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ABRAHAM J. HESCHEL LOS PROFETAS SIMPATIA Y FENOMENOL061A Biblioteca del hombre contemporáneo LOS PROFETAS III. Simpatia y fenomenología ABRAHAM J. HESCHEL LOS PROFETAS II^. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA Supervisión de Marshall T. Meyer EDITORIAL PAIDOS BUENOS AIRES Titulo del original inglés THE PROPHETS Publicado pot The Burning Bush Press, Nueva York Version castellana de Victor A. Mirelman Esta obra se publica en cοedición entre la Editorial Paidόs y el Seminario Rabinico Latinoamericano. La edición ha sido posible por la generosidad del Tikun Olam Project of the United Synagogue Youth of the United States of America Impreso en la República Argentina Printed in Argentina Queda hecho el depósito que previene la ley N9 11.723 Copyright de todas las ediciones en castellano by EDITORIAL PAIDOS S.A.I.C.F. Defensa 599, 3er. piso Buenos Aíres INDICE I. RELIGION DE SIMPATIA, 9 Teología y religión, 9. El profeta como un homo sympathetikos, 11. Simpatía y existencia religiosa, 15. El significado de la exhortación, 19. Formas de profe- cia simpática, 21. El espíritu como pathos, 24. Sim- patia cósmica, 28. Entusiasmo y simpatia, 31. Pathos, pasión y simpatía, 32. Imitación de Dios y simpatia, 36. II. PROFECIA Y EXTASIS, 39 La separación del alma del cuerpo, 39. Un asimiento divino, 42. Una locura sagrada, 45. Éxtasis entre los semitas, 51. Éxtasis en el neoplatonismo, 53. Una fuente de percepción en Filón y Plotíno, 53. III. LA TEORIA DEL EXTASIS, 59 En el judaísmo helenístico, 59. En la literatura rabi- nica, 64. En los padres de la iglesia, 71. En la erudi- ción moderna, 77. IV. UN EXAMEN DE LA TEORIA DEL EXTASIS, 89 Suposiciones tácitas, 89. ¿Quién es un profeta?, 92. Frenesí, 94. Fundiéndose con un Dios, 97. Extinción de la persona, 101. El deseo del éxtasis, 102. Des- aprobación de la conciencia, 104. Más allá de la co- municación, 106. El carácter privado de la experien- cia mística, 109. El éxtasis es su propio fin, 109. El cielo y el mercado, 112. Trascendencia radical, 113. La realidad inter-sujeto, 116. 6 LOS PROFETAS V. LA PROFECIA Y LA INSPIRACION POETICA, 118 La profecía como forma de poesia, 118. Descuido 0 inadvertencia, 120. La desaprobación de la inspira- ción, 127. La Biblia como literatura, 134. Ιnspiración poética y divina, 139. Relatos sobre inspiración, 144. Interpretaciones modernas, 149. 0-0, 154. La natu- raleza evasiva del acto creador, 156. El pronombre neutro, 157. VI. PROFECIA Y PSICOSIS, 161 Poesía y locura, 161. Apreciación de la locura, 163. Genio y locura, 166. Profecía y locura, 170. Profecía y neurosis, 172. Los riesgos del psicoanálisis a la dis- tancia, 174. Síntomas patológicos en los ρrõfetas lite- rarios, 176. Relatividad de las normas de comporta- miento, 186. La etimologia de nabi, 189. Trascenden- cia en su esencia, 193. Los profetas están moralmente inadaptados, 194. Limites de la psicologia, 195. VΙΙ. EXPLICACIONES DE LA INSPIRACION PROFETICA, 197 De su propio corazón, 197. El espíritu de la época, 201. Un artificio literario, 205. Una técnica de per- suasión, 207. Confusión, 210. "Un asunto realmente simple", 213. El genio de la nación o el poder del subconsciente, 214. Los profetas eran agentes extran- jeros, 218. Los profetas fueron patriotas, 220. Detrac- tando a los profetas, 223. VIII. EVENTO Y EXPERIENCIA, 226 La conciencia de la inspiración, 226. Contenido y forma, 232. Inspiración como evento, 234. Un éxtasis de Dios, 237. Estar presente, 239. El evento y su sig- nificado, 241. El análisis del evento, 242. Aquí estoy, aquí estoy..., 247. Antropotropismo y teotropismo, 249. La forma de experiencia profética, 256. IX. LOS PROFETAS EN EL MUNDO, 262 Los casos de personalidades proféticas, 262. Compa- raciones, 264. Posiciones más antiguas, 268. La expe- riencia de mana y tabú, 271. El arte de la adivinación, SIMPATIA Y FEΝΟΜΕΝΟLOGΙΑ 7 275. Profecía ,y adivinación, 281. Adivinos extáticos, 285. Sueños, 288. El Daímonion de Sócrates, 289. El Código de Hammurabi, 291. "Profetas" en Egipto, 295. Revelación y profecía en India y China, 298. Los profetas de Mari, 302. El profeta bíblico: un tipo sui génerís, 307. X. PROFETA, SACERDOTE X REY, 311 La deificación de reyes, 311. La separación de pode- res, 315. Rey y sacerdote, 317. Profeta y rey, 319. Los profetas y los nebiim, 322. XI. CONCLUSIONES, 327 Compromiso y preocupación, 327. Dios en relación, 329. Dios como subjetividad, 331. Anticipación tras- cendente, 333. La díaléctíca del encuentro divino-hu- mano, 335. APENDICE. UNA NOTA SOBRE EL SIGNIFICADO DEL PATHOS, 338 DEDICATORIA PARA LA EDICION CASTELLANA Al rabino Marshall T. Meyer, como prueba de amistad A. J. Ηεscττετ. CAPÌTULO I RELIGION DE SIMPATIA Teología y religión Es importante distinguir entre el aspecto obje- tivo y el subjetivo de la conciencia profética de Dios. Por aspecto objetivo entendemos lο que se le da al profeta como realidad que trasciende su conciencia. Por aspecto subjetivo entendemos la actitud personal o la respuesta del profeta a esa realidad. El aspecto objetivo puede designarse co- rrectamente como el tema de la teología profética; el aspecto subjetivo, como el tema de la religión profética. Describimos el pathos como la caracterfstica fun- damental de la realidad divina, presente en la conciencia de los profetas. La simpatia ēs su acti- tud o respuesta a esa realidad. Para entender la religión profética, la simpatia es tan fundamental como lο es el pathos para entender la teología pro- fética. Nuestra tarea consiste en analizar el signi- ficado de la simpatía profética. La naturaleza de la respuesta del hombre a lο divino está en correspondencia con el contenido de su comprensión. Cuando lο divino se percibe como perfección misteriosa, la respuesta es de temor y 10 LOS PROFETAS temblor; cuando se percibe como voluntad abso- luta, la respuesta es de obediencia incondicional; cuando se percibe como pathos, es de simpatia. Esta clasificación no debe tomarse en un sentido absoluto, como si la conciencia de un aspecto de lο divino excluyera u oscureciera la de cualquier otro aspecto. No obstante, ninguna realidad o infor- mación se puede comprender simultánea y sincera- mente en todos sus aspectos. Para el profeta, el pathos es el aspecto predominante y decisivo de lο que encuentra. Ann si el propósito principal de su misión es la sumisión práctica de la gente a la demanda divina, su identificación personal inte- rior con el pathos divino es, como demostramos, la característica central de su propia vida. El punto focal de su conciencia religiosa no es la palabra y la ley en si mismas, sino la forma de participa- ción divina. El pathos divino se refleja en sus acti- tudes, esperanzas y oraciones. El profeta se ve con- movido por una preocupación intima por la pre- ocupación divina. La simpatía, entonces, es la forma esencial en que responde a la situación divina. Es el modo de responder personalmente a la demanda que se le hizo también personalmente en momentos de revelación. Lo que distingue su vida personal no es el sim- ple acto de escuchar, o transmitir, el mensaje de Dios. El profeta no sólo escucha y comprende el pathos divino; está convulsionado por él en lο más profundo de su alma. No sirve a la palabra de Dios mediante una apropiación mental, sino por medio de la armonía de su ser con su intención funda- mental y contenido emocional. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 11 Cualquier otra actitud sería ridícula para el pro- feta, cuya misión es proclamar el pathos al pueblo. . rCόmo puede él permanecer indiferente, inamovi- ble? Ερgsé ante la participación de Dios sería in- sensibilidad a lo divino. Para el hombre bíblico que tiene cierta concien cia de la unidad de la vida psíquica, y para quienlas pasiones forman una parte integral de la estruc- tura espiritual humana, una sobriedad sin emoción no podría ser la forma de la conciencia religiosa. Una religión emocional de simpatia es más com- patible con su mentalidad que una religión auto -desvinculada de obediencia. Se espera del hombre que ame a su Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con todas sus fuerzas. Εl profeta como un homo sympathetikos En contraste con el sabio estoico, que es un homo apathetikos, al profeta se 10 puede caracterizar como un homo sympathetikos. 1 Representa un tipo sui generis para la fenomenología de la religión. El . pathos de Dios está en Ι. Lo conmueve. Se pro- nuncia en él como una tormenta en el alma, abru 1 La interpretación de la personalidad profética en tér minos de simpatia, como está desarrollada en mi libro Die Prophetie (Cracovia, 1936) , fue adoptada por H. Wheeler Robinson, Redemption and Revelation (Londres, 1942) pág. 150 n., y en su interpretación de Oseas, Two Hebrew Prophets (Londres, 1948), pág. 21 y sigs., véase N. W. Robinson, (corps.), Record and Revelation (Oxford, 1938) , pág. 240; C. R. North, The Old Testament Interpretation of History (Londres, 1946), pág. 172 y sigs. Henry Corbin aplicó las categorías de la teología del pathos y de la reli 12 LOS PROFETAS mando su vida interna, sus pensamientos, sēnti- mientos, deseos y esperanzas. Toma posesión de su corazón y de su mente, dándole el coraje para actuar contra el mundo. Las palabras del profeta a menudo se asemejan al trueno; suenan como si se hallara en un estado de histeria. Pero lο que nosotros consideramos como un emocionalismo salvaje debe parecerle una for- ma de expresión limitada a quien debe transmitir las emociones del Todopoderoso en el débil len- guaje del hombre. Su simpatía es el desbordamien- to de emociones poderosas que surgen en respuesta a lο que percibió en la divinidad, pues la única manera de intuir un sentimiento es sentirlo. Nο po- demos tener una mera conciencia intelectual de un sufrimiento o placer concretos, pues el intelecto como tal es sólo la copia de relaciones, y un senti- miento no es una simple norma relacional. En contraste con la empatia, que denota vivir la situa- ción de otra persona, simpatía significa vivir con otra persona. La característica única de la simpatia religiosa no es la autoconquista, sino la autοdedicaciόn; no suprimir la emoción, sino dirigirla nuevamente; no la subordinación silenciosa, sino la cooperación activa con Dios; no el amor que aspira al Ser de Dios en El Mismo, sino la armonía del alma con la giόn de simpatía a la existencia religiosa de los sufis en el islamismo en su ensayo, "Sympathie et Théopathie choz- les Fideles d'amour en Islam". Eranos Jahrbuch, XXIV (1956), págs. 199-301; ídem, L'Imagination Créatrice dans le Soufisme D'lbn Arabi (París, 1958). Cf. también H. Knight, The Hebrew Prophetic Consciousness (Londres, 1947). SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 13 preocupación de Dios. Ser un profeta significa identificar las preocupaciones de uno con las pre- ocupaciones de Dios. La simpatía es un estado en el cual una persona está abierta a la presencia de otra. Es un senti- miento que siente el sentimiento ante el cual re- acciona: lo opuesto a la soledad emocional. En la profecía simpática el hombre está abierto a la pre- sencia y emoción del Sujeto trascendente. Lleva en sí mismo la conciencia de lo que le está suce- diendo a Dios. Por lo tanto, la simpatía tiene una estructura dia- logal. Lo que caracteriza la existencia profética es, en realidad, la relación interpersonal, sea una rela- ción entre el que siente y el que simpatiza con ese sentimiento, o una relación de tener un sentimiento en común. A diferencia de - la experiencia de lo numinoso o el sentimiento de simple pavor o te- mor, la simpatia siempre se refiere a una o varías personas. Sin embargo, no es un fin en sí misma. Nada está más lejos de la mente profética que inculcar o vivir una vida de sentimiento, una religión de sentimentalismo. Lo que mitigará la miseria del mundo, la injusticia de la sociedad o la alienación de la gente de Dios no es el simple sentimiento, sino la acción. Sólo la acción aliviará la tensión entre Dios y el hombre. Tanto el pathos como la simpatía son, desde la perspectiva de la situación total, más bien demandas que realizaciones. La sim- patía profética no es ningún deleite; a diferencia del éxtasis, no es una meta, sino un sentimiento de desafío, un compromiso, un estado de tensión, cons- ternación y desaliento. 14 LOS PROFETAS Los profetas no hablaron a menudo de su simpa- tía. No obstante, sí bien se expresa raras veces, se escucha en la mayoría de sus palabras. Ellos no tenían el hábito de hablar de sus experiencias pri- vadas. Un sentimiento de timidez y reticencia pudo haberlos inhibido de ofrecer algo más que peque- ñas indicaciones de sus emociones privadas. Esta simpatía o identificación emocional intensa con el pathos divino es 10 que puede explicar el cambio de la tercera a la primera persona en las pronunciaciones proféticas.2 Una profecía que co- mienza hablando de Dios en tercera persona se torna en Dios hablando en primera persona. 3 De manera reciproca, una profecia que comienza con Dios hablando en primera persona se torna en una declaración del profeta hablando sobre Dios en tercera persona.4 2 A. R. Johnson, The One and The Many in the Israelite Conception of God (Cardiff, 1961), ρέg. 33 y sigs., infiere de esta oscilación la idea de que al profeta se lo conside- raba como más que el representante de Dios; era una "ex- tensión" activa de la personalidad del Señor y, como tal, era el Señor en Persona. Esta idea, empero, es absoluta- mente contraría a todo lo que sabemos sobre el entendi- miento de los profetas de Dios. 3 Amόs 3:1α (tercera persona) y 3: lb (primera persona); Isa. 3:1α (tercera persona) y 3:4a (primera persona) ; 5:1-2 (tercera persona) , 5:3-6 (primera persona), y 5:7 (tercera persona) ; 10: 12a (tercera persona) y 10:12b (primera per- sona); 11:3a (tercera persona) y 11:9a (primera persona) ; 22:17 (tercera persona) y 22:19a, 20b (primera persona) ; Jer. 11:17a (tercera persona) y 11:17b (primera persona) ; 23:9 (tercera persona) y 23:11 (primera persona) ; 9:1 (habla el profeta) y 9:2 (habla Dios) ; Isa. 53:10a (tercera persona) y 53:12 (primera persona) 61:6 (tercera perso- na) y 61:8 (primera persona) . 4 Isa. 1:2b-3 (primera persona) y 1:4 (tercerα persona); Jer. 4:1 (primera persona) y 4:2 (tercerα persona) ; 4:21 SIMPATIA Υ FENOMENOLOGIA 15 Simpatia y existencia religiosa La simpatía profética es uno de los apogeos de Ia conciencia religiosa de la espiritualidad trascen- dente. En contraste con la relación emocional uni- lateral con Dios, como ocurre, por ejemplo, en la religión de la quietud o la adoración, es una actitud de muchas facetas, que despierta todas las poten- cialidades del alma, toda capacidad de pensamien- to y sentimiento. Al enfrentar varías formas de pathos se evocan formas de simpatía correspon- dientes. La indignación y la tranquilidad, la vehe- mencia y la humildad, se trasponen al servicio de una meta última. La religión de la simpatía no conoce límites dentro de lo horizontalmente huma- no. La manifestación del valor, la legitimación re- ligiosa del sentimiento y el afecto, surgen de la dimensión vertical dentro de la cual se mueve el pathos. Este enriquecimiento de las reservas espi- rituales crea un prodigio de existencia intensa. En la conciencia profética, "el pensamiento mis- tico y racional se combina de una manera que aver- giienza a todos los slogans sobre el racionalismo y el irracionalismo". 5 El profeta es un acertijo para el cual no hay explicación. Creemos, sin embargo, que la clave para un entendimientopsicológico de los profetas es el fenómeno de la simpatía. Nos permite entender el celo del profeta que sabe que ( habla el profeta) y 4:22 (habla Dios) ; 8:13 (primera persona) y 8:14 (tercera persona) ; Nab. 1:12 y sig. (pri- mera persona) y 1:13 (tercera persona). 5 R. Kittel, Gestalten und Gedanken in Israel (Leipzig, 1925), ράg. 505. 16 LOS PROFETAS se encuentra en armonía y consonancia emocional con Dios; y el poder de su ira, que lo motiva para alejarse de su pueblo a quien ama profundamente. El es efectivo, no sólo por medio de su palabra y su acción, sino también por la fuerza de su acti- tud, que sus contemporáneos perciben como la manifestación de su acuerdo interno con Dios. Una pregunta ha preocupado a muchos pensa- dores tanto en la Edad Medía como en los tiempos modernos: Qué cualidad o capacidad poseyeron los profetas que les permitió escuchar la voz de Dios? En verdad, sin embargo, no hay ninguna explicación para aquello que es un secreto divino; no hay llaves disponibles para abrir las cámaras ocultas de Dios. El éxtasis es una respuesta falsa a un problema real. Tampoco la teoría de la sim- patía puede develar el misterio. La simpatía es el resultado de ser profeta, pero no produce eventos proféticos. Cualquier tipo de simpatía con Dios presupone cierto tipo de conocimiento de la natu- raleza o el pathos de Dios. El profeta no aprende sobre el pathos divino por medio de la simpatia, pues el pathos debe ser conocido de cierta manera para que el profeta pueda compartirlo. La simpatía es un sentido profético. Compatible con Dios, el profeta es sensible al aspecto divino de los eventos. Sin duda, él no considera que esta sensibilidad sea una facultad innata La simpatia es una respuesta, no una manifestación de espon- taneidad pura. El profeta debe ser llamado para poder responder, debe recibir una orden para poder cumplirla. Esta conciencia conmovedora de las preocupa- ciones y aflicciones de Dios con respecto al mundo, SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 17 la cοmυníón del profeta con lo divino en experien- cia y sufrimiento, es de un poder y autoridad tan evidentes y notables, indicando un abandono y devoción tan completos, que pueden ofrecer un entendimiento fundamental de la existencia reli- giosa. Quizás el significado, valor y la dignidad de la religión se hallen en la simpatía. La profundidad del alma se convierte en el punto de donde surgen un entendimiento de Dios y una armonía con la posibilidad trascendente. Esta es, quizá, la recompensa y la distinción de la existencia profética: armonizar con Dios. Nadie conoce la medida de tal intensidad, el grado de tal acuerdo. Es más que un sentimiento. Es toda una forma de ser. En contraste con el éxtasis, con sus arrobamientos momentáneos, la simpatía con Dios es una actitud constante. El amor del hombre por Dios se encuentra entre las expresiones más tempranas de la religión bi- blica. Se menciona en el Decálogo: " ... mostrando amor a miles de quienes Me aman" (Exudo 20:6) ; en el canto de Débora: " ... quienes Lo aman sean como el sol cuando se eleva en su poder" (Jueces 5:31). En las palabras de Isaías 41:8, Dios habla de Abraham como "Mi amigo".s En Deut. 33:12, a 6 Esto refuta la aserción de G. van der Leeuw, Religion in Essence and Manifestation (Londres, 1938) , ράg. 477: "La designación del patriarca Abraham ... como amigo de Dios se originó probablemente en sectores sometidos a la influencia helenística." El término aparece también en Abot VI, 1; Levítico Rabd, 6, 1; Génesis Raba, 69, 2 (comp. Theodor, ράg. 792) ; para otras referencias véase Kalla (comp. M. Rigger), ράg. 279. Para un análisis de la idea en la literatura helenística judía véase E. Peterson, "Der 18 LOS PROFETAS Benjamin se lo llama "el amigo (iedid) del Señor". Así como el profeta Isaías comienza su canción de la viña, Cantaré sobre mi amigo (iedidi ) Úna canción de amor sobre Su Viña. Isaias 5:1 Israel llama a Dios: "Mí padre, Τ ' ι' eres el amigo de mi juventud (aluf neurai)" (Jer. 3:4). Este tipo de relación parecía imposible para la mente de un pensador como Aristóteles, quien sos- tenía que la amistad implicaba igualdad. "Esto es evidente en los casos en que había una gran dis- paridad entre dos personas con respecto a la virtud, el vicio, la riqueza o cualquier otra cosa; pues estas personas no son ni pretenden ser amigos. Se ve más claramente en nuestras relaciones con los dioses." Según Aristóteles, no hay amistad del hombre con Dios. "Pues la amistad", sostiene, "sólo existe donde puede haber una devolución de afecto, pero la amistad con Dios no admite que el amor sea devuelto, ni siquiera amar. Pues sería extraño que alguien dijera que ama a Zeus." $ Gottesfreund, Beitrage zur Geschichte eines religiosen Ter- minus", Zeitschrift fit,' Kirchengeschichte, XLII, NF 5 (1923), ράg. 172 y sigs. r Etica a Nicόmaco, VIII, 8, 158b, ράg. 33 y sigs.; cf. P. Wheelwright, Aristotle (Nueva York, 1951) , pág. 243. 8 Magna Moralia, 1208b, 29-32. Véase, sin embargo, Etica a Eudemo, 1242a, 33. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA - 19 EΙ significado de la exhortación ¿Cuál es el tormento que induce al profeta a lanzar palabras amargas al pueblo? ¿Es un senti- miento de alarma, la amenaza del desastre? ¿Cuál es el impacto interior directo que trata de hacer en su pueblo? ¿Tiene la intención de implantar el te- rror en el corazón, de alarmar? Su propósito es con- mover a la gente para que se arrepienta, convertir al hombre interno, revivificar la devoción, el amor, reconciliar a Israel con Dios. ¿És posible que en la mente del profeta sólo el terror pueda sembrar las semillas del amor? La sensibilidad del profeta no se debe al temor, y tampoco es su propia compasión o su capacidad de Ilorar por adelantado los eventos lo que da tanta sublimidad a sus palabras. El profeta es una persona que aprisiona en su alma tanto el amor como la ira de Dios, tan pronto arrobado como afiebrado. Es amor lo que mora en su alma junto con la visión de su efusión de bendiciones; es la ira lo que consume su corazón junto con la visión de su efusión de horrores. El dolor aterrador de su alma surge al darse cuenta de los efectos que la ira puede producir y al darse cuenta de la ira misma. En otras palabras, lo que sacude el alma del profeta no es sólo lo que es capaz de percibir por anticipado, sino también lo que puede percibir como percepción inmediata. Hay dos aspectos de la ira divina: cómo afecta a Dios y cómo podría afectar al hombre. Su signifi- cado histórico es el desastre que puede sobrevenir; 20 LOS PROFETAS su significado intrínseco es dolor en el corazón de Dios. Para el hombre, la ira divina incita el temor del dolor; para Dios, la ira es dolor. Una y otra vez el profeta se refiere a lο que la ira significa sub specie dei, el pesar, la desilusión causada por la deslealtad del pueblo. El comparte la tensión entre Ia paciencia de Dios y Su indignación. La ira significó disturbio, contienda, discordia. Se la proclamaba para invocar la contríción, el do- lor, el infortunio, no sólo cl temor. El mensaje de ira trata de evocar el pensamiento no sólo del pe- ligro de castigo para el hombre, sino también de Ia presencia de perturbación en Dios, un pensa- miento tan monstruoso que produce miedo y con- moción. Existe la esperanza de que se produzcan contrición, vergüenza y arrepentimiento, para que Ia perturbación cese. En magia, el hombre se propone controlar la naturaleza, hacer prevalecer su voluntad sobre la 'de los dioses. Mediante la ayuda de la magia, él "toma la iniciativa contra las cosas, o más bien se convierte en el director del gran concierto del es- píritu que murmura en sus oídos. Para hacer caer la lluvia, vierte agua; da el ejemplo, ordena, y hace creer que es obedecido."9 La maldición o la ben- dición es un deseo que se convierte en hecho por el mero poder del lenguaje. Está cargado de ener- gia y su efectividad es segura. En contraste, el poder de la palabra pronunciada por un profeta deriva del hecho de que está de acuerdo con la vο- s S. Reinach, Orpheus (Londres, 1909) , págs. 21 y sig. Véase E. Durkheim, The Elementary Forms of the Reli- gions Life (Nueva York, 1961) , págs, 57 y sig. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 21 luntad de Dios, de la simpatía con Su pathos. Cuando se lο llama a pronunciar una maldición sobre los hijos de Israel, Balaam se νe obligado a confesar: De Aram me trajo Barak, El rey de Moab de las montañas orientales: ¡Ven, maldice a Jacob por mi, Ven, exaspérate con Israel! ¿Cómo he de maldecir a quien Dios no maldijo? ¿Cómo he de exasperarme con quien Dios no se +exasperó? Nιímeros 23:7-8 Formas de profecía simpática La simpatia, la característica fundamental de la vida interior del profeta, asumió varías formas. El elemento esencial y común a todas ellas es el enfoque de la atención en Dios, la conciencia de Ia emoción divina, la intensa preocupación con el pathos divino, la solidaridad simpática con Dios. Nο obstante, siguiendo la clasificación de Max Scheler, podemos distinguir dos tipos de simpatia: 1) comunidad de sentimiento, o simpatia con Dios; 2) compañerismo en el sentimiento, o simpatía para Diοs.10 El primer tipo de relación se da cuando dos per- sonas se hallan frente al ātaúd de un amigo bien -amado. Sienten en común la "misma" pena, Ia "misma" angustia. No es que Α siente esta pena y B la siente también. Lo que ocurre aquí es un sen- 10 Max Scheler, The Nature of Sympathy, traducción de P. Heath (New Haven, 1954) . 22 LOS PROFETAS timiento en común. "La pena de A no es en este ca- so de ninguna manera una cuestión `externa' para B, como lo es, por ejemplo, para su amigo C, quien se les une y se apiada `con ellos' o `de su pena'." El sentimiento de A y el sentimiento de B son independientes uno del otro; la pena de uno no es causada ní reforzada por la pena del otro. "Por lο contrarío, la sienten juntos, en el sentido de que sienten y experimentan en común, no sólo la misma situación de valor, sino también idéntica agudeza de emoción respecto de ella." La pena y la congoja son aqui una eidéntica. Puesto que los profetas enfrentan por as! de- cirlo, el mismo objeto o realidad que Dios, es decir, Ia lucha espiritual y moral del pueblo de Israel, y la norma y motivación del pathos divino trabajó en ellos de manera similar, pueden reaccionar del mismo modo que Dios, con pena o indignación, con amor o ira. El segundo tipo de relación es el de compafie- rismo en el sentimiento, o simpatía para Dios. Im- plica la referencia intencional del profeta del sen- timiento de'alegrIa o pesar a la experiencia de Dios. Aqu! el pathos divino se presenta primero como en A, en un acto de entendimiento y la conmiseración primordial del profeta se dirige a este pathos. En otras palabras, la simpatía del profeta y el pathos de Dios son fenοmenοlόgicamente dos hechos dis- tintos, no un hecho como en el primer caso. Una simpatia tal paia con Dios deriva de un entendimiento de la situación y el pathos del Señor. Lo divino invoca un pathos similar en el profeta. Este puede responder al pathos divino sólo me- diante la intuición de lο que el pathos. puede ser. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 23 La preocupación personal del profeta por Dios tam- bién enfoca sus emociones directamente en el pa- thos de Dios. Además de su atención al pueblo —la ocasión del pathos divino— estaba también atento al pathos de Dios. Esta estructura compleja de la simpatia es el modo tipico de experiencia del profeta. Esto se aplica tanto a su solidaridad con el dolor de Dios, con el eco de la experiencia divina en relación con un objeto análogo, corno a su cπ- muniόn compasiva con El. Hay en esta relación una correspondencia directa entre el pathos divino y la simpatía humana, donde el carácter de la última depende del de la primera. El profeta permanece consciente del hecho de que el suyo es un sentimiento de compañerismo con Dios. De esta manera es guiado el profeta, no por lο que él siente sino más bien por lo que Dios siente. En momentos de intensa simpatia por Dios, es conmovido por el pathos de Dios, Quien se ve des -ilusioriado por Su pueblo. El estado está lejos de ser su principal preocupación. Sus declaraciones se basan en el punto de vista de Dios. Rara vez es una reacción personal, directa, a una situación, y principalmente una articulación de la posición de Dios y una identificación con ella. Νο obstante, al tomar la posición de Dios defiende la posición del pueblo, puesto que en realidad el pathos divino es la compasión. Pues la compasión es la raíz de la relación de Dios con el hombre. "La simpatía" como categoría religiosa, utilizada por primera vez en este libro, no implica una sig- nificación cosmológica sino antrοpοlógίca: la rela- ción inmediata del hombre con el pathos divino. 24 LOS PROFETAS Esta idea está tan libre del panteísmo de la doc- trina filosófica de la simpatía como lo está del pe- simismo de la doctrina ética de la simpatía. Es una categoría única de la antropología religiosa, que describe un tipo de experiencia religiosa sin- gular y nos permite entender la estructura de la personalidad profética. El espíritu como pathos La palabra ruaj significa, de acuerdo con los dic- cionarios clásicos, "aíre en movimiento, hálito, vien- to, cosas vanas, espíritu, mente". No se ha notado que uno de los usos principales de la palabra ruaj es el de significar pathos, pasión o emoción, el estado del alma. Cuando se combina con otra pa- labra denota un tipo particular de pathos o emo- ción. Sólo en casos rarísimos se puede interpretar como pensamiento. Las esposas de Esaú afectaron a Isaac con "amar- gura de espíritu" o pesar (Gén. 26:35; cf. Prov. 14:10). El estado interior de los hijos de Israel, esclavizados en Egipto, era de desaliento o angus- tia (Ex. 6:9).Ι 1 Ana se describió a sí misma como una mujer afligida y de espíritu amargado, ha- blando en momentos de angustia y ansiedad ( I Samuel 1:15) . "Pues el Señor te ha llamado como una mujer abandonada y apesadumbrada de espí- ritu" (Isa. 54:6). "Un espíritu de celos" acomete a un esposo cuya mujer se ha corrompido (Núm. 5:14, 11 Aquí, ruaj puede significar "impaciencia", cf. Prov. 14:29. Contrástese este uso con erej ruaj (Síra 5:11) . StMPATTA Y FENOMENOI.OGIA 25 30). Εl Señor mora con quien es de "espíritu con- trito y humilde para revivir el espíritu de los hu- mildes, y para revivir el espíritu de los contritos" (Isa. 57: 15) . Εl tiene consideración especial por quien es "humilde, contrito de espíritu, y tiembla ante Su palabra" (Isa. 66:2) . El está "cerca de Ios quebrantados de corazón y salva a los abrumados de espíritu" (Sal. 34:18 [Η. 34:191) . La misión del profeta era "otorgar a quienes se afligen por Sίόn .. . un manto de alabanza en lugar de un espíritu an- gustiado" (Isa. 61: 3) . El sacrificio aceptable a Dios es "un espíritu quebrantado" (Sal. 51:17 CH. 51: 191) . Sc utiliza en el sentido de un dolor 0 angustia profundo ("Vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por la angustia de espíritu clamaréis" [Isa. 65:141). "Estoy lleno de palabras, el espíritu dentro de mi me apena," dice Job (32:18) , quien habla en la angustia de su espíritu, en la amargura de su alma (Job 7:11) . El término se usa en el sentido de pasión erótica: "un espíritu de prostitu- ción" (Oseas 4:12; 5:4) , de intensa excitación in- terna (Ezeq. 3:14) , de "un espíritu abatido" (Prov. 17:22; 18:14). Se emplea en el sentido general de pasión intensa y abrumadora, en particular al re- lacionarsecon la ira. "Quien es lento para el enojo es mejor que el fuerte, y el que domina su espíritu mejor que quien toma una ciudad" (Prov. 16:32). En el libro de los Proverbios se alaba mucho el control de las pasiones. "Quien restringe sus pala- bras tiene sabiduría, el de espíritu prudente es un hombre de entendimiento" (Prov. 17:27) . En desacuerdo con el pensamiento de que el hombre es capaz de controlar sus pasiones, leemos 26 LOS PROFETAS en el libro de Eclesiastés: "Νο hay hombre que tenga poder sobre el espíritu para retener el espí- ritu" (8:8) . Como nombre genérico para la pasión, la palabra significa también ira. "Νο te apresures en tu espí- ritu a airarte" (Ecl. 7:9); "Quien es lento en airar- se supera al valiente, mas el impaciente de espíritu (literalmente: corto espíritu) exalta la necedad" (Prov. 14:29) . "El enojo de ellos contra él se aplacó" ( jueces 8:3) . También se utiliza para describir lo que llamamos "humor", un estado tem- porario del alma o de las emociones. "Un corazón alegre anima el rostro, pero por la tristeza del co- razón el espiritu se abate" (Prov. 15:13) . El sal- mista tiene momentos en que su espíritu languidece, perdiendo su deleite e intensidad: "Cuando mi espiritu desmayaba" (Sal. 77:3 [H. 77:4] 142:3 [H. 142:4]; 143:7). "Respóndeme a prisa, Oh Señor, mi espíritu desmaya" (Sal. 143:7) . Difícilmente se utiliza aquí el tema en el sentido de inteligencia 12 Es tan no biblico separar la emoción o la pasión del espíritu como menospreciar la emoción o la pasión. El menosprecio de la emoción fue posible al adscribir a la facultad racional un poder de soberania sobre los objetos de su comprensίόn, sien- do el pensamiento el principio activo, que mueve, y los objetos del conocimiento el material de com- 12 En este sentido, ruaj tiene su analogía morfológica en la palabra alemana mut que en el antiguo alemán signifi- caba la totalidad de la vida del alma (cercana a gemüt) ; sólo más tarde su significado se restringió a deseo, y, desde el siglo xvr, a coraje. El significado original se preserva aún en combinaciones como froher, heiterer, leichter Mut, y sobre todo en los compuestos: Gross-, Lang-, Sanft-, Schwer-, Weh-, De-, Hoch-, über-, Un-, mut. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 27 prensiόn pasivo, inerte. Νο obstante, el acto de pen- sar sobre un objeto es, en si mismo, un acto de ser movido por el objeto. Al pensar no creamos unιΡ objeto, sino que éste nos desafia. De esta manera, el pensamiento es parte de la emoción. Pensamos porque somos movidos, algo de lo que no siempre tenemos conciencia. La emoción puede definirse como el estar consciente de ser movido. La emoción es inseparable de la plenitud espi- ritual, lo que es por sobre todo un estado de ser movido. A menudo el espíritu desata la pasión, una descarga excesiva de energía nerviosa, vitalidad mejorada, fuerza interior incrementada, actividad motora aumentada, un impulso. Si bien el espíritu incluye la pasión o la emoción, no se lo debe reducir a ninguna de ellas. Espíritu implica el sentido de compartir un poder super- individual supremo, la voluntad o la sabiduría. En la emoción, estamos conscientes de que es nues- tra emoción; en el estado de plenitud espiritual, tenemos conciencia de estar uniendo, compartiendo o recibiendo "espíritu de arriba" (Isa. 32:5) . La pasión es un movimiento; el espíritu es una meta. Pathos, uno de los significados principales de rtrnj cuando se aplica al hombre, parece estar implicado en ruaj cuando se aplica a Dios , por lo menos en algunos pasajes.13 "Sc rebelaron y angustiaron Su 13 En Gén. 6:3, ruaf se usa en el sentido de la vida in- terior del Señor, según Rashi. "Mí espíritu no contenderá (?) por siempre" él lo interpreta como: "Mí espíritu no estará en un estado de descontento y no luchará. en Mí a causa del hombre ... Mí espíritu ha estado contendiendo en Mí respecto de si he de destruir o mostrar misericor- dia: este tipo de contienda no perdurará por siempre". 28 LOS PROFETAS santo espíritu" (Isa. 63:10) . En este contexto, espí- ritu, capaz de ser afectado por la angustia, tiene la clara connotación de pathos. El profeta se describe a sí mismo como una per- sona llena del pathos divino. Mas yo, estoy pleno de poder, Con el rua? del Señor, Y con justicia y fuerza, Para declarar a Jacob su transgresión, Y a Israel su pecado. Miqueas 3:8 Al profeta se lo llama ish ha-ruaj, un hombre pie- no de pathos divino (Oseas 9:7). Simpatía cósmica La idea de simpatía profética no debe identifi- carse con la idea de simpatía cósmica que a me- nudo se propugnó en la historia de la filosofia. Los estoicos concibieron al cosmos como un ser viviente dotado de razón, en el cual todas las par- tes están conectadas por un lazo de simpatía. Esta simpatía sirvió como base de su creencia en la heimarmene y en la posibilidad de predecir even- tos futuros mediante la adivinaciόn.ι 4 La doctrina de simpatía cósmica fue la idea central del pen- samiento de Posídonio.ι 5 14 Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos más célebres, VII, 149; Cicerón, De Natura Deorum, II, 19, y De Divi- natione, II, 33. 15 K. Reinhardt, Kosmos und Sympathie (Munich, 1926), págs. 92-138; I. Heinemann, Poseidonios metaphysische Schriften (Breslau, 1928), $g. 114. SΙΜΡΑΤΙΑ Y FENOMENOLOGIA 29 De la misma manera, Plotin sostiene que el uni- verso es un ser comprensivo, viviente, que circunda a todos los seres dentro de él y que tiene un alma que se extiende a todos sus miembros. Cada cosa separada es una parte integral del universo, tanto por pertenecer a su textura material como por par- ticipar en el Todo-Alma. Cada cosa es afectada por todas las demás a causa de la participación común en el universo y su alma, y al nível de su participa- ciόn. 16 Una mancomunidad de sentimientos une todas las cosas. Nuestra sumisión a la experiencia se explica por nuestra pertenencia a esa unidad, por medio de esa mancomunidad. 17 Pues, así como en un organismo único, hay una simpatía y corres- pondencia entre todas las partes del unίverso.18 Este tipo de simpatia, que se produce sin un pensamiento activo y sin una intención consciente, difiere por completo de la simpatia profética. El hombre bíblico no cree en la unidad orgánica de Dios y el hombre. Dios trasciende al hombre, y éste es por naturaleza insensible a la voluntad de Dios. La simpatia no es inherente al ser humano. La simpatia de Plotino es una acción refleja; es im- personal. No es un acto por el cual una persona entra en solidaridad emocional con otra, sino más bien un proceso en el cual la misma fuerza con- mueve a una pluralidad de seres. La simpatía pro -fétίca es un acto de voluntad, una identificación emocional de lá persona humana con Dios. La simpatía cósmica es, además, moralmente neutral. Su idea se toma prestada de la vida orgá- 1 6 Eneadas, IV, 4, 32 y sigs. 17 Ibid., IV, 5, 2. 18 Ibid., II, 3, 7; cf. IV, 9, 1; 3, 8; 4, 41; 26. 30 LOS PROFETAS nica. La simpatia profética, por otro lado, es un acto moral, motivado por consideraciones de bien y mal. Se relaciona con el fenómeno de la compa- sión. Petrus Johannis Olivi (1248/49-1298) explicó la derivación del conocimiento intelectual de la per- cepción sensorial, que difiere básicamente de él por Ia doctrina de la solidaridad de lbs poderes del alma (colligantia potentiarum aninute) más que por medíos de causalidad. "Si dos poderes están correlacionados entre sí, un movimiento en uno produce un movimiento correspondiente en el otro: no a causa de un actio sobre el último, sino por colligantia con él, i.e., per f ormalem inclina tionem et unionem iρsius ad illud, cui est colliga- turn." is Olivi sostiene, con Ibn Gabirol, que el alma es una unidad compuesta consistente de varias(ve- getativa, sensitiva, intelectual), que están unidas por su relación común con la misma materia espi- ritual. "Puesto que su materia es la misma, la acción de una de estas formas agita, por así decirlo, esta materia, cuya conmoción sienten las otras formas y es percibida por sus poderes conocedores. No hay, en consecuencia, una acción directa de una facul- tad sobre las otras, sino una solidaridad natural entre las diversas formas de una materia común. " 20 19 B. Géyer, `Die patristische und scholastische Philo- sophie", en F. Ueberweg, Grundriss der Geschichte der Philosophie, II (Berlin, 1928), págs. 490 y sig., idem, "Die mittelalterliche Philosophie", en M. Dessoir, Lehrbuch der Philosophie (Berlin, 1926), págs. 357 y sig. 20 E. Gilson, History of Christian Philosophy in the Mid- dle Ages (Nueva York, 1955) págs. 344 y sig. Según Gil- son, ρ6g. 693, n. 41, la solidaridad de los poderes del alma no es una teorfa propia de Olivi: Atenágοras admite que SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 31 La teoría de Olivi es similar a la doctrina de sympathia seu consensio potentiarum cognoscen- tium, de Suárez, de la interrelaciόn psίcolόgica en el ejercicio de varías facultades. "La armonia (sym pathia) maravillosa se explica por el hecho de que cuando se ejercitan las facultades inferiores, las superiores producen en sί mismas las especies co- rrespondientes, sin ninguna influencia causal reci- proca." 21 Agripa de Nettesheim (m. 1535) , tam- bién enseñó que la simpatla era la base de la armo- nla en el sentido panteísta. Entusiasmo y simpatía Los profetas estaban tan profundamente cons- cientes de la realidad del pathos divino como lo estaban de sί mismos y de sus propios sentimientos. Ese es el verdadero significado de la religión de simpatia: sentir el pathos de Dios como uno siente el estado de su propia alma. En entusiasmo, el hombre se experimenta a sί mismo como divino (entheos) ; en simpatla, experimenta a Dios como a su propio ser. En entusiasmo, uno logra la exal- tación personal; en simpatla, un sentido de la esen- cia divina. No hay una fusión de ser, unio mystica, sino una armonla Intima en voluntad y sentimiento, en los filósofos griegos se encuentran insinuaciones de mo- noteísmo, si bien era sólo una conjetura debida a la sim- patía que se daba entre sus almas y el espíritu divino. (Intercessions for the Christians, "The Ante-Nicene Fathers of the Church" [Grand Rapids, 1950-51], ράg. 382). 21 Rösseler en Philosophisches Jahrbuch (1922) , págs. 185-191, citado por Ludwig, Dos akausale Zusammen wirken (tesis, Munich). 32 LOS PROFETAS un estado que puede llamarse unid sympathetica. 22 Es un acuerdo de la privacidad humana y la preo- cupación divina. Uno no se siente unido al Ser divi- no, sino emocionalmente identificado con el pathos divino. Esta unidad en la conciencia, la unidad de voluntad y experiencia, de personalidad e inspira- ción, expresan bien la propia esencia del espíritu profético. El profeta es una persona transformada interior- mente: su vida interior está formada por el pathos de Dios, es teοmόrfica. La simpatia, que tiene lugar a causa de la voluntad divina, y en la cual una preocupación de Dios se convierte en pasión hu- mana, es la realización de la trascendencia. El en- tusiasmo, causado por el esfuerzo por la exaltación personal, pocas veces eleva al hombre por encima de las metas que se fija. En simpatía encontramos una identidad entre 10 privado y 10 divino; no hay una fusión real del profeta con lo divino, sólo una identificación emo- cional con el pathos de Dios. Es una unidad de voluntad y emoción, de conciencia y mensaje. Pathos, pasión y simpatía La religión antigua no sólo conoció dioses feli- ces, serenos y otros demoníacos y viciosos, sino también el mito del dios sufriente, cuyo destino ejerció una profunda atracción emocional en los corazones de los feligreses, simbolizando su impo- 22 "Yo no soy `uno con' el acróbata; sólo estoy `con' él" (Edith Stein, citado por M. Scheler, The Nature of Sym- pathy [New Haven, 1954], ράg. 18). SIMPATIA Υ FENOMENOLOGIA 33 tenia frente a un poder vil y la eventual, aunque temporaria, liberación. Podemos poner de manifies- to la poderosa atracción del dios sufriente en el hecho de que su culto se celebraba no sólo en el ritual del templo sino también en difundidas ob- servancias ρορulares. 23 En muchas tierras del antiguo Cērcano Oriente la declinación periódica y la renovación de la vida' de la naturaleza era representada por la muerte de un dios, a quien mataba un enemigo. El resulta- do de su muerte era el estancamiento de toda vida natural. Una diosa madre lo lloraba y se apartaba para restaurarlo. Se 10 encontraba y liberaba, y con su resurrección toda la vegetación revivía. En Egipto, Osiris era el dios sufriente, llorado y libe- rado por Isis. En Mesopotamia, el llanto por la muerte de Tammuz y su liberación por Ishtar, la gran madre, era la celebración más imροrtante del año. En Siria y en Grecia, la divinidad era Adonis (la forma griega del adon fenicio, "señor"), resca- tado por Afrodita. El culto también se celebraba en Roma, donde cada año, el 28 de octubre, se representaba el la- mento por Osiris, la búsqueda, el encuentro, y el regocijo. Con ruidosos llantos y expresiones de angustia apasionada, en los cuales se unían sacer- dotes y pueblo, Isis, secundada por Neftis Ý Anu- bis, buscaba el muerto y, según un . mito posterior, desmembrado cuerpo de Osiris. Con el grito que anunciaba el descubrimiento, la angustia se trocaba en alegría. 23 Cf. los lamentos de Tammuz que Ezequiel observó en Jerusalén (Ezeq. 8 :14) . 34 LOS PROFETAS La importancia de estos rituales no radicaba sólo en la muerte y sufrimiento del dios sino también en el llanto y lamentación por parte de la diosa madre. La imagen de una madre o esposa acongo- jada era un factor adicional para promover una profunda emoción de simpatía. En el rito público y , durante el período grecorromano, en cultos de mis- terios secretos, los devotos experimentaban la pa- sión o el sufrimiento del dios y compartían su des- tino tanto en angustia como en alegría. Es necesario establecer un agudo contraste entre el pathos y el tema de la pasión divina; la simpa- tía profética no debe equipararse con la participa- ción del devoto en la pasión divina. En la pasión, se piensa a la divinidad como un mártir, cuyo su- frimiento se encuentra, en último análisis, en la impotencia del dios. En el pathos, se piensa a Dios como un Amo supremo de los cielos y la tierra, Quien se ve emocionalmente afectado por la con- ducta del hombre. De este modo, en el mito del dios sufriente y la diosa enlutada, Adonis murió a manos de un enemigo con apariencia de jabalí; Osiris fue asesinado por su hermano Set. El tema era la lamentación por la muerte de un dios. El pathos, por otro lado, es sufrimiento en el sentido de compasión o de indignación moral. Alli el dios era una víctima, aquí Dios-es el Señor preocupado por Su creación; alli, un sentimiento de llanto y lamentación; 24 aquí, la simpatia que hace un lla- mado a la rectitud y fidelidad de Dios. 24 En el misterio de la sucesión egipcia , Horus gime por su padre y dice: "Han puesto ã éste, mi padre en la tierra... Han hecho que sea necesario lamentarlo". (H. Frankfort, Kingship and the Gods [Chicago, 19481, ράg. 288) . SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 35 La pasión es el sufrimiento personal y privado de una deidad; todo ocurre durante la vida de un dios, a pesar de que se lο toma como un evento que afecta la vida del hombre. El pathos es un estado relativo, siempre se refiere a la humanidad; es una reacción a lο que acontece durante la vida de la humanidad. "En el mito del dios sufriente y de Ia diosa enlutada el complejo de sentimientosque caracteriza la religiosidad de Mesopotamia podía encontrar expresión adecuada: la ansiedad inhe- rente a un destino incierto; la angustia de que la vida es transitoria y la muerte no tiene el consuelo de la esperanza; la exultación de que la vida conoce la abundancia." 25 Lo que se expresa es la lucha natural del hombre. Los profetas, por otra parte, están preocupados por la lucha moral e histórica del hombre. Las representaciones de pasión son las reproduc- ciones de un destino trágico que se completó en el pasado o un ritual que simboliza su eterna repeti- ción. En la simpatia profética no hay reproducción; el pathos divino es una situación presente, y, con una excepción, no hay reproducción de él; 26 sólo hay una conciencia, una identificación interna y un esfuerzo por ponerlo en palabras. Lo que se da a los profetas es el pathos de Dios como reacción libre del Señor a la conducta del hombre; lο que se da en las representaciones de pasión es el mar- tirio de un dios, soportado en forma pasiva y pro- ducido por un enemigo; en el segundo es un su- 25 Ibíd., 283. 26 El casamiento de Oseas es un acto aislado de simpatía, no un culto de simpatía. 36 LOS PROFETAS frimiento físico, en el primero moral. La pasión del dios muriente puede ser objeto de ritos de culto; el pathos sólo puede captarse mediante la comunión emocional. El propósito original de los misterios de pasión era el de permitir al dios muer- to que volviera a la vida, un pensamiento absurdo y repulsivo para la mentalidad bíblica. 27 Imitación de Dios y simpatía En el àntiguo Egipto se dijo: "ΕΙ rey hace 1 0 que Osiris hace". ΕΙ hombre debe tratar de asemejarse lo más posible al dios, sugiere Platón en su Theae- tetus. 28 ΕΙ fin de los misterios helenísticos era que el participante dedicado se aproxímase a la deidad 10 más posible. En los cultos de Isis y Mitra el motivo de imitatio dei era centra1. 29 En la religión de Zaratustra todo cultivo del suelo —por ejemplo, 27 "Hay un elemento de impredecibilidad en su resu- rrección puesto que el retorno de la vitalidad de Ia natu- raleza está más allá del alcance de la planificación humana. Sin embargo, la comunidad no puede esperar pasivamente una resurrección de Ia cual depende su propia existencia. Por tanto se realiza una `búsqueda' ritual, y la preocupa- ción de .la sociedad por el destino del dios se expresa por Ia procesión, el lamento y otros ritos apropiados. El duelo y la búsqúeda se presentan en la personificación del mito como parte .de una diosa" { H. Frankfort, op. cit., pág. 288) . 28 "Por tanto, debemos tratar de escapar de la tierra a Ia morada de los dioses lo más rápido que podamos; y es- capar es asemejarse a Dios, en cuanto esto es posible; y asemejarse a el es hacerse justo q santo y sabio." (Thecetetus 176a y sig.) . 29 R. Reitzenstein, Mysterien religion (Leipzig y Berlín, 1927), págs. 192 y- sig.; F. Cumont, Die Mysterien des Mithra (Leipzig y Berlín, 1923), págs. 143 y sig. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 37 arar— se consideraba como una imitación -de Ahura Mazda en la lucha contra el espíritu malο.30 Pablo enseñó que se debla seguir a Cristo, y de esta ma- nera la vida de jesús se convirtió en norma para la piedad cristiana (Romanos 6:4 y sigs. ; Efesios 5:1). Las formas de esta disciplina religiosa son dis- tintas en los diversos cultos, pero en el fondo im- plican la misma disposición del alma y se identifi- can en un propósito común: la aproximación de la propia vida a la vida de Dios. La simpatía profética no es en modo alguno idén- tica a la •imitación de Diõs, lο que en su sentido más general es también un motivo bíblico (cf. Lev. 19:2) . La diferencia es aun más significativa puesto que el parecido, también, es obvio. La imitatio, cuya norma es una historia de vida concreta, se concibe como una forma práctica de vida. La sim- patía, cuyo objeto es una realidad espiritual in- terna, es una disposición del alma. El prototipo de Ia imitatio es un modelo invariable; un conocimien- to tradicional constante de él indica un camino listo a seguir. El pathos, por otro lado, cambia sin cesar según las circunstancias de la situación determina- da. El contenido de la simpatia no es fijado por ninguna premeditación. Lo que se encuentra en ella es simplemente la orientación hacía la reali- dad viviente de Dios. . La imitatio se preocupa por el pasado, la simpa- tía por el presente, el acontecimiento. La imitatio mística se halla alejada de la historia; lο que está 3 Ó H. Lommel, Die Religion Zarathustras, pig. 250. 38 LOS PROFETAS en cuestión en la simpatia es una situación histό- rical real. Así como el pathos implica una relación de Dios con el pueblo, la simpatía, a diferencia de la imi- tatio que niega el mundo, es motivada por la aten- ción a la existencia humana. La simpatía, como el pathos, se dirige al pueblo. El pathos y la simpatia corren paralelos, pero en la imitatio el hombre se vuelve directamente hacia la norma. De acuerdo con la significación trascendente de los actos y experiencias proféticas, su sentido en- cuentra su realización más allá del rango de la ac- ción humana. La simpatía, asimismo, no es un fin en sí misma. La imitatio, por otra parte, cuyo fin es la exaltación personal, es en si misma la reali- zación. El fin de la simpatía no es el de asemejarse a Dios, sino de ser efectivo como profeta por me- dio de la aproximación al pathos de Dios. En la simpatía, el pathos divino se experimenta en el mo- mento de crisis; en la imitatio, la norma fija se transmite. En el primer caso se necesita una asi- milación o entendimiento creador; en el segundo, el simple conocimiento es algo suficiente. En la imitatio, el ser completo de la deidad se toma a menudo como norma; en la simpatia, sólo se toma así su aspecto como ρathos.31 31 Sobre el problema de imitatlo dei en el judaismo cf. M. Buber, "Nachahmung Gottes", Kampf um Israel, págs. 68-83; Marmorstein, "Die Nachahmung Gottes in der Aga- da". Festschrift fdr Wohlgemut, págs. 144-159; A. J. Hes- chel, Maimondes (Berlin, 1935), págs. 272 y sigs.; A. J. Heschel, Theology of Ancient Judaism, I (Heb.; Londres y Nueva York, 1962), ράg. 153 y sig. CApfInJLO ΙΙ PROFECIA Y EXTASIS La separación del alma del cuerpo Ninguna de las formas de experiencia religiosa ha fascinado tanto al psicólogo y al historiador co- mo el éxtasis. A menudo se lo ha considerado como un fenómeno universal, cuya elucidación resolvería la incógnita de cómo surgieron las religiones. La inspiración profética se consideraba una forma de éxtasis. . La teoría del éxtasis logró dos cosas. Primero, redujo la profecía bíblica, así como también otros fenómenos en la historia de la religión, a un de- nominador antropológico común; a los profetas se los clasificó convenientemente como un fenómeno típico de la sociedad primitiva o antigua. En se- gundo lugar, ofreció una explicación psicológica de lo que parecia ser un enigma. Antes de analizar la validez de esta teoria trataremos de aclarar el significado y las implicaciones del éxtasis y tam- bién de bosquejar la historia de la teoría en la interpretación de la profecía. Los griegos, quienes acuñaron la palabra "éx- tasis" (ekstasis) la utilizaron para referirse a un 40 LOS PROFETAS estado de trance eh el cual el alma _ ya no estaba en el cuerpo sino que së " "había seράradο de él y entrãdο en relación con seres invisibles, ò bien se babía unido a una deidad. 1 Era un modo de ascen- der a una forma de vida superior, o por lο menos una manera que posibilitaba el recibimiento de dotes supernormales. Desde el punto de vista de la psicología el éxta- sis es "un retiro de la conciencia de la circunfe- rencia al centro"; un estado en el cual la -mente se absorbe tan profundamente enυnα idea, en un - deseo, que todo lο demás se borrai Una persona en éxtasis es impermeable a mensajes del exterior; Ia. conciencia de tiempo y . espacio, de uno mismo, desaparecen. Una condición semejante -se produce mediante preparación, y _los medíos que se utilizan pära indúcirla "varían: narcóticos, alcohol, mίιsica, baile. Pero el éxtasis también puede inducirse por técnicas de contemplación y concentración espiri- tual completa, así como también por la οraciόn. 2 Hay dos tipos fundamentales de éxtasis: el de- senfrenado y ferviente, que es un estado de frenesí que surge de la sοbreestimulaciόn y la tensión emo- cional; y_ el sobrio o contemplativo, que es el arro- bamiento del alma en un estado de calma completa y que permite a la persona elevarse por sobre los confines de la conciencia. La motivación para el éxtasis se halla en el deseo de comunión con el Ι E. Rodhe, Psyche, II (Tübingen, 1925), 311 y sigs.; cf. Schneider, "Die mystich-ekstatische Gottesschau ím . .Griechisehen und Chirstlichen Altertum," Philosophisches Jahrbuch der Görresgesellschaft, ΧΧΙ, 24 y sigs. 2 E. Underhill, Mysticism (Londres, 1912), ράg. 363 jy sig.; P. Beck, Die Ekstase (1906). SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 41 ser superior que trasciende él alcance del hombre en su condición normal. Parece que el tipo de éx- tasis que uno intenta alcanzar se halla determinado por la concepción que se tiene del carácter del ser semejante. Si se piensa al dios como un ser sensorio, la comunión se llevaría a cabo mediante un éxtasis ferviente. Si se piensa a la divinidad en términos que destacan la invisibilidad, la distancia, el misterio o la incomprensibilidad, el éxtasis sobrio prevalecería. Como ejemplos pueden mencionarse el frenesí dionisíaco y el arrobamiento neoplatónico. El éxtasis es parte de la creencia, sostenida por los pueblos primitivos en todo el mundo, en la se- paración temporaria del alma y cuerpo durante el sueño, lá enfermedad o el estado hipnόtíco. 3 Herodoto menciona-que Aristeas de Proconnesus, "en un rapto de furia báquica", según su poema, visitó milagrosamente los pueblos del norte en lu- gares distantes. Se dice de Hermotimus de Clazo- menae —a quien más tarde se consideró una forma preexistente de Pitágoras— que su alma se separaba 'le su cuerpo durante años enteros, para errar en el espacio y aprender cuestiones secretas, míentràs su ..cuerpo yacía como muerto. Cierta vez, durante una de esas separaciones, sus _enemigos prendieron fuego a su cuerpo inerte, y de este modo impidieron el retorno del almaï 4 De Épménides, el cretense que según Platón ✓predijo . la guerra persä diez años 3 Véase J. G. Frazer, Taboo and the Perils of the Sent (Londres, 1920) , cap. 2; véase también Achelis, Die Ekstase (Berlín, 1902), pág. 21. 4 Herodoto, Historias, N, 13-15; véase._ E. Rohde, ορ.. cit., pág. 94 ÿ sig., 42 LOS PROFETAS antes de que οcurriera,s y que debía haber" ayudado a los atenienses a limpiar su ciudad de una plaga por medio de un sacrificio, se dice que tenía el poder de enviar su alma fuera de su cuerpo, al cual volvía luego, a νοluntad.6 Un asimiento divino La posesión o el entusiasmo se relaciona con el fenómeno del éxtasis. Hay una creencia, que se en -cueńtra en muchas partes del mundo, de que los poderes sobrenaturales, espirituales o divinos, pue- den tomar posesión de una persona, sea en forma permanente o temporaria, para bien o para mal. 'La enfermedad, por ejemplo, se creía ocasionada por un demonio que penetraba en las personas y tomaba posesión de ellas. Las manifestaciones anor- males, físicas o psíquicas, se consideraban como evidencia de la presencia de un dios o un espíritu. La gran cantidad de encantamientos cuneiformes que se hallaron en las ruinas de Babilonia se basan en la creencia de que algún demonio o fantasma toma posesión del hombre enfermo, y es necesa- rio expulsarlo para poder curar al paciente. Los que se denominan Salmos de Penitencia presumi- blemente tengan su origen no en la compunción del suplicante sino en su enfermedad física, que é1 atri- s Leyes, 642d. s E. Rohde, op. cit., ράg. 96 y sigs. Según Plutarco, Vidas, Solόn, XII, Epíménides "tenía la reputación de ser querido por los dioses y sabio en asuntos divinos con la sabiduría del enthousiasmos y de los misterios, por lo cual los hombres de su tiempo lo consideraron hijo de una ninfa llamada Balte, y un nuevo Kures". SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 43 buye a un golpe sobrenatural. Así como la medicina moderna distingue un germen de otro, los antiguos babilonios distinguían entre un demonio y otro. La persona poseída se enferma o delira, pero también, en ciertas circunstancias, se inspira. Su lenguaje o accίόn se considera entonces como pro- cedente de -y no solo promovido por— un poder superior que teside en su interior. A quienes se hallan bajo la influencia de la posesiόn se los con- sideró hechiceros, oráculos o profetas. "El intento de llenarse materialmente con seres divinos o demoníacos concebidos materialmente, o de unirse con ellos, forma parte de los primeros fenómenos demostrables de los cuales surgiό más tarde el sentimiento religioso." Se creyό posible "ser penetrado por la sustancia divina por medio de una unión sexual o tragando el objeto al cual se creía asiento del demonio." 7 Entre los griegos una condicion semejante se describe como un asimiento divino, como un estar lleno con el dios, entusiasmo en el sentido original de la palabra entheos: tener a dios en uno mismo. En consecuencia, la posesiόn, o el entusiasmo, es básicamente distinta del éxtasis; no obstante como a menudo aparecen juntos, muchas veces se con- funde a uno con el otro. Entusiasmo es el èstado de un hombre en quien mora un dios, mientras que éxtasis denota la separaciόn del alma del cuerpo, y también el estado en el cual el alma se lanza hacia el dios y lucha por unirse a él. 8 El entusiasta Ι Gruppe, Griechische Mythologie (Munich, 1906), pág. 849. 8 Véase A. Dieterich, Eine Mithrasliturgie (Leipzig, 1903), pág. 98. . 44 LOS PROFETAS se siente arrastrado por una fuerza superior, que lο saca completamente de sI mismo y lο llena de nuevas percepciones, nueva fuerza, nueva vida. Este estado puede producirse por bailes salvajes con el dios, por una comunión ritual que utiliza simbolismo sexual, o tomando vino, puesto que Dionisio se materializa en él. La pítia fue inspirada por el vapor que saHa de una hendidura en la tie- rra. Se la consideró poselda por el dios que, abrién- dose paso a través de ella, la obligó a someterse a su gula exclusiva.° El rito principal de las org!as dionis!acas era la teofagia, el acto de comer al dios. Los feligreses, en un estado de trance extάticο, destrozaban un animal —la encarnación del dios —y devoraban su carne cruda. Matando al dios, co- miendo su carne y tomando su sangre, se llenaban con el poder divino y se transplantaban a la esfera de la divinidad. 10 Para hacer lugar a la fuerza superior, la persona debe perder el poder sobre s i misma. Debe aban- donar su mente para poder recibir al espiritu. La pérdida de conciencia, el éxtasis, es un requisito previo para el entusiasmo, o la posesión. El éxtasίs es un estado en el cual el alma es, por as! decirlo, liberada de —o elevada por sobre— el cuerρο.11 Es 9 Ibid., ράg. 97 y sigs.; sobre la υnίδn erótica de la sacerdotisa délfica con Apolo , véase ράg. 14, Cf. L. R. Famell, Cults of the Greek States, ΗΙ (Oxford, 1896), pάg. 300. ΙΟ Bertholet-Lehmann, Lehrbuch der Religionsgeschichte, 1I (Tiibingen, 1925), 293. 11 Las mentes de los mystai clebian primero liberarse por completo de toda atadura terrestre para poder estar prepa- rados para las cosas santas que Ios ritos de iniciaciόn re -velarian. W. Wundt, Völkerpsychologie,V (Leipzig, 1910), SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 45 un estado durante el cual la respiración y la circu- lación reducen su ritmo. A veces el arrebato es tan profundo que hay una anestesia completa. 12 Esta medida siempre fue adoptada por el mago cuando, en estado de éxtasis, trataba de obtener un enten- dimiento visionario. de enfermedad. "Como condi- ción anormal el éxtasis pertenece al grupo de los fenómenos histérico-hipnóticos, rayando en el so- nambulismo; al alcanzar su grado máximo se con- vierte en obsesión. Como condición patológica tal,_ el éxtasis debe ser tan antiguo como la humani- dad". 13 Una locura sagrada En Grecia, el culto dionisiaco fue el precursor del éxtasis popular. "Los adoradores de Dionisio creían estar poseídos por el dios. El paso siguiente era estar convencidos de que se hallaban realmen- te identificados con él, que en verdad se conver- tían en él. Todas las religiones orgiásticas com- partían esta convicción, que sin duda habiá surgido de las sensaciones físicas _ de la intoxicación. Quie- nes adoraban a Sabacio se convertían en Saboí, quienes adoraban a Kubebe, en kubeboi, y los que adoraban a Baco, en bacoi; en Egipto los adorado- res de Osiris, después de su muerte, se convertían pág. 181, define el éxtasis como una separación temporaria del alma y el cuerpo, como un transplante de la conciencia a lugares remotos, un alejamiento del ambiente inmediato. 12 E. Underhill, op. cit., pág. 359. 13 M. Ebert, Reallexikon der Vorgeschichte, s.v. "Ekstase". 46 LOS PROFETAS en el dios." 14 El ekstasis, el alieńatio mentis tem- porario del culto dionisíaco no se consideraba un errar vano, sin prορόsitο, en una region de ilusiόn pura, sino como una hieromania, una locura sagra- da en la cual el alma, dejando el cuerpo, buscaba Ia unión con el dios. "Está ahora con y en el dios, en la cοndiciόn del enthousiasmos; los que están poseídos por esto son los entheoi; ellos viven y tie- nen su ser en el dios... El entheοs está completa- mente en poder del dios; la divinidad habla y actúa a través de él. El entheos ha perdido la conciencia de si mismo." 15 Por lο general se considera al Asia Menor como el lugar de origen de las religiones orgiásticas. En Ia actualidad se sabe que Dionisos no era original- mente una deidad griega, sino que fue importada a Grecia desde Tracia, donde se lο adoraba bajo el nombre de Sabos, 0 Sabaciο. 16 Su culto se extendiό a través de Grecia poco antes del ocaso de la his- toria griega. Si bien en un principio encontro ορο- siciόn, el nuevo culto se mostro irresistible y avanzo triunfante, tomando a Tebas como su metrόροΙis helénica y asegurando luego su pοsiciόn en Delfos, donde el sacerdocio y el oráculo de Apolo se con- virtieron en sus campeones. Todos los griegos se familiarizaron con la experiencia emocional de sus éxtasis y la exaltacion afiebrada de una union con el dios. Y4 J. Harrison, Prolegomena to the Study of Greek Reli- gion ( Nueva York, 1955) , pág. 474. 15 E. Rohde, op. cit., pkg. 19 y sig. 16 Herodoto, Historias, V. 7; véanse las notas de W. W. How y J. Wells en la edition de Londres, 1912. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 47 Vestidos con pieles de ciervo, coronados de hie- dra, conducidos por el sacerdote, los fíeles iban a los sitios más salvajes de las montañas para cele- brar los ritos. Νο faltaba nada que pudiera servir para introducir un sentimiento de exaltación: la oscuridad de la noche, música —de flautas, timpa- nos, o timbales— bailes, el vino, que era el regalo especial del dios. Todo esto producía el estado de ekstasis o enthousiasmos, que podía verse en un estallido salvaje de fuerza sobrehumana, y que producía el sentimiento de autoabandono. 17 Su pelo desgreñado se mecía al viento mientras llevaban las serpientes o dagas, las mujeres bailaban con frenesí salvaje ante el resplandor de las antorchas, girando vertiginosamente al estruendo de la ruda música —el choque de vasijas de bronce, el hueco redoblar de grandes tambores, el silbido es tridente de las flautas— y gritando: ¡Eoui! Trascendiendo los limites de su propia naturaleza los adoradores lograban un sentimiento temporario de identidad con el dios, que podría beneficiarlos aun después de la muerte. En su frenesí se arrojaban sobre un toro o un chivo, al que se suponia la encarnación del dios, despedazándolo con sus manos o dientes, y al consumirlo se llenaban con la sangre y el espíritu del dios, logrando de esta manera poderes divinos. 18 1^ Es cierto, sin embargo, que no todos los que partici- paban en los actos dionísiacos eran elevados a una expe- riencia tal. "Pues muchos, como dicen en los misterios, son los que elevan el tirso, pero pocos los bacantes" (Platón, Fedόn, 69). 18 Euripides, Bacchae, 120 y sigs., 680-768, 1043-1147; E. R. Dodds, "Maenadism in the Bacchae", Harvard Theo- 48 LOS PROFETAS Ni siquiera el culto de Apolo permaneció libre de excesos οrgiάsticos. 19 Los que se inclinan a conside- rarlo como el dios de la luz y la belleza, del límite y "de nada demasiado, que es pura racionalidad y dulce lucidez, atribuyen el elemento extático de su culto ã la influencia de Diοnisiο".20 Si Apolo ejerció su influjo suavizador sobre el furioso Baco, Dionisio impartió a su vez cierta medida de éxtasis a la pítia, la profetisa de Apolo en Delfos. No obs- tante, se ha sugerido que el ekstasis no era original en el culto de Apolo, y que el ekstasis mánticο de su culto fue tornado simplemente de los adoradores de Diοnisiο. 21 Del mismo tipo orgiástico del culto de Dionisio era el de la Gran Deidad Madre de los frigios, Ci- . beles. Sus ritos tuvieron su origen en Anatolia, Asia logical Review, XXXIII (1940), 155-176; J. Geffcken, "Maenads", ERE, VIII (1908 y sigs.), 240 y sig. 19 En griego órgia significaba primariamente actos de ri- tual. Se aplicaba sobre todo a los cultos secretos o místicos, tales como los mysteria eleusinos y la homofagia dionisíaca. De las bacanales prohibidas en Roma el término derivó su significado moderno cie orgia, especialmente cuando se alude à excesiva indulgencia o licencia. (Véase Oxford English Dictionary) . 20 La oposición al culto del éxtasis encontró su expre- sión en. la siguiente tradición o 'historia citada por Plafón. Dionisio fue privado de la razón por su madrastra Hera. En venganza inspiró el furor báquicos y el coribantismo a . otros, para Ιo -cual dio el vino a los hombres (Platόn, Leyes, 672b). Según U. von Wilamowitz-Moellendorff, Der Glaube der Rellenen, II (Berlín, 1932) , pάg. 66. n. 4, esta oposi- ción es una tendencia ascética tardia, correspondiente a los _ movimientos que exigen la ρrohíbíción en tiempõs eno- demos. 21 W. K. C. Guthrie, The Greeks and Their Gods (Lon- dres, 1950), ράg. 200 y sig., 204; véase, empero, E. I{ohde, op. cit., pág. 56 y sigs. . SIMPA77A Υ FENOMENOLOGIA 49 Mēnor, en tiempos prehistόrícοs, posiblemente an- tes del advenimiento de los frigios (alrededor de 900 a.e.c. ), y se centraliz-αron sobre todo en Frigia. De Asia Menor el culto se extendiό a Tracia y las islas, y por último a Grecia, donde se lο utilίzό con el culto de Rea, "la Madre de los dioses". En el año 205 a.e.c. se descubriό un oráculo sibilino que ordenaba a los romanos introducir el culto de la Gran Madre (Magna Deum Mater) . Después el culto fue adoptado por Roma. La Gran Madre tenía una comitiva de demonios sirvientes llamados Coribantes, quienes debian acompañarla con bailes salvajes y música embria- gadora, mientras ella erraba a la luz de una autor- cha sobre los montes selváticos. El nombre _ tam- bién se dio en Frigia al sacerdote eunuco de la diosa 22 En los ritos de la Gran Madre, en los cuales el adorador intentaba lograr la unión con la deidad, Ia adορciόn del feligrés como hijo de la diosa se llevabaa cabo mediante una cοmuniόn sexual: Las orgias servían para inflamar a los sacerdotes y adoradores de la diosa hasta el más alto gradó de entusiasmo. Acompañados de música -estrepitosa, tocada en flautas, címbalos, panderos, y castañue- . las, los adictos de Cibeles y Rea clamaban y bai- laban hasta el frenesi. El grito estrepitoso de •los sacerdotes de la Gran Madre, que "hace temblar a todos los que le escuchan", se ha comparado con los chillidos de un demente. La - excitaciόn delirante 22 De ese nombre los griegos formaron el verbo "cori- bantear" que significa estar en un estado de locura divina en el cual tienen lugar ;alucinaciones. . 50 LOS PROFETAS de los sacerdotes culminaba en la autοflagelaciόn o la autοlaceraciόn con cuchillos, para simbolizar el acto supremo de la consagración a la Madre, que consistía en la autοcastraciόn. Si bien no es posible atribuir al culto temprano de Asía Menor todas las costumbres que se practi- caron siglos después entre los romanos, es correcto afirmar que los repugnantes ritos sensuales, y los templos de la montaña del culto de Cibeles, tienen sus paralelos en el culto semita; el parecido de la Gran Madre con Astarté es casi total.23 Apuleyo, escribiendo sobre los sacerdotes erran- tes de Siria en sus propios días, describe cómo so- lían hacer su entrada en la casa de campo de un hombre rico: "En el momento de entrar, formaban un coro de aullidos disonantes y corrían locamente por toda la casa, con las cabezas agachadas y los cuellos que se retorcían con movimientos serpenti- nos. Hacían girar sus rizos colgantes hasta que for- maban un círculo, y cada tanto se mordían sus pro- pios músculos con los dientes. Por último, cuando ya hablan hecho esto durante un tiempo, cada uno comenzaba a herir sus brazos con los cuchillos de doble filo que llevaban. Mientras tanto, uno des- variaba más salvajemente que los otros; dejaba oír un jadeo profundo y acelerado, que parecía venir desde su interior, como si estuviera lleno del espí- ritu de una divinidad, y simulaba un frenesi que atormentaba todo su ser. ¿Como si, en realidad, la 23 G. Showerman, The Great Mother of the Gods (Βο- letin NQ 43 de la Universidad de Wisconsin [Madison, 1901] ), ράg. 238 y passim; E. O. James, The Cult of the Mother-Goddess (Nueva York, 1959) , ράg. 69 y sigs. SIMPATIA Y FENOMENOLOGIA 51 presencia de los dioses, en lugar de mejorar a los hombres tendiera a hacerlos más débiles y enfer- mos]" 24 Éxtasis entre los semitas Los fenómenos de éxtasis y entusiasmo no pare- con haber sido muy populares entre todos los pue- blos semitas. Los babilonios, que desarrollaron un intrincado sistema para tratar las enfermedades, que creían causadas por la posesión de demonios, en apariencia no creían en la posesión de un hom- bre por un espíritu o un dios 2 5 La práctica muy desarrollada de la adivinación, que desempeñaba un papel importante en la vida religiosa de los babilonios y asirios, era un tipo de ciencia o técnica sin elementos orgiάsticos. 26 Se sabe de un caso de éxtasis en Fenicia. En los llamados Papyrus Golenischeff, del siglo xi, un 24 H. E. Butler, trad., The Metamorphoses or Golden An off Apuleius of Madaura (Oxford, 1910), VIII, 27; II, 55. En las Aethiopica de Heliodoro (4,16) el héroe de la histo- ria relata un sacrificio por parte de ciertos navegantes de Tiro al dios de Tiro y describe graficamente la danza ex- tάtica que lο acompaña: " Υ los dejé allí con sus flautas y sus danzas al son de la música violenta de sus caramillos a la manera siria, brincando en cierto momento y eleνάn- dose con άgiles saltos, en otros coleando sin cesar en el suelo (es decir, con la rodilla doblada) y doblando todo el cuerpo, come personas poseídas, girando en círculo". 25 H. Junker, Prophet and Seher in Israel (Trier, 1927), ράg. 94, trata de probar lο opuesto, de una forma no con- vincente. Véase también R. C. Thompson, The Devils and Evil Spirits of Babylon (Londres, 1903-1904). 26 Para una descripción de esa practica, cοmpάrese B. Meissner, Babylonien and Assyrien (Heidelberg, 1925), cap. 18. 52 LOS PROFETAS egipcio relata que en una ocasión, cuando el prín- cipe de Byblos se hallaba "haciendo ofrendas a sus dioses, el dios que estaba en la ceremonia to- mó a uno de los jóvenes y se posesiοnό de él". En un estado de frenesí el joven expresó el deseo del dios de qúe el príncipe debería dar hospitalidad a un egipcio que pasaba y a su dios, a quien el egipcio llevaba consigo para que lo protegiera en su viaje, a pesar de que el principe lo había desee- dido previamente. 27 De la Arabia preislámica tenemos una versión de la inspiración extática del kahin, o adivino. "La forma de su profecía es prosa rimada..., el len- guaje peculiar de la vida extática. El habla... al pueblo, no como un igual, sino directamente como su dios; ellos son sus `sirvientes', estrictamente 'es- clavos'. Responden con la fgrmula que sólo se utiliza para dios: `¡Contigo! ¡Oh nuestro Señor! "28 En Egipto, relata Plinio, se adoraba a un buey como la deidad llamada Apis. Durante las procesio- nes relacionadas con su culto, lo atendía un grupo de . niños que cantaban himnos en su honor. Las multitudes se inspiraban repentinamente, y prede- clan eventos futuros. 29 Se conocen relatos de entusiastas entre los hititas que decían estar unidos con la deidad, que ésta se les revelaba y hablaba a través de ellos. 3 o 27 ΑΝΕΤ, ράg. 26. 28 D. B. Macdonald, The Religious Attitude and Life in Islam (Chicago, 1909), ράgs. 31 y sig. 29 Naturalis Historia, VIII, cap. 71 (46) . 89 Kulturgeschichte des alten Orients (Handbuch der Altertumswissenschaft [Minich, 1933] ), III, 1, 3, 3, 1, ράg. 139. SIMPA7TA- Y FENOMENOLOGIA 53 Éxtasis en el neoplatonismo Como dijimos antes, hay distintas formas y nive- les de éxtasis. El de un hombre piadoso, sublime, y noble, como Plotino, es distinto del de los camelle- ros - que -fuman hashish. La forma más común es Ia del acto orgiástico salvaje, producido artificial- mente que, como vimos, se encuentra en muchos cultos. Puede lograrse en público mediante la su- gestión de masas o en privado bajo la influencia de mystes, por medio de la intoxicación o por el ritual imitativo. Sin embargo, los órficos, un pe- queño grupo de devotos religiosos, trató de lograr la misma meta por otros medíos. Uno puede lograr Ia vida divina, no en embriaguez física, sino en éxtasis espiritual; la manera de hacerse divino no es mediante la ebriedad, sino por la abstinencia y los ritos de purificaciόn. 31 Este es, en realidad, el tipo de éxtasis que Regó a desempeñar un papel importante en la tradición del misticismo filosófico. Como experiencia en la cual el individuo siente haberse convertido en uno con lo divino, el éxtasis es conοcidó tanto por los místicos cristianos corvó por los sufis, en el islamismo. Una analogía parcial puede ser la de las prácticas yogas en la India. Una fuente de percepción en Filón y Plotino Como fuente de percepción mistica, el éxtasis aparece primero en Filón y en el neoplatonismo, si bien fue anunciado en Platón. 31 I. Harrison, op. cit., ράg. 476. 54 LOS PROFETAS Filón de Alejandría fue, según parece, el primer pensador que utilizό el término ekstasis en su sen- tido técnico. Aceptando la suposición pitagórica de que el cuerpo es la prisión del alma y un οbstácu- Ιο para la percepción de la verdad pura, y con- vencido de que la mente humana (nous) se con- trasta agudamente con el Espíritu divino, Filón sostiene que el grado máximo de conocimiento sólo puede alcanzarse en un acto de éxtasis. En el esta- do pormal, todo Ιο que el hombre puede lograr es un conocimiento racional. "Cuando la mente es dominada por el amor de Ιο divino, cuando se es- fuerza por alcanzar el templo más recóndito,
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