No del todo. Veamos:
Cuando hablamos de la utilidad de la pena como herramienta para la reducción del crimen, nos tenemos que centrar en dos factores fundamentales:
La pena no puede prescindir de ninguno de estos factores. Entonces:
Conclusión: debe encontrarse un balance saludable entre estos dos factores.
Ahora ahondemos un poco más en el tema: ¿el balance debe ser 50% gravedad y 50% certeza? ¿O nos podemos permitir dar más valor a una variable que a otra?
Existe cierta tendencia a creer que con un incremento de la pena se reduce el crimen. Ante delitos mediáticos -delitos sexuales, homicidos, etc.- la población suele clamar penas duras y graves.
Los legisladores, que por lo general quieren ganarse el favor del pueblo, incrementarán la pena. Incrementando la gravedad se da la sensación de que se está respondiendo a una necesidad social. Además, es mucho más barato y rápido incrementar la gravedad que la certeza.
Así, se acaba tendiendo a sociedades con penas cada vez más graves. En la sociedad postindustrial, con poblaciones cada vez más concentradas, con la aparición de delitos nuevos, etc. se está notando una tendencia cada vez mayor a agravar la pena.
Esto, sin duda alguna, es un grave error que acabaremos pagando muy caro.
Es la certeza lo que debe ser incrementado. Me permito un ejemplo:
¿De verdad me importará que la pena sean 10 o 20 años de prisión? Por supuesto que no. Si la pena fuera ridículamente baja (2 años de prisión o una multa), desde luego que me sentiría más incentivado a cometer un delito. Pero una vez la pena es suficiente, necesaria y proporcionada, da igual que se le añadan 10 o 50 años más.
Lo que importa es la certeza.
Volviendo al ejemplo: Si hay certeza, sería algo como: Sé que por muy bien que lo calcule, seguramente me acaben descubriendo. Nadie quiere acabar en la cárcel, sean 10 o 20 años. Ante la absoluta certeza de ser descubierto, seguramente desista.
¿Me explico?
La gravedad importa, sí. Pero esta debe circunscribirse a los principios que rigen el derecho penal: proporcionalidad, necesidad, ultima ratio y fragmentariedad, etc.
La certeza es el valor que, una vez la pena es justa y adecuada, debemos incrementar. Incrementos en la gravedad no dan más justicia ni reducen los delitos.
Con todo lo dicho, si tuvieses interés en aprender algo más sobre la prevención, o leer más acerca de la certeza y la gravedad, te recomendaría este artículo sobre la prevención general y especial de la pena.
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Direitos Humanos e Direitos Humanos Fundamentais
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