Subida por:
Todos los Apuntes
Hace poco un amigo me dijo: Bro, estoy cansado de estar con mujeres feas, de acostarme con chicas que no me gustan.
Yo le dije: hombre, no hagas eso, mejor autosatisfácete tu mismo (halarse el ganzo).
Pero lo gracioso es que yo un día salí a conocer a una chica y ella me dijo que traería a una amiga, así que yo también llevé a mi amiguito. Él iba muy entusiasmado.
Pero al llegar nos dimos cuenta de que la amiga de mi cita tenía algo de sobrepeso. Así que yo le dije al oído a mi amigo: Lo siento, nunca se me ocurrió pedirle una foto de su amiga. Pero si no te gusta bien puedes irte.
Pero mi amigo me respondió extrañado:
—¡Estás loco! Justo es lo que busco, hace rato no tenía la oportunidad de interactuar con una mujer así de guapa.
Resulta que a mi amigo le gustaban más las mujeres rellenitas. No era un fetiche, realmente le gustaban así. Eso me recordó a otro amigo que le gustan solo las mujeres maduras y mayores.
Entonces me sonreí por dentro y pensé:
«Qué bueno es esto, porque significa que siempre habrá una persona en el mundo para cada quién».
La moraleja es que:
La belleza está en los ojos de quién la ve. Lo que es bello para mí puede no serlo para otro y lo que un hombre rechaza un día puede ser el paraíso para otro en la mañana siguiente.
Hace poco un amigo me dijo: Bro, estoy cansado de estar con mujeres feas, de acostarme con chicas que no me gustan.
Yo le dije: hombre, no hagas eso, mejor autosatisfácete tu mismo (halarse el ganzo).
Pero lo gracioso es que yo un día salí a conocer a una chica y ella me dijo que traería a una amiga, así que yo también llevé a mi amiguito. Él iba muy entusiasmado.
Pero al llegar nos dimos cuenta de que la amiga de mi cita tenía algo de sobrepeso. Así que yo le dije al oído a mi amigo: Lo siento, nunca se me ocurrió pedirle una foto de su amiga. Pero si no te gusta bien puedes irte.
Pero mi amigo me respondió extrañado:
—¡Estás loco! Justo es lo que busco, hace rato no tenía la oportunidad de interactuar con una mujer así de guapa.
Resulta que a mi amigo le gustaban más las mujeres rellenitas. No era un fetiche, realmente le gustaban así. Eso me recordó a otro amigo que le gustan solo las mujeres maduras y mayores.
Entonces me sonreí por dentro y pensé:
«Qué bueno es esto, porque significa que siempre habrá una persona en el mundo para cada quién».
La moraleja es que:
La belleza está en los ojos de quién la ve. Lo que es bello para mí puede no serlo para otro y lo que un hombre rechaza un día puede ser el paraíso para otro en la mañana siguiente.