¿Puede un narcisista amar a alguien que no sea a sí mismo?

El N sufre un trastorno del grupo B, dentro de los trastornos de la personalidad, donde le acompañan el trastorno límite de la personalidad, el histriónico, y el antisocial.

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Además pertenece a la triada oscura y de nuevo le acompañan los psicópatas, y además los maquiavelicos.

Fotografia de. Libertad Bajo Palabra.

El propio trastorno les incapacita no solo para amar a los demás, sino también para la amistad, o para poder vincularse con los demás a través de la empatía emocional. Por lo que no serán capaces de hacerlo con los demás, y solo se podrán vincular con su trastorno, es decir con ellos mismos.

No pueden amar a nadie, ni al empático, ni a sus padres, ni a sus hijos. Ese sentimiento fue adormecido de pequeñitos cuando crearon el trastorno.

Además están totalmente incapacitados para sentir la alegría o la tristeza, por lo que nunca conocerán la felicidad.

Por otro lado, no se aman a si mismos, ellos aman a la máscara. La máscara es la que les hace ser aceptados por la sociedad, ya que sin ella nadie se acercaría a ellos.

Cuando hablan consigo mismos en la intimidad de sus hogares, saben que son ciudadanos de tercera, y no profundizan mucho, ya que incluso tienen miedo de lo que se podrían encontrar.

El N se odia profundamente por su condición, ya que vive en un bucle del cual no puede salir, y envidia patologicamente a las demás personas, porque ve que ellos disfrutan de la vida, y sonríen y viven los pequeños momentos con alegría, y eso ellos no lo pueden soportar, porque ellos no pueden tener esas sensaciones, por eso odian a los empaticos hasta la saciedad. Y a través de los sus ciclos intentan quitarle esas alegrías y quitarle la autoestima que tienen hasta dejarla a la altura de la de ellos, frágil y baja. Además cree que las demás personas le tienen envidia.

Aunque ellos intenten mostrar al público que son personas seguras de si mismas, con ese comportamiento solo intentan acallar que son personas que sufren graves complejos de inferioridad, y con una autoestima baja y frágil, y siempre dependiente de la admiración, de la adulación, y del aplauso de los demás, que incluso buscaran a través de engaños, argucias y tretas.

Carlos Amado.

Saludos cordiales.