La mayoría de personas de la época medieval no cenaban. Tampoco desayunaban ni almorzaban. De hecho, a menudo no solían seguir el patrón de las tres comidas diarias. En la Europa del norte, la gente seguía un patrón de dos comidas al día. Tomaban su comida principal alrededor de media mañana, y una segunda comida a media tarde. ¿Y por que? Por esto:
Sí, se trata de un práctico interruptor de la luz. Aprietas el botón y se hace una luz brillante. Pero, ¿qué pasa cuando se apaga? La luz desaparece. Yo misma no puedo encontrar mis zapatillas con la luz apagada, y tengo que caminar con cuidado para no tropezar con algún objeto. Las casas medievales estaban muy oscuras por la noche, realmente oscuras.
Los ricos podían permitirse comprar velas, que eran muy caras. Pero, incluso los ricos usaban tan pocas velas como podían por su elevado precio. El resto tenía que conformarse con lámparas de aceite, que eran menos costosas porque se podían fabricar a mano usando grasa como combustible, pero iluminaban todavía menos, y se quemaban muy rápido. Esto hacía que fuera casi imposible cocinar después de la puesta del sol, y difícil también comer en la oscuridad.
La mayoría de personas aprovechaban las horas de luz diurna, y tomaban su primera comida hasta un máximo de tres horas después de que saliera el sol, y la última comida del día se tomaba lo suficientemente temprano como para poder terminarla cuando todavía había luz diurna. A veces, los ricos podían permitirse un festín que iba más allá de la hora de la puesta del sol. El servir comida una vez que ya había oscurecido se consideraba como algo muy sofisticado por la simple razón de que costaba mucho mantener todas las velas encendidas para crear la suficiente luz que permitiera poder comer. Y aún así, la luz tampoco era demasiado brillante.
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História Antiga Ocidental
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