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DELEUZE_Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia

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ÉZHImla
G illes D eleuze 
Derrames
entre el capitalismo 
y la esquizofrenia
G1LLEs DELEUZE
Derrames
entre el capitalismo
y la esquizofrenia
Delcuze, Gilíes
Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia. 
- 1» ed. - Buenos Aires : Cactus, 2005.
384 p . : 18x 13 cm.- (Clases, 2)
ISB N 987-21000-2-0 
1. T ítu lo - 1. Filosofía
Título:
«Derrames entre el capitalismo y la esquizofrenia» 
Autor:
Gilíes Deleuze
Traducc ión y notas 
Equipo Editorial Cactus
Diseño de interior y tapa: manuloop
Queda hecho el depósito que marca la ley I I .723 . 
ISB N : 987-21000-2-0
Ira. edición - Buenos Aires, Mayo de 2005 
1 ra. reimpresión - Buenos Aires, Diciembre de 2006 
2da. reimpresión - Buenos Aires, Junio de 2010
www.editorialcactus.com.ar
editorialcactus€*yahoo.com.ar
Deleuze, Gilles
Derrame; entre el capitalismo y la esquizofrenia.
- I' ed. - Buenos Aires : Cactus. 2005.
384 p. ; 181113 cm.- (Clases, 2)
ÍSBN 987-21000-2-0
I. Título - 1. Fìloso a
T¡'tufo.'
«Derrarnes entre el capitalismo y la esquiwfrenia»
Auwr:
Gilles Deleuze
Trdducricín y nom:
Equipo Editorial Cactus
Dueño aíf ínmíory :aya: manuloop
imprerrón' {:1ri'E|_¡ M PS
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.
ÍSBN: 987-21000-2-0
Ira. edición - Buenos Aires. Mayo de 2005
lra. rcìmpresión - Buenos Aires, Diciembre de 2006
Zda. reìmpresión - Buenos Aires, ]unio de 2010
www.edì |:orialcactu.;.com.ar
cditoriaicactu@yahoo.com.ar
Ii
http://www.editorialcactus.com.ar
Editorial Cactus 
Serie «Clases»
Editorial Cactus
Serie <=Clascs››
r= 'Ill.ql __
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DERRAMES 
entre el capitalismo 
y la esquizofrenia
índice
PRÓ LO G O . Leer, escuchar, escribir (8)
Advertencia. Acerca de esta edición(l4)
Parte 1
C A P ITA U SM O , PSICOAN ÁLISIS ESQ UIZO AN ÁLISIS. (17)
Clase I. C apiulismo y esquizofrenia. Introducción al esquizoanálisis. 
Clase II. Los flujos: codificación y descodificación 
Clase III. La reducción edípica. Capitalismo y flujos difercnci 
Clase IV. Tareas del esquizoanálisis. .
Clase V. Economía política y psicoanálisis. Inconsciente maquínico e
intensidades..................................................................................................83
Clase V I. Estado de los flujos en el capitalismo: axiomáti ..........................97
Clase V II. Diferencia entre Código y Axiom ática...................................117
Clase V III. Economía política y psicoanálisis. Más allá del paralelismo 139 
Anexos a la Parte 1.......................................................................................... 151
DERRAMES
entre el capitalismo
y la esquizofrenia
Índice
PRÓLOGO. Leer, escuchar, escribir (8)
Advertencia . Acerca de esta edición( 1 4)
Panel
CAPITALISMO, PSICOANÁLISIS ESQUIZOANÁLISIS. (17)
Clase l. Capitalismo y esquizofrenia. introducción al esquizoanilisis.
Clase ll. Los flujos: codi cación y descodificación
Clase lll. IA reducción edípica. Capitalismo y flujos difcrenci
Clase IV. Tareas del esquimanálisis. ................................................. ..
ClaseV. Economía pollrica y psicoanálisis. Inoonscienre maquínioo e
intensidades. ........................................................................... ._ 8 3
Clase V1. Estado delos Ilujos en el capitalismo: aeiomári _97
ClaseVII. Diferencia entre Códigoy lxiomitica ........................... ..1 17
Clase VIII. Economía política y psicoanálisis. Más allá del par-.ilelismol 3 9
Anexosalaihrtel. ...................................................................... ..15l
Pane 2
D E SE O Y P R O D U C C IÓ N D E E N U N C IA D O S. (163)
Clase IX. Masa, manada, edipo y contra-edipo sobre el cuerpo sin
órganos........................................................................................................165
Clase X. Sobre la producción de enunciados y la concepción del deseo.
El cogito......................................................................................................179
Clase X I. Estratos y desestratificación sobre el cuerpo sin órganos.....199
ClaseXII. Deseo, producción de enunciados e intercambio. Sobre
Baudrillard.................................................................................................
Clase X III. Flujos y reí
dos. Sobre Faye........................................................................................
Parte 3
ELEM EN T O S PARA UN A FILO SO FÍA M A T E R L ^ IS T A 
D E LAS IN T E N SID A D ES (271)
Clase XIV. Los afectos y la operación psicoanalítica en el caso del pequeño
Hans........................................................................................................... 273
Clase XV. La univocidad del Ser y la diferencia como grados de potencia.
Sobre Spinoza............................................................................................281
Clase X VI. Tres direcciones de búsqueda en torno al carácter intensivo de
los agenciamientos maquínicos..............................................................293
Clase X VII. Elementos para una cartografía. Longitud y latitud de un 
cueqjo......................................................................................................... 303
Parte 4
M Ú SIC A (317)
( !la.sc XVIII. El plano de consistencia sonoro............
Cla.se X IX Tiempo pulsado y tiempo no pulsado.
( lUsc X X . Música y metalu ia....................................
Parte 2
DESEO Y PRODUCCIÓN DE ENUNCIADOS. (163)
Clase IX. Masa, manada. edipo y contra-edipo sobre el cuerpo sin
órganos. ................................................................................ ._ 165
Clase X. Sobre la producción de enunciados y la concepción del deseo.
El eogito. .............................................................................. .. 179
Clase X1. Estratos y desestratificaeión sobre el cuerpo sin órganos I99
Clase X] l. Deseo, producción de enunciados e intercambio. Sobre
Clase Xlll. Flujos y tel
dos. Sobre Faye.
Pan: 3
ELEMENTOS PARA UNA FILOSOFÍA MATERLALISTA
DE LAS INTENSIDADES (271)
Clase XIV. Los afectos y la operación psiemmalítìca en el caso del pequeño
Clase XV. La univocidad del Ser y la diferencia como grados de potencia.
SobreSpino7a. 231
Clase XVI. Tres direcciones de búsqueda en torno al carácter intensivo de
los agenciamientos maquínicos. ............................................... .. 293
Clase XVII. Elementos para una cartografia. Longitud y latitud de un
Pa.rt.e4
Música (317)
ÍÍlase XVIII. El plano de consistencia sonoro. ................................ ..
Flase XIX. Tiempo pulsado y tiempo no pulsado.
ÍÍlue}O(.Músicaymetalu ia. ................................................... ..
Prólogo
Leer, escuchar, escribir
Hay en la música Antigua una yuxtaposición constante de variaciones 
separadas por cadencias que no conduce hacia ninguna parte. Siempre se 
dice lo mismo, pero no tanto. Como voces humanas en un diálogo de locos.
Suceden muchas cosas, siempre suceden. Una erosión, un polvo que 
vuela, se golpea, erosiona, rebota y forma un montículo. O dos, o tres... 
Contra un zócalo, sobre un ramita en el piso, en un agujerito de la pared. 
N o sale en los diarios ni en la tele ni lo discuten los gobernantes. Unos tres 
acá, cinco allá, doscientos que se juntaron, un gran quilombo de miles, y 
entre esos miles cuatro o cinco otra vez armaron algo extraño que no sale en 
los diarios ni en la tele. Minusculidad erosiva/amontonativa. Así funciona.
¿Cómo se lee esto? Hay que hacer una experimentación e ir obteniendo 
un método. «Siempre se trata de flujos», dice Deleuze. ¿Qué hacer con ese 
enunciado para que no se vuelva de sujeto a sujeto? Una especie de retroac­
tiva, de rebote inmediato, de líquido que reviente contra el punto después 
de la palabra «flujos» y retorne como una ola sobre el enunciado mante­
niéndolo líquido. No es tan fácil leer. No es preguntarse quién lo dice, cuál
Prólogo
Leer, escuchar, escribir
Hay en la mtlsicaàntigua una yuxtaposición constante de variaciones
separadas por cadencia.: que no conducehacia ninguna parte. Siempre se
dloe lo mismo, pero no tanto. Como voces humanas en un diálogo de locos.
Suceden muchas cosas, siempre suceden. Una erosión, un polvo que
vuela, se golpea, erosiona, rebota y forma un montfculo. O dos, o tres...
Contra un zócalo, sobre un ramita en el piso, en un :tgujerito de la pared.
No sale en los diarios ni en la tele ni lo discuten los gobernantes. Unos tres
acá, cinco allá, doscientos que se juntaron, un gran quilombo de miles, Y
entre esos miles cuatro o cinco otra vez armaron algo extraño que no sale en
los diarios ni en la tele. Mimlsculidad erosivafamontonativa. Así funciona.
¿Como se lee esto? Hay que hacer una experimentación e ir obteniendo
un método. «Siempre se trata de flujos», dice Deleuze. ¿Qué hacer con ese
enunciado para que no se vuelva de sujeto a sujeto? Una especie de retroac-
tiva, de rebote inmediato, de liquido que teviente contra el punto después
de la palabra «flujosn y retorne como una ola sobre el enunciado mante-
niéndolo liquido. No es tan Fácil leer. No es preguntarse quién lo dice, cuál
su sentido, qu«f significará esc concepto. N o es tan fácil leer un experi­
mento de escritura. Se requiere un experimento de lectura, que es una 
cosa mucho más rara.
Lo cieno es que desde la música se hace mucho más sencillo pensar en 
un flujo no representativo, no figurativo, no significativo. El sonido es 
una vibración, una cantidad de vibraciones por segundo. Pero eso no 
interesa, lo que importa es que la defínición de la física coincide con la 
experiencia inmediata del tipo que se sentó a escuchar música. Claro que 
hay una infinidad de formas de figurarla, y que no hacerlo es un trabajo. 
Este es el índice de que no es la esencia de su materialidad lo que importa, 
sino mas bien la configuración social y el régimen de los órganos en los 
que se inscribe.
De todos modos, el punto de partida para cualquier experimento tiene 
que ser no represivo.
Primera proposición de lógica infalible generacional, es decir, felizmente 
infantil; si la derecha es ultrademócrata, entonces el poder es inmanente. Y 
su verificación empírica; la derecha es ultrademócrata, luego cualquier po­
der sólo puede anudarse antes que nada en la obediencia a sí ismo, en la 
unidad y la escisión subjetiva. Q .E.D .
De sujeto a sujeto, la música también ha sido dividida, organizada. Pero 
a veces se nos escurre. A veces no se puede abrir los brazos extensísimos, 
abrazar todo el aire y mandarlo derecho al pecho, al centro de la mismidad. 
Es el anti - Kate Winslet en Titanic. A veces no se puede sentir tomando y 
•se siente dejando correr. En lugar de abrazarla, la vibración gotea masiva­
mente el cuerpo. Se llueve. ¿O acaso se cree que la música se escucha? Para 
que se derrame hay que ahuecarse. La música hará huecos.
Si no queda hoy ningún pastor, querer destruirlo es darle vida. Ningún 
pastor, un único rebaño, y en cada una de las dos orejas de todos, un eco; ¿qué 
hago? ¿qué quiero? ¿quien soy? No hay que contestar los llamados, ni siquiera 
los del lector, ni siquiera los propios. Orejas pequeñas, orejas musicales.
Como si el órgano-oído tuviera alguna ventaja respecto del órgano-ojo. 
( lomo si el órgano-ojo fuera casi una función significante, como una fun- 
I ión busca-formas, y el órgano-oído por momentos no. Habrá órganos-ojos 
inils vivos que los nuestros. Esto no importa. Lo importante es indagju ̂en
su sentido, qué significará ese concepto. No es tan iacil leer un expert-
mento de escritura. Se requiere un experimento de lectura, que es una
cosa mucho más rara.
Lo cierto es que däde la música se hace mucho más sencillo pensar en
un flujo no representativo, no figurativo. no significativo. El sonido es
una vibración, una cantidad de vibraciones por segundo. Pero eso no
interesa, lo que importa es que la definición de la fisica coincide con la
experiencia inmediata del tipo que se sentó a escuchar música. Claro que
hay una infinidad de formas de gurarla, y que no hacerlo es un trabajo.
Este es el indice de que no es la esencia de su materialidad lo que importa,
sino mas bien la configuración social y el régimen de los órganos en los
que se inscribe.
De todos modos. el punto de partida para cualquier experimento tiene
qLl¢ SCI TIO ÍCPISIVO.
Primera proposición de lógica infalible generacional. es decir. felizmente
infantil: si la derecha es ultiademóerata. entonces el poder es inmanente. Y
su verificación empírica: la derecha es ultrademócrata. luego cualquier po-
der sólo puede anudarse antes que nada en la obediencia a sl' ismo, en la
unidad y la escisión subjetiva. ED.
De sujeto a sujeto, la música también ha sido dividida, organirada. Pero
a veces se nos escurre. A veces no se puede abrir los brazos extenslsimos,
abrazar todo el aire y mandarlo derecho al pecho, al centro de la mismidad.
Es el anti - Kate Winslet en Titanic. A veces no se puede sentir tomando y
se siente dejando correr. En lugar de abrazarla, la vibración gorea masiva-
mente el cuerpo. Se llueve. ¿O acaso se cree que la música se escucha? Para
que se derrame hay que ahuecarse. La música hará huecos.
Si no queda hoy ningún pastor, querer destruirlo es darle vida. Ningún
pastor, un único rebaño, y en cada una de las dos orejas de todos, un ooo: ¿qué
hago? ¿qué quiero? ¿quien soy? No hay que contestar los llamados. ni siquiera
los del lector, ni siquiera los propios. Orejas pequeñas. orejas mttsicalä.
Como si el órgano-oído tuviera alguna ventaja respecto del órgano-ojo.
t Íomo si el órgano-ojo fuera casi una función significante, como una .|n-
-. ión busca-fon'nas, y el órgano-oído por momentos no. Habrá órganos-ojos
¡mis vivosque los nuestros. Esto no importa. Lo importante 5 indagar en
una experiencia, en sus elementos y mecanismos: si el conocimiento no 
comunica, cómo hacer una experiencia de comuni ción. Indagar sobre la 
experiencia musical para obtener un método.
Com o parado y girando sin cuerpo en el medio del aire el oído corta 
cada nota y anexa, luego de que es cortada, la que sigue: corte de nota - 
anexión (que supone un corte). El método es extensible, pero opera siem­
pre produciendo una mónada y una anexión.
Ya no vamos a dar una clase sobre epocalidad. Intentamos ser tan escue­
tos como nos es posible. Para el anterior ciclo de luchas, la cuestión del deseo 
era cómo ponerlo a funcionar más allá del individuo. Para el presente, 
parece ser cómo evitar que el deseo colectivo o individual funcione en una 
posición de sujeto.
La cuestión no es quién soy, qué hago, qué quiero. En la totalidad no 
hay nadie. La cuestión es cómo componer: cómo y qué bloqueo, cómo y 
qué corto, cómo y qué anexo. ¿Cómo y qué máquina hago funcionar? 
¿Cómo funcionar como pieza de una máquina que bloquee, corte, anexe el 
enunciado de tal modo que este permanezca en el terreno de su propia 
afirmación sin sujeto?
Suceden muchas cosas. Un montón acá, otro allá, cinco o veinte, 
mucho se ha hecho en el terreno de las búsquedas llamadas autónomas y 
múltiples. Con variedad de desarrollos y resultados, hay en ese terreno 
toda una brecha abierta, un funcionamiento efectivo y un pensamiento: 
infinidad de organi ciones, grupos y grupúsculos experimentan en nue­
vas relaciones de existencia colectiva. Minusculidad erosiva/amontonativa. 
Así funciona.
Pero cuando se trata de la producción de enunciados, parece haber una 
inadecuación importante. Todas las relaciones parecen registranie en el modo 
de la asamblea, la entrevista, la declaración, el diálogo, el manifiesto, la 
investigación, el ensayo o . .. el maldito prólogo. Es sólo una intuición. No 
hay - o no vemos: órgano-ojo moderno - prácticas de experimcnt ión en el 
terreno de la producción de enunciados.
Un experimento es siempre doble y no permite duplicidades: se experi­
menta sobre la reacción de una materia y su Rincionamiento, pero se expe­
rimenta el propio método de experimentación sobre ella.
una experiencia. en sus elementos y mecanismos: si el conocimiento no
comunica, oómo hacer una experiencia decomuni ción. indagar sobre la
experiencia musical para obtener un método.
Como parado y girando sin cuerpo en el medio del aire el oído corta
cada nota y anexa. luego de que es cortada, la que sigue: corte de nota -
anexión (que supone un corte). El método es extensible, pero opera siem-
pre produciendo una mónada y una anexión.
Ya no vamos a dar una clase sobre epocalidad. lntenrarnos ser tan escue-
tos wmo nos es posible. Para el anterior ciclo de luchas, la cuestión del deseo
era cómo ponerlo a funcionar más alla del individuo. Para el presente,
pareoe ser cómo evitar que el deseo colectivo o individual funcione en una
posición de sujeto.
La cuestión no es quién soy. qué hago. qué quiero. En la totalidad no
hay nadie. La cuestión es cómo componer: como y qué bloqueo. cómo y
qué corto. cómo y qué anexo. ¿Cómo y qué máquina hago funcionar?
¿Cómo funcionar Oomo pieza de una máquina que bloquee, corte, anexe el
enunciado de tal modo que este permanezca en el terreno de su propia
afirmación sin Sujeto?
Suceden muchas cosas. Un montón acá. otro allá, cinco o veinte,
mucho se ha hecho en el terreno de las búsquedas llamadas autónomas y
múltiples. Con variedad de desarrollos y resultados, hay en ese terreno
toda una brecha abierta, un funcionamiento efectivo y un pensamiento:
infinidad de organi ciones, grupos Y grupúsculos experimentan en nue-
vas relaciones de existencia colectiva. Minus-culidad erosivaƒamontonativa.
Así funciona.
Pero cuando se trata de ia producción de enunciados, parece haber una
inadecuaeión importante. Toda.: las relaciona parecen registrarse en el modo
de la asamblea, la entrevista, la declaración, el diãlogoj el manifiesto, la
investigación, el ensayo o. . . el maldito prólogo. Es sólo una intuición. No
hay-o no vemos: órgano-ojo moderno - prácticas de experiment ión en el
terreno de la producción de enunciados.
Un experimento es siempre doble y no permite duplicidades: se experi-
menta sobre la reacción de una materia jr su funcionamiento. pero se expe-
rimenta el propio método de experimentación sobre ella.
poesía incoherente, grosera, impertinente y el público abuchea, la obra no 
es la poesía, es toda la escena. ¿Qué pa.sa si...? Si hay "arte experimental” , 
tendría que operar así. Sin realización prodigiosa ni ojos visionarios; hay 
algo del azar y del orden de la probabilidad que funciona más allá del 
público y del artista.
Con la mayor seriedad en el registro y en el método, hay que hacer 
experimentaciones enunciativas. Un experimento no es una investiga­
ción más abiena. Un experimento no es una investigación porque se hace 
bajo la forma «¿Qué pasa si...?». N o tiene más objetivo que poner a andar 
el hueco de una indeterminación. La investigación es posterior al experi­
mento, registra qué paso. Es necesaria, pero hay que someterla a él.
La música hará huecos. Lo molar, formal y musicológicamente ha­
blando, está en fuga: la música se organiza en capas no subordinadas 
releyendo la microforma melódica del ornamento molecular. Si se quiere, 
hay incluso un paso en el medio: la idea de la “no conducción” . Hay en la 
música Antigua una yuxtaposición constante de variaciones (ornamentos 
moleculares) separadas por cadencias que no conduce hacia ninguna par­
te (nota técnica: de allí el llamado “ fraseo corto”). Siempre se dice lo 
mismo, pero no tanto. Com o voces humanas en un diálogo de locos.
Hablamos de producción, de modos de producción, no de innovacio­
nes. Y por eso la tradición en esta tarca, que cupo al arte durante tanto 
tiempo, pesa más en contra que a fiivor del artista contemporáneo. Porque 
en la «experimentación estética», el «estéti » le gana a la «experimenta­
ción», la resitúa fuera de la producción y la conduce otra vez y bajo 
distintas formas al especudor manos a la espalda parado frente al cuadro 
con su conciencia o su inconsciente afectado (que para el caso da igual, 
pues un inconsciente no deja de ser un sujeto).
Hoy primero están las letras, una canción se subordina a su letra, se con­
vierte en su letra, o acompaña a la letra y a su título. Es la operación menos 
violenta y más escandalosa, como una invasión del signo, una anexión territo­
rial. Un añadido que se añade sobre sí el conjunto de las vibraciones y produ- 
IX el fondo milagroso de toda canción: el sentido (sensible del anista). La letra 
no tiene la culpa, pero habría que empezar a experimentar con una música sin 
letra. O empezar por morderse la lengua.
poesía incoherente, grosera, impertinente y el público abuchca, la obra no
es la poesía, es toda la escena. ¿Qué pasa si...? Si hay "arte experimental",
tendría que operar así. Sin realización prodigiosa ni ojos visionarios: hay
algo del azar y del orden de la probabilidad que funciona más allá del
públicoydcl artista.
Con la mayor seriedad en el registro y en el método, hay que hacer
experimentaeiones enunciativas. Un experimento no es una investiga-
ción más abierta. Un experimento no es una investigación porque se hace
bajo la forma u¿Qué pasa si...?». No tiene más Objetivo que poner a andar
el hucoo de una indeterminación. La investigación es posterior al experi-
mento, registra qué paso. Es necesaria. pero hay que someterla a él.
La música hará huecos. Lo molar, formal y musicológicamcnte ha-
blando, está en fuga: la música se organiza en capas no subordinadas
releyendo la microforma rnelódica del omamento molecular. Si se quiere,
hay incluso un paso en el medio: la idea de la "no conducción". Hay en la
música Antigua una yuxtaposición constante de variaciones (ornamentos
moleculares) separadas por cadencias que no conduce hacia ninguna par-
te (nota técnica: de alli el llamado "frasco corto"). Siempre se dice lo
mismo, pero no tanto. Como voces humanas en un diálogo de locos.
Hablamos de producción, de modos de producción, no de innovacio-
nes. Y por eso la tradición en esta tarea. que cupo al arte durante tanto
tiempo. pesa mas en oontra que a favor del artista contemporáneo. Porque
enla «experimentación estética», el «estéti n le gana ala «experimenta-
ción», la resitúa fuera de la producción y la conduce otra vez y bajo
distintas formas al espectador manos a la espalda parado frente al cuadro
con su conciencia o su inconsciente afectado (que para el caso da igual,
pues un inconsciente no deja de ser un sujeto).
Hoy pri mero están las letras, una canción se suborclina a su letra, se con-
vierte en su letra, o acompaña a la letra y a su título. Es la operación menos
violenta y más escaridalosa, como una invasión del signo, una anexión territo-
rial. Un añadido que se añade sobre sí el conjunto de las vibraciones y produ-
ce el fondo milagroso de toda canción: d sentido (sensible del artista). La lctra
nu tiene la Culpa. pero habría que ernpeur a experimentar con una música sin
letra. O empenr por mordersc la lengua.
¿Cómo se lee esto? De sujeto a sujeto no se entiende nada o no ha sido 
escrito para ser entendido. N ada es más cierto. Si el conocimiento no 
comunica, es probablemente porque ocurre como con la música: cuando 
la serie dispone de la pieza-oído para que cuelgue en ella cada nota, lo que 
queda es el sentido subjetivo de la obra y del escucha. «Siempre se trata de 
flujos», dice Deleuze, pero si se cuelga ese enunciado a alguna serie, ya 
está todo perdido, sólo queda el sentido subjetivo de la obra y del que lee. 
N o se entiende nada o nada ha sido escrito para ser entendido.
Más allá de la lírica, está la figuración serial misma de la canción: intro - 
estrofa - estrofa - estribillo - estrofa - estrofa - estribillo - estribillo - cadencia
o estribillo al palo. El sentido es una cosa bastante hija de puta, mucho más 
de lo que suele pensarse. N o es sólo la conexión de un sonido a una imagen- 
signiflcado, a una imagen nombrada. Hay todo un terreno de lo no-nom­
brado que pertenece al campo del sentido, como la serie básica de una 
canción. Para señalar esto es que existe el arte no figurativo.
Se han organizado fiestas, asados, brindis y kermeses: el sólido moderno 
deviene fluidoen derrame Cada vez. que se solidifica suena a mentira. Pero 
cada vez que se fluidifica también. La tendencia epocal no es a la fluidez sin 
más, es a la fluidez impotente. Se olvida siempre que la impotencia tiene dos 
extremos: o se fija el movimiento o se lo aparenta. No somos canguros; saltar 
de un punto a otro no es moverse, cada salto construye dos puntos fijos. La 
naturaleza no anda a los saltos, no anda sucesivamente fija. Por eso en 
plástica como en música las figuras más jodidas son las no figurativas.
Nunca habló Cactus. Todo grupüsculo sabe cómo hacerlo; un miembro
o dos a quienes los demás corrigen alguna cosa, una reunión en la que se 
acordó una serie de puntos que deci r y opiniones que dar. Pero fundamen­
talmente hoy no habla Cactus, y esto pretende ser positivo. La cuestión no 
es lo múltiple, la cuestión es qué producir en lo múltiple.
En el paso musical del Barroco al Clásico suceden cosas extrañas. El 
fondo único de variaciones infinitas deviene en la sonata una disyun­
ción exclusiva que organiza la serie; Tema A/Tema B/Tema A. Entre la 
oposición que determina las posibles combinatorias sin variación y la 
serie, se tragan el infinito y se cierra la obra. Ya no digamos canciones, 
para cada sonido una referencia y se tiene para cada posible la serie 
transversal a la que pertenece, de modo que cada nota no vale en reía-
Dcrmunt entre el eaontairsrno F Lu rs-quizorìent.-i ii
¿Cómo se lee esto? De sujeto a sujeto no se entiende nada o no ha sido
escrito para ser entendido. Nada es mas cierto. Si el conocimiento no
comunica, 6 probablemente porque ocurre como con la música: cuando
la serie dispone de la pieza-oldo para que cuelgue en ella cada nota. lo que
queda es el sentido subjetivo de la obra y del seucha. «Siempre se trata de
flujos», dice Deleuze. pero si se cuelga ese enunciado a alguna serie. ya
está todo perdido, sólo queda el sentido subjetivo de la obra y del que lee.
No se entiende nada o nada ha sido escrito para ser entendido.
Más allá de la lírica, esta la figuración serial misma de la canción: intro -
estrofa - utrofa - estribillo - estrofa - estrofa - estribillo - estribillo - cadencia
o estribillo al palo. El sentido G una cosa bastante hija de puta, mucho más
de lo que suele pensarse. No es sólo la conexión de un sonido a una imagen-
significado, a una imagen nombrada. Hay todo un terreno de lo no-nom-
brado que pertenece al campo del sentido, como la serie basica de una
canción. Para señalar esto 5 que existe el arte no ligurativo.
Se han orynizado fiestas. asados, brindis y lterrneses: el sólido moderno
deviene fluido en derrame Cada ver. que se solidi ca suena a mentira. Pero
cada vez que se fluìdifica también. l.z tendencia epocal no es a la fluidez sin
más, es a la fluidez impotente. Se olvida siempre que la impotencia tiene dos
extremos: o se lija el movimiento o se lo aparenta. No somos canguros: salta:
de un punto a otro no es moverse, cada salto construye dos puntos fijos. La
naturaleza no ancla a los saltos. no anda sucesivamente Fija. Por eso en
plástica como en música las figuras más jodidas son las no gurativas.
Nunca habló Cactus. Todo grupúsculo sabe oómo hacerlo: un miembro
o dos a quienes los demás corrigen alguna cosa. una reunión en la que se
aoordó una serie de puntos que decir y opiniones que dar. Pero fundamen-
talmente hoy no habla (šetus. y esto pretende ser positivo. La eustión no
es lo múltiple, la cuestión es qué producir en lo múltiple.
En el paso musical del Barroco al Clásico suceden cosas extrañas. El
fondo único de variaciones infinitas deviene en la sonata una disyun-
ción exclusiva que organiza la serie: Tema MTema BlTema A. Entre la
oposición que determina las posibles combinatorias sin variación y la
serie, se tragan el infinito y se cierra la obra. Ya no digamos canciones,
para cada sonido una referencia y se tiene para cada posible la serie
transversal ala que pertenece, de modo que cada nota no vale en rela-
_____________________________________________________________ Prólogo
ción al añadido, sino a la que organiza la serie de añadiduras. Si la 
tonalidad organiza la serie transversal, la armonía hace lo propio con la 
vertical; órgano oreja moderna. Es la posición de sujeto en la música, es 
lo que se llama «oído absolutista». Todo empieza cuando la armonía 
dice: «La M usique c ’est moi». Eso es el clasicismo.
La posición de sujeto no es una entelequia trascendente. La Unidad no 
es una entelequia trascendente. N o vengan con que uno parece el Estado y 
la otra la Iglesia. Son un conjunto de operaciones precisas y bien simples 
que hay que conocer e intentar trabar.
El punto de partida de todo experimento tiene que ser no represivo. El 
último gesto del que se ahoga en su propio mar es informar a los náufragos 
de la miseria reinante. H maldito dama por represión, por que lo liberen. El 
problema con la represión no es el dolor, es lo que de ¿I se fija. El poder aaúa 
por desplazamiento, nunca se fija lo que se reprime. Es bastante cotidiano: 
cada vez que puteamos contra una prohibición, lo que se fija es nuestra 
producción de enunciados. Doblemente jodidos.
¿Qué pasa si... se sustituyen unas operaciones por otras en un texto? 
¿Qu¿ pasa con el sujeto de la enunciación si se produce desde la dispersión 
a partir de anexiones no lineales bloqueando la serialización y la reconducción 
circular al origen?
A nivel de la producción de enunciados, una posición de sujeto requiere 
en primer lugar de operaciones de señalización: producir series enunciativas, 
cortar pequeñas unidades que actúen por diferencia (párrafos, capítulos, 
temas, épocas, conceptos, momentos, géneros, tipos, etc., etc., etc). En 
.segundo lugar un alineamiento de las series: operación física y externa que 
pone las series en línea, como un batallón frente al general. No hay nada en 
cada serie que determine una relación lineal con otra, sólo la linealidad 
como el efecto más probable. Por último, la circularidad: doblar la línea 
hasta que toque su punto de i icio, operación de cierre. Eso es la Unidad, 
eso es un sujeto de la enunciación: un conjunto de operaciones precisas.
Hay en la música Antigua una yuxtaposición constante de variaciones 
«cparadas por cadencias que no conduce hacia ninguna parte. Siempre se 
dice lo mismo, pero no tanto. Com o voces humanas en un diálogo de locos.
t :__, __,____ _, _, W _ "__ ___" :__l'!¢19_s2
ción al añadido, sino a la que organiza la serie de añadiduras. Si la
tonalidad organiza la serie transversal, la armonía hace lo propio con la
vertical: órgano oreja moderna. Es la posición de sujeto en la música. es
lo que se llama «oído absolut¡sta›. Todo empieza cuando la armonía
dice: «La Musique c'est moi›. Eso es el clasicismo.
La posición de sujeto no es una entelequia trascendente. La Unidad no
cs una entelequia trascendente. No vengan con que uno parece el Estado y
la otra la Iglesia. Son un conjunto de operaciones precisas y bien simples
que hay que conocer e intentar trabar.
El punto de partida de todo experimento tiene que ser no represivo. Él
último gesto del que se al1oga en su propio mar es informar a los náuhagos
de la miseria reinante. El maldito clama por represión, por que lo liberen. El
problema oon la represión no es el dolor. cs lo que de él se lija. El poder actúa
por dcsplammiento, nunca se fija lo que se reprime. Es bastante ootidiano:
cada vea que puteamos contra una prohibición, lo que se fija es nuestra
producción de enunciados. Doblemente jodidos.
¿Qué pasa si... se sustituyen unas operaciones por otras en un texto?
¿Qué pasa con el sujeto de la enunciación si se produce desde la dispersión
a partir de anexioncs no linalcs bloqumndo la serializaeión y la reconduoción
circular al origen?
A nivel de la producción de enunciados, una posición de sujeto requiere
en primer lugar de operaciones de senaliaación: producir series enunciativas,
cortar pequeñas unidades que actúen por diferencia (párrafos, capítulos,
temas, épocas, conceptos, momentos, géneros, tipos, etc.,etc., etc). En
segundo lugar un alineamiento de las series: operación física y extema que
pone las series en llnea, como un batallón frente al general. No hay nada en
cada serie que determine una relación lineal con otra, sólo la linealidad
oomo el efecto más probable. Por último, la circularidad: doblar la línea
hasta que toque su punto dei icio, operación de cierre. Fso es la Unidad,
eso es un sujeto de la enunciación: un conjunto de operaciones precisas.
Hay en la música Antigua una yuxtaposición constante de variaciones
neparadas por eadencias que no conduce hacia ninguna parte. Siempre se
dice lo mismo, pero no tanto. Como voces humanas en un diálogo de looos.
Advertencia 
Acerca de esta edición
Us clases de Gilles Deleuze, que se presentan en Derrama entre el capitalimo j U 
aquizofrenia en su primera edicién castellana, fueron dictadas en la Universidad de 
Vincennes y abordan los problemas, los conceptos y las tesis que constituyen la serie 
Capitalismo y Esquizofrenia (El Anti-EJipo y Mil Meseta,).
Las clases seleccionadas recorren aproximadamente el período que va desde la 
primera edición francesa de El Anti-Edipo (1972) y Uegan hasta el año anterior a la 
primera edición francesa de Mil Metetas (1980).
La presente edición ha sido preparada en base a las desgrabaciones existentes en el 
idioma original. La traducción, la corrección y las notas han sido realizadas (ntegra- 
mente por Cactus.
Se han modificado contenidos sólo en los pocos casos en que encontramos nom­
bres de autores, conceptos o palabras mal escritas o que contradecían el argumento y 
que por su pronunciación en francas hacían evidente un error en la dcsgrabación.
Los tres primeros Anexos a la primera parte conformaban una clase única fechada 
el 25/1/72, en la que Deleuze se dedica a responder distintas preguntas sobre diversos 
asuntos, razón por la cual ^sta no presenta una unidad precisa. Decidimos por ello 
separarla por temas. El cuarto y último Anexo a la primera parte fue extraído del final 
de la dase fechada el 18/4/72 con el fin de fiivorecer su continuidad argumenta!.
Por lo demás, sólo se han introducido los cambios estilísticos necesarios para 
adecuar el registro oral al escrito permitiendo una lectura fluida del texto. Toda vez que 
file posible, optamos por conservar los rasgos de oralidad propios de las clases.
Las notas a la tniducdón se han hecho a pie de página. Las palabras de dificultosa 
traducción al castellano aparecen también en el idioma original en cursiva y entre corchetes.
Agradecemos por su coUboración durante U producción de este libro a: Sanriago 
Deymonnaz, Matías, Bicho, Diego y Vero, Laureano, Aiidrís, Anabel, Fernanda, 
Roberto, Petu, Caro Puente, Duplus, Nibia y -¡por supuesto!- Vera.
Advertencia
Acerca de esta edición
bs clases de Gilles Deleuze. que se presentan cn Derrcnm cum :I ccproølimw ¡ la
-trqrrr'-W errir: en su primera adición castellana. fueron diclädàs en la Universidad de
Vincennes jr abordan los problemas. los conceptos y las tesis que constituyen la serie
(lrpim rmo J Erqrrizø mi [fl ƒlrrrí- lípo y MH Menus).
Las clases seleccionadas recorren aproximadamente el período que va desde la
primera edición francesa de El Anti-.ciirjoø (1972) y llegan hasta cl ano anterior a la
primera edición francua de Mr! Mrrr (1950).
La presente edición ha sido preparada en base a las desgrrlaacioncs existentes en el
idioma original. la traducción, la corrección y las notar han sido realizadas Integra-
mente por Cactus.
Se han modificado contenidos sólo en los pocos casos en que encontrantos nom-
bns de autores. conceptos o palabras rnal escritas o que oontradeclan el argumento y
que por su pronunciación cn frances hacían evidente un error en la desgralnción.
Los tros ptirneros Ánetns a la primera parte conformaban una dose única fechada
cl 2§l'li'72, en la que Deleuze se dedica a responder distintas preguntas sobre diversos
asuntos, razón por la cual ¿sm no present: una unidad precisa. Decidimos por ello
reparsarla por temas. El cuarto y último Anexo a la primera parte fue cltraldo del final
de la disc fechada el l Í¡lll72 con el fin de favorecer su continuidad argurnental.
Por lo dernås, sólo se han introducido los cambios cstillsticos necesarios para
adecuar el registro oral al crerito permitiendo una lectura fluida del resto. Toda ver que
fue posible, optamos por conservar los rasgos de oralìdad propios de las clases.
Las notas a la traducción se han hecho a pie de pagina. Las palabras de di cultostl
traducción al castdlano aparecen tarnbión en el id.iorna otig`nal en cursiva y entre ooreheru.
Agradecemos por su colaboración durante la producción de este libro a: Santiago
Deymonnaa. Marias, Bicho, Diego y Vera, Laureano. Andres. Anabel, Fernanda,
Roberto. Peru. Caro Puente, Duplus, Nibia jr -¡por supucstol- Vera.
14
Gilíes Deleuze
DERRAMES 
entre el capitalismo 
y la esquizofrenia
Gilles Deleuze
DERRAMES
entre el capitalismo
y la esquizofrenia
Parte 1
CAPITALISMO,
PSICOANÁLISIS
ESQUIZOANÁLISIS.
Parte 1
CAPITALISMO,
PSICOANALISIS
ESQUIZOANALISIS.
Clase I.
Capitalismo y esquizofrenia. 
Introducción al esquizoanálisis.
16 de Septiembre de 1971
¿Que pasa sobre el cuerpo de una sociedad? Flujos, siempre flujos. 
Una persona siempre es un corte de flujo, un punto de panida para una 
producción de flujos y un punto de llegada para una recepción de 
flujos. O bien una intersección de mucfios flujos. Flujos de todo tipo.
El cabello de una persona, por ejemplo, puede atravesar muchas 
etapas: el peinado de la joven no es el mismo que el de la mujer casada, 
no es el mismo que el de la viuda. Hay todo un código del peinado. La 
persona, en tanto que lleva su cabello, se presenta típicamente como 
intcrceptora en relación a flujos de cabello que la exceden, que van más 
ullá de su caso. Esos flujos de cabello están codificados de diferentes 
formas: código de la viuda, código de la joven, código de la mujer 
casada, etc.
Finalmente este es el problema esencial de la codificación y de la 
tcrritorialización: siempre codificar los flujos. Y como medio funda­
mental marcar a las personas, pues ellas existen en la intersección, en los 
puntos de corte de los flujos. Entonces, marcar a las personas es el 
medio aparente para la más profunda de las funciones.
Clase I.
Capitalismo y esquizofrenia.
Introducción al esquizoanálisìs.
16 de Septiembre de 1971
¿Que pasa sobre el cuerpo de una sociedad? Flujos, siempre flujos.
Una persona siempre es un corte de flujo, un punto de partida para una
producción de flujos y un punto de llegada para una recepción de
llujos. O bien una intersección de muchos flujos. Flujos de todo tipo.
El cabello de una persona. por ejemplo. puede atravesar muchas
etapas: el peinado de la joven no es el mismo que el de la mujer casada,
no es el mismo que el de la viuda. Hay todo un código del peinado. La
persona. en tanto que lleva su cabello, se presenta típicamente como
inlerceptora en relación a flujos de cabello que la exceden. que van más
alli de su caso. Esos flujos de cabello están codificados de diferentes
formas: código de la viuda, código de la joven. código de la mujer
casada, etc.
Finalmente este es el problema esencial de la codificación y de la
tcrritorialimción: siempre codificar los flujos. Y corno medio funda-
mental marcar a las personas, pues ellas existen en la intersección, en los
puntos de corte de los flujos. Entonces, marcar a las personas es el
medio aparente para la más profunda de las funciones.
Una sociedad sólo le teme a una cosa; ai diluvio. N o le teme al vacío. No 
le teme a la penuria ni a la escasez. Sobre ella, sobre su cuerpo social, algo 
chorrea y no se sabe qué es, no está codificado y aparece como no codificable 
en relación a esa sociedad. Algo que chorrea y que arrastra esa sociedad a una 
especie de dcsterritorialización, algo que derrite la tierra sobre la que se 
instala. Este es el drama. Encontramos algo que se derrumba y no sabemos 
qué es. N o responde a ningún código, sinoque huye por debajo de ellos.
Todo esto es verdad también para el capitalismo, que cree desde hace 
mucho tiempo haber asegurado símil-códigos. Se trata de la famo.ta poten­
cia de recuperación en el capitalismo; cada ve/ que algo parece escapársele, 
pasar por debajo de esos símil-códigos, vuelve a taponar todo, añade un 
axioma de más y la máquina vuelve a partir.
Piensen en el capitalismo del siglo XIX. Ve correr un flujo que es concre­
tamente el flujo de trabajadores, del proletariado. ¿Qué es lo que fluye, lo 
que chorrea desagradablemente y arrastra nuestra tierra? ¿A dónde va? Los 
pensadores del siglo X IX tienen una reacción muy rara, principalmente la 
escuela histórica francesa. Es la primera en haber pensado al siglo X IX en 
términos de clases. Inventan la noción teórica de clases precisamente como 
una pieza esencial del código capitalista: la legiti idad del capitalismo vie­
ne de la victoria de la burguesía como clase contra la aristocracia.
El sistema que aparece en Saint-Simon, A. Thierry, E. Quinet es la toma 
de conciencia radical de la burguesía como clase. Ellos interpretan toda la 
historia como lucha de clases. N o es M arx el que inventa esta interpreta­
ción, es la escuela histórica burguesa del siglo XIX: «Sí, 1789 es la lucha de 
clases». Quedan impresionados cuando ven correr en la superficie actual 
del cuerpo social ese curioso flujo que no conocen, el flujo del proletariado. 
La idea de que eso sea una clase no es posible en ese momento. El día en que 
el capitalismo ya no pudo negar que elproletariado fuera una clase coinci­
dió con que encontrara, en su cabeza, la ocasiónpara recodificarlo entera­
mente.
¿Qué es eso que llamamos la potencia de recuperación del capitalismo? 
Es el hecho de que dispone de una especie de axiomática. Y esta es, en 
última instancia - y tal como sucede con todas las axiom áticas- no 
saturable, esrá siempre lista para añadir un axioma de más que hace que 
todo vuelva a funcionar. El capitalismo dispone entonces de algo nuevo 
que no se conocía.
Una sociedad sólo lc teme a una cosa: al diluvio. No le teme al vacío. No
le teme a la penuria ni a la escaser.. Sobre ella, sobre su cuerpo social. algo
chorrea y no se sabe qué 15. no está codificado y aparece como no codi cable
en relación a esa sociedad. Algo que chorrea y que arrastra osa Sociedad a una
especie de desterritorialización. algo que derrite la tierra sobre la que se
instala. Este is el drama. Encontramos algo que se derrumba y no sabemos
qué es. No nsponde a ningún código, sino que huye por debajo de ellos.
Todo esto es verdad también para el capitalismo, que cree desde hace
mucbo tiempo haber asegurado simil-códigos. Sc trata de la famosa poten-
cia de recuperación en el capitalismo: cada ver que algo parece escapársele,
pasar por debajo de esos símil-códigos, vuelve a taponar todo. añade un
axioma de más y la máquina vuelve a partir.
Piensen cn el capitalismo del siglo HX. Ve correr un flujo que es ooncrc-
tamcnte el flujo de trabajadores. del proletariado. ¿Qué es lo que fluye, lo
que chorrca dcsagradablemente y arrastra nuestra tierra? ¿A dónde va? Los
pensadores del siglo XTX tienen una reacción muy rara, principalmente la
escuela histórica francesa. Es la primera en haber pensado al siglo XIX en
términos de clases. lnventan la noción teórica de clases precisamente como
una pieza esencial del código capitalista: la legiti ¡dad del capitalismo vie-
ne de la victoria de la burguesía como clase contra la aristocracia.
El sistema que aparece en Saint-Simon, A. Thierry, E. Quinet es la toma
de conciencia radical de la burguesía oomo clase. Ellos interpretan toda la
historia como lucha de clases. No es Manr el que inventa esta interpreta-
ción, es la escuela histórica burguesa del siglo XIX: «SL 1789 es la lucha de
clases». Quedan imprcsionados cuando ven correr en la superficie actual
del cuerpo social ese curioso flujo que no conocen. el flujo del proletariado.
La idea de que eso sea una clase no es posible en ese momento. El día cn que
el capitalismo ya no pudo negar que elproletariado fuera una clase coinci-
dió con que encontrara. en su cabeza, la ocasiónpara recodi carlo entera-
mente.
¿Qué es mo que llamamos la potencia de recuperación del capitalismo?
Es el hecho de que dispone de una especie de axiomåtica. Y esta es, en
última instancia -y tal como sucede con todas las axiomáticas- no
saturable, está siempre lista para añadir un axioma de más que hace que
todo vuelva a funcionar. El capitalismo dispone entonces de algo nuevo
que no se conocía.
20
EJ momento en que el capitalismo ya no puede negar que el proletariado 
es una dase, el momento en que llega a reconocer una especie de bipolaridad 
de clase -b a jo la influencia de las luchas obreras del siglo X IX y bajo la 
influencia de 1a revolución-es extraordinariamente ambiguo. Es un mo­
mento importante en la lucha revolucionaria, pero también es un momen­
to esencial en la recuperación capitalista: «Les elaboro un axioma adicional, 
les hago los axiomas para la clase obrera y para la potencia sindical que la 
represenu». La máquina capitalista vuelve a partir rechinando. Ha colmado 
la brecha.
En otros términos, para todos los cuerpos de una sociedad lo esencial es 
impedir que sobre ella, sobre sus espaldas, corran flujos que no pueda 
codificar y a los cuales no pueda asignar una territorialidad.
Una sociedad puede codificar la pobreza, la penuria, el hambre. Lo que 
no puede codificar es aquella cosa de la cual se pregunta al momento en que 
aparece: «¿Qué son esos tipos ahí?». En un primer momento se agita enton­
ces el aparato represivo, se intenta aniquilarios. En un segundo momento, 
se intenta encontrar nuevos axiomas que permitan, bien o mal, recodificarlos.
Un cuerpo social se define así: perpetuamente los flujos chorreando 
sobre él, corriendo de un polo a otro, y siendo perpetuamente codificados. 
May a la vez flujos que escapan a los códigos y un esfuerzo social para 
recuperarlos, para axiomatizarios, para ajustar un poco el código a fin de 
darle un lugar a flujos tan peligrosos. Hay por ejemplo gente joven que no 
responde a los códigos: empiezan a tener un flujo de cabello que no estaba 
previsto. ¿Qué se hará con ellos? ¿Se los recodifica añadiendo un axioma, se 
los recupera o hay algp más allá que persiste no dejándose codificar?
El acto fundamental de la sociedad es codificar los flujos y tratar como 
enemigo a aquello que en relación a ella se presente como un flu jon o 
codificable que pone en cuestión todala tieng. todo el cuerpo de esa sociedad.
Dirü ísto de todas las sociedades, salvo quizás de la nuestra, dd capitalismo. 
Acabo de hablar dd capitalismo como si, a la manera de todas las otras sodeda- 
d a . codificara los flujos y no tuviera otros problemas. Pero quizáhe ido dema- 
•iudu rápido. La paradoja fundamental del capitalismo como formadón social 
r» que se ha constituido históricamente sobre aleo in c te íb íc^ re lo qu e e r ^ 
icrror de ¡as otras sodedades: la existencia y la realidad de flujos descodificados.
Si fuMa verdad, esto explicaría que el capitalismo es lo universal de toda 
•iKiedad en un sentido muy preciso, en un sentido negativo: sería lo que
El momento en que el capitalismo ya no puede negar que el proletariado
es una clase, el momento en que llega a reconocer una especie de bipolaridad
de clase -bajo la influencia de las luchas obreras del siglo XIX )' bajo la
influencia de la revolución- es extraordinariamente ambiguo. Es un mo-
mento importante en la lucha revolucionaria, pero también es un momen-
to esencial enla recuperación capitalista: «Les elabora un axioma adicional,
lcs hago los axiomas para la clase obrera y para la potencia sindical que la
representa». La máquina e.apitalis1:a vuelve a partir rechinando. Ha colmado
la brecha.
En otros términos, para todos los cuerpos de una sociedad lo äencial es
impedir que sobre ella, sobre sus espaldas, corran flujos que no pueda
codificary alos cuales no pueda asignar una territorialidad.Una miedad puede oodificar la pobreza. la penuria, el hambre. Loque
no puede oodi car es aquella cosa de la cual se pregunta al momento en que
aparece: -¿Qué son osos tipos ah.l?». En un primer momento se agita enton-
ces el aparato represivo, se intenta aniquilarlos. En un segundo momento,
se intenta encontrar nuevos axiomas que permitan. bien o mal. reoodificarlos
Un cuerpo social se define así: pcrpetuamenre los flujos chorreando
sobre él, corriendo de un polo a otro, y siendo perpetuarnente oodificados.
Hay a la vez flujos que escapan a los códigos y un esfuerzo social para
recupetarlos, para aitiomatimrlos, para ajustar un poco el código a fin de
darle un lugar a flujos tan peligrosos. Hay por ejemplo gente joven que no
responde a los oódigos: empiezan a tener un flujo de cabello que no estaba
previsto. ¿Qué se hará oon ellos? ¿Se los reoodifica añadiendo un axioma, se
los recupera o hay algo más allá que persiste no dejándose codificar?
El acto fundarnental de la sogiídad es codificar los flujos y tratar2_mo
ffwmisaa
cndificable oue pg¡¡¡5|¡_cues¿iónto-da1¡ti¶g_,¿odo cl mer@ de esa sociedad.
_lÍr:isto de todas las sociedades, salvo quizás de la nuestra, del capitalismo.
Acabo de hablar del capitalismo oomo si, a la manera de todas las otras socieda-
des, oodificara los flujosy no tuviera otros problemas. Pero qui.'zál'1e ido dema-
siado rápido. l.¿paradïja_Ii.ind_an1|ci1tgl del capitalismo como fomijclënsocial
11 que se h_a_o:l›_š.s_tituido ltisliórigmrznte solire ittctellììg ílo
Ivrtordelas otras sociedadm: la eitistenciayla gjos
Si fuera veäií, cistoitcípli-carlacjitie el capitalismo es lo uni\;rsal de toda
suciedad en un sentido muy preciso, en un sentido negativo: sería lo que
11
todas las socitdades han temido por encima de todo. Tenemos la impresión 
de que, históricamente, el capitalismo es lo que de cierta manera toda for­
mación social constantemente intenta conjurar, intenta evitar. ¿Por qu¿? 
Porque sería la ruina de todas las otras formaciones sociales.
La paradoja del capitalismo es que se trata de una formación social que 
está constituida sobre la base de lo que era lo negativo de todas las otras. Eso 
quiere decir que el capitalismo no ha podido constituirse más que por una 
conjunción, un encuentro entre flujos descodificados de todo tipo. Lo más 
temido por todas las formaciones sociales sería la base de una formación 
social que debía engullirse a todas las demás. Aquello que era lo negativo de 
todas las formaciones ha devenido la positividad misma de nuestra forma­
ción. Esto es estremecedor.
¿En qué sentido el capitalismo se ha constituido sobre la conjunción de 
flujos descodificados? H a tenido necesidad de encuentros extraordinarios 
al término de procesos de descodificación de todo tipo que se han formado 
en el ocaso de la feudaJidad. Descodifícaciones de flujos de propiedad 
territorial bajo la forma de grandes propiedades privadas, descodificación 
de flujos monetarios bajo la forma del desarrollo de la fortuna mercantil, 
descodificación de un flujo de trabajadores bajo la forma de la expropia­
ción, de la desterritorialización de siervos y pequeños campesinos.
Pero esto no es suficiente, pues si tomamos el ejemplo de la descodiíicación 
en la Roma decadente, vemos que aparece plenamente la descodificación 
de los flujos de propiedad bajo la forma de las grandes propiedades priva­
das, la descodificación de los flujos monetarios bajo la forma de las grandes 
fonunas privadas y la descodificación de los trabajadores con la formación 
de un sub-proletariado urbano. Ahí está todo. O casi todo: los elementos 
del capitalismo se encuentran reunidos, pero no está el encuentro.
¿Qué es lo que falta para que se realice el encuentro entre los flujos 
descodificados dcl capiral o del dinero y los flujos descodificados, 
dcsterritorializados de los trabajadores? La manera en que el dinero se 
descodifica para devenir capital-dinero y la manera en que el trabajador es 
arrancado de la tierra para devenir propietario de su sola fuerza de trabajo 
son dos procesos completamente independientes el uno dcl otro. Es nece­
sario que haya un encuentro entre los dos. El proceso de descodificación del 
dinero para formar un capital se hace a través de las formas embrionarias del 
capital comercial y del capital bancario. El flujo de trabajo se produce a
todas las sociedades han temido por encima de todo. Tenemos la impresión
de que, históricamente, el capitalismo cs lo que de cierta manera toda for-
mación social constantemente intenta conjurar, intenta evitar. ¿Por qué?
Porque sería la ruina de todas las otras formacinnä socials.
La paradoja del capitalismo es que se trata de una formación social que
tstå constituida sobre la base de lo que era lo negativo de todas las otras. Eso
quiere decir que el capitalismo no ha podido constituirse más que por una
conjunción, un encuentro entre ujos descodificador de todo tipo. Lo más
temido por todas las formaciones sociales seria la base de una formación
social que debía engullirse a todas las demís. Aquello que era lo negativo de
todas las formaciones ha devenido la positividad misma de nuestra forma-
ción. Esto es estremecedor.
¿En qué sentido el capitalismo se ha constituido sobre la conjunción de
flujos dccodi mdos? Ha tenido necesidad de encuentros extraordinarios
al término de procesos de descodificación de todo tipo que se han formado
en el ocaso de la feudalidad. Descodificaciones de flujos de propiedad
territorial bajo la forma de grandes propiedades privadas, descodificación
de flujos monetarios bajo la forma del desarrollo de la fortuna mercantil.
dcscodificación de un flujo de trabajadores bajo la forma de la expropia-
ción, de la desterritorialiaación de siervos y pequeños campesinos.
Pero esto no cs suficiente, pues si tomamos cl ejemplo de la dmcodi ficación
en la Roma decadente, vemos que aparece plenamente la dcscodificación
de los flujos de propiedad bajo la forma de las grandes propiedades priva-
das, la descodificación de los flujos monetarios bajo la forma de las grandes
fortunas privadas jr la descodificación de los trabajadores con la formación
de un sub-proletariado urbano. Ahi está todo. O casi todo: los elementos
del capitalismo se encuentran reunidos, pero no está el encuentro.
¿Qué es lo que falta para que se realice el encuentro entre los flujos
descodificados del capital o del dinero y los flujos deseodificados,
desterritorializados de los trabajadores? La manera en que el dinero se
dmcodifica para devenir capital-dinero jr la manera en que el trabajador es
arrancado de la tierra para devenir propietario de su sola fuerza de trabajo
son dos procesos completamente independientes el uno del otro. Es nece-
sario que haya un encuentro entre los dos. El proceso de des-codi cación del
dinero para formar un capital se hace a travé de las formas embrionarias del
capital comercial y del capital bancario. El flujo de trabajo se produce a
'11-
través de otra línea que es la de la dcsterritorialización del trabajador al final 
de la feudalidad. Estos procesos muy bien habrían podido no encontrarse.
La base del capitalismo es una conjunción de flujos descodificados y 
desterritorializados. El capitalismo se ha constituido sobre la quiebra de 
todos los códigos y las territorialidades sociales preexistentes. ¿Qué significa 
todo esto? Que la máquina capitalista es propiamente demente. N o es que 
otras sociedades no hayan concebido esu idea, pero la han concebido bajo 
la forma del pánico. Se trataba de lo que había que impedir pues era la 
inversión de todos los códigos sociales conocidos hasta ese momento.
¿Cómo puede funcionar una sociedad que se constituye sobre el nega­
tivo de todas las sociedades preexistentes? ¿Bajo qué forma puede fiincionar 
una sociedad en la que lo propio es descodificar y desterritorializar todos los 
fluj ? Quizá el capitalismo tiene otros procedimientos diferentes a la codi­
ficación pata funcionar. Tal vez es completamente diferente.
Lo que he buscado hasta ahora esrefWidamentar, a cierto nivel, el pro­
blema de la relación capitalismo/esquizofrenia. El fundamento de su rela­
ción se encuentra en algo común a ambos. Es la comunidad - y quizá es una 
comunidad que nunca se realiza, que no toma una figura concreta- en 
tomo a un principio todavía abstraao: constantemente ambos hacen pasar, 
emiten, interceptan, concentran flujos descodificados y desterritorializados. 
Esta es su profunda identidad.
Es que el capitalismo no nos vuelve esquizos al nivel de un modo de 
vida, sino al nivel del proceso económico. Funciona por un sistema de 
conjunción. El capitalismo funciona como -usamos esta palabra a condi­
ción de aceptar que implica una verdadera diferencia de naturaleza con los 
códigos- una axiomática. Una axiomática de los flujos descodificados. To­
das las otras formaciones sociales han funcionado sobre la base de un código 
y de una territorialización de los flujos. Entre la máquina capitalista que 
hace una axiomática de los flujos descodificados o desterritorializados y las 
otras formaciones sociales, hay verdaderamente una diferencia de naturale- 
M que hace que el capitalismo sea el negativo de las otras sociedades.
Ahora bien, el esquizo, con su andar a tropezones, hace a su manera lo 
mismo: descodifica, desterritorializa los flujos. Ahí se anuda la especie de 
identidad de naturaleza entre el capitalismo y el esquizo. Pero en un sentido 
es más capitalista que el capitalista y másproUta que elproUta, va más lejos. 
Un este sentido la esquizofrenia es el negativo de la formación capitalista.
través de otra línea que es la de la dcstertitorialización del trabajador al final
de la feudalidad. Estos procesos muy bien habrían podido no encontrarse.
La base del capitalismo es una conjunción de flujos dcseodificados y
destetritorializados. El capitalismo se ha constituido sobre la quiebra de
todos los códigos y las territorialidades sociales preexistentes. ¿Qué significa
todo esto? Que la máquina capitalista es propiamente demente. No es que
otras sociedades no hayan concebido esta idea, pero la han concebido bajo
la forma del pánico. Se trataba de lo que había que impedir pues era la
inversión de to-dos los códigos sociales conocidos hasta ese momento.
¿Cómo puede funcionar una sociedad que se constituye sobre el nega-
tivo de todas las sociedadis preexistentes? ¿Bajo qué forma puede funcionar
una sociedad en la que lo propio es descodiflcar y desterritorialirar todos los
fluj ?Qui1:.l el capitalismo tiene otros procedimientos diferentes a la codi-
ficación para funcionar. Tal vez es completamente diferente.
lo que he buscado hasta ahora es refI.|.ndamcntar, a cierto nivel, el pro-
blcma de la relación capitalismofesquimfrcnia. El fundamento de su tela-
ción se encuentra en algo común a ambos. Es la comunidad -y quizá es una
com unidad que nunca se tealiïa, que no toma una figura concreta- en
tomo a un principio todavía abstracto: corlstantementc arnbos hacen pasar,
emiten, interceptan. concentran flujos dmcodificados ydmterritorializados.
Esta es su profunda identidad.
Es que el capitalismo no nos vuelve esquiaos al nivel de un modo de
vida, sino al nivel del proceso económico. Funciona por un sistema de
conjunción. El capitalismo funciona como -usamos esta palabra a condi-
ción de aceptar que implica una verdadera diferencia de nanaralcra con los
códigos- una axiomåtica. Una axiomåtica de los flujos descodificados. To-
das las otras formaciones socialts han funcionado sobre la base de un código
y de una territorialización de los flujos. Entre la máquina capitalista que
hace una axiomåtica delos flujos descodificador o desteri-itorialirados y las
otras formaciones socials, hay verdaderamente una diferencia de naturale-
ra que hace que el capitalismo sea el negativo de las otras sociedades.
Ahora bien. el esquiao, con su andar a tropezones. hace a su manera lo
mismo: descodifica, dmtertitorializa los flujos. Ahí se anuda la especie de
identidad de naturaleza entre el capitalismo ye] esquizo. Pero en un sentido
es más capitalista que el capitalista y masprokm que elprolrra, va más lejos.
lin este sentido la esqu izofrenia es el negativo de la fonnación capitalista.
23
El capitalismo funciona sobre una conjunción de flujos descodificados. 
Pero al mismo tiempo que descodifica perpetuamente los flujos de dinero, 
los flujos de trabajo, etc. introduce un nuevo tipo de máquina. Al mismo 
tiempo -n o después- construye una máquina que ya no es de codificación: 
una máquina axiomática. Así es como llegará a ser un sistema coherente. El 
esquizo, en cambio, siempre da más. Ya no se deja axiomatizar, va siempre 
más lejos con los flujos descodificados. De ser necesario sin flujos, antes que 
dejarse codificar, sin tierra, antes que dejarse territorializar.
H ay que estudiar más de cerca la relación capitalismo/esquizofrenia, 
dándole la mayor importancia. ¿En qué relación están? ¿Es verdad que y 
en qué sentido puede definirse el capitalismo como una máquina que 
funciona a base de flujos descodificados, de flujos desterritorializados? 
¿En qué sentido es el negativo de todas las formaciones sociales? ¿En qué 
sentido la esquizofrenia es el negativo del capitalismo y va aún más lejos 
en la dcscodificación y la desterritorialización? ¿Hasta dónde va y adónde 
conduce: hacia una nueva tierra, hacia nada de tierra, hacia el diluvio?
El punto de partida es que hay algo en común entre el capitalismo como 
estruaura social y la esquizofrenia como proceso. Algo en común hace que 
el esquizo sea producido como el negativo dcl capitalismo - a su vez él 
mismo negativo de todo el resto-. Podemos ahora comprender esa relación 
considerando los términos codificación de flujos, flujos descodificados y 
desterritorializados, axiomática de flujos descodificados, etc.
N os falta ver en qué punto el problema psicoanalítico y psiquiátrico 
continúa preocupándonos.
Y es necesario volver a leer tres textos de M arx. En el libro I de E l 
Capital «la producción de la plusvalía», en el último libro el capítulo 
sobre «la b aja tendencial», y fin alm en te el capítu lo sobre «la 
automatización» en los Grundrisse.
M ás adelante definiremos el flujo en los términos de la economía 
política. Su importancia me es confirmada por los economistas actuales. 
Por el momento, digamos que el flujo es algo que en una sociedad se 
desliza de un polo a otro y que pasa por las personas sólo en la medida en 
que ellas son interceptores.
Creo que en una sociedad hay dos cosas que refieren a su ocaso, a su 
muerte. Hay siempre dos momentos que coexisten. Toda muerte, de cierta 
manera, asciende del adentro -es el gran principio deTanatos- y a su vez
El capitalismo funciona sobre una conjunción de flujos dcsoodi cados.
Pero al mismo tiempo que deseodi ca. perpetuamente los flujos de dinero,
los flujos de trabajo, etc. introduce un nuevo tipo de máquina. Al mismo
tiempo -no despues- construye una máquina que ya no es de codificación:
una máquina tutiomätica. Así es como llegará a ser un sistema coherente. El
esquim, en cambio, siempre da más. Ya no se deja axiomatizar, va siempre
más lejos oon los flujos dscodifìcados. De ser necesario sin ujos, antes que
dejarse mdifiear; sin tierra, antes que dejarse territorializar.
Hay que estudiar más de oerca la relación capitalismofesquizofrenia.
dándole la mayor importancia. ¿En qué relación están? ¿Es verdad que y
en qué sentido puede de nirse el capitalismo como una máquina que
funciona a base de flujos descodi cados, de flujos desterritorialiïaclos?
¿En qué sentido es el negativo de todas las formaciones sociales? ¿En que
sentido la esquizofrenia es el negativo del capitalismo y va aún más lejos
en la dtsoodi cación y la desterritorialización? ¿Hasta dónde va y adónde
conduce: hacia una nueva tierra, hacia nada de tierra, hacia el diluvio?
El punto de partida es que hay algo en común entre el capitalismo como
tscructura social y la esquizofrenia como proceso. Algo en común hace que
el esquizo sea producido como cl negativo delcapitalismo -a su vez el
mismo negativo de todo el resto-_ Podemos ahora comprender esa relación
considerando los términos codificación de flujos, flujos descodi cados y
desterritorializados, axiomåtica de flujos descodificados, etc.
Nos falta ver en qué punto el problema psicoanalltico y psiquiátrico
continúa preocupåndonos.
Y es necesario volver a leer tres textos de Manr. En el libro l de Ef
Cnpírdf «la producción de la plusvalfan, en el último libro el capítulo
sobre lla baja tendencial», y finalmente el capitulo sobre «la
automatización» en los Gmndríue.
Más adelante de niremos el flujo en los términos de la economía
política. Su importancia me es confirmada por los economistas actuales.
Por el momento, digamos que el ujo es algo que en una sociedad se
desliza de un polo a otro y que pasa por las personas sólo enla medida en
que ellas son imerceptores.
Creo que en una sociedad hay dos cosas que refieren a su ocaso. a su
muerte. Hay siempre dos momentos que coexisten. Toda muerte, de cierta
manera. asciende del adentro --es el gran principio de Tanatos› y a su vez
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toda muerte viene del afuera. Quiero decir que en toda sociedad hay ame­
naza interna, y que esta amenaza está representada por el peligro de flujos 
que se descodifican.
Nunca hay primero un flujo y después un código que viene sobre el. 
Los dos coexisten. Los estudios ya antiguos de Levi-Strauss sobre el matri­
monio nos dicen que lo esencial en una sociedad es la circulación y el 
intercambio. En el matrimonio, en la alianza, lo importante es que algo 
circula y se intercambia. Hay entonces un flujo de mujeres. M e parece que 
elevar algo al coeficiente de flujo es una operación social: la operación social 
flujo. Al nivel de la sociedad no hay mujeres, hay un flujo de mujeres. Y ese 
flujo remite a un código -código de cosas, de edades, de clanes, de tribus-. 
Nunca hay un flujo de mujeres y después, en segundo lugar, un código. El 
código y el flujo se conforman uno fî ente al otro.
¿Cuál es entonces el problema en una sociedad primitiva al nivel del 
matrimonio? El problema es que en relación a los flujos de mujeres y en 
virtud del código hay algo que debe pasar. Se trata de formar una especie de 
sistema. De ningún modo una combinatoria lógica como sugiere Levi- 
Strauss, sino un sistema físico con territori idades: algo entra, algo sale. 
Vemos cómo, relacionadas con el sistema físico matrimonio, las mujeres se 
presentan bajo la forma de ese flujo. El código social quiere decir que algo 
del flujo debe pasar, correr; algo no debe pasar; y en tercer lugar algo debe 
hacer pasar o bloquear. Estos serían los tres términos fundamentales de un 
código. En una sociedad así no tiene lugar un esquizo. Él nos pertenece.
Hay un caso muy bello estudiado por Pien-e Qastres: un tipo que no sabe 
con quién debe casarse intenta el viaje de dcsterritoríalización, ir muy Iqos a ver 
al brujo. Hay un gran etnólogo inglés que se llama Lcach cuya tesis es que las 
cosas no fiincionan como dice Levi-Strauss. Nadie sabe a quién desposar. Lrarh 
hace un descubrimiento fundamental, lo que él llama los grupos locales. Los 
gmpos locales son pequeños grupos que maquinan los matrimonios, las alian­
zas; ellos no las deducen de las filiaciones. La alianza es una espcde de estrategia 
que responde a datos políticos. Los grupos locales son, literalmente, un grupo 
|>ervrerso. Especialistas en codificación, determinan para cada casu qué puede 
pasar, qué no puede pasar, qué debe estar bloqueado, que puede fluir.'
'Cf. E.R. Lcach. Critique dtVamhropolopt, P.U.F., París, 1966 (Trad. Cast.: 
SeixBarral, 1971)
toda muerte viene del alllcra. Quiero decir que en toda sociedad hay ame-
naza interna, y que esta amenaza está representada por el peligro de flujos
que se dcscodi can.
Nunca hay primero un flujo y después un código que viene sobre el.
Los dos coexisten. Los estudios ya antiguos de Levi-Strauss sobre el matri-
monio nos dicen que lo esencial en una sociedad es la circulación y el
intercambio. En el matrimonio, en la alianza, lo importante es que algo
circula y se intercambia. Hay entonces un ujo de mujeres. Me parece que
elevar algo al coe ciente de flujo es una operación social: la operación social
flujo. Al nivel de lasociedad no hay mujeres, hay un flujo de mujeres. Yes-e
flujo remite a un oódigo -código de cosas. de edades, de clanes, de tribus-.
Nunca hay un flujo de mujerm y después, en segundo lugar. un código. El
código y el ujo se oonf-or|'na11 uno frente al otro.
¿Cual es entonces el problema en una sociedad primitiva al nivel del
matrimonio? El problema es que en relación a los Flujos de mujeres y en
virtud del código hay algo que debe pasar. Se trata de formar una especie de
sistema. De ningún modo una combinatoria lógica como sugiere Levi-
Strauss, sino un sistema ffsioo con territo ri idades: algo entra, algo sale.
Vemos cómo, relacionadas oon el sistema físico matrimonio, las mujeres se
presentan bajo la forma de ese flujo. El código social quiere decir que algo
dd flujo debe pasar. correr; algo no debe pasar; yen tercer lugar algo debe
hacer pasar o bloque-ar. Estos serían los tres términos fundamentales de un
código. En una sociedad asf no tiene lugar un esquizo. Él nos pertenece.
Hay un caso muy bello estudiado PO: Pierre Clastres: un tipo que no sabe
oon quién debe casarse intenta el viaje de desten-itorialización. ir muy lejos a ver
al brujo. Hay un gran etnólogo inglés que se llarna Leach cuya tesis es que las
cosas no mcionan como dioe l.evi-Straus. Nadie sabe a quién desposar. Leach
hace un descubrimiento fundamental. lo que él llama los gmpos locales. Los
gntpos locales son pequeños grupos que maquinan los matrimonios, las alian-
ras; ellos no las deducen de las filiaciones. La alianza G una especie de estrategia
que responde a datos politicos. Los grupos locales son, literalmente, un grupo
perverso. Especialistas en codi cación, determinan para cada casta qué puede
pasar, que no puede pasar, qué debe estar bloqueado, que puede uir.'
'CE ER. Leach. Cririqu-rd: Hrnrkrepebgre, llU.F., París, l9G6 (Trad. Cast.:
Seix Barral, l97l)
¿Que está bloqueado en un sistema matrílineal? Lo que está bloqueado 
es lo que cae bajo las reglas de prohibición del incesto. En el flujo de mujeres 
algo esrá bloqueado. En vistas al matrimonio hay ciertas personas que, en 
relación a tales otras, son eliminadas del flujo de mujeres. Aquello que pasa 
son los primeros incestos permitidos, los primeros incestos legales bajo la 
forma del matrimonio preferencial. Pero todo el mundo sabe que los prime­
ros incestos permitidos de hecho no son practicados, están aún demasiado 
próximos a lo que está bloqueado. Vemos entonces el flujo disyunto, algo 
del flujo está bloqueado y algo pasa; y luego hay grandes perversos que 
maquinan los matrimonios, que bloquean o hacen pasar. En la historia del 
tío uterino la tía está bloqueada como imagen del incesto prohibido bajo la 
forma de la pariente agradable. E sobrino tiene con su tía una relación muy 
jovial y con su tío una relación de robo. Pero el robo, las injurias, están 
codificadas. (VerMalinowski).
Pregunta: ¿Esos grupos locales tienen poderes mágicos?
Deleuze: Tienen un poder abiertamente político. Recurren a la brujería 
pero no son gtupos de brujería, son grupos políticos que definen la est te- 
gia de una aldea en relación a otra y de un clan en relación a otro.
Todo código en relación a un flujo implica que algo de este sea bloquea­
do. Se impedirá y se dejará pasar algo. Habrá personas que tendrán una 
posición clave como interceptores, impidiendo el paso o haciendo pasar. 
Cuando se percibe además que a esos personajes les retornan ciertos bene­
ficios según el código, ie comprende mejor cómo funciona todo el sistema.
En todas las sociedades, el problema siempre ha sido codificar los 
flujos y recodificar aquellos que tendían a escapar. ¿Cuándo vacilan los 
códigos en las sociedades llamadas primitivas? Fundamentalmente con la 
coloni ción. En ese momento elcódigo desaparece bajo la presión del 
capitalismo. Basta ver lo que ha representado en una sociedad codificada 
la introducción del dinero. Es la catástrofe. Hace saltar por los aires todo 
su circuito de flujos. (Ver lo que Jaulin analiza como el etnocidio: dinero, 
complejo de Edipo)
En las sociedades primitivas se distinguen esencialmente tr tipos de 
fluj : los de producción a consumir, los de objetos de prestigio y los de 
mujeres. Ellos intentan en un principio relacionar el dinero con sus códi­
¿Que está bloqueado en un sistema matrilineal? bo que está bloqueado
es lo que cae bajo las regas de prohibición del incesto. En el ujo de mujeru
algo está bloqueado. En vistas al matrimonio hay ciertas personas que, en
:dación a tales otras. son eliminadas del ujo de mujeres. Aquello que pasa
son los primeros incestos permitidos. los primeros incestos legales bajo la
forma del matrimonio preferencial. Pero todo el mundo sabe que los prime-
ros incestos permitidos de hecho no son practicados, están aún demasiado
próximos a lo que está bloqueado. Vemos entonces el ujo disjrunto, algo
del ujo está bloqueado jr algo pasa; jr luego hay grandes perversos que
rnaquinan los matrimonios. que bloquean o hacen pasar. En la historia del
tio uterino la tía está bloqueada oomo imagen del incesto prohibido bajo la
forma de la pariente agradable. El sobrino tiene con su tía una relación muy
jovial ycon su tío una relación de robo. Pero el robo, las injurias. están
codificadas. (Ver Malinowslti).
Pregunta: ¿Esos grupos lomles tienen poderes mágicos?
Deleuze: Tienen un poder abiertamente político. Recurren a la brujeria
pero no son gnapos de brujeria, son grupos politicos que de nen la est te-
gia de una aldea en relación a otra y de un clan en relación a otro.
Todo código en relación a un flujo implica que algo de este sea bloquea-
do. Se impedirá y se dejará pasar algo. Habrá personas que tendrán una
posición clave como interceptores, impidiendo el paso o haciendo pasar.
Cuando se percibe además que a esos personajes les retorna.n ciertos bene-
ficios según el código, se comprende mejor cómo funciona todo el sistema.
En todas las sociedades. el problema siempre ha sido codificar los
flujos y recodificar aquellos que tendían a escapar. ¿Cuándo vacilan los
oódigos en las sociedades llamadas primitivas? Fundamentalmente con la
coloni ción. En ese momento el código desaparece bajo la presión del
capitalismo. Basta ver lo que ha representado en una sociedad codificada
la introducción del dinero. És la catástrofe. Hace saltar por los aires todo
su circuito de flujos. (Ver lo que jaulin analiza como el etnocidio: dinero,
complejo de Edipo)
En las sociedades primitivas se distinguen esencialmente tr tipos de
fluj : los de producción a consumir, los de objetos de prestigio y los de
mujeres. Ellos intentan en un principio relacionar cl dinero con sus códi-
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gos. Com o tal el dinero sólo puede ser un bien de prestigio, no es un bien 
de producción o de consumo ni es una mujer. Pero con el dinero los jóvenes 
de la tribu, que comprenden más nípido que los ancianos, aprovechan para 
apoderarse dcl circuito de los bienes de consumo, circuito que tradicional­
mente en ciertas tribus era sostenido por las mujeres.
El dinero, por medio dcl cual los jóvenes se apoderan del circuito del 
consumo, no puede ser codificado en un marco preciso. Se empieza con 
dinero y se termina con dinero: D -M -D . N o hay manera de codificar esto, 
porque los flujos cualitativos son reemplazados por un flujo de cantidad 
abstracta del que lo propio es la reproducción infinita del tipo D -M -D . 
Ningún código puede soportar este tipo de reproducción. Lo formidable 
en las sociedades primitivas es que existe la deuda, pero bajo la forma de 
bloque finito. La deuda es finita.
Ahora bien, los flujos huyen todo el tiempo, lo que no qu iu que haya 
códigos correlativos que los codifiquen. Y al que no se deje codificar se le 
dirá «loco». Se le codificará «el loco de la aldea», se hará un códigp de código. 
Igualmente, esto se escapa por todos lados.
La originalidad del capitalismo es que ya no cuenta con ningún código. 
Hay residuos de código, pero ya nadie cree, ya no creemos en nada. El 
último código que ha sabido producir el capitalismo ha sido el fásdsmo: un 
esfuerzo para recodificar y reterritorializar todo, aún a nivel económico, a 
nivel del funcionamiento del mercado. Vemos ahí un esfúetTO extremo por 
resucitar una especie de código que habría fiincionado como código del 
capitalismo. Eso sólo podía durar bajo la forma en que duró.
El capitalismo es incapaz de proporcionar un código que cuadricule el 
conjunto del campo social. Porque sus problemas ya no se plantean en 
términos de código, consisten en hacer una mecánica de los flujos 
ilncodificados como tales. Únicamente en ese sentido opongo el capitalis­
mo como formación social a todas las otras formaciones sociales conocidas.
(Podemos decir que entre una codificación de flujo correspondiente a las 
lorinacioncs precapitalistas y una axiomática descodificada existe una dife- 
U'iicia de naturaleza? ¿O se trata de una simple variación? Hay una diferencia 
i^dical de naturaleza. El capitalismo no puede proporcionar ningún códigp.
Ahora bien, no podemos decir que la lucha contra un sistema sea total­
mente independiente de la manera en que ese sistema es caracterizado. Así, 
iti) |HKÍemos considerar que la lucha del socialismo contra el capitalismo en
gos. Como tal el dinero sólo puede ser un bien de prestigio, no es un bien
de producción o de oonsumo ni es una mujer. Pero con el dinero los jóvenes
de la tribu, que comprenden más rápido que los ancianos, aprovechan para
apoderarse del circuito de los bienes de consumo, circuito que tradicional-
mente en ciertas tribus era sostenido por las mujeres.
El dinero, por medio del cual los jóvenes sc apoderan del circuito del
consumo, no puede ser codificado en un marco preciso. Se empieza oon
dinero yse termina con dinero: D-M-D. No hay manera de codificar esto,
porque los flujos cualitativos son reemplazados por un ujo dc cantidad
abstracta del que lo propio es la reproducción infinita del tipo D-M-D.
Ningún código puede soportar este tipo de reproducción. Lo formidable
en las sociedades primitivas es que existe la deuda, pero bajo la forma de
bloque finito. La deuda es finita.
Ahora bien, los flujos huyen todo el tiempo, lo que no quita que haya
códigos correlativos que los codifiquen. Y al que no se deje codificar se le
dirá -loco». Se le oodi caní «el looo de la aldea», se hará un código decódigo.
Igual mente, esto se escapa por todos lados.
La originalidad del capitalismo es que ya no cuenta con ningún código.
Hay residuos de código, pero ya nadie cree. ya no creemos en nada. El
último Código que ha sabido producir el capitalismo ha sido el fascismo: un
esfuerzo para reoodi car y rcterritorializar todo, aún a nivel económico, a
nivel del funcionamiento del rnerado. Vemos ahí un ee aerzo extremo por
resucitar una especie de código que habría funcionado como código del
capitalismo. Eso sólo podía durar bajo la forma en que duró.
El capitalismo es incapaz de proporcional' un código que cuadricule el
conjunto del campo social. Porque sus problemas ya no se plantean en
términos de código, consisten en hacer una mecánica de los ujos
rlrsmdi cados corno tales. Únicamente en ese sentido opongo el capitalis-
mo corno formación social a todas las otras formaciones sociales conocidas.
¡Podemos decir que entre una oodi ación de ujo correspondiente a las
lurmacioncs precapitalistas y una axiomática desoodi cada existe una dife-
trtlcia de naturaleza? ¿O se trata de una simple variación? Hay una diferencia
mlirai de naturaleza. El capitalismo no puede proporcionar ningún
Miura bien, no podemos decir que la lucha contra un sistema sea total-
ment e independiente dela manera en que esc sistema G caracterizado. Asi,
Im podemos considerar que la lucha del socialismo contra el capitalismo en
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el siglo XDC haya sido independiente

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