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MONOGRAFIA LEUCEMIA

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UNIVERSIDAD NACIONAL JORGE BASADRE GROHMANN - TACNA
Facultad de Ciencias de la Salud
Escuela Académica Profesional de Medicina Humana
LEUCEMIA MIELOIDE CRÓNICA
MONOGRAFÍA 
PRESENTADO POR:
HELBERT CAMPOS CONDORI (2019-123002)
VICTOR JOSÉ LLANQUE SALCEDO (2019 - 123007)
ARLETH YAMILE RUIZ SAPANA (2019 - 123008)
KEIDY JISSELY AYHUASI GÓMEZ (2019 - 123015)
JOSÉ MARÍA TICONA CONDORI (2019 - 123022)
TACNA – PERÚ
2019
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo monográfico: ‘’la leucemia mieloide crónica’’, trata de establecer conocimientos de esta afección en el ser humano.
La importancia de este estudio es informar sobre la leucemia mieloide crónica, sus causas, los síntomas, el tratamiento que debe seguir el paciente, entre otros.
El trabajo se estructuró en tres capítulos: En el capítulo I, abordamos los antecedentes de la LMC, clasificándolo en historia y estadísticas. En el capítulo II: corresponde a todo lo que se debe saber sobre la leucemia mieloide crónica, ya sea la definición, etiología, síntomas, diagnóstico y su fisiopatología. Por último, en el capítulo III: se detalla los tratamientos que deben seguir las personas que presentan este padecimiento.
La LCM es una de las leucemias mejor estudiada, sin embargo, todavía son inciertas algunas de sus causas y consecuencias que lleva consigo esta enfermedad. Por lo tanto, solo se recopiló poca información relacionada a ello.
De igual forma, esta investigación monográfica busca informar principalmente a estudiantes de la salud, como también a personas o pacientes con LMC que deseen saber más sobre la dolencia.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Informar sobre la leucemia mieloide crónica, sus causas, los síntomas, el tratamiento que debe seguir el paciente, entre otros.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
· Explicar las concepciones sobre la leucemia a través del tiempo y sus tasas de incidencia en el mundo.
· Conocer datos generales, su mecanismo de invasión y los exámenes médicos que se utilizan para detectar esta neoplasia.
· Comprender los distintos tratamientos tanto farmacológicos como no, además de sus posibles efectos secundarios.
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES
1.1. HISTORIA
Uno de las primeras especulaciones y anotaciones sobre ésta enfermedad datan de 1845, hechas por Hughes Bennet (1), este personaje dedicado a la patología mencionaba que la afección descubierta en ese entonces sólo era muestra de un inquinamento que ocasionaba al hombre aumento de tamaño y volumen sobre algunos órganos, tal era el caso del hígado y bazo, dando como consecuencia la muerte. No obstante, poco tiempo después, el médico y político Rudolf Virchow realizó una publicación médica con una similitud de síntomas al anterior caso, sin embargo, sus concepciones tenían ciertas diferencias con las propuestas por Bennet, entre estas ideas se mencionó que la enfermedad no poseía carácter infeccioso, más bien tenía implicancia por el aumento descontrolado de células de la sangre, razón la cual acuñó el término de leucemia (del griego leucos, célula blanca) (1). 
En 1870, Neumann (1), realizó una exhasutiva inspección a estas células, llegando a la conclusión que provenían de la médula ósea. Casi un siglo más adelante, Nowel y Hungerford en 1960 describieron que “en esta afección existía un factor genético que estaba presente en cada uno de los casos de esta leucemia” (1, p.221). Sin embargo, no fue hasta 1973 en la que la genetista Janet Rowley describió que “la anormalidad cromosómica estaba siendo provocada por una translocación recíproca entre los brazos largos de los cromosomas 9 y 22, llamándose desde entonces cromosoma Philadelphia” (1, p. 221). 
Según Jorgensen: “la leucemia mieloide crónica posee una clasificación de mieloproliferativa clonal, originada de las células troncales hematopoyéticas y, como se logró mencionar antes, poseía la presencia del cromosoma Philadelphia y su derivado canceroso BCR-ABL” (1).
 Los diferentes tipos de células hematopoyéticas, leucémicas y normales, como células sanguíneas se localizan en la médula ósea roja, específicamente en un lugar denominado microambiente hematopoyético (MH). Es aquí donde las CTH logran una gran estimulación que trae como consecuencia la regulación de sus diferentes fases: proliferación, diferenciación, supervivencia e incluso hasta su muerte; además poseen una alteración en sus mecanismos de respuesta originada en la MH, lo que ocasiona un rápido número de crecimiento de la CTH. 
La gran cantidad de células leucémicas en la sangre provoca que las acciones de las células sanguíneas normales sean casi nulas, aunque estas nunca llegan a desaparecer por completo.
1.2. ESTADÍSTICAS
Según informes médicos, sólo el 15% de los casos totales de leucemia en Estados Unidos son del tipo mieloide crónica (2). Se pudo encontrar que su incidencia es de 1,6 a 2 casos por 100 000 habitantes. Esta enfermedad se diagnosticará a un total de 8 990, de los cuales 5 250 serán hombres y 3740 mujeres. Esta leucemia se encuentra predominante en las personas adultas con un promedio de edad de 64 años dotando así el 50% de casos de LMC. Se proyecta que este año morirán 1 140 personas, 660 hombres y 440 mujeres (3).
La tasa de personas que logran tener un tiempo de vida más larga, aproximadamente 5 años, está dependida de diferentes factores tanto externos como internos. Entre estos destacan el nivel de la enfermedad en el paciente y la respuesta inmune que realizará el individuo. 
Gracias a los avances de la elaboración de fármacos que contrarrestan la acción de la leucemia, se ha triplicado el porcentaje de supervivencia de un 22% ocurrido en la década de los 70 a casi un 70% de los diagnosticados entre el 2008 y el 2014, este importante avance fue posible con tratamientos de imatinib (Gleevec). Cabe resaltar que un constante suministro de este fármaco logró que un 90% de pacientes de un estudio prolongara su vida unos 5 años más (3).
CAPÍTULO II
CUADRO CLINICO
2.1. DEFINICIÓN E EPIDEMIOLOGÍA
Según Jaime (4), la LMC constituye el 15% del total de leucemias afectando a 2 personas por cada 100000 habitantes. Es una enfermedad que antiguamente afectaba a personas mayores de 60 años, sin embrago, actualmente se presentan casos donde niños son diagnosticados con LMC. Se cree que existe un leve predominio en hombres, pero la relación de casos entre hombres y mujeres es la misma.
La LMC es un cáncer hematológico raro, debido a la proliferación neoplásica de las células madres hematopoyéticas multipontenciales. Se caracteriza por el aumento elevado de leucocitos que son originadas por la medula ósea. A diferencia de la leucemia mieloide aguda, donde solo se observan leucocitos maduros, en la LMC se pueden observar estas células en todos sus estadios de maduración; es decir, desde leucocitos muy inmaduros hasta leucocitos maduros (4).
La LMC al ser la primera enfermedad en la que se demostró una alteración genética adquirida, es en la actualidad una de las leucemias mejor estudiadas.
2.2. ETIOLOGÍA
La LMC, en el 92% de los pacientes, empieza cuando las células al encontrarse en división, producen un intercambio de material genético en los cromosomas 9 y 22, denominado translocación, resultando un cromosoma con un brazo más corto. Este cromosoma anómalo recibe el nombre de ‘’cromosoma filadelfia’’, encontrándose en la mayoría de los casos en pacientes con LMC (4).
El intercambio de material genético en los cromosomas, ocasiona un nuevo gen llamado BCR-ABL. Este gen va a producir cierto tipo de proteína que va a permitir que las células de la leucemia mieloide crónica crezcan y se dividan, sin control alguno (4).
2.3. SÍNTOMAS
En 85% de los pacientes se diagnostica la enfermedad en la fase crónica. El 40% de los casos son diagnosticados mientras aún son asintomáticos (5), sin embargo otros pacientes podrían presentar (6):
· Astenia 
· Hiporexia 
· Pérdida de peso 
· Febrícula 
· Diaforesis nocturna
En la exploración física, el dato más frecuente es la esplenomegalia, que se observa en 80 a 90% de los casos, y en un tercio de lospacientes se identifica hepatomegalia moderada (6).
Existen también síntomas atípicos, como (6):
· Tirotoxicosis 
· Hiperuricemia
· Ruptura espontanea de bazo
· Infartos
2.4. DIAGNÓSTICO
La Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda: ¨hacerse descartes contra la metástasis¨ semestral mente, porque estas enfermedades son silenciosas y son fáciles de curarse si se detectan oportunamente a tiempo en sus etapas tempranas. La leucemia mieloide crónica no presenta síntomas iniciales. Por eso es recomendable hacerse estos descartes aunque en la actualidad no hay exámenes que detectan esta enfermedad que se puedan hacerse cotidianamente para detectar la leucemia mieloide crónica en sus comienzos.
Rara vez se puede detectar la LMC en exámenes de retinas que se hacen en los chequeos médicos donde te mandan a sacar sangre para pruebas generales como una revisión médica de rutina. Los resultados de las pruebas de sangre podrían indicar que el recuento de glóbulos blancos de una persona es elevado, aun cuando el paciente este sin presentar ningún rasgo de cáncer
Si el paciente arroja síntomas de que puede presentar LMC, su médico deberá realizar más exámenes orientado al diagnóstico del mismo por eso hay diversas pruebas que se pueden dar uso como lo son:
2.4.1. RECUENTO DE CÉLULAS SANGUÍNEAS
El recuento sanguíneo total es una prueba en la que se cuenta el número de diferentes células sanguíneas, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Esta prueba frecuentemente incluye un recuento diferentes tipos de glóbulos blancos en la muestra de sangre. En un frotis de sangre, se coloca una pequeña cantidad de su sangre en un portaobjetos para analizar las células con un microscopio. 
La mayoría de las personas con LMC tienen exceso en el promedio de glóbulos blancos la mayoría de estas son células jóvenes que se denominan mieloblastos o blastos. 
Los médicos pueden observar el tamaño y la forma de las células, y a través de esto se puede determinar si contienen gránulos (pequeñas manchas que se observan en algunos tipos de glóbulos blancos). Un factor importante es que si estas células lucen maduras (como células las normales) o inmaduras (carentes de las características de estas células normales). 
2.4.2 PRUEBAS GENÉTICAS
Algún tipo de prueba genética se realizará para determinar si está presente el cromosoma Filadelfia y/o el gen BCR-ABL. Ya que esta enfermedad afecta a este tipo de gen. 
2.4.2.1. PRUEBAS GENÉTICAS CONVENCIONALES.
Esta prueba consiste en observar los cromosomas (secciones de ADN) con un microscopio para detectar cualquier cambio. También se llama determinación del cariotipo. Debido a que los cromosomas se pueden ver mejor cuando la célula se está dividiendo, una muestra de su sangre o de médula ósea tiene que ser cultivada (en el laboratorio), de modo que las células comiencen a dividirse. Esta técnica requiere tiempo y no siempre tiene éxito (7).
2.4.2.2. HIBRIDACIÓN IN SITU CON FLUORESCENCIA.
Esta prueba consiste en usar fluorescentes especiales para que remarquen algunos genes de los cromosomas. En la Leucemia mieloide crónica, esta prueba se puede usar para observar secciones específicas del gen BCR-ABL. “Se puede usar en muestras regulares de sangre o de médula ósea sin necesidad de primero hacer cultivos de las células. Por lo tanto, los resultados pueden estar disponibles más rápidamente que con las citogenéticas convencionales” (8).
2.4.3 DIAGNÓSTICO POR IMÁGENES
Estas pruebas no son efectivas, pero nos ayudan a orientar más el diagnostico en este caso nos confirmaran si hay ganglios en el cuello o su el bazo esta inflamado.
2.4.3.1. TOMOGRAFIA COMPUTARIZADA
Nos sirven para detectar si los ganglios están inflamados también pueden indicar si cualquiera de sus ganglios linfáticos u órganos está agrandados. Este estudio no se necesita para diagnosticar la LMC, pero ayuda a establecer el grado de desarrollo o el estado en el que está la enfermedad neoplásica. “En algunos casos se puede usar una TC para guiar con precisión una aguja de biopsia hacia la anomalía sospechada, como un absceso” (7). 
2.5. FISIOPATOLOGIA
 Dentro de la evolución de la LMC se presentan tres estadios característicos: 
2.5.1 Una fase crónica.
Es la fase que presenta más variabilidad de tiempo, con una media entre cuatro y seis años, caracteriza por haber una sobreproducción de células mieloides inmaduras y granulocitos maduros. No hay síntomas de leucemia pero el conteo de células blásticas menores al 10 %. Esto hace difícil la acción de diferenciar la enfermedad. 
En los síntomas externos más comunes se encontrará que los pacientes pueden presentar fatiga y palidez, consultarán comúnmente por distensión abdominal o sensación de masa -que podría estar explicada por la esplenomegalia y en algunos casos por hepatomegalia-, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso sin causa aparente.
2.5.2 LA FASE ACELERADA
No todos los pacientes la presentaran, pues pueden pasar de una fase crónica a una fase acelerada (blástica), viéndose en cada dos de tres pacientes. Se presentará con una duración de 18 meses, aunque puede tener en algunos casos una rápida progresión hacia la fase blástica de solo seis meses. 
Esta fase acelerada presenta una menor respuesta al tratamiento y sus características son una mayor esplenomegalia, leucocitosis que no responde al tratamiento, incremento de los blastos del 10 al 30 % en sangre periférica y medula ósea, un incremento de los basófilos del 20% en sangre periférica o trombocitopenia no explicada por el uso de inhibidores de la tirosin kinasa (menor a 100 000mm3). Si un paciente presenta una o más de las características mencionadas se considerara en fase acelerada. Los pacientes pueden presentar fatiga, infecciones, lesiones equimóticas o sangrado. 
2.5.3. LA FASE BLÁSTICA
Esta es la fase final con una esperanza de vida de dos a cuatro meses, tiene un curso fatal y presenta un 30 % o más de células blásticas en medula ósea. Estos pacientes son los más resistentes al tratamiento y la fase blástica puede presentarse como una enfermedad mieloide o linfoide. Los posibles síntomas del paciente pueden ser, diaforesis, fiebre, dolor, pérdida de peso y aumento en el tamaño de los nódulos linfáticos, hígado o bazo. Cerca del 85 % de los pacientes con LMC se encontrarán en fase crónica al momento de ser diagnosticados, que es una fase inicial, estable y benigna. Tanto la fase acelerada, como la fase blástica son consideradas fases avanzadas, y el 15 % de los pacientes con LMC en el momento de ser diagnosticados se encontrarán en una de estas fases.
CAPÍTULO III
TRATAMIENTOS
3.1.	 FÁRMACOS
Este subtítulo tratará de la variedad de tratamientos farmacológicos que son la base de atención para la LMC. Esto quiere decir los mejores tratamientos en que hay hoy en día. A su vez se recomienda participar en ensayos clínicos. Un ensayo clínico es un estudio que intenta otros métodos de tratamiento. 
La terapia sistémica tiene como medio los medicamentos con el fin de matar células cancerosas. Estos medicamentos se administran por la sangre y así llegar a las células neoplásicas del cuerpo. Por lo general los oncólogos recurren a terapias farmacológicas como primera opción.
Un método común para la administración es colocar un tubo intravenoso con una aguja, o por pastillas oralmente.
Los tipos de terapias sistémicas que se usan para la LMC son:
3.1.1.	Terapia dirigida
Es un tratamiento que se avoca a las proteínas y/o genes que desencadenan un cáncer, o al medio que facilita su propagación. Este tratamiento impide la proliferación de células neoplásicas y, al mismo tiempo impide el daño a células no cancerosas.
No todos los cánceres son iguales. Para hallar cual es el mejor tratamiento, se deben hacer pruebas genéticas, así como proteicas, entre otros. Solo así el medico encontrará el tratamiento con mejor adaptación para el paciente. 
Para la LMC, el objetivo es una proteína llamada enzima tirosina quinasa BCR-ABL. Los fármacos que van hacia la enzima tirosina quinasaBCR-ABL se denominan inhibidores de la tirosina quinasa. Estos medicamentos impiden la actividad de la enzima tirosina quinasa, lo que hace que las células cancerígenas mueran.
Es fundamental mencionar que los pacientes en consumo de TKI deben evitar concebir a un bebé debido a los problemas de malformaciones probables. 
Hoy en día hay 5 TKI recomendados para la LMC:
a) Imatinib (Gleevec). El imatinib es el primer medicamento aprobado para tratar la leucemia por la FDA de los EE. UU. en 2001. Se toma un comprimido entre una a dos veces al día. Tiene mejores resultados que la quimioterapia y da menos efectos adversos.
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b) Dasatinib (Sprycel). Dasatinib aprobada para caso de LMC de diagnóstico reciente y cuando otros medicamentos no funcionen correctamente. Se puede tomar de una a dos veces al día de acuerdo a las indicaciones del médico. Por desgracia tiene efectos secundarios terribles. El médico debe estar pendiente de los conteos de células sanguíneas periódicamente y de acuerdo a eso decidir si continuar o interrumpir el tratamiento si el conteo es muy bajo. 
c) Nilotinib (Tasigna). Nilotinib también está aprobado por la FDA como terapia para pacientes diagnosticados con LMC en caso que otros fármacos no funcionen. Se administran dos pastillas al día vía oral.
d) Bosutinib (Bosulif). Se usa desde 2012 para pacientes con LMC que no hayan mostrado evolución con otros fármacos. 
e) Ponatinib (Iclusig). Aprobado su uso cuando los demás fármacos no tienen efecto. Este fármaco se prescribe también a los pacientes con mutación T315I la cual no se puede tratar con los medicamentos antes mencionados. 
3.1.2.	Quimioterapia
La quimioterapia es el uso de químicos para matar las células cancerosas por medio de la supresión de los medios que la mantienen vivas.
El tratamiento con quimioterapia es un plan con ciclo que se repiten con una frecuencia determinada. El paciente puede recibir un fármaco por vez o un ‘’coctel’’ de varios simultáneamente
El fármaco más indicado es la Hidroxiurea el cual sirve para disminuir la cantidad de glóbulos blancos hasta que se tenga un diagnóstico final de LMC mediante distintos exámenes que se han nombrado anteriormente. Así mismo este fármaco sirve también para regresar las células sanguíneas a los valores normales en el trascurso de semanas, y logra reducir la esplenomegalia, sin embargo, no reduce el porcentaje de células con cromosoma Filadelfia, así como no evita la fase blástica cuando se usa sin otro fármaco. Si bien la hidroxiurea por lo general no tiene efectos adversos, la primera opción para el tratamiento de pacientes con diagnóstico reciente de LMC es imatinib u otros TKI en cuanto se haya hecho el diagnóstico. 
Otro compuesto químico que se usa en el tratamiento de la LMC es el mepesuccinato de omacetaxina el cual fue aprobado para pacientes con LMC en fase crónica o aguda que no tengan evolución favorable con los TKI. El mepesuccinato de omacetaxina se aplica vía inyección subdérmica por ciclos de una o dos semanas. 
3.1.3.	Inmunoterapia
Conocida también como terapia biológica, la inmunoterapia está diseñada para incrementar las defensas propias para así combatir el cáncer. Utiliza materiales naturalmente producidos por el cuerpo los cuales se sintetizan en laboratorios para asi ayudar al sistema inmune a sobrellevar la enfermedad. El interferón es un tipo de inmunoterapia pues disminuye la cantidad de células blanca e incluso aquellas con cromosoma Filadelfia.
El interferón se aplica diariamente vía subdérmica. El interferón era el tratamiento de primera línea antes de la disponibilidad de Imatinib. Sin embargo, su uso en la actualidad no es recomendado pues se ha comprobado que los TKI tienen mejor funcionamiento y menos efectos adversos. No obstante, se puede prescribir su uso en gestantes.
3.1.4.	Trasplante de células madre/médula ósea
Es un procedimiento en el cual se extraen la médula ósea del paciente y está es reemplazada por células madre hematopoyéticas es decir células con la capacidad de formar células sanguíneas, 
Actualmente no se le llama más trasplante de médula ósea, sino que se prefiere usar trasplante de células madre, pues lo que realmente se hace es trasplantar las células mas no la integridad del tejido.
3.2. EFECTOS POS TRATAMIENTO
Varios autores han estudiado las consecuencias que la LMC tiene en la calidad de vida de las personas que la padecen. Concretamente, Elphee Erin (11) considera que la leucemia crónica repercute tanto física, psicológica y socialmente en la calidad de vida.
3.1.1. Efectos secundarios de los fármacos
Debido a los fármacos que se consumen los pacientes para su tratamiento, puede provocar efectos secundarios dependiendo del organismo de cada persona. Por ejemplo algunos fármacos pueden provocar inflamación del hígado, lo cual puede ser perjudicial para las personas con hepatitis. 
Por esta razón se recomienda a los pacientes que deben hablar con sus médicos sobre los riesgos y beneficios de estos fármacos, incluidos los efectos secundarios posibles, y cómo se pueden manejar.
A continuación se presentará los efectos de los diferentes fármacos (12):
A. Imatinib 
Los efectos secundarios del imatinib son leves, pero pueden incluir:
· Dolor estomacal, que es muy poco frecuente cuando el imatinib se toma con alimentos
· Cambios en los recuentos sanguíneos
· Retención de líquido
· Hinchazón alrededor de los ojos
· Cansancio
· Diarrea 
· Calambres musculares.
B. Dasatinib
Los efectos secundarios incluyen:
· Anemia
· Un nivel bajo de glóbulos blancos denominado neutropenia
· Un recuento bajo de plaquetas denominado trombocitopenia
· Problemas pulmonares, que incluyen líquido alrededor de los pulmones o hipertensión pulmonar. 													
C. Bosutinib
Los efectos secundarios frecuentes incluyen:
· Recuentos sanguíneos bajos
· Erupción
· Dolor de cabeza
· Náuseas
· Diarrea
· Comezón. 
Otros posibles efectos secundarios graves pero poco frecuentes incluyen:
· Niveles altos de azúcar en sangre
· Acumulación de líquido e inflamación del páncreas o del hígado.
Los efectos secundarios más graves del nilotinib incluyen:
· Problemas cardíacos y vasculares que pueden poner en riesgo la vida y que pueden llevar a una arritmia
· Estrechamiento de los vasos sanguíneos
· Accidente cerebrovascular
· Una posible muerte súbita. 
D. Ponatinib
Los efectos secundarios más frecuentes incluyen:
· Diarrea
· Náuseas y vómitos
· Niveles bajos de células sanguíneas
· Dolor abdominal
· Cansancio
· Fiebre
· Reacciones alérgicas
· Problemas hepáticos.
3.1.2. Efectos emocionales
Vivir con leucemia puede incluso causar una alteración en la identidad de la persona, dado que la enfermedad modifica la autoimagen para formarse otra totalmente diferente. Incluso el cambio físico que se experimenta debido a los tratamientos puede ser estigmatizado por el resto de la sociedad a consecuencia del desconocimiento e ignorancia de la evolución de la enfermedad. Consecuentemente, todo ello da lugar a un aumento del estado de sufrimiento y depresión, alejando a la persona de sus actividades diarias.
Baccarani M y otros afirman que la ansiedad y la depresión son dos de los factores que más afectan en la calidad de vida de estos pacientes, llegando incluso a ser incapacitantes para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria. Alteran sus planes de futuro, provocan cambios en su rol social, en el patrón habitual de vida y en otros planos como el laboral y económico. A todo esto, se suma la falta de conocimientos sobre la enfermedad y el manejo de la misma, que aumentan ese grado de ansiedad y desesperanza. Conocer el diagnóstico, causa tal impacto en el paciente que crea un estado de confusión y shock en un primer momento. Posteriormente, se pueden desencadenar emociones como miedo, ira y frustración a consecuencia del duelo post diagnóstico, tanto en el enfermo como en la familia.
Se encuentran relatos de pacientes con LMC que dividen su vida en “el antes y el después” tras el diagnóstico de la enfermedad. Afirman que “existe un cambio en laforma de ver la vida”, que incluye aspectos morales y éticos, cuestiones relacionadas con el cuerpo, el comportamiento, los estilos de vida y formas de ser y, también, la manera de relacionarse con familiares y amigos. Por esta razón es importante el apoyo de la familia del paciente durante todo el proceso de la enfermedad. A la vez también se tiene en cuenta que la familia también sufre, ya que se pone en los zapatos de su ser querido al verlo postrado en una cama por una enfermedad que poco a poco a está acabando con el brillo de su vida.
CONCLUSIONES
Llegando al final de la monografía, es preciso establecer las conclusiones que permitan dejar constancia de que relevancia posee la leucemia en los individuos y sus formas de tratamiento.
1. La leucemia tuvo diferentes ideas que fueron dando forma a lo que era en realidad, además que gracias a los nuevos descubrimientos medicinales las estadísticas sobre la acción de la leucemia en los seres humanos se redujeron considerablemente.
2. La leucemia mieloide crónica tiene datos alarmantes de epidemiologia, no se debe descuidar y hacerse los chequeos correspondientes, ya que por su fisiopatología los síntomas aparecen en la fase terminal sino se ha hecho controles de descarte, se debe tomar conciencia de lo importante que son los chequeos de control, así no lamentar posibles desgracias.
3. Los efectos postratamientos pueden ser físicos, debido a los fármacos; y emocionales, ya que experimenta una modificación de su autoimagen.
4. La leucemia mieloide crónica posee características que se deben tomar en cuenta para el tratado del paciente.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Chavez-Gonzales MA, et al. La leucemia mieloide crónica en el siglo XXI. Rev. Investigación Clínica [Internet]. 2009 [consultado el 16 de julio del 2019]; 61(3); 221-232. Disponible en: https://www.medigraphic.com/pdfs/revinvcli/nn-2009/nn093f.pdf
(2) Fundación Internacional Joseph Cárdenas [Internet]. Barcelona: Fundación Joseph Cárdenas [actualizado el 19 de junio del 2019; citado el 16 de julio del 2019]. Disponible desde: https://www.fcarreras.org/es/leucemiamieloidecronica
 (3) American Cancer Society [Internet]. Atlanta; American Cancer Society, Inc. [actualizado el 02 de julio del 2019; citado el 16 de julio del 2019]. Disponible desde: https://www.cancer.org/es/cancer/leucemia-mieloide-cronica/acerca/estadisticas.html
 (4) Jaime J, Gómez D. Hematología: La sangre y sus enfermedades [Internet]. Madrid; McGRAW-HILL; 2015 [citado el 5 de Jul del 2019.]; Disponible desde: https://accessmedicina.mhmedical.com/book.aspx?bookID=1732
 (5) Izquierdo M, Avellaneda A. Enfermedades Raras un enfoque práctico. Barcelona; Parc Científic de Barcelona;2004 May. [citado 5 de Jul. del 2019.]; Disponible en: http://gesdoc.isciii.es/gesdoccontroller?action=download&id=19/10/2012-ef90883d23
(6) American Cancer Society (2018). Signos y síntomas de la leucemia mieloide crónica. Recuperado de: https://www.cancer.org/es/cancer/leucemia-mieloide-cronica/deteccion-diagnostico-clasificacion-por-etapas/senales-sintomas.html
(7) American Cáncer Society [Internet] Estados Unidos. [Actualizado 2019], Disponible en: https://www.cancer.org/es/cancer/leucemia-mieloide-cronica/deteccion-diagnostico-clasificacion-por-etapas/como-se-diagnostica.html 
(8) MORALES C, VALENCIA V. Leucemia Mieloide Crónica: diagnóstico y tratamiento.[internet]. 2010 , Diponible en : https://www.redalyc.org/pdf/2611/261119491009.pdf
(9) Elphee E. Caring for Patients With Chronic Lymphocytic Leukemia. Clinical Journal of Oncology Nursing(Internet). 2008;12(3):417-423. [Citado 10 de Jul del 2019]. Disponible en: https://goo.gl/ASJUHT 
(10) ASCO. Leucemia mieloide crónica: Tipos de tratamiento. CancerNet [Internet]. 2019 (Citado el 12 de Jul. del 2019) Disponible en: https://www.cancer.net/es/tipos-de-c%C3%A1ncer/leucemia-mieloide-cr%C3%B3nica-cml-en-adultos/tipos-de-tratamiento
(11) Baccarani M, et al. Moving towards patient-centered decision-making in chronic myeloid leukemia: Assessment of quality of life and symptom burden. Haematologica, 2014; 99(2), 205–208. [Citado 15 de Jul del 2019)]. Disponible en: https://goo.gl/aY16H

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