tẁ/ palativw/ kai; mh; didovmena
tini; eij" ajnavgnwsin ajlla; kwluovmena eijsi; taùta: To; ajpotelesmatiko;n... Toù jAristotevlou". Entre la abun-
dante bibliografía que hay sobre las obras de este Pseudo-Aristóteles, recomendamos un artículo 
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
726
Fig. 9. Aristóteles. Ms. laur. Ashb 1166 (c. 1465) f. 15v 
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
727
esta obra remontan a un original árabe, el Kitâb Sirr al- ‘asrâr del siglo X (941) que se pre-
senta como traducción del griego al siriaco y de éste al árabe por el traductor del siglo IX
Yahyâ ibn al-Bitrîq.27 Adopta la forma de carta de Aristóteles a Alejandro durante la con-
quista de Persia y es una enciclopedia en la que se han introducido capítulos de astrología,
fisiognomía, alquima y medicina mágica. La traducción más antigua a lengua romance es la
Poridat de las Poridades, hecha por un anónimo a partir del árabe en el s. XIII, en ocho
libros luego traducido al catalán. La primera traducción latina fue hecha por Juan de Sevilla
entre el 1135 y 1153 y se conocía como De regimine sanitatis o Epistola Alexandro de dieta
servanda. La segunda traducción se debe a Felipe de Trípoli en la primera mitad del XIII.
En su redacción más amplia fue leída por Alberto Magno que lo cita ya como obra de
Aristóteles28 y glosado por Roger Bacon. Fue traducido a numerosas lenguas europeas29 y
aceptado, en principio, como obra de Aristóteles gracias a la popularidad de los relatos del
Pseudo-Calístenes y a las cartas apócrifas de Alejandro a Aristóteles y de éste a aquél. Gran
parte de su contenido es astrológico30 o tiene que ver con astrobotánica o con la lítica astro-
lógica, como en estas dos imágenes (fig. 11a y b ) del anterior manuscrito latino del XIV.31
Pero además de esta obra, que fue de las más influyentes en el mundo medieval,
circularon bajo el nombre de Aristóteles otras muchas puramente astrológicas de algu-
nas de las cuales, vinculadas a tratados de carácter hermético, sólo tenemos los títulos.
Entre esas obras podemos citar un Liber Aristotilis de ducentis quinquaginta quinque
Indorum uoluminibus universalium questionumtam genetialium quam circularium
summam continens de un manuscrito bodleiano del XIII, traducido del árabe al latín por
Hugo de Santalla32 entre 1140 y 115133 o este (fig. 12) Libro de las imágenes también
del escritorio alfonsí donde el nombre de Aristóteles se repite insistentemente junto al
de Tolomeo, un descarado anacronismo, incluso asumiendo su condición regia. 
muy interesante y que da una visión de conjunto sobre la problemática de los diferentes tratados publicado
por STEVEN J. WILLIAMS a mediados de los 90 (“Defining the Corpus Aristotelicum: Scholastic Awareness of
Aristotelian Spuria in the High Middle Ages”, Journ of the Warb. and Court. Institutes 58 (1995), 29-51. Sobre
bibliografía anterior fundamental para el tema, véase la recogida en las notas 1 y 3 del mismo artículo).
27 Las cuestiones de este origen pueden leerse en el artículo de M. MANZALAOUI, “The Pseudo-Aristotelian
Kitâb Sirr al- ‘asrâr: Facts and Problems”, Oriens 23-24 (1974), 147-257.
28 De somno et vigilia I 2.7.
29 Una relación amplia de éstas puede leerse en el artículo de F. FERY-HUE, “Secret des secrets”,
en Dictionnaire des lettres Françaises. Le Moyen Age, Torino, 1992, 1366-1370.
30 Sobre la obra, cf. THORNDIKE, History of Magic, III, pp. 267-278.
31 Para detalles sobre la historia de esta obra en relación con el Corpus Aristotelicum medieval, véase
WILLIAMS, “Defining the Corpus Aristotelicum”, pp. 45 s. Además, en el Prólogo del Lapidario de Alfonso
X El Sabio (Escorial, ms. h. I.15) se menciona a Aristóteles como autor de un libro de setecientas piedras
(sobre el tema, cf. F. DE MÉLY, “Le Lapidaire d’Aristote”, REG (1984), 181-191, y L. THORNDIKE, “The latin
Pseudo-Aristotle and Medieval Occult Science”, Journal of English and Germanic Philology 21 (1922), 229-
258) y se incluye una miniatura de filósofo que ANA DOMÍNGUEZ RODRÍGUEZ ha identificado con Aristóteles
(cf. Astrología y Arte en el Lapidario de Alfonso X El Sabio, Madrid, 1984, pp. 11 s.).
32 Traducción latina de Hugo de Santaella publicado por CH. BURNETT y D. PINGREE; el texto se ha reim-
primido como tratado hermético en Hermetis Trismegisti Astrologica et Divinatoria. Corpus Christianorum.
Continuatio Mediaevalis, Turnhout: Brepols, 2001, pp. 101-107.
33 D. PINGREE, Classical and Byzantine Astrology, p. 228. En realidad se trata del tratado hermético Liber
de stellis beibenis (como han demostrado C. BURNETT y D. PINGREE) traducido por Salio. El texto alude 
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
728
Fig. 10. Aristóteles y Alejandro. Secretum secret. Add. 47680 BL, f. 10. 1326
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
729
Fig. 11a. Secretum secretorum. Virtudes de las plantas. Add. Ms. 47680, fol. 49r (c. 1327)
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
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Fig. 11b. Secretum secretorum. Propiedades de las piedras. Add. Ms. 47680, fol. 48r (c. 1327)
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
731
Fig. 12. Libro de las imágenes de Ps.-Aristóteles. Ms. Reg. Lat. 1283, fol. 25v
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
732
En estos ambientes ingresa también como autoridad astrológica el propio Alejandro,
arropado por su famosa entrevista con los astrólogos caldeos, a las puertas de Babilonia
(fig. 13), o por su condición de hijo de Nectanebo difundida por la exitosa popularidad
de la Vita Alexandri del Ps.-Calístenes de la que vemos en la fig. 14 el detalle de la
muerte del rey astrólogo; pero, principalmente, por sus apócrifos intercambios episto-
lares con su maestro o con otros personajes orientales. Fruto de esa fama es la atri-
bución al discípulo de Aristóteles de un tratado sobre botánica astrológica (Virtutes
septem herbarum et septem planetarum secundum Alexandrum imperatorem),34 del que
hay tradición bizantina y que cita sin ninguna vacilación el propio Alberto Magno en
su Liber aggregationis o Liber secretorum de virtutibus herbarum. Tal vez haya que po-
ner en relación con este perfil astrológico de la personalidad del rey los Mathematica que
encontramos en manuscritos del X y XI bajo el nombre de Alcandro (Alhandreus), donde
Alejandro de Macedonia es citado varias veces como autoridad y se recogen unos Excerpta
de los libros de Alejandro, astrólogo, rey y una Carta de Argafalan a Alejandro.
Después de Aristóteles la otra gran autoridad filosófica de la astrología medieval es
Pitágoras; bajo su nombre circularon numerosos títulos apócrifos al final de la Antigüedad
y en el período bizantino que, transmitidos por los árabes, dejaron amplia huella en el
medievo occidental.35 Por ejemplo, en CCAG VII, p. 66, se le atribuye un lunario de na-
cimientos que en otros lugares aparece como de Orfeo. Pero la obra más popular fue el
Psephos de Pitágoras, que relaciona astrología, onomatomancia y numerología. También
la esfera de Petosiris (fig. 15) aparece ocasionalmente como Puqagoriko;n plinqivdion36
o como Sphaera de Pitágoras. 
Como tal (o como Esfera de Apuleyo) es citada con frecuencia en manuscritos lati-
nos del IX-XI37 y en la fig. 16 podemos verla en una reproducción de un códice latino
del siglo XV. A ella se refiere sin duda Juan de Salisbury (1120-1180) cuando habla de
adivinación “mirando la llamada Tabla de Pitágoras”.38 Del resto, y sin querer ser ex-
haustivo, puedo mencionar los Placita de los pitagóricos sobre los cometas, el Método
de Pitágoras, ya mencionado en la época helenística por Eudemo (IV a.C.), clasifica-
ciones tipológicas a partir de los planetas que leemos en los códices griegos, las
Divinationes Pythagoricae y un Libro de los paranatellonta que aparece sin nombre de
autor en el manuscrito vaticano alfonsí (ff. 1r-8v) y que D’Agostino le ha atribuido por
su vinculación con el Libro de las formas e de las imágenes (1279) (Ms. Scorial. h-I-16)
del que sólo queda una Tabla con el epígrafe: “De la tercera parte de este libro, que
fabla, segund el dicho de Pitágoras, de las figuras que suben en los grados de los doze
precisamente a Hermes como autoridad en l. 63: Asserit quidem Hermes astrologorum peritissimus harum
qualibet in domo itineris aut coniugii reperta eiusdem prouenire effectum, quod quoniam expertus non satis
firmum repperi nec huius rei descripsi iudicium 
34 THORNDIKE, History of Magic, II, p. 233.
35 Sobre el tema véase GUNDEL, Astrologumena, 1966, p. 70.
36 CCAG, VIII1, p. 131, según Tzetzes.
37 THORNDIKE, History of Magic, I, p. 683.
38 Polycraticus, 1.13: PL., 199, cols. 409A-B: Sortilegi sunt, qui sub nomine fictae religionis superstiosa
quadam observatione, rerum pollicentur eventus, quod genus sortes apostolorum et prophetarum,
et dividentium, et inspectio tabulae, quae Pythagorica appellatur, observatio quoque cujusque casus in rei
de qua quaeritur, significatione.
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
733
Fig. 13. Alejandro y los astrólogos caldeos. Kalila e Dimna, BN Paris, Ms. Arab. 3465, fol. 3r
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
734
Fig. 14. Muerte de Nectanebo. Cod. Franc. 50, fol. 123v BN. (Vincentius Bellovacensis,
Speculum historiale, trad. jean de Vignay, Francia, Paris, XV)
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
735
Fig. 15. Rota Petosiridis. PL. 57 Beda, col. 90
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
736
signos e de las obras d’ellas en las nascencias”.39 Por lo demás, su nombre es citado mu-
cho en la Edad Media, solo (como en el Compendium medicinae de Gilberto de Ingla-
terra -XIII-) o acompañado de los de Sócrates, Anaxágoras, Demócrito y Parménides40
en la Turba philosophorum, un tratado de alquimia muy popular a partir de comienzos
del siglo XIV, o de Sócrates, Platón y Anaxágoras en el Experimentarius, tratado de ge-
omancia ligado al nombre de Bernaldo Silvestre (XII).41 Para terminar, nuestro Arnaldo
de Vilanova en el Rosario de filósofos (también llamado El tesoro de los tesoros y El
más grande de los secretos) lo cita igualmente como autoridad con Hermes, Platón y
Aristóteles42 o en su Obra perfecta con Platón, Galeno, Demócrito e Hipócrates.43
La mención de Hipócrates en esta relación de autoridades de Arnaldo de Vilanova,
nos lleva a considerar el otro gran grupo de científicosutilizados por los astrólogos, el
de los médicos griegos. En este caso, las autoridades se reducen a las dos grandes au-
toridades de la Antigüedad, Hipócrates y Galeno, bajo cuyo nombre circularon tratados
de iatromatemática y de magia. No debemos olvidar que uno de los campos de actua-
ción de la práctica astrológica fue el de la medicina. Aparte de estos tratados, directa-
mente puestos bajo la autoría de los dos médicos son muchos los astrólogos que, como
Vilanova, remiten su saber o apoyan éste en la ciencia de aquéllos. Así, por ejemplo,
Pedro el Diácono, a mediados del XII; en su defensa de la iatromatemática, se remite a
los Aforismos de Hipócrates (4.502) para ilustrar la influencia física de Sirio.44
3. La autoridad de los astrólogos griegos, especialmente de Tolomeo,45 pero también
de Doroteo de Sidón, Vetio Valente y otros explica las abundantes citas, excerpta y copias
que se recogen en los veinte volúmenes del Catalogus Codicum Astrologorum Graecorum.
Pero una prueba de que esa autoridad no sólo se refería al medievo de lengua griega
(Bizancio), sino sobre todo a la cultura astrológica árabe y -gracias luego a las traduc-
ciones latinas- a la Europa medieval, es que la filosofía y la literatura científica del pri-
mer Renacimiento recoge todo el saber astrológico antiguo (marcando el acento sobre
los textos de Tolomeo y de Hermes Trismegisto) a través de esas vías de conservación
(los manuscritos griegos, los textos árabes y las traducciones latinas) y a través de ellas,
en gran medida, rescata los nombres de los antiguos.
A lo largo de las páginas anteriores hemos visto en qué medida -y siempre a título
de encuesta- la astrología medieval se remite a aquellos autores griegos y a veces pone
bajo su autoría nuevos tratados que quieren lograr con el prestigio de los supuestos
39 Astromagia, p. 43.
40 En el Ms. laur. Ashb. 1166 (c. 1465), fol. 10v. se recurre precisamente a la Turba philosophicalis para
citar como autoridad de alquimia a Parménides (lit. Permenides, con corrección de otra mano supra).
41 THORNDIKE, History of Magic, II, p. 112 y 115.
42 THORNDIKE, History of Magic, III, p. 56-57
43 THORNDIKE, History of Magic, III, p. 60.
44 CCAG IV 156; cf. Tester, p. 121.
45 Su Tetrabiblos fue objeto de comentario o referencia para casi todos los astrólogos (y filósofos como
Proclo y Porfirio) desde el momento mismo de su publicación. Detalles sobre esa influencia en la Antigüedad
tardía pueden leerse en la monografía de F. BOLL, Studien über Claudius Ptolemäus, Leipzig, 1894, pp. 127-
131 (para la paráfrasis de Proclo y el comentario de Porfirio, cf. pp. 112-118) y, recientemente, en G. BEZZA,
Commento al primo libro della Tetrabiblos di Claudio Tolemeo, Milán, 19922, pp. XXVII-XXVIII, que hace
un elenco del uso de la obra por los humanistas italianos.
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
737
Fig. 16. Esfera de Pitágoras. Ms. Estense a.w. 8.20 = Lat. 696, fol. 9v (p. XVI) (1440)
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
738
autores una pátina de saber científico serio. En esta linea se mueve un texto medieval
próximo a nosotros, como es el Picatrix, compilación de textos árabes sobre magia y
astrología realizada en la España medieval y hecha traducir por Alfonso X el Sabio.
La traducción castellana se terminó en 1256, pero sólo conservamos la traducción la-
tina hecha a partir de ésta. El nombre Picatrix se refiere en los traductores castellanos
tanto a la obra como al autor del original árabe. En esta obra, de la que disponemos
ahora de una excelente edición moderna de David Pingree46 y de traducciones al
castellano, al inglés y, últimamente al francés,47 los astrólogos griegos (auténticos o
fingidos) se codean con las autoridades bíblicas (Adán, Salomón, Enoch) y árabes.
Pues bien, entre los griegos no nos faltan los principales. 
Se menciona a Alejandro y Aristóteles, cuyas cartas hemos visto a lo largo de
este trabajo incardinadas en la historia de la astrología.48 Se sigue la autoridad de
Apolonio de Tiana, cuyo nombre adopta la forma de Beylus (en otros textos aparece
también como Belenuz, Balinus, Belinus y Abulus).49 En cuanto a los astrólogos grie-
gos más importantes, el Picatrix esgrime, por supuesto, como fuente de autoridad a
Tolomeo, aunque esta se refiere sólo al Centiloquium50 y tal vez alguna otra obra
46 Picatrix. The Latin Version of the Ghayat al-Hakim, London, 1986.
47 En este caso de una muy competente especialista en astronomía y astrología latina, como es BÉATRICE
BAKHOUCHE, que la ha preparado en colaboración con FRÉDÉRIC FAUQUIER y BRIGITTE PÉREZ-JEAN, Picatrix.
Un traité de magie médiéval, Turnhout, 2003.
48 En II 3.17 la cita es un consejo de Aristóteles de valor general sobre la importancia del conocimiento
de las revoluciones siderales: Quam ob rem ait Aristoteles regi Alexandro: O Alexander, caveas omnibus
momentis tuis et operacionibus in quibus fueris operatus eas facere secundum motus, aspectus et qualitates
corporum celestium; quod si ad predicta inspexeris, peticiones tue implebuntur cum effectu, et habebis
quicquid in tua voluntate fueris estimatus y en III 10.7 se atribuye al filósofo un libro, el Malatiz, donde
cuenta las respuestas a Alejandro de un sabio indio, Caynez, gran conocedor de la doctrina del macrocosmos
y microcosmos. En otros casos se trata de referencias concretas a cuestiones de la astrología planetaria, como
en III 3.3 sobre el planeta Mercurio, incluyendo el nombre de un tratado apócrifo de Aristóteles (Forme
vero planetarum secundum Mercurium in libro quem misist ad Alexandrum regem, et eum nominavit
Librum 7 planetarum), en III 3.11 sobre la forma de actuar sobre cuerpos afines con un planeta (Qui
predictus sapiens ipsum Alexandrum admonuit quod quando vellet aliquid operari alicui planetarum, sic esset
operatus in corpore ipsi planete congrui in natura) y en III 9.1, sobre los nombres de los planetas y la
forma de controlar sus virtudes y espíritus, de nuevo con referencia a otro tratado apócrifo de Aristóteles,
el Estemequis; o sobre la fabricación de amuletos con piedras preciosas, como en III 10.1, también tomando
como autoridad el mismo tratado (Aristoteles enim in preallegato libro De estemequis, quem Alexandro regi
composuit, recitavit confectiones quatuor lapidum, qui in spiritibus potencias et effectus mirabiles habent).
49 En nuestro caso, se toma como autoridad a propósito de las figuras de los planetas, junto con Mercurio
y el propio Picatrix (II 10.10: He sunt figure planetarum quemadmodum translatas invenimus in Lapidario
Mercurii et in libro Beylus et in Libro spirituum et ymaginum quem transtulit sapiens Picatrix; cf. II 10. 12,
15, 19, 22, 26, 31 y 36).
50 Un tratado que el autor declara haber estudiado en su juventud (II 1.1: Sed motus mee voluntatis
processit ad inquisiciones magice et pravitatum tempore quo iuventute florebam. Et studebam in
Centiloquio Ptolomei, in quo dicitur quod omnia huius mundi celestibus obediunt formis. En efecto, en
I5.5, a propósito de los signos y decanos en que hay que fabricar un talismán para el amor, cita con
precisión el número del aforismo que toma como referencia (Et istas appellant figuras alteracionis, et de
eis loquitur Ptolomeus in libro Centiloquii verbo 33) y IV 4.47-56 son la cita exacta de 10 aforismos de
esta obra, como él mismo confiesa en IV 4.46: Ex libro vero Ptolomei Centiloquio nominato hos decem
elegimus amphorismos.
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
739
apócrifa51 y Hermes Trismegisto, también citado como Hermes,52 Mercurio53 y proba-
blemente Thoos54 y tanto para cuestiones relacionadas con la fabricación de los talismanes,55
en cuyo caso la fuente de autoridad es sobre todo el Lapidario56 como para otros temas
específicos de magia y filosofía57 o de astrología (aunque relacionados también con los
talismanes), como los decanos y las particularidades de los signos del Zodíaco (con cita
del libro Sobre las imágenes)58 o los condicionamientos astrológicos de las prácticas
religiosas;59 pero también le son conocidas las obras deDoroteo de Sidón, a quien se
cita con el nombre habitual de Dorothius60 o en la forma transmitida por los árabes de
Rozuz.61 De todos modos, no faltan citas de otros filósofos, indirectamente ligados a la
historia de la astrología y que dan cierto peso científico a la obra. Es el caso de
Empedocles,62 también citado con los nombres Abenteclis63 y Bandaclis;64 de Sócrates65
y Platón,66 del que se citan obras apócrifas sobre magia astrológica67 y a quien le
atribuye doctrinas sobre la influencia de los planetas sobre el cuerpo;68 de sus obras
51 Así la representación de Venus como una mujer desnuda con un talismán de Marte al cuello (II 10.29)
parece implicar un libro De imaginibus.
52 II 12.39, 51; III 6.1, 5; 7.32, 35, 38; 11.52, 54 y IV 3.1.
53 II 10.10, 13, 17, 20, 23, 28, 32, 35; III 3.3, 25 y IV 4.1.
54 I 5.40. Nombre no bien identificado (BAKHOUCHE se inclina -atendiendo a algunas variantes del texto
árabe- por Timeo; pero en el Ms. Reg. Lat. 1283, fol. 12v, la cita Toz griego parece referirse a Hermes- Toth
(cf. D. SANTOS en el estudio de la edición facsímil, Valencia, 2000, p. 193).
55 I 5.40 y IV 3.1: Ipsi vero asserunt quod Hermes primitus quandam domum ymaginum construxit, ex
quibus quantitatem Nili contra Montem Lune agnoscebat; hic autem domum fecit Solis.
56 II 10.10, 13, 17, 20, 23, 28, 35, 46, 47
57 III 6.1, 5; 7.32; 11.52 (con cita de su libro Hedeytoz) y 54.
58 II 12.39, 51. Sobre esta obra, cf. W. GUNDEL, Dekane und Dekansbilder, Hamburgo, 1936, p. 278, n. 2. 
59 III 7.35, sobre los sacrificios en general y 38, sobre los sacrificios al planeta Saturno en Tauro.
60 Como autoridad a propósito de los aspectos de la Luna en II 3.10 (Et Dorothius suis documentis sic
nos docuit, dicens quod...).
61 Cf. BOLL, Sphaera, p. 491 n.2, que remite a p. 490.10. En II 2.1, Picatrix tomo como autoridad para
las figuras del cielo su Gran libro de las figuras (Tamen qui multum querit et desiderat in predicta sciencia
studere et ad cognicionem omnium formarum et figrarum desiderat pervenire studeat in Libro magno
figurarum quem composuit Rozuz sapiens, qui in illo libro locutus fuit omnium figurarum et formarum bene
et complete.)
62 Al que se cita en IV 1.11 como autoridad para la indefinibilidad de la inteligencia: Et dixit Empedo-
cles quod sensus non potest terminari...
63 III 12.2: Abenteclis ait: est enim corpus simplex unam formam et unam figuram habens, et in ea est
potencia [et] vite, sed ipsamet est forma vite sicut in pueris apparet quibus natura certa magisteria ad
vitam tuendam concedit ut lacando, dormiendo, etc;...
64 Citado en IV1.3 a propósito del carácter sensitivo de la materia corporal (Et dixit Bandaclis sapiens
quod omnis materia que per quinque sensus corporeos percipitur est materia corporalis puri compositi;...).
65 III 6.5: Et Socrates dixit quod natura completa est Sol sapientis et eius radix luminum. En IV 9.27
se le atribuyen (la forma del nombre en este caso es Zucrat) 9 preceptos sobre purificaciones necesarias para
la fabricación de talismanes.
66 III 12.2: Plato autem ipsam sic diffinivit: natura est corpus completum ad faciendum encia.
67 II 12.59: Sed Plato sapiens magnus duos libros magice fecit, scilicet Maiorem et Minorem. En I 5.35
se le atribuye un Libro de los aforismos (cf. I 2.2).
68 IV 4.57.
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
740
auténticas sólo es citado el Timeo.69 En cambio, de Aristóteles, además de obras apócrifas
sobre magia y astrología,70 encontramos relacionados los principales tratados filosóficos.71
Y no podía faltar Pitágoras, tan prestigioso en estos ámbitos esotéricos, a quien también
se le atribuyen opiniones sobre las figuras del cielo72 y 7 consejos de conducta moral
necesarios para la fabricación de los talismanes.73 Completan este amplio panorama
de autoridades griegas los médicos Galeno (Galienus), bien por su filosofía natural74 o como
autoridad en la elaboración de remedios curativos75 o de talismanes76 e Hipócrates (Ypocras),
no sólo por doctrinas extraídas de tratados auténticos como el Sobre los aires, aguas y
lugares,77 sino también por dogmas más propios de la iatromatemática.78
Pero un ejemplo más concreto y detallado de cómo operan las autoridades griegas
en los astrólogos que abren las puertas al Renacimiento puede ser la Summa Anglicana
Astrologiae que bajo el nombre de John of Eschenden se publica en Venecia en 1489.
Entre un amplio elenco de autoridades árabes y judías (entre las que destacan los nom-
bres de Albumasar, Messala, Alkindi, Alcabicio y Abenragel), de pensadores medievales
europeos (como Isidoro de Sevilla, Bartolomé Anglais, Guillermo de Conches, santo
Tomas o san Alberto Magno) y de autores latinos, como Plinio, Virgilio, Servio, Séneca
y, sobre todo, Fírmico Materno, exhibe con frecuencia la autoridad de los griegos. Y con
ello los textos clásicos se adaptan a los intereses de la profesión astrológica, reinterpre-
tados o convertidos en clave del nuevo saber cuya seriedad se defiende y pretende.
Así, a propósito de la distinctio prima, entre otros ejemplos antiguos (Moisés) y moder-
nos, se atribuye a la actividad astrológica la famosa anécdota sobre el enriquecimiento
de Tales (aquí no nombrado sino referido como quodam astrologo) por su predicción de
una buena cosecha gracias a sus conocimientos astrológicos y el alquiler y luego explo-
tación de todos los molinos de aceite, que recoge Aristóteles en Pol. 1.11.79 En el mismo
texto se esgrime otro pasaje de Josefo (de antiquit. 7) en el que se presenta a Abraham
como astrólogo: dicit quod abraham uirtute supercaelestium et prouidentia uirtutis eorum
69 I 6.5.
70 Las opiniones atribuidas al filósofo en IV 4.59 (Dicta Aristotelis. Et invenimus in libris Aristotelis:
regnum Saturno, iusticia Iovis, alacritas Veneri, estimacio Mercurio, opera Lune, et superbia Marti
attribuitur) nos lo presentan como un verdadero astrólogo.
71 Del que en IV 5 se citan (junto a otros tratados apócrifos como el Lapidario) el Organon, la Física,
los Meteorológicos, un De plantis, el De caelo et mundo, De generatione et corruptione, el Liber animalium
motuum, y la Metafísica.
72 II 12.59
73 IV 9.28
74 III 12.2: Galienus autem: natura est calor naturalis iuvans corpora et ab eisdem removens corrup-
ciones et detrimenta in quantum potest; et quando eius virtus concurrit cum ea, aptat gubernaciones,
conductus et alia.
75 II 6.2.
76 III 11.53
77 III 3.32: Et secundum hoc est id quod dicit Ypocras, quod forme humanorum corporum formantur
secundum naturas et proprietates locorum in quibus efficiuntur et generantur.
78 IV 4.58: Dicta Ypocratis. In Ypocratis libris philosophie invenimus: cum autemIupiter solaris anni fuerit
dominus, illo anno pauce infirmitates multeque sanitates erunt, et animalium generaciones multiplicabuntur.
79 1.10, según Eschenden.
AUTORIDADES GRIEGAS EN LA ASTROLOGÍA MEDIEVAL
741
tunc certa dispositione docebat. En estos ejemplos el astrólogo consigue lo que pretende:
dar una apariencia noble, incluso de ortodoxia teológica a sus prácticas: Ex his omnibus
potest liquere quod scientia astrologiae ardua est et nobilis et summae utilis et necessaria.
Los detractores, por tanto, lo son (como en el prólogo del Tetrabiblos) por su incapacidad
para dominar este arte. En consecuencia, quienes quieran poner en tela de juicio la astro-
logía tendrán que vérselas en primer lugar con una larga lista de autoridades entre las que,
además de prestigiosos escritores árabes y judíos se incluyen los nombres de Tolomeo,
siempre un referente, de Doroteo sidonio y de Hermes Trismegisto. Incluso, en muchos
casos, la explicación astrológica de los fenómenos naturales y de las circunstancias que
envuelven la vida humana se apoya en las explicaciones filosóficas y científicas de esos
mismos fenómenos, lo que da entrada a otros autores más aceptados por su importancia
filosófica y científica que se integran así en la estructura del tratado astrológico. Para no
extenderme en el tema, baste decir aquí que en el tratado segundo, distinctio nona que
trata de pestilentia & epidimia& corruptione aeris (fols. 159r-179r), el primer capítulo
se basa casi exclusivamente en los textos de los Meteorologica y los Problemata de
Aristóteles, de los escritos de Galeno y de Hipócrates (especialmente los Aforismos y el
De aere et aqua) y de otros prestigiosos autores árabes nada sospechosos de pseudociencia
como Avicena; pero estas reflexiones científicas no hacen más que justificar la larga
explicación astrológica que se da al tema siguiendo la doctrina de Tolomeo y de los
autores orientales (fuertemente enraizados en la tradición griega) como Haly Abenragel y
Albumasar. Tan importante es para Juan de Eschenden el prestigio de los griegos que,
sin ánimo de ser exhaustivo, a lo largo de los 306 folios de que consta esta obra el nom-
bre de Tolomeo se cita más de quinientas veces (con referencias no sólo a los tratados
astrológicos, el Quadripartitum y el Centiloquium, sino también al Almagesto y casi siem-
pre bajo las expresiones “Et dicit Pto., Et hoc dictum Ptolemaei, Item Ptholemeus o Haec
Pto.”), dos de las cuales incurren en el error medieval (presente también en Albumasar)
de confundirlo con el rey alejandrino.80 Pero no sólo es Tolomeo el afortunado, que lo es
sin duda por ser el más científico de los astrólogos griegos, sino que también encuentran
su lugar en la obra Hermes Trismegisto (casi cincuenta citas por el nombre), Doroteo de
Sidón (unas treinta veces)81 y Valente en un par de ocasiones (como Vellius). 
Juan de Eschenden, que se mueve en la onda de los aristotélicos a quienes cita con
frecuencia (Alberto Magno, santo Tomás, el propio Aristóteles y los filósofos árabes) es,
podríamos decir, el canto de cisne de la astrología medieval. Con el primer Renacimiento,
de la mano de los nuevos platónicos pitagorizantes, como Marsilio Ficino, la astrología
desfila y entra, siempre al paso que le marcan las autoridades antiguas -griegas y latinas-
en el gran debate entre la ciencia y la pseudociencia que cuenta en las filas de los
detractores de la astrología con Pico della Mirandola. Pero este es un tema distinto so-
bre el que ya ha tratado de manera profusa y amena el gran estudioso del renacimiento
italiano Eugenio Garín.82 A él remito al lector curioso.
80 “Ptolemeus unus de regibus egypti in quodam libro suo quem scripsit ad aristotelem...” (fol. 62v y
fol. 84v). 
81 En fols. 121r, 147r y 148r incluso con mención concreta de la obra citada: “Et dicit Dorotheus in
tractatu suo de himbribus”.
82 El zodíaco de la vida. La polémica astrológica del Trescientos al Quinientos (1976).
AURELIO PÉREZ JIMÉNEZ
742
Por mi parte, y para terminar, en toda esta historia de invenciones y referencias que,
con la citada polémica astrológica de finales del XV liderada por Pico della Mirandola,
en contra, y Marsilio Ficino, a favor, abre las puertas del siglo XVI, quiero dejar pasar
la perspectiva de los astrólogos cristianos, que justifican su práctica remontándola a
Abraham, pero no olvidan su deuda con las autoridades griegas a la hora de fijar los
eslabones históricos de este arte. Sirva como ejemplo -y colofón de estas reflexiones-
la apostilla que pone a las palabras de D. Enrique de Villena, supuesto autor de un
tratado de Astrología,83 su redactor Andrés Rodríguez, sin duda arropado por una cierta
cultura enciclopédica de la que formaban parte destacada nuestras autoridades griegas en
el ámbito de las ciencias esotéricas. D. Enrique dice:
Habrám sabidor era e maestro en el saber de las estrellas, en el qual saber dizen
algunos dignos de fe que fizo sabidor a Horoastrem.
Y su redactor aclara:
-el qual falló el arte mágica, del qual fabra muchas vezes Apolonio en su tratado
notorio-.
83 Tratado de astrología atribuido a Enrique de Villena, ed. de P. M. CÁTEDRA, Barcelona: Humanitas,
1983. 
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE
VOLUMEN I:
MAESTRE MAESTRE, JOSÉ MARÍA, “Prólogo” ..........................................................
1. ARQUEOLOGÍA, HISTORIA ANTIGUA Y EPIGRAFÍA
ARÉVALO GONZÁLEZ, ALICIA, “El legado urbano en la Bética romana: una visión
a través de la arqueología” ..............................................................................
DE BOCK CANO, LEONOR, “Gádira” ........................................................................
CAÑIZAR PALACIOS, JOSÉ LUIS, “Incidencia en la Bética de la legislación sobre el
patrimonio público de las ciudades en tiempos tardoantiguos”......................
FORNELL MUÑOZ, ALEJANDRO, “La huella de Roma en el Alto Guadalquivir (Jaén):
ciuitates y villae” ..............................................................................................
GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, JULIÁN, “Tradición y originalidad en los documentos
epigráficos de la Bética” ..................................................................................
DEL HOYO CALLEJA, JAVIER , “Canulei en Lacippo. Nueva lectura de CIL II 1937”
LAGÓSTENA BARRIOS, LÁZARO, “Nuevas consideraciones sobre la Societas
Cetariorum Gaditanorum” ................................................................................
LAGÓSTENA GUTIÉRREZ, JOSÉ, “Arqueología del mundo cristiano en la Antigüedad
Tardía. Síntesis de las evidencias materiales en la provincia de Cádiz”........
LÁZARO PÉREZ, RAFAEL, “Nuevas aportaciones a la epigrafía latina de Almería”
LÓPEZ CASTRO, J.L. – LÓPEZ MUÑOZ, M., “Livio XXXIII, 21, 6-9 y las ciudades
fenicias del sur de Hispania”............................................................................
LOZANO GÓMEZ, FERNANDO, “El pasado clásico de la Bética en la Historia general
de Andalucía de Joaquín Guichot y Parody” ..................................................
MARTÍN CAMACHO, JESÚS, “Edición y comentario filológico de CIL II2/5, 1055
y CIL II2/5, 1079: la necesidad de contar con el entorno epigráfico para
estudiar los Carmina latina epigraphica”........................................................
Págs.
VII
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59
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125
131
139
147
ÍNDICE
MIRÓN PÉREZ, Mª DOLORES, “Mujeres y movilidad territorial en la Bética
romana: notas sobre género, epigrafía y prosopografía” ................................
MORALES MUÑOZ, CRISTINA MARÍA, “Las manifestaciones de dolor ante la muerte
en el mundo romano” ......................................................................................
MORALES RODRÍGUEZ, EVA Mª, “Magistraturas municipales en las fundaciones
flavias de la Bética” ........................................................................................
PASTOR MUÑOZ, MAURICIO, “Epigrafía y sociedad en el municipio romano de
Sexi (Almuñécar, Granada)” ............................................................................
PENA GIMENO, Mª JOSÉ, “Los Canulei y el texto de Livio, 43, 3. Sobre la
fundación de la colonia latina de Carteia” ......................................................
RODRÍGUEZ MORENO, INMACULADA, “Filosofía y medicina en la Antigüedad:
dos disciplinas complementarias” ....................................................................
RUIZ LÓPEZ, ILDEFONSO DAVID, “La circulación monetaria en la ulterior: el caso
de las cecas con escritura ibérica meridional” ................................................
2. FILOLOGÍA GRIEGA CLÁSICA
BERNABÉ PAJARES, ALBERTO, “El vocabulario filosófico griego: nacimiento de una
terminología” ....................................................................................................
GARCÍA CABALLERO, ROSA Mª, “El mármol verde de Tesalia en los textos griegos”
JIMÉNEZ DELGADO, JOSÉ MIGUEL, “Sintaxis de los pronombres reflexivos en
Heródoto” ..........................................................................................................
JIMÉNEZ SAN CRISTÓBAL, ANA ISABEL, “Las serpientes en el orfismo”..................
LÓPEZ CRUCES, JUAN LUIS, “Fiestas religiosas en el mimiambo I de Herondas”
MACÍAS OTERO, SARA Mª, “Reso 962 SS., Un destino especial en el más allá” ..
MARTÍN HERNÁNDEZ, RAQUEL, “El papel escatológico de las Erinis en los
testimonios órficos” ..........................................................................................MELERO BELLIDO, ANTONIO, “La utopía de los confines: pueblos lejanos y
exóticos de la literatura griega” ......................................................................
PAJÓN LEYRA, IRENE, “La etapa inicial del viaje de Piteas de Marsella: Gádira y
el estrecho, foco de atracción intelectual en el siglo IV a. C.” ....................
SOLÍS BERNI, REBECA, “Breve análisis del funcionamiento de los dobles plurales
en la literatura homérica” ................................................................................
161
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335
349
361
373
391
405
ÍNDICE
3. FILOLOGÍA LATINA CLÁSICA
BAEZA ANGULO, EULOGIO, “Elegía “amorosa” en Ovidius Exul” ..........................
BELTRÁN SERRA, JOAQUÍN, “Sobre el odio en la obra de Séneca” ........................
CORREA RODRÍGUEZ, JOSÉ ANTONIO, “Tipología sintáctica del articulado de las
leyes malacitana e irnitana”..............................................................................
FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, CONCEPCIÓN, “Relectura de un Carmen Epigraphicum
malacitano: ¿El fin de una leyenda?” ..............................................................
GIL ABELLÁN, Mª CARMEN, “Una recreación pictórica de Juvenco mediante
el uso de adjetivos. Interacción fondo - forma en I 715-730 de la Historia
evangélica” ........................................................................................................
GÓMEZ PALLARÈS, JOAN, “Paseo entre el amor y la muerte: poesía epigráfica
latina del conuentus Gaditanus” ......................................................................
HERNÁNDEZ MAYOR, Mª DOLORES, “De la caracterización de dos personajes en
Lucano y Sedulio: Marcia - Sara y Mario – Herodes” ..................................
LIMÓN BELÉN, MARÍA, “La fíbula de Preneste: estado de la cuestión” ................
MOLERO ALCARAZ, LEONOR E., “Los finales abiertos en el corpus trágico de
Séneca” ..............................................................................................................
NAVARRO LÓPEZ, JUAQUÍN, “Aproximación a Gades en la poesía latina antigua”
POCIÑA PÉREZ, ANDRÉS, “Otra lectura de Lucrecio: su pasión por los animales”
PUJANTE SERRANO, MARÍA JOSÉ, “Mujer y mito en los Amores de Ovidio” ........
QUINTILLÀ ZANUY, Mª TERESA, “Las puellae gaditanae: del tópico literario a la
realidad profesional” ........................................................................................
RODRÍGUEZ PANTOJA, MIGUEL, “Griego - latín (y viceversa) en el habla cotidiana”
RUIZ CASTELLANOS, ANTONIO, “Hic deíctico en Veleyo Patérculo, Historia de
Roma” ................................................................................................................
SOLANO SOLANO, Mª DOLORES, “Creencias, costumbres y supersticiones en los
Fastos de Ovidio” ............................................................................................
THOMSEN, AUGUST H,. WEIMER, CHRISTOPHER M., NEGENBORN, RUDY R., “Catullus:
poeta flagrans an doctus”..................................................................................
ÍNDICE GENERAL ............................................................................................
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611
621
651
ÍNDICE
VOLUMEN II:
4. FILOLOGÍA GRECO-LATINA MEDIEVAL
ALBERTE GONZÁLEZ, ANTONIO, “Relevancia de las Artes dictaminum” ................
ARÉVALO MARTÍN, BEATRIZ, “La presencia de las Epistulae ad Lucilium de
Séneca en los florilegios conservados en España” ..........................................
LÓPEZ QUERO, SALVADOR, “Latinismos en el Cancionero de Baena” ..................
PÉREZ JIMÉNEZ, AURELIO, “Autoridades griegas en la astrología medieval” ........
5. HUMANISMO Y TRADICIÓN CLÁSICA
ALARCOS MARTÍNEZ, MIGUEL, “El contraste heliodórico entre héroes y bandidos
al comienzo de las Etiópicas: su reelaboración cervantina en el Persiles”....
ANDINO SÁNCHEZ, ANTONIO DE PADUA, “Cervantes: actitud y manejo de las fuentes
grecolatinas” ......................................................................................................
ASENCIO GONZÁLEZ, EMILIO, “Los códigos del arte barroco: la literatura
emblemática como clauis interpretandi”..........................................................
ASENCIO SÁNCHEZ, PABLO, “El léxico de la traducción del De rerum natura por
José Marchena” ................................................................................................
BENÍTEZ RODRÍGUEZ, ENRIQUE M., “En las redes de Afrodita” ..............................
BERMÚDEZ RAMIRO, JESÚS, “El mundo clásico en la poesía de Rafael Alberti de
1920 a 1938” ....................................................................................................
CARDONA CABANILLAS, SONIA, “Uso de las fuentes en el De scribenda historia
liber de Viperano” ............................................................................................
CONTRERAS CONTRERAS, DIEGO, “Dos elegías funerales de Pedro Mártir de
Anglería: a la muerte del Príncipe Juan y Alonso de Cárdenas” ..................
DELGADO SANTOS, JOSÉ ÁNGEL, “La tradición clásica en la poesía de Antonio
Colinas” ............................................................................................................
DURÁN LÓPEZ, Mª ÁNGELES, “La Exposición de la República de Platón por
Averroes: ¿recurso o pretexto?”........................................................................
FALQUE REY, EMMA, “La pasión de san Servando y san Germán y la obra teatral
Así fueron nuestros mártires de don Adolfo Vila Valencia” ..........................
FLORISTÁN IMÍZCOZ, JOSÉ MANUEL, “«Bizancio después de Bizancio»: la herencia
imperial de Constantinopla y la política exterior de los Austrias españoles
(1517-1621)”......................................................................................................
Págs.
669
691
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711
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781
787
803
811
819
827
839
847
863
ÍNDICE
GALLARDO MEDIAVILLA, CARMEN – FLORES SANTAMARÍA, PRIMITIVA, “Teatro escolar
latino en los jesuitas de Cádiz: la fiesta del estreno de El triunfo de la fe”
GALLÉ CEJUDO, RAFAEL, “Ecos de tradición clásica en los dramaturgos andaluces
del siglo XVII”..................................................................................................
GARCÍA GONZÁLEZ, JESÚS Mª, “La Historia Mulierum Philosopharum de Aegidius
Menagius”..........................................................................................................
GARCÍA DE PASO, Mª DOLORES – RODRÍGUEZ HERRERA, GREGORIO, “El metatexto
de los Progymnasmata de Aftonio: una aproximación al Epítome de Juan de
Mal Lara” ..........................................................................................................
GARCÍA ROMERO, FRANCISCO ANTONIO, “Los clásicos en el padre Coloma” ........
GÓMEZ GÓMEZ, JUAN MARÍA, “El legado de la Eneida en La conquista de la
Bética de Juan de la Cueva” ............................................................................
GONZÁLEZ DELGADO, RAMIRO, “La Biblioteca de Autores Griegos y Latinos del
Círculo Científico y Literario de Cádiz (1858-1859)” ....................................
GONZÁLEZ GONZÁLEZ, MARTA, “La Tumba de Antígona de María Zambrano.
A propósito de la figura de Ana” ....................................................................
GONZÁLEZ VÁZQUEZ, JOSÉ, “El legado clásico en la obra latina de fray Luis de
Granada” ............................................................................................................
HUALDE PASCUAL, Mª PILAR, “Dafnis y Cloe entre dos traductores andaluces:
de Juan Valera a Carmen de Burgos” ..............................................................
IGLESIAS MONTIEL, ROSA Mª – ÁLVAREZ MORÁN. Mª CONSUELO, “De la narratio
épica a los libretos de Ópera” ..........................................................................
LÓPEZ LÓPEZ, PABLO, “De graece latineque philosophicis notionibus”................
MAESTRE MAESTRE, JOSE MARÍA, “Horacianismo y biblismo en la oda sáfica
Pro incolumitate fontis Ariae Montani” ..........................................................
MARTÍN GARCÍA, JUAN MANUEL, “Mecenazgo y cultura clásica en el primer
círculo humanista de Granada” ........................................................................
MARTÍNEZ RODRÍGUEZ DE LEMA, Mª ELENA, “La evolución de los fondos huma-
nísticos del Real Observatorio de la Armada de San Fernando en el último
tercio del s. XIX: Cecilio Pujazón y el Astronomicum Caesareuvm Apiani”
MARTÍNEZ SARIEGO, MÓNICA MARÍA, “Tres poemas de inspiración horaciana en
las Poesías filosóficas de Alberto Lista” ........................................................
MILHO CORDEIRO, ADRIANO, “A comedia classica na renascença portuguesa.
Un legado a preservar” ....................................................................................
MUÑOZ MARTÍN, Mª NIEVES – SÁNCHEZ MARÍN, JOSÉ A., “El nacimiento de la
tragedia según la Poética de J.C. Escalígero” ................................................
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903
917
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1029
1055
1067
1083
1095
1107
ÍNDICE
ORTEGA SÁNCHEZ, DELFÍN, “La natura del niño en el proceso educativo.
Una utilidad pedagógica en el De liberis educandis libellus de Nebrija” ....
PELÁEZ BERBELL, JOSÉ JAIME, “El legado clásico en la Silua locorum” ..............
PÉREZ CUSTODIO, Mª VIOLETA, “El elogio al rector por su doctorado: un subtipo
de la epidíctica complutense del s. XVI”........................................................
PINO CAMPOS, LUIS MIGUEL, “Los presocráticos en la filosofía de María
Zambrano: la importancia de Anaximandro” ..................................................
POZUELO CALERO, BARTOLOMÉ, “El inconformismo juvenil del licenciado
Francisco Pacheco” ..........................................................................................
RAMOS MALDONADO, SANDRA INÉS, “¿Antiperistasis o antiparistasis?: de Nebrija
a Terreros y Pando” ..........................................................................................
ROBLES SÁNCHEZ, Mª ÁNGELES, “Análisis del comentario de Badius Ascensius a
la Declamatio I atribuida a Quintiliano” ........................................................
SALAS ÁLVAREZ, JESÚS, “Patricio Gutiérrez Bravo, el cura de Arahal: un ejemplo
del interés de la ilustración por el legado clásico en Andalucía” ..................
SÁNCHEZ ORTIZ DE LANDALUCE, MANUEL, “Teoría y práctica de la traducción en
Cristóbal de Castillejo” ....................................................................................
SÁNCHEZ PIÑERO, EMILIO ANTONIO, “Reminiscencias clásicas en la Soledad de
Pedro Espinosa” ................................................................................................
SANTAMARÍA HERNÁNDEZ, Mª TERESA, “Isidoro de Sevilla sobre las serpientes:
entre la medicina y la historia natural” ..........................................................
URBÁN FERNÁNDEZ, ÁNGEL, “El arte de gobernar: consideraciones sobre la
fortuna de Virgilio, Aen. 6, 853 en la literatura latina cristiana y en la
emblemática” ....................................................................................................
6. DIDÁCTICA
CANALES MUÑOZ, EMILIO – GONZÁLEZ AMADOR, ANTONIO, “La enseñanza del
latín a través del método inductivo-contextual”..............................................
MACÍAS VILLALOBOS, CRISTÓBAL, “Una experiencia de teletutoría en la enseñanza
del latín a nivel universitario”..........................................................................
MARTÍNEZ AGUIRRE, CARLOS, “Didáctica de las lenguas clásicas: panorama de la
enseñanza del griego clásico. Bases metodológicas” ......................................
ORTEGA VERA, JOSÉ MANUEL, “El empleo de internet como apoyo a la clase
presencial” ........................................................................................................
ÍNDICE GENERAL ............................................................................................
1115
1125
1143
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1241
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