¿Qué se siente ser pobre después de ser rico?

La crisis financiera global me destruyo en 2008. Las años inmediatos después fueron algunos de los peores años de mi vida. Perdí todo; o al menos eso pensé.

Como resultado, no perdí mucho (suponiendo que no cuentes aproximadamente $ 3 millones en capital inmobiliario y un par de cientos de miles de dólares en efectivo, como "mucho").

Estaba en Las Vegas cuando Lehman Brothers se plegó ... Era mi cumpleaños ... y era la primera vez que perdía en grande. Debería haber sabido que algo malo se acercaba, pero no lo hice. Entonces, cuando mi contrato de consultaría no se renovó, no me asusté. Seguí haciendo negocios como siempre. Cuando mis inquilinos no pagaban el alquiler, seguía pagando hipotecas. Un año después, todavía tenía más de $ 50,000 en el banco ... un colchón suficiente.

Supongo que en este momento debería hacerte saber que no era exactamente una persona de bajo perfil. Estaba (y estoy) en artículos de lujo y hospitalidad, y consulté con empresas que atienden a personas de alto patrimonio. Les ayudé a diseñar estrategias comerciales y de ventas para mantener contentos a sus clientes a corto y largo plazo. Huelga decir que el sector del lujo fue masacrado y todavía está saliendo del fango y el fango, al menos en los Estados Unidos.

Entonces, con suficiente dinero para flotar durante seis a diez meses, seguí buscando trabajo en mi campo.

Y mirando, y mirando ... nada.

Cualquier tipo de consultoría de negocios ... nada (pasan seis meses más).

Cualquier tipo de venta... nada (seis meses más ... aquí fue donde dio miedo).

Mesas de espera, barman ,conducir limusinas, empacador de bolsas de supermercado ... ¡CUALQUIER COSA!

No.

Tenga en cuenta que hasta este momento, nunca había pasado un mes sin trabajo desde que tenía 12 años.

Mi confianza se desvaneció - quiero decir diezmado. Era una cascara del hombre que había sido solo dos años antes.

Tenía el hedor del fracaso sobre mí.

Un amigo mío tenía un par de lavados de autos. Me ofreció un trabajo. Era un trabajo al exterior, recibiendo órdenes cuando la gente entraba al lavado. "¿Te gustaría el tren de aterrizaje hecho?"

Era invierno en Colorado

Lo rechacé

En ese momento estaba compartiendo una casa enorme con mi mejor amigo y su nueva novia, que se convirtió en su prometida, y todos estábamos en bancarrota. Fue brutal No creo que lo hubiera logrado sin ellos. Estaba deprimido y miserable. Tengo suerte de que no me enterraron en un banco de nieve y me dejaran allí. Estoy seguro de que hubo momentos en que quisieron.

"Engreído" no hace bien el fracaso.

Mi amigo del lavado de autos volvió a llamar unas semanas después. Dije que no otra vez. No solo por la vergüenza. No solo por el clima frío y los elementos, o por estar de pie durante 10 horas al día en concreto sin Wi-Fi.

Fue por mi padre.

Casi todos los buenos padres tienen un eslogan que utiliza para motivar a sus hijos a que lo hagan mejor que él. Por lo general, es la amenaza de quedarse atrapado haciendo cualquier trabajo de salario mínimo al que ningún adolescente de la era Gekko jamás aspiraría. Por alguna razón, el ejemplo que eligió mi padre fue "lavado de autos". Pasamos por el Auto Lavado Towne después de Little League y siempre señalaba a ese tipo que pregunta, "¿Quieres un lavado regular o de lujo?" Y luego te entrega ese pequeño pedazo de papel.

"Mickey", decía. “Tienes que ahorrar algo de dinero / obtener mejores calificaciones / dejar de perseguir a las chicas / hacer tu tarea. No quieres terminar como ese tipo, trabajando en un lavado de autos, ¿verdad? La última vez que escuché el discurso fue alrededor de 1996. Sin embargo, las palabras quedaron en el aire en los años venideros.

Entonces, puedes ver mi dilema. Para mí, trabajar en un lavado de autos fue la admisión definitiva del fracaso. No perder todos mis bienes. No vender mis relojes y autos. No dejar ir algunas alfombras y algo de arte.

Vivía con amigos, conducía un automóvil de 17 años, tenía menos de $ 200 en el banco sin tener idea de dónde vendrían los próximos $ 200, y estaba preocupado por ser visto como un fracaso.

¿Un poco engañado?

Quizás, pero la realidad me pateo cuando no tenía dinero para el regalo de cumpleaños de una sobrina.

Así que llamé a mi amigo y le pregunté si aún podía tener el trabajo en el lavado de autos. Mi fracaso absoluto como ser humano fue completo, mi humillación final, o eso pensé.

En mi tercer día de arrastrarme al trabajo, la maravillosa persona de cabello negro que había contratado como mi asistente cinco años antes se detuvo, conduciendo un nuevo Lexus.

AHORA mi humillación estaba completa.

No había ningún lugar para correr, ningún lugar para esconderse.

Y sin embargo ... justo cuando estaba a punto de morir de vergüenza, sucedió algo que literalmente cambió mi vida. Ella sonrió, saltó de su auto, apuntó sus Louboutins hacia mí, corrió y me dio un abrazo. Charlamos durante unos 10 minutos mientras su auto estaba listo. Dijo que estaba feliz de verme, que había sido un gran jefe y que estaba contenta de que estuviera trabajando. "Taaaaaaaaaaaaaaaaaantos" de sus amigos (veinteañeros aptos) estaban desempleados, y al menos no estaba atrapado detrás de un escritorio.

Me di cuenta de que me había estado golpeando innecesariamente y vi lo afortunado que era realmente.

En ese instante, decidí que en lugar de solo aparecer hasta que pudiera encontrar algo mejor, usaría todas mis habilidades para aumentar el negocio de mi amigo, y lo hice. En los próximos meses, algo increíble me paso. Algo que nunca vi venir, y algo que impacto mi vida y me hizo un mejor hombre.

Vi cientos de personas cada día y ninguna de ellas pensó que yo era un fracaso, y esto me lleno de energía. Sonreí. Ellos me regresaron la sonrisa. Estaba feliz y maravillado, y vendí unos mil millones de lavados de lujo. Pero también, mi peor miedo se transformó en algo que comencé a esperar. Recuperé mi confianza, y era obvio. Vi docenas de personas que conocía: clientes, antiguos clientes, amigos con los que había perdido el contacto, y cada uno de ellos dijo algo positivo.

Me respetaron

Me tenían en alta estima por verme en el frío, con una chaqueta de nylon roja con un logotipo de lavado de autos. Nadie se burló de mí ni me dijo nombres. Nadie se rió.

Incluso había un artículo en una revista de estilo de vida local sobre mí.

Me respetaron por hacer lo que tenía que hacer (estoy seguro de que algunos estaban secretamente felices de que me hubieran quitado algunas clavijas ... pero bueno, todos somos humanos, ¿verdad?)

La verdad de mi situación quedó al descubierto para que el mundo la vea ... no hay forma de contar una historia cuando le preguntas a la gente si quiere un lavado básico o de lujo. No hay una cantidad de encanto de esmalte o mierda que pueda ocultar la verdad.

Estaba trabajando en un lavado de autos, y nadie pensó que era un fracaso. Ni siquiera mi padre.

Luego, unos 6 meses después, uno de mis antiguos clientes llamó. Necesitaba ayuda para crear un nuevo club de lujo. Hicimos un trato y cuando renuncié al lavado de autos, mi amigo estaba realmente triste, diciendo que era el mejor empleado que había tenido.

¡Me acerqué a ese nuevo contrato de consultaría con un vigor y entusiasmo por la vida que no había sentido en años! Unos meses después de eso, otro contrato me llevó a Asia, y he estado consultando aquí desde entonces.

Entonces, mi peor temor resultó ser mi salvación.

Me dio confianza, pagó mis facturas por un tiempo y me coloco en una posición para mudar mi empresa a Asia y tener acceso a una gran cantidad de nuevas culturas y mercados en crecimiento.

Claro, no he vuelto a donde estaba ese día hace 9 años en Las Vegas, pero tengo una chaqueta de nylon roja con un logotipo de lavado de autos que me recuerda que para mi versión de éxito, no necesito estarlo."