¿De que manera las ondas electromagnéticas serían dañinas para la salud?

Pueden serlo, pero veamos un poco “como funciona esto”

Para que una onda electromagnética de cualquier tipo, es decir: un fotón te haga “pupita en el adn” tiene que tener una energía muy elevada.

Aclaremos algunos conceptos. A la hora de medir una frecuencia, hay dos valores importantes: La frecuencia y la intensidad.

Para hacernos una idea de lo que es esto, vamos a suponer que los fotones son “pelotitas”. La frecuencia equivaldría a la velocidad de la pelota, y la intensidad a la cantidad de las mismas (la velocidad no tiene relación con la onda que viaja siempre a la velocidad de la luz, es solo un símil para explicarlo)

Bien, ¿que te hace daño, una pelota lenta o una muy rápida?

Obviamente la rápida. Si la pelota va despacio no te hace nada, si va muy deprisa te puede hacer daño, si va tremendamente rápida puede causar una herida (insisto, la velocidad y la frecuencia no son lo mismo)

¿Y que es entonces la frecuencia? Pues la cantidad de veces que oscila la onda en una cantidad de tiempo (porque esas “pelotitas” también son ondas)

Que recibas miles de pelotas a velocidades muy lentas no te hará nunca daño, una a una velocidad muy alta te hará daño. Captamos la idea ¿no?

Podemos pensar que “si hay una enorme cantidad de pelotas lentas, podrían sumar el daño y causarlo como una rápida”

Pero no es así. Resulta que por esas “cosas cuánticas” los electrones de los átomos solo pueden cambiar de órbita y hacer cosas feas como romper enlaces con otros átomos si el fotón que absorbe tiene cierta frecuencia. Puede recibir miles, millones, miles de millones de fotones a una energía baja y estos no excitaran al electrón. Uno solo de alta frecuencia (y por lo tanto mayor energía) si que podrá hacerlo. Si parece raro, creetelo porque las cosas a nivel cuántico son un poco raritas pero “te juro que es así”

Vale, tenemos claro el concepto. Las ondas electromagnéticas deben de portar cierta energía o lo que es lo mismo, una frecuencia elevada para poder hacerte daño. No importa la intensidad, solo la frecuencia

¿Y que frecuencias son las que hacen daño? Pues las frecuencias que corresponden al ultravioleta y mayores. Ahí tienes ultravioletas, rayos X, rayos gamma… esas cosas son malas, muy malas y malísimas.

¿Y las del teléfono y el wifi?

Están muy por debajo de las frecuencias de la luz visible. Y que sepamos, la luz no te hace daño ¿verdad?

¿Y porque dicen que el wifi es cancerígeno?

Porque hay mucho “cuñao” sin repajolera idea y mucho “periodisto” que tiene tantas nociones de física como las focas que llegan a las costas de Chile. Ante una idea, rumor o tontería alarmante se lanzan como buitres a “juntar letras” con sandeces sin sentido. Ellos quieren vender noticias, no informar.

La presunta “sensibilidad electromagnética” nunca se ha podido probar. Los que dicen padecerla y que “se sienten mejor en tal o cual sitio” son completamente incapaces de sentirse mejor o peor en un ambiente controlado con ondas y sin ellas. Vamos, que les falta un aire y se inventan síntomas pero no falta gente que se los crea (hay gente que cree que se puede predecir el futuro con las arrugas del ano así que puedes imaginarte “como está el patio”)

Y no hay mas