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Dr. Vladimir Sejas Clasificación de artritis por microcristales • Gota (cristales de urato monosódico). • Condrocalcinosis (cristales de pirofosfato cálcico dihidratado). • Otras. Artropatía por cristales de hidroxiapatita. Artropatía por cristales de oxalato cálcico. Hiperuricemia y gota Con el término “gota” se designan las manifestaciones clínicas producidas por el depósito de cristales de urato monosódico (UMS) sobre todo en la cavidad articular, pero también en otros tejidos. Se denomina hiperuricemia a la concentración de ácido úrico en plasma a partir de la que éste se satura y, por tanto, puede precipitar en los tejidos; esto ocurre a partir de concentraciones de 7 mg/dl. Sólo un pequeño porcentaje de individuos con hiperuricemia padecen gota. Cuanto mayores niveles de ácido úrico, más probabilidades de desarrollar gota. Etiología de la hiperuricemia Los niveles séricos de ácido úrico aumentan por dos posibles mecanismos: aumento de la síntesis y disminución de la excreción renal, que es el mecanismo más común. A. Síntesis de urato aumentada. Representa el 10% de las causas de hiperuricemia: • Hiperuricemia por aumento del catabolismo de purinas. Se observa cuando hay un aumento de recambio/destrucción celular. • Dieta, que es también una fuente de purinas que se pueden metabolizar a ácido úrico. • Defectos hereditarios enzimáticos (causa extremadamente infrecuente de hiperuricemia) B. Hiperuricemia por defecto de excreción renal de ácido úrico. Representa el 90% de las causas de hiperuricemia. La excreción renal de ácido úrico es compleja, ya que, tras filtrarse en el glomérulo, el ácido úrico es en gran parte reabsorbido por el túbulo, secretándose de nuevo distalmente; el ácido úrico que llega a las vías excretoras resulta por tanto del equilibrio entre la filtración glomerular, la reabsorción tubular y la secreción posreabsortiva. C. Mecanismos combinados Alcohol. Produce hiperuricemia por ambos mecanismos, aumenta la síntesis de uratos y puede causar hiperlactacidemia que bloquea la secreción de ácido úrico. Manifestaciones clínicas Sólo el 10% de los pacientes con hiperuricemia desarrollarán manifestaciones clínicas. Podemos hablar de cuatro fases: 1. Hiperuricemia asintomática: Se caracteriza por cifras elevadas de uricemia sin síntomas articulares, ni tofos o cálculos de ácido úrico. No está indicado el tratamiento de estos pacientes. 2. Artritis gotosa aguda Se desencadenan por cambios bruscos de uricemia (sobre todo descensos bruscos). La artritis aguda es la manifestación inicial más frecuente de la gota. Característicamente la gota empieza a manifestarse clínicamente como episodios de monoartritis aguda de repetición. Ocasionalmente puede haber afectación poliarticular. Típica y frecuentemente la articulación mas afectada es la primera metatarsofalángica (podagra). 3. Gota intercrítica. Se denomina así a los periodos asintomáticos entre los episodios de artritis gotosa aguda. 4. Tofos y artritis gotosa crónica Con el tiempo, si no hay tratamiento, se puede desarrollar una poliartritis de grandes y pequeñas articulaciones con tendencia a la simetría y con la aparición de nódulos o tofos (agregados de cristales de urato monosódico rodeados por una reacción granulomatosa) que tienen importante capacidad de erosión. Otras manifestaciones clínicas La hiperuricemia puede ocasionar diversos trastornos renales: • Nefrolitiasis. Las personas con hiperuricemia presentan litiasis con frecuencia por el aumento de excreción de ácido úrico en la orina. • Nefropatía por urato. Nefropatía intersticial resultante del depósito de cristales de ácido úrico y urato monosódico en el parénquima renal, que desencadenan una reacción inflamatoria. Se produce en fases avanzadas de la enfermedad, típicamente en pacientes con gota tofácea crónica. • Nefropatía por ácido úrico. Es consecuencia de la precipitación masiva de cristales de ácido úrico en los túbulos excretores renales, produciendo una insuficiencia renal aguda reversible. Se presenta en situaciones de producción intensa y aguda de ácido úrico (por ejemplo, citolisis por quimioterapia). Diagnóstico Clínica: Monoartritis característica. Analítica: Aumento de reactantes de fase aguda leucocitosis (ocacionalmente) Hiperuricemia Aspiración o artrocentesis. Líquido articular inflamatorio, abundantes PMN, cristales de UMS intra y extracelulares, con forma de aguja. Birrefringencia negativa. Radiología: La alteración radiológica típica que se aprecia en la gota es una erosión ósea. Las erosiones suelen ser redondeadas y con un borde bien definido (“en sacabocados”) Cristales de urato en forma de aguja en microscopio con luz polarizada. Tratamiento Los objetivos terapéuticos de la gota son: 1. Finalizar la crisis aguda lo más rápido y suavemente posible. 2. Prevenir recurrencias de artritis gotosa aguda. 3. Prevenir o revertir las complicaciones de la enfermedad secundarias a depósito de cristales de ácido úrico en articulaciones, riñones y otras localizaciones. 4. Prevenir o revertir las manifestaciones asociadas de la enfermedad con efectos nocivos como: obesidad, diabetes mellitus, hipertrigliceridemia e hipertensión arterial. TRATAMIENTO HIPOURICEMIANTE El control definitivo de la gota obliga a corregir la anomalía básica, que es la hiperuricemia. Debe tratarse la hiperuricemia en todos los pacientes con artritis aguda recidivante (> 2 episodios al año), los que han presentado artritis gotosa junto con nefrolitiasis y los que padecen artropatía crónica tofácea. En esta parte del tratamiento el objetivo es la disolución de los cristales de UMS mediante la reducción los niveles de urato en sangre. 1. Alopurinol. Es el fármaco de primera elección por su eficacia, bajo precio y buena tolerancia. Suele iniciarse a dosis de 100 mg/día 2. Febuxostat. Fármaco de segunda línea 3. Uricosúricos. Recuerda... ▪ Aunque el diagnóstico parezca evidente, si debuta como monoartritis aguda, se debería realizar artrocentesis. ▪ Los cristales tienen forma de aguja y birrefringencia negativa. ▪ Las bajadas agudas de uricemia precipitan ataques de gota. Por ello una uricemia normal no descarta la artritis gotosa. Recuerda los diuréticos, los traumatismos y la hospitalización como precipitantes típicos. ▪ Para emplear fármacos antihiperuricemiantes el paciente debe estar asintomático y llevar varios meses con colchicina profiláctica. Condrocalcinosis (cristales de pirofosfatocálcico dihidratado) El hallazgo de cristales de pirofosfato cálcico dihidratado (PPCD) permite establecer el diagnóstico de esta enfermedad y diferenciarla de otras artropatías. La prevalencia de condrocalcinosis aumenta claramente con la edad y constituye una de las primeras causas de artropatía especialmente en edades avanzadas, alcanzando entre el 30-60% de las personas de más de 80 años. Entre los procesos metabólicos que estimulan el depósito de PPCD cabe destacar: hiperparatiroidismo primario, hemocromatosis, hipofosfatasia e hipomagnesemia. Manifestaciones clínicas Consisten en una artritis aguda y una artropatía crónica de tipo degenerativo-destructivo o una combinación de ambas. La articulación que más se afecta es la rodilla. A. Artritis aguda (pseudogota): Es similar a la artritis gotosa aguda, pero a diferencia de esta, la pseudogota: • Afecta a mujeres de edad avanzada. • La articulación que más frecuentemente resulta implicada es la rodilla. • El estudio del líquido sinovial muestra cristales romboidales con birrefringencia débilmente positiva. • En caso de episodios de pseudogota el tratamiento es idéntico al de la artritis gotosa aguda, • Pero no se dispone de ningún fármaco para disminuir o deshacer el depósito de estos cristales. • Los HIPOURICEMIANTES no tendrán ningún papel en esta enfermedad B. Artropatía crónica (artropatía por pirofosfato) Se asemeja a la artrosis primaria(diagnóstico diferencial) Incluso su radiología presenta muchos hallazgos comunes con este proceso como la disminución irregular del espacio articular, la esclerosis subcondral y los osteofitos. Radiológicamente se diferencian en que la artropatía por pirofosfato muestra Calcificación del espacio articular femorotibial correspondiente al fibrocartílago del menisco. (Condrocalcinosis) En la forma crónica el tratamiento es similar al de la artrosis.
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