¿Pensaste en irte de Argentina si gana Cristina Fernandez?

Lo pensé más de una vez mientras ella era presidenta.

Yo me dedico al comercio exterior y bajo su mandato, tuvimos un secretario de comercio que se comportaba como un matón de barrio. Una de sus primeras medidas, como venganza hacia los productores agropecuarios por oponerse a las retenciones, fué prohibir la exportación de productos lácteos. Así, como suena.

Había barcos cargados de leche en polvo y quesos con destino a Europa que tuvieron que ser descargados. Se perdieron mercados, quebraron empresas y decenas de miles de pequeños productores desaparecieron.

Lo mismo sucedió con la carne. El país de la carne dejo de producir carne. Ya no era negocio, y se perdieron millones de cabezas de ganado. Todo en medio de los aplausos de los argentinos "nacionales y populares".

Antes de los Kirchner, Argentina no solo se autoabastecia de gas y petróleo sino que los exportaba. Con los K, ante la falta de inversiones y el saqueo escandaloso, no solo dejamos de producir sino que nos convertimos en importadores de energía. La importación de gas y petróleo se llevaba una tajada inmensa del presupuesto nacional y, como si fuera poco, su consumo estaba subsidiado. Por lo que el pueblo consumía energía como si fuéramos sauditas.

Fueron millones las veces en que ante cualquier mínimo trámite en la aduana, o la secretaría de comercio, tuve que tratar con mocosos insolentes y fanáticos de "La Cámpora" que solo estaban ahí para insultarme y pedirme "coimas".

Fueron siete años de morderme los codos para no reventarlos a puñetazos. No estoy dispuesto a volver a vivir así.

Mis hijas ya son adolescentes y siempre les dije que se prepararan para emigrar. Que estén siempre listas para huir con equipaje ligero porque éste país es traicionero. No quiero que queden atrapadas en un "paraíso socialista" como Cuba o Venezuela. Solo me importan ellas.

A mis casi 50, mi propia suerte me importa poco. Puedo vivir con muy poco y soy extremadamente austero. Solo si estuviera pasando hambre podría hacer las valijas.