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CAPÍTULO 17 INNOVACIÓN, CAMBIO Y REFORMA: ALGUNAS IDEAS PARA ANALIZAR LO QUE ESTÁ OCURRIENDO J. Félix Angulo Rasco Universidad de Málaga ¿Qué es una innovación? ¿qué relación guarda con el cambio?; y la reforma, ¿qué es lo que significa: es más compleja o más profunda que una innovación?; ¿qué queremos decir cuando hablarnos de diseminación y difusión de innovaciones?, ¿significan lo mismo diseminación y difusión?; ¿a qué nos referimos cuando utilizamos el anglicismo 'implementación' de una innovación; en qué se distingue de los dos conceptos anteriores?, etc. Este tipo de cuestiones, y otras por el estilo, se nos vienen a las mentes, en tanto no aceptemos, desde el comienzo, y las más de las veces de modo inadvertido, el significado que cualquiera de los tratados y manuales al uso emplea desde el principio y sin especificar. Quisiera en este apartado, más que dar una definición 'definitiva', presentar las fluctuaciones semánticas en las que dichos conceptos se mueven, y, en esta medida, mostrar una primera panorámica de sus implicaciones. Comencemos por el concepto de 'innovación'. Según Zaltman, Duncan y Holbeck (1973) se pueden encontrar, al menos, tres usos diferenciados - aunque relacionados- de dicho concepto. Innovación, en primer lugar, puede hacer referencia a una 'invención', i.e. al proceso creativo "por el cual dos o más conceptos existentes, o entidades, son combinadas en una forma novedosa, para producir una configuración desconocida previamente" (pág.7). En segundo lugar, innovación puede describir el proceso "por el cual una innovación existente llega a ser parte del estado cognitivo de un usuario y de su repertorio conductual". (pág. 8). Y por último, y en tercer lugar, una innovación es "una idea, una práctica o un artefacto material que ha sido inventado, o que es contemplado como novedad, independientemente de su adopción o no adopción" (pág. 8). Como vemos, el concepto de innovación supone tres cosas: la creación de algo previamente desconocido, la percepción de lo creado como algo E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. 'nuevo' y la 'asimilación' de ese algo novedoso. En realidad las dos últimas han de presuponer la primera, aunque sólo sea para el usuario. Pues bien, en educación, que es el campo de la innovación que aquí nos interesa, la segunda y la tercera acepción son las que con mayor generalidad y frecuencia se prodigan; es más, normalmente suelen venir conjuntadas, es decir, la idea de innovación como una novedad suele venir emparejada con la idea de introducción o 'asimilación' de dicha novedad. Algunos ejemplos de la segunda acepción son los siguientes 1: "Innovación es una idea o práctica que es percibida como nueva por los usuarios potenciales" (Hoyle, 1968/69, 136); o bien: "Una innovación es una idea, práctica, u objeto percibido como nuevo por un individuo. Importa poco el grado en que la conducta humana está implicada, o si es o no una idea 'objetivamente' nueva... Es la percepción o la novedad subjetiva de la idea para un individuo, lo que determina su reacción. Si la idea nueva parece nueva al individuo, es una innovación" (Rogers y Shoemaker, 1971, 19). Ejemplos de combinación de ambas pueden ser estos: "Innovación es un concepto o actitud nueva; una nueva herramienta o una pieza de tecnología, junto con nuevas habilidades y una nueva forma de organizar el trabajo, o un nuevo modo o estilo de vivir y hacer, introducido a un individuo, grupo, institución o cultura que no lo haya incorporado funcionalmente antes" (Bhola, 1982,13); o bien: "Una innovación, por sí misma, bien sea en educación, o en cualquier otra esfera, es meramente la introducción de algo nuevo y diferente" (Morrish, 1976,17) (Los subrayados son míos). Por lo tanto, podemos aceptar por el momento que para hablar de innovación tenemos que poseer, en general, algo nuevo para alguien (un usuario cualquiera), y que esa novedad pretenda ser introducida o asimilada por ese alguien. Veamos ahora el siguiente concepto: ¿A qué llamamos cambio?, y ¿qué relación tiene con la innovación? Rogers y Shoemaker (1971, 7) definen el cambio social de la siguiente manera: "El cambio social es el proceso por el cual una alteración ocurre en 1 Zaltman, Duncan y Holbeck (1973, 10), optan por aceptar y utilizar en su trabajo este segundo tipo de definición: "Consideramos como innovación una idea, práctica o artefacto material, percibido como nuevo por la unidad relevante de adopción"; y señalan que su definición se diferencia de la de Rogers y Shoemaker (1971), en que para ellos la unidad de adopción es más grande que un individuo. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. la estructura y el funcionamiento de un sistema social"2. Aceptando esta definición, podemos afirmar que un cambio siempre implica una 'alteración' o, si se quiere, una 'transformación' de su objeto. Relacionando esta definición con las de innovación que hemos visto arriba tenemos que, en cierto sentido no trivial, una innovación como novedad y como 'proceso de asimilación', debería implicar en principio un cambio en el usuario (o 'receptor') y en el contexto de uso. Esta es la idea, al menos, que un considerable número de teóricos de la innovación educativa manejan 3; o dicho de otra forma, esta es la intención que subyace, necesariamente, a cualquier intento de innovación educativa. El cambio (como por ejemplo, el educativo) es, puesto en estos términos, la causa y el fin de una innovación (Zaltman, Duncan y Holbeck, 1973, 5-6). Bolam (1975,279) señala que aunque una innovación, es un proceso intencional y deliberado, un cambio puede incluir también un movimiento o una transformación, accidental o inintencionada. Sin embargo, y aceptado la caracterización que introduce Bolam, lo cierto es que todas las innovaciones pretenden aspirar al estatuto de cambio. Se innova, i.e. se crean nuevas ideas y se las propaga, para generar cambios 4. Y es desde esta perspectiva desde la que el concepto de innovación cobra especial interés, y en donde más considerable trabajo teórico y práctico se ha concentrado. Me explico: aunque, como he afirmado, una innovación suponga la 'novedad' y el intento de 'asimilación', la investigación sobre los fenómenos de innovación se ha orientado justamente a asegurar el modo en que la novedad, (independiente de sí es vista como necesaria e independiente de por quién es vista así), resulta en la transformación de un ambiente, grupo, individuo, institución, aula, etc. Quiero señalar, con ello, que los trabajos sobre innovación no entran a discutir generalmente la 'estructura' del objeto innovador 5, sino el proceso por 2 Rogers y Shoemaker (1971), ponen como ejemplos de cambio social, una revolución nacional o la invención de una nueva técnica de manufactura 3 Véase por ejemplo Rogers y Shoemaker (1971); Zaltmann, Duncan y Holbeck (1973); House (1974,1988); Bolam (1975); MacDonald y Walker (1976); Fullan (1982); Bhola (1982). 4 Véase House (1974, 267) quien afirma que una innovación "es un cambio en actividades concretas". En un trabajo posterior (House 1979, 1) señala que la innovación educativa es el "intento sistemático de cambiar las escuelas, introduciendonuevas ideas v nuevas técnicas". 5 Obviamente, ello no significa que la misma estructura no esté relacionada con el cambio. Justamente, aquel tipo de innovaciones curriculares que por sus intenciones, materiales y métodos de enseñanza, más E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. el que ese objeto, sea el que fuere, afecta 'efectivamente' a quien lo adopta. En este sentido, el estudio de la innovación educativa es el estudio de las estrategias o los procesos de cambio6 de los sistemas educativos (Havelock et al., 1969; Havelock y Huberman, 1980; House, I981)7: 'cómo conseguir el cambio'. Confrontando los distintos matices que hemos ido señalando en los dos conceptos hasta ahora analizados podemos, en relación al segundo, identificar dos ámbitos importantes del mismo: el subjetivo y el objetivo (Fullan y Steigelbauer, 1991,30 y ss.). En el primero, están incluidos los marcos de significados desde los que serán interpretadas las innovaciones. Las innovaciones no se producen en un vacío de significados; las innovaciones educativas se 'desarrollan' e 'implantan' en culturas escolares concretas (Fullan y Hargreaves, 1991; Hargreaves, 1992) con la pretensión normalmente explícita de penetrar "la espesa capa de significados que se encuentran en la cultura actual de los grupos de trabajo (educativos) y necesiten la implicación significativa y práctica del docente, y más contrastantes sean con las prácticas 'rutinarias' de la escuela, más difíciles se muestran a la hora de generar cambios efectivos en la cultura escolar; como han señalado MacDonald y Walker (1976) en referencia al “Humanities Curriculum Proyect” y al “Proyect Technology”, y Humble y Simos (1978) también en relación al “Humanities”. Visto de otra manera, el tipo de conocimiento y su producción, en si misma, guarda cierta relación con su 'utilización'. Sin embargo, siguen siendo las estrategias de cambio, o de generalización y extensión del conocimiento i.e.. La adopción, lo más importante. Por ejemplo Morrish (1976, 19), señala que en educción la invención en sí de nuevos sistemas y métodos educativos, interesa menos que su “uso y diseminación por las escuelas, universidades, instituciones educativas, etc.”. 6 Con ello, como señal Hoyle (1973, 31) el concepto de innovación se amplifica llegando a significar tanto la 'novedad' como el 'proceso de adopción'. 7 En dicho trabajo Havelock y Huberman (1980) emplean ampliamente y a tal fin toda la retórica de 'sistemas'. Por ejemplo, definen 'cambiar un sistema' de la siguiente manera: “Un sistema cambia cuando ocurre un hecho o se realiza un acto que altera su grado de plenitud o equilibrio. Puede tratarse de un acto tendente a favorecer el equilibrio o por el contrario, a ponerlo en peligro. Puede tratarse de crecimiento, pero también de decadencia de construcción o destrucción” (pág. 45); y definen 'innovación' de esta manera: “Una innovación constituye un trabajo novedoso y de envergadura tendente a completar o crear un sistema” (pág. 47). El lector no debe dejar de percibir, en las dos definiciones apuntadas, el sesgo abiertamente funcionalista de su concepción. El cambio, pasa por ser negativo, en tanto no redunde en el equilibrio o en la plenitud del sistema; una innovación, una buena innovación, 'completa el sistema', pero no altera. En última instancia el cambio, así como la innovación, pasan a ser conceptos meramente técnicos, pero no socio-políticos. Como por ejemplo en la siguiente cita: “Lo que diferencia esencialmente la innovación del cambio es que la primera planifica. Se piensa que la planificación hace aumentar las posibilidades de lograr el cambio deseado” (pág. 184). E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. http://actuak.de/ establecer nuevos significados" (Rudduck; 1986, 110). Cuestión probablemente mucho más compleja que la creación de una novedad 8. Este es un tipo de interacción tan importante y, por supuesto, tan inevitable, que las estrategias de innovación, que antes mencionábamos, pueden distinguirse justamente por su 'capacidad' para adaptarse o no, y tener en cuenta, dichos marcos preexistentes en las instituciones educativas. En cierta medida, la pretensión de imponer nuevas ideas y 'creencias' sin la previsión de los significados contextúales y situaciones de los sujetos que tendrán que utilizarlas, suele degenerar en lo que Rudduck, acertadamente ha denominado innovación sin cambio; i.e. una innovación que ha perdido irremediablemente "su identidad" (Rudduck, 1986, 110). En segundo lugar, el ámbito objetivo de todo cambio educativo, viene representado por las prácticas, es decir, las relaciones socio- estructurales (i.e. educativas) objeto de modificación. En este sentido, como señalan Fullan y Stiegelbauer (1991, 37), el cambio educativo es multidimensional, aunque pueden distinguirse, según los autores, tres dimensiones básicas del mismo: los (nuevos) materiales; los enfoques de enseñanza y las nuevas teorías o creencias pedagógicas. Además de estas dimensiones, Eisner (1992, 621-625) ha destacado las siguientes, que complementarían alas anteriores: • La dimensión intencional que corresponde a las nuevas creencias, concepciones y 'teorías educativo-pedagógicas' inscritas en las innovaciones. • La dimensión estructural que hace referencia a las nuevas vías de organizar la escuela: tiempos, espacios, papeles, funciones y tipos de organización docente. • La dimensión curricular, relativa a la calidad y valor de los contenidos de enseñanza y la articulación de los currícula. • La dimensión pedagógica, relativa a las interacciones en clase, las experiencias educativas que la escuela, las aulas y los docentes brindan al alumnado. • La dimensión evaluadora, relativa tanto a las experiencias de enseñanza-aprendizaje en las aulas, como a los análisis e indagaciones que la 8 A esto se refiere indirectamente Hoyle (1968/69, 132) cuando señala que el “cambio curricular es una variedad de cambios, que a su vez, es una forma de cambio social”. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. innovación adoptada propicie sobre la propia escolaridad por los participantes (docentes, alumnado y padres/madres). Cada una de estas cinco dimensiones son potenciales ámbitos de cambio en las innovaciones educativas, aunque a mi juicio es la primera la que necesita ser destacada especialmente. Quiero decir que los significados, las interpretaciones que un proceso de cambio o una innovación pretende modificara través de las concepciones y enfoques que le subyacen y sustentan, forman lo que puede ser considerado el 'entramado simbólico' de toda innovación; entramado que se articula y expresa, claro está, en iniciativas instrumentales correspondientes a las otras dimensiones: nuevas estrategias para la relación educativa, ciertos contenidos culturalesque se sitúan en un lugar preferente y, normalmente, en detrimento de otros, que hasta ese momento había gozado de cierta superioridad, distintos modos de organizar los tiempos y los espacios escolares, etc. En resumen, cuando hablamos del ámbito objetivo, no podemos obviar que hacemos mención también tanto a los contenidos simbólicos que subyacen a la innovación, como a los elementos 'instrumentales' en los que se vertebran, dichos contenidos simbólicos y que se introduce y se pretende implantar. Teniendo estos dos conceptos medianamente claros, podemos introducir ahora otros dos que vienen conectados con ellos: Difusión y Diseminación. Para Humble y Simons (1978, 152) la diseminación hace referencia a una actividad racional y planificada, mientras que la difusión lo hace con respecto a un proceso azaroso, incierto e impredecible. Parece, pues, que es el primer concepto el que más se acerca a la intención que subyace a toda innovación y que aquí venimos desarrollando; es decir, toda innovación supone (o debe suponer) para provocar el cambio, un proceso racional de planificación, a través del cual podamos asegurar la incidencia misma de la innovación. Este 'proceso racional' es la diseminación de una innovación. Sin embargo, MacDonald y Walker (1976) señalan que no resulta indiferente utilizar uno u otro concepto. El paso de uno a otro -de difusión a diseminación- se produce justamente con el desarrollo de un modelo concreto de innovación (investigación y desarrollo [R. D. & D.]), justamente para denotarla importancia atribuida a la creación de procesos racionales de E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. cambio 9. Dicho de otra manera, el trabajo de los 'expertos' no debe centrarse únicamente en la creación de nuevos currícula (nuevas innovaciones), producto de la aplicación y utilización del conocimiento de las ciencias conductuales, sino que dichos currícula deben ser adoptados de forma más acelerada y más profunda, es decir, con la ayuda de procesos más racionales diseñados por expertos en innovación. De esta idea derivan la gran mayoría de los modelos existentes, y de aquí también se derivan expresiones tan al uso como 'transmisión planificada' (MacDonald y Walker, 1976, 27), 'gestión del cambio' [«Management of Change»] (Bolam 1975, 273 y ss.; Rudduck, 1986, 108; Fullan, 1986, 84), o 'cambio planificado' (Bennis, Benne y Chin, 1969), La idea de cambio, por lo tanto, conectada con la idea de diseminación, no hace más que reforzar el aspecto técnico de la primera. Los problemas del cambio son problemas debidos a un defectuoso conocimiento del proceso real de diseminación, que puede ser solucionado con la ayuda de una percepción más 'exacta' y concreta de dichos fenómenos. Es más, estirando las características contrastantes de diseminación y difusión, podemos darnos cuenta de tres cuestiones más: primero, la diseminación -en cuanto proceso racional- implica una relación unidireccional y simple entre un 'productor' de conocimiento racional, y un 'consumidor' del mismo, de tal manera que "existe un currículum, que es diseminado... usado, y se convierte en una entidad estable y fija". (MacDonald y Walker, 1976, 27). Segundo, la diseminación, al contrario que la difusión, no exige, o, mejor, no admite ningún tipo de adaptación en la innovación original, durante el proceso de 'asimilación' o 'adopción'; a no ser como evidente adulteración del producto original, i.e. siempre en sentido negativo: "Si no es usado 'apropiadamente' -tal como pretenden que lo sea sus creadores- dicho currículum se adultera". (MacDonald y Walker, 1976, 27). La diseminación, pues, se significa por fidelidad en la adopción de las propuestas innovadoras; una fidelidad que penaliza, política y socialmente, cualquier tipo de modificación o distanciamiento con respecto al 'modelo original'. 9 MacDonald y Walker (1976, 6) reiteran que el cambio semántico de difusión a diseminación indica la racionalización creciente de lo que ha sido considerado previamente un 'proceso natural'. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. Tercero, y no menos importante, el fuerte hincapié prestado por la tradición en innovación al proceso de diseminación mismo, creando y diseñando nuevos y más complejos modelos teóricos, así como instituciones sociales (i.e. centros de investigación o centros administrativos de regulación) 10 cada vez más jerarquizadas y burocratizadas -cuando no alejadas- con respecto a las realidades educativas de las escuelas, ha propiciado la ceguera frente a las variaciones e inevitables 'readaptaciones' que cualquier innovación sufre al ser adoptada, es decir, los problemas - sociales, culturales, comunicativos, políticos y económicos-, que provoca cualquier innovación (House, 1974; Fullan y Pomfret, 1977) 11. A este vacío se ha intentado poner remedio recientemente, con la incorporación del concepto de 'implementación' (Berman y McLaughlin, 1974, 1975; Fullan y Pomfret, 1977; Fullan, 1982; Fullan y Stiegelbauer, 1991). Fullan (1982, 54) define 'implementación' como el proceso de "puesta en práctica de ideas, programas o conjuntos de actividades nuevas... con intención o expectativa de cambio. El cambio puede ser impuesto externamente o ser voluntariamente buscado; explícitamente definido en detalle por adelantado o desarrollado y adoptado a través de su uso; diseñado para ser utilizado uniformemente o planificado deliberadamente de tal manera que los usuarios puedan realizar modificaciones de acuerdo con su percepción de las necesidades de la situación". Y en otro lugar (Fullan y Ponfret, 1977, 390-391) añaden: "La implementación es un proceso altamente complejo entre usuarios y 'gestores', y entre diferentes grupos de usuarios; es un proceso caracterizado por inevitables complicaciones, y anticipados y no anticipados problemas". Por lo tanto, el concepto de 'implementación' pretende, con independencia de las características originales de la innovación misma y del proceso de su diseminación, hacernos conscientes del importante, y a veces inquietante, fenómeno de la relación innovación educativa y realidad 10 Teniendo en cuenta sus diferencias intrínsecas, ejemplos de dichas instituciones son el Instituto de Evaluación y Calidad (Madrid) y el Instituto de Evaluación y Formación del Profesorado (Sevilla). 11 Piense el lector que esta cuestión tiene una gran importancia en relación a la evaluación de innovaciones curriculares y reformas educativas. El sentido de fidelidad con el que suelen contar y trabajar los creadores de las 'novedades' educativas les lleva a aceptar que una adecuada evaluación de las mismas implica, simplemente, comparar lo que se pretendía con lo que se ha realizado; lo primero a través de los objetivos estipulados, lo segundo a través de los aprendizajes de los alumnos/as. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. educativamisma, y prevenirnos sobre la utilización frecuente y muy a la ligera de la idea de adopción. Es decir, las innovaciones, en el mejor de los casos se 'implementan' pero no se adoptan, o se adoptan en tanto se implementan. Las innovaciones, se encuentra sujetas, pues, a variación y a un proceso, en ocasiones considerable, de modificación en su uso. Comprender un proceso de innovación conlleva, por lo tanto, comprender las transformaciones a las que se somete cualquier 'novedad' una vez en la práctica 12. La implementación no supone la mera aplicación directa de una inno- vación, sino "un proceso organizativo que implica interacciones entre el .proyecto y los ambientes" (Berman y McLaughlin, 1975, 10). Parece, pues, que en el desarrollo conceptual sobre la innovación, se ha establecido el realismo. Podríamos afirmar que, retomando los conceptos anteriores, la diseminación de una innovación (i.e. la estrategia racional de desarrollo y de conexión establecida con el usuario), en cuanto tal, es una mera ficción racionalista. Lo que realmente ocurre con una innovación es su 'difusión', es decir, un proceso azaroso y complejo de comunicación e incomunicación, de negociación e interpretación (MacDonald y Walker, 1976; Humble y Simons, 1978); o como señalan Becher y MacLure (1978, 110) "la diseminaciones... lo que se intenta que ocurra, la difusión es lo que ocurre en la práctica" 13. "La cuestión de cómo las ideas y las prácticas se extienden desde su punto de origen y son adoptadas es central para cualquier sistema de cambio planificado a gran escala. El problema persistente que ha atormentado a los patrocinadores y a los planificadores de innovaciones curriculares, no es el problema de la creación, sino el problema del impacto, los fallos para conseguir la conversión de las masas a los nuevos fines, al nuevo contenido y a las nuevas ideas pretendidas" (MacDonald y Walker, 1976, 4-5). El trabajo más importante, por lo tanto, se encuentra, justamente, en que la distancia entre el proceso de diseminación, el proceso planificado de cambio, y la difusión, el proceso real de cambio (que puede ser nulo o total), 12 Sin embargo, el concepto de 'implementación', tanto en Fullan, como en Berman y McLaughlin, posee todavía un fuerte carácter técnico. 13 Schón (1971) afirma que la "difusión de innovaciones es un modelo dominante para la transformación de las sociedades de acuerdo al cual la novedad se mueve desde uno o más puntos hasta penetrar a la sociedad como un todo", y añade, "los sistemas de difusión son críticos con respecto a la capacidad de aprendizaje de una sociedad". E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. se reduzca. Esta es, como señala la cita anterior, la cuestión pendiente y siempre amenazante sobre la que la teoría de la innovación se ha ocupado en los últimos cincuenta años, con más o menos fortuna (House, 1988). Finalmente, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de reforma? Quizás sea Popkewitz (1987), quien con mayor exactitud y claridad, ha determinado su sentido. Popkewitz compara 'cambio' con 'reforma' de la siguiente manera: el cambio, en esencia, supone la interrelación de elementos de la estructura social y de formas de conciencia que requieren, a la vez, respuestas históricas, analíticas y políticas, puesto que vincula conjuntamente a la cultura, la sociedad y la economía. Sin embargo, y en contraste, la reforma ("un motivo particular de la dinámica de nuestra vida contemporánea", señala), es una llamada a la innovación, donde existe un desfase percibido con respecto a los valores deseados... Reforma es también una práctica social de ritual y retórica. Las actividades de reforma generan la imagen de insti- tuciones que responden a las presiones de la modernización" (pág.3). Y en otro lugar Popkewitz, Tabachnick y Wehlage (1982, 3) añaden: "Cuando las críticas sobre la habilidad de las escuelas para resolver los problemas personales y sociales minan la fe en las instituciones existentes, las reformas educativas llegan a ser un símbolo potente para responder a los apuros de la nación. La llamada a la reforma es una manera por la que las instituciones pueden ser reorientadas según los ideales con los que la gente está profundamente comprometida. El acto de reforma es un acto de compromiso y reafirmación social". La reforma es una cuestión de ideales nacionales 14 (estén o no estén sus consecuencias conscientemente compartidas por todos ciudadanos), un acto de afirmación ideológica, que se suele mover a través de y con, la poderosa retórica de la modernidad, del bien común, o del estado de bienestar. El concepto de reforma denota solamente la estructura de dicha retórica, pero no tienen que suponer "el cambio en los patrones de conducta social" (Popkewitz Tabachnick y Wehlage, 1982, 3; Gimeno, 1992, 66). Sin embargo, la componente simbólica que la llamada a la reforma en cualquier 14 Popkewitz (1987, 63) define reforma de la siguiente manera: "La creencia en la reforma subyace constantemente y con gran fuerza en nuestra cultura. Ello se debe en parte a que sintetiza otra creencia social dominante según la cual las instituciones y sociedades crecen, cambian y progresan de forma ordenada y continua. El término 'reforma' remite a una cierta receptividad y buena disposición de las instituciones sociales, e indica que en ellas es posible controlar el cambio". E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. ámbito supone, pero especialmente en educación, lleva aparejadas iniciativas instrumentales (no necesariamente representadas por las innovaciones). El desequilibrio entre unas y otras, la sobreestimación de lo simbólico por encima de lo instrumental de la retórica, en detrimento de decisiones es- tructurales, de recursos financieros y de personal, provoca, la mayoría de las veces, que las reformas mismas dejen sin tocar las relaciones sociales, institucionales y culturales que pretenden cambiar (Gimeno, 1992) 15. De esta manera, el cambio es sustituido por una actividad que "provoca la afiliación a prácticas existentes", objeto supuesto de transformación; pero no la transformación de dichas prácticas según los ideales explícitos en torno a los que las reformas se constituyen. Es por ello que toda reforma se encuentra situada entre motivos y tensiones duales: las innovaciones que conllevan las reformas, pueden generar patrones sociales alternativos a los existentes, o pueden servir de rituales de conservación y de legitimación. En este sentido Weiler (1989, 1990) ha indicado que las reformas cumplen una función política muy importante: la de servir como legitimaciones compensatorias. Este concepto viene a decir que, ante el déficit de legitimidad (de confianza en las acciones) que padecen actualmente tanto los estados como las administraciones educativas, tienden, como respuesta, a orientarse hacia la utilización o la puesta en funcionamiento de estrategias y procesos con un fuerte y casi exclusivo sentido simbólico. Dicho de otra manera, las respuestas e iniciativas poseen más intención simbólica que intención real de cambio. Con ello se pretende, y en general se consigue, "rentabilizar al máximo la ganancia política derivada del diseño de reformas,minimizando el coste político de implantarlas" (Weiler, 1989, 143). Lo que ocurre es que se introduce una reforma con la única intención de servir de marchamo o indicador simbólico, utilizable para legitimar públicamente a quien la propone, pero cuidando que en ningún caso su implantación convierta sus atributos simbólicos en prácticas y actividades reales, que pueden ocasionar consecuencias no pretendidas importantes y 15 "El lenguaje de la reforma-añade Popkewitz- ayuda a reiterar los mitos generales de un país… El lenguaje de la reforma habla de las innovaciones que están hechas para satisfacer los ideales democráticos de la sociedad, eliminando los efectos debilitantes de la pobreza, y creando las bases científicas y tecnológicas de la riqueza material" (1987, 7). Debo agradecer aquí a José Gimeno Sacristán quien me señaló la importancia de estas ideas. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. marginales a las realmente propuestas. En todo caso, la realidad posible sustentada por las reformas es un subproducto dependiente del ritual de lo simbólico, no necesariamente autónomo y no necesariamente generador de significados propios. Podemos decir que la carga de realidad que en este caso la intención claramente simbólica y de legitimación compensatoria requiera ha de ser la justa como para no moverse o sustentarse en el vacío, pero nunca para que la realidad práctica vaya más allá de la concebido y permitido por el interés político y administrativo original 16. Podemos, ahora, utilizar los argumentos de Popkewitz y Weiler expuestos, relacionándolos con el concepto de innovación. Las innovaciones pueden polarizarse entre estos dos extremos: o bien actúan como excusas para desviar la atención y el interés público de las condiciones reales y existentes en las escuelas y en el sistema educativo de una nación, en razón de cristalizar, unificar y representar ideales ideológicos de conservación o mantenimiento de las prácticas y la estructura educativa vigentes, y sus correspondientes necesidades nacionales (i.e. modernización del país), con lo que no produce cambio; o bien, las innovaciones pretenden ir más allá de su retórica manifiesta, provocando un cambio profundo, o al menos reconocible, en las condiciones y prácticas actuales de escolaridad y educación, en relación a, por ejemplo, situaciones y prácticas de desigualdad (Gimeno, 1992). Me gustaría, para terminar, resumir en unos cuantos párrafos más las conclusiones conceptuales a las que hemos podido llegar, después de este análisis. En primer lugar, una innovación supone una idea percibida como novedosa por alguien, y a su vez la intención de que dicha novedad sea aceptada. En segundo lugar, el concepto de cambio (como por ejemplo el cambio educativo), implica dos aspectos contrastantes entre sí. Por un lado, puede 16 Una estrategia útil, en este sentido, es la de 'incrementar' y acelerar las innovaciones que subyacen a las reformas y que los docentes han de poner en marcha. Lo que les impide la reflexión y el análisis de las mismas, ante la urgencia y la complejidad técnica de las distintas propuestas agolpadas en el umbral de las escuelas y centros de enseñanza. Esa cuestión puede detectarse en la situación española, en donde hemos pasado en el lapso de tiempo de menos cinco años de los diseños curriculares base a la evaluación de los proyectos curriculares de centro, a través de la elaboración e implantación de los proyectos educativos y de los citados P.C.C.; todo ello en paralelo con nuevos contenidos, nuevas relaciones organizativas y 'nuevas' fórmulas de evaluación del alumnado que también han de ser 'adoptadas'. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. suponerla necesidad sentida de transformar una realidad, de lograr que lo prescrito en el proceso de diseminación no presente una variación excesivamente alta con respecto al proceso real de difusión. En este caso, existe la tendencia a que el cambio sea encauzado y organizado tecnológicamente (i.e. 'Gestión del Cambio') 17. Por el otro, cambio trae a colación, como ha señalado Popkewitz, aspectos sociales y políticos que se encuentran más allá de los límites de comprensión que permite su aceptación como fenómeno reducible técnicamente. Aquí, el concepto de cambio muestra, en toda su dimensión, las dificultades e intereses sociales, económicos e ideológicos que envuelven a cualquier proceso de innovación ya sea en educación, en sanidad, o en agricultura. En tercer lugar, mientras los procesos de diseminación, son procesos planificados racionalmente para que las innovaciones sean adoptadas, la difusión es el proceso natural al que da lugar la diseminación. Es decir, la difusión es lo que realmente ocurre. En cuarto lugar, y en relación a los anteriores, la implementación es un concento que pre tende dar cuenta de manera rac iona l de las condic iones y d i ficul tades a las que se enfrenta cualquier proceso de diseminación, para, una vez conocidas dichas condiciones y dificultades lograr parcialmente su control y mejora. En quinto lugar, y último, el concepto de reforma, y al contrario que los anteriores, es un concepto fuertemente ideológico, porque viene a representar los ideales políticos que, en algún momento y de una u otra manera, simbolizan los intereses estatales, sociales y económicos de una nación (Ángulo, 1992a, 1993 c). Pero también, en cuanto representante de ideales políticos e ideológicos, las reformas tienen un contenido simbólico fundamental, desde el que se significan y con el que recogen las adhesiones intelectuales y prácticas necesarias para su aceptación. Lo que sucede, con demasiada frecuencia, es que dicho componente simbólico llega a hipertrofiarse en detrimento del necesario contenido instrumental. En este caso, las reformas se formulan como estrategias de compensación legitimatoria, en lugar de constituirse en los parámetros del cambio educativo. 17 Morrish (1976, 105) afirma que “la resistencia al cambio es proporcional a la cantidad de cambio que se precisa en el sistema receptor”. Véase el especialmente trabajo técnico de Havelock y Huberman (1980) E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. CAPÍTULO 18 LAS DETERMINACIONES Y EL CAMBIO DEL CURRICULUM Francisco Beltrán Llavador Universidad de Valencia INTRODUCCIÓN. "Determinaciones curriculares" es una expresión genérica de la que nos servimos para designar todo aquello que delimita las posibilidades de actuación curricular. Decimos actuación curricular y no currículum porque este término conduce a pensar en algún tipo de objeto o en algo que ya está preelaborado; por ejemplo, cuando hablamos, de un tiempo a esta parte, del "currículum de la LOGSE". Sin embargo, cuando hablamos de currículum nos estamos refiriendo en realidad a un proceso complejo medianteel cual ciertos contenidos culturales son seleccionados para su transmisión escolar y son transmitidos, a la vez que se valora esa transmisión. Eso es precisamente lo que complica los estudios sobra las determinaciones curriculares. Si el currículum fuera un objeto, deberíamos hablar de las condiciones de su elaboración o fabricación; para ello tendríamos siempre en mente el objeto final y las condiciones serian mejores o peores en función de que posibilitaran fabricar más o menos de tales objetos, en mayor o menor tiempo, con más o menos inversión de recursos, etc. La peculiaridad del currículum es que, aunque su nombre induzca a engaño, no se trata de un objeto; es algo que ocurre en momentos distintos, en distintos frentes e implicando a diferentes actores (o agentes) 18. Cuando decimos, por ejemplo, "el currículum de filosofía en secundaria es demasiado extenso" estamos queriendo decir que los contenidos seleccionados para la enseñanza de la filosofía en secundaria son muy extensos; pero no decimos que cada profesor explica de ellos lo que considera conveniente (ni mucho menos decimos cuáles son las razones por las que considera conveniente 18 El mejor modo de enfrentarse a las diferentes conceptualizaciones de “currículum” es repasar la obra de Gimeno (1980) E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. explicar eso y no otra cosa); ni que los libros de esa materia son muy gordos (aunque a lo mejor sólo queremos decir eso); ni decimos que, dada la forma en que a nuestro juicio debería enseñarse y aprenderse la filosofía, no es posible que se cumpla debido a las condiciones organizativas de los centros de secundaria, que conceden sólo un tiempo muy fraccionado y limitado a la semana. Pero hay cosas que sí decimos al mismo tiempo: decimos que dado el valor que se le concede a la filosofía fuera del contexto académico, es decir, en los ámbitos laborales, o para tener más prestigio social, o para acceder a más poder económico, se pretende que se estudie demasiada filosofía .en comparación con otras áreas de conocimiento. La palabra currículum nos engaña porque nos hace pensar en una sola cosa cuando se trata de muchas a la vez y todas ellas interrelacionadas. Al estudiar las determinaciones del currículum tratamos de conocer el contexto en el que ocurren todas las acciones que configuran ese falso objeto llamado currículum, es decir, tratamos de conocer mejor cómo funciona el currículum teniendo en cuenta que no se trata de un objeto sino 'de un proceso en el que nos vemos implicados porque nosotros, como estudiantes o profesores, "hacemos currículum". Ese contexto puede verse como si manejáramos dos instrumentos distintos para el conocimiento de la realidad física, desde más cerca o desde más lejos; pero siempre miramos a lo mismo, es sólo nuestra perspectiva lo que varía. Podemos verlo de cerca, desde una perspectiva muy próxima, para estudiar cómo se va construyendo el currículum en las organizaciones escolares y podemos adoptar una perspectiva más distante que nos permita apreciar los modos en que las organizaciones escolares, a su vez, actúan influenciadas por su contexto social, económico, etc. A su vez, nuestros instrumentos pueden ser más o menos poderosos, lo que nos permitirá quedamos en la superficie de los fenómenos o llegar a lo que podríamos llamar la estructura profunda. Esa estructura profunda nos muestra algo así como las determinaciones de las determinaciones, es decir nos enseña que es ahí donde se establecen los límites dentro de los cuales se producen en un rango preciso, "determinado", los fenómenos de los niveles superficiales. Así, en una primera aproximación tendríamos determinaciones macro y micro y también determinaciones que afectan a la estructura superficial del currículum y otras que afectan a su estructura profunda. Con todas ellas sugerimos que se componga un cuadro de doble entrada para poder ilustrarlas con E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. algún ejemplo. Los ejemplos pueden ser numerosos. El estudio de las determinaciones pretende encontrar respuestas generales (no particulares) a preguntas tales como: ¿Por qué se dedican a la filosofía tres horas de clase a la semana?, ¿por qué los horarios dé filosofía están estandarizados para todos los centros?, ¿por qué los alumnos pasan más de la filosofía que de las matemáticas?, ¿por qué no se estudia cocina en lugar de filosofía?, ¿por qué los profesores que dan filosofía no saben más filosofía?, ¿por qué los profesores de filosofía no enseñan mejor filosofía?, ¿por qué la filosofía es una asignatura?, ¿por qué se hacen exámenes en la asignatura de filosofía?, ¿por qué se hacen los exámenes que se hacen?, ¿por qué los estudiantes de "ciencias" no estudian filosofía?,... En definitiva, se trata de intentar comprender mejor por qué los currícula que construimos cotidianamente los construimos de estas y no de otras maneras. La cuestión es que no creemos que ello se deba al azar; por el contrario, algunos de los que nos ocupamos de estas cuestiones pensamos que existen razones para que las cosas sean como son y no de otro modo. A lo mejor esas razones no podrían seguir sosteniéndose sólo con argumentos didácticos o pedagógicos; a lo mejor conocer las razones nos puede ayudar a encontrar otros modos de actuar (de construir nuestros currícula) que sean más acordes con nuestra forma de entender la educación. Nos gustaría saber si existe alguna regla detrás de las actuaciones curriculares más extendidas; si no la encontramos no tendremos más remedio que pensar en el azar, pero si la hallamos continuaremos preguntándonos por qué esa regla y no otras, qué la hace mejor a esa que al resto (y para qué o quiénes es mejor), si son congruentes entre sí las diferentes redas halladas, etc. 1. LA NATURALEZA DE LAS DETERMINACIONES. El tema de las determinaciones está muy ligado al de las decisiones curriculares 19. Detrás de cada una de las respuestas a las preguntas que hemos formulado anteriormente hay una decisión tomada al respecto; en algún momento "se ha decidido..." (Sustituir los puntos suspensivos por una respuesta frente a la variedad de las posibles; intentar, a modo de ensayo, proponer otras respuestas posibles pero no reales a la misma pregunta). A quienes toman 19 Para un tratamiento más extenso de las relaciones entre instancias de decisión y de determinación curricular recomiendo la lectura del primer capítulo de Beltran (1991) E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. decisiones en torno al currículum se les puede caracterizar genéricamente como instancias de decisión curricular. Al nombrarlas de ese modo estamos apuntando a que la decisión no tiene por qué ser tomada por una sola persona sino que puede haber ido construyéndose por parte de un colectivo a lo largo de su actividad curricular. Por ejemplo, la determinación que hace que, en líneasgenerales (en la inmensa mayoría de los casos), se realicen exámenes de cierto tipo y cada cierto tiempo para comprobar la adquisición de conocimientos por parte de los alumnos, no responde a una decisión simple de cada profesor; hablamos de determinación precisamente porque el profesor se encuentra con que su respuesta al tema de la comprobación de los aprendizajes está, en cierto modo, determinada, esto es, porque existen algún tipo de compulsiones para que cualquier profesor tienda a actuar de esa y no de otra manera. Este, como muchos otros casos, muestra una determinación compleja, lo que quiere decir que la respuesta no se encuentra en una sola instancia de decisión. Podríamos apuntar como respuesta al por qué de la actuación del profesor, su formación inicial, su socialización profesional, la presión -vivida o sentida como tal- del inspector, las disposiciones normativas, exigencias de los alumnos o de sus padres, etc. De hecho, muchas decisiones curriculares se ven modificadas por las determinaciones curriculares. Tras la decisión siempre hay una voluntariedad; tras la determinación, en cambio, existe una especie de fatalidad. Los profesores, y también ciertos sectores de la sociedad, tienden a pensar que los cambios en el currículum se producen por efecto de decisiones curriculares tomadas por ellos mismos, cuando lo cierto es que las decisiones están tan afectadas por determinaciones múltiples que raramente llegan a cumplirse tal como se habían previsto. Eso mismo ocurre frecuentemente (si no siempre) a los políticos y a la administración educativa. Las instancias emplazadas en uno de esos niveles de decisión, los profesores (los "prácticos"), los administra- dores o los políticos, tienden a responsabilizar al resto de los niveles del fracaso en la ejecución de sus decisiones, lo que es de alguna manera cierto, porque las determinaciones pueden haberse trabado configurando una especie de estructura muy poco flexible que actúa de modo imperceptible limitando o inhibiendo la posibilidad de lo decidido. Pero las determinaciones no son fácilmente ubicables en uno u otro nivel porque suelen actuar conjuntamente, e incluso afectándose las unas a las otras, de modo que una determinación E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. puede afectar a otra alterándola, bien sumándose a su efecto, bien contrarrestándolo o anulándolo, etc. Además, no todas las determinaciones actúan en sentido negativo; existen algunas formas de determinación que incitan a tomar ciertas decisiones o que potencian unas sobre otras 20. Pen- semos, por ejemplo, en la libertad de cátedra que es un derecho constitucional; la cultura del individualismo docente, la inexistencia de una forma de control basada en la responsabilidad profesional, la inefectividad de las estructuras de coordinación entre los profesores de un mismo centro, área o nivel, etc., hacen en definitiva que el profesor, amparándose en aquél derecho, pueda erigirlo en justificación de casi cualquier tipo de decisión curricular que quiera tomar. En el párrafo anterior hemos visto cómo las determinaciones tienden a trabarse en estructuras que pueden ser propias de cada nivel o entre niveles. Ahora podemos añadir que son las reglas que regulan tales estructuras a las que con propiedad podemos llamar determinaciones. Dicho de otro modo-, la determinación no es la respuesta a cada una de las preguntas que formulamos en nuestro ejemplo anterior (el de la filosofía). La determinación es lo que anuda las diferentes respuestas a las preguntas formuladas haciendo que la respuesta a cualquiera de ellas dependa de la que se haya dado al resto: lo superficial de lo profundo, lo micro de lo macro y viceversa. Esas reglas pueden ser de diferente naturaleza según el efecto que predomine en la estructura: una estructura de "selección positiva" indica que la respuesta a una de las preguntas conduce a obtener unas respuestas (pero no otras) del resto, mientras que una de "selección negativa" indica que la respuesta a una de las preguntas conduce a evitar otro tipo de respuestas en el resto; la primera constituye una forma de determinación, la segunda, otra distinta. Una estructura de "límites" indica que la respuesta a una de las preguntas sólo permitirá un rango determinado de respuestas en el resto; etc. Por ejemplo, la clase social, o el género, han sido, tradicionalmente, reglas de "exclusión" en el currículum (son determinaciones que tienden a impedir que actúe cualquier otra determinación); cualquiera de las decisiones curriculares tomadas en cualquiera de los niveles de decisión han estado 20 Un buen tratamiento, a mi juicio, del concepto de determinación se encuentra en la obra de Williams (1980); así como de los modos y modelos de determinación puede encontrarse en la obra de Wright (1983). E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. presididas por la regla de exclusión de clase o de género, por eso decimos que el currículum tradicionalmente ha estado anclado en los valores burgueses y centrado en el varón y ello por mucho que los estudiantes fueran de distintos sexos y procedentes de diferentes clases sociales. Otro ejemplo. La burocracia constituye una regla de selección negativa puesto que, en una práctica burocrática -presidida por ese tipo de determinación- cuando se apela al argumento legal sobran otro tipo de consideraciones de carácter pedagógico; no sólo eso, sino que entonces cualquier otro tipo de preguntas se consideran ya improcedentes, por lo que no llegan ni a formularse. 2. EL ORIGEN BE LAS DETERMINACIONES. La cuestión que ahora cabría plantearse es la siguiente: si las determinaciones son reglas estructurales (o reglas de composición estructural), ¿de dónde proceden esas reglas?, ¿cuál es la causa de que sean esas y no otras las reglas que sigue la estructura en su composición? Volviendo a nuestro ejemplo anterior, la pregunta sería: ¿por qué la construcción del currículum se apoya, entre otras, sobre la regla de género, la de clase social o la burocrática? Para dar respuesta a estas preguntas tenemos que pensar en algunos de los momentos de ese proceso de construcción cu- rricular. No se trata de que se junten varias personas con capacidad legal o intelectual para hacerlo y digan "vamos a construir un currículum". Como hemos dicho antes, un currículum consiste cuanto menos en aspectos de la cultura que se ha decidido transmitir, en el proceso mismo de su transmisión y en la valoración que acompaña a lo transmitido 21. Los aspectos de la cultura que se valoran como apropiados para su transmisión (y, por vía negativa, los aspectos que se valoran como inapropiados y por lo tanto se excluyen) reciben precisamente esa valoración por parte de aquellos sectores de la sociedad que aprecian esos aspectos culturales sobre otros; no se trata, en consecuencia, de que tales aspectos tengan un valor objetivamente superior al resto, sino que coinciden con los 21 Los problemas de la selección, distribución y valoración del conocimiento son los que mejor definen el objeto de la sociología del conocimiento y, por extensión, de la sociología del currículum. Probablemente los tratamientos de los mismos ya más clásicosson los debidos Bernstein (1990), Young (1971), Bourdieu (l983), Whitty (1985) (sin agotar con ellos todos los estudios que sobre el tema se han realizado, en especial durante la década de los ochenta). E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. propios de quienes realizan la selección. No se dice "enseñemos esto o aquello porque es mejor o más necesario para la felicidad de cada persona"; el argumento sería más bien del siguiente tipo: "enseñemos aquello que va a permitir que cada persona que lo aprenda se adapte mejor al mundo en que vivimos". A lo peor, adaptarse mejor al mundo) en que vivimos está reñido con la felicidad personal, porque es un mundo agresivo, competitivo, poco respetuoso con los demás y con el entorno natural, autolesivo, etc. Pero claro, hay que saber vivir en el mundo, en este mundo y, por lo tanto, es nuestra responsabilidad enseñarlo a los más jóvenes. No hay mala voluntad en esa decisión; tenemos el mundo que tenemos y cada madre enseña a sus hijos a ver el mundo tal como ella misma lo ve. En nuestro caso, quien enseña a ver el mundo desde la escuela lo hace por delegación: no enseña del todo tal como él mismo lo ve, sino como lo vela mayoría; y no la mayoría en números absolutos, sino la mayoría de los que tienen capacidad para organi- zar el mundo, controlarlo, dominarlo y, por lo tanto imponer su visión del mismo. Curiosamente se trata de una minoría, no de la mayoría. Esa imposición de formas de ver el mundo es bastante sutil, no se hace diciendo "esto es así porque yo lo digo y basta". El sociólogo Bernstein, por ejemplo, ha mostrado cómo ocurre por medio del lenguaje que se utiliza en las aulas y, de manera mucho más simple y simpática, lo ha hecho también Francesco Tonucci "FRATO". Como se ve, selección y valoración del conocimiento van muy unidas porque se selecciona el conocimiento que se valora superior y, a la vez, ciertos conocimientos se valoran como superiores porque han sido seleccionados para su enseñanza. Por ejemplo, ser doctor en filosofía tiene un prestigio social diferente a ser cocinero, independientemente de la calidad de cada uno en lo suyo y del dinero que cada uno gane con su trabajo. Eso es así porque existen algunos valores dominantes en la sociedad que no se corresponden demasiado con otros que pueden subsistir sólo como elementos residuales de épocas pasadas en que también fueron dominantes. Pero si nos quedáramos sólo con esa visión de la selección y valoración del conocimiento seríamos bastante ingenuos y muy simplistas. Porque a su vez, el conocimiento que podríamos llamar "socialmente seleccionado como conocimiento escolar" sufre nuevas selecciones en virtud de las valoraciones que recibe por parte de otros agentes de la construcción del currículum. Así, lo que un profesor enseña realmente en clase no es E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. exactamente aquello que constituye el llamado "currículum oficial", es decir, lo que está mandado o sugerido. Cada profesor se entretiene más en unas partes y pasa por alto otras en función de su propia concepción del valor de aquello que tiene que enseñar. Y cada alumno se queda con una copla o con otra, en función de si sus padres pasan del asunto o le insisten, de si lo encuentra simplemente divertido o curioso, o si cree que le va a servir mejor para sus propósitos, ya sean de seguir estudiando o de emplearse en un taller mecánico que tiene ya buscado. Por lo tanto, si decimos que la selección y valoración del conocimiento están mediadas por la transmisión, no queremos decir sólo que la fase de la transmisión está en medio, sino que la transmisión altera y modifica tanto el conocimiento previamente seleccionado como la valoración que se hace o hará de esos conocimientos, los seleccionados previamente y los realmente transmitidos. Ahora podemos volver a la pregunta a propósito del origen de las reglas de composición estructural: ¿por qué el currículum se construye basándose en reglas de género o clase y no otras?, ¿por qué son una y no otras las determinaciones que actúan sobre el currículum? Formulada de este modo la pregunta inducirá a un error que va somos capaces de descubrir el error está en considerar que existen determinaciones externas que actúan sobre el currículum como si éste fuera, bien un objeto, bien un proceso ajeno a aquello que supuestamente lo determina. No existen determinaciones que actúen sobre el currículum aunque sí es correcto decir que el currículum está determinado. El currículum está determinado porque cada uno de los agentes implicados en su construcción permanente, los que están relacionados y la formas en que se relacionan, sus propios modos de pensar y actuar socialmente en otros ámbitos, las condiciones laborales en que se desempeña su tarea, la propia estructura del conocimiento académico, etc. son elementos que juntos forman una red flexible que es la que establece los límites a los movimientos posibles. Esos movimientos podrás ser más o menos amplios, pero están limitados; la red se deforma por nuestra presión, pero impone claramente un límite o mejor dicho, condiciona en cierta forma nuestros movimientos dentro de la misma. El currículum se construye basándose en reglas de género porque nuestra sociedad está construida sobre esas mismas bases, porque nuestra mentalidad se ha ido construyendo también sobre ellas y porque, en consecuencia, todo lo que se hace desde esa mentalidad E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. dominante y en esa sociedad tiende a reproducir los rasgos constitutivos de la misma. Lo anterior muestra que las determinaciones no tienen carácter universal sino que son producto de la historia y composición social, de cada momento histórico y cada circunstancia social, económica, política, etc. Conocer las determinaciones que afectan al currículum en cada momento dado implica reconocer en cada momento esas circunstancias y su incidencia en la construcción curricular. Nuestra sociedad, afortunadamente y de manera paradójica, también se ha ido construyendo sobre reglas de tolerancia, justicia, aceptación del otro, etc.; por lo tanto, existe la posibilidad de ir cambiando el sentido de las determinaciones, las "reglas" sobre las que se construye el currículum. Para ello hay que reconocer, primero, la existencia de la red y estudiar su composición para ver cuáles son los movimientos que permite y cuáles impide, cuáles potencia y qué otros limita, etc. Es decir, las posibilidades de cambio del currículum radican (tienen su raíz) en el conocimiento de las determinaciones curriculares. La pregunta a propósito de por qué cambian los currícula apunta ya desde aquí la dirección de la respuesta: cambian en la medida en que cambia la composición de esa "red", cambian en la medida en que se van modificando las reglas que definen su composición, cambian cuando varían los principios y los procedimientos que rigen la selección del conocimiento considerado como válido, las formas de su transmisión y losmecanismos y criterios para su valoración, tanto académica como social. Decimos que se apunta la dirección de la respuesta, pero no la respuesta misma, porque todavía subsisten preguntas relativas al modo en que las determinaciones afectan o son afectadas por el cambio curricular, por ejemplo: ¿debe el currículum adecuarse a los cambios o ser él mismo causa de cambio?, ¿existen determinaciones internas al cambio curricular?, ¿de qué características tendría que estar retado un curr ículum para que se generen cambios internos al mismo? Responder a esas preguntas nos exige de nuevo un pequeño rodeo en el que tendremos que ver cuáles son algunas de las determinaciones, superficiales y profundas para, posteriormente, referimos con más detalle a explorar el terreno del cambio de los currícula y cómo se encuentra afectado por las distintas determinaciones. E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. 3. ALGUNAS DETERMINACIONES. a) Determinaciones epistemológicas. -Observemos, en primer lugar, que la sustancia principal que constituye los currícula es el conocimiento. El conocimiento formalizado es el modo en que se presentan algunos de los contenidos de la cultura seleccionados a efectos de su transmisión formal. Existen otros modos más imprecisos y difusos mediante, los que se transmite la cultura; pero las instituciones escolares lo que hacen es adoptar de manera intencional, deliberada, unas ciertas formas de transmitir ciertos contenidos culturales a ciertos segmentos de población, ge- neralmente integrados por grupos de edad homogénea. Existen, en relación con el conocimiento, algunas determinaciones relativas al orden y también a las formas de su transmisión. Por ejemplo, no cabe pensar en enseñar física de partículas a quien no conozca previamente, aunque sea del modo más elemental; la estructura de la materia; como no cabe enseñar literatura a quien no sepa leer. Ciertas determinaciones curriculares son, en consecuencia, de carácter epistemológico, es decir, ligadas a ciertas reglas propias de la construcción del conocimiento mismo. En cierto modo cabrían también entre estas determinaciones las que están ligadas al modo en que las personas construyen sus conocimientos, lo que no siempre coincide con el modo en que los conocimientos mismos están construidos atendiendo a sus reglas propias de construcción. Una casa obedece a sus reglas propias de construcción (no se comienzan las casas por el tejado), pero, además, los obreros colaboran en su construcción según sus propios conocimientos y posibilidades (un peón no decide la distribución de las cargas). Las determinaciones epistemológicas se rigen, por tanto, por reglas puramente epistemológicas (cuál es la estructura propia del conocimiento), gnoseológicas (cómo es posible acceder al conocimiento), psicológicas (cómo las personas construyen sus conocimientos) y también sociológicas (qué relación existe entre el- conocimiento formalizado y los procesos de su construcción individual con la propia estructura de la sociedad y la distribución social del conocimiento). Es muy difícil proceder a estudiar separadamente cada una de estas determinaciones porque están muy E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. http://©/ trabadas las unas con las otras 22; pero ir delimitándolas nos permite asomarnos a otras determinaciones curriculares. b) Determinaciones organizativas. - Dejemos, por el momento a un lado esta cuestión para fijarnos en lo que ocurre al conocimiento cuando es ya conocimiento escolar esto es cuando ya se ha seleccionado y fraccionado (obedeciendo a las anteriores determinaciones) para su transmisión en las instituciones escolares. Esta forma de conocimiento es la que más tendemos a identificar con el nombre de currículum, aunque ya hemos dicho desde el principio que el currículum es en realidad un proceso que abarca también la fase anterior. Observemos que en un centro escolar el modo en que se maneja el conocimiento previamente seleccionado también obedece a ciertas regías; se fracciona en unidades de diferente magnitud (años, quincenas, horas, etc.); se fracciona igualmente según criterios de diferenciación en los contenidos del conocimiento mismo (asignaturas), se asignan las magnitudes primeras y las fracciones de contenido (las asignaturas) a personas a quienes se atribuye- la responsabilidad exclusiva de su transmisión; se aísla a los grupos de edad homogénea para que los responsables exclusivos transmitan las fracciones de conocimiento en las magnitudes temporales asignadas, etc. Es decir, se somete al conocimiento a ciertas manipulaciones según reglas aceptadas por convención (se construye el currículum obedeciendo a ciertas determinaciones). La cuestión estriba en si tal convención lo es realmente o bien esas reglas obedecen a cierta razón de ser que nos resulta por el momento oculta; recordemos al respecto lo que se dijo en un principio respecto a la estructura superficial o profunda de las determinaciones. Estas determinaciones, de carácter organizativo, se cruzan con las epistemológicas señaladas en el párrafo anterior, de tal forma que las unas actúan sobre las otras potenciando su efecto o inhibiéndolo, creando, las más de las veces, contradicciones (¿cómo conciliar los ritmos propios de desarrollo de cada individuo con los agrupamientos homogéneos?, ¿cómo explicar la naturaleza global del conocimiento mediante su transmisión fragmentaria?, etc.). c) Determinaciones laborales. - Los profesores, cuando construyen el currículum con su práctica diaria, se ven obligados a actuar de ciertos modos y no de otros por las reglas propias que establece la naturaleza 22 Lo que se muestra muy bien en un pequeño trabajo de Antiseri (1976). E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. del conocimiento (determinaciones epistemológicas) y por las reglas que establece la forma adoptada para traducir ese conocimiento en conocimiento escolar (determinaciones organizativas). Pero existen además otro tipo de reglas que condicionan el desarrollo del currículum, como por ejemplo, las que se derivan del hecho de que quienes se dedican a ello, los profesores, lo hacen invirtiendo su esfuerzo personal a cambio de un salario. Es decir, los profesores "trabajan" como profesores. Que la enseñanza sea un trabajo retri- buido y no una dedicación ociosa significa que se adapta a ciertas condiciones generales que son las que regulan cualquier trabajo en nuestra sociedad. Es verdad que existen dedicaciones laborales muy variadas: no es lo mismo ser propietario de tierras de cultivo y cultivarlas a cargo de la unidad familiar, que ser obrero de cadena en una fábrica; ser arquitecto y trabajar por su cuenta, o dependiente de un comercio por cuenta ajena; etc. Pero, en todos los casos, se dedica un tiempo y un esfuerzo a cambio de un salario. Sin entrar en consideraciones de generación de plusvalías y apropiación de las mismas por parte de quien contratapara la realización del trabajo (quien posee los medios de producción), lo cierto es que, salvo aquéllos que trabajan por cuenta propia (pequeños propietarios, profesionales liberales, etc.) el resto de trabajadores procura que el trabajo sea menor y los salarios mayores, al igual que los empleadores procuran lo contrario, que el salario sea menor y mayor la cantidad de trabajo. El caso de los funcionarios es más peculiar porque, como ya dijo Weher con mucha lucidez, venden su capacidad de juicio y, en cierto modo, su autonomía laboral, a cambio de tener un puesto de trabajo seguro de por vida en lugar de estar sometidos a los vaivenes del mercado de trabajo. Casi todos los profesores (todos, en el caso de la red pública) son funcionarios y eso introduce una fuerte contradicción en el modo en que desarrollan su trabajo, porque como tales funcionarios deben dejar en suspenso muchas veces su capacidad de juicio y acatar las reglamentaciones sin discutirlas, pero, al mismo tiempo, por la naturaleza de su trabajo se les exige que tomen muchas decisiones y que actúen según un juicio profesional que frecuente- mente se enfrenta a la norma legal estricta. Además resulta francamente difícil, si no imposible, sustraerse al componente intelectual del trabajo del profesor: no sólo hay que estudiar continuamente, sino también pensar con frecuencia en problemas del trabajo a los que sólo se puede encontrar solución adecuado pensándolos; y, ¿cómo se establece el límite horario o se E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. computa a efectos de-percepción de salario esa dedicación (es aquello de que los profesores se llevan el trabajo a casa hasta en las vacaciones). Así que las reglas que rigen el trabajo del profesor son reglas contradictorias y es en esa contradicción en lo que radica, en este caso, la determinación laboral 23. Otra cosa es cómo se actúa en respuesta a esta determinación; pero lo que a nosotros nos interesa, por el momento, es comprender que el currículum, como proceso, no puede entenderse al margen de sus determinaciones. Cualquier profesor parece mostrar el síndrome de los perros de Pavlov porque cada vez que suena el timbre aparca hasta el día siguiente su acción de ayudar a la construcción del conocimiento por parte de sus alumnos; pero como los alumnos, afortunadamente, no construyen su co- nocimiento sólo con lo que los profesores pretenden, aprenden entonces que el conocimiento escolar es un conocimiento que se construye basándose en el condicionamiento, tanto de profesores como de alumnos. Eso también es conocimiento escolar y eso también es currículum, aunque lo llamemos currículum oculto. Hasta el currículum oculto está sujeto a determinaciones. 4. LAS DETERMINACIONES DE ESTRUCTURA PROFUNDA. Todas las determinaciones; que hemos estado repasando a modo de ejemplo no agotan desde luego las posibles. Pero todas ellas, ya sean simples o complejas, configuran estructuras superficiales, es decir, se entretejen en una red que es más o menos fácil de detectar. Existe otro tipo de determinaciones que resultan más difíciles de precisar y también de explicar y comprender y que explican a las primeras. Configuran una estructura más profunda que es la que soporta el tejido de las superficiales. Son más difíciles porque constituyen las reglas mismas con las que se ha venido construyendo y sosteniendo nuestra sociedad desde hace bastantes años (siglos). Se trata de las determinaciones políticas; económicas y sociales y no podemos expresarlas de otro modo que mencionándolas a la vez porque es así también como actúan, de un modo indiferenciado. Las reglas del intercambio de bienes y productos, las reglas que rigen la convivencia de los ciudadanos (pese a la competencia que establecen las 23 Aunque posteriormente hayan aparecido otros trabajos en la misma línea, es ya clásico el de Ozga (1988) E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. reglas anteriores, las del mercado), las reglas que sostienen mediante formas de dominación el delicado equilibrio generado por la vigencia de las reglas anteriores, no pueden dejar de influir en una parcela de la vida social como es la escolar porque los conocimientos escolares, en nuestra sociedad, se constituyen también en mercancía y su posesión en mecanismo de dominación, por lo que su selección, distribución y valoración se encuentran ocultamente regidos por las mismas reglas de compra" y venta, consenso y conflicto", dominio y sumisión24. Eso explica por qué es imposible tener una escuela distinta de la sociedad que tenemos (salvo algún experimento tolerado). Eso explica también la ingenuidad del supuesto según el cual desde la acción escolar puede cambiarse por completo la sociedad. ¿Y qué pasa con el cambio del currículum? Como se ve, volvemos a las preguntas que dejamos unos cuantos párrafos atrás sin contestar para dar nuestro rodeo. 5. EL CAMBIO DEL CURRICULUM A LA LUZ DE LAS DETERMINACIONES CURRICULARES. El cambio del currículum es realmente algo muy complejo. Esa es la impresión que seguramente hemos sacado hasta el momento. Cuando hablamos del cambio curricular como si el currículum fuera un objeto no parece tan complicado. Tendemos a pensaren que el objeto tiene unas características, una configuración, que no se ajusta demasiado bien al cumplimiento de aquello que se pretende de él y que pueden hacerse modificaciones en esa configuración de tal modo que, sin dejar de ser el objeto que es, cumpla mejor sus propósitos. Que el currículum no sea un objeto sino un proceso, en reelaboración y reconstrucción permanente por medio de actores múltiples, ya complica el asunto. Sí le añadimos que está sujeto a determinaciones cuyas raíces se hunden en terrenos diferentes, eso lo hace más complicado todavía. Pero si, además de todo lo anterior, llegamos a entender que la roca madre de esos terrenos es el tejido mismo que regula nuestro modo de entender el mundo y la realidad circundante, nuestro modo de relacionarnos, de vivir y hasta de sentir^ entonces nos parecerá que la 24 Véase al respecto, el trabajo de Carnoy (1983) y el artículo de Gorelick (1979). E st e m a te ri a l e s p a ra u so d e l a U n iv e rs id a d N a ci o n a l d e Q u il m e s, s u s fi n e s so n e x cl u si v a m e n te d id á ct ic o s. P ro h ib id a s u r e p ro d u cc ió n p a rc ia l o t o ta l si n p e rm is o e sc ri to d e l a e d it o ri a l. http://regidos.por.las/ tarea es seguramente imposible 25. "Eppure si muove". Y sin embargo el currículum cambia (!?). a) El cambio "externamente" determinado.-Hay que entender que las determinaciones no actúan como un mecanismo de causa-efecto, como si dada tal determinación afectando al currículum éste variara en respuesta y siempre del mismo modo. Las determinaciones, por el contrario (y debido a su estructura profunda) forman parte del propio currículum. Dicho de otro modo, no tenemos por un lado al currículum indeterminado y por otro a ciertas determinaciones actuando sobre él, sino que tenemos siempre un currículum-determinado. Por lo tanto, la pregunta correcta no es "cómo
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