¿Se decretará toque de queda con el coronavirus?

No, por Dios.

Al menos eso espero, pero si la ciudadanía sigue presentando el grado de irresponsabiliadad que algunos madrileños han manifestado, no lo descarte.

El estado de Alarma ya es por sí un recorte, por mucho que en la propia Constitución se ponga de manifiesto que no vulnera los derechos fundamentales. A mi entender sí entra en ese terreno, aunque es comprensible que lo haga. Es mejor tomar ciertas medidas contundentes a tiempo, que lamentar después consecuencias desafortunadas.

Para ser realistas, el coronavirus de las narices nos va a infectar a casi todos por no decir a todos. En ese sentido es como una gripe. Lo que sucede es que muchos, la inmensa mayoría, pasarán la infección sin darse cuenta: un poco de fiebre (si acaso), malestar y cansancio, síntomas típicos de un resfriado común y corriente. Con aspirina o paracetamol, eso se supera. Habrá otro porcentaje, muy inferior, que necesitará asistencia sanitaria, una asistencia protocolaria más que otra cosa. Y un porcentaje bastante inferior aún que sí tendrá que ser asistido en una UCI. Aquí es donde se produce el gran problema y lo explico.

Según los médicos, ellos manejan la siguiente secuencia: 80–15–5. ¿Qué significa eso? Muy sencillo: 80 va referido al porcentaje de infectados sobre 100. También sobre 100, 15, que se refiere a los casos de asistencia leve o protocolaria como decía más arriba. Y, por último, 5% de casos que tendrían que ser asistidos en UCI.

En España somos 47 millones (grosso modo) de habitantes. El 80% de infectados serían unos 37,5 millones, que realmente no tendrían mayores problemas que los descritos. Un 15%, es decir, unos 5.5 millones tendrían necesidad de una asistencia protocolaria, sin mayores problemas. Y un 5% de los 37.5 millones, es decir, 1.8 millones sí tendrían necesidad de una UCI.

Imagene el panorama o situación: de golpe, esa cantidad de enfermos con urgente internamiento en una UCI, no hay Sanidad Pública, ni Privada, ni ambas juntas que lo pudiera soportar.

Esa es la razón por la que gobiernos como el de España y otros han tomado la drástica y legítima decisión. La única forma de cortar el contagio es evitar que la gente se mezcle con la gente, se hacine en lugares de ocio como discotecas, teatros, cines, fútbol, o la misma calle, comercios, grandes superficies, etc.

Con la medida no se va a matar el virus, ni siquiera se le va a echar fuera de nuestras fronteras; y, es más, seguirá contagiando a más personas, pero gota a gota (se espera, según han demostrado los chinos, que se vea el descenso de infectados día a día). Si eso se consigue, el colapso de los hospitales, es posible que no se dé. No obstante, ya sabrá usted que el sector hotelero ha ofrecido al gobierno sus dependencias hoteleras si fuera menester.

Desde mi punto de vista, me parece acertado que las Fallas de Valencia, la Semana Santa de Sevilla (y posiblemente la Feria también), y hasta los San Fermines, sean suspendidos. Fallas y Semana Santa ya se ha tomado la decisión.

Lo que me resulta chocante, incongruente e irresponsable, es que el pasado día 8 de marzo, organizaciones feministas llevasen a cabo una manifestación multitudinaria, en todas las ciudades de España, y en la de Madrid enorme, con la asistencia de ministros del actual gobierno. No es correcto. O son unos irresponsables, o son unos mentecatos y unos estúpidos, tanto los miembros del gobierno que estuvieron presentes, como las feministas.

También me pareció otra irresponsabilldad que días antes, en Vistalegre, hubo un acto de VOX, al que asistieron, según datos de la prensa, 9.000 personas.

Estas cosas sólo demuestran que la ciudadanía no es responsable, por mucho que me lo quieran vender.

Y lo último, este mismo fin de semana: miles de madrileños invadiendo las costas levantinas. Es decir, transportando el virus, desde una ciudad, la más tocada según nos manifiestan, a zonas donde el virus, aunque esté presente, aún no ha desarrollado toda su eficacia. No es de extrañar que el martes próximo, si no antes, en Murcia, Valencia, etc. haya un repunte de infectados.

Conclusión:

1. Decisión de estado de alarma: acertada.
2. Toma de la decisión: tarde.
3. No creamos que el peligro de contagio ha pasado. El peligro sigue ahí, así que habrá que atender los requerimientos de todas las autoridades sanitarias, y si la cosa no funciona, la otra, que para eso está y cobra.

Esto que está pasando no es ninguna broma.