¿Hay alguna manera de explicar la teoría de la relatividad, para que todo el mundo la entienda?

Hola. Mi respuesta es: sí y no.

Me explico, creo que "entender" no es un juego de todo o nada, en el que si entendemos algo lo hacemos cabalmente y de lo contrario no entendemos en absoluto. Creo que siempre nos encontraremos en algún punto entre esos dos extremos. Y esto lo aplicaría a la comprensión de cualquier fenómeno, no sólo a la teoría de la relatividad.

Por eso digo que sí y que no.

Lo que podemos hacer es explicar muchas cosas que nos familiaricen con esta teoría. De hecho alguien dijo que los físicos nunca entienden las nuevas teorías sino que, en realidad, solo se acostumbran a ellas.

No sé si es justo con los físicos, pero ese mero acostumbrarse es, de por sí, una forma de aproximarse a una teoría, una manera, en fin, de entenderla.

Tomemos el ejemplo de la nave espacial que viaja con respecto a nosotros a una velocidad cercana a la de la luz. La teoría nos dice que veríamos la nave un poco achatada en la dirección del movimiento y a sus relojes con las manecillas un tanto perezosas. ¿Hemos entendido la relatividad por eso?

Bueno, si nos encontráramos con alguien que no supiera una palabra de todo esto y le explicáramos lo anterior, ese alguien podrá decirnos: ¡qué increíble lo que me cuentas, apenas puedo creerlo! ¡Tú sí que entiendes la relatividad!

¿Será justo este elogio?

De nuevo sí y no. Sí porque le habremos enseñado una consecuencia de la teoría, algo que ningún físico podrá negar, pero ¿entendemos la relatividad por saber eso? ¿La entendemos como la puede haber entendido el mismo Einstein?

Obviamente no.

Y con respecto a Einstein, ¿dónde lo situamos en cuanto a la comprensión de su propia teoría? ¿Diríamos que la entendió cabalmente?

Mi respuesta sorprenderá a más de uno:

estoy convencido de que no; al menos hasta 1920, cuando se resignó a dejar de lado el pensamiento de Mach con respecto a los movimientos rotatorios, las conclusiones que extraía de su propia teoría eran confusas, por decir lo menos.

Sé que esta declaración sonará extraña a muchos oídos, pero creo que es reamente así. De hecho creo que muchos se sorprenderían si supieran con que argumentos intentaba solucionar la "paradoja de Ehrenfest" en el año 1919.

¿Usted se ha vuelto loco?, me dirán, ¿está sugiriendo que el propio Albert no comprendió cabalmente su propia teoría?

En efecto, es lo que afirmo, y no se trata de algo tan descabellado como podría parecer en un primer momento.

Quisiera aprovechar esta oportunidad para derribar algunos mitos. Me refiero a la relación entre la inteligencia y el genio. Se suele considerar que el genio es la máxima expresión de la inteligencia y creo que NO ES ASÍ.

El problema surge, tal vez, de los famosos test de inteligencia. Se dicen cosas como CI: 100–120 brillante, CI: 120–140 muy superior y CI >140 "genio". Creo que así se perpetúa un error.

Los filósofos estoicos creían ver en la etimología el verdadero significado de las palabras. Dudo que sea siempre así, ya que las palabras cambian de sentido con el tiempo: un pontífice no es un constructor de puentes, como observaba Borges. Sin embargo, en este caso de "inteligencia" y "genio" la etimología me parece esclarecedora, veamos lo que dice Wikipedia al respecto:

La palabra ‘inteligencia’ proviene del latín intelligentia o intellēctus, que a su vez provienen del verbo intellegere —término compuesto de inter («entre») y legere («leer, escoger»)— que significa comprender o percibir.

Es decir, es un sustantivo derivado de un verbo "intellegere" que podría traducir como "leer entre líneas" o más sucintamente, entender.

Por lo tanto "inteligente" es el que entiende.

Busquemos ahora el origen de "genio".

El sustantivo (del verbo latín gigno, genui, genitus, "traer a la vida", "crear") está relacionado con ingenio como sinónimo de creatividad y con ingeniería.

¿Vemos la diferencia? El genio no es necesariamente alguien súper inteligente, sino alguien que crea o, en todo caso, alguien que posee una gran creatividad. De hecho las palabras se refieren a cosas distintas, a ENTENDER, en el caso de la inteligencia, y a CREAR en el caso del genio.

Pienso que Einstein fue, sobre todo, un genio, alguien con ese misterioso don de dar con ideas que otros más inteligentes pasan por alto, alguien capaz de atar los "cabos sueltos", de encontrar el hilo conductor que relaciona elementos que ya estaban ahí pero que nadie acertaba a articular de manera coherente. Repito, en mi opinión, eso no lo hace el más inteligente, el más inteligente será el que sea capaz de comprender mejor la obra del genio. Y ese lugar, en este caso está reservado para Hermann Minkowski, el profesor de matemáticas de Einstein.

¡Ojo! no siempre pensé así, fue gracias a ​ que llegué a apreciar la profunda comprensión que Minkowski había logrado de la teoría de su ex alumno: no es exagerado decir que Minkowski, de haber vivido más tiempo, podría haberle explicado a Einstein su propia teoría. Pienso inclusive, que de no ser por su prematura muerte, en 1909, hubieran surgido rispideces entre ambos, o tal alguna clase de colaboración. Porque si bien Einstein había declarado que: "Desde que los matemáticos se apropiaron de la Teoría de la Relatividad, yo mismo he dejado de entenderla", en referencia al espacio-tiempo de Minkowski, luego llegaría a apreciar enormemente el trabajo del matemático, adoptando sus ideas (tal vez sin otorgarle el mérito que merecía).

Volviendo a la pregunta que motivó esta larga digresión diré que: sí, podemos explicar algunos puntos esenciales de la teoría de la relatividad de manera que todo el mundo la entienda, siempre y cuando acordemos que con "entender" me refiero a avanzar para llegar un poco más cerca de la cima que sería la comprensión cabal de la teoría.

Y para eso nada mejor que ir dilucidando, poco a poco, lo mucho que Vesselin Petkov tiene para decirnos acerca de la forma en que Minkowski la hubiera explicado.