¿Es machista regalar flores a una mujer?

La cosa es que ya no tiene ningún sentido. Tradicionalmente, se supone que el hombre que andaba “cortejando”, se encontraba flores que le recordaban a su amada, las cortaba y se las llevaba, pensando en que éstas le representaban su belleza o alguna cosa así. Soso y anticuado, muy de fórmula, pero al menos comprensible.

Hoy en día es peor. Todo consiste en ir a la esquina a comprarle al florista un ramo de rosas, el más caro y grande que tenga a la venta (con eso de que algunos se obsesionan por los tamaños), para ostentar poder económico. No importa que no entienda absolutamente nada de flores ni que tenga tiempo de mirar cómo hicieron el arreglo o cuántas contiene el ramo. Lo importante es impresionar.

Muchas veces el regalillo es con algún pretexto (quiere llevársela a la cama, o bien quiere disculparse, como si una disculpa valiera un pequeño desembolso), en el peor de los casos el pobre ramo quedará por ahí en un rincón hasta que se seque y en el mejor, lo pondrán en un jarrito con agua para que dure tres días vivo. Es un desperdicio y hasta una crueldad, pues son flores destinadas a morir, es muy difícil replantarlas a menos que una se tome el tiempo de hacer injertos.

Dicho todo esto, a mí sí que me vuelve loca si el galán viene a regalarme flores… pero en una macetita, por favor. Muchos puntos extra si él sembró la planta y la cuidó con sus propias manos, y averiguó el mejor método de proporcionar nutrientes para que tuviese brotes hermosos. Eso me demostraría que, al menos, se tomó el tiempo de saber qué cosas me gustan, y que no lo hizo sólo por la tradición de regalarle flores a las mujeres para, supuestamente, dar a entender que somos delicadas y bellas (y que es un hombre sensible y compasivo, además).