¿Qué es lo más sorprendente que un médico hizo por ti?

En febrero del 2018 fui engañado por alguien con había estado saliendo, al mes de conocernos, tuvimos relaciones sexuales y me mintió diciéndome que ya se había puesto el preservativo.

El era la segunda persona con la que salía en plan de tener algo serio, era 5 años mayor que yo y aunque no justifica mi irresponsabilidad, viendo hacia el pasado, me doy cuenta de que era muy inexperto e ingenuo.

Fui muy tonto y le creí, contraje VIH a mis 22 años. Después de eso desapareció y dejó de escribirme, llamarme o responder, como yo era orgulloso y llevábamos saliendo muy poco tiempo no me importo y deje de insistir. Dos semanas después comencé a desarrollar síntomas del contagio en su fase aguda, algo que no todos los que contraen VIH desarrollan y por eso es fácil no enterarse de que se es portador del virus. Estos síntomas se volvieron un infierno, tenía fiebre todo el tiempo, vomitaba todo lo que intentaba comer, llego un punto en el que vomitaba hasta el agua, desarrollé una sensibilidad muy grande a los aromas y todo me provocaba náuseas, me dolían huesos y articulaciones, me dolían los dientes y muelas, la luz me provocaba dolores de cabeza terribles. No podía dormir del dolor. Perdí mucho peso y mi vida cambió por completo. Estaba en mi último semestre de la universidad, falte mucho a clases y tuve que dejar el empleo que tenía.

Visite muchos médicos y ninguno podía darme un diagnóstico certero, me hicieron muchos estudios de sangre, radiografías, ultrasonidos, tomé muchos tratamientos y nada me ayudaba a mejorar. Ya tenía al menos dos meses con todos estos síntomas, yo sabía que había tenido relaciones sexuales sin protección y me quería realizar pruebas de ETS, pero al estar en este estado decidí dejarlo para cuando me mejorara, por que todos los médicos decían que podía ser una infección por comida o algo similar.

Casi al tercer mes después de haber contraído VIH y siguiendo con todos los síntomas, un profesor me recomendó un médico (este sería el sexto médico que me revisaba), el tenía su consultorio en un hospital muy grande (este dato es importante para la historia). Mis papás me llevaron con él y me reviso, me pidió varios estudios de sangre, entre ellos el de anticuerpos de VIH y una radiografía. Terminó la consulta, me hicieron los estudios en el laboratorio del mismo hospital y me fui a mi casa. Los resultados me los darían al día siguiente.

Debo confesar que después de que me pidió hacerme ese estudio, en mi interior ya sabía que eso era lo que tenía, busque en internet sobre el tema, así me enteré de los síntomas de contagio y todo coincidía. Esa noche no pude dormir de los nervios.

Al día siguiente fui a clases en la universidad; ya no podía faltar más si no no me graduaría. Estuve muy nervioso todo el día. Por la tarde tenía cita con el médico, a pesar de que no vivía con mis papás, me ellos me iban a recoger en la universidad para ir al hospital. Mientras los esperaba comencé a llorar, al final ellos no lo vieron.

Llegamos al hospital y fuimos a por los estudios al laboratorio antes de pasar con el médico, allí nos dijeron que el médico ya había ido por ellos, fuimos a su consultorio y a diferencia del día anterior en el que entraron mis papás conmigo, pidió que solo entrara yo.

Entonces confirmó lo que yo ya sabía, el examen de anticuerpos de VIH era positivo y por eso el fue por los resultados. Se anticipó para evitar que mis papás lo vieran antes que yo. Cuando me confirmó la noticia, sentí paz como no la había sentido en mucho tiempo, al fin sabía que era lo que tenía y sólo le pregunté qué tenía que hacer. Me explicó que debía ir a una clínica del estado para comenzar a recibir mi tratamiento y los pasos que debía seguir, también me hablo un poco de cómo sería mi vida a partir de entonces. Cuando terminó me pregunto si quería que mis papás lo supieran. Le dije que no. Mis papás son muy conservadores y ni siquiera sabían que soy gay.

En ese momento hizo pasar a mis papás y les dijo que yo estaba bien, que sólo quería hacerme unas preguntas privadas y cómo ya era mayor de 18 años era lo correcto. Les dijo que tenía una infección a la que mi cuerpo sobre reaccionó pero ya estaba saliendo de ella y sólo necesitaba medicamento para controlar el dolor y demás síntomas. Les hizo creer que todo estaba bien y no había de que preocuparse. El médico pudo identificar y anticiparse a cómo reaccionarían mis padres e hizo lo posible para evitarme esa situación a mi, su paciente.

Salimos del hospital y aunque mis papás tenían dudas, e insistían en hacerme preguntas relacionadas al tema, al final se cansaron. En ese momento no necesitaba lidiar con ellos y ese tema. Solo quería comenzar mi tratamiento para sentirme bien al fin, poder graduarme de la universidad e irme de la ciudad. Toda mi vida había querido irme de la ciudad pero todo este asunto lo hizo más necesario y real.

Al final y contra todo pronóstico, termine mi carrera ese semestre, conseguí un trabajo fuera y me fui de la ciudad. Ahora vivo en la capital del país donde trabajo, llevo 2 años y medio viviendo con VIH y a pesar de que a veces me siento muy sólo pues se me dificulta conocer personas y deje a todos mis amigos y conocidos atrás, me siento en paz. Mis papás aún no saben qué vivo con VIH pero créanme cuando les digo que es algo por lo que no necesito pasar al menos por ahora.

Después de recibir el diagnóstico comencé a ir a terapia psicológica en secreto hasta que terminé la escuela y poco después hasta que conseguí empleo fuera y me mudé. Mi terapeuta también me ayudó mucho e hizo cosas maravillosas por mi, gracias a ella es que logre graduarme pero esa es otra historia y es muy larga también.

EDIT.
Quiero agradecer a las personas que se han tomado el tiempo de leer mi historia, a aquellos que comentan y aquellos que dan palabras de aliento y de fuerza.

Para las personas que han comentado juzgándome, o juzgando a todo un grupo de millones personas sólo por compartir una orientación sexual, me gustaría decirles que abran su mente, lean y cultívense, sobre el VIH, sobre identidad y orientación sexual, temas de género, etcétera.
El VIH así como otros temas relacionados con el género y la sexualidad por lo general son puestos en un segundo plano por la sociedad. Créanme que el VIH es algo que es súper común, que sea ocultado e ignorado es muy diferente, sean empaticos y escuchen a las personas, todos tenemos una historia que merece ser escuchada.

Por mi parte, en estos dos años y medio de ser portador, siento que no puedo abrirme sobre mi enfermedad con todo el mundo sin que esto afecte mis relaciones o la manera en cómo me ven otros. Lo saben mis dos amigos más cercanos, los que desde el inicio me apoyaron y no me vieron como un fenómeno o una novedad, lo sabe mi terapeuta con la que hasta el día de hoy sigo en contacto, y lo sabe alguien más con quien salí por un tiempo, se lo conté en nuestra segunda cita por qué quería ser honesto.

Es un gran ser humano y aunque lo nuestro no funcionó, me sirvió para darme cuenta de que las personas de verdad no conocen nada sobre el tema y que tampoco es algo que genere interés, yo trate de involucrarlo en el tema, pero educarnos es tarea de cada quien, hoy estoy seguro de que si se vuelve a topar con alguien en la misma condición, hará las cosas diferentes y eso me da un poco de paz, aunque se que no era su intención, hubo momentos en los que me lastimó.

El punto es que el educarnos en el tema nos ayudará no sólo a crecer como personas si no a saber cómo tratar y cómo reaccionar con otras personas en la misma condición.
Evelyn Ángulo en los comentarios dice que el mundo es muy cruel y lo confirmo, a lo largo de mi vida he recibido todo tipo de comentarios hirientes y después de contraer VIH los recibí hasta de un médico que se supone es especialista en el tema. No pido lástima para las personas como yo, sólo empatía.