¿Por qué los organismos del reino animal no desarrollaron la capacidad de realizar la fotosíntesis?

Imagina a un organismo multicelular primitivo: una masa de células que solo reposa en el fango, no hace nada, se alimenta de los nutrientes que se depositan justo debajo de él:

Todo lo que pudiera llegar a necesitar se encuentra debajo de la masa y vive sin ninguna preocupación en el mundo. Sin embargo, hay algo que podría arruinar su pequeño paraíso:

Así es, nada es mas aterrador que una posible hambruna – especialmente cuando eres una masa de células que no puede hacer nada al respecto. Solo aquellas masas que “aprendieran” a lidiar con el problema de la escasez de alimento, se convertirían en los máximos supervivientes y fundadores de los clados modernos de organismos pluricelulares.

Sin embargo, como en cualquier problema relacionado con la evolución, existe más de una solución – y varias poblaciones de masas llegaron a soluciones originales por cuenta propia.

La primera solución fue desarrollar baterías solares y capturar la energía del sol: “¿Por qué depender de fuentes externas cuando puedo hacer mi propia comida?”

Los descendientes de estas masas eventualmente conformarían el reino de las plantas – organismos multicelulares expertos en crear su propia comida a partir del mismísimo aire (y la luz del sol).

Pero otras masas no lo hicieron. En lugar de eso abordaron la problemática desde un ángulo distinto: “Como la comida se encuentra dispersa por toda el área, ¡Entonces debo de estar en todas partes! ¡debo de extender mi cuerpo tan lejos como me sea posible y cubrir cada esquina de mi hábitat!”

Si estas en todas partes al mismo tiempo, cada fuente de alimento estará cerca de ti:

Y los descendientes de estas masas eventualmente conformarían el reino de los hongos (siendo técnicos, el reino fungí). ¡Algunos hongos son tan grandes que las redes que forman sus hifas se extienden por varios kilómetros!

Algo como lo que planeaba este sujeto:

Es mi propósito: Crecer y expandirme, cubrir toda la existencia hasta que todo sea… ¡parte de mí!

Y finalmente, otras poblaciones de masas encontraron una tercera solución: “Si la comida se encuentra dispersa por toda el área, entonces solo debería... ir hacia donde estén las fuentes de alimento y recolectarlas de una por una”

Y lo sucesores de estas masas conformarían eventualmente al reino de los animales.

En resumen:

Cada uno de los reinos de los eucariontes representa a una solución evolutiva distinta:

1. Fabricar tu propia comida;
2. Recolectar la comida dispersa, extendiéndose sobre el área;
3. Recolectar la comida dispersa, yendo por ella;

En otras palabras, la incapacidad de los animales para realizar la fotosíntesis no es un hecho azaroso – es algo que deriva de las distintas estrategias de supervivencia que explotaron los animales y las plantas desde el principio. Se podría decir que los reinos se definen por esas diferencias.

Un animal que evoluciona para realizar la fotosíntesis es algo tan ridículo como un árbol que evoluciona para perseguir conejos: no es que sea físicamente imposible, pero la biología de los animes esta completamente ajustada para funcionar sin realizar la fotosíntesis. Por lo general resulta en algo inútil, o el animal se ve forzado a renunciar a cada adaptación que lo convierte en un animal antes de poder beneficiarse de ello.

Sección extra: me han pedido añadir mas detalles sobre los mecanismos que dan lugar a la evolución de características nuevas:

• ¿De dónde vienen esas características?
• ¿Cómo sabían las masas en que evolucionar y en que no?

Aquí vamos.

Primero que todo, esas masas, como si se tratara de un grupo de Jon Snows precámbricos – no sabían nada. Hasta donde a sus inexistentes cerebros les concernía, su sobrevivencia fue cosa de pura suerte.

Probablemente las masas originales evolucionaron en un ambiente rico en alimento: estas se reprodujeron rápidamente y colonizaron todo el hábitat.

Con el tiempo, esas colonias fueron acumulando múltiples mutaciones y eventualmente algunas adquirieron nuevas características: nuevos colores, púas y, por supuesto, “tentáculos,” junto con tejido fotosintético y la tendencia a esparcirse por todos lados.

La aparición de esas características no solo era algo aleatorio (su maquinaria encargada de la replicación del ADN cometía errores en los lugares indicados – las masas no tenían ningún control sobre esto), también era algo inútil: el ambiente estaba cargado de nutrientes, así que la capacidad para realizar la fotosíntesis y demás maravillas no hacían ninguna diferencia.

Sin embargo, el ambiente es volátil. Tal vez cambió la composición química del entorno, o las cianobacterias cercanas perecieron – pero entonces esto sucedió:

En ese momento, aquellas masas que habían desarrollado las características necesarias para lidiar con el problema de la falta de alimento fueron las que prevalecieron. Las demás pasaron a la historia:

Y obviamente, las masas se multiplicaban – así que te puedes imaginar que pasó con su descendencia.