¿Qué pasaría si una persona estuviera en un acelerador de partículas durante la operación?

Lo bueno esta pregunta, es que no es necesario especular. Ya hay un caso documentado de una persona que metió su cabeza dentro de un acelerador de partículas.

Anatoli Bugorski

En 1978 Bugorski, que en ese entonces trabajaba como científico en el Instito para física de altas energías con el sincrotrón U-70. El 13 de julio de 1978 durante una inspección a un elemento defectuoso, los mecanismos de seguridad del acelerador fallaron permitiendo su activación. Bugorski fue golpeado por un haz de protones con 76 Gev.

Los protones estaban viajando casi a velocidad de la luz, y en las palabras de Anatoli vio:

Un haz tan brillante como mil soles.

Pero no sintió ninguna clase de dolor, poco después su cara empezo a hincharse hasta quedar irreconocible. Días después la piel en la cara de Anatoli empezó a caerse, revelando el paso de los protones a través de su cráneo y cerebro.

Durante su estadía en el hospital, los doctores solo esperaban la muerte de Anatoli basándose en el hecho de que recibió una dosis de radiación excesivamente alta. Pero no ocurrió, mas aún termino su doctorado y no hubo ningún efecto en sus capacidades cognitivas.

Debido a las políticas soviéticas de mantener en secreto la información relacionada a las altas energías, Bugorski no hablo del accidente por mas de una década.[1]

Notas al pie