Mi hijo dice que tiene un micropene y se siente acomplejado. ¿Qué puedo hacer al respecto?

OBS: ESTA RESPUESTA CONTIENE FOTOS SENSIBLES, NO ABRIR EN EL TRABAJO.

Antonio: Has leído aquí mismo las respuestas de algunas mujeres acerca del tamaño del pene y su opinión respecto a ello. Tú que preguntas puedes o no estar de acuerdo con ellas.

Ellas pudieran o no tener razón; pero parece que no han entendido bien qué significa tener un micropene y que consecuencias psicosociales produce esto en un hombre.

Pero no lo has visto todo aún; lopeor es que hay hombres para los que este tema no solo es tabú sino que pretenden ocultar su esclarecimiento, ya sea por complejos de autoestima o por recalcitrancia religiosa y se niegan a hablar del asunto o tratan de "borrarlo" de la atención pública, bajo peligro de no resolver este problema que afecta a un número sensible de individuos masculinos de todas las edades, aparentando que hablar de todo esto "no es normal ni decente" y sin enfrentarse conscientemente a las consecuencias que esto trae para el individuo, la pareja, la familia y finalmente la sociedad.

Yo, como hombre, respondo a tu pregunta acerca de lo que tu hijo dice tener: un micropene.

Para ellas y para los hombres que también se sienten inseguros y dudosos:

Las estadísticas respecto a la longitud del pene (erecto) del varón (caucásico) son:

– Micropene: menos de 7 cm.
– Pene pequeño: menos de 10 cm.
– Pene medio: entre 12 a 17 cm.
– Pene grande: más de 18 cm.

También se definen los siguientes porcentajes:

– El 3% de los hombres tiene un pene de +­/- 7 cm.
– El 4% de los hombres tiene un pene de +/- 12 cm.
– El 75 % de los hombres tiene un pene de +/- 15 cm.
– El 15% de los hombres tiene un pene de +/- 18 cm.
– El 3% de los hombres tiene un pene de +/- 20 cm.

Dicho esto, y repartidos los asientos:

Lo primero debería ser que tú mismo lo hayas visto y por tanto TENGAS CONSCIENCIA Y CONOCIMIENTO DE ESTA SITUACION; no dices qué edad tiene tu hijo ni que relación tienes con él, si viven juntos como familia o estás separado de él como padre distante, o sea, no sabemos si lo has visto crecer o has supervisado su madurez sexual o psicológica.

La evaluación del tamaño y forma del pene debe formar parte ya de la revisión general e integral que se realiza al niño recién nacido. Más adelante, todavía en Pediatría, la apreciación muy frecuente que tienen los padres sobre el tamaño del pene de su hijo motiva las consultas médicas.

En los bebés, el tamaño normal es de 2,5 centímetros de longitud. "Cualquier cosa significativamente más pequeña que eso se consideraría un micropene", explica Audrey Rhee, uróloga de la Clínica Cleveland.

Por tanto me extraña que sea tu hijo el que lo crea y tu pregunta no provenga de tu propia observación, a menos que a ti te suceda lo mismo y no notes la diferencia o por complejos o machismo nunca hayas querido "mirar esos detalles" en tu hijo, ya que el período ideal para tratar alguna alteración que comprometa el crecimiento del pene, ya sea hormonal o de otra índole, es la adolescencia.

Si de­jamos que el adolescente llegue a la adultez con fal­ta de desarrollo de los genitales, entonces no podre­mos ayudarlos.

El urólogo deberá explorar, además del micropene, el estado del escroto, los testículos y las zonas inguinales. Será preciso el estudio endocrinológico y es obligatoria la realización de un cariotipo (estudio de los cromosomas) en todos los pacientes que presenten un micropene.

Por lo general son los padres u otros adultos cercanos los que descubren esto a edades tempranas observando a sus hijos pues los niños ni tienen noción de lo que resulta "normal" ni han completado su desarrollo para saber cómo serán cuando adultos, pero si bien no pueden opinar mucho sobre su propio órgano hasta tanto los cambios que provoca la pubertad no hayan llegado, sí pueden notar que su pene difiere bastante de los que ve en sus compañeros, o estos (o las chicas despiadadas), con crueles bromas se lo hacen notar…

Pensar que el pene de uno es menor que el de todos los demás es algo subjetivo, pero darse cuenta objetivamente de que en realidad así es, ya es otra cosa.

Que él diga que tiene un micropene debe obedecer a lo que medicamente se reconoce como tal.

En los humanos, la microfalosomía, también llamada a veces micropene, se considera en el adulto (individuo en el que la pubertad se ha completado) aquel órgano cuya longitud es menor de 7 cm en estado de erección (aunque existe también el “pene pequeño” que es aquel que mide entre 7 y 11 cm en erección. Esos 2 cm de diferencia al parecer significan mucho para un cierto número de hombres).

Esto se mide con una regla por la cara dorsal del pene, estirado, desde el hueso pubiano (la piel y la grasa suprapúbica "roban" algunos milímetros) hasta la punta del glande con el prepucio retraído. En esta foto que solo ilustra visualmente el tamaño, la medición no es correcta porque está midiendo desde un testículo y por el lado.

El aspecto físico del pene se presenta de dos maneras:

• Aneuploide, pene y prepucio ligeramente presentes y presencia de testículos bajos.
• Poliploide, pene y prepucio ausentes pero con eventuales salidas proporcionadas por el movimiento testicular que asciende y desciende (criptorquidia).

El micropene es el resultado del estímulo androgénico insuficiente para el crecimiento de los genitales externos. Habitualmente es causado por hipogonadismo primario o por disfunción hipotalámica o hipofisiaria.

Pero es una condición con la que se nace

El micropene se diagnostica al nacer. No se trata de una condición que hace que un miembro de tamaño normal se contraiga repentinamente. "No se puede desarrollar micropene a lo largo del tiempo", comenta el Dr. Brahmbhatt.

Así los orígenes se sitúan en el proceso de división del óvulo fecundado, denominada meiosis. "Probablemente, el micropene sea causado por una anomalía hormonal durante la gestación fetal", comenta el urólogo Arash Akhavein, y sigue: "Se cree que el desequilibrio hormonal es una baja producción de testosterona en esa etapa, que normalmente debería aumentar y hacer que el pene crezca rápidamente en un feto masculino normal".

Según Akhavein se estima que esta condición está presente en 1.5 de cada 10.000 niños varones nacidos.

Las causas del micropene son:

• Idiopática: sin causa conocida.
• Genética: presencia de mutaciones y polimorfismos genéticos que conllevan la aparición de un micropene.
• Hipogonadismo hipogonadotrópico: debido a una secreción deficiente de hormona GnRH a nivel del hipotálamo cerebral.
• Hipogonadismo hipergonadotrópico: debido a una incapacidad de los testículos de generar testosterona.

Dicho de otro modo, durante la formación del individuo, si algo va mal sucede que las células de Leyding localizadas en los testículos, que son productoras de la testosterona, hormona masculina que dará al sujeto sus caracteres sexuales primarios y secundarios, al no ser estimuladas por otras hormonas imprescindibles para ello, no producirán la cantidad suficiente para estimular que los genitales externos crezcan y se muestren como deben.

Conocido antes como feminización testicular, esta condición ocasiona falta de masculinización de los genitales externos, dando por lo general una apariencia vulvar del pene (parecido a un clítoris) y del escroto (parecido a los labios vulvares), condición asimilada por el cuerpo de forma anatómica.

Algunos hombres presentan ginecomastia ligera o mediana (crecimiento de las glándulas mamarias o senos) reportado en un gran número de casos, teniendo el riesgo de una neoplasia mamaria 20 veces superior al de la población normal.

En unas ocasiones el micropene aparecerá como entidad aislada y en otras podrá estar ligado a una variedad de síntomas (Síndrome de MORM: retraso mental, obesidad del tronco, distrofia retiniana -ocular- y micropene).

El urólogo deberá explorar, además del micropene, el estado del escroto, los testículos y las zonas inguinales. Será preciso, como hemos mencionado anteriormente, el estudio endocrinológico y es obligatoria la realización de un cariotipo (estudio de los cromosomas) en todos los pacientes que presenten un micropene.

Desde tiempos remotos se ha reforzado la idea de que la hombría y la virilidad dependen del tamaño del pene. En consecuencia, cuando el varón considera que la longitud de su miembro es insuficiente, presenta baja autoestima e irritabilidad.​

El pene ha sido tradicionalmente una obsesión masculina y su tamaño es cuestión que preocupa a la mayoría de los hombres, quienes con frecuencia se comparan con los demás y piensan que el suyo es más pequeño (síndrome del vestuario); en consecuencia, sufren frustraciones, soledad y obesidad.

Por otro lado las fantasías de la pornografía han traumatizado a miles de hombres que toman por sentado que el tamaño ideal es el que los actores muestran.

La deficiente elección de las muestras y la posterior interpretación del resultado de algunas encuestas llevan también a algunos hombres a pensar que pertenecen al grupo erróneo y que su pene no es lo que ellos esperaban.

La poca o nula colaboración de las parejas de sexo o de vida para lograr que estos hombres se sientan confiados o desarrollen una vida sexual plena, debido precisamente a estos "patrones" considerados como estándares, hace mucho más difícil la convivencia sexual.

Explica Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo:

"Estos hombres sufrientes evitan las relaciones sexuales y viven obsesionados, comprometiendo su estado de ánimo y su vida en general. La idea que predomina es la del fracaso del coito y no desarrollan otras habilidades eróticas en pos de complacer a sus parejas".

"Sin embargo, existen hombres que creen tener un pene pequeño y están sujetos a pensamientos obsesivos y a la falta de estima. Se denomina "síndrome del gimnasio", con pensamientos recurrentes que llevan al varón a comparar su pene con el de los demás, acompañado de conductas de retracción y evitación (dismorfofobia o trastorno dismórfico corporal centrado en el tamaño del pene)".

“El complejo por el tamaño del pene se ubica más en el campo de lo psicológico que en el orgánico”.

"Se supone que un pene grande es aliciente a la virilidad, motivo de admiración entre pares y plenitud sexual para sus parejas. La imaginación siempre puede más que la realidad sobre todo cuando se trata de tamaños. No obstante, tener un pene grande puede ocasionar algunos problemas"

"En los consultorios sexológicos escuchamos el relato de estos hombres cerrados a encontrar otras estrategias de goce además de imaginar qué pensarán las mujeres cuando vean su pene 'insuficiente'. Romper con el mito de que el coito es el summum del placer es el primer paso para calmar sus ansiedades. Es condición terapéutica que la imagen que subestima sus dotes de amante por el tamaño de su pene cambie por otra que dé prioridad a todo el juego erótico y a la multiplicidad de acciones que se pueden desarrollar, además de centrarte en su propia imagen y dejar de lado 'qué estará pensando ella de mi pene'…"

"Cuando los varones se liberan de tantas normativas que pesan sobre la virilidad se animan a descubrir el acceso al placer por diferentes y cambiantes caminos. No existe entonces un único medio para acceder al placer erótico, son diferentes las vías que están disponibles para ser transitadas", concluye el sexólogo.

​Un micropene no genera problemas urológicos y tampoco se puede afirmar que detrás de la condición haya alguna enfermedad.

El hombre con micropene presentaría problemas para la fecundación solo si tuviera alguna de las siguientes condiciones (que en realidad no están relacionadas con el tamaño del pene):

• Ausencia parcial o total de espermatozoides en el semen (debido a problemas hormonales).
• Calidad espermática deficiente.

Para ti que preguntaste: Hay que destacar que no existe cura para el micropene, aunque en algunos jóvenes se prescribe terapia hormonal​ para estimular el crecimiento de los genitales.

En lo que respecta a los pacientes adultos, puede optarse por administración de hormonas, aunque en ocasiones es importante brindar otro tipo de recursos que sirvan de apoyo.

Cuando se habla de problema hormonal, por ejemplo, generalmente se prescribe tratamiento en el que solo se contempla el uso de medicamentos; no obstante, en otras circunstancias es recomendable recurrir a psicoterapia, con o sin fármacos. Sin duda, es necesario estudiar cada caso en concreto y no dar por sentada una vía u otra.

En el pasado se diseñaron y ejecutaron varias técnicas quirúrgicas, pero no han tenido un resultado lo suficientemente exitoso como para adoptarse como una técnica ampliamente aceptada.

Hubo una tendencia en los EE UU, felizmente descartada hoy por errónea, que promovía como solución el cambio de sexo del individuo dando por sentado que un hombre incapaz de penetrar con su pene no tendría lugar en la sociedad, con lo cual se argumentaba que el lugar "sexual" del individuo era más dependiente de su condición sociológica que de su psiquis y su biología. Dado que ya se había logrado quirúrgicamente reconstruir o construir una vagina estos individuos se sometían a operaciones de cambio de sexo, sin contar con el perfil psicológico ni su orientación sexual, por lo que después de cierto tiempo o en la adultez la mayoría de los pacientes se mostraron insatisfechos e inadaptados a esa solución, contribuyendo a que se aboliera esta práctica.

La educación sexual, el entrenamiento o terapia especializada pueden eliminar el desconocimiento, la unilateralidad y el egoísmo, a veces inconsciente, de la pareja erótica, elevando la autoestima del compañero "en desgracia", apoyándole o estimulándole a encontrar otras vías de satisfacción mutua.

Pero lo más importante en la vida de cualquier persona es sin duda, aceptarse uno mismo y quererse tal y cómo se es, teniendo en cuenta los defectos y las virtudes. Compararse con los demás nunca dará buen resultado, pero aprovechar lo que se tiene para sacarle partido y disfrutar de la vida, es lo que realmente nos hace grandes.

Consejos para los micropenes:

!Vivan la vida a lo cortico y disfrútenla a la larga, y nunca sufran con lo que otro goza!

Epílogo:

A modo de curiosidad: