3 y piquito…
Así le decía Luis Zambrano al número π, que “descubrió” por su cuenta. Apenas llegó a cuarto grado de primaria, pero cuando llegó la electricidad pública a su natal Bailadores (Venezuela), en la década de los 30, ya tenía electricidad en su casa, mediante un turbogenerador construido por él mismo.
Se le han contado unos 50 inventos: Turbinas, teleféricos, un taladro, en 1924 (con 24 años apenas), turbina de doble efecto, generador de 600A para maquina de soldar (1939)… y un largo etcétera.
En 1977 pagó tributo a su inventiva, perdiendo un brazo con una sierra, ya a los 77 años…
A los 83 años, la Universidad de los Andes le concede un merecídisimo doctorado Honoris Causa.
Dejó inconcluso el llamado Turbozam, una turbina de reacción que giraba a 5000 RPM.
Uno no puede dejar de pensar que hubiera podido lograr este señor si hubiera estado en el lugar y momento adecuado.
Saludos!!!
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