¿Qué tipo de desintegración radiactiva, alfa, beta o gamma es más peligroso?

A2A*. Gracias por el interés, Sr. Racovita.

¿Qué tipo de desintegración radiactiva, alfa, beta o gamma es más peligroso?

Depende.

Definamos a estos efectos la peligrosidad como una expresión de la capacidad para causar daños a un organismo vivo (en este caso, un ser humano).

Esta peligrosidad será entonces una función de la capacidad ionizante y de la capacidad de penetración en el organismo de dicho evento radiactivo.

Vamos a tomar los casos más sencillos. Así la desintegración alfa, rinde habitualmente un núcleo de Helio-4 (dos protones y dos neutrones); la desintegración beta rinde una partícula de clase electrón (electrón o positrón) junto con un neutrino o antineutrino, (emparejando positrón con neutrino, y antineutrino con electrón); y los eventos de desintegración gamma se caracterizan por la emisión de parte de la energía de un núcleo excitado en forma de fotones de alta energía.

Examinemos ahora las características de éstas "partículas" que nos interesan para responder la pregunta:

Respecto de capacidad ionizante, la más poderosa es la partícula alfa (núcleo de Helio-4). Le sigue la partícula beta (positrón o electrón) y la partícula gamma (fotón) cierra la lista.

Respecto del poder de penetración el orden es justo al contrario, siendo la más penetrante la partícula gamma, seguida de la beta y por último la alfa.

Ahora ya podemos responder, considerando una situación con tres partículas, una de cada tipo, para ver cómo se comportan. Nótese que en la realidad, habría que valorar también la energía de las partículas, (y por ende su momento), y la intensidad de la fuente, pero por simplificar, vamos a fijarnos sólo en la capacidad de penetración y la capacidad ionizante, como dijimos al principio de esta respuesta.

La peligrosidad dependerá de dónde se encuentre la fuente respecto a nosotros. Así que, en el caso de fuentes externas al cuerpo, la más peligrosa será la desintegración gamma por ese mayor poder de penetración, ya que los otros dos tipos se ven bloqueados con relativa facilidad, así que su capacidad ionizante no puede alcanzar los lugares donde puede causar daños.

Por el contrario, si la fuente ya está en el cuerpo, los procesos con emisión de partículas alfa son los más peligrosos porque ahora sí, su mayor capacidad ionizante entra en juego sin ninguna barrera que la detenga.

El caso de la muerte en noviembre de 2006 del ex-espía ruso Aleksandr Litvinenko, atribuida a un síndrome de irradiación aguda debida al envenenamiento por Polonio 210, que es un fuerte emisor de partículas alfa, es un claro ejemplo de este extremo.

Espero que con estas breves notas pueda hacerse una idea de la peligrosidad de cada caso, sin perder de vista que en la realidad, la cantidad de energía por partícula y la intensidad de la fuente resultan relevantes para valorar adecuadamente el daño potencial comparando casos concretos.

Un saludo.