¿Por qué Hiroshima es hoy habitable si l'hemivida del Uranio 235 es de 700 millones de años?

A decir verdad, tengo uranio en mi cocina, que en su mayoría tiene una hemivida de 4.468 millones de años, y sin embargo mi cocina es perfectamente segura (a menos que el perro esté orinando de nuevo).

[Lo admito, no es realmente mi cocina]

No es el asunto de la larga hemivida de la que preocuparse.

Primero, el núcleo de la bomba de Little Boy estaba hecho de Uranio-238 por sólo un 20%, que es el mismo elemento que puedo encontrar en los pisos de granito de mi cocina. Radiológicamente hablando, estos materiales son casi inofensivos, ya que la vasta energía almacenada en sus núcleos se libera durante un período de tiempo igualmente vasto, y en forma de partículas alfa, que son absolutamente inofensivas si no se inhalan o ingieren.

Por ejemplo, el Potasio-40 en los huesos es mucho más peligroso radiológicamente que el uranio natural, y más o menos tan peligroso como el enriquecido U-235 utilizado para construir la bomba. Pero aún peor: el K-40 está dentro de ti (y dentro de cada ser vivo en la Tierra). Lo que debería decirte algo.

Cada minuto de su vida, el potasio-40 dentro de su cuerpo sufre unos pocos cientos de miles de fisuras nucleares. Todos estos emiten partículas alfa, que pueden matar o dañar las células cercanas. Algunos de ellos emiten partículas beta o incluso fotones de energía gamma, que son aún peores. Sin embargo, hemos llegado hasta aquí.

¿Cómo lo hemos hecho?

Porque evolucionamos para manejarlo. Nuestros cuerpos rutinariamente reparan estos daños menores de radiación, y de los estudios de campo sabemos que los seres vivos, incluyendo a las personas, pueden albergar de manera segura exposiciones mucho, mucho más altas. Hemos establecido límites de exposición bajos en la industria porque en última instancia alguien es responsable, pero la naturaleza ha establecido límites mucho más altos.

El principal peligro del uranio en la bomba era que era un metal químicamente tóxico, pero explotó y se dispersó en el medio ambiente, reaccionó rápidamente con otros productos químicos o se unió a los millones de toneladas de uranio natural ya disuelto en los océanos de la Tierra. Es inofensivo. Puedes incluso olvidarte de ello.

No, el peligro de una bomba de fisión proviene del destello, la explosión, el estallido instantáneo de radiación en el momento de la fisión. En Hiroshima, esa explosión de radiación fue en forma de rayos X y neutrones. Los rayos X fueron absorbidos por el aire para crear la bola de fuego, mientras que el arma explotó a novecientos metros del suelo. Los neutrones, sin embargo, podían llegar al suelo y romper allí los núcleos atómicos, pero sobre todo tenían ese efecto sobre los componentes de la bomba, haciendo que las piezas con las que se fabricaba fueran intensamente radioactivas.

Este material, en forma de isótopos de vida extremadamente corta, continuó rompiendo y liberando grandes cantidades de radiación peligrosa hasta que, en el plazo de una semana, se acabó. Más tarde, quedaron algunos isótopos con hemividas intermedias, algunos de los cuales eran peligrosos para los humanos. En particular, el yodo radioactivo era una amenaza, especialmente porque puede estar concentrado en la tiroides y causar cáncer, aunque esto no le ocurrirá a las personas que ya tienen mucho yodo en su dieta (y este es el caso de la mayoría de la población japonesa debido a su dieta). Posteriormente fue el Galio-90 el que puede ser absorbido por los huesos y causar leucemia, ya que es químicamente similar al calcio.

Pero la bomba de Hiroshima apenas funcionó. Fisionó menos del 2% de su núcleo de la bomba, produciendo relativamente poca radiación. Las sustancias más peligrosas se desintegraron en cuestión de días. De hecho, el yodo había desaparecido en cuestión de meses. El Estroncio fue realmente eliminado en pocos años. Y hoy, desde un punto de vista funcional, no queda nada.

Hiroshima sigue siendo radiactiva, pero también lo es Nueva York. Y lo mismo vale para ti. Esencialmente, toda la Tierra es radiactiva si se está dispuesto a establecer los límites mínimos en el fondo como lo hacemos nosotros, de todos modos son dosis que podemos soportar muy bien. Después de todo, hemos evolucionado bajo estas condiciones. Mientras tanto, la mayor parte de la exposición humana a la radiación antinatural se debe al Radón liberado por las centrales eléctricas de carbón, y la contaminación de estas plantas mata a decenas de miles de personas al año.