¿Por que se dice que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano?

En general los mexicanos son personas generosas y amigables, la hospitalidad mexicana (a quien visite el país por los canales adecuados) es de renombre mundial, sin embargo esto cambia con ciertos matices en cuanto tratamos de mexicanos con otros connacionales. El dicho del que trata la pregunta es un problema multifactorial.

Es curioso pensar que en un país de orgullo nacional tan arraigado, haya tantos y tan profundos problemas y rencillas entre nosotros, pero es cierto.

Decimos el dicho materia de la pregunta, porque es pan cotidiano la crítica destructiva de mexicano a mexicano, entre otras lindezas, pasando por el lamentable episodio más reciente en el que Yalitza Aparicio fue criticada por ser indígena y no haber actuado antes, a las críticas mordaces sobre las atletas mexicanas que, sin ser típicas, supieron superar todas las barreras y coronarse en altos lugares en sus campos (marcha, gimnasia, halterofilia, entre otras).

No hay peor enemigo de un mexicano que otro mexicano porque también el país ha sido saqueado a diestra y siniestra por la gente elegida para ser servidores públicos, lo cual es un síntoma de algo más profundo, una filosofía de vida mexicana que nos ha llevado a la situación en la que estamos: “El que no tranza, no avanza”.

El tranzar en México es engañar, aprovecharse del otro, sacar ventaja indebida de todo, por ello la corrupción es un problema tan arraigado. Es el tranzar lo que nos ha hecho enemigos de nuestros propios hermanos; busca el mexicano aprovecharse del que no sabe, del más ignorante, del más pobre, del más “jodido”, el mexicano se torna verdugo de su propia sangre mexicana.

Más aún, hay parte de ese dicho que esconde algo más: el resabio del antiguo sistema de castas.

México fue colonizado por España y desde entonces se dio un mestizaje bastante amplio entre españoles peninsulares, indígenas y africanos, después afrodescendientes, que llevó a un complejo sistema de castas raciales, que hasta la fecha tienen sus ecos. El que se ve más europeo o estadounidense tiene más posibilidades de ser notado y tomado en cuenta, mientras que entre más oscura sea la piel, negroide o indígena, más será tendiente a ser discriminada la persona.

El mexicano en general es racista y clasista con su propio pueblo, “los de arriba” suelen ver a “los de abajo” con desdén y recelo, mientras que “los de abajo” tienden a ver a “los de arriba” con rencor y envidia, todo por abajo, todo solapado, entretejido en una cultura que si bien no está en lo correcto, quiere autopreservarse tanto como sea posible.

Estas situaciones y otras más, hacen que “no haya peor enemigo de un mexicano, que otro mexicano.