Imagínate una sociedad en donde todos quieren chupar del bote pero nadie aporta nada. Donde todos exigen subsidios, subvenciones y cosas gratis pero nadie se parte el lomo produciendo y pagando impuestos sobre la riqueza generada con su trabajo.
Es sencillo: para que tú disfrutes de cosas "gratis", alguien tiene que trabajar para pagarlas. Cuando hay muchísima gente demandando cosas gratis, quienes trabajan deben pagar cada vez más con el fruto de su esfuerzo. Y esto no es agradable. De hecho, llega un punto en el que empiezan a plantearse si sirve de algo trabajar tan duro para que luego el Estado se quede con su dinero y lo distribuya entre mucha gente que cree que las cosas caen del cielo por la gracia de sus gobernantes.
¿Quieres un ejemplo? Argentina.
En Argentina ya existe un enorme interés de muchísima gente trabajadora y emprendedora que quiere radicarse en el vecino Uruguay, harta de que el Estado Argentino haga demagogia con su dinero y hartos de ver que deben trabajar más de seis meses al año solo para pagar impuestos.
Un mundo donde TODOS son socialistas no duraría ni una semana. ¿Para qué vas a trabajar duro si el Estado se queda con tus ganancias? ¿Para qué trabajar duro si quienes se rascan el higo tienen todo gratis? ¿Acaso eres idiota..?
Pues, cuando todo el mundo llega a la misma conclusión, sucede lo que pasa en Cuba o en Venezuela.
No existe peor pesadilla para un socialista que ver que quienes trabajan y producen tienen la libertad de emigrar. Porque ellos son su sustento. Los odian, pero los quieren cerca, dándoles de comer. Por eso los países comunistas, prácticamente todos los que hubo en la historia, cerraban sus fronteras y ejecutaban a quienes intentaban escapar.
Para escribir su respuesta aquí, Ingresar o Crear una cuenta
Compartir