Con sangre, sudor y lágrimas. Aquí está el alcalde de Kiev, Vitali Klischko. El señor Klitschko era una bestia en el ring años antes de que estallara la guerra, como famoso campeón de peso pesado de boxeo. Ahora el político de 6′7″ se ha puesto el uniforme militar. Se implica personalmente en la defensa de su ciudad.
Klitschko y su hermano, Wladimir, también famoso boxeador, han compartido recientemente en una entrevista que ambos "ya tienen una cuenta de muertos". Es decir, que se han cargado literalmente a los invasores rusos. Personalmente. Hablando de un político con un "enfoque práctico", Dios mío. Llegados a este punto, una mejor pregunta en una nación de Rambo no sería... ¿cómo NO parar la guerra contra Ucrania?
Porque aquí hay algo de locura absoluta. Este es un país que tiene una historia de hombres y mujeres duros, que se enfrentan a la destrucción y a una muerte casi segura y se mantienen firmes a pesar de ello. Suponiendo que, meses más tarde, Rusia "conquiste Ucrania"... ¿cómo va a sostener un país así? No lo hará. O te vas con el rabo entre las piernas, o te vas en una caja de madera. O te quedas en la tierra de Ucrania, a dos metros bajo tierra mientras tu carne alimenta el suelo. Esas son tus opciones a largo plazo.
La guerra puede detenerse si Occidente mantiene a Ucrania armada y ésta nunca flaquea ni se rinde. Las grandes bajas desmoralizan cada vez más a la nación atacante. La pérdida de equipo será costosa para el Kremlin, que ya está económicamente paralizado... al final tendrán que marcharse, derrotados, aunque hayan ganado la guerra real. No pueden permitirse el lujo de mantener a Ucrania. Deben saberlo, pero Rusia está entre la espada y la pared y no hay una salida fácil que permita a Putin "salvar la cara".
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