No es cuestión de argumentos, sino de observación empírica: de los restos de carne putrefactos salen gusanos.
Esa observación, mal entendida y en ausencia de conocimientos suficientes, dió origen a una teoría explicativa bastante obvia, pero falsa: los gusanos se generaban espontáneamente de la carne podrida. Y si eso era así, nada impedía que ocurriera otro tanto en charcas, riachuelos y pantanos con batracios, mosquitos y todo tipo de animales pequeños.
Francesco Redi primero para insectos, y Louis Pasteur bastante después para microorganismos, demostraron la falsedad de todo ello: los gusanos no son gusanos, sino larvas de moscas que antes habían colocado sus huevos en la carne.
ADICION POSTERIOR
Gracias a Antoni Jaume por haberme corregido un error en la redacción inicial al haberme olvidado de Redi.
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