¿Por qué el núcleo de la Tierra no se enfría?

Para que algo se enfríe debe existir un transporte de calor desde el foco caliente hasta lugares más fríos. Ese transporte de calor se puede realizar por tres procesos: conducción, convección y radiación.

El interior de la tierra está muy bien blindado para los tres: la convección se limita al manto, pues la corteza es sólida; también es muy aislante, con lo que la conducción del calor a su través es muy limitada; y la radiación se produce, pero sólo radia hacia el espacio la parte externa, que es la que está más fría.

Por si esto fuera poco, existen fuentes de calor en el interior; no se trata del rescoldo remanente de la primitiva formación planetaria tan solo; procesos radiactivos producen continuamente calor en grandes cantidades, y seguirán haciéndolo durante mucho tiempo.

Lord Kelvin calculó el tiempo necesario para que la tierra perdiera todo su calor, y obtenía unos valores de unos 98 millones de años. Como conclusión de ello la tierra no debía tener más de esa edad, pues era evidente que seguía manteniendo calor interior, como atestigua la existencia de volcanes. Este dato que preocupó mucho a Charles Darwin, pues él sabía que esa edad de la tierra no era suficiente para que se llevaran a cabo los procesos evolutivos que él defendía. Kelvin no conocía el fenómeno de la radiactividad, que daba a la tierra una nueva cronología que sí era perfectamente compatible con la evolución.

Así pues, la respuesta corta es doble:

1.- La tierra no tiene forma sencilla de deshacerse del calor interno y transportarlo al espacio. Aún así lo consigue a un ritmo de unos 47 TW (terawatios) .

2.- Se sigue produciendo calor por procesos radiactivos internos. Principalmente por descomposición radiactiva de Uranio 235, Uranio 238, Torio 232 y Potasio 40.