¿Por qué en España hay gente que piensa que el país debería seguir el ejemplo de Chile y hacer una Constitución de cero cuando el plebiscito...

Me parece que por ingenuidad y un romanticismo revolucionario.

Ingenuidad, porque visto a simple vista parece muy fácil hacer borrón y cuenta nueva y echar a andar una institución desde cero. En la práctica es muy difícil.

En la experiencia en México te puedo decir con toda certeza que nunca ha salido bien, y es uno de los vicios de los presidentes mexicanos, de todos los partidos y tendencias. Normalmente cuando un presidente en México toma el poder, lo primero que hace es decir: "tenemos un problema de inseguridad, así que hay que crear nuevas oficinas de inteligencia o de policía". Y entonces crean una nueva oficina y desbaratan la anterior, porque no funciona. ¿Y qué putas los hace pensar que la nueva va a funcionar a la primera?

En fin, crean la nueva oficina. Por supuesto, como es nueva, hay que contratar gente, y esa gente se recluta de la oficina que se acaba de desmantelar. Se traen nuevos elementos, se les dota de poderes legales, y el presidente piensa que va a funcionar.

Ahora veámoslo desde adentro de la oficina. Imagínate al burócrata, o al funcionario, o al agente. Lleva trabajando ahí menos de seis años (porque eso es lo que duran los períodos presidenciales en México). Ya pasó por una curva de aprendizaje, ya conoce cómo está organizada su institución. Ya sabe a quién recurrir, qué teléfono marcar cuando algo se atora, ya conoce los procesos y ya creó vínculos con otros compañeros. Ya sabe en quién confiar y en quién no. En fin, ya entiende su trabajo. Pero de un día a otro, por mandato presidencial, su organización desaparece, y le ofrecen liquidar su contrato y pagárselo, o recontratarlo en la nueva organización.

El tipo se recontrata. Cuando llega a la nueva y flamante oficina, el tipo no sabe ni donde está el baño, no sabe a quién pedirle un lápiz, no conoce al poli de la puerta. Tiene que volver a entender cómo funciona esa oficina. El que era su jefe ya no es su jefe, pero también trabaja ahí, sólo que está en otro departamento, en otra área, haciendo un trabajo que tampoco entiende.

Ahora multiplica eso por 10,000 empleados que trabajan en esa nueva organización. Pues eso, que es un completo despelote.

Ya no usan las computadoras que usaban, tienen que aprender a usar un nuevo software, ahora tienen procedimientos distintos, todo nuevo, aunque siguen siendo los mismos empleados.

Dentro de seis años, ya habrán pasado su curva de aprendizaje. Ya estarán haciendo su trabajo con más eficiencia. ¿Y que creen? Nuevo presidente, y otra vez de vuelta a empezar.

Estoy poniendo un ejemplo extremo, porque eso es lo que nos pasa en México. En el caso de Chile, es entendible que existe una necest histórica para cortar con el pasado, porque la dictadura estuvo muy cabrona. Aún así, hacer una constitución es una tarea titánica. A menos que vaya a ser una copia de la anterior. Pero el sentido simbólico, sirve.

Pero si uno se lo puede ahorrar, encuentro mucho más positivo el reformismo que el espíritu revolucionario. Reformar, sí; pero tumbar algo que funciona mal y empezar de cero rara vez sale bien. Las instituciones no salen bien a la primera. Hay que irlas arreglando.

Una institución del estado no es la masa para hacer una pizza, que si te sale mal es más fácil hacer otra. No. Una institución ópera con mecanismos distintos. Una constitución puede modificarse. Así, poco a poco.

La gente habla de cambios muy a la ligera, pero rara vez conocen lo que implica cambiar algo en las proporciones de un estado.

Un buen político no le cambia la jugada al pueblo abruptamente. Los cambios vuelven locas a las sociedades, pero hay veces que hay que hacerlos. Si es necesario hay que hacerlo gradualmente.