Logo Studenta

aeco-13-12-2020

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

2.9 
2 2#
La revista semanal de 
economía de El Mundo. 
Del 13 al 19 de diciembre 
de 2020
económicaactualidad
El segundo auge 
de bitcóin. 
¿Burbuja de 
criptocalderilla? 
página 18 
 
La última 
asistencia de 
Maradona: 
un billete 
de 10.000 pesos 
página 22 
 
La verdad 
de Carlos 
Ghosn 
De ser uno 
de los ejecu-
tivos más 
admirados 
del planeta 
a prófugo 
en Beirut 
“Antes era 
prisionero 
de mi 
trabajo” 
página 9
NRI: 3560-2020/09681
I L U S I ON E S
SÍ a las tardes de cine en casa, SÍ a poner en marcha tus
proyectos, SÍ a comprar ese regalo que tanto deseaban.
Más de 5 millones de ilusiones ya tienen un SÍ con
CaixaBank, y las tuyas también pueden tenerlo.
Decir SÍ es estar CONTIGO
OFRECIDO POR CECA
LaObra yAcción
Social de CECA
apoyaa los
colectivosmás
vulnerables
EN LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS
POR
Unasociedad sin banca es una so-ciedad sin Estado de Bienestar.No en vano, la banca contribuye
a mejorar el nivel de vida de los ciuda-
danos generando riqueza, asegurando
sus ahorros, ofreciendo financiación a
familias y empresas, además de permitir
las transacciones a través de sistemas de
pagos eficientes y seguros.
La crisis sanitaria ha puesto de mani-
fiesto todas estas realidades. La banca ha
generado certidumbre en el desconocido
contexto generado por la Covid-19 tan-
to en lo social como en lo sanitario y en
lo económico. Sin el papel esencial de la
banca durante estos meses, traducido en
un apoyo financiero constante a empre-
sas, familias y autónomos, además de la
puesta en marcha de una serie de medi-
das de emergencia social, la profundidad
de la crisis económica sería de mayor ca-
lado.
En estos últimos meses, el sector ban-
cario ha superado con nota los retos que
ha tenido que afrontar para responder a
las necesidades de sus clientes. Ha ade-
lantado las prestaciones de desempleo
y de pensiones, ha realizado moratorias
tanto en el pago de alquileres de vivien-
da social como en el pago de hipotecas
y otros préstamos y créditos y ha incre-
mentado la ayuda a las empresas.
Además de estas funciones, las enti-
dades que componen CECA siguen com-
prometidas con su misión fundacional:
la ayuda a los colectivos más vulnerables
a través de diferentes programas de la
Obra y Acción Social en sus respectivos
territorios. CaixaBank, Bankia, Kutxa-
bank y Cajasur Banco, Abanca, Unicaja
Banco, Ibercaja Banco, Liberbank, Caixa
Ontinyent, Caixa Pollença y Cecabank
junto a sus fundaciones, han afianzado
su compromiso con los colectivos más
vulnerables con una inversión en los últi-
mos cinco años de 3.776 millones.
En estos momentos de dificultades
derivadas de la pandemia, las entidades
de CECA han destinado 140 millones de
euros a acciones extraordinarias para
poder ayudar a los grupos que más están
sufriendo los efectos de la Covid-19. Su
ayuda se ha dirigido sobre todo a aporta-
ciones al Banco de Alimentos o becas de
comedor, así como líneas telefónicas de
asistencia a personas mayores, material
sanitario y tecnológico, además de pro-
yectos de investigación para el desarrollo
de la vacuna contra el coronavirus.
Cohesión social para fortalecer el
Estado del Bienestar
La Obra y Acción Social de CECA es un
elemento vertebrador de la sociedad, fun-
damental para ayudar a mantener y for-
talecer el Estado de Bienestar. Estamos
ante el primer inversor social privado en
España, contando con la participación
de un gran equipo de profesionales y vo-
luntarios con amplia experiencia. Todos
los Objetivos de Desarrollo Social (ODS).
Dentro de los 17 ODS, las entidades aso-
ciadas a CECA realizan acciones desti-
nadas a la lucha contra el hambre, el fo-
mento del trabajo decente y crecimiento
económico, los sectores de la industria, la
innovación y las infraestructuras, además
de diferentes programas de acción por el
clima, la salud y el bienestar y la educa-
ción de calidad.
Además, en su apuesta por la ciencia,
las fundaciones incluyen desde hace años
actividades relacionadas con investiga-
ciones, becas y apoyo a sectores específi-
cos de I+D y divulgación científica, en un
total de 350 proyectos.
Es evidente que esta crisis ahondará
determinadas brechas sociales que debe-
remos afrontar en los próximos años. En
este contexto, la misión de la empresa ad-
quiere una importancia singular. Estamos
en unmomento clave para que las compa-
ñías redoblen sus esfuerzos y hagan más
patente su compromiso con la sociedad y
la sostenibilidad del planeta.
ellos conforman una red de seguridad y
cohesión fundamental para muchos gru-
pos sociales que por distintas razones no
pueden acceder a las ayudas por los cana-
les habituales.
La capilaridad de las entidades CECA
facilita que estos programas puedan lle-
gar a la mayor parte de la población, con
especial incidencia en las zonas rurales o
poco pobladas.
Sólo en 2019, la Obra y Acción Social de
CECA ha destinado más de 845 millones
de euros de inversión para realizar un to-
tal de 125.758 actividades que han bene-
ficiado a 35.854.714 personas.
Entre sus planes, cuenta con programas
asistenciales para colectivos en riesgo de
exclusión y a otros colectivos específicos
como infancia, mayores de 65 años, em-
prendedores y personas con necesidades
especiales, con una inversión de más de
2.185 millones de euros.
La Obra y Acción Social de CECA im-
pulsa, además, el crecimiento inclusivo
y sostenible y la cohesión social, sin ol-
vidarnos de su compromiso para alcanzar
La Obra y Acción
Social de CECA ha
destinado
140millones de
euros a acciones
extraordinarias
para ayudar a los
grupos
que más están
sufriendo los efectos
de la Covid-19.
6
estra 
tegias.
estra 
tegias.
el arte de hacer empresas, empresarios, gestores, compañeros y rivales.
7
tegias.
‘‘Carlos Ghosn
Quiero 
recuperar 
mi repu-
tación 
como el 
hombre 
que 
resucitó 
Nissan”
De un día para otro, pasó de 
ser el ejecutivo más admira-
do de la industria automovi-
lística a un vulgar recluso. 
Pero ni siquiera entonces 
arrojó Carlos Ghosn la toalla. 
Se ocultó 
en una caja 
de altavo-
ces y huyó a Beirut, desde 
donde hoy reivin-
dica su nombre. 
 POR FRANCISCO CARRIÓN (BEIRUT) FOTOGRAFÍA OLIVER MARSDEN
Carlos Ghosn en 
la azotea del hotel 
L’Albergo, en el 
barrio beirutí de 
Ashrafieh, con 
vistas a la capital 
libanesa.
8
estra 
tegias.
Entre jazmines e hibiscos 
en flor, el sol de diciembre 
se desliza suave por la te-
rraza de L’Albergo, el pe-
queño y exclusivo hotel en 
el que nos cita Carlos 
Ghosn. En las calles anejas 
del acomodado barrio de 
Ashrafieh, en el corazón 
cristiano de Beirut, una le-
gión de obreros repara aún 
las heridas que hace cuatro 
meses dejó la explosión del 
puerto. Los estragos de mi-
les de toneladas de nitrato 
de amonio aún son percep-
tible en viviendas desfigu-
radas, con puertas y venta-
nas tapiadas, y negocios re-
ducidos a locales vacíos. A 
las 10.30 Ghosn es el único 
huésped de la terraza de un 
hotel ubicado a unas man-
zanas de la casa rosa con 
persianas azules en la que 
halló refugio. El otrora to-
dopoderoso jefe de la alian-
za Renault-Nissan-Mitsu-
bishi Motors vive, como la 
ciudad que le acoge desde 
su cinematográfica huida 
de Japón hace un año, em-
pecinado en urdir su propia 
resurrección. Hijo de emi-
grantes libaneses nacido en 
Brasil y educado entre Bei-
rut y París, comparte con la 
“Suiza de Oriente Próximo” 
haber conocido la cima y 
haber caído estrepitosa-
mente en desgracia. “Estoy 
volviendo a descubrir los 
pequeños placeres. Tengo 
menos responsabilidad y 
menos estrés. Puedo desa-
yunar tranquilamente con 
mi esposa y hablar con mis 
hijos 45 minutos sin inte-
rrupciones”, reconoce 
Ghosn, de 66 años, en una 
entrevista exclusiva con 
motivo de la publicación en 
español de La hora de la 
verdad, un libro escrito jun-
to al periodista Philippe 
Ries en el que relata el cal-
vario que inauguró su de-
tención en noviembre de 
2018, entre acusaciones de 
no haber declarado parte de 
sus ingresos a las autorida-
des entre 2010 y 2015. Su 
sueldo millonariode antaño 
(siete millones de euros al 
año) y su vida volante se 
han transformado en una 
existencia más sedentaria, 
sujeta a su condición de fu-
gitivo de la justicia nipona y 
a la orden de arresto de In-
terpol. “Antes era prisionero 
de mi trabajo. Mi calendario 
estaba organizado con un 
año de antelación. Ahora, en 
cambio, soy el dueño de mi 
tiempo. No lamento la vida 
que perdí”. 
 
PREGUNTA. Dos años tras 
su detención en el aero-
puerto de Haneda y a punto 
de cumplirse 12 meses de 
su huida, ¿cómo está? 
RESPUESTA. Mucho me-
jor de lo que he estado en 
los dos últimos años. Estoy, 
diría, pasando página a una 
serie de acontecimientos 
catastróficos y mirando al 
futuro. Nunca he sido un 
hombre que viva en el pasa-
do, pero eso no significa 
que olvide lo que ha ocurri-
do y que no busque resta-
blecer mi reputación, mi le-
gado y mis derechos. 
 
P. ¿Confía en recuperar su 
crédito? 
R. No tengo ninguna cifra 
en mente. Lo importante es 
que se ha reconocido mi de-
recho a recibirla y ya llega-
rá el momento oportuno de 
calcularla. 
 
P. ¿Persigue la verdad o la 
venganza? 
R. Estoy contando la reali-
dad por la que he pasado. 
Cualquiera puede decir que 
es mi verdad. No lo voy a 
discutir. Desde mi arresto 
en noviembre de 2018 hasta 
enero de 2020, me prohibie-
ron hablar. En 14 meses no 
se oyó mi voz. Cuando en 
marzo de 2019 intenté orga-
nizar una rueda de prensa 
en Tokio me volvieron a 
arrestar. Cuando me conce-
dieron libertad bajo fianza, 
algunos periodistas japone-
ses le preguntaron al fiscal 
por qué no me dejaba ha-
blar. La respuesta fue que 
yo era tan libre de manifes-
tarme como ellos de presen-
tar nuevos cargos contra 
mí. El mensaje era claro: 
cállate. Yo obviamente lo 
entendí. Tenía entonces en 
contra a Nissan, la Fiscalía, 
el Gobierno japonés y la 
complicidad del francés, 
más una parte de la prensa 
en Francia. Todos contra mí 
y yo no podía ni siquiera le-
vantar la voz. Ahora, para 
mí es importante publicar 
libros que cuenten lo que he 
vivido para seguir comba-
tiendo la manipulación, las 
mentiras y la conspiración 
que fueron la base de todo 
esto. Mi pregunta es: ¿por 
qué se me arrestó sin darme 
la ocasión de hablar sobre 
lo que se me acusaba? 
 
P. Japón lo culpa de ocultar 
remuneraciones pactadas 
con Nissan y de usar fondos 
de la compañía para cubrir 
gastos personales y pérdi-
das financieras... 
R. Cuando le digo a la gente 
que la razón de mi arresto 
fue no declarar un salario o 
una compensación que no 
me pagaron, no me creen. 
Consideran que se trata de 
una broma. Es la razón por 
la que Greg Kelly [ex miem-
bro de la junta directiva de 
Nissan] permanece aún de-
tenido en Japón a pesar de 
haber resuelto la disputa 
con la Comisión del Merca-
do de Valores de EEUU pa-
gando 100.000 dólares [por 
remuneraciones no revela-
das, un cargo por el que 
Ghosn desembolsó un mi-
Carlos 
Ghosn
Políglota y ciudadano 
del mundo, Ghosn 
nació en Porto Velho 
(Brasil) en el seno de 
una familia católica 
maronita. A los seis 
años se trasladó al Lí-
bano junto a su ma-
dre y su hermana. Es-
tudió en los jesuitas 
de Beirut y se graduó 
en ingeniería en las 
grandes écoles de 
Francia, la Politécnica 
y la Escuela de Minas 
de París. Inició su ca-
rrera profesional en 
Michelin, donde tra-
bajó durante 18 años 
hasta llegar a director 
ejecutivo de su divi-
sión en América del 
Norte. En 1996 dio el 
salto a Renault como 
vicepresidente eje-
cutivo. La profunda 
y exitosa reestructu-
ración que lideró lo 
catapultó tres años 
después hasta la 
cúspide como funda-
dor y máximo rostro 
de la alianza Re-
nault-Nissan.
‘‘
R. Sí, pero también soy rea-
lista. El proceso llevará 
tiempo. [¿Cuánto?] No sé. 
Creo que mucho porque 
quien primero mueve ficha 
juega con ventaja. A mí me 
sorprendieron con un gi-
gantesco ataque organizado 
por la colusión de unos 
cuantos ejecutivos de Nis-
san, la Fiscalía de Tokio y 
miembros del Gobierno ja-
ponés. Aunque era cons-
ciente de que existían ten-
siones entre los Gobiernos 
francés y japonés sobre el 
futuro de la alianza, nunca 
pensé que podrían llegar 
tan lejos. Jamás creí que 
pudieran hacer algo tan es-
túpido, porque si querían 
mi cabeza había modos 
más inteligentes de cobrár-
sela protegiendo a Nissan y 
también a Renault, preser-
vando la alianza, la reputa-
ción de Japón y, de alguna 
manera, también la mía, 
que trabajé 19 años para 
construir el grupo y remo-
delar Nissan y Renault. 
 
P. ¿Cuáles son, en su opi-
nión, los resultados de ese 
jaque mate contra usted? 
R. Quien lo planeó ha cose-
chado resultados calamito-
sos. En mi caso, me gustaría 
citar la declaración reciente 
de la ONU [un grupo de tra-
bajos sobre detenciones ar-
bitrarias] que ha estableci-
do claramente que mi 
arresto fue arbitrario. Ha 
reconocido que el derecho a 
la defensa no ha sido respe-
tado y los derechos huma-
nos han sido vulnerados y 
ha solicitado a Japón una 
auditoría. Es una posición 
que refuerza mi determina-
ción de restablecer mi cré-
dito y mis derechos, no solo 
fundamentales sino tam-
bién mi derecho a recibir 
una compensación y recu-
perar mi legado como el 
hombre que resucitó Nis-
san y el principal artífice de 
la alianza. Por otro lado, 
también está la situación en 
la que hoy se encuentran 
Nissan, Renault y Mitsu-
bishi. Se ha perpetrado un 
daño económico monumen-
tal contra estas empresas, 
visible en la caída de las ac-
ciones, de los beneficios y 
del empleo, que se está re-
duciendo de manera discre-
ta, prescindiendo de gente y 
cerrando plantas. 
 
P. ¿Qué compensación eco-
nómica maneja? 
LECCIÓN GHOSN 
“No sacrifi-
que sus pro-
pios intere-
ses y su fa-
milia por 
otro bien, 
porque nun-
ca será re-
compensa-
do. Después 
de todo lo 
que hice por 
Renault, no 
obtuve nin-
gún recono-
cimiento” 
 
LA HUÍDA 
“Se ha ha-
blado mu-
cho y ha ha-
bido muchas 
especulacio-
nes. Solo 
puedo decir 
que fui yo 
quien sope-
só los ries-
gos, quien 
conocía la 
situación y 
quien pulsó 
el botón de 
la escapada” 
 
FUTURO 
POSTCOVID 
“Habrá mu-
chas turbu-
lencias polí-
ticas porque 
no hemos 
visto aún 
todas las 
consecuen-
cias de la 
pandemia y 
serán muy 
importantes. 
La industria 
automotriz 
tendrá que 
cambiar y 
adaptarse”
 “
9
Ejecutivo galo que quería 
incrementar su control so-
bre Renault y buscaba 
una fusión, cómo suscitó 
unas sospechas que no 
existieron durante años. 
Se deshicieron de mí por-
que me consideraban un 
instrumento de la influen-
cia francesa en la alianza, 
algo que fundamental-
mente era cierto, porque 
desde que yo no estoy al 
frente no existe influencia 
de Renault sobre Nissan y 
reina el consenso de hacer 
lo que cada uno quiere. En 
la alianza se solía hablar 
mucho, pero cuando se to-
maba una decisión todos 
la cumplían por el bien de 
las compañías, incluso no 
estando de acuerdo. Lo 
llamábamos sinergias y 
eso ya no existe. Ahora ca-
da uno va a lo suyo. Hay 
incluso rumores de que 
Nissan venderá acciones 
de Mitsubishi y señales de 
una posible desintegra-
ción de la alianza en los 
próximos años. Quienes 
causaron todo este daño 
deberían pagar por ello. 
 
P. Si tuviéramos una má-
quina del tiempo y pudié-
ramos rectificar nuestro 
pasado, ¿cambiaría sus 
decisiones? 
R. No actuaría de un modo 
distinto al que lo hice pe-
ro, si pudiera regresar al 
pasado, hay un par de co-
sas que sí cambiaría. En 
2009 recibí una oferta pa-
ra ser director ejecutivo de 
General Motors [que se 
había declarado en quie-
bra en medio de la crisis 
financiera] y debería ha-
ber aceptado. 
 
P. Fue el gran error de su 
vida profesional. 
R. Sí. Dije no en contra de 
mi propio interés. Está-
bamos en mitad de la cri-
sis financiera y no quise 
dejar el barco en medio 
de la tormenta. Nissan y 
Renault no estaban bien 
en 2009. Me veía capaz 
de reestructurar General 
Motors, pero hubiera de-
jado a la alianza en una 
situación muy incómoda 
y en evidente peligro. El 
otro error lo cometí en 
junio de 2018. No debí 
haber renovado mi man-dato. Realmente lamento 
haber tomado la decisión 
que adopté aunque eso 
no cambie ya la realidad. 
llón de dólares sin recono-
cer su culpabilidad]. En 
cambio, Kelly lleva dos 
años como rehén de Ja-
pón, está inmerso en un 
juicio que podría durar 
otro año sin contar la ape-
lación y afronta una pena 
de una década en prisión. 
Resulta increíble que ocu-
rra todo esto sin ni siquie-
ra haber tenido la oportu-
nidad de tratarlo. Por en-
cima de todo esto, tienes a 
unos fiscales con una tasa 
de condena del 99,4%. 
Descubrí que cuando los 
fiscales te arrestan, nece-
sitan ganar. No les impor-
tan la verdad ni los he-
chos. Solo deben cumplir 
la estadística porque, si 
no lo hacen, son parte de 
ese 0,6% de casos perdidos 
y es malo para su carrera. 
El sistema al completo es-
tá distorsionado. Y nada 
tiene sentido. Algunos me-
dios han estimado que 
Nissan ha gastado más de 
200 millones de dólares en 
investigarme, pagar abo-
gados y hacer campaña 
contra mí. Cuando ves las 
acusaciones, hablamos de 
supuestos gastos que re-
presentan el 10% de esa 
cantidad. Nadie gasta 20 
veces la cantidad que se 
reclama sin, primero, 
abordar el asunto al nivel 
de la junta directiva o tra-
vés de una auditoría. 
 
P. Hace apenas tres años 
era uno de los popes de la 
industria automotriz. Re-
nault-Nissan había logra-
do liderar el mercado, su-
perando a Toyota y Volks-
wagen. Y, de pronto, su 
aparatosa caída... 
R. La principal razón fue 
la situación tan particular 
en la que me encontraba. 
Dirigía tres empresas al 
mismo tiempo, dos en Ja-
pón y una en Francia. No 
hay ningún otro director 
ejecutivo con esa respon-
sabilidad en este u otro 
sector. Yo lo hice durante 
19 años y nunca se escu-
chó ningún problema en-
tre unas compañías que 
estaban creciendo y eran 
rentables. Yo creo que el 
motivo principal de mi 
caída fue la desconfianza 
que se abrió en el lado ni-
pón de la alianza, el Go-
bierno del país y parte de 
sus ejecutivos, contra el 
Gobierno francés. Y fue 
así, por el activismo del 
PREGUNTA. El 31 de di-
ciembre de 2021 cerra-
rá la planta de Nissan 
en la Zona Franca de 
Barcelona. ¿Comparte 
la decisión? 
RESPUESTA. Los cie-
rres son siempre con-
secuencia de una mala 
gestión, La administra-
ción siempre es res-
ponsable, salvo que se 
produzca un desastre 
económico. Cuando 
llegué a Nissan en 1999 
tuve que afrontar cie-
rres y ajustes de planti-
lla. Debería haberse 
hecho antes, pero no 
se hizo. Tuve que des-
pejar las cuentas y, 
después de aquello, no 
volví a cerrar ninguna 
fábrica en los 19 años 
en los que estuve al 
mando. Limpiamos el 
pasado y fuimos a por 
el crecimiento. La se-
ñal de una gestión dé-
bil es la búsqueda 
de excusas para 
justificar los reveses. 
En Nissan hay una ma-
la gestión que obvia-
mente genera malos 
resultados. 
 
P. Durante su mandato, 
¿tuvo el cierre de Bar-
celona sobre la mesa? 
R. No. Se hablaba mu-
cho sobre su futuro, 
pero nunca conclui-
mos que necesitára-
mos echar el cierre allí. 
Tal vez había que re-
ducir su tamaño, pero 
no suprimirla. Ahora 
Nissan está dando 
marcha atrás a su plan 
de expansión. Para mí, 
es una indicación de 
que la dirección no sa-
be adónde ir y carece 
de visión sobre la gran 
transformación que 
protagoniza la indus-
tria. Están perdiendo 
batallas y, en esas cir-
cunstancias, lo único 
de lo que puedes ha-
blar es de cómo vas a 
hacer la retirada y 
culpar a tu 
predece-
sor, al ri-
val, a 
una 
trai-
ción, al 
mal 
tiempo, 
a la ma-
la suerte. 
P. Usted 
no habría ordenado 
entonces el fin de Bar-
celona… 
R. A lo largo de mis 19 
años he demostrado 
que, cuando quiero al-
go, lo hago. No dudé 
en cerrar plantas cuan-
do accedí a Nissan, 
siempre que fue nece-
sario. Nadie puede 
acusarme de haber si-
do un gerente sin ca-
rácter. No es ese uno 
de mis rasgos. Si hu-
biera estado convenci-
do del cierre de Barce-
lona, lo habría ejecuta-
do. No lo hice porque 
pensé que no era ne-
cesario, siempre que 
hubiera un buen plan 
de futuro. 
 
P. ¿Cómo ve el futuro 
de la industria auto-
movilística en España? 
R. Es un gran país en el 
sector por una razón 
muy sencilla: cuenta 
con una mano de obra 
trabajadora y disci-
plinada y tiene 
estupendos 
ingenieros. 
Aunque no 
hay una 
marca es-
pañola, 
hay ejecu-
tivos es-
pañoles 
en todas 
partes. Es 
algo que habla del ta-
lento existente.. No me 
preocupa el futuro del 
automóvil en España. 
Sí me inquietan ciertos 
actores presentes hoy, 
pero no abrigo dudas 
sobre la contribución 
de España al desarro-
llo de la industria. 
 
P. ¿Qué actores? 
R. Eso no lo voy a decir. 
 
P. Solo tiene elogios 
para uno de sus más es-
trechos colaboradores, 
el español José Muñoz, 
hoy director de Opera-
ciones de Hyundai. 
R. Era el tipo más com-
petente en el comité 
ejecutivo de Nissan. Si 
no hubiese sido por la 
razón estratégica de 
que el CEO debía ser 
japonés, habría sido el 
máximo responsable 
de la compañía, por-
que era el más capaz. 
Por desgracia, yo pro-
puse para el cargo a 
Hiroto Saikawa, un 
buen número dos, pe-
ro un terrible número 
uno. Cada cierto tiem-
po, esto sucede. Fue 
un error. A Muñoz lo 
despidieron por negar-
se a mentir. No quería 
ser manipulado. Tras 
mi arresto, le ofrecie-
ron 12,8 millones de do 
lares para ir a Japón y 
cooperar con la fisca-
lía, pero no se de-
jó sobornar. 
“NO ME 
PREO-
CUPA 
EL FUTURO 
DE LA 
INDUSTRIA 
ESPAÑOLA” 
R. Sin duda. 
No solo es saber dónde es-
tá tu límite, sino también 
cuidarte a ti mismo. No 
sacrifiques tus propios in-
tereses y tu familia por 
otro bien, porque nunca 
serás recompensado. Es la 
gran lección. Después de 
todo lo que hice por Re-
nault, no obtuve ningún 
reconocimiento. Y fui yo el 
que obtuvo los mejores re-
sultados de la empresa. A 
pesar de eso, no recibí ni 
un simple agradecimien-
to. En el caso de Nissan, 
resucité la firma desde ce-
ro. Ellos intentaron refor-
mar la empresa antes y 
acabó en desastre. Tuve 
que llegar yo, darle la 
vuelta a Nissan y lograr 
18 años de crecimiento. 
Creé una alianza por la 
Entonces me torturaba 
la idea de renovar o no. Y 
lo terminé pagando caro 
porque mi interés hu-
biera sido decir: gracias, 
chicos, pero me jubilo. 
Habría entregado la 
compañía a otra persona 
en mejor disposición de 
forjar la convergencia 
entre empresas, pero me 
pidieron que reconside-
rara una renovación que 
rechazaba mi familia. 
Por eso me sentí tan mal 
cuando pasó lo que pa-
só. Mis hijos me habían 
dicho: papá, ya has he-
cho suficiente, tienes 64 
años, déjalo y disfruta de 
la vida. 
 
P. Sería una buena lección 
para cualquier ejecutivo: 
saber cuándo parar. 
que nadie apostaba, hice 
que tres empresas traba-
jaran juntas y se convirtie-
ran en el número uno. 
¿Qué conseguí a cambio? 
Cero reconocimiento. ¿Cu-
ál es la lección que me en-
señó todo esto? Que las 
personas que me apoyan 
son mi esposa, mis hijos, 
algunos amigos cercanos 
y muy pocas figuras pú-
blicas. ¿El resto? Como di-
cen en Francia, inconnue 
au bataillon [nadie ha oí-
do hablar]. Se esfumó co-
mo si no hubiera existido 
y la empresa quiso borrar 
la historia de las últimas 
dos décadas, igual que si 
fuera un agujero negro. 
 
P. ¿Fueron las recepciones 
en el palacio de Versa-
lles y el uso del jet pri-
10
estra 
tegias.
Con el encarcela-
miento de Carlos 
Ghosn, el planeta 
entero descubrio 
la existencia de 
Kosuge, construi-
do en 1971, reno-
vada entre 1996 y 
2012, buque insig-
nia del universo 
carcelario japonés, 
a la vez que 
descubrió la 
realidad de 
un sistema 
judicial que 
permite pro-
longar indefi-
nidamente (el 
récord supera 
los 600 días) 
el interrogato-
rio de personas 
arrestadas. Pa-
ra contrarrestar 
la imagen poco 
favorecedora ofre-
cida, la dirección 
del centro de de-
tención organizó 
en junio de 2019 
una visita guiada 
para una quincena 
de periodistas ex-
tranjeros, una visi-
ta estrictamente 
“inmobiliaria”, en 
la que de ninguna 
manera se pudo 
conocer ni ver de 
lejos siquiera a al-
guno de los1.758 
presos. 
Para el guía de 
servicio, Shigeru 
Takenaka en per-
sona, el director de 
Kosuge, el gran 
mérito de las pri-
siones japonesas, 
aparte de la higie-
ne impecable que 
reina y la comida 
“equilibrada”, es 
que los detenidos 
gozan de total se-
guridad, protegi-
dos de ellos mis-
mos y de los de-
más. “Todo está 
concebido para 
evitar los intentos 
de suicidio, por 
ejemplo, la estan-
tería fijada a la pa-
red está curvada 
para no per-
mitir el agarre o 
poder colgar nada, 
y los grifos del la-
vabo fueron reem-
plazados por boto-
nes”, detallaba en 
sus visitas. La reali-
dad, dice Carlos 
Ghosn, es que “son 
las condiciones del 
encarcelamiento 
las que empujan al 
suicidio, pero te 
paran justo antes. 
Debe de ser un 
método de tortura 
al estilo japonés. 
Todo está hecho 
para llevarte a la 
desesperación, pe-
ro también para 
impedirte pasar a 
la acción. 
»Afortunada-
mente, tenía tres 
nacionalidades. 
Las visitas de los 
diploma ticos, dos 
o tres veces a la 
semana, eran una 
especie de burbuja 
de aire. El papel 
desempeñado por 
Laurent Pic ha sido 
extremadamente 
importante. Du-
rante todo este 
período, se portó 
de un modo admi-
rable. Nunca le 
pregunté acerca 
de las consignas 
que había podido 
recibir de París, si 
es que las recibió, 
pero seguramente 
no me habría con-
testado. El hecho 
es que su apoyo 
ha sido muy im-
portante para mí. 
El embajador de 
Líbano y su núme-
ro dos han sido 
muy solidarios. 
Venían a verme 
siempre que po-
dían y me traían 
todo lo que po-
dían, entre otras 
cosas fruta; y el 
cónsul general de 
Brasil siempre in-
tentaba animarme”. 
En realidad, du-
rante las primeras 
semanas de de-
tención, los diplo-
máticos y los abo-
gados serán las 
únicas conexiones 
entre Carlos 
Ghosn y el mundo 
más allá de los 
muros y los cer-
cos. Serán tam-
bién prácticamen-
te la única fuente 
de información. 
“El resto del tiem-
po, estaba solo, 
con un gran 
sentimiento de 
abandono. Ha-
brá hecho fal-
ta alrededor 
de un mes pa-
ra tocar fon-
do y empezar 
a subir hacia 
la superfi-
cie”. Lo que 
Ghosn no ha 
entendido 
aún en 
aquel mo-
mento es que, al 
igual que en la pe-
lícula de culto La 
piscina (con Alain 
Delon, Romy 
Schneider y Mau-
rice Ronet), al-
guien le esperara 
en la orilla para 
hundirle la cabeza 
bajo el agua a ca-
da vez que inten-
tara emerger.
en la prisión de Kosuge. 
¿Cuál fue su episodio más 
oscuro? 
R. Por desgracia hubo mu-
chos. El primer día tras mi 
arresto fue terrible. Esta-
ba en shock porque no en-
tendía la razón de mi de-
tención y necesité tiempo 
para comprender por qué 
Nissan me atacaba y la 
desproporción de la agre-
sión. Luego tuve la impre-
sión de que alguien había 
decidido ya que yo era cul-
pable y que querían des-
truir mi imagen. La de al-
guien que había sido du-
rante 18 años un modelo 
de gestión en Japón. No 
tenía acceso a mi familia y 
solo podía contactar con 
unos abogados que no co-
nocía y que a duras penas 
hablaban inglés. Tuve la 
fortuna de, al tener tres 
nacionalidades, poder re-
cibir la visita regular de 
tres embajadores pero fue 
una pesadilla. 
 
P. ¿Pensó en el suicidio? 
R. [Reflexiona un instante] 
No, no. Pensé que estaba 
atravesando un momento 
horrible pero, en cierta 
manera, entendí que la luz 
volvería a alumbrarme. 
No sé cómo supe aquello. 
Llámelo fe, convicción o lo 
que quiera, pero en lo pro-
fundo de mi corazón sabía 
que no estaba solo y que 
tanta maldad era injusta. 
Cuando salí en libertad 
bajo fianza, cené un día 
con un político de la oposi-
ción japonesa. Me dijo: 
“Acepte mis disculpas, 
porque no es tradición en 
Japón pagar con tanta ma-
lignidad todo el bien que 
ha hecho por este país”. 
Creo que expresó muy 
bien el sentir de algunos 
japoneses. 
P. ¿Se imaginó alguna 
vez que abandonaría Ja-
pón oculto en una caja 
vado un error? 
R. No. He sido reemplazado 
por cinco personas. La su-
ma de mi sueldo y mis gas-
tos es menor que la que hoy 
generan esas cinco perso-
nas en conjunto. Primero, el 
uso del avión era parte de 
mi trabajo. Si no lo hubiera 
tenido, no podría haber 
cumplido con mi trabajo. 
No se pueden dirigir tres 
compañías en diferentes 
continentes sin un avión. 
Cuando se acepta que voy a 
asumir esa responsabili-
dad, se acepta también que 
voy a vivir en un avión. Se-
gundo, la descripción que 
se ha hecho es parte de la 
campaña de difamación. 
Han dicho: “Este tipo orga-
nizó una o dos fiestas en 
Versalles y acudió a Ca-
nnes”. En realidad, eso no se 
corresponde con mi estilo 
de vida. Quienes han traba-
jado conmigo y me conocen 
saben que no soy una per-
sona muy sociable, sino 
más bien familiar. Solía ce-
lebrar muy pocos actos, pe-
ro los que hice quise que 
gozaran de gran calidad. 
Por eso elegí Versalles. No 
es porque yo me crea Luis 
XIV sino porque los extran-
jeros, cuando visitan Fran-
cia, pasan por Versalles. Un 
acto de la alianza tenía que 
celebrarse en el lugar más 
prestigioso de Francia, co-
mo otras muchas empresas 
habían hecho antes. Se han 
utilizado esos dos eventos 
para presentarme como “un 
dictador codicioso”, pero 
esa descripción es infunda-
da si se analiza mi histo-
rial. No soy un dictador. 
Tomé decisiones, pero no 
lo hice solo, sin escuchar a 
la gente. Cuando estaba 
convencido de algo, lucha-
ba. Si se quiere ser eficien-
te, las decisiones deben ser 
vinculantes y deben ser 
ejecutadas. 
P. Hablemos de sus meses 
Cuando salí en libertad bajo 
fianza, cené una noche con un 
político de la oposición japonesa. 
Me dijo: “Acepte mis disculpas, 
porque no es tradición en Japón 
pagar con tanta maldad todo el 
bien que ha hecho por este país”.
“Quiero 
recuperar 
mi repu-
tación 
como el 
hombre 
que 
resucitó 
Nissan”
AL BORDE 
DEL SUICI-
DIO, PERO 
de altavoces? 
R. Lo que puedo decir es 
que obviamente cuando 
dejas Japón solo lo puedes 
hacer por mar y aire. Con-
sideré todas las opciones. 
Era una decisión tan vin-
culada a mi vida que fui yo 
el que tomó las resolucio-
nes. Estaba arriesgando 
mi vida y sabía el trata-
miento al que me enfrenta-
ría si era arrestado en ple-
na huida. 
P. Me pregunto si hubo al-
gún momento en la esca-
pada en el que llegó a pen-
sar que el plan hacía aguas. 
R. No. Hubo un momento 
de extrema tensión, pero 
nunca pensé que fuera a 
fracasar. Se ha hablado mu-
cho de la huida y ha habido 
muchas especulaciones. So-
lo puedo decir que fui yo 
quien sopesó los riesgos, 
quien conocía la situación 
y el que pulsó el botón de la 
escapada. Lo hice porque 
había perdido la esperanza 
de tener un juicio justo. 
Cuando llegué a la conclu-
sión de que por múltiples 
factores no tendría opción 
de un proceso independien-
te, puse en marcha la salida. 
El plan se preparó unas se-
manas antes de la huida. 
 
P. Hay aún muchas som-
bras sobre el episodio de la 
huida. ¿Cuándo sabremos 
toda la verdad? 
R. Cuando la gente que me 
ayudó esté fuera de peligro. 
 
P. Siete empleados de la 
compañía turca que propor-
cionó el avión de su huida se 
enfrentan a la justicia. Sobre 
Michael y Peter Taylor pesa 
CON LA LÍNEA DE AVALES, TU EMPRESA SIGUE ADELANTE
Trabajamos mirando al futuro
Líneas Avales COVID-19: juntos apoyamos a las empresas y autónomos para
impulsar su actividad y nuevos proyectos. Entre todos fomentamos la
recuperación, promoviendo la generación de empleo y el crecimiento
económico sostenible. 900 121 121 www.ico.es
S O L I C I T A E S T A L Í N E A
E N E N T I D A D E S F I N A N C I E R A S
NO MÁS 
ALLÁ
La hora de la 
verdad, de Carlos 
Ghosn y Philippe 
Riès, está publica-
do por Ediciones 
Camelot y saldrá a 
la venta el próximo 
18 de diciembre. 
11
CON LA LÍNEA DE AVALES, TU EMPRESA SIGUE ADELANTE
Trabajamos mirando al futuro
Líneas Avales COVID-19: juntos apoyamos a las empresas y autónomos para
impulsar su actividad y nuevos proyectos. Entre todos fomentamos la
recuperación, promoviendo la generación de empleo y el crecimiento
económico sostenible. 900 121 121 www.ico.es
S O L I C I T A E S T AL Í N E A
E N E N T I D A D E S F I N A N C I E R A S
la extradición a Japón por 
su implicación directa en la 
logística. ¿Se siente respon-
sable del destino de todos 
ellos? 
R. Todo este asunto es un 
completo tabú para mí 
porque no quiero ser res-
ponsable de ocasionar 
ningún perjuicio a estas 
personas. No voy a hacer 
comentarios. 
 
P. En el libro se define us-
ted como “un liberal inte-
grado y globalista”. ¿Popu-
lismo y nacionalismo han 
propinado una puñalada 
mortal a la globalización? 
R. No lo creo. Cualquier 
movimiento tiene su reac-
ción. El populismo y el na-
cionalismo se enfrentan a 
la globalización. Ambas 
tendencias han coexistido, 
con la una prevaleciendo 
sobre la otra durante un 
determinado periodo de 
tiempo, y viceversa. No me 
cabe duda de que vamos 
hacia una mayor globali-
zación. Empezamos como 
tribus y luego evoluciona-
mos hacia pequeños terri-
torios y de allí a países, 
continentes y el planeta. 
Que la humanidad se diri-
ja hacia la globalización 
no significa que sea un re-
corrido lineal. Siempre 
puede haber reveses y alti-
bajos y es lo que hemos 
visto últimamente. En mi 
opinión, la globalización 
está en nuestros genes, pe-
ro incluso ahora, cuando 
hay algunas reticencias, 
nadie se plantea regresar 
a su pueblo y esconderse 
tras sus muros. La gente 
quiere saber lo que sucede 
en el mundo y las compa-
ñías desean estar presen-
tes en un mercado global. 
 
P. ¿Cómo será el mundo 
pospandemia? 
R. Habrá muchas turbu-
lencias políticas, porque 
no hemos visto aún todas 
las consecuencias de la 
pandemia y serán muy im-
portantes. En cuanto a la 
industria automotriz, creo 
que la movilidad es una de 
las cinco necesidades bá-
sicas del ser humano. El 
sector tiene futuro, pero 
tendrá que cambiar y 
adaptarse. Soy muy opti-
mista sobre el futuro de 
una industria que debe 
apostar por los coches 
eléctricos y autónomos y 
que precisa de una visión 
no académica, muy pega-
da a la tierra. Los vencedo-
res serán aquellos que se-
pan prepararse para la 
transición con realismo y 
disciplina. 
 
P. El Líbano ha sido su re-
fugio desde principios de 
año. Ha sido un annus ho-
rribilis para el país, sumi-
do en una crisis política, 
económica y sanitaria re-
matada por la devastado-
ra explosión. ¿Se encamina 
hacia el Estado fallido? 
R. Está atravesando un 
periodo muy duro. Es todo 
muy incierto pero creo que 
el pueblo libanés tiene 
mucha resiliencia. Ha vivi-
do muchas crisis a lo largo 
de su historia y, si acudes 
a los datos, las ha supera-
do todas. Mi única preocu-
pación es cómo ayudar en 
un momento crucial de la 
vida de este país. 
 
P. ¿Ha recibido alguna 
oferta para entrar en polí-
tica? 
R. No quiero hacer ningún 
comentario a este respec-
to. Yo he dejado claro des-
de el día que llegué que no 
soy un político y que no lo 
seré nunca. No me intere-
sa. Cuando hace algunos 
años me pidieron que en-
trara en política, ya dije no. 
 
P. El método Ghosn ha si-
do estudiado y emulado. 
¿Sigue vigente? 
R. Por supuesto. Es un 
método que se ha demos-
trado eficaz durante mu-
chos años y en diferentes 
empresas. Quienes traba-
jan en gestión lo seguirán 
usando hasta que se vuel-
va obsoleto y aparezca al-
go nuevo. 
 
P. En el último año se le 
ha descrito como fugitivo. 
Otros han optado por pre-
sentarle como un héroe. 
¿Cómo se describe el pro-
pio Carlos Ghosn? 
R. Soy un rehén que ha si-
do liberado, que se liberó 
a sí mismo. Fui rehén de 
un sistema opresor, oscuro 
y brutal al que le preocupa 
que un país como Japón 
mantenga un sistema tan 
terrible mientras quiere 
jugar un papel de lideraz-
go en el siglo XXI. Yo amo 
Japón. Viví allí muchos 
años y no he cambiado mi 
percepción sobre el pueblo 
japonés y su cultura, pero 
es hora ya de que el país 
se deshaga de su lado más 
oscuro para ser capaz de 
avanzar hacia el ma-
ñana. 
12
estra 
tegias.
Daniel Lacalle es economista jefe de Tressis Gestión.
ha superado todas las expectativas en un reto aparente-
mente insuperable. Esta no es una crisis del capitalismo o 
del libre mercado. Gracias a ambos hemos evitado los 
efectos devastadores del cierre forzoso por decreto. Los 
mismos Gobiernos incapaces de prevenir y dar protocolos 
serios para contener la pandemia jamás deberían decidir a 
dónde debe ir la economía. Debemos estar alerta cuando se 
anima a “dirigir el mercado” y al Gran Reinicio. Suena a 
gloria para los políticos más intervencionistas que han 
llevado a sus países de crisis en crisis mientras culpaban a 
los mercados de sus errores. 
Es un riesgo enorme darle mayor poder económico del 
que ya tienen, que es mucho, a políticos que, cuando 
fracasan en sus planificaciones, culpan a otros y se 
presentan como la solución a los problemas que han 
creado. Es un error fatal darle poder de planificación y 
orientación a personas que jamás sufren las consecuencias 
de sus equivocaciones y que financian sus ensoñaciones 
dirigistas con el dinero de otros. 
El progreso no existe sin inversores que se jueguen su 
dinero y apuesten por la innovación y la tecnología, y la 
innovación no la promueven aquellos que se benefician de 
que nada cambie. El poder político no debe estar a cargo 
porque no tiene mejor información que el sector privado y, 
además, cargan sus errores a los ciudadanos con más 
impuestos. 
La expresión Gran Reinicio ya implica que unos líderes 
políticos y sus empresarios afines van a poder apretar el 
botón de parar y encender recordando al Gran Salto 
Adelante de la China comunista, que mató a decenas de 
millones de personas de hambre. Es, además, no entender 
que el progreso no viene de Gobiernos que encienden y 
paran en una cumbre, sino de abrir mercados, competir y 
fortalecer la innovación, pero también de permitir la 
destrucción creativa. No hay sostenibilidad sin rentabili-
dad ni progreso sin competencia y libre mercado. 
Muchos intervencionistas han acogido el Gran Reinicio 
como una oportunidad para “cancelar su deuda”. Todo 
suena irrelevante hasta que entendamos lo que realmente 
anuncian. Cancelar parte de su deuda significa cancelar 
gran parte de nuestros ahorros. La mayoría de los propo-
nentes de la Teoría Monetaria Moderna comienzan su 
premisa afirmando que los déficits del Gobierno se igualan 
con los ahorros de familias y sector privado… y detrás de 
la cancelación de los unos viene la supresión del ahorro de 
los otros. 
La tecnología, la competencia y 
los mercados abiertos hacen más 
por la sostenibilidad, el bienestar y 
el medio ambiente que los Gobier-
nos, porque incluso los que tienen 
mejores intenciones defienden a 
toda costa tres cosas que van en 
contra de los mensajes bieninten-
cionados del Foro: sus campeones 
nacionales, una inflación creciente 
y un mayor control de la economía. 
La mejor manera de asegurar que 
los Gobiernos y empresas afines 
no utilicen esta excusa para 
eliminar la libertad y los derechos 
individuales es promoviendo los 
mercados libres y una mayor competencia. Si queremos un 
mundo más sostenible, debemos defender políticas 
monetarias sólidas y regulación sencilla, no dirigismo. 
Siempre debemos preocuparnos por las ideas bienintencio-
nadas cuando los primeros en abrazarlas son los que están 
en contra de la libertad y la competencia. 
El Gran Reinicio pretende aprovechar la oportunidad que 
ofrece la crisis actual para “dar forma a la recuperación” y 
“ayudar a informar a todos aquellos que determinan el 
estado futuro de las relaciones mundiales, la dirección de 
las economías nacionales, las prioridades de las socieda-
des, la naturaleza de los modelos empresariales y la 
gestión de un patrimonio común 
mundial”. Así, el mundo debe 
adaptarse a la realidad actual 
“dirigiendo el mercado hacia 
resultados más justos […], asegu-
rando que las inversiones promue-
van objetivos compartidos, como la 
igualdad y la sostenibilidad [y] 
aprovechando las innovaciones de 
la Cuarta Revolución industrial 
para apoyar el bien público”. 
Estos objetivos soncompartidos 
por todos nosotros, y la realidad 
muestra que el sector privado ya 
está implementando estas ideas. 
La tecnología, las renovables y los 
planes de sostenibilidad prosperan 
a velocidad de vértigo. Las empresas se adaptan rápida-
mente, lideran el cambio y proporcionan mejores bienes y 
servicios a precios asequibles, logrando un progreso 
ambientales y de bienestar impensables si los Gobiernos 
estuvieran a cargo. 
El covid demuestra que el mundo ha escapado del riesgo 
de escasez e hiperinflación gracias a un sector privado que 
Es un riesgo 
enorme dar ma-
yor poder a po-
líticos que fi-
nancian sus en-
soñaciones diri-
gistas con dine-
ro ajeno y, cuan-
do fracasan, 
culpan a otro 
La deuda mundial alcanzará la cifra de 277 billones 
de dólares este año, según el Instituto de Finanzas 
Internacionales. Gran parte del aumento de 15 billo-
nes de dólares en un año proviene de las respuestas 
de Gobiernos y empresas a la pandemia. Sin embar-
go, la deuda global ya había alcanzado máximos en 
2019, a pesar de un ciclo expansivo más largo de lo 
habitual. Una gran parte es deuda no productiva. 
Los Gobiernos están usando el covid para perpe-
tuar gasto corriente y carga burocrática, que no ge-
nera rendimiento real, por lo que la deuda seguirá 
aumentando después de la pandemia, ya que la 
productividad alcanzada no bastará para reducir la 
carga financiera. Se esconde bajo el conveniente 
paraguas del covid lo que ya era un exceso moneta-
rio y fiscal. Y un problema de intervencionismo no 
se soluciona con más intervencionismo. Por eso de-
be preocuparnos el concepto de Gran Reinicio, para 
el que el Foro Económico ha presentado una guía.
Un peligro, 
más que una 
oportunidad
Libre 
albedrío.
El Foro Económico Mundial ha diseñado un 
plan para salir disparados de la crisis y lo ha 
bautizado como el Gran Reinicio. 
Por 
Daniel 
Lacalle 
MUTUACTIVOS, S.A.U MUTUACTIVOS, S.A.U, S.G.I.I.C. domicilio en Paseo de la Castellana, 33, registro CNMV 21.
Primera gestora independiente de cualquier grupo bancario.
¿Qué han hecho
sus ahorrosmientras
usted ahorraba?
Mutuactivos, la primera gestora independiente.
900 555 555
www.mutuactivos.com
Visite nuestras oficinas.
14
estra 
tegias.
Una de las escasas 
buenas noticias de la 
actual crisis es lo 
bien que ha funciona-
do internet. El confi-
namiento decretado 
para evitar los conta-
gios no nos ha aislado 
del todo. “La tecnolo-
gía ha servido de 
puente para mante-
nernos en contacto”, 
se felicitó María José 
Romero San José, di-
rectora de Comercio 
Electrónico y Expe-
riencia Digital de 
Minsait, la consultora 
tecnológica de Indra. 
“Pero, al mismo tiem-
po, se ha inducido un 
cambio en los hábitos 
de consumo” y ahora 
hay que ver cuáles se 
consolidan y “cuáles 
han servido para su-
perar la pandemia” y 
desaparecen con ella. 
Para debatir los 
cambios que ha traído 
este vertiginoso 2020 
y cómo afectan a los 
modelos de negocio, 
la energética Naturgy, 
Actualidad Económi-
ledora. “Hoy en día”, 
recordó Vecino, “los 
clientes tienen la últi-
ma palabra, te repu-
dian o te premian, y 
un episodio de repu-
dio tiene un eco muy 
amplio”. 
Hernández coincidió 
con Vecino en que “las 
marcas importan” y 
que la tecnología pue-
de ser un aliado a la 
hora de aumentar el 
nivel de compromiso, 
siempre que se esfuer-
cen por ser “más loca-
les, cercanas y útiles”. 
Esta utilidad no de-
be entenderse en el 
sentido más inmedia-
to, estrecho y perso-
nal. “Las grandes 
compañías”, dijo Veci-
no, “deben colaborar 
en la sostenibilidad 
del sistema. Tienen 
que subrayar los va-
lores esenciales de 
sus productos o servi-
cios, pero también lo 
que aportan a la so-
ciedad”. 
“Ante una emergen-
cia”, señaló en esta 
misma línea Monzó, 
“hay que hacer un es-
fuerzo por impulsar 
los mecanismos de 
acción social”. 
 
A LO GRANDE. Además 
de crisis, la palabra 
que más sonó en la 
mesa redonda fue 
oportunidad. Para Ve-
cino, una vez asumido 
que el cambio “se ha 
vuelto una necesi-
dad”, hay que aprove-
charlo y, en ese senti-
do, recordó que los 
140.000 millones que 
España va a recibir 
del programa Next 
Generation EU supo-
nen una ocasión his-
tórica, ya que “las in-
versiones que hay que 
acometer deben ser 
sostenibles y, además 
de generar actividad, 
permitirán mejorar a 
la sociedad”. 
“Hay motivos para 
pensar a lo grande”, 
concluyó Hernández. 
“Lo digital tiene me-
nos fronteras que lo 
físico y el covid nos 
ha enseñado que pue-
de operarse mucho 
más deprisa de lo que 
creíamos que éra-
mos capaces”. 
¿Cómo 
será la re-
lación con 
el cliente 
en el 
mundo 
poscovid? 
Los expertos coinciden en que 
ya nada volverá a ser lo mismo. 
“Hemos descubierto que pode- 
mos digitalizarnos mucho más 
rápido de lo que considerábamos 
que éramos capaces”, señalan. 
cidió Vecino, “y es de 
suponer que el con-
tacto con el cliente a 
través del canal digi-
tal perdurará, forzan-
do una prestación 
dual de servicios, si-
multáneamente pre-
sencial y a distancia”. 
¿Y cuál será el punto 
justo de equilibrio? 
En el caso concreto de 
Suez, Monzó explicó 
que durante la pande-
mia “se tomaron me-
didas para garantizar 
el servicio y acompa-
ñar a los clientes en 
medio de las limita-
ciones”. Ello comportó 
una transformación 
de su modelo, más 
multicanal, pero nun-
ca se alcanzará una 
virtualización del 
100%. “No todas las 
personas tienen el 
mismo nivel de digita-
lización”, alertó, y citó 
el caso concreto de 
“los mayores o los co-
lectivos vulnerables”. 
En el ámbito de la 
salud, López Acosta 
destacó también cómo 
la interacción con el 
cliente “ha cambiado 
radicalmente” en Sa-
nofi. Antes era casi ex-
clusivamente presen-
cial, pero ha habido 
que aprender a mante-
nerla “a través de múl-
tiples canales” y ello 
ha permitido poner 
por primera vez a 
prueba la telemedici-
na, con un resultado 
esperanzador. “Se ha 
confirmado que gene-
ra eficiencia y funcio-
na, lo que contribuirá 
a hacer sostenible el 
sistema sanitario en el 
futuro”, aunque la dis-
tancia física entrañe 
“un reto emocional”. 
Justamente ese vín-
culo emocional se re-
veló como otra de las 
claves de la nueva 
era. Vecino explicó 
que, en un entorno 
con poco contacto di-
recto, la marca cobra 
mayor relevancia. Se 
ha convertido en el 
“alma” de la relación 
con el consumidor y 
mantenerla viva re-
quiere un cuidado ex-
quisito, porque la ex-
periencia de una 
atención deficiente 
puede resultar demo-
ca y Expansión con-
vocaron el pasado 27 
de noviembre la mesa 
redonda “Clientes en 
el nuevo entorno: di-
gitalización y otros 
retos”, en la que, ade-
más de Romero San 
José, intervinieron 
Carlos Vecino, direc-
tor general de comer-
cialización de Na-
turgy; Isaac Hernán-
dez, responsable de 
Google Cloud; Marga-
rita López Acosta, di-
rectora general de la 
farmacéutica Sanofi, 
y María Monzó, di-
rectora de Clientes 
de la compañía de 
tratamiento de aguas 
Suez. 
Una constatación en 
la que todos coinci-
dieron fue el progreso 
en la digitalización. 
“Muchas innovacio-
nes tecnológicas lle-
vaban años disponi-
bles”, observó Monzó. 
“Solo faltaba la dis-
posición a usarlas”. 
La implantación de 
tendencias como el 
teletrabajo o el co-
mercio electrónico “se 
han acelerado”, coin-
TEXTO ALEJANDRO SANTOS
14
estra 
tegias.
Santander One.
Un nuevo modelo de banca hoy que se adapta a ti y a tu
empresa para ayudarte a superar retos tan únicos como
tú y personalizar tu relación con el banco.
Infórmate en tu oficina o en bancosantander.es
CADA RETO
REQUIERE
SU PROPIO
PLAN
“
“
La batalla de Bankinter 
contra Calviño tras ayu-
dar al emiratí preso que 
se forró en laTorre Foster
semanas antes, el propio Al 
Qubaisi había sido detenido en 
Abu Dhabi a petición de 
Estados Unidos por su cone-
xión con una estafa en el fondo 
soberano malayo 1MDB. Sus 
bienes quedaron embargados, 
pero seguía teniendo, entre 
otras propiedades, la opción de 
compra sobre la imponente 
Torre Foster, sede de Cepsa,en 
Madrid. La Audiencia Nacional 
señala que, “pese a lo anterior”, 
Bankinter “le admite como 
cliente y, a través de un crédito 
de 400 millones de euros, le 
facilita el acceso a fondos para 
ejecutar una opción de compra 
de un inmueble, en una opera-
ción ciertamente inusual y que 
suponía la automática transmi-
sión de la propiedad a un tercer 
comprador. Este dinero de otra 
forma difícilmente podría 
haberse obtenido en el sistema 
financiero debido al bloqueo de 
los fondos de su cliente ordena-
do por el Departamento de 
Justicia de Estados Unidos”. 
 Por si fuera poco (siempre 
según este relato de hechos), 
Bankinter engañó al propio 
La vicepresidenta en persona 
firma la sanción de 8,2 millones 
a Bankinter por dar un crédito 
puente al expresidente de 
Cepsa Khadem Al Qubaisi para 
que comprara a Bankia la Torre 
Foster de Madrid y la vendiera 
en minutos a Amancio Ortega. 
Por el camino, el emiratí se sacó 
93 millones de euros en un 
negocio redondo que Bankinter 
nunca debió facilitar, según la 
sanción de Calviño publicada 
en el Boletín Oficial del Estado 
el 18 de noviembre. 
 Los datos del expediente 
sancionador abierto en 2018 
por el Servicio de Prevención de 
Blanqueo de Capitales que ha 
concluido Calviño son escalo-
friantes. Los desveló la Audien-
cia Nacional el pasado octubre 
al rechazar un primer intento 
de Bankinter de frenar cautelar-
mente la sanción. Todo arranca 
el 29 de septiembre de 2016, 
cuando el consejo de adminis-
tración de Bankia, presidido 
por José Ignacio Goirigolzarri, 
aceptó materializar la opción de 
compra que había concedido al 
muy oscuro Al Qubaisi en 2013, 
al verificar que sus 397 millo-
nes los ponía Bankinter, una 
sociedad cotizada española. 
Ejecutó la compra la sociedad 
holandesa Muscari Property BV 
en representación de Al Qubaisi 
que, en minutos, la revendió a 
Pontegadea, el brazo inversor 
de Amancio Ortega, por 490 
millones. El citado botín de 93 
millones llegó en un suspiro. 
 Según la sentencia de la 
Audiencia Nacional, en el 
momento de los hechos, 
“Bankinter tenía conocimiento 
de la identidad del titular real 
de su cliente y también era 
conocedora de la situación en 
que este se encontraba (arresta-
do y con sus bienes y fondos 
embargados) por su presunta 
vinculación con delitos interna-
cionales de blanqueo de 
capitales, tras una estafa 
internacional de cantidades 
multimillonarias que estaba 
siendo investigada y había sido 
objeto de actuaciones judiciales 
por varios Gobiernos, tal y 
como constaba en diferentes 
fuentes consultadas”. En efecto, 
Sepblac cuando posteriormente 
investigó la operación. “Una vez 
requerida por el Sepblac para 
facilitar información sobre este 
cliente, la entidad comunicó la 
cancelación de las relaciones de 
negocio con tal cliente, infor-
mación que posteriormente 
resultó ser falsa [...] no solo no 
se produjo, sino que la entidad 
prosiguió realizando operacio-
nes con este cliente y en la 
misma cuenta, llegando 
a efectuar transferencias 
millonarias al exterior que 
nunca debió haber efectuado 
conforme a la ley”. 
 Bankinter, cuyo principal 
accionista es la sociedad 
Cartival de Jaime Botín, 
perpetró tres infracciones 
graves de la normativa sobre 
prevención del blanqueo de 
capitales, según Calviño. La 
primera, no haberse informado 
sobre el negocio que iba a hacer 
Al Qubaisi y comprobado su 
veracidad, por lo que la multa 
por 4,06 millones. La segunda, 
por no haber realizado “un 
examen especial” al turbio 
cliente ante los indicios de 
blanqueo, por lo que tiene que 
abonar 1, 08 millones adiciona-
les. Y la tercera, porque todo lo 
anterior debió llevar al banco a 
“abstenerse de ejecución” de la 
operación, lo que le supone 
otros 3,06 millones de sanción. 
Aunque no es disuasoria ni 
aplica la máxima multa posible 
en la ley, hay que reconocer que 
es difícil hallar precedentes en 
el Sepblac de tamaña sanción. 
 Bankinter acata y pagará, 
pero ha decidido mantener la 
batalla ante la Sala de lo 
Contencioso-Administrativo 
de la Audiencia Nacional para 
que tumbe y anule la sanción 
de la vicepresidenta. “Se 
demostrará ante la Audiencia 
Nacional que la intervención 
de Bankinter fue en este 
asunto absolutamente trans-
parente y acorde a la normati-
va vigente y a la diligencia 
debida”, dicen en Bankinter. 
Argumentan que “en ningún 
momento se pone en cuestión 
el origen lícito de los fondos, 
condición sine qua non para 
que pueda existir riesgo de 
blanqueo, pues estos proce-
dían de un gran inversor 
español”, en alusión a Ortega. 
La Audiencia Nacional apunta 
que no hace falta que fuera 
ilícito el dinero para que haya 
incumplimiento la normativa 
antiblanqueo. 
 En todo caso, Bankinter 
resalta que fue Bankia quien 
había concedido a Al Qubaisi 
la opción de compra. “El titular 
de la misma no tenía ninguna 
limitación para el ejercicio de 
dicha opción, que fue autoriza-
da por quien la había concedi-
do sin que Bankinter tuviera 
nada que ver en ello”. Según su 
versión, “Bankinter se limitó a 
otorgar una financiación, sin 
riesgo crediticio alguno, pues 
estaba realizada con plenas 
garantías y en donde el origen 
y destino de los fondos estaba 
plenamente acreditado y 
analizado”. 
 La justicia decidirá, pero la 
vicepresidenta acierta en que 
el episodio es impresentable y 
no solo para Bankinter. En 
2019, Al Qubaisi fue condena-
do a 15 años de prisión por 
robo al fondo malayo y duele 
que este sujeto se haya queda-
do con 93 millones que 
habrían venido bien al banco 
controlado por el Estado. En 
Bankia alegan que cuando se 
le dio la opción de compra a Al 
Qubaisi en 2013, nadie (ni 
Ortega) hizo una oferta mejor. 
Las crisis atraen, entre otras 
calamidades, a los más 
desaprensivos. 
La que puede constituir una de las operaciones más sucias en el corazón de Madrid enfrenta en los 
tribunales a uno de los principales bancos del país con la vicepresidenta del Gobierno en una 
historia increíble en la que un ladrón emiratí se forró con un edificio de Bankia que compró Ortega.
Por 
Carlos 
Segovia
El condenado en 2019 por robo a un 
fondo malayo ya apuntó irregularida-
des en 2013, cuando consiguió que 
Bankia le diera una opción de compra 
sobre la Torre Foster. Khadem Al-
Qubaisi dirigía entonces Cepsa para 
el fondo de su país emiratí IPIC y 
buscaba el negocio de comprar el 
edificio que iba a alquilar a la petrole-
ra propiedad de Emiratos Árabes.
Dirigía Cepsa 
y compró el edifi- 
cio para alquilarlo 
a la petrolera 
Bankinter afirma que ganará el plei-
to en la Audiencia Nacional para 
anular los 8,2 millones de multa que 
le ha impuesto la vicepresidenta
‘‘
Contra
Opa
16
18
bol 
sillo.
nencialmente; actualmente 
hay unas 2.000 en más de 
16.000 mercados de todo el 
mundo”. El pasado martes, 
solo medio año después, el 
listado en vivo de inves-
ting.com incluía más de 
4.000. 
Grobys y Sapkota explican 
que las principales ventajas 
de las criptomonedas son “la 
transparencia y la accesibi-
lidad 24 horas al día. Todas 
las transacciones se graban 
en el libro de contabilidad 
abierto y público llamado 
blockchain”, un tipo de pro-
grama informático cuya téc-
La del coronavirus no fue la 
única pandemia predicha 
por Bill Gates. Hace seis 
años, el fundador de Micro-
soft vaticinó que “el futuro 
del dinero es la moneda di-
gital”. El pasado mayo, los 
profesores 
Klaus Grobys 
y Niranjan 
Sapkota constataron en la 
revista académica Applied 
Economics que, “desde el 
advenimiento del bitcóin, la 
primera criptomoneda en 
circulación [desde 2009], el 
número de criptomonedas 
se ha incrementado expo-
bol 
sillo.
Burbuja 
de cripto-
calderilla 
dónde, cómo y, sobre todo, cuánto le va a costar
El auge del bitcóin como valor 
refugio, el desarrollo de la tec-
nología blockchain y la moda 
de las finanzas descentraliza-
das están calentando las divi-
sas electrónicas a niveles que 
recuerdan a la fiebre punto-
com, de infausta memoria. 
mo posible valor refugio,que puede arrastrar a otras 
criptodivisas, a menudo sin 
fundamento; en segundo lu-
gar, el desarrollo de la tecno-
logía blockchain en muchas 
industrias, y por último, la 
emergencia de las finanzas 
descentralizadas, aplicacio-
nes financieras construidas 
sobre plataformas como 
Ethereum”. 
 
EL GRANO Y LA PAJA. Este 
océano ahora tan bullicioso 
admite, en su abisal profun-
didad, prácticamente de to-
do. Desde tendencias políti-
nica criptográfica descen-
tralizada impide alterar los 
flujos de información que se 
van acumulando en un ar-
chivo. Como explica Eloi No-
ya, director del programa de 
innovación tecnológica en 
España de la Asociación Eu-
ropea de Asesores Financie-
ros (EFPA), “el precio de cada 
criptomoneda responde a 
las expectativas que los in-
versores depositan, tanto en 
la tecnología blockchain en 
general, como, sobre todo, 
en el proyecto en particular 
que representa cada cripto-
moneda”. 
Y aquí llega el gran pero: 
“Estamos ante una inver-
sión extremadamente volá-
til. Muchísimos de estos 
proyectos no prosperarán y 
el valor de esas criptomone-
das será nulo. El inversor 
debe ser consciente del 
enorme riesgo. En la mayo-
ría de los casos se podría 
perder toda lo invertido y, sí, 
en algunos pocos habrá re-
valorizaciones importantes, 
pero será un porcentaje re-
ducido, a semejanza de lo 
que pasó a finales del siglo 
XX con las inversiones de 
las primeras startups de in-
ternet”. 
Si es así, estamos en la 
cresta de una burbuja. “En 
estos últimos meses hemos 
vivido el auge de muchas 
criptomonedas, empujadas 
por diversos motivos. Por un 
lado, el papel del bitcóin co-
 POR ÁNGEL PEÑA
cas, como la moneda Presi-
dent Trump, al obvio Sex-
coin. Pero la propuesta más 
significativa, y honesta, qui-
zá sea la de cierto creativo 
de las finanzas con un ángu-
lo analítico más bien obli-
cuo (o sea, un cachondo), que 
ha llamado a su criptomo-
neda Bubble, o sea, Burbuja. 
Los expertos intentan se-
parar el grano de tanta paja. 
Según Noya, “por volumen de 
capitalización y transaccio-
nado, la principal es obvia-
mente Bitcoin. Después tene-
mos criptomonedas de pro-
yectos o plataformas que ya 
tienen una implantación im-
portante y un mínimo de 
cinco años de existencia, co-
mo Ether, de la plataforma 
Ethereum, sobre la que se 
programan la mayoría de los 
contratos inteligentes [au-
toejecutables cuando se 
cumplen unas condiciones 
específicas]; XRP, el token 
[denominación técnica de la 
criptomoneda, se puede con-
siderar sinónimo a efectos 
financieros] de Ripple, la 
plataforma que facilita las 
transferencias internaciona-
les de los bancos; LTC, de Li-
tecoin; ADA, de Cardano, o 
XLM de Stellar, una web es-
pecializada en pagos”. 
Otro bloque interesante lo 
forman las “ligadas al fenó-
meno de las finanzas des-
centralizadas o DeFi, que es-
tán incrementando mucho 
su contratación y precio en 
este último año, como 
Chainlink, Maker, Com-
pound o Uniswap. Y no pode-
mos olvidar que hay cripto-
monedas que están ligadas 
al precio de una moneda fiat 
[respaldada por un Estado], 
como el dólar; se las llama 
stablecoins, y su precio se 
mantiene firme, por lo que 
no son objeto de inversión; 
entre ellas están Tether, DAI 
o la nueva Diem (la antigua 
libra de Facebook)”. 
Noya cree que, cuando la 
cosa se calme, “ciertas crip-
tomonedas acabarán te-
niendo valor porque la tec-
nología blockchain y las fi-
nanzas descentralizadas 
irán implantándose”. Pero 
ya están empezando a mos-
trarse útiles. En un artículo 
académico en The Review of 
Financial Studies, Sabrina 
Howell, Marina Niessner y 
David Yermack analizan la 
emergencia de “ofertas ini-
ciales de moneda” (ICO, por 
sus siglas en inglés) como 
“un nuevo mecanismo para 
19
la financiación del empren-
dimiento”, y trazan su para-
lelismo con las ofertas pú-
blicas iniciales, el capital 
riesgo y el ya consolidado 
crowdfunding. 
Grobys y Sapkota también 
se explayan en la cruz de la 
criptomoneda. Entre sus 
riesgos señalan la posibili-
dad de ser pirateados y el 
uso de su anonimato por 
muchos criminales. No ayu-
da que un simpático finan-
ciero haya bautizado a su 
moneda como Evil (Mal). Pe-
ro el verdadero talón de 
Aquiles es la volatilidad. Se-
gún Grobys y Sapkota, de to-
das las criptomonedas lan-
zadas antes del 31 de di-
ciembre de 2014, el 59% ha-
bían entrado en suspensión 
de pagos a finales de 2018. 
INFLAR Y TIRAR. Para el co-
mún de los inversores, “que 
disponen de un máximo de 
100.000 euros para invertir”, 
Noya aconseja “no destinar 
nunca más del 5% de su pa-
trimonio líquido a estas in-
versiones, por el enorme 
riesgo de perderlo todo. 
Dentro de ese 5%, además, 
habría que diversificar entre 
varias divisas y priorizar 
aquellas que tienen un pro-
yecto tecnológico con cierto 
recorrido, en especial el bit-
cóin, que ha demostrado, 
pese a su enorme volatili-
dad, una tendencia creciente 
a largo plazo”. Además, es 
imprescindible “informarse 
de qué hay detrás de cada 
criptomoneda y cómo se es-
tá desarrollando la platafor-
ma o proyecto que la sopor-
ta, y no invertir nunca por 
comentarios o rumores de 
personas sin conocimiento”. 
Tampoco es aconsejable es-
pecular “con una visión de 
corto plazo. La gran volatili-
dad es un atractivo para 
muchos inversores poco ex-
perimentados, pero a la vez, 
un enorme peligro”. 
La tentación es fuerte, pe-
ro siempre hay alguien más 
listo. En un artículo en la 
Social Science Research 
Network, Tao Li, Donghwa 
Shin y Baolian Wang advier-
ten de que la técnica del 
“pump-and-dump” [inflar y 
tirar] se está generalizando 
en estos mercados. Un 
abrupto subidón artificial 
cual cebo listo para ser al-
zado fuera del agua en 
cuanto piquen algunos in-
cautos. Así que no se fíe. Y si 
ese allegado que tanto apre-
cia en las cenas de Navidad 
no puede dejar de hablar, 
anímele a crear su propia 
moneda. Nadie ha acu-
ñado todavía el… 
BITCOIN ETHEREUM XRP TETHER LITECOIN
CHAINLINK BITCOIN CASH CARDONA POLKADOT BINANCE COIN
STELLAR BITCOIN SV USD COIN EOS WAPPED BITCOIN
MONERO TRON NEM TEZOS CRYPTO.COM COIN
FILECOIN UNUS SED LEO NEO COSMOS VECHAIN
EL FUTURO 
DORADO 
DEL BITCÓIN 
El bitcóin lidera la 
carrera por batir 
al oro como valor 
refugio (ver 
gráfico en la 
página anterior). 
“Nacido con una 
política monetaria 
deflacionista, su 
protocolo tiene 
programado que 
habrá un máximo 
de 21 millones de 
bitcoines, de los 
que ya se han 
minado casi 19, 
con un paradig-
ma de descentra-
lización y 
mecanismos muy 
potentes de 
seguridad”, dice 
Noya. Todo ello le 
va dando un 
atractivo dorado 
“como valor 
refugio contra las 
políticas moneta-
rias expansivas 
que acaban 
depreciando las 
monedas de uso 
corriente”. 
21
constantes y no trabajaba nunca. Habré dicho 1.000 veces 
en mi vida la frase: “Se puede trabajar desde cualquier lu-
gar del mundo, solo necesitas una conexión a internet y 
un ordenador”. Ahora ya empiezan a creerme y, una vez 
entendida la premisa, muchos han decidido moverse. Al-
gunos, que hace años eran esclavos de un despacho, eligen 
ahora dónde quieren vivir y, por ende, desarrollar su ca-
rrera, y este movimiento va a suponer una auténtica sacu-
dida para la organización de las ciudades, tal y como es-
taban diseñadas. 
La bolsa tiene tres variables imprescindibles que la ha-
cen atractiva para su desarrollo como fuente de ingresos 
adicional a la carrera y como profesión exclusiva. La pri-
mera es la ya mencionada la movilidad: la posibilidad de 
trabajar desde cualquier rincón del planeta, sin necesidad 
de un espacio físico concreto. La segunda es la posibili-
dad de rotar el capital debido a la gran liquidez del mer-
cado. Esto significa que no hay que pensar constantemen-
te en el apalancamiento en la renta variable, sino que hay 
que interiorizar la rotación de capital. Un inversor que 
realiza tres operaciones de compra y tres operaciones de 
venta con 10.000 euros, es decir, su capital sin necesidad 
de apalancarse (comprar conmás dinero que el que uno 
tiene), podría negociar un total de 7,2 millones de euros de 
compra y otros tanto de venta. Este es el gran objetivo de 
cualquier persona que quiera hacer operaciones intradía 
(comprar y vender el mismo día): tener los herramientas 
suficientes para poder desarrollar esta técnica y crecer 
ordenadamente y, ante todo, controlando el riesgo en todo 
momento. La tercera variable imprescindible y que ofrece 
una gran ventaja para operar en bolsa es el absoluto con-
trol de los costes fijos pues, para ser profesional de esto, 
no hace falta estructura; como mucho, sus costes fijos 
mensuales para operar serán de 
150 euros, ya que si no se opera, el 
bróker no cobrará comisión extra, 
lo cual, como hemos comentado va-
rias veces, nos genera la tranquili-
dad de seleccionar muy bien en ba-
se a nuestro método cuándo es una 
buena opción realizar operaciones 
y cuándo no hacer nada de nada. La 
productividad, la otra gran lección 
aportada por este cambio de hábito 
profesional, está maximizada en la 
renta variable: aprenda a no ha-
cer nada. 
pero no tanto el inicio de 2021. Uno de los días coincidí 
con un colega que también estaba de vacaciones en las is-
las. Llevaba años viviendo en Manhattan y había regresa-
do a Barcelona, porque no creía que Nueva York recupera-
ra la normalidad hasta 2024, y le había sorprendido el 
cambio experimentado por la Ciudad Condal. No se expli-
caba cómo había perdido su antigua efervescencia. “Si an-
tes a la gente le encantaba vivir aquí, ¿por qué no ahora?”, 
se preguntaba. 
Dejando de lado los asuntos políticos, en los que no va-
mos a entrar aquí, no cayó en un hecho que va a transfor-
mar los hábitos profesionales y formas de vidas de mu-
chas personas: la movilidad. Antes se intentaba optimizar 
la matriz “lugar donde vivir/trabajo a realizar”, y mucha 
gente consideraba, con razón, que 
Barcelona era una de las ciudades 
del mundo que mejor optimizaba 
esa matriz. Pero ahora todo ha 
cambiado. No hace falta estar en 
un espacio concreto y le comenta-
ba a mi colega que yo nunca he te-
nido ni horarios que cumplir ni ofi-
cina a la que acudir. De hecho, 
siempre he tenido auténticos pro-
blemas con esta variable, pues co-
mo operaba en bolsa desde cual-
quier lugar, mis alumnos enten-
dían que estaba de vacaciones 
El covid su-
pone una au-
téntica sacu-
dida para la 
organización 
de las ciuda-
des tal y co-
mo las cono-
cíamos 
Estos días de vacaciones he aprovechado para visi-
tar las Canarias, unas islas que nada tienen que envi-
diar a Hawai. He estado compitiendo allí en cuatro 
ocasiones y las conozco todas (excepto la Gracio-
sa) a la perfección. Al llegar al hotel, el director me 
comentó preocupado que, hace 12 meses, el sector 
vivía una de las mejores temporadas de la historia. 
Ahora, de los 460 hoteles del sur de Tenerife, solo 
70 estaban abiertos. Veía diciembre con optimismo,
La 
nueva 
matriz
Por 
Josef 
Ajram 
Stop 
loss.
Antes a la gente le encantaba vivir en 
Barcelona. ¿Por qué no ahora? No es 
solo un problema político… 
Ubicación privilegiada muy cerca de la que será la estación
central de Barcelona que se está construyendo en La Sagrera.
www.barcelonasagrera.com
Concurso para la venta de una finca de uso residencial de protección
oficial de precio concertado junto a la estación de La Sagrera en Barcelona
Superficie del solar 3.790 m2
Edificabilidad total máxima 19.819 m2
Edificabilidad máxima vivienda protegida 16.597 m2
Edificabilidad uso comercial/terciario 3.222 m2
Número máximo de viviendas 207
Precio (cargas urbanísticas no incluidas) 11.086.919,91 €
22
ma 
cro.
del tipo de interés a la guerra comercial.
ma 
cro.para inver sores Kirchner no quiere imprimir un billete de 10.000 pesos porque evidenciaría el caos monetario, pero si llevara la cara de Maradona podría pa-sar por un homenaje al astro. 
La última 
asistencia 
del Pelusa
23
La historia es vieja en 
un país que cerró 2019 
con una inflación del 
55% y que se encamina a 
un año similar en 2020: 
solo en octubre la infla-
ción fue del 3,8% men-
sual. A lo largo de sus 
ocho años de gobierno, y 
pese a la fuerte infla-
ción, Cristina Kirchner 
no quiso emitir billetes 
superiores a 100 pesos. 
Sí lo hizo Mauricio Ma-
cri, que lanzó los de 200, 
500 y 1.000 cuando los 
cajeros automáticos y 
los transportadores de 
Cuando los argentinos 
sacan del bolsillo un bi-
llete de 1.000 pesos, en 
realidad están sacando 
seis euros. Lo llamativo 
es que esos seis euros 
son lo máxi-
mo a lo que 
pueden as-
pirar hoy, porque no hay 
billete mayor que el de 
1.000 pesos. El Gobierno 
no quiere emitir billetes 
de 5.000 o 10.000. ¿La ra-
zón? “Entienden que se-
ría reconocer la infla-
ción”, argumen-
ta la prensa local. Y nadie 
en el Gobierno desmiente 
esa explicación, que se 
mueve entre lo infantil y 
lo poco serio. 
millones por fabricar 400 
millones de billetes. Am-
bos pedidos fueron de ur-
gencia, porque es tradi-
ción que, para fin de año 
y cuando los argentinos 
inician sus vacaciones en 
el verano austral, los ca-
jeros se queden sin bille-
tes. Eso, en un país adic-
to al efectivo, desespera-
do por cambiar sus pesos 
a dólares y con un 40% de 
su actividad sumergida, 
es un problema serio. 
La historia pudo ser di-
ferente, porque la solu-
ción está al alcance de 
las manos, según reveló 
La Nación a mediados de 
2020. El Banco Central 
tenía todo listo para or-
denar la fabricación de 
billetes de 5.000 pesos: 
“Casa de Moneda, la fa-
bricante, ya había com-
prado el papel, las tintas, 
definido su diseño y co-
menzado con las prue-
bas”. La producción de 
billetes de mayor deno-
minación terminaría con 
todos los problemas lo-
gísticos del devaluado 
peso argentino. 
¿Qué sucedió? La pren-
sa reveló que se estaba 
por lanzar un billete de 
5.000 pesos, el Gobierno 
lo negó pese a la abun-
dante documentación del 
banco central que confir-
maba el hecho y el asunto 
quedó en nada. ¿Será di-
ferente con un eventual 
billete con el rostro de 
Maradona? 
El economista Fausto 
Spotorno declaró a La 
Nación que sería un muy 
buen negocio emitir bi-
lletes de 10.000 pesos en 
homenaje al exjugador 
del Barcelona y el Nápo-
les. “Significaría casi un 
negocio para el Gobierno 
si se hace un billete de 
Maradona. Si en el mun-
do hay 100 millones de 
personas que quieren 
guardar un billete como 
un hecho numismático, 
esto podría ser un nego-
cio. Si se saca una tirada 
limitada, ese billete no 
tendría ningún impacto 
en la economía. Sería un 
billete coleccionable en 
el extranjero con circula-
ción real en el país. Pero 
los Gobiernos siempre 
tienen miedo de emitir un 
billete que sea grande, 
porque refleja la in-
flación”. 
caudales bordeaban el 
colapso. Pero ahora, con 
Fernández, la historia 
vuelve a ser la de antes: 
nada de emitir billetes 
nuevos, no sea cosa de 
que los argenti-
nos caigan en la 
cuenta de que vi-
ven en un país con alta 
inflación. 
La novedad es que esta 
vez fue Diego Maradona 
el que puso a los argen-
tinos y al Ejecutivo fren-
te al espejo. 
La muerte del campeón 
mundial de México 86 
desató infinitas reaccio-
nes. Una de ellas, una 
campaña en change.org 
para que la Casa de la 
Moneda emita un billete 
de 10.000 pesos (60 eu-
ros) con el rostro del as-
tro del balón. 
Son casi 20.000 perso-
nas las que firmaron la 
petición, aunque la re-
percusión de la iniciati-
va tuvo un impacto me-
diático mucho mayor. El 
billete de mayor circula-
ción hoy en el país es el 
de 100 pesos, que equi-
vale a 60 céntimos de eu-
ros. Al valer tan poco la 
moneda, los pagos en 
efectivo se hacen entre 
farragosos y peligrosos 
(¿cómo disimular cente-
nares de billetes en el 
bolsillo?), los cajeros au-
tomáticos sufren desper-
fectos con frecuencia, los 
camiones de caudales 
tienen mucha menos ca-
pacidad de transporte y 
la Casa de la Moneda no 
da abasto. 
Así, Argentina paga mi-
llones de dólares por im-
primir billetes de 1.000 
pesos en Brasil y Espa-
ña, porquesu propia ca-
pacidad de fabricar bi-
lletes está superada: la 
principal herramienta de 
la Administración ante 
la pandemia fue impri-
mir dinero a un ritmo in-
tenso. Se sabe que eso 
suele terminar en una 
espiral inflacionaria, pe-
ro la alternativa era no 
poder financiar al Esta-
do. Sin crédito externo y 
agotada la capacidad de 
recaudación fiscal, im-
primir pesos, cual bille-
tes del Monopoly, es la 
vía. Entre tanto, la bre-
cha entre el valor del dó-
lar oficial y el del merca-
do negro supera el 80%, 
reflejo de las tensiones 
inflacionarias y la falta 
de confianza en la mone-
da y la dirección econó-
mica del Gobierno pero-
nista. 
 
ADICCIÓN. Esos eternos 
problemas argentinos 
se convierten en un 
buen negocio para mu-
chos, dentro y fuera del 
país. Para la Real Casa 
de la Moneda española, 
por ejemplo, que cobrará 
21,5 millones de dólares 
por imprimir 170 millo-
nes de billetes de 1.000. 
La de Brasil, que aparen-
temente ofrece una cali-
dad inferior, recibirá 20,6 
POR SEBASTIÁN FEST ILUSTRACIÓN RODRIGO SERNA 
24
ma 
cro.
Ignacio de la Torre es economista jefe de Arcano Economic Research. 
su voluntad económica o política a la minoría. Por eso el 
ADN de muchos movimientos democráticos del siglo XIX 
defendía al más débil. 
Lo asombroso es que en la actualidad la democracia 
protege económicamente al fuerte sobre el débil. Y el débil 
es, en mi opinión, la juventud. Paradójicamente, muchos de 
los movimientos aludidos en el párrafo anterior defienden 
hoy con sus acciones al más fuerte. Dejo a los politólogos 
analizar los motivos sociológicos de esta preocupante 
deriva. Yo me centro en los económicos. 
Primero, aunque los jóvenes se han educado en un 
entorno de prosperidad mayor que el de sus padres, su 
percepción sobre su progresión es claramente distinta. La 
“regla de 72” nos permite calcular cuántos años necesita 
una generación para duplicar el nivel de vida de sus 
padres, dividiendo 72 por dicho crecimiento. Si la renta per 
cápita sube un 7,2% al año, tardaremos 10 años. Si sube un 
1%, 72 años. Nuestros padres, partiendo de una base más 
baja, progresaban mucho más rápidamente. Las políticas 
estructurales, que permitirían un mayor crecimiento per 
cápita, no se abordan, porque no generan réditos electora-
les en el corto plazo. 
Segundo, el régimen laboral que consagramos supone 
una dualidad entre los que se benefician de un contrato 
indefinido y los que sufren un contrato temporal por 
causas no deseadas. No es de extrañar que los últimos se 
den especialmente entre la gente joven. La temporalidad 
supone una escasa inversión de las empresas en la 
formación de estos empleados, lo que redunda en una 
menor productividad, lo que a su vez supone un salario 
más reducido. Por si fuera poco, la diferencia en costes y 
condiciones de despido supone que los temporales, o sea, 
los jóvenes, son los primeros en salir en momentos de 
ajuste, lo que explica que el paro incida especialmente 
entre ellos. ¿Por qué esta situación no cambia? Porque 
por cada voto con contrato temporal hay más de seis con 
indefinido. 
Tercero, el estado social, construido sobre gastos relevan-
tes en pensiones, sanidad y educación, tiene que afrontar 
sus decisiones cuando toca recortar. La reciente crisis nos 
muestra cómo el ajuste per cápita neto de inflación se 
centra especialmente en el tercer concepto, el más relevante 
para los jóvenes; algo menos en el intermedio, más impor-
tante para los mayores, y prácticamente nada en el prime-
ro. El motivo es claro: los niños no votan, y los jóvenes 
representan la mitad de votos que los jubilados. 
Cuarto, desde la década de los 70, cuando no se acomoda 
una relación entre ingresos y gastos se soluciona siempre 
por la vía del déficit y, por lo tanto, de la deuda que deja-
mos a futuro, que ha ascendido desde menos de un 15% del 
PIB en esos años hasta casi el 120% en la actualidad. La 
deuda pública tiene que ser atendida con intereses que 
drenan la capacidad para gastar en otras partidas, como 
educación, y el principal deberán atenderlo jóvenes y niños 
que poco o nada tuvieron que opinar sobre las decisiones 
que llevaron a tan monstruosos niveles de deuda. 
En conjunto, se trata de un problema de filosofía moral: 
¿nos parece razonable legar a nuestros hijos una herencia 
en la que los pasivos superan a los activos, con rentas 
negativas que hay que atender y dejándoles trabajos en 
condiciones miserables? En mi opinión, si queremos 
preservar nuestra exitosa democracia tenemos que debatir 
y establecer una opción preferencial por los jóvenes que 
implique renuncias de los poderosos al menos en los 
cuatro puntos aquí debatidos, ya que, cuando se separa 
filosofía moral y economía, el resultante no solo es injusto, 
sino peligroso para todos. 
las democracias no luchan entre sí, de lo que se despren-
de que el auge de la democracia ha ido parejo a las 
décadas más pacíficas en mucho tiempo en nuestro 
planeta, a juzgar por los fallecidos en conflictos bélicos 
por cada millón de habitantes. Entonces, ¿es esencial la 
democracia? 
Si respondemos a esta pregunta de una forma estática, 
la respuesta es un rotundo sí. Sin embargo, si intenta-
mos responderla con un análisis dinámico poblacional, 
entonces la respuesta es diferente. Como la investiga-
ción de la Universidad de Cambridge ha mostrado, la 
proporción de personas que responden sí a la pregunta 
es abrumadora entre las personas nacidas en la década 
de los 50 y preponderante en las personas nacidas en los 
60. Sin embargo, entre los nacidos en los años 70 y 80 el 
apoyo es cada vez menor (ver gráfico inferior). Por lo 
tanto, el referido análisis dinámico concluiría con un “sí, 
pero cada vez menos”. 
Obviamente, si estamos de acuerdo con que la demo-
cracia es el sistema político que más prosperidad y 
satisfacción proporciona a sus habitantes, conviene 
analizar por qué su apoyo está cayendo continuamente 
entre los más jóvenes, tanto en Europa como especial-
mente en Estados Unidos. En mi opinión, la respuesta a 
esta pregunta tiene mucho que ver en cómo la democra-
cia trata a los más débiles, y la identificación sobre cuál 
es el grupo más vulnerable en la actualidad. 
El origen de la democracia no solo se basa en proporcio-
nar al pueblo la última instancia sobre la soberanía y el 
poder. También en la protección del más débil. Una 
constitución democrática tendrá por lo tanto en cuenta 
ambos preceptos, estableciendo protecciones para que 
una exigua mayoría no pueda limitar derechos ni imponer 
No estamos 
tratando a 
los jóvenes 
como se me-
recen, y esto 
no solo es 
injusto, sino 
peligroso 
A muchos de nosotros nos sorprenderá una 
pregunta como la que abre esta columna. ¿Qué 
sentido tiene cuestionar la idoneidad de la de-
mocracia? A fin de cuentas, las democracias 
generan más prosperidad, felicidad, libertad y 
longevidad para sus habitantes que otros mo-
delos políticos, tal y como la investigación aca-
démica ha demostrado continuamente. Además,
 
¿Es 
esencial la 
democracia?
Reflexiones 
arcanas.
Por 
Ignacio 
de la Torre
Hoy en día, más del 95 %de los compradores bus-ca su vivienda por inter-net en primera instancia,e internet es la base delmodelo de negocio de
SAFT I , en el que prescinden de oficinas
físicas para centrar todos esos recursos
en la digitalización de sus procesos. Su
modelo económico obtiene el rendi-
miento de su perfecta adaptación a los
retos actuales de la digitalización, y per-
mite una práctica inmobiliaria adaptada
al mundo actual y del futuro.
¿Y qué tal funciona el método S A F TI en
Españ a?
Hasta hace muy poco, en España, el
sector inmobiliario no se concebía sin la
existencia de agencias físicas. Sin embar-
go, SAFT I da un paso más allá en el mode-
lo, prescindiendo de oficinas y otro tipo de
gastos para centrar los esfuerzos financie-
ros en una serie de herramientas más ne-
cesarias. Y la prueba está en que funciona.
SAFT I llegó a España en 201 8, trayen-
do las buenas

Otros materiales

Otros materiales